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FACULTAD: CIENCIAS.
CURSO: LENGUA I
DOCENTE:
Los alumnos de la Facultad de Ciencias Biológicas, acogió el simposio destinado al tema “LOS
ALIMENTOS TRANSGENICOS”, con la ponencia introductoria del Simposio ¿Qué son?, Ventajas y
desventajas. Este salón contó con un máximo de 47 participantes por cada día. De ellos, 24 miembros
de Cátedras de Bioética y 8 miembros de Comisiones de Ética Médica.
Este Simposio se está llevando a cabo en el aula N° 15 en donde se dictan clases a estudiantes en
la facultad de ciencias. Este salón cuenta con un máximo de 45 alumnos todos ellos estudiantes de
biología.
Los alimentos transgénicos llevan varios años introduciéndose cada vez más en nuestra
sociedad. Las informaciones que se conocen al respecto son muy contradictorias:
políticos, instituciones, organizaciones, médicos, medios de comunicación, científicos
expertos, consumidores y ecologistas son algunos de los actores principales de un tema
que trasciende lo objetivo y que en numerosas ocasiones, debido al grado de información
opuesta, conduce inexorablemente a una confusión perpetua para el ciudadano de a pie,
impidiendo dilucidar de forma clara qué es y qué sólo parece, en un tema vital que será
clave en multitud de ámbitos no sólo relacionados con la alimentación.
Esperamos que la información obtenida resulte resolutiva y vierta un poco de luz sobre
un tema que para la sociedad está plagado de sombras.
¿Que son?
Los alimentos transgénicos son organismos que poseen en su composición uno o varios genes
diferentes de los que se les atribuyen en un principio. Mediante técnicas de biotecnología, se
pueden utilizar genes extraídos de seres vivos, modificados en laboratorios y reintroducidos en
el mismo u otro organismo. Técnicamente se conocen como Organismos Modificados
Genéticamente (OMG) y su objetivo es dotar a estos organismos de cualidades especiales de
las que carecerían. De este modo, las plantas transgénicas pueden sobrevivir a plagas,
aguantar mejor las sequías, o resistir el efecto de algunos herbicidas.
Sus detractores, por otro lado, apuntan a que el uso de estos productos se ha generalizado en
muy poco tiempo sin que se pueda comprobar si los alimentos transgénicos
tienen consecuencias a largo plazo. Juan Felipe Carrasco, ingeniero agrónomo que
encabezó en 2010 una campaña de Greenpeace contra los transgénicos, es uno de los muchos
opositores a este tipo de alimentos debido al impacto medioambiental y la pérdida
de biodiversidad que suponen si se plantan junto a otras especies más débiles. También se
suelen señalar como contras de los transgénicos las mutaciones que causarán en virus y
hongos para contrarrestar sus nuevas defensas o los efectos que algunos estudios señalan que
tienen en la fertilidad. Además, la generalización de estos productos supone un problema para
los pequeños agricultores que no pueden competir contra los alimentos transgénicos y no pueden
adquirir las semillas debido a los altos precios.
Prácticamente todos los alimentos tienen su versión orgánica y su versión transgénica. En su estado más
puro, como alimento orgánico, estos tienen maravillosas propiedades ejemplificadas con las siguientes
especies.
Champiñones: Gracias a sus grandes reservas de zinc, ayudan a mejorar el estado del cabello y las uñas,
y poseen un excelente antioxidante para el organismo humano.
Hongos: Tienen propiedades anticancerígenas, mejoran el sistema inmunológico y como son bajos en
calorías y grasas, y altos en nutrientes como zinc, potasio, hierro, fósforo, calcio, vitamina B1, B2 y C
resultan excelentes para ser consumidos.
Zanahorias: Las zanahorias orgánicas tienen hojas que también pueden ser consumidas con confianza.
Pueden hacerse batidos, tortillas, agregarla a croquetas muy saludables.
Es muy positivo elegir productos de la temporada, vegetales y frutas, esto aumenta las posibilidades de
estar consumiendo un producto fresco y natural.
