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Hugo Tinoco
University of Alicante
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1.Introducción
La durabilidad de una estructura de hormigón se traduce en su capacidad para soportar,
durante la vida útil para la que ha sido proyectada, las condiciones físicas y químicas a las que
está expuesta, y que podrían llegar a provocar su degradación como consecuencia de efectos
diferentes a las cargas y solicitaciones consideradas en el análisis estructural (EHE 08, 2011).
Los principales factores que merman la durabilidad del hormigón y causan su deterioro se
pueden observar en la figura 1.
En el presente estudio se pretende recopilar información sobre el estado del arte de los
tratamiento superficiales en hormigones para reducir los procesos de carbonatación y ataques
por cloruros que estos sufren. El mecanismo de funcionamiento de una protección superficial
se basa en la disminución de la permeabilidad de un hormigón frente a la penetración de
sustancias agresivas externas (Dai, Akira, Wittmann, Yokota, & Zhang, 2010).
Estos tratamientos superficiales tienen como fin la prolongación de la vida útil de la estructura
aumentando la durabilidad del hormigón y protegiendo a su vez las armaduras que este tiene
embebidas frente a la corrosión.
Las pérdidas causadas por la corrosión se estima que rondan el 30% de la producción mundial
de acero (González, Miranda, & Feliu, 2005). Respecto al PIB de un país desarrollado estas
pérdidas son equiparables, en épocas de estabilidad económica, al 3,5% del mismo (Garcés
Terradillos, Climent Llorca, & Zornoza Gómez, 2008).
El medio alcalino en el que se encuentran embebidas las barras de acero hace que se forme de
manera espontánea una fina capa protectora de oxido conocida como capa pasivante. Esta
capa sólo tiene unos nanómetros de espesor y está compuesta de óxidos de hierro más o
menos hidratados con un grado variable de Fe2+ y Fe3+ (Garcés Terradillos, Climent Llorca, &
Zornoza Gómez, 2008).
Dos de las principales causas de la perdida de la capacidad protectora del hormigón se pueden
apreciar en la figura 2. Estas son la carbonatación y el ataque por cloruros. La carbonatación
induce la corrosión generalizada del acero debido a una bajada del pH del medio que hace que
el acero pierda el estado de pasivación en el que antes se encontraba. El ataque por cloruros
produce una corrosión localizada (CONTECVECT, 2001).
La propagación de la corrosión se inicia por una concentración de iones cloruro del 0,4% en
peso en relación al cemento, o de un 0,05-0,1% en relación al peso del hormigón. (Garcés
Terradillos, Climent Llorca, & Zornoza Gómez, 2008).
La corrosión de las armaduras derivada del ataque por cloruros es un proceso continuo debido
a que en la oxidación los iones de cloro no son consumidos (Medeiros & Helene, 2009) como
puede observarse en las siguientes reacciones:
Difusión.
Capilaridad y permeabilidad.
Empleo de áridos contaminados con cloruros.
Mediante el empleo de revestimientos de protección se pretenden inhibir las dos primeras vías
de entrada de cloruros, sin embargo contra la tercera vía no se puede hacer nada mediante
estos métodos.
1.2. Carbonatación
La carbonatación de los componentes hidratados del cemento por el dióxido de carbono que
contiene el aire reduce el pH de la disolución intersticial a un valor tal que la película de óxidos,
que pasiva y protegen el acero, deja de ser estable. La película se destruye y la corrosión
puede entonces desarrollarse en un medio aireado y húmedo (Garcés Terradillos, Climent
Llorca, & Zornoza Gómez, 2008). Este proceso puede verse de manera esquemática en la
figura 4.
El proceso de carbonatación del hormigón se debe a una reacción química en la que el CO2 de
la atmósfera se disuelve en el agua contenida en los poros del hormigón formando ácido
carbónico que se disocia y reacciona con el hidróxido de calcio para dar carbonato cálcico y
agua (Richardson, 1988).
Paso 1:
Paso 2:
Pero también tienen lugar reacciones más complejas al interactuar el CO2 disuelto en el agua
de los poros con algunas sales que también se encuentran disueltas en el mismo para
finalmente dar carbonato cálcico (Garcés Terradillos, Climent Llorca, & Zornoza Gómez,
2008).
1.3.Tratamientos superficiales.
(Swamy & Tanikawa, 1990) fueron de los primeros en evaluar los efector que tenia un
tratamiento superficial sobre la durabilidad del hormigón concluyendo en el éxito de este tipo
de soluciones para la protección de edificaciones tanto nuevas como ya ejecutadas.
