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CUENTOS PARA NIÑOS

EL GATO CON BOTAS

Erase una vez un molinero que tenía tres hijos. El hombre era muy pobre y
casi no tenía bienes para dejarles en herencia. Al hijo mayor le legó su viejo
molino, al mediano un asno y el pequeño, un gato.

El menor de los chicos se lamentaba ante sus hermanos por lo poco que le
había correspondido.

-Vosotros habéis tenido más suerte que yo. El molino muele trigo para
hacer panes y tortas y el asno ayuda en las faenas del campo, pero ¿Qué puedo
hacer yo con un simple gato?

El gato escuchó las quejas de su nuevo amo y acercándose a él le dijo:

- No te equivoques conmigo. Creo que puedo serte más útil de lo que


piensas y muy pronto te lo demostraré. Dame una bolsa, un abrigo legante y unas
botas de mi talla, que yo me encargo de todo.

El joven le regaló lo que le pedía porque el fin y al cabo no era mucho y el


gato puso en marcha su plan. Como todo mínimo que se precie, era muy hábil
cazando y no le costó mucho esfuerzo atrapar un par de conejos que metió en el
saquito. El abrigo nuevo y las botas de terciopelo le proporcionaba un porte
distinguido, así que muy seguro de sí mismo se dirigió al palacio real y consiguió
ser recibido por el rey.

- Majestad mi amo el marqués de Carabas les envía estos conejos – mintió


el gato

- ¡Oh muchas gracias¡ - respondió el monarca – dile a tu dueño que le agradezco


mucho este obsequio.

El gato regresó a casa satisfecho y a partir de entonces, cada semana


acudió al palacio a entregarle presentes al rey de parte del supuesto Marqués de
Carabas. Les lleva un saco de patatas, unas suculentas perdices, flores para
embellecer los lujos salones reales… El rey se sentía halagado con tantas
atenciones e intrigado por saber quién era ese Marqués de Carabas que tantos
regalos le enviaba mediante su espabilado gato.

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