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República de Colombia

Corte Suprema de Justicia

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


SALA DE CASACIÓN LABORAL

RIGOBERTO ECHEVERRI BUENO


Magistrado Ponente

SL 440 - 2013
Radicación No. 42561
Acta No. 20

Bogotá, D.C., diez (10) de julio de dos mil trece (2013).

Decide la Corte el recurso de casación interpuesto por la


entidad ADMINISTRADORA COOPERATIVA SOLIDARIA
DEL ORIENTE “COOP-SOL DE ORIENTE”, contra la
sentencia proferida por el Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Villavicencio, el 5 de agosto de 2009, en el proceso
que promovió en su contra la señora MARITZA FITATA
SÁNCHEZ, obrando en nombre propio y en representación de
sus hijos menores de edad ÁNGEL MARTÍN y JEISON
STIVEN PARDO FITATA.

ANTECEDENTES

La acción ordinaria laboral fue promovida para que se


declarara, entre otras cosas, que existió una relación laboral
que vinculó a la COOP- SOL DE ORIENTE y al señor ÁNGEL

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Radicado n° 42561

MARTÍN PARDO CRUZ, quien falleció como consecuencia de


un accidente de trabajo, derivado de la negligencia e
imprevisión de la demandada y se condenara a ésta a pagar a
la cónyuge sobreviviente y a los hijos del trabajador fallecido
la indemnización plena de perjuicios de que trataba el
artículo 216 del C. S. del T, los perjuicios morales, la
indexación a que hubiere lugar y cualquier otro derecho que
resultara acreditado en el proceso.

En sustento de las pretensiones referidas se afirmó por los


demandantes que el señor ÁNGEL MARTÍN PARDO CRUZ
ingresó a laborar al servicio de la COOP-SOL DE ORIENTE a
partir del día 16 de octubre de 2003; que laboró sin solución
de continuidad para esta entidad hasta el 5 de diciembre de
2003, fecha en la que falleció a raíz de un accidente de
trabajo; que el último cargo desempeñado fue el de
“ELÉCTRICO”, en la vereda Puerto Canecas, Vía a San Carlos
de Guaranoa, Jurisdicción del Municipio de Acacías (Meta),
con un salario de $332.000,oo y un auxilio de transporte de
$37.000,oo; que la causa de la muerte del señor ÁNGEL
MARTÍN PARDO CRUZ fue la electrocución cuando se
encontraba realizando trabajos de intervención del sistema
eléctrico, instalando luminarias en postes, como trabajador
de COOP-SOL DE ORIENTE; que al momento de la
realización de la labor el trabajador no contaba con las
medidas de seguridad ni los elementos necesarios para la
ejecución de un trabajo de alto riesgo, por cuanto la empresa
no se los había suministrado; que el señor Ángel Martín
Pardo Cruz era el esposo legítimo de la señora MARITZA
FITATA SÁNCHEZ con quien procreó a sus dos hijos menores

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Radicado n° 42561

de edad ÁNGEL MARTÍN PARDO FITATA y JEISON STIVEN


PARDO FITATA.

La cooperativa convocada al proceso, en la respuesta a la


demanda, aceptó el vínculo laboral del trabajador fallecido,
los extremos de la relación laboral, el cargo que éste
desempeñó y su salario. Adujo que al parecer la muerte se
debió a una descarga eléctrica, generada por un caso fortuito
y sostuvo que en su oportunidad le había entregado al
trabajador todos los elementos de protección. Propuso las
excepciones de inexistencia de responsabilidad por ausencia
de culpa, fuerza mayor o caso fortuito, ausencia de daño,
caducidad y prescripción.

En audiencia pública de juzgamiento, celebrada el 27 de


febrero de 2009, el Juzgado Primero Laboral del Circuito de
Villavicencio declaró probada la excepción de inexistencia de
responsabilidad por ausencia de culpa y en consecuencia
absolvió a la ADMINISTRADORA COOPERATIVA SOLIDARIA
DEL ORIENTE “COOP-SOL DE ORIENTE” de las pretensiones
de la demanda.

