Está en la página 1de 15

Universidad de Carabobo

Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas


Escuela de Derecho “Miguel José Sanz”
Cátedra Derecho Minero, Petrolero y Ambiental
Profesor: Ramón José Bahri Pinto
_____________________

Material de distribución gratuita para los alumnos del cuarto


año, secciones “01” y “03”, del año académico 2020.-

Primera Unidad

El Derecho Minero:

Se hace necesario comenzar estas líneas trazándonos una


meta para el aula de clases, en el sentido, de lograr distinguir entre
lo que se debe entender como Legislación Minera y Derecho
Minero, la primera, hace referencia a la Ley o conjunto de leyes
que conforman la regulación de las minas y su clasificación, el
segundo, lo entendemos como el conjunto de principios científicos
jurídicos que colaboran para la creación de la ley.
Visto lo anterior, es prudente pasar a revisar algunos
conceptos que han sido formulados sobre la materia que será
objeto de estudio durante nuestros encuentros en las clases del
presente año académico, en la Escuela de Derecho “Miguel José
Sanz”, de la Universidad de Carabobo, por lo que a continuación,
incorporamos algunas definiciones sobre la materia a través del
tiempo:

BONNEMAISON W., JOSÉ LUIS. (1965). Quien dirigió los


destinos universitarios correctamente como Decano de ésta Facultad y
posteriormente en su condición de Rector Magnífico de la Universidad de
Carabobo, en sus tiempos como integrante de la Cátedra Derecho
Minero, formuló la siguiente definición:
“Es una disciplina de ordenación jurídica, inspirada en el principio de
utilidad pública e integrada por postulados técnicos-científicos y por
normas generales e individualizadas, unas de carácter público, y otras de
naturaleza privada, que tiene por objeto:

1.- Determinar el régimen propio del dominio y administración de las


minas.
2.- Regular las actividades inherentes a la industria minera,
comprendidas la exploración, la explotación, la manufactura, el transporte y
las actividades auxiliares; y
3.- Establecer el régimen aplicable a las relaciones y conflictos que
surjan entre los particulares y entre éstos y el Estado, con motivo del
aprovechamiento de la riqueza mineral.

1
Sostiene acertadamente en este punto el profesor Bonnemaison. “Este
concepto se completa con la observación de nuestro derecho, de reciente
sistematización jurídica, pero antiguo en el acontecer fenomenológico, atiende a dos
principios cardinales, a saber:

a) La constitución de las minas como un bien distinto del suelo; y


b) La presencia de un interés de orden público en relación a la explotación
ordenada y regular de los yacimientos mineros.”

Material de distribución gratuita para los alumnos del cuarto año, secciones “01” y “03”, del
año académico 2020.-

GONZALEZ BERTI, LUIS. Catedrático venezolano, (1981) “Por


Derecho Minero entendemos el conjunto orgánico de principios de Derecho
Público, que regulan la actividad del Estado y de los particulares con
motivo del aprovechamiento económico de la riqueza mineral”.

PRIETO SILVA, ENRIQUE. (2013). Autor venezolano. “ Conjunto


de normas de Derecho Público con carácter de especial, que regulan para el
Estado y para los particulares, la materia relativa a la exploración,
explotación, transformación, almacenamiento tenencia, circulación,
transporte y comercialización de los minerales, así como la administración
general de la industria minera, atendiendo al principio constitucional de la
defensa y la conservación de los recursos naturales, cuya acción debe estar
dirigida primordialmente al beneficio colectivo de los venezolanos.”

Alcance de estas definiciones.

1.- Podemos percatarnos que en ellas persiste la siguiente acotación: “son


un conjunto de normas y principios jurídicos”. Ubican los autores de
estos conceptos, que la materia estudia las leyes, códigos y principios
jurídicos que la informan y les son propios, diferenciándola de otras ramas
del derecho en general.
2.- En cuanto a las definiciones reseñadas de los autores patrios, la
constante es el de establecer que esas normas se encuentran ubicadas
dentro del Derecho Público, en Venezuela, ese carácter se proclama en la
declaratoria de Utilidad Pública que tiene la actividad minera en la Ley,
como estudiaremos y fundamentaremos más adelante.
3.- Destinadas a regir la actividad del Estado. En gran parte de los países
con riqueza mineral, la Nación es la propietaria de ese bien, por lo que se
demanda una legislación que defina los alcances de esa propiedad y las
formas a través de las cuales, el Estado podrá establecer un régimen y
administración para su aprovechamiento, aún, cuando de forma expresa en
esas definiciones no se hable respecto de la propiedad del yacimiento.
4.- Los autores definen que están propuestas para supervisar la
participación de los particulares. Es imperativo, que la determinación
jurídica en cuanto a las formas en las cuales podrán intervenir los
particulares en las distintas etapas del proceso industrial minero.
5.- Con el propósito de regular las relaciones de los particulares entre sí
y de estos con el Estado. Este es un aspecto esencial en la regulación de la
materia, por cuanto, debe quedar expuesto con meridiana claridad, las
características de la propiedad minera y sus alcances (Estado), que derechos
y obligaciones son susceptibles a los terceros que intervienen en el marco

