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Indicadores del desarrollo sostenible y capital natural como herramientas

para alcanzar el bienestar.


Alcántara Cortés, Jonathan David1
Alcántara, J. (2019). Indicadores del desarrollo sostenible y capital natural como herramientas para alcanzar el
bienestar.

“La naturaleza es inagotablemente sostenible si cuidamos de ella. Es nuestra


responsabilidad universal pasar una tierra sana a las futuras generaciones”
Sylvia Dolson
Resumen
De la pregunta de cómo surge el desarrollo sostenible (DS) y las tendencias primarias al momento de
darse la formulación e implementación diez años después del informe Brundtland, aparecen un
sinnúmero de preguntas equivalentes a comprender si se está llegando o no a cumplir el principio
fundamental de “satisfacción de las necesidades presentes sin comprometer la capacidad de las
generaciones futuras de satisfacer las suyas propias”, a través del análisis de lo que significan las
condiciones necesarias para que este modelo de desarrollo se ejecute de manera óptima , y evaluando
las directrices principales de su autodenominación sostenible. Así mismo, se da un debate crítico entre
las definiciones de desarrollo sostenible débil y fuerte, se mencionan los aspectos integrales para la
interpretación del bienestar que ofrece desde sus distintos capitales, se plantean aspectos de la
sustituibilidad de capitales, se da a conocer la importancia que tiene el desarrollo tecnológico para su
mantenimiento y se postulan definiciones como la sostenibilidad socialmente fuerte en el marco de
la medición de su efectividad en la búsqueda del mayor bienestar y la mejor calidad de vida, para
finalmente definir en qué se puede contribuir para llevar a cabo un verdadero desarrollo sostenible.
Palabras Clave: agotamiento, bienes, cambio tecnológico, intergeneracional, riqueza, utilidad.
Introducción
A través de los planteamientos formulados por (Pearce & Atkinson, 1998) se logra identificar siete
enfoques, desarrollados en el siguiente orden: a) se hace una introducción a la teoría básica del
desarrollo sostenible, se identifica que debe sostenerse de acuerdo a los capitales principales, y el rol
que cumplen algunos aspectos sociales en la viabilidad del DS, b) se identifican dos sostenibilidades:
la débil y la fuerte, se hace una diferenciación conceptual entre ambas y se incluye la regla de capital
constante como indicador diferenciador, c) se evalúa si el DS es por sí mismo un concepto redundante
a través de la discusión de las características que éste posee, la composición del capital, la crítica que
hace Beuckerman al respecto, y se mencionan los aportes que el cambio tecnológico tiene en su
implementación, d) se mencionan las características de un modelo de sostenibilidad ambientalmente
fuerte, y se identifican las ventajas y desventajas que tiene en comparación con otros modelos, e) se
mencionan las características de un modelo de sostenibilidad socialmente fuerte, y se realiza el
análisis con respecto al modelo anterior para definir los aportes adicionales que su implementación
involucra, f) se formula la medición de la sostenibilidad débil a partir de la integración del indicador
de ahorros genuinos y finalmente en g) se integra una discusión general sobre el indicador anterior.