SENTENCIA DEL TRIBUNAL

Al conocer del recurso de apelación interpuesto por la parte


actora, el Tribunal Superior de Villavicencio, mediante fallo
del 5 de agosto de 2009, revocó la decisión de primer grado y,
en su lugar, condenó a la demandada a pagar a la
demandante Maritza Fitata Sánchez $72´302.983,oo, a Jeison
Steven Pardo Fitata $ 23´329.108,oo y a Ángel Martín Pardo

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Radicado n° 42561

Fitata $27´333.989,oo, por concepto de lucreo cesante ; y


para cada uno de los anteriores la suma $25´000.000,oo por
concepto de perjuicios morales.

En primer lugar señaló el tribunal que, atendiendo el objeto


de la apelación, correspondía examinar si la empleadora era
la responsable del accidente de trabajo sufrido por el señor
Ángel Martín Pardo Cruz, y luego determinar si ésta debía
pagar a los demandantes los correspondientes perjuicios.

Se refirió entonces al contenido del artículo 9 del Decreto Ley


1295 de 1994, que estimó aplicable a este caso dado que
había tenido vigencia hasta el 20 de junio de 2007, según
sentencia de la Corte Constitucional C-858 de 2006,
disposición que citó textualmente, para luego transcribir el
artículo 216 del Código Sustantivo del Trabajo, y señalar al
respecto:

“La culpa patronal se puede establecer cuando de los hechos del


empleador se infiere que faltó diligencia y cuidado, que la persona
debe tener ordinariamente al momento de realizar sus negocios;
cuando hay negligencia en salud ocupacional, esto es, cuando
no cumple con las obligaciones o deberes o no se tiene un
programa en desarrollo sobre salud ocupacional; existe
imprudencia cuando existiendo el programa mencionado, se
obra sin cautela y sin prever los resultados o consecuencias; hay
impericia cuando las personas encargadas de los programas de
salud ocupacional la ejercen sin conocimientos básicos
necesarios, lo que genera errores al momento de desarrollar las
actividades de prevención y promoción; o cuando hay violación
de reglamentos o normas en salud ocupacional, los cuales
son generadores de culpa, negligencia, imprudencia e impericia,
conllevando a la causa del accidente de trabajo o de la
enfermedad profesional que concibe la culpa patronal, al
demostrarse la carencia del programa, o del comité paritario de
salud ocupacional, o no se capacita ni se proporcionan los
elementos de protección personal adecuados, por el
incumplimiento de las normas.” (Las negrillas son del recurrente).

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Radicado n° 42561

Citó en sustento de tales afirmaciones, entre otras, las


sentencias de esta Sala de 24 de septiembre de 1992,
radicación 5229, y de 9 de febrero de 2006, radicación
25827, para precisar luego que en este asunto no era
necesario establecer si se había presentado el accidente de
trabajo por causa o con ocasión del trabajo, pues observó que
el objeto de apelación radicaba en la culpa patronal.

Señaló luego que aparecía plenamente demostrado que el


señor Ángel Martín Pardo Cruz se encontraba laborando para
COOP-SOL DE ORIENTE, como técnico electricista (folio 17),
el día 5 de diciembre de 2003, cuando ocurrió el accidente de
trabajo que le ocasionó la muerte (fl. 79 y 104), debido a una
descarga eléctrica que recibió en el momento en que estaba
ayudando a instalar una luminaria en la parte superior de un
poste, hechos, que dijo había sido aceptados en la respuesta
a la demandada; que de acuerdo con la prueba testimonial y
la demandada no contaba con un procedimiento para la
instalación de luminarias, por cuanto no se había tomado la
precaución de asegurar primero el sitio de trabajo para luego
realizar el procedimiento correspondiente por parte del
trabajador al momento de realizar la labor para la que había
sido contratado; que no existía prueba que ofreciera certeza
de que realmente se hubiera suministrado dotación alguna al
trabajador y que éste la estuviere utilizando en el momento
del accidente, cuando era deber de la demandada acreditar
ese hecho, pues en sus manos reposaba la documentación
necesaria que daba fe de la entrega de la correspondiente
dotación; que tampoco la empresa había aportado la prueba

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Radicado n° 42561

de haber conformado el Comité paritario de Salud


Ocupacional, de manea que se desconocía su existencia al
momento de la ocurrencia del accidente; que, conforme con
ello, la demandada no venía cumpliendo con las normas de
salud ocupacional y seguridad industrial, lo que indicaba
falta de previsión o imprudencia de su parte, por cuanto
impartía órdenes a los trabajadores, sin que se tomaran las
medidas necesarias para la prevención de accidentes o para
buscar que el sitio de trabajo estuviera en condiciones de
seguridad, que garantizaran la vida e integridad de los
trabajadores, pues ese era su deber.