2
legal de la materia, generalmente, los concesionarios, así como, de las
relaciones con el superficiario, o con el propietario de la superficie donde se
realizarán los trabajos para ubicar y extraer los minerales. En virtud de lo
anterior, es indispensable tener en cuenta, la eterna dificultad o conflicto
que se ha generado a través de la historia, entre el que trabaja la mina y
quien detenta la superficie, materia que será objeto de estudio por el
Derecho Minero, para establecer los modelos de regulación de las
relaciones que surgen entre los propietarios de esos distintos bienes, que en
las clases por venir y estos conceptos ya les van advirtiendo sobre ello. Sin
dejar de mencionar las situaciones que se presentan entre los mineros o
concesionarios, como consecuencia de su vecindad en tan extensas y
profundas circunstancias.
6.- Con ocasión al aprovechamiento de la actividad extractiva, dejando
claro que se refiere al aspecto del “aprovechamiento económico de la
riqueza minera,” lo cual se traduce en las distintas etapas que permite la
Ley a la industria minera, desde la simple exploración, hasta la enajenación
definitiva de los productos obtenidos en la explotación de las minas.

Material de distribución gratuita para los alumnos del cuarto año, secciones “01” y “03”,
del año académico 2020.-

Ubicación dentro del Derecho en General.

A lo largo de la historia, ha sido una constante la discusión respecto


de la ubicación del Derecho Minero, si pertenece a la rama del Derecho
Civil (privado), o por el contrario, sus normas no pueden ser relajadas por
convenios entre las partes que intervienen el actividad, llevándolo al mundo
del Derecho Público. Para llegar a dilucidar ese interesante punto, es
obligante recorrer algunas opiniones de los autores que escriben sobre el
tema, para alcanzar su correcta comprensión.

En aquellas naciones donde se acepta que la propiedad de las minas


está en manos de particulares, o se comparte ésta con el Estado, es seguro
que su legislación se incline por ubicar sus normas, o parte de ellas dentro
del ámbito del derecho privado, como se puede estudiar en la literatura
sobre ese punto.

Por el contrario, donde se trabaja sobre el desarrollo orgánico


científico de la materia, observamos que ubican al Derecho Minero dentro
del Derecho Público, y los tratadistas venezolanos están contestes en ese
punto; se puede expresar que lo encontramos ubicado dentro de esa rama
fundamentalmente por dos razones esenciales.

Una de Carácter Objetivo: En virtud de que existen un conjunto de


normas que tienen como objeto fundamental la regulación de las relaciones
entre el Estado Minero, el propietario de la superficie, el concesionario y los
terceros interesados en la actividad minera.

Otra de Carácter Subjetivo: En razón de que el Estado se encuentra


especialmente interesado en que las actividades mineras (proceso industrial
minero) se lleven a cabo, de una manera armónica y pacífica, para el mejor
aprovechamiento de los recursos.

3
Hurgando en la bibliografía sobre este tema, nos encontramos con la
opinión del Dr. Ezequiel Monsalve Casado, quien señala al respecto, se
ubica dentro del Derecho Público,
1°. Porque el Estado hace una declaratoria respecto a la actividad minera
en su Ley, estableciendo que es de utilidad pública, determinando por tanto
que las normas sean de carácter imperativo, dejando al margen la voluntad
de los particulares.
2°. Por el carácter público que acompañan a las normas del derecho
minero en sus relaciones con las demás disciplinas.

Material de distribución gratuita para los alumnos del cuarto año, secciones “01” y “03”,
del año académico 2020.-
La Cuestión de su Autonomía:

Consiste en la capacidad que tiene esta rama del derecho, para


abarcar un campo que les especial, especifico, vedado para otras ramas del
derecho. El poder resolver sus propios conflictos y problemas, dictando
normas cónsonas con la materia que regula. Estudiamos la autonomía de
este derecho desde tres aspectos básicos:

Autonomía Didáctica:
Se establece que el Derecho Minero es autónomo, en virtud que
desde hace muchos años en los diversos Institutos y Universidades, se
estudia como una cátedra independiente, separada; la cual tiene el mismo
rango de las otras materias que son impartidas.

Autonomía Científica:
Podemos expresar que es autónomo desde el punto de vista científico,
ya que en este campo existe una serie de Principios Científicos que el
Derecho Minero los acoge con modalidad propia, diferenciándose de la
aplicación que le dan en otras disciplinas. Ejemplo.
En materia minera, la indivisibilidad de la mina.
En materia Civil, la divisibilidad de la superficie.

Autonomía Jurídica:
También se aprecia la autonomía de este derecho en el ámbito
jurídico, por cuanto, se aplican principios que si bien son comunes al
derecho en general, el Derecho Minero los asume de tal manera que hay que
considerarlos propios de este; ejemplo los principio que estudiaremos más
adelante.

Como conclusión podemos expresar que la autonomía del Derecho


Minero se evidencia del hecho de que este integrado por un cuerpo
normativo formado por leyes, reglamentos, decretos, etc.

