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nen otros modos de entender su vinculación con se nos olvida que el vestido se transforma en
los ancestros y con el territorio que reivindican. otro elemento cuando se usa. En movimiento
Sin embargo, en el escenario mundial estos gru- nos muestra un sentido de la sensualidad, del
pos se han visto de algún modo obligados a color, del ritmo, de cómo se entiende a las muje-
adoptar estos mismos sistemas de representa- res, de cómo se gustan y presumen algunas
ción para expresar su memoria. La reivindica- mujeres andaluzas. El vestido compone la fiesta
ción de un patrimonio que vaya más allá de lo y la fiesta hace el vestido. Y aún así los segui-
monumental pero también que supere las mos entendiendo como procesos y objetos o
dimensiones de los materiales, la “perdurabili- acciones separables. Si se le preguntase a un
dad de las piedras”, para basarse en el ritmo, el haida o un kwakiult sobre los valores y signifi-
color y la sensualidad de una danza o en la cados de una máscara afirmaría que no puede
sonoridad y el poder oral de los nombres, supo- ser desligada de la danza, del recuerdo de los
ne un avance respecto a las imposiciones etno- antepasados, de las ceremonias que reúnen a
céntricas de los occidentales. Recordemos sólo toda la comunidad
por un momento que incluso la preeminencia
que nuestra civilización da al sentido de la vis- “La belleza de un objeto no reside únicamen-
ta no es algo compartido por todas las culturas. te en las propiedades formales reveladas por
Es interesante la reflexión que hace Michael el ojo; está anclada en su función, determi-
Herzfeld: nada por criterios sociales y culturales y se
manifiesta totalmente en el momento en el
“Classen señala que la primacía de lo visual que el objeto capta la atención del usuario o
en el control social es un fenómeno relativa- del público. El análisis no puede separar, en
mente reciente (siglo XVIII) y localizado efecto, un cierto número de elementos que se
(Europa occidental). (...) La antropología, revelan en la puesta en escena de las ceremo-
involucrada ella misma en el proyecto colo- nias, ocasiones en que la actuación de los
nial, no ha escapado a esta tendencia 'visua - actores, el ritmo de los cantos y la manipula-
lista' (Fabian, 1983). Ciertamente, esto con - ción de los objetos tienen un lugar singular
tribuye a la marginalización de lo que se ha todos participando de un movimiento único
clasificado como 'tradicional'. El ejemplo de para la eficacia del ritual, se diría en un
Classen de las pinturas de los Navajo en la espectáculo total.”12.
arena muestra este visualismo p rop io de
museo, donde el tacto se suprime, el uso se ¿Cómo delimitamos el patrimonio inmaterial?
ignora y la permanencia se impone.”11 . · La importancia de la tradición
Cuando se habla de patrimonio inmaterial o
La sensibilidad estética de otros pueblos y su intangible se trata de hacer predominar la vincu-
entendimiento de sus propias tradiciones insiste lación de los objetos a las acciones y no al con-
en un sentido que para nosotros no era tan evi- trario. La legislación estatal en la Ley 16/85 del
dente: la síntesis entre los objetos y las funcio- Patrimonio Histórico Español, se refiere al patri-
nes, los lugares y los escenarios a que están liga- monio etnológico inmaterial con las siguientes
dos. La importancia de los procesos por encima palabras:
de los productos acabados.
Esta formulación es diferente a la que ha Forman parte del Patrimonio Histórico Espa-
sido nuestra durante mucho tiempo, por ejem- ñol los bienes muebles e inmuebles y los cono-
plo, nosotros diferenciamos el valor del traje de cimientos y actividades que son o han sido
flamenca, como objeto de exposición, como expresión relevante de la cultura tradicional
diseño y tela que nos habla de un periodo, una del pueblo español en sus aspectos materiales,
moda, una clase social... del baile y el momento sociales o espirituales (art. 46)
de la fiesta en la que se luce este traje. A veces
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rigurosamente contemporáneos. (...) En esta nes de muy diferentes grupos que conviven en
acepción, tradición no es lo que ha estado lugares más o menos cercanos.
