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1.1.

AGENTES QUE CAUSAN DETERIORO EN LOS MATERIALES


1.1.1. ACCION DEL CLIMA
La emisión de elementos contaminantes lanzados a la atmósfera en forma gaseosa o humos,
partículas sólidas en suspensión, condensación de productos sin quemar, etc. Constituyen, en
todos los casos, elementos perjudiciales para los recubrimientos. El dióxido de carbono por la
combustión de motores de automóviles y calefactores, el dióxido de azufre, también originado
por la combustión, se puede modificar por efecto de oxidación en SO3 y transformarse en ácido
sulfúrico al combinarse con agua de lluvia.

 El agua es básicamente inestable. Gran poder como disolvente, pudiendo transportar


cualquier partícula que sea soluble en agua, permitiendo, por tensión superficial, su
desplazamiento y penetración en el interior del revestimiento.
El agua de lluvia es el factor de mayor incidencia en los procesos de deterioro de fachadas.
Tiene un doble efecto agresivo puesto que actúa como un agente limpiador y erosivo
llegando a ser la causa de varias lesiones. El agua de lluvia es también transportadora de
contaminantes y se presta para el desarrollo de procesos fisicoquímicos y bilógicos. Al
mismo tiempo que lava la superficie de una fachada, arrastra consigo el polvo depositado
en sus grietas y poros haciéndose difícil su extracción, lo que provoca una acción
destructora y erosiva en las áreas expuestas.
 El viento juega un papel primordial como transportador de contaminantes lanzándolos
sobre las superficies expuestas de las fachadas lo que genera erosiones en las zonas de
mayor incidencia de este factor medioambiental. También otros elementos como la
humedad, los aerosoles marinos y el ruido, son necesariamente transportados por los
vientos e inciden en las fachadas, coincidiendo la acción de estos agentes con las
direcciones y la influencia de los movimientos eólicos.
En zonas compactas, las azoteas y los edificios de esquina presentan mayor erosión
debido a las turbulencias mientras que las edificaciones ubicadas en calles estrechas y
perpendiculares a la dirección del viento presentan mayor grado de ensuciamiento. La
velocidad del viento también es importante en el análisis del deterioro de las fachadas.
En manzanas con proporciones cuadradas o rectangulares con una relación de 2:1 se
aumenta las velocidades de los vientos que se canalizan por las calles si el ángulo de
incidencia se encuentra entre 0° y 22,5° con respecto a su eje longitudinal.
La acción combinada de estos dos elementos es conocido como el complejo lluvia-viento.
Este fenómeno, que ocurre con frecuencia en el clima cubano, es responsable de un efecto
aún más devastador en las edificaciones. La lluvia unida con el viento produce una
limpieza en las partes más salientes de la geometría de las fachadas y erosiona las partes
más afectadas provocando poca uniformidad en el ensuciamiento de las mismas. Es
frecuente la aparición de pátinas y costras de origen químico y biológico en las áreas
menos asoleadas y azotadas por la lluvia y el viento. En ocasiones las precipitaciones
transportan fluoruros y cloruros que son fijados por la acción del viento en las superficies
de los elementos, causando graves problemas debido al carácter ácido y agresivo que
poseen estas sustancias.
 La radiación solar es responsable de las variaciones de temperatura, del movimiento del
aire por convención e influye en los cambios de humedad-sequedad que se producen en
las superficies mojadas por la lluvia. Las diferencias de temperatura en las superficies de
las fachadas provocan dilataciones y como consecuencia la fisuración de materiales.
 El asoleamiento o incidencia directa del sol define la aparición o no de sistemas de vida
parásita, así como la temperatura superficial de los materiales. De igual forma las áreas
de las fachadas que reciben poca radiación solar poseen mayor contenido de humedad y
el incremento de la tensión superficial que se crea en las partes bajas de la ornamentación
ejerce una atracción sobre las diferentes partículas contenidas en el aire adhiriéndolas a
la superficie poco pulida por lo que se pueden observar diferencias en el estado de
conservación entre las áreas asoleadas y no asoleadas de una misma fachada.