Material de distribución gratuita para los alumnos del cuarto año, secciones “01” y “03”,
del año académico 2020.-

La Ciencia Jurídica Minera

Es menester comenzar haciendo un comentario al respecto, por


cuanto estamos en presencia de un derecho especial, aplicable
exclusivamente a la actividad extractiva de los minerales y de los

4
personajes que intervienen en esa actividad, a lo que llamaremos en el aula,
“Proceso Industrial Minero”, conjugándose con su naturaleza particular, las
características de la explotación minera, el campo especial en el que ella se
desenvuelve, ver sus distintas fases, desde la exploración, hasta la
comercialización del mineral, depurado o no, analizando las condiciones de
las relaciones que se generan, que lo convierten forzosamente en un derecho
especial.
Es así como nos topamos con el punto que da cuenta, que la minería
es tan antigua como el hombre en la tierra, que su regulación jurídica partió
vinculando la propiedad de los minerales, al hecho factico del
descubrimiento del yacimiento, pero que sus fundamentos y caracteres se
han ido depurando gracias a los descubrimientos de la ciencia a través del
tiempo, la mayor dedicación, estudio y atención por parte del Estado y la
academia, hechos que catapultaron a la legislación minera al rango de
fundamental importancia para el desarrollo de la humanidad.
Por lo que podemos establecer como Ciencia Jurídica Minera:
Aquella que se encarga del estudio de los preceptos y principios técnico
jurídicos, que integran a este derecho; así como de la formación de su
cuerpo normativo y de las relaciones con las otras disciplinas.

ALCANCES:

|Definición que nos conduce a exponer los siguientes aspectos particulares


para nuestro país:

1.- La materia que es esencia de nuestra atención, está limitada al estudio


del ámbito legal de la actividad minera. No, a los aspectos Económicos o
políticos, que le rodean y son objeto de constantes críticas en el mundo
académico o social en el que nos desenvolvemos, los que en ningún
momento deben sernos indiferentes.

2.- Ha cobrado tal relevancia esta ciencia jurídica, que se ha vuelto


indispensable su estudio en las distintas universidades, donde se han creado
cátedras y centros de investigación. De vital importancia en un país con el
potencial minero como el nuestro, Con yacimientos importantes de hierro,
oro, coltan, entre otros.

3.- Como consecuencia de lo anterior, el aprovechamiento rentístico que el


Estado venezolano viene haciendo con su riqueza mineral, y las futuras
transacciones con la aparición y respaldo de las hoy llamadas
criptomonedas patrias, que serán garantizadas con pozos petroleros y
reservas de oro propiedad del Estado, (sobre cuya constitucionalidad y
legalidad nos referiremos posteriormente en clases), demanda la
preparación de juristas con especialidad en estas ciencias.
Material de distribución gratuita para los alumnos del cuarto año, secciones “01” y “03”,
del año académico 2020.-

Contenido del Derecho Minero:

A – Consideración de que las minas constituyen un bien, que será


objeto de regulación por parte del derecho, diferenciándose de la superficie
donde se encuentra.
B- Estudia el régimen de la propiedad minera.

5
C- Contempla el aprovechamiento de las minas en sus distintas
actividades de la industria
D- Interés del Estado de que las minas se exploten en beneficio de la
colectividad.
E- Regula las actividades de los particulares entre sí, y de éstos con el
Estado, entorno al aprovechamiento de las minas.

Material de distribución gratuita para los alumnos del cuarto año, secciones “01” y “03”,
del año académico 2020.-

PRINCIPIOS QUE INFORMAN AL DERECHO MINERO.-

Es sustentado por la mayoría, que cada rama de las ciencias jurídicas


posee un conjunto de normas de derecho que le son particulares y
fundamentales, las que no pueden desconocerse en su aplicación.

Cuando estudiamos un derecho de formación reciente, en cuanto a su


autonomía, como lo es, el derecho que enmarca el presente análisis,
haciendo referencia a su configuración legal, más no en cuanto a su
existencia, encontramos instituciones que si bien no le son originarias por
haberlas tomado de otros campos del derecho, por lo menos al adoptarlas, lo
realiza de tal manera que las adapta y las reviste de sus peculiaridades,
quedando estereotipadas dentro de este derecho. Como ejemplo, nos
centraremos en una institución jurídica perteneciente al Derecho
Administrativo, como lo es el caso de la concesión, que al ser adoptada por
el Derecho Minero, ha evolucionado junto con este derecho, hasta el punto
de ser una figura jurídica fundamental, en la legislación de minas, en tanto
que la seguimos ubicando dentro de sus justos límites en el derecho que le
dio origen; así ocurre con los principios que estudiaremos a continuación,
los cuales han llevado a los doctrinarios a efectuar la difícil tarea de
clasificarlos, tanto por su diversidad como por los criterios de clasificación
que son empleados por cada uno de los autores, para justificar su
importancia y base fundamental dentro de la estructura del Derecho
Minero.

A. PRINCIPIO DE UTILIDAD PUBLICA Y SOCIAL.

Este principio, que analizaremos a continuación, es el más enunciado,


socorrido, controversial y de difícil conceptualización, tanto en nuestra
materia, como en las diversas ramas de las ciencias jurídicas, por cuanto a
cada paso se le invoca y se pretende hacer valer, con la dificultad extrema
de definirlo, concretarlo o enmarcarlo dentro de unos parámetros aceptados
por la mayoría; en nuestra materia pudiéramos llegar a decir: Es un
Principio de Derecho Público mediante el cual, El Estado para el
cumplimiento de sus más altos fines, dicta normas de suprema eficacia,
anteponiendo los intereses de la comunidad, frente a los intereses
individuales de sus administrados.