1
Ingeniero Ambiental. Estudiante de Maestría en Desarrollo Sustentable y Gestión Ambiental de la
Universidad Distrital Francisco José de Caldas. jdac0@hotmail.com
En todo el proceso los autores definirán una serie de conceptos inherentes a la caracterización del DS,
los indicadores utilizados y propuestos para el seguimiento a su implementación, y formulará un
contraste entre los distintos tipos de sostenibilidad y los aportes individuales que cada uno presenta
para la gestación de un DS verdadero, a partir del análisis de la dinámica de capitales que se daría al
implementar uno u otro modelo. Finalmente, los autores describirán un indicador evaluativo de
sostenibilidad y se dará la crítica de este en contraste con nivel de pertinencia y evaluación.
Desarrollo de contenidos
Parte esencial del modelo de desarrollo sostenible es evaluar la viabilidad que éste posee y si consigue
alcanzar los objetivos propuestos mediante la diferenciación y discusión de sus metas, así como el
seguimiento a sus indicadores propios. Los autores (Pearce & Atkinson, 1998) en este artículo
relacionan aspectos del DS como las oportunidades que ofrecen, las capacidades que tienen y las
competencias resultantes, en términos de mejorar el bienestar del grupo humano (utilidad) y aumentar
la calidad de vida. Para ello, definen lo que es el capital, entendido como el grupo de existencias o
valores que los bienes tienen, diferenciados en grupos de capitales que se relacionan entre si como
son: los bienes producidos, es decir, el capital artificial (Km), los conocimientos y habilidades
inherentes al ser humano, también conocido como capital humano (Kh), el conjunto de los bienes y
recursos naturales propios del ambiente, capital natural (Kn), y las relaciones existentes entre
individuos, instituciones y todo el aparato social, capital social (Ks). En este punto los autores
mencionan como algunos países tienen mejores indicadores que otros en términos desarrollo social y
económico, es decir, elevados índices en distintos capitales, debido principalmente a que existe un
mejor conflicto entre los grupos sociales, se da una mayor participación en los procesos de toma de
decisiones, hay mayor confianza entre los agentes económicos así como existe mayor presencia de
asociaciones voluntarias y también presentan mayor confianza y cooperación civil, al reducir el grado
de exclusión social, y los autores utilizan estos factores para evaluar el nivel de desarrollo sostenible
capaz de generar una sociedad en específico.
Adicionalmente (Pearce & Atkinson, 1998) mencionan factores a tener en cuenta como parte del
capital base del DS: la tasa de cambio tecnológico y los cambios poblacionales, en donde el primero
se refiere a un repertorio material y no material de conocimientos y habilidades en el que a mayor
rendimiento se evidencia mayor flujo de servicios cubiertos, y por lo tanto, mayor eficiencia de
capital. Por su parte el segundo, cuando tiene un crecimiento puede estimular el cambio tecnológico,
y de esta forma el bienestar, a través de la invención y la innovación en un área particular. Sin
embargo, los autores mencionan que el cambio poblacional tiene una marcada tendencia a reducir los
valores de capital, en especial de Kn, cuando el factor tiene aumento, y, por lo tanto, tendencia a
disminuir los valores de capital y hacer el DS menos factible. A este respecto, los autores también
enfatizan que si algún capital, cualquiera que sea su tipo, presenta un cambio sustancial, el capital
general se verá afectado, y por consiguiente, los capitales que lo constituyen, por lo que es necesario
impulsar la distribución de la riqueza entre cada generación para permitir la sostenibilidad de capitales
y dar así mismo prioridad a la capacidad productiva de una población, buscando equilibrar la
necesidad con el rendimiento. En otras palabras, las condiciones para alcanzar el DS pueden ser
interpretadas en términos de la regla de capital constante (CCR), lo que significa el cambio de los
valores reales de los bienes debe resultar negativo en el acumulado, dando lugar a lo que identifican
como la sostenibilidad débil (WS), indicando que todas las formas de capital son sustituibles entre sí.
En este punto, (Pearce & Atkinson, 1998) sustentan que la sostenibilidad débil se caracteriza por dejar
en claro que cualquier forma de capital se puede agotar siempre que los ingresos se reinviertan en
otras formas de capital, y mencionan que muchos de aquellos que no creen en la sustituibilidad de los
bienes, en especial del capital natural, defienden la sostenibilidad fuerte (SS), una en la que los valores
del capital natural se mantengan en el tiempo y no decrezcan, pues consideran que son la prioridad.
Sin embargo, los autores a este respecto critican tal afirmación indicando que, si solo se conservara
el Kn, difícilmente se podría hablar de DS, aunque no por ello debe darse prioridad exclusiva a otros
capitales como el Km, dado que los indicadores monetarios no tienen en cuenta las externalidades,
únicamente los precios, lo que no permite saber a ciencia cierta si la WS afecta en gran medida al Kn.
Posteriormente los autores hacer alusión al concepto de DS como modelo de desarrollo que no es
necesariamente redundante o parecido a otro tipo de modelos. Para argumentarlo se refieren a los