siempre, es lo que hacemos estar. (...) Lo esen
- El problema sigue estando en la amalgama
cial de una tradición: un origen prestigioso y difusa que se toma como popular: desde la dico-
un p oco lejano, un saber misterio, una tomía entre lo culto y lo popular que respondie-
herencia exclusiva, una diferencia procla - ra a una diferenciación tajante entre elite y masa
mada, una autoridad afirmada. Así se for - popular; a lo popular como característico de los
mula una tradición” 14 campesinos, de sociedades ágrafas opuestas a lo
urbano, culto; pasando por lo popular asimilado
Es esta acepción del término tradicional la a “clases subalternas” urbanas o no; y cómo no
que nos resulta aplicable al patrimonio intangi- lo popular como representativo del “Pueblo”,
ble. No obstante, con esto no se acota la defini- sustrato de la “nación”...
ción del mismo, respecto a esta definición del Todas esas “caras” del poliedro de lo popu-
patrimonio intangible como tradicional surgen lar se usan sin distinción en su conceptualiza-
dos cuestiones: ción cuando se hace referencia, por ejemplo, a
ritos populares, medicina popular, habla de los
· ¿Sólo los elementos cargados de una dimen- barrios populares, etc. El problema no está sólo
sión histórico-temporal pueden considerarse en la indefinición de lo popular, sino en la dico-
patrimonio intangible? ¿qué ocurre con las tomía que sigue manifestando en todos los
expresiones y usos contemporáneos que se casos.
llenan de significado y se transforman en
símbolos de identidad de un colectivo? “Tanto si hablamos de “cultura popular” o
· Hay elementos con una clara dimensión “tradicional” –que remite (en su misma dis -
patrimonial y que deben su significado a su tinción) a una de las estrategias que han
valor histórico-temporal que sin embargo no desarrollado los “cultos” para mejor asimilar
se consideran tradición, sino “historia”, pro- lo que les interesaba del “pueblo”- como de
ducción “artística”, etc. A este respecto auto- “cultura folklórica” estaremos empleando tér-
res como Díaz Viana nos recuerdan que el minos diversos para designar lo mismo: un
procedimiento de selección de lo tradicional mundo que sigue siendo presentado como
se hace siempre por oposición a las produc- opuesto al de la cultura de “elite”, “erudita” o
ciones cultas o las “grandes tradiciones” . “hegemónica”. Y sin embargo, unas y otras
formas de cultura constituyen partes insepa-
· ¿Sólo es patrimonio inmaterial lo popular? rables –pero diferenciadas- de ese “todo”” 17
Quizá una de las ideas más arraigadas con
respecto al patrimonio es que este es unívoco Díaz Viana insiste en que la “cultura popular”
–una sociedad, un país, un patrimonio cultural-. es siempre diferenciable de la cultura de las éli-
Algunos autores preconizan la diferenciación tes, del mismo modo que la Gran Tradición y la
que debe hacerse entre el patrimonio de siem- Pequeña Tradición de Redfield. No obstante, no
pre, un patrimonio de las elites que convocaban se trata tanto del mantenimiento de las diferen-
a arquitectos, artistas y diversos maestros para cias, como de lo que se oculta en esa dicotomía
que crearan para ellos, y el patrimonio de las cla- en cuanto a jerarquización unívoca y prioritaria-
ses populares, del pueblo : el patrimonio verná- mente clasista, y a la ignorancia de muchos otros
culo, el folklore, las tradiciones populares, el factores que fraccionan y complejizan nuestra
saber anónimo que hace resplandecer el “espíri- sociedad. Si el patrimonio es aquello en lo que se
tu del pueblo”. Aquí quisiera apuntar la necesi- reconocen y se definen los colectivos, lo que no
dad de comenzar a pensar el patrimonio como se puede seguir ignorando es que vivimos en una
un hecho diverso, contradictorio a veces, que sociedad en la que múltiples grupos interactúan
responde a las memorias, identidades y tradicio- y se definen en torno a diferentes principios.
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segunda pregunta se relaciona, desde mi punto sos usos o tradiciones van desde el modo de des-
de vista, con cuáles de esos cambios son evi- plazarse de una feria a otra, las músicas que se
dentes y cuestionables a los ojos de la sociedad bailan en los lugares de diversión, la forma de
que los vive y cuáles pasan desapercibidos. reproducir esas músicas...