Comparto el criterio esgrimido por el jurista Luis González Berti al


resumir como características de la utilidad pública o social las que a
continuación se enuncian:

6
a) Estamos en presencia de un bien, revestido de una potencialidad
económica la cual debe ponerse en circulación, so pena de causarle un
grave daño a la colectividad donde ésta se encuentra.
b) La existencia de una necesidad general, en el sentido de que dicha
utilidad sea vista y sentida por los integrantes de la colectividad.
c) La obligación del Estado, como ductor de la cosa pública en satisfacer
esa necesidad colectiva, utilizando los elementos de riqueza que estén a
su alcance, con el impostergable sacrificio de los intereses particulares a
favor de la comunidad.

Comenzando a tomar cuerpo las ideas que hemos venido planteando, es


oportuno conocer ampliamente las disposiciones contenidas en las leyes
mencionadas para poder realizar un análisis efectivo, siendo menester
transcribir el texto de ambas disposiciones, lo cual hacemos a continuación.

Ley de Minas de 1.944…

…”Artículo 1: Todo lo concerniente a las minas, criaderos,


depósitos o yacimientos minerales situados en Venezuela se declara de
utilidad pública y se regirá por las disposiciones de esta Ley, salvo lo
que fuere objeto de leyes especiales, relativas a determinadas sustancias.”

Decreto No. 295, con Rango y Fuerza de Ley de Minas de 1.999…

…”Artículo 3o: Se declara de utilidad pública la materia regida por


esta Ley.”

Del análisis de las disposiciones transcritas, podemos observar de


manera clara y expresa, la intención del legislador en darle continuidad al
carácter de utilidad pública a toda la materia que rige a la legislación
minera; en ese sentido es útil acotar lo expuesto por el Dr. José Luis
Bonnemaison1, en sus tesis de Derecho Minero a quien cito: “… con este
principio, que encuentra su base en la Constitución Nacional y que es también,
como se deja dicho, principio fundamental legislativo, se zanja aquella
contradicción del interés social contrario al latifundio y al interés de la
explotación minera. Se hace derivar de este Principio de Utilidad Pública, la
institución de la expropiación por causa de utilidad pública, la ocupación
temporal y el derecho a la constitución de servidumbres en beneficios de las
concesiones mineras…”; nos damos cuenta que en las afirmaciones anteriores
se hace mención a los tres elementos esenciales en la existencia y
aplicabilidad de este principio, pues la expropiación, la ocupación temporal
y la servidumbre minera, especial y separadamente tratadas en ambas
legislaciones, representan las herramientas cotidianas con las cuales se
cuenta en esta actividad, para materializar de manera concreta el principio
de marras, sin que se requiera de una declaratoria previa para la ejecución
de las obras y de los actos que conlleven el ejercicio de la ocupación o
expropiación de bienes, por cuanto está consagrado de forma legal y
expresa, en el articulado mencionado.

Cabe destacar, que por la declaratoria de utilidad establecida en una


Ley, que conlleva a establecer derechos a los concesionarios para el
ejercicio de la actividad, tal como el de poder expropiar los bienes
conforme a las reglas establecidas, no podrá invocarse como un derecho
adquirido por parte de los concesionarios, que habiendo adquiridos tales

7
derechos, bajo el imperio de leyes anteriores en que tal declaratoria estaba
contemplada. Todo ello en virtud, de que es la colectividad, quien a través
del Estado, la que siente la necesidad o utilidad de determinado bien, siendo
a ella a quien solo compete su declaratoria en virtud de la importancia o
misión que deba cumplir en un determinado período. Por lo que podemos
concluir el presente punto, con la acotación de que existen dos razones por
las cuales el legislador hace la declaratoria de utilidad pública de la
actividad minera, en el sentido que las minas estén al servicio de la
colectividad, sin que los particulares puedan entrabar el desarrollo de la
misma.
IMPORTANTE LEER LOS ASPECTOS Y ARTICULOS DE LOS
INSTRUMENTOS LEGALES QUE SE DISCUTEN EN CLASE,
ENTRE LOS QUE PODEMOS SEÑALAR: EL “CÓDIGO CIVIL
VENEZOLANO”, LA “LEY DE MINAS VIGENTE”, ASÍ COMO,
“LEY DE EXPROPIACIÓN POR CAUSA DE UTILIDAD PÚBLICA
O SOCIAL”. Sobre los elementos esenciales para su correcta
aplicación. Servidumbre Minera, la Ocupación Temporal y la
Expropiación.

Especialmente.
A.- En cuanto a la Servidumbre Minera, se recomienda leer a partir
del artículo 709 hasta el artículo 720 del Código Civil venezolano vigente,
así como, los artículos once y doce, de la Ley de Minas de 1.999, cuyo
título es… “Decreto Nº 295, con Rango y Fuerza de Ley de Minas”,
publicada en la Gaceta Oficial de la República de Venezuela del día martes
28 de septiembre de 1.999, extraordinaria Nº 5.382.

B.- Por lo que respecta a la “expropiación”, se sugiere la lectura de


los artículos: primero, segundo, tercero, cuarto, séptimo, décimo tercero,
décimo cuarto y décimo noveno, de la Ley de Expropiación por causa de
Utilidad Pública o Social, con ejecútese del día 21 de mayo de 2.002.

