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cua der no s t éc nic os

EL P ATRIMONIO INMATERIAL: ¿INTANGIBLE?


Reflexiones en torno a la documentación del “patrimonio oral e
inmaterial”
Victoria Quintero Morón

El punto de partida es que, fundamentalmente, bajo la denominación de “patrimonio inmaterial”.


cualquier patrimonio es intangible si nos aproxi -
Este articulo no tiene como objetivo llegar a deli-
mamos a él como un patrimonio de valores.1 mitar conceptual u operativamente el llamado
patrimonio intangible. Más bien he pretendido
En Australia la vida de los emigrantes que tra- exponer algunas preguntas sobre qué significan
bajaron en la Snowy (una de las mayores centra- las definiciones que se están vertiendo sobre este
les hidroeléctricas del mundo) ha sido el centro “novedoso” patrimonio intangible. También me
de un proyecto patrimonial reciente. “El proyec- he preguntado, muy sucintamente, por el posi-
to engloba la dispersión ulterior de los obreros en cionamiento de distintos agentes y colectivos
las numerosas regiones de Australia así como las sobre este patrimonio. Estos dos interrogantes
historias que éstos cuentan sobre las Snowy y el nos reenvian a las cuestiones que inicialmente
sentido profundo que les atribuyen”2. En Elche, la provocaron la escritura de este texto: hasta qué
ciudad se ha volcado para conseguir la nomina- punto es pertinente clasificar, documentar y
ción como Patrimonio de la Humanidad de “El someter al patrimonio inmaterial a algunas de las
Misteri”, Auto Sacramental que destaca por sus prácticas habituales en otros tipos de patrimonio.
valores asociados a las representaciones teatrales Patrimonio Intangible, Patrimonio Inmaterial,
populares3. A no muchos kilómetros, en la Albu- Actividades de Interés Etnológico, Obras Maes-
fera valenciana, la “tradición” desencadena ape- tras del Patrimonio Oral e Inmaterial... Un patri-
laciones judiciales entre los defensores de un monio denominado de diferentes modos y que
documento del s. XII y las mujeres de la comu- incluye gran heterogeneidad temática.
nidad que pretenden acceder a la pesca en la
Albufera, al derecho a un “redolí”4. En las costas La UNESCO lo entiende así:
occidentales africanas, se reivindica la protección Podría definirse el patrimonio intangible como
de la memoria sobre los caminos de tráfico de el conjunto de formas de cultura tradicional y
esclavos. Caminos que no están jalonados de popular o folclórica, es decir, las obras colectivas
edificaciones religiosas o posadas como los tra- que emanan de una cultura y se basan en la tra-
dicionales senderos de peregrinación. Ni siquie- dición. Estas tradiciones se transmiten oralmen-
ra el trazado se percibe como elemento material te o mediante gestos y se modifican con el trans-
que sustente esa memoria: trochas borradas, al curso del tiempo a través de un proceso deercre-
margen de las leyes, marcadas por las guerras, la ación colectiva. Se incluyen en ellas las
conquista y el paso del tiempo, desaparecidas a tradiciones orales, las costumbres, las lenguas, la
cada paso bajo el crecimiento de la vegetación5. música, los bailes, los rituales, las fiestas, la
Si he escogido como ejemplos procesos tan medicina tradicional y la farmacopea, las artes
diferentes, situaciones jurídicas contrapuestas y culinarias y todas las habilidades especiales re la-
lugares tan distantes es para poner de manifiesto cionadas con los aspectos materiales de la cultu-
la heterogeneidad de situaciones que se acogen ra, tales como las herramientas y el hábitat. 6

