Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La prehispania
Los antecedentes prehispánicos del municipio de Guasave, cuyo territorio está ubicado en
la baja cuenca del río Petatlán, (denominado río Sinaloa por Pedro de Montoya en 1583),
constituye uno de los enigmas más interesantes de la historia del noroeste de México, pues
a lo largo de los últimos 50 kilómetros de esta corriente fluvial se han encontrado
suficientes elementos arqueológicos para establecer que durante el período Azteca II de la
civilización mesoamericana un pueblo de avanzada cultura de tipo agrícola se aposentó en
una superficie no menor a las 20 mil hectáreas de este territorio.
Con base en estos descubrimientos, Guasave, desde 1942, marca la frontera septentrional
de la civilización mesoamericana. Las piezas arqueológicas de barro encontradas en los
entierros son jarras, platos, tazones, ollas y bellamente decorado, algunos de los cuales
presentan dibujos que han podido identificarse como similares a los mostrados en la
cerámica de las culturas de la meseta central mexicana, incluyendo la teotihuacana, la
tarasca y las culturas de Oaxaca e Hidalgo. Objetos de cobre, (cascabeles, anillos y placas),
concha labrada, piedra y tejidos de algodón, forman un verdadero tesoro que muestra el
adelanto de los ancestros guasavenses.
Entre los objetos encontrados, un jarrón, finamente labrado en alabastro es similar a otro
encontrado en la isla de Sacrificios, Veracruz (2). Cuando las tropas hispanas llegaron por
primera vez al Norte de lo que hoy es Sinaloa, se sorprendieron de la forma como los
pobladores autóctonos cultivaban sus campos y tenían una estructura social claramente
determinada, lo cual, cuatrocientos cincuenta años después pudo identificarse como la
herencia cultural del antiguo pueblo que vivió en las márgenes del río Sinaloa y que,
dedicándose a la agricultura como lo prueba la diversidad de objetos encontrados en el Sitio
117, especialmente su extraordinaria cerámica policromada, que solamente es posible que
se haya elaborado en el seno de una civilización de alto nivel.
Las tribus que habitaban las planicies localizadas en la cuenca baja del río Sinaloa han sido
clasificadas, por la estructura de las lenguas que hablaban a los pueblos de origen Yuto-
azteca. Carl O. Sauer (3) afirma que la lengua cahita se hablaba desde el río Mocorito al la
región de Cumuripa en el río Yaqui, basado en los testimonios de las cartas anuas
jesuíticas, en el testimonio anónimo del juicio contra Nuño Beltrán de Guzmán, las cartas
de relación del capitán Antonio Ruiz y la crónica de Baltazar de Obregón. El mismo Sauer
anota que cinco leguas debajo de la Villa de San Felipe y Santiago de Sinaloa, vivían los
guasaves cuyo idioma difería, pero que sus intérpretes entendían sin muchas dificultades,
de lo cual se deduce que simplemente hablaban un dialecto del cahíta.
Aquí cabe una aclaración: los pobladores autóctonos el valle del río Sinaloa fueron
llamados cahítas; por los conquistadores españoles, pero sus descendientes, los indígenas
que actualmente habitan en el norte de Sinaloa rechazan esta denominación y declaran que
el auténtico nombre de su pueblo es el de yoreme. Existen muchas versiones acerca de esta
tribu, lo cierto es que el padre Martín Pérez, S. J. Nombró a Guasave (1592) pueblo de
visita de la Misión de Nío (4) , lo que nos habla de una comunidad integrada a la
administración de la Compañía de Jesús.
Primeros españoles en el territorio de Guasave.
No existe prueba documental, pero de acuerdo con las fechas en que la expedición enviada
por Hernán Cortés al mando del capitán Diego Hurtado de Mendoza (emparentado con el
primer virrey de México don Antonio de Mendoza) salió de Acapulco bordeando el litoral
sinaloense, los primeros españoles deben haber estado en las tierras del Petatlán alrededor
del año de 1532 (5), sin embargo, habiendo perecido Hurtado de Mendoza y demás
autoridades de la expedición, no se pueden precisar fechas (6) y aunque Sauer (7) nos dice
que el primer español que tuvo contacto con los naturales de las tierras sinaloenses al norte
de Culiacán valle del río fue Juan de Samaniego alcalde del conquistador de Sinaloa de
Nuño Beltrán de Guzmán, tuvo que venir tropa al mando de Diego de Guzmán ya bien
entrado el año de 1533 para tener una fecha cierta y, en 1536, con la llegada de Álvar
Núñez Cabeza de Vaca a tierras sinaloenses (8) puede tenerse la seguridad de que Bamoa
fue la primera población fundada en las márgenes del Río Sinaloa poblada, por cierto, con
el grupo de indígenas névomes(*), es decir habitantes de la pimería baja, que acompañaban
al célebre conquistador (9) Juan (o Lope) de Samaniego impuso el nombre de Petatlán;(**)
al río que treinta años después, el capitán Pedro de Montoya, le cambiaría su denominación
por la de Río Sinaloa al refundar la villa de San Felipe y Santiago de Sinaloa el 30 de abril
de 1584.
