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Crisis XVII Geoffrey
Crisis XVII Geoffrey
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Felipe IV de España, llamado «el Grande» o «el Rey Planeta» (1605-Madrid -1665), fue rey de España desde 1621 hasta su muerte,
y de Portugal desde la misma fecha hasta 1640. Su reinado de 44 años y 170 días fue el más largo de la casa de Austria y el tercero
de la historia española.
Durante la primera etapa de su reinado compartió la responsabilidad de los asuntos de Estado con don Gaspar de Guzmán,Conde-
Duque de Olivares, quien realizó una enérgica política exterior que buscaba mantener la hegemonía española en Europa. Tras la
caída de Olivares, se encargó personalmente de los asuntos de gobierno, ayudado por cortesanos muy influyentes.
Los exitosos primeros años de su reinado auguraron la restauración de la preeminencia universal de los Habsburgo, pero la guerra
constante de la Europa protestante y la católica Francia contra España condujeron al declive y ruina de la Monarquía Hispánica, que
hubo de ceder la hegemonía en Europa a la pujante Francia de Luis XIV, así como reconocer la independencia de Portugal y
las Provincias Unidas.
1- La población se incrementa en progresión geométrica, mientras que la producción agrícola en progresión
aritmética
2- Cualquier cambio climático que reduzca la producción agrícola le rebajará el umbral en que la oferta de
alimentos empieza a ser inadecuada para mantener la población existente, provocando “superpoblación”
3- Una serie de erupciones volcánicas entre 1636-1644 fueron seguidas por una ausencia de manchas solares:
redujeron la cantidad de energía solar recibida por la Tierra
(*) Cada una de estas zonas prosperó desproporcionadamente durante el boom económico del s.XVI, y cada una padeció
desproporcionadamente durante la crisis del s.XVII. El clima a los bordes del Pacífico, con los años de El niño, lleva a
lluvias torrenciales en América y el Caribe, y sequías en Asia, Indonesia, Australia y sur de China.
Los que cultivan por entonces en tierra marginales acaban por ser atrapados por una explotación de alto riesgo, alta
inversión y bajo rendimiento. Muchas metrópolis que nunca antes fueron afectadas por las crisis, también sufrieron.
Consumían más de lo que producían y dependían directamente de su hinterland. Las macrorregiones que se centraban
en producir artículos para la exportación e importación de gran parte de alimentos, también se vieron afectadas. Siendo
el transporte acuático el medio, las regiones económicas más avanzadas se desarrollaban en llanuras costeras; la
incrementada especialización llevó a descuidar otras actividades económicas lo que llevó a la dependencia de alimentos
importados y presión/vulnerabilidad en la competencia internacional.
El comienzo del enfriamiento mundial en la década de 1640 afectó desproporcionadamente a estas tres regiones y creó
en ellas una repentina “superpoblación”, con más consumidores que recursos.
Respuestas a la superpoblación
En el s.XVII las personas sabían que 3 variables demográficas determinan el tamaño de la población: nacimientos,
defunciones y migración. En respuestas a las condiciones adversas climáticas de mediados del s.XVII, una serie de
estrategias (siguiendo a Mathus, llamadas ‘frenos preventivos’) rebajó la tasa de natalidad; numerosas amenazas letales
(llamadas ‘frenos positivos’) incrementaron las tasas de mortalidad; y más gente emigró.
Los ‘frenos preventivos’ en Europa Occidental y América latina
En el s.XVII, Sancho de Moncada, un sacerdote de Toledo arrojó primeros números. Reveló una fuerte epidemia y
hambruna en 1599 que incrementaron las defunciones y disminuyeron los nacimientos; después de la catástrofe pocas
personas se casaron. Matrimonios y nacimientos habían caído catastróficamente. Pero no advirtieron que en respuesta
a la crisis la edad de las novias se incrementa. Se pasó de la edad de 20 en el s.XVI a 27/28 para el s.XVII. El motivo
principal era económico. En la cristiandad latina se esperaba que los matrimonios creasen un hogar propio: una pareja
solo se casaba después de haber acumulado los recursos para establecer su casa. Dado que la iglesia castigaba la
actividad sexual fuera del matrimonio, se redujeron los nacimientos.