La protección superficial de un hormigón puede llevarse a cabo por tres vías, presentadas
esquemáticamente en la figura 6, en función de la forma de trabajar que tenga el material
empleado en el tratamiento superficial (Medeiros & Helene, 2009):
Figura 6. Tratamientos superficiales. a: Creación de una capa superficial. b: Bloqueo de los poros. c:
Revestimiento de poros.
Fuente: (Medeiros & Helene, 2009)
Por otro lado parece interesante ver que el efecto que tienen este tipo de tratamientos
hidrófugos sobre las gotas de agua que se posan sobre la superficie del hormigón es el de
reducir la superficie de contacto entre ambas fases reduciendo además la capilaridad del
hormigón (de Vries & Polder, 1997). Este hecho se puede apreciar de manera esquemática en
la figura 7.
Cabe remarcar que la norma estándar EN 1504-2 establece las características básicas que han
de cumplir los recubrimientos (CEN [EN 1504-2], 2004).
Las resinas epoxi más simple deriva de una reacción entre el bisfenol A con la epiclorohidrina,
su formulación orgánica está descrita en la figura 8.
Las resinas epoxi también sufren del fenómeno de la retracción, pero se ha de diferenciar
entre la retracción sufrida en estado líquido de la sufrida en estado solido o gel, ya que estas
últimas sí que inducen tensiones en la resina. Para su estudio se pueden emplear ensayos
dilatométricos (Bhatnagar, 1996).
En la tabla 1 se exponen los diferentes tipos de catalizadores empleados para endurecer las
resinas epoxi y las características que le confieren a la misma.
Este tipo de recubrimiento se enlaza químicamente con la superficie del hormigón de tal
manera que los siloxanos reaccionan con los silicatos del hormigón conformando una unión
estable como se aprecia en la figura 11.
Figura 11. Unión química que ocurre entre un revestimiento con base de siloxano y el hormigón.
Fuente: (Medeiros, Castro-Borges, Alexio, Quarcioni, Marcondes, & Helene, 2012)
La resina acrílica no tiene las prestaciones mecánicas de la resina de poliéster o epoxi. Sin
embargo, es una resina no tóxica si se mantiene un mínimo nivel de higiene, ya que su
disolvente es de base agua. Es también una resina muy adecuada para soportar la intemperie y
fácil de pintar. Al tener un comportamiento no agresivo con el poliestireno expandido, es
perfecta para reforzar el corcho blanco si no se desean emplear resinas epoxi.
Estos autores afirmar la mejoría que tiene el empleo de este tipo de tratamientos superficiales
sobre la durabilidad del hormigón, reduciendo la penetración de cloruros, la carbonatación así
como también la resistencia a ciclos de hielo deshielo.
El tipo de tratamientos sigue el esquema presentado en la figura 12, donde se puede apreciar
como la red de poros superficial se ve extremadamente reducida tras su aplicación.
Figura 12. Estructura porosa superficial de: a) Hormigón sin tratar. b) Con una capa de imprimación (level I). c)
Con dos capas (level I y II). d) Con tres capas (level I, II y II).
Fuente: (Moon, Shin, & Choi, 2007)
2. Metodología.
Se ha procedido a realizar una búsqueda bibliográfica de artículos en revistas de interés de la
rama de los materiales de la construcción, para evaluar y comparar los distintos ensayos
realizados sobre tratamientos superficiales en hormigón orientados a reducir la carbonatación
y la penetración de los cloruros.
Resinas epoxi.
Resinas acrílicas.
Siloxano y Silanos.
3. Resultados y Discusión.
3.1. Protección frente a la Carbonatación.
(Aguilar & Júnior, 2013) afirman que el empleo de resinas epoxi como recubrimiento
superficial para la protección de hormigones frente a carbonatación es más efectivo que el
empleo de resinas acrílicas o de siloxano, siendo las resinas de siloxano las menos efectivas.
Las velocidades de penetración se observan en la figura 13, donde además se aprecia cómo
para una mayor relación a/c la penetración del frente de carbonatación es mayor.
Figura 13. Profundidad de la carbonatación con distintos materiales protectores y con dos relaciones agua
cemento diferentes.
Fuente: Modificado de (Aguilar & Júnior, 2013)
Los coeficientes de difusión del CO2 varían según el tipo de material empleado para la
protección superficial del hormigón. (Park, 2008) ha ordenado mediante ensayos cuatro
materiales en función de su coeficiente de difusión del CO2.
Menor coeficiente
de difusión
Cloruro de polivinilo
Poliuretano
Resina Epoxy
Mayor coeficiente
Resina Acrílica
de difusión.
Además, (Park, 2008) llevó a cabo un estudio de cómo afecta la degradación de una capa
protectora de resinas acrílicas al avance del frente de carbonatación. Tubo en cuenta 5 casos
diferentes de estudio.