Fundación de Guasave
La Colonia.
La colonia fue un periodo muy oscuro para Guasave pues la misión jesuita establecida en el
poblado de Nío (Pueblo Viejo), absorbía todo el esfuerzo hispano. Excepto los datos
referidos por el padre Martín Pérez (11) en sus cartas anuas y la Relación del capitán Juan
Ruiz, escribano militar, pocos datos se tienen del Guasave de finales del Siglo XVI, sin
embargo las investigaciones del Dr. Raúl Cervantes Ahumada alrededor de la personalidad
del padre Hernando de Villafañe, cuyos datos vale la pena escudriñar en los registros de la
Compañía de Jesús, indican que en Guasave se estableció una escuela misional para
capacitar a los sacerdotes que misionaban en el noroeste.
D. Pedro Porter y Casanate, quien fue nombrado Capitán General de la provincia de Sinaloa
del 11 de Marzo de 1647, responsabilidad que ostentó hasta el 8 de Noviembre de 1651, en
1635 don Pedro había obtenido licencia del Marqués de Cadereita, Virrey de México, para
reconocer las costas del mar del Sur y hacer observaciones, a su costa y gasto, con nuevos
instrumentos. En 1647 fabricó en la boca del río Sinaloa los navíos Nuestra Señora del Pilar
y el San Lorenzo, con los cuales se empleo en 1648 y 1649 en reconocer y demarcar las
costas e islas del Golfo de California (12).
De esta expedición dio muy cumplido informe al Conde de Alba de Aliste, Virrey de
México Cincuenta años después, el Almirante Isidro de Atondo y Antillón arribó a la
misión de Nío (Pueblo Viejo) al mando de una escuadra que traía órdenes de llevar al padre
Francisco Eusebio Kino a fundar misiones en la Baja California. Para lograr su propósito el
almirante Atondo fabricó en la referida misión tres embarcaciones dos fragatas: la almiranta
bautizada San José y San Francisco Javier, la capitana llamada La Concepción y una
balandra, cuyo nombre no se ha podido constatar. El 28 de octubre de 1682, zarparon
rumbo a las Californias. Durante la estadía del padre Kino y el almirante Atondo en la
misión de Nío, Kino escribió de Guasave: La iglesia de Guasave, río abajo, era un templo
célebre cuya imagen de la Virgen era una de las más hermosas que ojos humanos hayan
visto (13).
Alrededor de 1560, Guasave tenía 700 habitantes, Bamoa 300, Nío 250 y Tamazula 450,
como se ve, era una región pobre y escasamente poblada y transcurrido un siglo, es decir
para 1662, su población apenas se había duplicado. En estas fechas los misioneros jesuitas
tenían ya 70 años por lo que este atraso debe intrigar a los historiadores ya que es un hecho
plenamente demostrado que la Compañía de Jesús mantenía en sus misiones un eficaz
sistema administrativo el cual proveía controles que aseguraban su desarrollo sustentable.
Guasave tendría que esperar hasta bien entrado el Siglo XX para obtener reconocimiento de
independencia económica.
A mediados del siglo XVIII el territorio sinaloense estaba dividido políticamente en tres
Provincias: Chametla, Culiacán y Sinaloa, pero, la provincias de Sonora y la de Ostimuri
fueron incorporadas a una sola gubernatura con cabecera en la Villa de San Felipe y
Santiago.
Sinaloa quedó pues dividido en 5 provincias: Rosario, Maloya, San José de Copala,
Culiacán y Sinaloa; a esta última pertenecía Guasave y así permaneció integrado a la
alcaldía mayor de San Felipe y Santiago de Sinaloa con poblados de Bamoa, Ocoroni, El
Fuerte, Ahome, San Miguel Zapotitlán, Choix y Guasave.