1.1.2. ACCION DE LAS ALTERNATIVAS DE HUMEDAD Y SEQUEDAD


1.1.3. ACCION DE LAS AGUAS SUBTERRANEAS
El índice de daño surgido después de la construcción, motivado por la aparición del agua
subterránea y la interacción de ésta con la edificación puede crear situaciones de auténtica
emergencia y efectos desastrosos. El origen de los factores de riesgo se reduce a: naturales, por la
existencia de niveles freáticos, recargas (precipitaciones), y artificiales (fugas de redes, desvíos,
riegos, etc.)
Al construir bajo rasante cualquier elemento, (zapata, muro, pantalla, foso, etc.) se crea un efecto
de barrera a los flujos subterráneos que altera sus niveles (nivel freático) o trayectoria.
El agua, cuyo origen puede ser diverso (niveles freáticos, fuga de redes de abastecimiento o
saneamiento, lluvia, riegos, etc.) siempre afectará de un modo u otro, pudiendo provocar muchos
efectos negativos, afectando tanto al suelo portante como a la estructura:

 Al suelo portante por: Presiones intersticiales, asientos, pérdida de capacidad portante,


socavación, karstificación, lavado de finos, etc.
 A la propia estructura mediante numerosos y muy diversos procesos físicos, químicos o
biológicos, ya sean directos o indirectos como: Empujes adicionales en muros y soleras,
hinchamiento, pérdida de resistencia, retracción, deformación, reblandecimiento,
asientos, grietas, erosión, filtración, inundación, humedades en general, haloclastia,
degradación, disgregación, desagregación, heladicidad, disolución, corrosión y
pudrición.

1.1.4. ACCION DE LOS AGENTES BIOLOGICOS


La presencia de organismos y microorganismos de origen vegetal o animal en la superficie de una
estructura de concreto, no solo afecta la estética de la obra, sino que puede producir daños y
deterioros físicos, mecánicos, químicos y biológicos.
Por ejemplo, la vegetación y los microorganismos asociados a la misma, pueden retener y generar
humedad (ciclos de humedecimiento y secado), además las raíces pueden penetrar y crecer dentro
de los poros del concreto causando grietas por las fuerzas de expansión internas. En el desarrollo
de la vida de las plantas y microorganismos, se generan sustancias que pueden causar ataques
químicos, como los ácidos húmicos y sales producto de la descomposición vegetal.
Las condiciones que favorecen el establecimiento y desarrollo de microrganismos de origen
vegetal y animal, son las siguientes:
 La presencia de agua: cualquier tipo de vida necesita la presencia de agua para
desarrollarse. El agua puede provenir tanto del medio ambiente, como de los poros del
concreto.
 La disponibilidad de nutrientes: algunos gases contaminantes producto de procesos de
combustión se constituyen en alimento para bacterias y hongos. Además, la cal y algunos
minerales del concreto, son fuente de nutrientes para ciertos microorganismos.
 Condiciones ambientales: las bacterias aeróbicas requieren concentraciones de oxígeno
superiores a 1 g/l, mientras que las anaeróbicas requieren apenas 0,1 g/l de oxígeno. La
temperatura ambiental entre 20 y 35°C y la humedad relativa superior al 80%, favorece
el desarrollo de bacterias.
 Superficie de colonización: se facilita la creación de colonias de microorganismos en
superficies rugosas o ásperas, que ofrecen la posibilidad de anclaje.
El principal mecanismo de meteorización y deterioro de origen biológico es el ataque que
producen las sustancias ácidas provenientes de la acción metabólica de los microorganismos y los
productos de la degradación de hidrocarburos.
Los ácidos disuelven la pasta de cemento y algunos agregados, además favorecen la corrosión del
acero de refuerzo. Entre las sustancias agresivas producto del metabolismo de las bacterias, se
tienen: el ácido sulfúrico, nítrico, cítrico, acético y húmico.
Algunos microorganismos, tienen la capacidad de oxidar los hidrocarburos en medios acuosos,
produciendo dióxido de carbono, metano, sales solubles, benceno, tolueno, hierro reducido y
ácido acético.