C.- Para estudiar la “Ocupación Temporal”, es conveniente dar lectura a los


artículos: cincuenta y dos, cincuenta y tres, cincuenta y cuatro y cincuenta y
cinco, de la Ley de Expropiación por causa de Utilidad Pública o Social,
con ejecútese del día 21 de mayo de 2.002.
Material de distribución gratuita para los alumnos del cuarto año, secciones “01” y “03”,
del año académico 2020.-

B.- PRINCIPIO DE TEMPORALIDAD.

De acuerdo a lo que establecen las legislaciones que permiten la


temporalidad, como el caso de nuestra legislación vigente, podemos
establecer que la temporalidad es el principio por medio del cual, la
explotación de la mina conlleva una limitación en el tiempo impuesta por la
Ley.
Desprendiéndose de la afirmación anterior, que estamos ante un
principio que lo podemos observar o no dentro de las legislaciones mineras,
explicando su ausencia en las legislaciones que no tienen límites en cuanto
al tiempo por el cual otorgan las concesiones o explotaciones de los
minerales en general, por lo tanto cabe decir que estamos en presencia de un

8
principio no esencial; donde la diversidad de normas aplicables existe,
dependiendo de las limitaciones que les impongan en cada nación al
disfrute del otorgamiento, hasta llegar a observar a las naciones que no
imponen ningún tipo de límites al respecto. Nuestra legislación en este
punto, admite un otorgamiento por un lapso determinado, preestablecido en
la propia Ley.

Fundamento.

Es menester indagar sobre la diversidad de opiniones que se


esgrimen sobre este punto, para llegar a citar las que consideramos más
acertadas, por hablar con mayor vigor de la limitación temporal de las
concesiones o explotaciones, por lo que resumiremos nuestra opinión a
cuatro puntos claves.
La primera está centrada en evitar los monopolios, porque al otorgar
una concesión por tiempo indefinido, le creamos al beneficiario de ella un
verdadero monopolio, en detrimento de los demás; máxime si entendemos
que existen muy pocos yacimientos provechosos los cuales dejaríamos
indefinidamente en manos de muy pocas personas. Para corregir los vicios
que se derivarían de este fenómeno, se haya recurrido a establecerle un
límite al concesionario para el disfrute de la explotación pacifica, en justo
aprovechamiento de los intereses que invierte en ella.

Por otra parte, estamos totalmente de acuerdo con lo planteado por el


profesor Luis González, al establecer que al dársele un tiempo limitado al
concesionario para la explotación, este tratará de sacarle un máximo de
rendimiento a ésta, por lo que saldrán favorecidos tanto el estado como el
concesionario, motivo por el cual, se alcanzará un desarrollo intenso de la
industria en un corto tiempo.

Encontramos otro factor de inmensa importancia para el Estado,


representado en la eficiencia en la fiscalización y control de la actividad,
que faciliten la vigilancia del Estado en todos sentidos.

Por último encontramos que para nuestra legislación, es materia de


regulación expresa, al fijarle límites exactos y definidos para el
aprovechamiento por parte de los particulares de las minas, siendo un
principio consagrado en nuestra carta magna, el cual representa para este
principio, el fundamento más vinculante de obligatoriedad y de aplicación;
transcribiendo de seguida, lo pautado por el Decreto con Rango y Fuerza de
Ley de Minas, No. 295.

“Artículo 9: Los derechos mineros son temporales, se ejercen


dentro de límites geográficos determinados y conforme a los
términos de esta Ley y demás disposiciones legales aplicables.”

“Artículo 25: Las concesiones que otorgue el Ejecutivo Nacional


conforme a esta Ley serán únicamente de exploración y
subsiguiente explotación, su duración no excederá de veinte (20)
años, contados a partir de la fecha de publicación del Certificado de
Explotación en la Gaceta Oficial de la República de Venezuela,
pudiendo prorrogarse su duración por períodos sucesivos no
mayores de diez (10) años, si así lo solicitase el concesionario…”

9
Por todo lo antes expuesto, resumimos que estamos ante un principio
que tiene vida dentro del campo del Derecho Público, al estar consagrado
como ya señalamos, dentro de la Constitución Nacional y desarrollado,
como quedó evidenciado en los artículos nueve y veinticinco, de la vigente
legislación minera; teniendo un carácter íntegramente legal, al no ser
impuesto por razones de orden natural que deban ser observadas por el
legislador.

C. PRINCIPIO DE REVERSION.

Encontramos en el desarrollo de este principio, la verdadera posesión


y dominio por parte del Estado dueño de las minas; al consagrarse, que con
el otorgamiento del derecho a explotar las minas por un tiempo determinado
o a perpetuidad, estas regresan posteriormente a poder del Estado.

Se quiere dejar sentado uno de los aspectos fundamentales de este


principio, aquel donde más concretamente se materializa la reversión,
estamos hablando de la Renuncia, derecho que al ser ejercido por el
concesionario, revierte automáticamente la concesión al Estado. Al hacer
referencia a este punto, lo hacemos de manera precisa, sin entrar a
escudriñar las diversas causales o la naturaleza jurídica de la renuncia, ya
que no es materia de este punto.

Fundamento.