Lo que parece obvio es que la dinámica de Parece haber una serie de elementos que
transmisión cultural no permite el inmovilismo, son rechazados o considerados como “peligro-
es decir, que las instituciones y códigos cultura- sos” o amenazas para “la tradición”. Una mira-
les se van transformando. Los usos y costumbres da más cercana nos haría preguntarnos por la
rituales, por muy fijados que parezcan en sus tradición de quiénes y el porqué de esos peli-
reglas formales, cambian, adaptándose al contex- gros. Si aceptamos que la idea de que el Patri-
to social. Estas transformaciones son a menudo monio Cultural es un concepto vinculado a la
sutiles, e incluso teniendo cierta enjundia, pue- identidad cultural, puesto que los procesos que
den llegar a pasar prácticamente desapercibidas. se activan tienen que ver con una valoración
Por ejemplo, entre la “Comida de Pobres” que se sobre un conjunto de referentes culturales que
hacía en algunas romerías y fiestas patronales y son asumidos como elementos de diferenciación
el actual almuerzo que se ofrece a todos los asis- y cohesión”19, entenderemos que los elementos
tentes hay no pocas diferencias18. Sin mencionar que se señalan como “patrimoniales” para
elementos más complejos, cuya transformación según qué colectivos pueden resultar “peligro-
se ha ido produciendo de forma discreta: Pense- sos” o enfrentados a los que escogen y selec-
mos por ejemplo en la organización de algunas cionan otros.
fiestas que ha pasado de estar casi exclusiva- Adjetivaciones como genuino, tradicional,
mente a cargo de los grupos más poderosos de auténtico, popular... no son más que valores
la sociedad local, a ser una posición accesible a añadidos que justifican y refrendan una selec-
la mayoría de la población que sufraga la fiesta ción para un colectivo dado en un momento
de modo colectivo. Pues a pesar de las fuertes concreto.
implicaciones sociopolíticas que esta cuestión
pueda tener, no ha generado mayores debates ni El patrimonio determina o presupone una
se ha convertido en referente de cambios de la construcción social: la selección se funda en
comunidad. Otros aspectos cambiantes de diver- crite rios históricos y convenciones locales
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taciones y dimensiones pueden escapar a la rigi- rencias de distintas voces que nos dejan entrever
dez de una “ficha” de catalogación o inventario. memorias paralelas.
También éramos conscientes de la heterogenei- Comentaba no hace mucho Andrés Carretero
dad de este patrimonio, de sus conexiones con que la posición del antropólogo que trabaja en el
otros elementos y referentes sociales, de su ámbito del patrimonio es un tanto compleja: ubi-
carácter dinámico... cada entre “dos vertientes con bastantes dificulta-
Hay autores que defienden que el propio des de entendimiento: la de las instancias admi-
proceso de inventario-catalogación supone, por nistrativas y la de los propios científicos”23. Los pri-
una parte, la esclerotización de ciertas manifesta- meros ubicados en una visión “historicista” y los
ciones culturales –que pretenden imitarse a sí segundos preocupados por “proyectos de estudio
mismas o al modelo recogido oficialmente- y, de cambio cultural, cuestiones de género, percep-
por otra parte, una fuente de transformación y ción simbólica del territorio y cuestiones simila-
banalización en cuanto que se folklorizan y se res” que no son entendidas por los primeros.
convierten en elementos de consumo turístico, Reclamaba entonces la reflexión sobre un “con-
cada vez más exotizados y caricaturescos22. Por cepto de patrimonio etnográfico que sea asimila-
nuestra parte, esta primera propuesta no preten- ble administrativamente; (...) aún como fórmula
de ignorar que estos procesos pueden tener transitoria”24.
lugar, pero sí intentar crear un apunte que per- En esta línea de procurar la reflexión y el
mita pensar que se puede ir más allá de la mira- debate, además de ir haciendo propuestas asimi-
da “tópica” sobre las actividades de interés etno- lables y viables para dar soluciones al gestor y
lógico. Es precisamente uno de los objetivos de administrador, ha surgido la propuesta que aquí
esta herramienta documental reflexionar en públi- se bosqueja 25. Está aún por desbrozar y redefinir
co sobre la necesidad de recoger distintas pers- y queda abierta a la crítica y la transformación.