Microorganismos y acciones sobre el concreto.


El fenómeno de bioerosión, es un mecanismo de deterioro que se da en el caso específico del
medio marino y es causado básicamente por tres organismos biológicos:

 Microorganismos endolíticos (líquenes): penetran el concreto hasta 1 mm atacándolo


químicamente.
 Organismos bioabrasadores (moluscos): capaces de realizar una abrasión superficial en
toda la sección de concreto.
 Organismos bioperforadores: generan cavernas mediante la combinación de la acción
química y mecánica, debilitando la estructura y dando paso al agua de mar dentro de la
estructura.
Estos organismos aceleran el proceso de carbonatación propio de una estructura marina.

1.1.5. ACCION ELECTROQUIMICA


La corrosión del acero de refuerzo en estructuras de concreto, es un fenómeno electroquímico que
requiere un flujo eléctrico y algunas reacciones químicas para su desarrollo. Los tres elementos
principales del proceso son el ánodo, el cátodo y la solución electrolítica presentes en la estructura.

Corrosión en estructuras de concreto armado.


El ánodo y el cátodo pueden estar presentes en la misma barra de acero de refuerzo o en barras
adyacentes del armado. El ánodo es la localización donde la corrosión toma lugar y el elemento
metálico, en este caso el hierro, sufre una reacción de oxidación o reacción anódica debido a la
pérdida de electrones, creando iones de hierro (Fe++). El cátodo es la localización donde el hierro
no es consumido debido a que el oxígeno, en presencia de agua, acepta electrones (reducción)
formando iones hidroxilos (OH-).
La solución electrolítica es el medio que facilita el flujo de electrones entre el ánodo y el cátodo,
en consecuencia, en el caso del concreto, al ser expuesto a altos ciclos de humedad se crea una
conductividad suficiente para que funcione como un electrolito.
La iniciación y continuación del proceso de corrosión son controladas por el medio ambiente del
concreto de recubrimiento del acero de refuerzo. El concreto es alcalino debido a la presencia de
Ca(OH)₂, KOH y NaOH con un rango de alcalinidad de 12 a 13. Debido a la alta alcalinidad del
agua intersticial en el concreto, el acero de refuerzo es pasivo debido a la capa de óxido (Fe₂O3)
formada por la oxidación de hidróxido de Fierro (Fe(OH)₂) en presencia de oxígeno y agua,
reduciendo la velocidad de la corrosión. Para que la corrosión ocurra, la capa pasiva del acero de
refuerzo necesita ser destruida, lo cual ocurre cuando se combina la presencia de oxígeno, agua y
agentes agresivos como los cloruros, aumentando la conductividad y disminuyendo la resistividad
del concreto.
Básicamente son dos las causas principales que pueden dar lugar a la destrucción de la película
pasiva del acero e iniciar la corrosión de las estructuras. Estas son la presencia de iones cloruro y
la carbonatación.