Conforme a lo anterior concluyó que la empresa COOP – SOL


DE ORIENTE había incurrido en la falta de diligencia y
cuidado, que eran generadores de responsabilidad civil, en el
accidente de trabajo ocurrido el día 5 de diciembre de 2003,
que ocasionó la muerte del trabajador ÁNGEL MARTÍN
PARDO CRUZ, por lo que debía responder por la
indemnización plena de acuerdo con lo previsto en el artículo
216 del C. S. del T.

EL RECURSO DE CASACIÓN

Interpuesto por la parte demandada, concedido por el


Tribunal y admitido por la Corte, se procede a resolver.

ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

Pretende el recurrente que la Corte case totalmente la


sentencia acusada, para que, en sede de instancia, confirme

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Radicado n° 42561

la decisión absolutoria proferida por el Juzgado Primero


Laboral del Circuito de Villavicencio el 27 de febrero de 2009.

Con este propósito la acusación presenta dos cargos,


fundados en la causal primera de casación laboral, que
fueron replicados y serán estudiados en el orden propuesto.

PRIMER CARGO

Acusa la sentencia recurrida de violar indirectamente, por


aplicación indebida, los artículos 216, 19, 56, 57, numeral 2,
230 y 232 del Código Sustantivo del Trabajo; 27, 63, 1494,
1603, 1604, 1613 del Código Civil; 1 de la Ley 95 de 1890; 35
del Decreto 1295 de 1994; 177, 194 y 197 del Código de
Procedimiento Civil; 60, 61 y 145 del Código Procesal del
Trabajo y de la Seguridad Social.

Quebranto normativo que sostiene la acusación se originó en


los siguientes yerros fácticos:

“1°. Dar por demostrado, sin estarlo, que la muerte del señor
Ángel Martín Pardo Cruz ocurrió “debido a una descarga
eléctrica cuando se encontraba en un poste ayudando a
instalar una luminaria”, pues así fue aceptado por la propia
demandada “cuando se admitieron los hechos 2° y 8° de la
contestación de la demanda.

“2°. Dar por demostrado, en contra de las evidencias, que la


“demandada no acreditó que durante la relación laboral que
existió con el trabajador fallecido, se hubiese provisto de
dotaciones”.

“3°. Dar por demostrado, en contra de las evidencias, “que el


trabajador no contaba en el momento del accidente con los
elementos necesarios de protección industrial”.

“4°. Dar por demostrado, sin estarlo, que la demandada no

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Radicado n° 42561

tenía Comité Paritario de Salud Ocupacional y que estaba


obligado a tenerlo.

“5°. Dar por demostrado, sin estarlo, que la Cooperativa


demandada incurrió en faltas de diligencia y cuidado, que
conllevó el deceso del señor Pardo Cruz, por lo que, en
consecuencia, deberá responder por la indemnización plena de
acuerdo con lo previsto en el artículo 216 del C. S. del T.”

Estima la acusación que los yerros facticos denunciados se


debieron a la apreciación errónea de la confesión contenida
en los hechos 2 y 8 de la respuesta a la demanda; los
documentos visibles a folios 48 y 79, repetidos a folios 105,
104 y 175; los testimonios de los señores Clemente Abelló
Moreno (fls. 184 a 189), Germán Eduardo Chávez Castillo
(fls. 211 a 220) y Juan Carlos Agudelo Duarte (fls. 227 a
231). Así como a la falta de apreciación del documento que
obra a folio 22.