pectivas cuando abordamos información sobre Tal vez sea precipitada su publicación antes de
una actividad con valor patrimonial. No podemos una mayor comprobación. Pensamos, sin embar-
dejar de recordar que si bien estamos fijando una go, que se están llevando a cabo desde distintas
información, estos procesos tienen un compo- administraciones, fundaciones y asociaciones, tra-
nente dinámico y a veces contradictorio; que con bajos y catalogaciones sobre patrimonio etnográ-
respecto a un mismo hecho a menudo hay refe- fico y sobre patrimonio intangible sin que exista
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producción de servicios. Se incluyen tanto (Feria, romería, moros y cristianos, verbena, car-
los que tengan sentidos prácticos o rituales naval, navidad, semana santa, etc. Incluir los ritos
que supongan un saber hacer representativo de paso. Use tesauro) y el Nivel de Integración
de un colectivo. Ej. Carpintería de ribera, de la misma. En Formas de expresión comunica-
manipulación de hierbas medicinales, curan- tivas se clasifica a través de dos campos: Activi-
derismo, etc. Incluye también los saberes dad marco (denominación de la actividad asocia-
cotidianos. da o que contextualiza la acción o escenificación.
· Cocinas : Referida a las actividades culi- Debe permitir visualizar otras actividades con las
narias. Este item tendría que estar inclui- que se halle relacionado. La relación se estable-
do en oficios y modos de hacer, pero por cerá internamente a través de los códigos) y
su especificidad e importancia en la valo- Tipología.
rización de algunas zonas, lo hemos sepa- Por otra parte, hemos intentado limitar la
rado. información que se reitera en otros soportes, uti-
La aplicación se ha pensado organizada en lizando los recursos para ahorrar esfuerzos y
tres módulos, un primero de Identificación y capacidad de los equipos. Por ejemplo, habrá
localización ; un segundo de Descripción y el una descripción genérica de la actividad que se
tercero dedicado a Valoraciones y otros ámbi - mantendrá idéntica para todas aquellas que refie-
tos significativos . Tienen una estructura pare- ran a un mismo saber hacer (ej. la tonelería, la
cida en todos los temas aunque varían algunos crianza del vino, la alfarería en blanco, etc.). El
campos según las necesidades de análisis de nivel de precisión vendrá dado por las diferen-
cada uno. Por ejemplo, la Identificación de los cias sustanciales de los procedimientos. Es decir,
Oficios y Modos de Hacertiene un campo clasifi- puede ser interesante dar de alta por una parte la
catorio denominado Actividades (se designarán elaboración de los vinos blancos de crianza y por
los tipos por los que se pueda clasificar la activi- otro lado los afrutados, si los procedimientos
dad, use tesauro); sin embargo, en el caso de los variaran sustancialmente; pero si la información
Rituales y Manifestaciones Festivas la clasifica- disponible simplemente señala una variante en
ción se hace a través del campo Tipo de Fiesta un momento puntual de proceso de producción
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quizá se diera de alta sólo uno. Será cuestión de Comida de pobres, etc. Por defecto debe apa -
analizar cada caso y de modificarlo cuando se recer UN NIVEL GENERAL con la denomina -
disponga de otra información. Se deberá prever ción de la fiesta.
la posibilidad de estas modificaciones teniendo · Tipo: Te s auro. Señalar la tipología del acto.
en cuenta que entonces se vincularán distintas Ej: Procesión religiosa; procesión civil (desfi-
informaciones a registros que inicialmente le); espectáculo taurino; Cabalgata de Reyes;
dependían de uno solo. Nacimiento; Pastorada; Auto sacramental;
De este modo, actividades que siguen un M o ros y cristianos; Acciones con animales;
mismo proceso se almacenarán sólo una vez, Hoguera; Quema de judas; Juego.
aún cuando puedan visualizarse siempre que se · Descripción del acto o representación.
quiera. Se hará una Descripción concreta de la
actividad en la que se incluirán sólo las VARIA- Por otra parte, las dos variantes en las que
CIONES con respecto al genérico. contamos con un menor número de “fichas” o
Otro de los aspectos que hemos procurado sistemas de análisis publicados son las referi-
atender en este diseño es la complejidad de algu- das a F o rmas de exp resión comunicativa y
nas actividades y vivencias colectivas. Así, hemos Cocinas. En ambos casos nos hemos preocu-
tomado como unidad de análisis el conjunto de pado preferentemente por el aspecto de su
un ritual, por ejemplo una fiesta en la que haya contextualización y la identificación de los
varias cruces, cada una de un barrio o calle, se colectivos que las desarrollan, así como las
analiza como “Fiesta de las Cruces del Alosno” y posiciones que ocupan los diferentes agentes.
se describe genéricamente, pero permite la entra- Hemos tratado más sucintamente aspectos
da de todo el nivel de detalle que se precise refe- como las transcripciones de melodías, coreo-
rido a cada cruz a través de un subformulario grafías, que si bien se pueden recoger en la
con tres campos interrelacionados: base de datos como documento gráfico, consi-
deramos que deben ser tratados en más pro-
· Denominación concreta: Refiere al nom- fundidad en documentos de especialistas por
bre del acto o ritual , ej. Desfile de caballistas, ejemplo en Etnomusicología.
