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Aunque no existe una definición consensuada, la anafilaxia se puede denominar como una
reacción alérgica grave, sistémica (afecta a dos o más órganos) de instauración rápida y que
puede provocar la muerte.
La anafilaxia se debe a la liberación de una serie de sustancias por parte de mastocitos y basófilos.
Estas células se pueden activar por mecanismos inmunológicos o no inmunológicos. Respecto al
mecanismo inmunológico se suele deber a la unión de un antígeno (o sustancia responsable de la
reacción) a la inmunoglobulina IgE. Algunos fármacos, sustancias químicas e incluso estímulos
físicos pueden ocasionar activación de mastocitos y basófilos directamente sin mecanismo
inmunológico
Aunque hay pocos datos acerca de la incidencia real de la anafilaxia, se estima que afecta entre 3 y
el 30 por 100000 personas/año.
Síntomas de la anafilaxia.
Aunque el órgano que con más frecuencia se afecta es la piel (>80% de los casos), los síntomas
pueden ser muy variados. Los más típicos son:
- Cutáneos: picores (sobre todo en palmas, plantas, genitales y conducto auditivo), calor,
enrojecimiento en la piel, habones y edema o inflamación de cara, genitales u otras partes del
cuerpo
- Tracto respiratorio: congestión y picor nasal, estornudos, rinorrea (mucosidad nasal líquida y
clara), afectación faríngea con picor, sensación de presión en la garganta con tos, disfonía (voz
ronca), e incluso dificultad para tragar. Si afecta al tracto respiratorio inferior puede ocasionar tos,
dificultad para respirar y sibilancias, estridor, hipoxia…
- Shock anafiláctico: Cuando hay afectación del sistema cardiovascular con hipotensión,
taquicardia, y síntomas neurológicos como mareo o pérdida de conciencia por disminución del
riego sanguíneo.
Es muy importante colocar al paciente en posición de Trendelenburg: tumbado y con las piernas
elevadas y evitando los cambios bruscos de postura. De esta manera se mejora el flujo sanguíneo a
corazón y cerebro. Esta posición no se aconseja en caso de que esté vomitando, con dificultad
para respirar o si está inconsciente. En estos casos se colocará en decúbito lateral. En el caso de
embarazadas se tumbará sobre el lado izquierdo para evitar comprimir la vena cava. Comprobar
que no tiene en la boca ningún objeto. Nunca se debe provocar el vómito por riesgo de aspiración
(paso de restos de comida a las vías respiratorias)
Siempre que sea posible se debe eliminar el contacto con el alérgeno causante: interrumpir la
administración del fármaco sospechoso, en caso de picaduras de insectos retirar con cuidado el
aguijón, retirar los productos con látex si se sospecha de una alergia al mismo…
En caso de parada cardiorespiratoria seguir los protocolos establecidos sobre soporte vital básico y
avanzado.
Se debe monitorizar al paciente en cuanto sea posible, controlando tensión arterial, frecuencia
cardiaca y saturación de oxígeno
Siempre se debe mantener al paciente en observación por parte del personal sanitario al menos
durante 6-12 horas tras resolverse la reacción. En algunos casos, tras unas horas asintomático
puede reaparecer la misma clínica inicial, es la llamada anafilaxia bifásica.
Causas de la anafilaxia.
Los principales agentes causantes de la anafilaxia varían en función de la edad.
En la edad adulta los principales motivo de anafilaxia son los medicamentos, seguidos de los
alimentos y en tercer lugar las picaduras de himenópteros (abejas y/o avispas). Los medicamentos
implicados en orden de frecuencia son: antibióticos betalactámicos (penicilinas y sus derivados);
antiinflamatorios no esteroideos, otros antiinfecciosos no betalactámicos y los contrastes
radiológicos.
Respecto a los alimentos en primer lugar se encuentran las frutas, seguidas de frutos secos,
mariscos y pescado.
Aunque menos frecuente que los anteriores, el látex es responsable de un número cada vez mayor
de reacciones anafilácticas sobre todo en el contexto hospitalario.
En el caso de los niños, la causa más frecuente son los siguientes alimentos: huevo, leche, frutos
secos, pescado y mariscos.
Existe un porcentaje de casos en los que no se llega a identificar ningún agente causante por lo
que se diagnosticará de Anafilaxia idiopática.
Diagnóstico de la anafilaxia.
El diagnóstico es fundamentalmente clínico y se basa en la presencia de los síntomas
anteriormente descritos con afectación de al menos 2 órganos, síntomas de aparición muy aguda
en escasos minutos o en pocas horas.
Por ello en toda persona con una urticaria se le debe interrogar sobre posibles síntomas en otras
partes del organismo y realizar un control de constantes vitales.
En todos los casos se debe hacer una anamnesis cuidadosa a fin de identificar un posible alérgeno
o agente causante.
La triptasa sérica se debe solicitar de forma obligatoria en toda sospecha de anafilaxia. Se eleva en
sangre entre los 15 y 180 minutos del comienzo del cuadro, y vuelve a la normalidad a las 6-9
horas. Debería hacerse 3 determinaciones: la primera inmediatamente tras administrar el
tratamiento, una segunda a las 2 horas del comienzo de la reacción y una tercera a las 24 horas
para conocer los niveles basales.
Posteriormente será el médico alergólogo quien investigue las posibles causas del cuadro. Para
ello, además de realizar una exhaustiva historia clínica, se dispone de una serie de pruebas
cutáneas (intraepidérmicas y/o intradérmicas), analítica de sangre e incluso puede ser necesario
realizar pruebas de exposición controlada. Estas pruebas consisten en administrar dosis crecientes
del agente sospechoso, no están exentas de riesgo y siempre se deberán realizar en medio
hospitalario y bajo la supervisión directa del alergólogo.
Una vez conocido el agente causante del cuadro de anafilaxia, se dará información al paciente
sobre dicho alérgeno, medidas para evitarlo y posible reactividad cruzada con otros, ya se trate de
alimentos, medicamentos o picaduras de insectos.
Se recomienda habitualmente que lleven uno e incluso dos autoinyectores de adrenalina y se debe
educar y entrenar a pacientes y allegados sobre su correcto uso e indicaciones.
Avisar al teléfono de emergencias 112 y/o acudir al servicio de urgencias más próximo.
Pronóstico de la anafilaxia.
La anafilaxia es una reacción grave y potencialmente mortal, de ahí la importancia de identificarla
de la manera más precoz posible y establecer el tratamiento adecuado.
La mortalidad oscila entre 0.05 y 2% de todos los casos de anafilaxia; siendo más elevada en los
casos de shock anafiláctico llegando incluso al 6.5% de los casos.
Dra. Carmen Andreu y Dra. Mónica Antón. Alergólogas. Departamento de Salud del Vinalopó.
Grupo Ribera Salud.