Figura 14. Evolución de la carbonatación en distintos casos aplicación del revestimiento superficial.
Fuente: (Park, 2008)
(Park, 2008) observó como tras aplicar dos o más veces el revestimiento, la profundidad de
carbonatación se veía reducida debido a una pequeña recuperación de la concentración de
Ca(OH)2 producida por la difusión del hidróxido de calcio de la zona sin carbonatar a la zona
carbonatada. Estas reducciones se observan a modo de picos de aumento de la concentración
superficial de portlandita en los casos 3, 4 y 5 de la figura 14.
En lo que respecta a las características elásticas del recubrimiento, (Seneviratne, Sergi, & Page,
2000) han observado como la aplicación de tratamientos superficiales con una adherencia
relativamente baja entre hormigón y capa protectora puede aumentar la prolongación de la
vida útil buscada. Este hecho se basa en la capacidad que tiene una protección superficial con
un bajo grado de adherencia a soportar los movimientos del hormigón sin que le transmita
éste a la capa grande esfuerzos tensionales que provoquen la rotura de la misma.
El experimento llevado a cabo por (Seneviratne, Sergi, & Page, 2000) se basó en la medición
de la humedad relativa interna del hormigón ya carbonatado, figura 15. La finalidad del
tratamiento superficial es la de impedir la penetración de humedad dentro de la muestra ya
carbonatada para limitar la presencia del agua necesaria para la corrosión de las armaduras.
De los tres tipos de protecciones superficiales empleadas la más eficaz fue la B, que presentó
índices de adherencia superficie hormigón con película protectora inferiores.
Las medidas de la adherencia de los tres tratamientos superficiales fueron las siguientes:
Figura 18. Corrosión de un placa de acero embebida en un hormigón totalmente sumergido en una disolución con
alta presencia de cloruros.
Fuente: (Tittarelli & Moriconi, 2008)
De todos los siloxanos ensayados por (Schueremans, Van Gemert, & Giessler, 2007), los más
efectivos fueron los de composición alquiltrietrosiloxano.
Figura 20. Esquema del proceso acelerado de penetración de cloruros para la realización de ensayos en
laboratorio.
Fuente: (Schueremans, Van Gemert, & Giessler, 2007)
(Medeiros & Helene, 2009) realizaron estudios donde compararon cuatro tratamientos
superficiales de una sola capa y dos tratamientos de dos capas distintas, obteniendo los
resultados de profundidad de penetración de cloruros expresados en la figura 21, donde se
considera que la corrosión por penetración de cloruros se inicia cuando se alcanza una
concentración de cloruros igual o superior al 0,4% en peso del cemento.
Desde el punto de vista práctico, (de Vries & Polder, 1997) investigaron el efecto que podría
tener un revestimiento de productos derivados de los siloxanos sobre el tablero de un puente
situado bajo una capa porosa de firme para prevenir el ataque por cloruros que deriva del
empleo de sales para la fusión del hielo. Concluyendo que los tratamientos hidrófugos
mediante estos productos aportan una protección adicional frente al ataque de los cloruros
reduciendo su penetración. Sin embargo, han de ser bien seleccionados ya que no todos los
productos del mercado son igualmente válidos.
Los estudios llevados a cabo por (Dai, Akira, Wittmann, Yokota, & Zhang, 2010) vuelven a
remarcar la capacidad de los recubrimientos de silanos para reducir la penetración de los
cloruros como se puede apreciar en la figura 22 donde se ve un claro avance de los cloruros a
través de un hormigón sin proteger.
Figura 22. Diferencia de la difusión de cloruros en una probeta de hormigón sin protección mediante
revestimiento de base de siloxanos (izda.) y con ella (dcha.).
Fuente: (Dai, Akira, Wittmann, Yokota, & Zhang, 2010)
Otro resultado interesante obtenido por (Dai, Akira, Wittmann, Yokota, & Zhang, 2010)
radica en la idoneidad del momento de aplicación del recubrimiento. Siendo idóneo aplicarlo
una vez el hormigón haya fisurado y resultando el recubrimiento efectivo hasta fisuras de 0,13
mm.
Figura 23. Penetración de los cloruros en tres probetas. Izquierda: Sin tratamiento superficial. Centro:
Tratamiento superficial de gel con base de silanos después de producirse la fisuración. Derecha: Tratamiento
superficial con gel de base de silanos antes de producirse la fisuración.