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NOTAS
1. Extracto de la Introducción a la Conferencia Eur o- D. (2000): “Patrimoine immateriel en Afrique: S’agi -
pea del Patrimonio celebrada en noviembre de 2001. rait-il de “beaocoup de bruit p our rien”?”. En
Original en ingles. h t t p : / / w w w . int e rnat io nal . ic o m o s . o rg / m unje e.htm
ri _ f r .
Sobre las fórmulas de protección de este tema de “Rutas
2. TRUSCOTT, M.(2000): “Valeurs Immaterielles. Patri- de Esclavos” por la UNESCO puede verse la página web
moine d’Australie”, ICOMOS en http:// www.inter
natio nal. de esta institución referida a la Diversidad Cultural.
icomos.org/ truscott_fre.htm
6. En “Patrimonio Inmaterial”, UNESCO, última actuali-
3 . Declaració n de Patrimonio Mundial p or el zación 22/10/ 01 http:// www.unesco.org / culture / he ritag e /
Comité Inte rnacio nal de ICO MO S-U NESCO. Véase intang ib le / html_s p / inde x_s p .s h.tm Puede
l verse también
h t t p : / / w w w . u n e s c o . o rg / o p i / i n t an g i b l e _ h e r i t ag e / s plaa“Recomendación de la U NESCO para la salvaguar-
i n .htm Para una aproximación antrop ológica puede da de la cultura tradicional y popular, 1989” E n
consultarse Baile Rodríguez, A. (2000): “La fiesta de h t t p :/ / w w w .une s c o .o rg / c ul t ure / l aw s / p aris / h t ml _ s p / p ag e 1.
Elche. Un marco simbólico identitiario” en Gazeta de shtml .
A n tropología n º 16. Texto 16-13. Http:/ / www.ugr.es/
pwlac/ G16_13Antonio_Baile_Rodriguez.html 7. LIMÓN DELGADO, 1996: “Espacios de sociabilidad”
en Patrimonio y Ciudad . Cuadernos del IAPH. Con-
4. El “redolí” es el sitio o derecho de pesca comunal sejería de Cultura, Junta de Andalucía, Sevilla.
como miembro de la Cofradía de Pescadores de El Pal-
mar, en la Albufera valenciana. Se hereda de abuelos a 8. RIOJA LÓPEZ, C. 1996: “Reflexiones en torno a la cul-
nietos o de un pariente de la generación anterior y tura inmaterial y su gestión patrimonial en la Comuni-
siempre entre varones. Para más información sobre dad Autónoma Andaluza” en Boletín del IAPH nº 16.
este aspecto puede consultarse la monografía de San-
martín Montilla, R. 1982: La Albufera y sus hom - 9. Algunos ejemplos de estas actividades y negociacianes
bres. Akal, Barcelona. Sobre las reclamaciones que las son los tratados de las “Primeras Naciones Canadienses”
mujeres de El Palmar vienen realizando, la respuestas con el gobierno federal sobre un código deontológico en
de los tribunales y los recursos de la Junta de Pescado - t o rno a sus propias producciones, la entrada en los esce-
res, algunas notas de prensa que resumen la situación narios políticos de diversos líderes de grupos Aborígenes
están en: Prensa Mujer “¿Podrán trabajar este año las pesca- australianos, incluso movimientos como los de Chiapas.
doras de la Albufera?” en www.pre ns amuje r.co m/ 010626/
trabajo.htm; El Mundo, www.el-mundo.es/ 2000/ 07/ 03/ 10. En este sentido la afirmación de la Carta de Nara
sociedad/3N0097.html ; El País, Suplemento Dominical (1994) sobre la autenticidad abre una nueva perspectiva.