Esta figura tiene un doble fundamento aparte del aspecto


constitucional, por un lado, encontramos el sistema legal que otorga un
derecho de explotación limitado en el tiempo, el cual al vencerse, hace
retornar a manos del Estado la concesión; por otra parte, las
consecuencias al aplicarse las sanciones por incumplimiento de deberes y
obligaciones de carácter legal, como es el caso de la caducidad de la
concesión. Teniendo como contraposición aquellas legislaciones donde el
derecho a explotar la mina se otorga a perpetuidad, siendo las causales
legales las que le obliguen al Estado, a desprenderse de las concesiones
mineras.

Dentro de nuestra legislación podemos observar varios caracteres que


dan forma a la reversión, uno de ellos es el representado por el carácter
saneador frente al Estado, pues al extinguirse la concesión por cualquier
causa, ésta regresa a manos del Estado, libre de todo gravamen; también,
estamos en presencia de un carácter adquisitivo, puesto que al
materializarse el abandono de la concesión, los materiales y demás enceres
de la industria, pasan en plena propiedad a la nación; y por último una
norma de orden público, ya que ni el Estado ni el concesionario pueden
sustraerse de sus efectos.

Dentro de la exposición de motivos del Decreto con Rango y Fuerza


de Ley de Minas No. 295, se lee… “Asimismo, se mantiene y perfecciona la
figura de la reversión, de los bienes adquiridos con destino a las actividades
mineras, debiendo ser mantenidos y conservados por el particular en

10
condiciones de buen funcionamiento durante todo el término de duración de los
derechos mineros, en virtud de este principio, dichos bienes al cesar los
derechos pasarán en plena propiedad a la República libre de gravámenes y
cargas, sin indemnización alguna….”.

Con ello, observamos la necesidad por parte del Estado de regular no


solo, el tiempo de duración de las concesiones mineras, para retomar el
libre control de las minas, sino, el de afianzar su dominio hasta los bienes y
enceres para asegurar el mejor aprovechamiento de esta riqueza, por lo cual
manifiesta expresamente en la vigente Ley de Minas.

“Artículo 102: Las tierras, obras permanentes, incluyendo las


instalaciones, accesorios y equipos que formen parte integral de
ellas, así como cualquiera otros bienes muebles o inmuebles
tangibles o intangibles, adquiridos con destino a las actividades
mineras, deben ser mantenidos y conservados por el respectivo
titular en comprobadas condiciones de buen funcionamiento,
según los adelantos y principios técnicos aplicables, durante todo
el tiempo de duración de los derechos mineros y de su posible
prórroga, y pasarán en plena propiedad a la República, libre de
gravámenes y cargas, sin indemnización alguna, a la extinción de
dichos derechos, cualquiera sea la causa de la misma.”

D. PRINCIPIO DE JURISDICCIONALIDAD.

Estamos en presencia de un principio en el que juega papel


protagónico el interés público, la defensa nacional y el gentilicio de una
república; tal y como lo expresa en sus disertaciones el catedrático
Carabobeño Dr. Carlos Sevilla Flores, quien además estima, que la Nación
cuenta con una cláusula no escrita en todos los contratos que en nombre de
ella se suscriba, ya que la Constitución Nacional de 1.961 al igual de lo
consagrado en la Constitución de 1.999, se establece de manera clara e
irreversible, que en aquellos contratos donde esté presente el interés público
y que por la propia naturaleza del mismo no fuere improcedente, aun sin
estar escrita en él, se considerará inserta que las dudas y controversias se
resolverán, con acuerdo a las leyes de la República Bolivariana de
Venezuela y en la jurisdicción de sus tribunales competentes; éste principio
Constitucional, ya lo encontramos desarrollado en el recién promulgado
Decreto con Rango y Fuerza de Ley de Minas No. 295, dictado por el
Presidente de la República, investido de los poderes especiales conferidos
por el extinto Congreso de la República para dictar medidas extraordinarias
en materia económica y financiera requeridas por el interés público, el cual
fue publicado en la Gaceta Oficial de la República de Venezuela el día 28
de septiembre de 1.999, N° 5.382 Extraordinario; cuando establece en su
artículo 33, lo siguiente:

…“ Artículo 33: En todo título minero se considera implícita la


condición de que las dudas y controversias de cualquier natura-
leza que puedan suscitarse con motivo de la concesión y que no
puedan ser resueltas amigablemente por ambas partes, incluido
el Arbitraje, serán decididas por los Tribunales competentes de
la República de Venezuela, de conformidad con sus leyes, sin
que por ningún motivo ni causa puedan dar origen a reclama-

11
ciones extranjeras.”…

La anterior cláusula es trasladada de la derogada Ley de Minas,


(artículo 26) en su máxima esencia; siendo oportuno resaltar, que la
intención del legislador ha sido la de evitar que por simples descuidos de
redacción, o ligeras interpretaciones de interesados acuciosos de las
cláusulas de las concesiones, o en la diversidad de contratos que suscribe la
República en esta materia, se pueda llegar a radicar un juicio fuera de
nuestras fronteras; o que por erróneas interpretaciones, los intereses de la
República puedan ser resueltos con apego a leyes extranjeras, al dilucidarse
una controversia minera, con la excusa, de que se hace en el buen nombre
de la justicia.