1.1.6. ACCION QUIMICA


 Ataque por Sulfatos: los sulfatos son compuestos químicos que están presentes en una
gran variedad de concentraciones en el suelo, aguas subterráneas, aguas superficiales y
aguas de mar. Las formaciones de sulfato más comunes son sulfatos de sodio, potasio,
magnesio y calcio. El concreto expuesto a soluciones de sulfatos puede ser atacado y
sufrir deterioro en un grado que depende básicamente de tres aspectos:
o Los constituyentes del concreto.
o La calidad del concreto en el lugar.
o El tipo y la concentración del sulfato.
Cuando hablamos del ataque de los sulfatos al concreto es necesario conocer las
características del concreto resistente a los sulfatos, de modo que podamos dar los pasos
apropiados para minimizar el deterioro del concreto que se expone a estos compuestos
químicos.
El ataque se presenta, cuando a través del agua, concentraciones relativamente altas de
sulfatos entran en contacto con los compuestos hidratados de la pasta de cemento. Este
contacto hace que se produzca una reacción química que genera expansión en la pasta y
crea una presión capaz de romperla y finalmente desintegrar el concreto.
Los mecanismos que intervienen en el ataque del concreto por sulfatos son dos:
o Reacción del sulfato con hidróxido de calcio liberado durante la hidratación del
cemento formando sulfatos de calcio (yeso).
o Reacción de sulfato de calcio con el aluminato de calcio hidratado formando
sulfato aluminato de calcio (etringita).
Ambas reaccionan dan como resultado un aumento de volumen en el sólido, pero la
segunda genera expansiones, rupturas y ablandamiento del concreto pues los sulfatos
reaccionan con el aluminato de calcio hidratado.
Las consecuencias del ataque de sulfatos no solo producen degradación por expansión y
fisuración, también, una reducción en la resistencia mecánica debido a la pérdida de
cohesión en la pasta de cemento, lo anterior también conlleva a una pérdida de adherencia
entre la pasta y las partículas de los agregados.
 Ataque por agua de mar: La acción del agua de mar en el concreto ha sido materia de
numerosas investigaciones y trabajos, desde el inicio del siglo. Existe una tendencia que
considera el ataque del agua de mar como un fenómeno bien definido y homogéneo. Pese
a ello, es conveniente tener en cuenta la multiplicidad de factores incidentes, como es la
variación del clima, la presencia de factores mecánicos como la erosión y la acción de.
las mareas, que modifican las condiciones de inmersión, aparte de los actores biológicos.
Puede asegurarse que la acción del agua de mar difiere a la acción conjunta o
independiente de los sulfatos que contiene. Como en otros casos, la durabilidad del
concreto se asegura por su buena compacidad. En este sentido, en las investigaciones que
se realizan, resulta esencial definir la porosidad del cemento y del concreto, sea la abierta
y total, la dimensión y geometría de los poros y la distribución granulométrica.
El ataque del agua de mar corresponde a la de las sales disueltas, principalmente cloruros
y sulfatos sobre los constituyentes del cemento por cuanto ninguno de los componentes
hidratados es estable al medio marino. Las reacciones características en el ataque se
presentan sobre el hidróxido de sodio y el aluminato tricálcico.
En todo caso para una mejor apreciación del problema, es conveniente separarlo según el
estado de inacción de los elementos del concreto.
En inmersión total al ataque es fundamentalmente químico por acción de sulfatos y
cloruros. Sin embargo. Una carbonatación inicial me ora las características del concreto
a los agentes agresivos por la formación de una capa protectora constituida por
microcristales de carbonato de cálcico.
En inmersión alternada o semi-inmersión el ataque es de carácter físico y químico debido
a la acción mecánica de las olas, al fenómeno de contracción y evaporación alternada que
lleva la fisuración en la zona de marea. La cristalización expansiva de ciertas sales, la
corrosión eventual de las armaduras, con expansión del concreto y también las
variaciones de clima.

 Ataque por ácidos: Los ácidos atacan las bases y las sales básicas formadas por la
hidratación del cemento, deteriorándolo por la formación de sales solubles y procesos de
disolución que eliminan el hidróxido de sodio. Los parámetros que gobiernan el ataque
estrictamente ácido son la fuerza del álcali y su concentración, vale decir el valor del PH.
La gran influencia del Ph es la razón por la cual se puede estimar que las agitas ácidas de
reducido pH, menor de 4.5, atacan fuertemente los concretos. Cualquiera que sea el
cemento utilizado. En la práctica puede estimarse que ningún cemento portland resiste la
acción de aguas con Ph inferior a 4. De otro lado los cementos portland corrientes resisten
sin mayores daños la acción de aguas con valores de Ph superior a 6.
No es procedente considerar que el valor del Ph es el único factor determinante en el
ataque de los ácidos. En efecto, la velocidad de difusión y de llenado de los vacíos
intersticiales es de gran importancia, especialmente si esta acción se produce bajo presión.
Los ácidos orgánicos tienen una actividad menos predecible que la de los ácidos
inorgánicos, por ejemplo, el ácido oxálico, que forma una sal de calcio casi insolubles no
tiene efecto sobre los concretos del cemento portland, mientras que el ácido acético, el
cual forma una sal de calcio soluble, es muy perjudicial. El Ácido láctico, que se
encuentra en las leches agrias, ataca al concreto y ha causado deterioro de pisos y
secadores en las lecherías y plantas de fabricación de mantequilla y queso. El ácido
butírico que también es producto de la rancidez puede asociarse con el ácido láctico y se
piensa que tiene un efecto perjudicial similar. Contra esta evidencia se ha encontrado que
los tanques de concreto de cemento portland tienen una vida razonable cuando se usa para
almacenar productos de fermentación conteniendo entre otros, ácidos butírico, láctico y
acético.