08/ 07/2001, “Un pueblo contra cinco p escadoras” La experiencia patrimonial de pueblos no occidentales
w w w . e l p ai s . e s / s u p l e m e n t o s / d o m i n g o / 2 0 0 1 0 7 0 8 / 1 logra4 el consenso sobre la posibilidad de reemplazar mate-
pueblo.html . riales. Lo importante es el significado del inmueble y los
elementos que lo componen, no la antigüedad de los
5. Dawson Munjeri hace hincapié en la ausencia de materiales. Más explícita respecto al protagonismo de
patrimonio construido que sirva como huella arquitec- minorías étnicas son las diferentes Cartas de Burra y sobre
tónica para la ruta de los esclavos en Benin. Munjeri, todo la de 1996 que insisten en el concepto de significa-
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ción cultural y de interpretar los hechos, acciones y espa- 20. PADIGLIONE, V., 1999: “El efecto marco. Las
cios patrimoniales dentro de los códigos culturales de los mediaciones del patrimonio y la comp etencia antro p o-
distintos grupos que los crean los usan y les dan sentido. lógica” En Cuader nos del PH nº 10. Patrim on io
Etnológico: Nuevas perspectivas de estudio . Con-
11. HERZFELD, M., 1997: “La antropología: práctica de sejería de Cultura, Junta de Andalucía. Sevilla.
una teoría” en RICCSS nº 153, Antropología - Temas y
Perspectivas: I. Más allá de las lindes tradicionales. 21. MORENO NAVARRO, I., 1999: “El Patrimonio Cul -
http:/ / www.unesco.org/ issj/ rics153/ herzfeldspa.html tural como capital simbólico: valorización/ usos”. En
Anuario Etnológico de Andalucía 1995-1997 . Con-
12. M. MAUZÉ, 1999: “L’éclat de l’haliotide. De la con- sejería de Cultura, Junta de Andalucía, Sevilla, pp. 327.
cepcion du beau dans les sociétés de la côte Nord-
Ouest” en Terrain 32 pp.94 (83-98). 22. Véase el ya citado texto de Díaz Viana o la re f l e-
xión resp ecto a la necesidad de autenticidad y cosifi-
13. En ambos casos el subrayado es mío. cación de determinados re f e rentes que hace Babad-
zan, A., 2001: “les usages sociaux du p atrimonie”. En
14. LENCLUD, G., 1987. “La tradition n'est plus ce qu'e- Ethonologies Comp arées nº 1. Revista Electrónica. http:
lle était”, in Terrains, n 9 : 110-123. / / alor.univ-montp3.fr/ cerce/ r2/ a.b.htm
15. DÍAZ VIANA, 1999: Los guardianes de la tradi - 23. CARRETERO, A., 1999: “Patrimonio Etnográfico,
ción. Sendoa Editorial, Gipuzkoa. Pp.13-14 teórico y práctico”. En Anuario Etnológico de Anda-
lucía 1995-1997 . Consejería de Cultura, Junta de
16. Véase Canclini, 1999 “Folklore y cultura de masas” y Andalucía, Sevilla, pp. 275.
Velasco, H. 1999: “Cultura tradicional, cultura popular y
cultura popularizada” en Medeiros, A. (coord.) Recrea- 24. Ibidem, 276.
ciones Etnográficas . Mesas de Trabajo. VIII Congreso de
A ntropología. FAAEE, Santiago de Compostela, pp.65-72 25. Avanzamos una p equeña síntesis en el Anexo I. La
p rop uesta en su integridad se expone en Quintero, V.
17. DÍAZ VIANA, op. c. :47. y Hernández, E.: “Una propuesta de documentación
de las Actividades de Interés Etnológico” enBol etín
18. Vease Caro Baroja sobre la fiesta del Cerro del PH nº 38 , 2003.
Andevalo y de la Puebla de Guzmán. Caro Baroja, J.,
1993: De Etnología Andaluza. Diputación Provincial 26. Una enumeración no exhaustiva incluiría: ritos de
de Málaga, Málaga. También puede consultarse Her- paso, fiestas, actividades económicas de producción y
nández y Otros, 1999: Fiesta y Frontera . Consejería transformación, cuentos y leyendas, cantes y coplas,
de Cultura, Junta de Andalucía, Sevilla. danzas y bailes, prácticas de sociabilidad formal e
informal, prácticas devocionales, creencias mágico-
19. VARGAS, I. 1997: “la identidad cultural y el uso religiosas, espectáculos, etc.
social del patrimonio Histórico. El caso de Venezuela”
en Boletín del IAPH nº 20, pp.82. 27. Fotografías: Jose A. Flores
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