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Está claro que la indefinición de qué sea


este patrimonio se liga a lo que apuntábamos
en la cita que inicia el artículo: cualquier ele-
mento patrimonial, sea la que fuere la forma del
objeto, lo es por los valores que tiene asociados
ya resalte el aspecto artístico, el histórico, el
documental... y esos valores son “no tangibles”.
Pero como apuntaba ya algunos años atrás A.
Limón7 o reiteraba C. Rioja, a este argumento
puede dársele la vuelta: los elementos pura-
mente intangibles no existen, cualquier activi-
dad tiene un, y normalmente muchos, referente
físico, material.
La “intangibilidad” o “inmaterialidad” se debe
por tanto al hecho de reconocer y resaltar, en
primer lugar, los valores ligados a los objetos
patrimoniales por encima del objeto en sí. Y en
segundo lugar, pero siempre como un paso más
de la línea anterior, al descubrimiento de valo-
res, de significados, que no pueden ser fácil-
mente transmitidos sólo a través de los objetos,
sino que necesitan de la acción, de la práctica,
de la transmisión, para ser comprendidos en su
integridad.
En este tránsito entre lo “objetual” y la sínte-
sis “objeto/acción/ritual”, tiene sin duda cierta
importancia la integración de la antropología
entre las disciplinas patrimoniales y las posturas
antropológicas con respecto a la visión de “el
otro”. Pero mucho más central es la llegada de
las voces de los denominados colectivos indíge-
nas a foros internacionales o, al menos al esce-
nario de la globalidad. Estos colectivos han rei-
vindicado una visión más amplia y la integra-
ción de otras expresiones, también en el ámbito
cultural10.
La patrimonialización de “lo intangible” supo-
ne un cierto cambio de perspectiva respecto a los
grupos minorizados en el escenario global. La
imposición occidental sobre otras culturas ha
afectado, al menos en las dos últimas centurias,
a las posibilidades de construcción y reivindica-
ción de su propio pasado. Si en occidente el
pasado se legitima y se construye a partir del
objeto, de “la monumentalidad”, de lo que es
valorado por sus características históricas y artís-
ticas, según una historiografía y unos cánones
determinados, otras sociedades han tenido y tie-

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nen otros modos de entender su vinculación con se nos olvida que el vestido se transforma en
los ancestros y con el territorio que reivindican. otro elemento cuando se usa. En movimiento
Sin embargo, en el escenario mundial estos gru- nos muestra un sentido de la sensualidad, del
pos se han visto de algún modo obligados a color, del ritmo, de cómo se entiende a las muje-
adoptar estos mismos sistemas de representa- res, de cómo se gustan y presumen algunas
ción para expresar su memoria. La reivindica- mujeres andaluzas. El vestido compone la fiesta
ción de un patrimonio que vaya más allá de lo y la fiesta hace el vestido. Y aún así los segui-
monumental pero también que supere las mos entendiendo como procesos y objetos o
dimensiones de los materiales, la “perdurabili- acciones separables. Si se le preguntase a un
dad de las piedras”, para basarse en el ritmo, el haida o un kwakiult sobre los valores y signifi-
color y la sensualidad de una danza o en la cados de una máscara afirmaría que no puede
sonoridad y el poder oral de los nombres, supo- ser desligada de la danza, del recuerdo de los
ne un avance respecto a las imposiciones etno- antepasados, de las ceremonias que reúnen a
céntricas de los occidentales. Recordemos sólo toda la comunidad
por un momento que incluso la preeminencia
que nuestra civilización da al sentido de la vis- “La belleza de un objeto no reside únicamen-
ta no es algo compartido por todas las culturas. te en las propiedades formales reveladas por
Es interesante la reflexión que hace Michael el ojo; está anclada en su función, determi-
Herzfeld: nada por criterios sociales y culturales y se
manifiesta totalmente en el momento en el
“Classen señala que la primacía de lo visual que el objeto capta la atención del usuario o
en el control social es un fenómeno relativa- del público. El análisis no puede separar, en
mente reciente (siglo XVIII) y localizado efecto, un cierto número de elementos que se
(Europa occidental). (...) La antropología, revelan en la puesta en escena de las ceremo-
involucrada ella misma en el proyecto colo- nias, ocasiones en que la actuación de los
nial, no ha escapado a esta tendencia 'visua - actores, el ritmo de los cantos y la manipula-
lista' (Fabian, 1983). Ciertamente, esto con - ción de los objetos tienen un lugar singular
tribuye a la marginalización de lo que se ha todos participando de un movimiento único
clasificado como 'tradicional'. El ejemplo de para la eficacia del ritual, se diría en un
Classen de las pinturas de los Navajo en la espectáculo total.”12.
arena muestra este visualismo p rop io de
museo, donde el tacto se suprime, el uso se ¿Cómo delimitamos el patrimonio inmaterial?
ignora y la permanencia se impone.”11 . · La importancia de la tradición
Cuando se habla de patrimonio inmaterial o
La sensibilidad estética de otros pueblos y su intangible se trata de hacer predominar la vincu-
entendimiento de sus propias tradiciones insiste lación de los objetos a las acciones y no al con-
en un sentido que para nosotros no era tan evi- trario. La legislación estatal en la Ley 16/85 del
dente: la síntesis entre los objetos y las funcio- Patrimonio Histórico Español, se refiere al patri-
nes, los lugares y los escenarios a que están liga- monio etnológico inmaterial con las siguientes
dos. La importancia de los procesos por encima palabras:
de los productos acabados.
Esta formulación es diferente a la que ha Forman parte del Patrimonio Histórico Espa-
sido nuestra durante mucho tiempo, por ejem- ñol los bienes muebles e inmuebles y los cono-
plo, nosotros diferenciamos el valor del traje de cimientos y actividades que son o han sido
flamenca, como objeto de exposición, como expresión relevante de la cultura tradicional
diseño y tela que nos habla de un periodo, una del pueblo español en sus aspectos materiales,
moda, una clase social... del baile y el momento sociales o espirituales (art. 46)
de la fiesta en la que se luce este traje. A veces