Del análisis de la disposición contenida en el artículo 26, de la Ley


del ’44, confrontada con lo dispuesto en el Artículo 33, de la Ley vigente,
existen sólo dos diferencias; la primera es referente, a que el legislador
actual suprimió el término contratantes; cuando se expresaba en dicho
texto, que el principio era aplicable, al momento que partes contratantes,
no podían resolver las controversias de manera amigable; en este sentido la
intensión del legislador es clara y coherente, en la búsqueda de identificar a
la concesión minera, como un acto administrativo del Ejecutivo Nacional,
por lo cual destierra del nuevo texto, cualquier término que incline a pensar
a la doctrina o a los particulares que intervienen en esta actividad de lo
contrario. Hago este comentario, por lo establecido en la primera parte del
Artículo 24 de la vigente norma, … “Artículo 24: La concesión minera es un
acto del Ejecutivo Nacional, mediante el cual se otorgan derechos e imponen
obligaciones…”, se observa claramente con estas dos disposiciones, el
interés sostenido por el legislador. Dado la importancia de este tema, el cual
será de extenso análisis al momento de tratar la concesión, por lo que
diferimos su explicación.

El otro cambio efectuado en la norma en comento, es la inclusión de


la institución del derecho natural del Arbitramento, como forma de auto
composición de las partes, a los efectos de que sin ceder en sus
pretensiones se comprometen a acatar la decisión de los árbitros en el
laudo.

E. PRINCIPIO DE RESERVA.

Respecto de la Reserva, como principio de vital importancia para la


Soberanía Nacional, se recuerda su práctica en un pasado cercano, al servir
de base para que el Ejecutivo Nacional el 15 de febrero de 1.977
investidos de los poderes especiales otorgados por el extinto Congreso de la
República, con la premisa establecida en el artículo 11 de la Ley de Minas
de 1.944, con el fin de frenar la fatídica práctica del sistema regalista,
representada por el denuncio minero, como forma forzosa de otorgar la
concesión minera en Venezuela, a cualquier persona natural o jurídica, hábil
en derecho; y en atención a los estudios geológicos, realizados por el
Ministerio de Minas e Hidrocarburos, que hicieron presumir la existencia de
valiosos recursos minerales en el territorio nacional, para así realizar su
evaluación y determinar su potencial, estableciendo de esa manera un
programa de explotación racional para su mejor aprovechamiento; emitió el
trascendente pero muy poco conocido el Decreto 2.039, por medio del cual

12
el Ejecutivo Nacional se reserva las actividades de exploración y
explotación, en todo el territorio nacional, de todos los minerales a que se
refería el artículo 2 de la derogada Ley de Minas que no hubiesen sido
reservados previamente. La consecuencia inmediata al entrar en vigencia el
referido Decreto, fue la de que el otorgamiento de las concesiones de
cualquier clase, serian otorgadas de forma facultativa por parte del Estado,
de acuerdo a lo pautado en el libro tercero de la Ley de marras, erradicando
la práctica del régimen del denuncio minero antes señalado.

En la legislación vigente objeto de este trabajo, se amplía el espectro


de la reserva que puede hacer el Estado, aun cuando contempla a las
concesiones como de otorgamiento facultativo por parte del Ejecutivo
Nacional, ejerciendo de esta manera su Ius Imperium, sobre esta riqueza
natural; cuando en sus artículos 23 y 86, establece lo siguiente:

…“Artículo 23: El Ejecutivo Nacional, cuando así convenga al


interés público, podrá reservarse mediante Decreto, determinadas
sustancias minerales y áreas que las contengan, para explorarlas o
explotarlas solo directamente por órgano del Ministerio de
Energía y Minas, o mediante entes de la exclusiva propiedad de la
República.” …

…“Artículo 86: El almacenamiento, tenencia, beneficio, transporte,


circulación y comercio de los minerales regidos por esta Ley,
estarán sujetos a la vigilancia e inspección por parte del Ejecutivo
Nacional y a la reglamentación y demás disposiciones que el
mismo tuviera por conveniente te dictar, en defensa de los
intereses de la República y de la actividad minera. Cuando así
convenga al interés público, el Ejecutivo Nacional podrá reservarse
mediante decreto cualquiera de dichas actividades con
respecto a determinados minerales.” …

Del texto de los artículos antes transcritos se desprende, que el Estado


desde la entrada en vigencia del Decreto con Fuerza y Rango de Ley de
Minas No. 295, cuenta con dos herramientas de invalorable uso cuando se
imponga la obligación de proteger el interés público de la Nación, en
procura de una racional extracción y optima comercialización de la
actividad minera en Venezuela; por lo que no tendrá excusa quien ejerza el
gobierno en un determinado momento, para que se desvíen las políticas
mineras de la República, puesto que en la figura del decreto presidencial
podrá reservarse para sí, o para un ente de la exclusiva propiedad de la
República; no solo la exploración y explotación de los minerales, si no que
se extiende la potestad de la reserva, a todo el proceso industrial minero
cuando así convenga tener el control de la actividad, por las razones antes
expuestas y en resguardo, de la seguridad y la defensa de la nación.

F. PRINCIPIO DE INDIVISIBILIDAD.

Entramos a considerar un principio que el Derecho Minero viene


desarrollando desde sus inicios, esto por la importancia que reviste el
fortalecimiento de la mina y su homogéneo aprovechamiento, el cual ha
sido tomado en cuenta por la legislación venezolana señalándole efectos

13
contundentes para la protección de su no división; en cuanto a ello,
pudiéramos establecer la indivisibilidad, como un principio mediante el
cual las minas se consideran como una unidad no susceptible de división.