Indica la censura que en el hecho 2 de la demanda inicial se


afirmó que el trabajador había laborado hasta el 5 de
diciembre de 2003, “fecha última del fallecimiento en
accidente de trabajo”, a lo que la demandada contestó: “Es
cierto”; en tanto que en el hecho 8 se apuntó que la “causa
de la muerte del señor ÁNGEL MARTÍN PARDO CRUZ fue la
electrocución por estar realizando trabajos de intervención del
sistema eléctrico instalado en postería”, a lo que se contestó
“NO me consta. Me atengo a lo que se pruebe en el expediente
pero al parecer la muerte se debió a una descarga eléctrica
generada por un caso fortuito”. (fl. 132); que de tales
respuestas no puede inferirse o deducirse plena prueba de la
causa de la muerte del trabajador, como lo hizo el Tribunal,
por lo que incurrió en su apreciación equivocada; que los

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Radicado n° 42561

documentos que obran a folios 79 y 104, que corresponden al


formato de informe accidente que presentó la accionada al
Instituto de Seguros Sociales el 5 de diciembre de 2003, y el
escrito que el Gerente de la misma Cooperativa radicó en el
ISS el 17 de diciembre de 2005, dan cuenta de la ocurrencia
del accidente aludido el 5 de diciembre de 2003 a las 11:30;
que del documento donde se hace la “DESCRIPCIÓN DEL
ACCIDENTE”, pese a su falta de nitidez, se extrae que: “a las
11:30 se encontraba trabajando en la línea… y cayó al piso
del poste a pesar de tener correa de seguridad…” (fl. 79), y
que: “…mientras se encontraba en un poste ayudando a
instalar una luminaria recibió de manera accidental una
descarga eléctrica y como consecuencia perdió el sentido (es
importante recalcar que contaba con los elementos y dotación
de Seguridad Industrial que requiere dicha actividad, se le
prestaron los primeros auxilios por parte de sus compañeros
de trabajo y jefe de cuadrilla designado” (fl. 104); que estos
documentos no demuestran que la muerte del trabajador
ocurrió “debido a una descarga eléctrica” ni menos que así
haya sido aceptado por la propia demandada “cuando se
admitieron los hechos 2 y 8, como lo afirma el Tribunal; que
acreditada de esta forma, la deficiencia fáctica referida es
procedente analizar los testimonios, dado que éstos sirvieron
de fundamento a la sentencia recurrida.

A continuación el censor se remite a las versiones que dieron


los testigos sobre algunos de los hechos que rodearon el
accidente del para aseverar que el trabajador recibió
instrucciones sobre la tarea realizada, que recibió los
elementos de protección y seguridad adecuados para ejecutar

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su trabajo de electricista, que estaba acostumbrado a


trabajar en caliente, que había sido advertido del cuidado que
debía tener, pero que aun así se recostó contra la línea de
baja tensión y sufrió una descarga eléctrica, pero debido a
que no se había asegurado o amarrado al poste con el
cinturón de seguridad que portaba se cayó al piso y se golpeó
en la nuca; que por esto el juzgador de segundo grado no
podía deducir que la Cooperativa “obró imprudentemente” o
que le faltó aquella diligencia y cuidado que los hombres
emplean ordinariamente en sus propios negocios; que
también es equivocado que el tribunal concluyera que la
cooperativa había sido negligente en la conformación del
comité paritario, pues el artículo 10 de la Resolución 2013 de
1986 ordena su conformación que no fue allegad al
expediente; que el artículo 35 del Decreto 1295 de 1994
ordena la constitución de un comité en empresas que tengan
un número mayor de 10 trabajadores, de modo que la
Cooperativa no estaba obligada por cuanto sólo tenía 9
trabajadores vinculados según lo acredita el documento
visible a folio 22.

LA RÉPLICA

Sostiene que la causa de la muerte del señor ÁNGEL MARTÍN


PARDO CRUZ no sólo se probó con la respuesta a la
demanda, sino también con la comunicación que dirigió
COOP- SOL DE ORIENTE (folio 46) a la reclamante y la que
envió el Instituto de Seguros Sociales al Gerente de la
Cooperativa, el 25 de mayo de 2004, en la que califica como
de origen profesional el accidente de trabajo y recomienda la

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capacitación de los trabajadores y la entrega de todos los


elementos de protección personal. Además que, todos los
testigos coinciden en que existió una descarga eléctrica en la
humanidad del trabajador fallecido, de modo que de no haber
sido por tal contingencia el trabajador no habría perecido.