Aceite de oliva: Es un producto de excelente calidad y con propiedades inigualables en cuanto a sabor y
pureza.
Jengibre: Además de tener un sabor delicioso y algo picante, es una raíz de efectos medicinales
ampliamente conocidos. Es un antibacterial natural y refuerza el sistema inmunológico.
Pollos: Son tratados con gran cuidado durante su vida, garantizando su bienestar. Tienen suficiente
espacio para caminar y una dieta apropiada. Son más sanos, al estilo de la finca de la abuela.
Espinaca: La orgánica es muchísimo más nutritiva que la comercial, pues tiene el doble de calcio, 4
veces más potasio y hasta 30 veces más de hierro.
Todos los productos orgánicos ofrecen mayores ventajas, desde luego son de vital importancia para
aquellas personas que desean cuidar de sí mismos y del ambiente. Y es que incluso algunos estudios
médicos sugieren que los alimentos que no están manipulados genéticamente, pueden contener
propiedades beneficiosas para estimular la fertilidad en las parejas. Otras ventajas del cultivo de estos
productos son:
El entorno natural resulta beneficiado puesto que las tierras no sufren la reacción química que
suponen los fertilizantes, de esta manera son reutilizables dentro de sus propios ciclos.
Al respetar los procesos naturales de gestación de los vegetales estos pueden alcanzar mayor
concentración de nutrientes beneficiosos para el organismo.
En el caso de los productos cárnicos son mucho más saludables porque no contienen hormonas
que alteren el estado natural del animal que fue sacrificado para su posterior consumo.
Para poder crear un alimento transgénico es necesario recurrir a la ingeniería genética, que se encarga de
determinar y aislar el gen (utilizando enzimas de restricción) responsable de una característica en
específica.
Una vez concluida esta tarea, se selecciona una planta o animal receptor a partir del cuál se desea
desarrollar el alimento. El gen aislado se inserta en el genoma del receptor a través de una especie de
bacterias como lo pueden ser el Agrobacterium.
Para hacer esto posible es necesario el uso de una pistola de genes con la que se introducen las partículos
elementales cubiertas con ADN en forma de plasma, o también por electroporación o virus. Gracias a
ello el gen insertado pasa a formar parte del genoma receptor, desarrollándose de la misma forma que el
resto de sus homólogos.
1. Maíz
En los Estados Unidos, aproximadamente el 85% del maíz que se cultiva dentro del territorio, ha sido
modificado genéticamente. Muchos de los productos, especialmente de la marca Aun, que se encarga de
producir alimentos de copos de maíz entero, tienen en su composición maíz modificado genéticamente.
La razón, además de la eventual disminución en los costos, por la que se modifica el maíz, es porque
esto les hace resistentes al glifosato, es decir, un herbicida que se utiliza para matar las malas hierbas y
que bajo una situación normal, también puede afectar a la producción.
2. Leche
Sabemos las condiciones deplorables en las que se cría a las vacas lecheras a lo largo de su vida, gracias
a los intensos movimientos veganos que buscan parar su consumo para evitar más el sufrimiento de
estos animales. No obstante, lo que pocas veces nos muestran también es que uno de los procesos de
selección para mejorar la producción del líquido lácteo es que las vacas son alimentadas con RBGH de
manera regular.
El rBGH es una hormona recombinante que incita al crecimiento bovino. En algunos países como la
Unión Europea, Japón, Canadá, Nueva Zelanda y Australia, se encuentra completamente prohibida.
3. Soya
La soya es otro de los alimentos que gran aceptación ha tenido en los últimos años debido a sus grandes
propiedades que son especialmente vistas por los practicantes del vegetarianismo y veganismo (así como
sus variantes), además de claro, los deportistas de alto rendimiento debido a sus altos aportes de
proteína.
Hoy en día, la soya es el alimento que mayor se produce mediante la ingeniería genética en los Estados
Unidos.