La legislación patria, ha sido constante en sus últimos Códigos y


Leyes respecto de la no divisibilidad de la mina con motivo a su
explotación, y por supuesto, a la concesión, como derecho privilegiado para
realizarlo; surgen con su otorgamiento obligaciones y derechos que le hacen
especialísima, nace de la legalidad, es material, podemos observar que
pudieran coexistir intereses proindiviso entre cotitulares, sin que se altere
este principio, repito, la indivisibilidad minera se concreta a la unidad
material de la explotación, se recomienda leer el artículo 31 de la Ley de
1999, tomando en cuenta las observaciones hechas en clases.

FUNDAMENTO.

Podemos deducir que las razones que ha tenido el legislador


venezolano para mantener este principio vigente son de orden práctico, para
un mejor aprovechamiento del bien, así poder enfocarse en mantener
normas que eviten los conflictos entre los particulares que intervienen en la
actividad extractiva, someramente hoy hablaremos de unas realidades:
a.- Por un lado debemos recordar que existen dos tipos de propiedades
distintas que se cruzan en el trabajo del minero, uno, el suelo o superficie
desde donde se accede a la mina, y que es objeto de regulación por el
derecho privado, y otra, el subsuelo minero, representado por la mina, que
en su extensión y profundidad está regulado por un derecho especial que
estamos iniciando su estudio, el Derecho Civil permite la división de la
superficie por sus propios intereses; por lo que venimos estableciendo
anteriormente, el Derecho Minero, contempla la indivisibilidad de la mina.
b.-. Otro aspecto importante lo encontramos en el capricho de la naturaleza
para disponer los minerales en su seno, a lo largo de los yacimientos y
criaderos están dispersos éstos, por lo que sería inconveniente para la
industria y su mejor aprovechamiento la división de la mina, a pesar de las
grandes extensiones que cubren las concesiones, la legislación está
concebida para evitar monopolios, con tiempo suficiente para el titular del
derecho para asegurarse el retorno de una cuantiosa inversión en tan
riesgosa y aventurera actividad.
c.- Desde el punto de vista técnico, sería inviable la instalación de industrias
parciales o fraccionadas para el aprovechamiento y rendimiento de una
mina, fomentaría sí, la disputa entre explotadores respecto de la
determinación de quien se encuentra del lado correcto de su espacio, del
tipo de maquinaría que se emplearía para pequeños espacios, que no darían
frutos suficientes, si la parte del yacimiento que le correspondió a uno de
los explotadores en la división, no es el más fructífero en minerales con
suficiente Ley; en ese sentido se comenta en la minería, que es necesario
para trabajarla espacio suficiente y estabilidad jurídica.
d.- De aceptar la divisibilidad de una mina, como pondríamos de acuerdo
las diferentes voluntades de los explotadores respecto a los criterios para
mantener activa la explotación sin menos cavar los intereses de sus muy
cercanos vecinos.

14
G. PRINCIPIO DE IMPRESCRIPTIBILIDAD.

Entendemos por imprescriptibilidad, al principio mediante el cual las


minas no podrán en ningún momento, ni bajo ninguna circunstancia ser
adquiridas por prescripción en Venezuela. Estás pertenecen a la República,
bajo los parámetros establecidos en la Constitución (art. 12) y la Ley (art.
2), solo podrán ser objeto de exploración y explotación, mediante las
modalidades establecidas en la legislación (art. 7 L.M.) , así como lo
previsto en el artículo 24, ejusdem.

Las minas son propiedad exclusiva de la República como ya se


mencionó, eso le hace tener un régimen especial para su tratamiento que
escapa para los particulares la posibilidad de comercializar con ellas, por lo
que jurídicamente la prescripción no tiene efectos para los bienes que están
fuera del comercio (art.1959 Código Civil)

FUNDAMENTO.

Observamos que en Venezuela no es posible la prescripción en


materia minera, la especialidad que rodea toda esta actividad así la protege
por estar circunscrita a ese bien inmueble por su naturaleza que llamamos
mina, la cual pertenece a la República como hemos venido indicando
anteriormente, siendo explicado sus alcance por los diversos autores que
tratan la materia como de seguida explicamos:
a.- El propio enunciado constitucional y legal que es empleado para la
determinación de la propiedad minera en nuestro país, de forma clara,
expresa y contundente, excluye cualquier posibilidad de hacer pensar a un
extraviado juez para llegar ni siquiera a considerar la admisión de una
pretensión que suponga su solicitud.
b.- Por el sistema que escogió el legislador para el otorgamiento de
derechos en el aprovechamiento de las minas en Venezuela, como lo es, el
sistema dominial, en su fundamento y enunciado se excluye de forma
categórica su consideración.
c.- Las condiciones, derechos y obligaciones que se establecen al otorgarse
una concesión, bajo las normas del Derecho Público, que no pueden ser
modificadas o relajadas por convenios entre particulares, hacen imposible la
consideración para el concesionario de llegar a solicitar la prescripción, que
quedaría sujeta a ser declarada nula.
d.- La aplicación del Principio de Reversión que ya hemos estudiado,
imposibilita tal aplicabilidad.
e.- Otro aspecto lo observamos en el artículo 1953 del Código Civil,
cuando no habla de la posesión legítima.

15

También podría gustarte