CONSIDERACIONES DE LA CORTE

En la demostración del cargo no se encuentra que la censura


se ocupara de controvertir las inferencias, del juzgador de
segundo grado, referentes a que la cooperativa demandada no
tenía previsto un procedimiento para la instalación de
luminarias, pues el sitio de trabajo se encontraba energizado,
y no se tomó la precaución de desenergizar o bajar el
circuito, con el fin de evitar las descargas eléctricas, como la
ocurrida al trabajador accidentado. Estas apreciaciones
fueron parte de las razones principales para que se
concluyera que la empleadora obró imprudentemente, es
decir con falta de diligencia y cuidado que determinaron su
responsabilidad en el accidente de trabajo. Deficiencia que
por su trascendencia exige la desestimación del cargo toda
vez que las consideraciones referidas, que fueron esenciales
para que el Tribunal estableciera que existió culpa
comprobada de COOP- SOL DE ORIENTE en el accidente de
trabajo que sufrió el trabajador ÁNGEL MARTÍN PARDO
CRUZ, permanecen inmodificables y por consiguiente
continúan prestando apoyo suficiente a la decisión
impugnada, pues sobre ellas obra la presunción de acierto y
legalidad que en casación laboral opera respecto de la
sentencia recurrida.

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Además de lo anterior se advierte que el ataque no tiene


vocación de prosperidad, pues en relación con la deficiencia
fáctica que atribuye a la decisión de segundo grado, respecto
a que es equivocada la conclusión de que la muerte del señor
ÁNGEL MARTÍN PARDO CRUZ ocurrió “debido a una
descarga eléctrica cuando se encontraba en un poste
ayudando a instalar una luminaria”, se encuentra que tal
inferencia no resulta equivocada pues al referirse la
Cooperativa, en la respuesta a la demanda, al accidente de
trabajo, aducido por la parte actora, es indudable que aceptó
que existió la ocurrencia de esa contingencia laboral y
concretamente, al referirse al hecho octavo de la demanda, si
bien no admitió que la muerte del trabajador fue por
“electrocución”, aclaró que “…al parecer la muerte se debió a
una descarga eléctrica generada por un caso fortuito”, de
manera que sin dificultad se entiende que no es un hecho
controvertido el deceso del trabajador mientras cumplía su
actividad laboral, con ocasión de una descarga eléctrica, de
modo que no tiene ninguna trascendencia que se definiera si
murió electrocutado o por un hecho consecuencial
subsiguiente derivado de ese incidente inicial.

Precisamente, los documentos de folios 79 y 104, que cita la


censura para corroborar el error de hecho mencionado, en
lugar de ello, permiten establecer que la conclusión fáctica
del Tribunal atacada no es equivocada, pues su examen
conjunto indica que cuando el señor ÁNGEL MARTÍN PARDO
CRUZ se encontraba en un poste ayudando a instalar una
luminaria recibió de manera accidental una descarga y, como
consecuencia de ello, perdió el sentido y cayó al piso, de

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modo que no hay duda alguna que el fallecimiento del


trabajador se originó en la descarga eléctrica que padeció; en
efecto, en el primer documento, que corresponde al formato
único de Accidente de Trabajo, se consignó por la
Cooperativa, según lo anota el propio recurrente, que “a las
11:30 a.m. se encontraba trabajando en la línea… y cayó al
piso del poste a pesar de tener correa de seguridad…”; en
tanto que, en el segundo documento, suscrito el mismo día
del accidente de trabajo, el Gerente de la demandada
ADMINISTRACIÓN COOPERATIVA SOLIDARIA DEL ORIENTE
informa al Instituto de Seguros Sociales que “Faltando por
instalar 103 luminarias de un total de 1.319, mientras se
encontraba en un poste ayudando a instalar una luminaria
recibió de manera accidental una descarga eléctrica y como
consecuencia perdió el sentido (es importante recalcar que
contaba con los elementos de dotación de Seguridad Industrial
que requiere dicha actividad), se le prestaron los primeros
auxilios por parte de sus compañeros de trabajo y jefe de
cuadrilla designado.”.