horizontes de tiempo, que involucran líneas temporales a largo plazo para evidenciar la efectividad
de las políticas del DS, también el que las futuras generaciones lo consideren adecuado, a través del
seguimiento del modelo y su percepción y demuestre que puede ser sostenible. A este respecto
mencionan el modelo de superposición generacional el cual consiste en comparar un par de
generaciones para conocer si la generación anterior garantizará un futuro para la siguiente, y
concluyen que la generación actual no puede garantizar que la siguiente no utilice su legado sin
importar que la siguiente pueda disponer de él, dado que no se puede obligar a ninguna generación a
cuidar y conservar, y por lo tanto, no se puede asegurar un crecimiento del bienestar capital a través
del tiempo. A continuación, (Pearce & Atkinson, 1998) definen lo que debe ser un legado
intergeneracional sostenible, partiendo del análisis de debilidades del modelo SS en que se restringe
mayoritariamente el Kn, y se altera el flujo de capitales que conformar el capital base; para
argumentar que dos modelos descendientes conocidos como sostenibilidad social estricta y
sostenibilidad natural estricta, pueden considerarse sustitutos viables de sostenibilidad. No obstante,
también reconocen las debilidades del modelo WS, partiendo de las ideas de Beckerman, el cual hace
alusión a que este modelo de desarrollo no agrega nada a la optimización económica convencional,
dado que el criterio para juzgar la conveniencia de determinado capital es “lo que más” contribuye a
asegurar el bienestar, y no s la manera más óptima de garantizarlo, y por este motivo, no se podría
hablar de la búsqueda del mayor bienestar posible desde la perspectiva tradicional.
Complementariamente, los autores aluden al beneficio puntual al que conlleva el cambio tecnológico
para el DS. Hacen una distinción entre dos tipos de cambios tecnológicos: exógenos y endógenos.
Los primeros dejan de lado la contabilidad de activos naturales, mientras los segundos se enfocan en
la creación de una nueva tecnología que se base en la utilización de recursos escasos, que podrían
utilizarse en otra parte del proceso productivo, evidenciando así el costo de oportunidad entre
tecnología y producción, y la decisión de optar por tecnología. Luego de dar conocimiento de este
tipo de tecnologías, (Pearce & Atkinson, 1998) describen la sostenibilidad ambientalmente fuerte, la
cual se caracteriza por el mantenimiento de un capital natural constante que se refleja directamente
en la asignación de un valor real a los valores de Kn, aunque a través de mediciones complejas que
involucran asignar un precio a cada bien natural basado en las preferencias de una población
determinada y establecer un precio sombra, es decir, un precio estimado sobre el bien que no tiene
precio real dentro del mercado; los autores mencionan que el integrar estas características significa
dar prioridad a ciertos bienes naturales, dado que siempre se requiere de una cantidad de Kn mínima
dentro de un modelo DS. Sin embargo, surge la pregunta de cuáles son los bienes naturales críticos
que se deben conservar, a lo que los autores responden indicando que las generaciones mismas
establecen la esencialidad de un determinado recurso natural, de acuerdo con su contexto, y a que, si
se da la ausencia de un bien no esencial, los ambientes pueden conservarse. Para apoyar la regla del
SS los autores establecen algunas razones, entre las que cabe destacar: a) la incertidumbre sobre el
grado de sustituibilidad de bienes naturales y otro tipo de bienes, b) la existencia de asimetrías entre
los tipos de capital y su reversibilidad, dado que no se pueden reconstruir las reservas de capital
crítico, c) no se conoce a ciencia cierta la escala de efectos derivados de la perdida de capital natural,
d) la aversión que surge entre los consumidores ante el agotamiento de ciertos recursos naturales,
dado que se valora más una unidad perdida que una ganada, e) la existencia de preferencias sobre los
bienes naturales de acuerdo a con que letra inicia la palabra asociada al recurso. En todas estas
alusiones, los autores concluyen que la SS no es de ningún modo superior a la WS, pero reiteran que
ambos modelos pueden contribuir al alcance de un DS más oportuno y adecuado.
Para contrastar la viabilidad de una sostenibilidad ambientalmente fuerte, (Pearce & Atkinson, 1998)
hacen alusión a la sostenibilidad socialmente fuerte, y la caracterizan indicando que son todas aquellas
relaciones sociales como normas de comportamiento e interacciones personales que contribuyen al
crecimiento del bienestar, y pueden contribuir al DS partiendo de que: a) el flujo de información entre
agentes económicos mejora cuando hay buenas relaciones sociales, b) la confianza mejora la
viabilidad de transacciones, c) se reduce el control publico al mejorar las relaciones entre individuos,
organizaciones y gobierno, d) se sustituyen otras formas de capital como el Km, e) se reducen tasas
de descuento que ponen en riesgo al medio ambiente, f) los factores externos tienen más control dado
que todos los agentes conocen lo que sucede en el medio, g) involucra a toda la comunidad y por lo