Tampoco se advirtieron los altos índices de mortalidad infantil: ¼ de los niños nacidos en el s.XVII murieron en su
primer año de vida y casi la mitad murió antes de llegar a la edad de reproducción. Respecto a los índices a de aborto, es
difícil calcular pero existían y muchas mujeres fueron condenadas. También se abandonaron hijos.
Los ‘frenos positivos’2:
1- La enfermedad: Los ‘frenos positivos’ entraban en juego, actuando a través de variaciones de la mortalidad. En
el s.XVII tres causas de muerte predominaban: enfermedad, guerra y desesperación. En las ciudades el principal
el principal ‘freno positivo’ era la enfermedad y principalmente, la viruela (de rápida difusión por inhalación y
1/3 de muertes provocaba; dejaba incapacitados por semanas y muchos desfigurados de por vida). La segunda
enfermedad letal fue la peste bubónica (menos frecuencia pero más muertes; mató la mitad de la población de
Sevilla -60mil personas-; asoló el Mediterráneo occidental). La ignorancia incrementaba el horror, nadie
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Los obstáculos positivos que ponía Malthus al crecimiento de la población eran los que aumentaban el número de muertes:
hambre, miseria, epidemias, guerras. Los elevaba al rango de fenómenos o leyes naturales, males necesarios y requeridos para
limitar la población. Estos frenos positivos eran – según él – castigos a los que no cumplían la contención moral. Y sostenía que si de
algún modo pudieran superarse esos obstáculos positivos, la gente se moriría de hambre, pues la población crecería con enorme
rapidez mientras los víveres aumentarían muy lentamente, en el mejor de los casos.
entendía la causa y motivo de la peste bubónica. Para mediados del s.XVII los gobiernos europeos reconocieron
la necesidad de crear un ‘cordón sanitario’, reforzado por guardias, para poner en cuarentena a los infectados.
Gracias a ello la peste fue disminuyendo.
Peste y viruela –también tifus y sarampión- parecen haberse intensificado cuando el precio de alimentos subía:
las enfermedades epidémicas se llevaron más vidas en años de malas cosechas y climas extremos.
2- La guerra: Solo la guerra podía superar la enfermedad como ‘freno positivo’ de la población humana en el s.XVII,
ya que a guerra se convirtió en costumbre de zonas. Es el “siglo de los soldados”, mientras Hobbes en Inglaterra
afirmaba que “el estado natural del hombre, antes que se uniera en sociedad, era la guerra”.
Se causaron matanzas muchas veces sin parangón. En 1631 durante la Guerra de los Treinta Años (1618-1648),
un ejército mataba a 8.000 protestantes; protestante mataban a 5.000 católicos y así.
3- El suicidio: en épocas de hambrunas muchos optaron por quitarse la vida. El motivo era la desesperación y
aumentaban con el hambre y la guerra. La mayoría se trataban de jóvenes, hombres y mujeres. Algunos por
recibir trato brutal por pate de patrones; otros luego de haberse fugado y otros por alguna catástrofe natural o
humana.
Superpoblación y migración
La combinación de frenos preventivos que reducían los nacimientos (generalmente en respuesta a cambios climáticos) y
los frenos positivos que incrementaban defunciones (enfermedades y guerra) produjo la pérdida catastrófica de
población a mediados del s.XVII.
Sin embargo, a pesar de los ‘frenos’ la ‘superpoblación’ siguió siendo un problema. La inferior producción
(principalmente agrícola) causada por la ‘Pequeña Edad de Hielo’ combinada con las guerras, suponía que la tierra no
producía lo suficientemente bien para comer (y pagar demandas de gobiernos y ejércitos). La crisis de mediados de siglo
produjo entre las poblaciones sometidas a fuerte presión dos reacciones complementarias: huida o lucha.
Algunos emigrantes buscaban empleo incluso en el ejército. 50 mil escoceses cruzaron Europa para luchar en la Guerra
de los 30 Años y luego no volvieron más.