Dado que no cumple el censor con su carga de demostrar un


error en la apreciación de la prueba calificada, no puede la
Corte emprender el examen de la prueba testimonial, para
determinar si la acusación tiene razón al sostener que el
Tribunal se equivocó al no encontrar acreditado que el
trabajador accidentado contaba al momento en que le
sobrevino la contingencia laboral aducida con los elementos
de protección industrial y al no advertir que la demandada
COOP SOL DE ORIENTE no estaba obligada a tener un
comité paritario de salud ocupacional, pues los documentos

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que cita la acusación relacionados con estos temas no ofrecen


certeza respecto a los hechos que se busca demostrar, pues el
documento de folio 48 solo da fe que la Cooperativa
suministró al trabajador los elementos de protección
industrial hecho que no desconoció el Tribunal, pues lo que
echó de menos éste fue que los llevara puestos en el momento
del accidente, además que proviene tal prueba de parte
interesada toda vez que aparece suscrita por el gerente de la
Cooperativa; la autoliquidación de aportes a salud, con
destino a la EPS-SALUDCOOP, solo demuestra que los
trabajadores afiliados a esa promotora de salud eran nueve
(9), pero ello no es un indicativo necesario que ese fuera el
total de los trabajadores de la entidad, pues conforme a
nuestro Sistema General de Seguridad Social en Salud los
trabajadores son quienes escogen la EPS a la que quieren
pertenecer, de manera no es descartable que otros
trabajadores estuvieren afiliados a otras empresas
promotoras de salud, de modo que es concluyente el
documento para demostrar lo que pretende el censor.

En consecuencia, el cargo no prospera.

SEGUNDO CARGO

Orientado por la vía directa, denuncia la interpretación


errónea del artículo 216 del Código Sustantivo del Trabajo; en
relación con los artículos 19, 56 y 57, numeral 2, del mismo
estatuto.

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Radicado n° 42561

En la demostración, dice el censor que el artículo 27 del


Código Civil establece que “Cuando el sentido de la ley es
claro, no se desatenderá su tenor literal a pretexto de
consultar su espíritu” y que el artículo 216 del Código
Sustantivo del trabajo es claro al determinar que en el evento
de existir culpa suficientemente comprobada del empleador
en la ocurrencia del accidente de trabajo, está obligado a la
indemnización total y ordinaria de perjuicios; previsión que,
en su sentir significa que a la víctima o sus causa-habientes
les corresponde acreditar de manera suficiente la culpa del
empleador en la ocurrencia del infortunio laboral; que en
consecuencia la culpa no se presume, por cuento ello sería
darle al artículo 216 los mismos efectos que se le han dado
al artículo 2354 del Código Civil, tratándose de actividades
peligrosas, lo que no es exacto porque, expresa, la
responsabilidad del empleador en el accidente de trabajo se
sacó precisamente del Código Civil, para darle una regulación
propia en el artículo 216 del C. S. del T.; mientras que la
responsabilidad objetiva la asume la administradora de
riesgos profesionales, por subrogación del empleador; que la
aplicación del artículo 216 determina que la culpa debe ser
suficientemente comprobada, por lo que debe ser
demostrada, de manera que de acuerdo a dicha norma se
requiere que haya culpa, la que conforme al artículo 53 del
Código Civil, aceptando que se trata de la culpa leve por
aplicación del artículo 1604 de la misma obra, es la falta de
aquella diligencia y cuidado que los hombres emplean
ordinariamente en sus negocios propios, es decir la falta de
“cuidado y actividad en ejecutar una cosa” ; que el Tribunal
no debió hacer similares los términos que usa el artículo 63

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Radicado n° 42561

con negligencia, imprudencia, impericia, violación de


reglamentos o normas en salud ocupacional; que la culpa no
se presume sino que tiene que demostrarla la víctima o los
causahabientes, por cuanto que el artículo 216 señala que la
culpa que se le endilga al empleador debe ser suficientemente
comprobada, lo que exige al demandante verificar o confirmar
la culpa que atribuye al empleador, habida consideración que
la culpa subjetiva no se presume, sino que debe probarse.

