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LITURGIA DE LAS HORAS

HORA TERCIA (sentados a dos coros)


DOMINGO I DE CUARESMA 2020 Salmo 119 - DESEO DE LA PAZ
INVOCACIÓN
(Todos de pies) En mi aflicción llamé al Señor,
+ Señal de la cruz y él me respondió.
V. Dios mío, ven en mi auxilio. Líbrame, Señor, de los labios mentirosos,
R. Señor, date prisa en socorrerme. de la lengua traidora.
Gloria al Padre, Y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, ¿Qué te va a dar o a mandar Dios,
por los siglos de los siglos. Amén. lengua traidora?
Flechas de arquero, afiladas
Himno: AMIGO DE LOS HOMBRES, JESUCRISTO con ascuas de retama.
(Todos a un solo coro)
¡Ay de mí, desterrado en Masac,
Amigo de los hombres, Jesucristo, acampado en Cadar!
tú solo das sentido a nuestra historia, Demasiado llevo viviendo
y, con los ojos fijos al futuro, con los que odian la paz;
la Iglesia vive fiel a tu memoria. cuando yo digo: «Paz»,
ellos dicen: «Guerra».
Este tiempo de ayuno te presenta
de nosotros la parte más oscura, Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
y tus manos clavadas al madero Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
nos devuelven tu paz y tu ternura. Amén.

A lo largo del día no nos dejes, Salmo 120 - EL GUARDIÁN DEL PUEBLO.
no nos falte la luz de tu mirada:
llena de amor los pasos que caminan Levanto mis ojos a los montes:
de este mundo a la luz de tu alborada. Amén. ¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
Salmodia que hizo el cielo y la tierra.
Antífona 1: Han llegado los días de penitencia;
expiemos nuestros pecados y salvaremos nuestras almas. No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel.
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seguridad en tus palacios.»

El Señor te guarda a su sombra, Por mis hermanos y compañeros,


está a tu derecha; voy a decir: «La paz contigo.»
de día el sol no te hará daño, Por la casa del Señor, nuestro Dios,
ni la luna de noche. te deseo todo bien.

El Señor te guarda de todo mal, Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


él guarda tu alma; Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
el Señor guarda tus entradas y salidas, Amén.
ahora y por siempre.
Ant. Han llegado los días de penitencia; expiemos nuestros pecados
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. y salvaremos nuestras almas.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén. LECTURA BREVE Is. 55, 6-7

Salmo 121 LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN Buscad al Señor mientras se le puede encontrar, invocadlo mientras
está cerca; que el malvado abandone su camino y el criminal sus
¡Qué alegría cuando me dijeron: planes; que regrese al Señor y él tendrá piedad, a nuestro Dios, que
«Vamos a la casa del Señor»! es rico en perdón.
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. V. Señor, crea en mí un corazón puro.
R. Renuévame por dentro con espíritu firme.
Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta. OREMOS,
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor, Dios nuestro, que amas la inocencia y la devuelves a quienes la han
perdido, atrae hacia ti nuestros corazones, para que, inflamados por
según la costumbre de Israel, el fuego de tu Espíritu, permanezcamos firmes en la fe y seamos
a celebrar el nombre del Señor; diligentes para hacer el bien. Por Cristo nuestro Señor.
en ella están los tribunales de justicia Amén.
en el palacio de David.
CONCLUSIÓN
Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman, + V. Bendigamos al Señor.
haya paz dentro de tus muros, R. Demos gracias a Dios.
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