Pioneer Hi-Bred International, el mayor productor de semillas híbridas para la agricultura ed los Estados
Unidos, creó una soja genéticamente modificada, aprobada en el 2010 que se destaca por tener un mayor
nivel de ácido oleico y que se encuentra de forma natural en el aceite de oliva. Esta sustancia se trata de
un ácido graso Omega 9 que tiene relación con la reducción del colesterol malo.
4. Alfalfa
Durante el 2011 fue aprobada la producción de alfalfa genéticamente modificada. La razón por la que
esto fue necesario es debido a que con ello, la alfalfa se vuelve resistente al Roundup, que también es un
herbicida.
Con la producción de la alfalfa genética se permitió a los productores rociar el producto con dicho
herbicida sin dañar la producción en lo más mínimo.
5. Tomates
Los tomates han tenido una gran trascendencia en el mundo moderno al punto de que podemos
encontrarlo en casi cualquier plato fuerte, acompañamiento, ensaladas e incluso aderezos como el
ketchup.
Para suplir esta fuerte demanda se ha solicitado la intervención de la ingeniería genética que permite una
mayor producción, tomates más nutritivos y al mismo tiempo más resistentes durante el proceso de
plantación y transporte para ser capaces de aguantar su transporte por largos trayectos, así como su
almacenamiento.
6. Canola
La canola lleva mucho tiempo desde que se empezó a producir con genes modificados. Su aprobación
fue posible hace más de 20 años, en 1996 para ser precisos. Para el 2006, es decir, diez años después de
que se dieran los primeros cultivos genéticamente modificados, ya alrededor del 90 de la producción de
canola provenía de la misma manera en los Estados Unidos.
7. Calabaza y Calabacín
Aunque es cierto que estos alimentos no tienen una gran incidencia dentro de la ingeniería genética, es
decir que la producción total es baja en comparación a la producción tradicional, sí que podemos
encontrarlos, especialmente en sus variantes de calabaza y calabacín amarillo que se cultivan de mayor
forma en los Estados Unidos.
Estas variantes de calabacín y calabaza han sido modificados para contener genes de proteínas que les
hacen más resistentes a los virus y, al igual que sucede con el resto de los alimentos que se modifican
genéticamente, no se pueden apreciar a simple vista de un producto más natural.
8. Remolacha azucarera
La producción de remolacha azucarera genéticamente modificada fue aprobada en 2005 y en los años
posteriores empezó a causar mucha controversia, ya que para el 2010, esta empezaría a estar prohibida
en los Estados Unidos, situación que sería nuevamente regulada para el 2012.
Actualmente, la remolacha azucarera genéticamente modificada forma parte del 50% de la producción
de azúcar en dicho país, mientras que específicamente hablando, forma parte del 95% de la producción
de remolacha azucarera.
9. Pan
Hoy en día, el pan que se comercializa en todos los supermercados, provenientes de grandes empresas
trasnacionales, posiblemente tenga un origen menos natural. De hecho, esto es probable, ya que el pan es
considerado como uno de los alimentos transgénicos más populares.
Sin embargo, vale la pena aclarar que esto no se debe específicamente a que se le inyecten genes
específicos al pan, sino más bien a la materia prima de este, es decir, el trigo y otros cereales con los que
se elabora.
En 2016, en México, la ONG, Greenpeace, hizo un fuerte movimiento para llamar a la gran
transnacional Bimbo para reducir la producción de alimentos genéticamente modificados debido a que
en ella también se utilizan pesticidas que dañan fuertemente al ambiente y que incluso han sido
prohibidos en países como Canadá, los Estados Unidos, etc.
10. Papa
La papa también ha sufrido, o tal vez, verse beneficiada de la producción de alimentos genéticamente
modificados y, a día de de hoy se trata de uno de los alimentos transgénicos más populares a escala
mundial.
Gracias a la producción de papa a través de la ingeniería genética, estas ahora cuenta con mayores
niveles de minerales que les hacen más resistentes.
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