 Ataque por carbonatación: La carbonatación es un fenómeno natural que ocurre todos


los días en diferentes tipos de estructuras.
En el concreto que no contiene acero de refuerzo, la carbonatación generalmente es un
proceso de pocas consecuencias, sin embargo, en el concreto armado, este proceso
químico aparentemente inofensivo, avanza lenta y progresivamente desde la superficie
expuesta del concreto, encontrando dentro de la masa de concreto al acero de refuerzo
generando una posible corrosión del acero.
La carbonatación en el concreto es la pérdida de pH que ocurre cuando el dióxido de
carbono atmosférico reacciona con la humedad dentro de los poros del concreto y
convierte el hidróxido de calcio (con alto pH) a carbonato de calcio, el cual tiene un pH
más neutral.
¿Por qué es un problema la pérdida de pH? Porque el concreto, con su ambiente
altamente alcalino (rango de pH de 12 a 13), protege al acero de refuerzo contra la
corrosión. Esta protección se logra por la formación de una capa de óxido pasivo sobre la
superficie del acero que permanece estable en el ambiente altamente alcalino.
Cuando la carbonatación empieza a experimentar la profundidad del refuerzo, la capa de
óxido protectora y pasivadora deja de ser estable. A este nivel de pH (por debajo de 9),
es posible que empiece la corrosión, dando como resultado un agrietamiento y
fisuramiento del concreto.
Aunque la difusión del dióxido de carbono a través de los poros de concreto pueda
requerir años antes de que ocurra el daño por corrosión, puede ser devastadora y muy
costosa de reparar.
¿Cómo detectar la carbonatación en el concreto? En definitiva, la manera más fácil de
detectar la carbonatación en una estructura es romper un pedazo de concreto
(preferentemente cerca de un borde) en donde se sospeche que hay carbonatación.
Después de limpiar todo el polvo residual del espécimen, se coloca una fenolftaleína
sobre el concreto. Las áreas carbonatadas del concreto no cambiarán de color, mientras
que las áreas con un pH mayor a 9 tomarán un color rosado brillante. Este cambio
apreciable de color muestra cuál es la profundidad de carbonatación dentro de la masa de
concreto.
Este tipo de ensayo es rutinario y lo realizan los laboratorios dedicados a la investigación
del concreto cuando se evalúa una patología en el concreto. Estas investigaciones que se
hacen a las estructuras deben estar acompañadas de ensayos de resistencia del concreto,
valoraciones de la profundidad del recubrimiento, contenido de cloruro, permeabilidad
del concreto, entre otras pruebas.
Los factores que afectan a la carbonatación:
El proceso de carbonatación se ve afectado por variables naturales que se encuentran en
el concreto. El aumento de carbonatación depende, en gran medida, del contenido de
humedad y de la permeabilidad del concreto. Para que haya carbonatación, debe haber
humedad.
La reacción de carbonatación avanza más rápidamente cuando la humedad relativa en el
concreto se encuentra entre el 50 y el 60 por ciento. Si la humedad es baja, significa que
no hay suficiente agua en los poros del concreto para que se disuelvan cantidades
significativas de hidróxido de calcio.
Otro asunto fundamental es que el concreto permeable se carbonatará rápidamente: una
forma de sumar años de protección contra la carbonatación es el seguimiento de prácticas
estándar para producir concretos de baja permeabilidad: estas incluyen relaciones bajas
de agua/cemento, compactación apropiada por vibración, uso de puzolanas como cenizas
volantes o humo de sílice, y un curado del concreto apropiado.
Todas estas prácticas reducen la permeabilidad del concreto y hacen menos probable que
el dióxido de carbono se difunda a través del concreto.

