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Apagón Whatsapp

Día 1 (12 de agosto, 2019)

Comunico a mis contactos que dejo el Wsp y despierta reacciones muy variadas y alejadas.
Las más comunes, son del tipo:​ Ánimo con tu reto. Espero que consigas tu objetivo.
La más drástica, Qué te ha pasado? Si se hace un buen uso no hay por qué dejar las
redes…
Y las más alentadoras:
Escribe sobre las reacciones, percepciones tentaciones…
Ole, ole y ole.
Aplausos
Y las anodinas:​ Ok. De acuerdo, o el pulgar levantado del emoji más famoso.
Lo más interesante los debates suscitados en dos grupos, sobre todo en mi grupo: El
Grupito. Y el de Gorditos.
En el primero una de las participantes se plantea durante todo el día, según ella misma
comenta su actitud, su comportamiento en las redes y se hace una reflexión realista que la
deja sin actividad prácticamente todo el día como ella misma comenta. En este grupo le
contestan, dándole razones por las que no tiene que plantearse nada, pues ​el buen uso de
las redes te lleva a una mejor calidad de vida proporcionándote contactas que no tendrías
de ser así, haciendo que llegues a donde nunca imaginarías… etc. Entre las propias
participantes se van contestando. Hay dos que están en absoluto silencio durante todo el
día. De una no me extraña, pues suele participar poco, pero de la otra sí, un poco. Aunque
pienso que tal vez esté ella también ausente, o ya ha decidido el apagón digital y no lo ha
avisado. Jajajaja.
Una de las participantes en este grupo me mandó un audio, diciendo que ella ya lo había
puesto en práctica y lo que observó es que la gente pasó de ella. Concluyendo: Si no estás
en Wsp no existes.

Día 2 (13 de agosto, 2019)

Estos debates, y posturas enfrentadas, me llevan a realizar el apagón con más urgencia de
la imaginada. Me voy hoy. A las 11:11 horas.
No cumplí realmente con la liturgia. Dije un adios a las personas que más se interesaron y
he empezado mi andadura con toda tranquilidad.
Evidentemente he notado la falta del móvil: En el Dentista: De nuevo he vuelto a coger una
revista de la mesa de la sala de espera.
Otra cosa, es que escribiendo esto mismo, se me ocurren incluir emojis.
Esta mañana volviendo del dentista estaban un padre y un hijo, como de 4 años, haciendo
pipí ambos en un lado de la carretera, era una imagen muy evocadora, educación, se
perpetúa el macho… no sé, admitía varios pie de página. Enseguida pensé en hacerle una
foto y colgarla en los Sanchez, en mi Estado… no sé. No la he hecho. Esa es otra
costumbre en la que estaba entrando. No todo es fotografiable, y también se puede
simplemente pensar en ello, y guardar la imagen en la memoria, tal vez contándolo tenga
también su valor.
Por otra parte, no he perdido comunicación real. Las personas con las que realmente quería
comunicarme, se han comunicado conmigo con el mismo interés que siempre o más.
interesados en mi proyecto.
Es cierto, que espero el feedback con interés de lo último que escribí y de algunas personas
que no me contestaron y me intrigan. Pero creo que es un buen ejercicio para pasar de la
aprobación.

Bueno… Me ha escrito, Leo por sms y email y mi hermana por email. No ha estado nada
mal. Mi hermano me llamó.

Dia 3 (14, agosto de 2019)

Hoy, paradójicamente, me han pedido en la calle que instale el whatsapp, en un teléfono.


Parece increíble. Pocas veces tengo interacción con personas del pueblo, a no ser que sea
en bancos, farmacias, médico, tiendas o gasolineras.
Normalmente me encuentro con conocidos que generalmente me preguntan por mis padres
y por mi hermana y mi hija… y poco más. A veces algún amigo de otra vida, se materializa,
pero casi nunca, (no voy a extremar esta apreciación, y no voy a decir nunca) tengo trato
con desconocidos.
Y hoy, saliendo de mi banco, me crucé con un hombre que entraba. Pequeño, viejo, con
mirada de verte por dentro. Yo me dirigía a otro banco para otra gestión. Cuando acabé
ésta, saudé a vecinos que preguntaban por mis padres, y volví hacia el coche.
Titubeé. Dudé. Me arrepentí varias veces de qué camino elegir, y al final elegí el que me
llevó a encontrarme de nuevo con ese hombre, pequeño, de mirada inteligente, de soledad
manifiesta… Ese hombre pequeño, y con cara de saber y querer me pidió que le instalara el
whatsapp en su móvil. Me pareció bastante irónico. Después resultó que mi padre lo
conocía y era un sinvergüenza. Jajajaja.
Por la tarde recibí de nuevo emails y sms de Leo, mi hermana y Nieves. La verdad es que
no ha estado mal.

Día 4 (15, agosto de 2019)

Hoy es el cuarto día, y no estoy mal. Echo de menos saber cómo va el grupito. Nada más.
Mañana escribiré a Geni y le preguntaré a ver qué tal va.
No echo mucho de menos las redes, pero sigo entretenida con el Móvil. Aprendo portugués,
escuho mis podcast, leo… juego a Apalabrados. En fin, estoy todo el día con el móvil entre
las manos. Pero no estoy ansiosa. Menos ansiosa.

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