Para 1868 el Distrito de Sinaloa contaba con dos Ayuntamientos, uno en Bacubirito y el
otro en Sinaloa, éste último formado con la Alcaldía de su nombre y las de Nío, Bamoa,
Guasave y Tamazula.
Para 1873 la división política era la siguiente: Alcaldía de Bamoa formada por las
Celadurías de Bamoa, Orba, Portugués, Zopilote y Sanaria; Alcaldía de Nío, formada por
las Celadurías de Nío, Pueblo Viejo, Gambino, San Sebastián y Caimanero; Alcaldía de
Tamazula formada por las Celadurías de Tamazula, Amole, El Pitahayal, La Brecha, Las
Higueras y Babarasa y Alcaldía de Guasave formada por las Celadurías de Guasave, San
Pedro, Jesús María, Guasavito, San Rafael, Ocoro y Bajoro. El censo de las alcaldías era el
siguiente: Bamoa 1,493 habitantes; Guasave, 1407 habitantes; Nío 1059 habitantes y
Tamazula 2,755 habitantes.
La Ley de Municipalidades del Estado de Sinaloa contenida en el decreto No. 21, emitido
en 1912 entra en vigor en 1915. Esta ley establece once municipios para el Estado; Guasave
queda como sindicatura del Municipio de Sinaloa.
Por fin, de acuerdo con el artículo 5° de la Constitución Política del Estado de Sinaloa, por
decreto del 30 de noviembre de 1916, publicado en el Periódico Oficial del 5 de diciembre
de ese mismo año, el General Ángel Flores, Gobernador y Comandante Militar del Estado
de Sinaloa, separa a Guasave del Municipio de Sinaloa y lo eleva a la categoría de
Municipio libre señalando como fecha de inicio de operaciones el día 1 de enero de 1917.
Fue primer presidente municipal el señor don Francisco P. Ruiz (15), quien recibió los
poderes de parte de don Lucas Bojórquez, último prefecto de Guasave(***).
La antigua villa de Guasave fue elevada a la categoría de ciudad por medio del decreto
número 118 de la XLI Legislatura de Sinaloa en agosto de 1954, siendo gobernador del
Estado el Dr. Rigoberto Aguilar Pico, presidente municipal Jesús Castro García y diputado
del quinto distrito Fidencio Orozco.
BIBLIOGRAFIA
1)VELAZCO, Juan Bautista (De). Arte de la lengua Cahita. DIFOCUR.
2)EKHOLM Gordon. Excavations at Guasave. Museo Nacional de Historia Natural de
Nueva York. 1942 (Informe).
3)SAUER, Carl, Distribución de las tribus y las lenguas aborígenes del noroeste de Mexico.
1998, Edit Siglo XXI.
4)RUIZ, Antonio. Relación de Antonio Ruiz, Archivo General de la Nación. (Edición
Colección de documentos para la historia de Sinaloa” Coedición COBAES/CEHNO, A.C.
Notas de Antonio Nakayama.).
5)HERRERA Y CAIRO, Sergio. Bajo un Macapule.
6)NAKAYAMA, Antonio. Sinaloa un Bosquejo de su Historia
7)SAUER, Carl, Distribución de las tribus y las lenguas aborígenes del noroeste de Mexico.
1998, Edit Siglo XXI.
8)CABEZA DE VACA, Álvar. Naufragios. 1957. Ed. Austral.
9)SAUER, Carl, Distribución de las tribus y las lenguas aborígenes del noroeste de Mexico.
1998, Edit Siglo XXI.
10)RUIZ, Antonio. Relación de Antonio Ruiz, Archivo General de la Nación.(Edición
Colección de documentos para la historia de Sinaloa” Coedición COBAES/CEHNO, A.C.
Notas de Antonio Nakayama.)
11)PÉREZ, Martín, S.J. Cartas anuas 1596-1 Archivo General de la Nación
12)HERRERA Y CAIRO, Sergio. Bajo un Macapule.
13)BOLTON, Herbert Eugene. Los confines de la Cristiandad
14) MONOGRAFÍA DE GUASAVE. Dirección de Estadística y Estudios Económicos;
Gobierno del Estado de Sinaloa. 1990.
15) HERNÁNDEZ RUBIO, Ramón. Guasave, Historia de un Pueblo.