1.1.7. ACCION DEL CONTACTO DE MATERIALES INCOMPATIBLES


Dos materiales son compatibles entre sí, si no existe ninguna interacción perjudicial o nociva
entre ellas, e incompatibles si ocurre lo contrario. Vamos a tratar en los dos artículos de este
monográfico las principales incompatibilidades entre los materiales más comunes usados en la
construcción, lo que afecta a la durabilidad y es la base de algunos procesos patológicos.

 Acero: El acero es incompatible en contacto directo con elementos de fundición.


Aunque el acero presenta buena compatibilidad con materiales pétreos o cementosos
debido a su alto Ph, en elementos que se encuentren parcialmente embebidos, como en el
caso de los anclajes, se produce el denominado principio de aireación diferencial.
Cuando una misma pieza metálica se encuentra en contacto con dos concentraciones
distintas de oxígeno en la zona rica de oxígeno se produce la reducción del oxígeno
(cátodo) mientras que en la zona más pobre en oxígeno tiende a producirse corrosión
(ánodo).
El acero sin proteger es incompatible con materiales muy higroscópicos como la madera
o el yeso.
Algunos tipos de madera, especialmente aquellas con buena resistencia natural a la
degradación (cedros, teka, nogal, etc.) contienen sustancias químicas que aceleran la
corrosión.
En elementos exteriores puestos en contacto con el acero embebido en el concreto, como
en el caso de las garras de sujeción de rejas o barandillas se pueden producir corrientes
galvánicas que facilitan la corrosión.
 Acero inoxidable: El acero inoxidable genera corrosión galvánica en contacto con el
acero al carbono si se encuentra expuesto a la intemperie. Sin embargo, si ambos
materiales están embebidos en el concreto (medio alcalino) no es necesario aislarlo.
Podemos considerar incompatible al acero inoxidable con otros metales como: latón,
bronce, cobre, níquel o titanio.
Otros metales como el aluminio o el zinc solo muestran incompatibilidad en ambientes
marinos ante la presencia de sales ambientales.
Al igual que el acero al carbono sufre el fenómeno de corrosión por aireación diferencial.

 Cobre: El cobre es incompatible en contacto con elementos de acero o aluminio ya que


se produce corrosión por par galvánico ante la presencia de agua o humedad.
El cobre no se ve afectado por el concreto, mortero, mortero de cal o yeso en estado seco.
Durante el curado puede producirse una leve corrosión superficial que muestra un color
verdoso. Sin embargo, en exteriores con ambientes salinos el cobre embebido en concreto
se puede ver afectado ante la presencia de cloruros. También se verá atacado por el
amoniaco o los nitratos.
Las tuberías de cobre no soportan las aguas muy blandas como las provenientes de lluvia
o condensación por lo que no se recomienda su uso en tuberías evacuación o su
exposición a la intemperie.
Algunos tratamientos de protección de la madera contienen cobre, lo que puede ocasionar
corrosión severa en elementos metálicos de sujeción o fijación no protegidos.
 Zinc: No existe consenso respecto a su comportamiento frente al concreto o materiales
cementosos. Mientras que algunas teorías muestran que el zinc o los elementos metálicos
recubiertos de zinc (galvanizados) no son aptos para embeberlos en concreto al verse
atacados por los materiales alcalinos, otros estudios muestran un mejor comportamiento
de las armaduras galvanizadas frente a las tradicionales, incluso en ambientes marinos.
Es especialmente sensible a la aireación diferencial lo que afecta a los empotramientos
de elementos galvanizados.
El zinc muestra corrosión inicial en superficie a modo de manchas blanquecinas en
superficie.
Mientras que es perfectamente compatible con maderas resinosas (pináceas) otras
maderas como el roble, el castaño o el alerce contienen sustancias que lo atacan.
Se usa habitualmente en canalones y bajantes para recogida de aguas de lluvia pese a que
no presenta buena durabilidad frente a las aguas ácidas típicas de entornos con mucha
polución.
No debe ponerse en contacto con otros metales como el cobre, el bronce o el latón.
 Aluminio: El aluminio no debe embeberse el concreto pues se produce corrosión,
especialmente si está en contacto con elementos de acero (armaduras) ante la presencia
de cloruros y con un elevado contenido de álcalis. No tiene incompatibilidad con el yeso
y sus derivados.
Lo que usamos en construcción no es aluminio puro sino distintas aleaciones que suelen
contener:
o Cromo: Aumenta la resistencia mecánica cuando está combinado con otros
elementos Cu, Mn, Mg.
o Cobre: Incrementa las propiedades mecánicas, pero reduce la resistencia a la
corrosión.
o Hierro: Aumenta la resistencia mecánica.
o Magnesio: Tiene una gran resistencia tras el conformado en frío.
o Manganeso: Incrementa las propiedades mecánicas y reduce la calidad de
embutición.
o Silicio: Combinado con magnesio (Mg), tiene mayor resistencia mecánica.
o Titanio: Aumenta la resistencia mecánica.
o Zinc: Aumenta la resistencia a la corrosión.
o Escandio: Mejora la soldadura.
Por ello encontraremos distintos comportamientos frente a otros materiales que conviene
consultar con el fabricante con anterioridad. Consulta este artículo para mayor
información
No es compatible con latón, bronce, plomo o pinturas que contengan este último
elemento.
Maderas como el roble o el castaño atacan al aluminio ante la presencia de humedad.