tanto todos se hacen responsables de los recursos y f) inhibe comportamientos antisociales que alterar
medio ambiente. Sin embargo, este modelo también presenta desventajas cuando las relaciones dentro
de determinado circulo social limitan al exterior, y hacen al contexto de sostenibilidad
ambientalmente fuerte más ineficiente.
Finalmente, los autores dan a conocer un indicador conocido como “ahorros genuinos”, que consiste
en la medición del producto nacional neto verde (en contrapartida con el ya conocido producto
nacional bruto), y que en síntesis consiste en una alternativa para la medición de efectos e impactos
sobre el ambiente, evaluando la depreciación de los bienes capitales, dando atención al capital natural,
en un contexto espacial y temporal determinado. No obstante, mencionan algunas críticas que se ha
llevado este indicador, como algunos que aluden que no se trata de un verdadero indicador de
sostenibilidad, porque parece ser más un indicador del comportamiento no sostenible, también a que
la sostenibilidad estricta no es la única manera de argumentar la sostenibilidad general, y que muchos
factores evaluados por este indicador se adaptan más a países desarrollados que países emergentes,
por mencionar algunos.
Análisis comparativo
Para comprender las afirmaciones que hacen al respecto (Pearce & Atkinson, 1998) con respecto al
desarrollo sostenible, sus tipos y el modo de mantenimiento a largo plazo del modelo, es necesario
indagar respecto a los tipos de indicadores que pueden visibilizar mejor si se trata o no de una
herramienta que posibilita el bienestar y la calidad de vida de las personas de forma general. Por este
motivo y de forma complementaria, (Arias, 2006) realiza una recopilación de los indicadores más
relevantes de los últimos años, entre ellos, menciona el enfoque Hartwick-Solow, de la economía
neoclásica y heredero de la sostenibilidad débil, quien propuso una regla para garantizar el consumo
de bienes no declinante a través del tiempo, demostrando que si el capital no es decreciente en el
tiempo, el consumo tampoco lo es, garantizando de esta manera la producción constante con
cantidades mínimas de consumo de recursos naturales. Posteriormente habla del producto nacional
neto ajustado ambientalmente, metodología que requiere que se conserve el constante crecimiento de
la generación de riqueza, y se basa en el ingreso total de una economía en un año determinado,
restando la depreciación de capital hecha por el hombre, en términos de contaminación, consumo de
recursos renovables y consumo de insumos. Esta metodología parece similar a la adoptada por (Pearce
& Atkinson, 1998) cuando mencionan el indicador de ahorros genuinos. Más adelante, (Arias, 2006)
menciona otra indicador importante conocido como el sistema de cuentas ambientales y económicas,
que consiste en medir un producto interno bruto que incluya aspectos ambientales, siendo un
acotación de la contabilidad ambiental, en el que se incluyen la valoración de daños ambientales, los
servicios ambientales y los cambios en acervos de capital natural. Similar a este es el ahorro neto
ajustado, que según la descripción de (Arias, 2006) consiste en el calculo de la contabilidad nacional
del ahorro nacional bruto, el ingreso nacional bruto menos el consumo público y privado, realizando
algunos ajustes al valorar la depreciación de capital causada por el ser humano y teniendo presente la
disminución de los valores de activos ambientales por extracción o agotamiento de recursos naturales.
Todas y cada una de estas metodologías parecer ser complementarias a las consignadas por (Pearce
& Atkinson, 1998), y pueden brindar soporte al seguimiento de las condiciones del DS en base al
capital natural.
Por otro lado, y teniendo presente la importancia que tiene el capital natural para la implementación
de un DS integro, para (Gómez-Baggethun & de Groot, 2007) las bases del bienestar humano se
sustentan en los contextos socioeconómicos en relación a los ecosistemas en los que esta inmersos,
en las que las funciones de estos permiten generan un flujo de servicios que tienen incidencia directa
en la calidad de vida de las personas, ya que como seres humanos dependemos de la transformación
de materiales y energía que solo pueden ser obtenidos de la naturaleza para poder subsistir, por lo que
el desarrollo económico depende en el largo plazo de un mantenimiento de los sistemas ecológicos
que sustentan estas relaciones sociedad-naturaleza, entendido como su capital natural, que no es otra
cosa que los beneficios potenciales asociados a las funciones que los ecosistemas proveen,
conceptualizados como beneficios reales, asociados a garantizar entre otras condiciones la regulación
atmosférica y climática, la amortiguación de perturbaciones, la regulación hídrica y su disponibilidad,
la sujeción y formación del suelo, la regulación de nutrientes y procesado de residuos, el control
biológico y la polinización, y la función de refugio, comida, proveer materias primas, recursos, paisaje
y muchas más. A este respecto, (Pearce & Atkinson, 1998) son claros al entender el capital natural
como parte del DS, sin ser condición necesaria para que se dé, pero con una importancia elemental
para el mantenimiento del bienestar humano intergeneracional.