LA RÉPLICA

Expone que la responsabilidad del empleador se deriva


necesariamente del incumplimiento de las obligaciones de
darles protección y seguridad a los trabajadores y de
suministrarles los medios o condiciones de seguridad
necesarias y adecuadas para la prestación del servicio, con la
finalidad de precaver accidentes de trabajo o enfermedades
profesionales. Obligaciones que, resalta, son impuestas al
empleador por el contrato de trabajo y la ley laboral, por lo
que el elemento de la culpa debe demostrarse para obtener el
resarcimiento de los daños sufridos.

CONSIDERACIONES DE LA CORTE

En ningún momento se entendió en la decisión recurrida en


casación que la eventual culpa del empleador en el infortunio
laboral, a que se refiere el artículo 216 del Código Sustantivo,
se presume ni, tampoco, que no sea necesario comprobarla
suficientemente, como se alega en el ataque. Al referirse el
Tribunal al tema de la culpa lo hizo desde una perspectiva

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Radicado n° 42561

distinta, concretamente mencionó algunas circunstancias


determinantes de la responsabilidad del empleador en el
acaecimiento de un accidente de trabajo o enfermedad
profesional, por ser contrarias a la diligencia y cuidado, que
le compete.

Es claro que el juzgador de segundo grado solo quiso


enunciar los procederes del empleador que a su juicio eran
indicativos de que faltó a la diligencia y cuidado que
invariablemente debe asumir para brindar protección y
seguridad a sus trabajadores en el desempeño de sus labores,
como exigencias que emanan no sólo de la “culpa leve”,
propia de los contratos que se hacen para beneficio recíproco
de las partes, sino de las obligaciones que le imponen otras
normas legales propias o relacionadas con el derecho del
trabajo, como son las de “Procurar a los trabajadores, locales
apropiados y elementos adecuados, de protección contra los
accidentes y enfermedades profesionales en forma que se
garanticen razonablemente la seguridad y la salud.” (Artículo
57, numeral 2 del C. S. del T., en consonancia con el artículo
348 del mismo estatuto), las de establecer disposiciones de
orden y seguridad (Artículo 108, numeral 10 del C. S. del T.),
la adopción de medidas especiales de prevención (Artículos
58 y 62 del Decreto 1295 de 1994) y las propias de la salud
ocupacional, como las de informar a los trabajadores sobre
los riesgos a los cuales están sometidos, sus efectos y las
medidas preventivas correspondientes (Artículo 24 del
Decreto Reglamentario 614 de 1984).

Viene al caso anotar que los procederes del empleador que a

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su juicio son indicativos de una eventual culpa suya en un


accidente de trabajo o enfermedad profesional no sólo son los
que se indican en la sentencia recurrida y que tampoco puede
hacerse una enunciación taxativa de ellos, pues si bien son
los esenciales no es dable descartar que se puedan dar otras
situaciones igualmente atribuibles a su responsabilidad. Hay
que decir también que el señalamiento de unos eventos que
usualmente puedan determinar la culpa del empleador en el
infortunio laboral no significa que se esté presumiendo su
incumplimiento en las obligaciones de diligencia y cuidado
que tiene a su cargo por mandato de las normas legales que
se ocupan de la materia, a las que antes se hizo alusión, pues
sólo podrá ser declarada la culpa patronal en la medida que
esté acreditado el hecho o hechos que la demuestren
suficientemente, conforme lo exige el artículo 216 del C. S.
del T.

Surge de lo expuesto entonces que el sentenciador de


segundo grado no se apartó del criterio inveterado de la Sala
de acuerdo con el cual quien reclama la indemnización plena
y ordinaria de perjuicios prevista en el artículo 216 del C.S.
del T. debe demostrar suficientemente que el empleador
incurrió en culpa en la ocurrencia del accidente de trabajo o
enfermedad profesional que da sustento a tal reclamación. En
torno de este tema la Sala reiteró su posición en sentencia de
14 de agosto de 2012, Radicación 39446 en la que se indicó,
lo siguiente:

“Es así como, cuando se persigue, se fije en el demandado la


responsabilidad plena y ordinaria de perjuicios por culpa en el
accidente de trabajo o la enfermedad profesional, debe

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Radicado n° 42561

demostrar el peticionario que el empleador incurrió en culpa en


su ocurrencia, para que asuma la totalidad de los perjuicios
que produjo este hecho.