 Plomo: La cal ataca al plomo. Recordamos que el concreto fresco contiene hidróxido
cálcico por lo que es necesario envolver el plomo en plástico u otro material
impermeable si se va a embeber en concreto o mortero.
El plomo es compatible con el yeso y sus derivados. Es incompatible con el acero y el
galvanizado.
También es recomendable separarlo de la madera pues se ve atacado por los taninos.
 Aleaciones Cromo-Níquel: Estas aleaciones trabajan muy bien embebidas en el
concreto, pero son sensibles a la presencia de cloruros.
 Vidrio: Incompatible con los álcalis del cemento.
 PVC: Incompatibilidad química con el poliestireno extruido. Necesita un geotextil
separador específico.
 Asfaltos y betunes: Incompatibles con el poliestireno y el P.V.C.
 Plásticos: Un gran número de plásticos son incompatibles con el cemento. Conviene
consultar con el fabricante.

1.1.8. ACCION DE LOS IMPACTOS Y VIBRACIONES


Las vibraciones producidas por las personas, maquinaria, tráfico de vehículos, trabajos de
construcción, etc. pueden causar deformaciones, así como pequeñas o grandes afectaciones a los
edificios o a los elementos estructurales o no estructurales que los constituyen. Algunas de estas
incidencias son:

 Rotura, agrietamiento o fisuración de paredes o forjados del edificio.


 Empeoramiento de patologías existentes por otras causas o elementos estructurales o no
estructurales.
 Caídas de equipos o maquinaria de trabajo con los consecuentes daños en equipos o
personas.
Las vibraciones continuadas, además de los efectos descritos anteriormente, pueden producir
en las estructuras de los edificios problemas de fatiga, incremento de tensiones o
sobreesfuerzos en los elementos resistentes principales de la estructura. Los criterios de
aceptación de los valores de las vibraciones deben tener en cuenta los siguientes factores entre
otros: calidad y características de los materiales de construcción (especialmente la ductilidad),
tipología del edificio, propiedades de la cimentación del edificio, dimensiones de los
principales elementos resistentes, edad de la construcción, duración de los efectos de las
vibraciones, caracterización de la oscilación.

1.1.9. ACCION DE LOS FLUIDOS RESIDUALES


En pocas ocasiones estas aguas atacan de forma directa al concreto. Se pueden producir bajo la
acción bacteriana, el gas sulfhídrico disuelto en agua se transforma en ácido sulfhídrico. Incluso
en este caso, la concentración de ácido debe sobrepasar las 150ppm para que el ataque se
produzca.
Esta concentración de ácidos no se alcanza con facilidad en aguas residuales domésticas.

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