Finalmente, desde la perspectiva de (Tapia & Sandoval, 2001), existe una clara relación entre el
crecimiento económico y los recursos naturales como proveedores del bienestar humano. Sin
embargo, hacen alusión a los aportes que hace Adam Smith, dando una conclusión clara mediante la
demostración matemática de que entre más acumulación de capital exista mayor será de igual manera
el crecimiento poblacional, pero existe un límite para la acumulación de capital debido a una fase
estacionaria de la población a lo largo del tiempo por causa de la finitud de los recursos naturales,
que no puede acrecentar indefinidamente el capital disponible. También, se refiere al modelo de
David Ricardo, derivada de los aportes de Smith, aunque con la diferencia de que existe un límite
sujeto a la cantidad de tierras disponibles sumado a una aplicación proporcional de mano de obra.
Parte de este análisis de teorías económicas neoclásicas consiste en determinar que el enfoque de
Ricardo también tiene una fase estacionaria en el que la población permanece constante y en tal
sentido, la dotación de recursos naturales frena la acumulación de capital en la economía propuesta.
Por tal motivo, y en contraste con lo descrito por (Pearce & Atkinson, 1998), (Tapia & Sandoval,
2001) mencionan que el problema de la sustentabilidad no es reciente, y aunque la innovación
tecnológica puede suplir gran parte de la problemática de equilibrio del capital base, para el autor,
existe evidencia clara de capitales críticos que son condicionantes de la sostenibilidad a través del
tiempo.
Síntesis
Dados los aportes realizados por (Pearce & Atkinson, 1998) para evaluar el desarrollo sostenible
como modelo económico que busca generar un mantenimiento de las condiciones de vida dentro del
marco del bienestar y la calidad de vida, tanto para las generaciones presentes como para las futuras,
la síntesis se desglosa al describir la teoría básica del DS, generar un debate entre la viabilidad de la
sostenibilidad débil y sostenibilidad fuerte de acuerdo a sus características, ventajas y desventajas,
evaluando la composición del capital y la incidencia directa e indirecta que tienen entre sí los distintos
tipos de capital componentes del capital base, aunado a la importancia demostrada por el autor de que
el capital natural es esencial, no condicional, del DS, y efectuando un análisis bibliográfico de lo que
significa el desarrollo tecnológico en contraste con la adecuación social al DS, desde la perspectiva
de la sostenibilidad ambientalmente fuerte y la sostenibilidad socialmente fuerte, equiparando los
aportes que cada una tiene respecto al modelo base de DS, en comparación con una implementación
de una sostenibilidad débil o fuerte únicamente, y la relación de los indicadores estudiados dentro del
análisis comparativo, basados en la recopilación de literatura de (Arias, 2006) respecto a otros
indicadores complementarios para su determinación y constante evaluación, la función del ecosistema
planteada por (Gómez-Baggethun & de Groot, 2007) y los aportes relevantes que hace (Tapia &
Sandoval, 2001) en cuanto a la definición de capital natural, el presente resumen no es otra cosa que
la recopilación de información y análisis de las variables determinantes del DS para el ejercicio
profesional, la evaluación ambiental de acuerdo a la sostenibilidad, y la gestión ambiental aplicada
en entornos sociales reales.
Conclusiones
Aunque existe relación entre el crecimiento económico y el bienestar, la incidencia que aquel tiene
sobre este no es necesariamente determinante de su optimización. Los modelos económicos
tradicionales justifican alimentar capitales de producción, pero no tienen en cuenta que la valorización
del capital base depende en gran medida del equilibrio entre todos los capitales.
Asimismo, aunque el capital natural es relevante dentro del enfoque del desarrollo sostenible, no es
condicionante, pero si esencial para dar validez al modelo que busca garantizar la satisfacción de las
necesidades futuras. A través de la lectura, y siguiendo el análisis de los autores consultados, es
posible afirmar que no puede existir desarrollo sostenible sin capital natural, pero definitivamente
existen capitales naturales críticos necesarios para el mantenimiento a largo plazo de las necesidades
humanas.
Finalmente, el establecimiento de indicadores que evalúen el desarrollo sostenible permite identificar
áreas de mejora para el mantenimiento a largo plazo del modelo. Es necesario incluir variables
socioambientales que evalúen el grado de percepción que tienen las personas con respecto al bienestar
y calidad de vida que llevan.

Referencias

Arias, F. (2006). Desarrollo sostenible y sus indicadores. Sociedad y Economía, 200-229.

Gómez-Baggethun, E., & de Groot, R. (2007). Capital natural y funciones de los ecosistemas:
explorando las bases ecológicas de la economía. Ecosistemas, 4-14.
Pearce, D., & Atkinson, G. (1998). The Concept of Sustainable Development: an evaluation of its
usefulness ten years after Brundtland. London: CSERGE Working Paper PA 98-02.

Tapia, L. R., & Sandoval, D. R. (2001). El concepto de capital natural en los modelos de crecimiento
exógeno. Análisis Económico, 109-128.

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