“Sobre este punto, valga aludir a la sentencia de esta Sala del


30 de junio de 2005, radicación 22656, citada por el recurrente,
donde se precisó que:

‘"Ahora bien, la viabilidad de la pretensión indemnizatoria


ordinaria y total de perjuicios, como atrás se dijo, exige el
acreditarse no solo la ocurrencia del siniestro o daño por causa
del accidente de trabajo o enfermedad profesional, sino
también, la concurrencia en esta clase de infortunio de ‘culpa
suficiente comprobada’ del empleador.”

‘"Esa ‘culpa suficiente comprobada’ del empleador o, dicho en


otros términos, prueba suficiente de la culpa del empleador,
corresponde asumirla al trabajador demandante, en
acatamiento de la regla general de la carga de la prueba de
que trata el artículo 177 del Código de Procedimiento Civil. Es
decir, a éste compete ‘probar el supuesto de hecho’ de la
‘culpa’, causa de la responsabilidad ordinaria y plena de
perjuicios laboral, la cual, por ser de naturaleza contractual
conmutativa es llamada por la ley ‘culpa leve’ que se predica
de quien, como buen padre de familia, debe emplear ‘diligencia
o cuidado ordinario o mediano’ en la administración de sus
negocios.”

‘"De suerte que, la prueba del mero incumplimiento en la


‘diligencia o cuidado ordinario o mediano’ que debe desplegar
el empleador en la administración de sus negocios, para estos
casos, en la observancia de los deberes de protección y
seguridad que debe a sus trabajadores, es prueba suficiente de
su culpa en el infortunio laboral y, por ende, de la
responsabilidad de que aquí se habla, en consecuencia, de la
obligación de indemnizar total y ordinariamente los perjuicios
irrogados al trabajador.”

‘"La abstención en el cumplimiento de la ‘diligencia y cuidado’


debidos en la administración de los negocios propios, en este
caso, las relaciones subordinadas de trabajo, constituye la
conducta culposa que exige el artículo 216 del Código
Sustantivo del Trabajo para infligir al empleador responsable la
indemnización ordinaria y total de perjuicios.”

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Radicado n° 42561

‘"No puede olvidarse, además, que ‘la prueba de la diligencia o


cuidado incumbe al que ha debido emplearlo’, tal y como lo
pregona el artículo 1604 del Código Civil, por tanto, amén de
los demás supuestos, probada en concreto la omisión del
empleador en el cumplimiento de sus deberes de protección y
seguridad, en otras palabras, de diligencia y cuidado, se
prueba la obligación de indemnizar al trabajador los perjuicios
causados y, por consiguiente, si el empleador pretende cesar
en su responsabilidad debe asumir la carga de probar la causa
de la extinción de aquélla, tal y como de manera genérica lo
dice el artículo 1757 del Código Civil.”’

El cargo, de acuerdo con lo indicado, no prospera.

Las costas en el recurso extraordinario estarán a cargo de la


parte recurrente. Como agencias en derecho se fija la suma
de seis millones de pesos (6´000.0000,00) moneda corriente.

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, Sala


de Casación Laboral, administrando justicia en nombre de la
República y por autoridad de la ley, NO CASA la sentencia
dictada el 5 de agosto de 2009 por el Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Villavicencio, dentro del juicio ordinario
laboral promovido por MARITZA FITATA SÁNCHEZ, obrando
en nombre propio y en representación de sus hijos menores
de edad ÁNGEL MARTÍN y JEISON STIVEN PARDO FITATA
contra ADMINISTRADORA COOPERATIVA SOLIDARIA DEL
ORIENTE “COOP-SOL DE ORIENTE”.

Costas en el recurso extraordinario a cargo de la parte


recurrente.

Se fijan las agencias en derecho en seis millones de pesos


($6.000.000,oo) moneda corriente.

20
Radicado n° 42561

Por la Secretaría, practíquese la liquidación de costas.

Cópiese, Notifíquese, Publíquese Y Devuélvase El Expediente


Al Tribunal de Origen.

RIGOBERTO ECHEVERRI BUENO

JORGE MAURICIO BURGOS RUIZ ELSY DEL PILAR CUELLO CALDERÓN

LUIS GABRIEL MIRANDA BUELVAS CARLOS ERNESTO MOLINA MONSALVE

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