Fuente: (Dai, Akira, Wittmann, Yokota, & Zhang, 2010)
De los estudios de (Aguilar, Camões, & Moreira, 2008), en la figura 24 se aprecia como el
hecho de aplicar una resina acrílica como tratamiento superficial puede tener el mismo efecto
que una baja relación agua/cemento en cuanto al coeficiente de difusión de cloruros se
refiere. Sin embargo, conjuntamente a otros autores éstos corroboran la efectividad del
empleo de las resinas epoxi.
Figura 25. Periodo de iniciación de la corrosión frente a un proceso de difusión de cloruros acelerado (Standard
Test Method for Half-Cell Potentials of Uncoated Reinforcing Steel in Concrete).
Fuente: (Ibrahim, Al-Gahtani, Maslehuddin, & Almusallam, 1997)
3. Conclusiones.
Resulta imposible realizar una comparación precisa de la reducción en la penetración de la
carbonatación y los cloruros entre los diferentes ensayos revisados debido a la dispersión
existente entre los hormigones fabricados y los compuestos empleados para los
revestimientos. Cada ensayo emplea diferentes tipos de cemento, unas relaciones a/c
diferentes, unos tratamientos superficiales con características de composición diferentes, etc.
Sin embargo, sí que se puede extraer un conocimiento global de la eficacia de los materiales
empleados como capas de protección ante clases de exposición en las que prime el ataque por
cloruros o clases de exposición donde prime la carbonatación.
Como norma general la mayoría de los autores concluyen que los tratamientos superficiales
basados en resinas epoxi son los que dan mejores resultados, sin embargo (Al-Zahrani, Al-
Dulaijan, Ibrahim, Saricimen, & Sharif, 2002), (Almusallam, Khan, Dulaijan, & Al-Amoudi,
2003) y (Medeiros & Helene, 2009) introducen que los recubrimientos con base de poliuretano
mejoran el comportamiento en relación a los tratamientos superficiales de epoxi. Este tipo de
tratamientos superficiales con poliuretano son usualmente empleados para combatir los
efectos de las aguas que contengan ácidos, caso que suele darse en los alcantarillados
(Vipulanandan & Liu, 2005).
Otro tema a tratar es la controversia de varios autores sobre los recubrimientos protectores
basados en silicato de sodio, debido a ello no han sido considerados dentro de la presente
revisión. Autores como (Dai, Akira, Wittmann, Yokota, & Zhang, 2010) afirman que estos
recubrimientos son ineficientes frente a la prevención de la penetración de los cloruros,
mientras que otro como (Medeiros, Castro-Borges, Alexio, Quarcioni, Marcondes, & Helene,
2012) respaldan su utilidad pero incidiendo que no desarrollan mejores aptitudes que otros
recubrimientos como los recubrimientos de poliuretano o los acrílicos.
Además de ello cabe remarcar las diferencias de eficiencia de los recubrimientos con siloxanos
entre los autores (Medeiros & Helene, 2009) y (Dai, Akira, Wittmann, Yokota, & Zhang,
2010), confiando un mejor comportamiento a los mismos por parte de estos segundos. Sin
embargo, ambos confirman la efectividad de estos tratamientos frente al ataque por cloruros.
Partiendo de los estudios de (Aguilar, Camões, & Moreira, 2008), es significante la similitud de
efecto que tiene la aplicación de un tratamiento superficial mediante una resina acrílica
comparado con el uso de una relación agua/cemento baja. El efecto sobre la variación del
coeficiente de difusión puede llegar a ser similar en ambos casos, por lo que se puede deducir
que en términos de durabilidad ante una relación agua cemento alta se requiere en cierto
modo el empleo de un tratamiento superficial para paliar la conectividad creada en la red
capilar del hormigón.
En todos los artículos revisados se encuentra la misma carencia, que es la falta de empleo de
un test de durabilidad universal que permita comparar el comportamiento de unos elementos
protectores frente a otros. Por ello resulta interesante el trabajo llevado a cabo por (Basheer,
Basheer, Cleland, & Long, 1997), los cuales plantean el empleo universalizado de un aparato
no destructivo conocido como Autoclam. El Autoclam sirve para evaluar la permeabilidad al
agua y el aire de un determinado hormigón (Courard & Lenaers, 2009), este dispositivo se
presenta en la figura 26.
Durabiliad del
Tratamiento
Superficial
Adherencia
Resistencia al Resistencia
Hidrófugo Elasticidad Tratamiento/H
Sol Química
ormigón
Estudio del
Procesos de
material a
Tranporte.
tratar
Nueva Existencia de
Permeabilidad Permeabilidad Estado
Construcción o tratameintos
al Agua al Aire Superficial
ya existente previos
Figura 27. Principales factores a considerar a la hora de estudiar la efectividad de un tratamiento superficial.
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