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Se considera que tienen valor etnográfico y


gozarán de protección administrativa aque -
llos conocimientos o actividades que proce-
dan de modelos o técnicas tradicionales que
p rocedan de una determinada comuni-
dad.13 (art. 47.3.)

Recurrir a la tradición es una de las fórmulas


más extendidas para acotar qué sea o cómo pro-
teger el patrimonio intangible y, en general, el
patrimonio etnográfico. Uno de los problemas
que se derivan es la amplitud y contradicción
con que se define este concepto.
El término tradicional se asocia frecuente-
mente a sociedades ágrafas o sin historia. En el
lenguaje cotidiano la tradición se vincula a
"cómo se hacían las cosas en un pasado" o al
"legado de los antepasados", transmitido por una
suerte de proceso mágico o natural de forma
inmutable. A mi entender, cuando en la calle se
da esta calificación a un hecho o costumbre, en
realidad se están legitimando o sacralizando cier-
tos usos que están en proceso de cambio y que
se pretenden mantener.
La mayoría de los fenómenos y hechos cul-
turales que hoy denominamos como tradiciona-
les tienen un origen temporal concreto y han
sufrido transformaciones. Sin embargo, estos ele-
mentos son connotados de un significado histó-
rico, se entienden como representativos de la
memoria que nos liga a modos y formas de
hacer heredados de nuestros antepasados. Así
pues, los colectivos seleccionan una serie de ele-
mentos concretos en los que se produce un
reforzamiento significativo, una construcción de
legitimación que viene dada por su supuesto
carácter inamovible y centrado en orígenes leja-
nos, aun cuando en realidad están sujetos a la
dinámica cultural y, a menudo, se puede rastre-
ar su inicio apenas unas décadas atrás. En sínte-
sis, la tradición:

“No es un producto del pasado, una obra de


otra época que los contemporáneos recibirí-
an pasivamente sino, un “punto de vista” que
los hombres del presente desarrollan sobre lo
que les ha precedido, una interpretación del
pasado conducida en función de criterios

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rigurosamente contemporáneos. (...) En esta nes de muy diferentes grupos que conviven en
acepción, tradición no es lo que ha estado lugares más o menos cercanos.
siempre, es lo que hacemos estar. (...) Lo esen
- El problema sigue estando en la amalgama
cial de una tradición: un origen prestigioso y difusa que se toma como popular: desde la dico-
un p oco lejano, un saber misterio, una tomía entre lo culto y lo popular que respondie-
herencia exclusiva, una diferencia procla - ra a una diferenciación tajante entre elite y masa
mada, una autoridad afirmada. Así se for - popular; a lo popular como característico de los
mula una tradición” 14 campesinos, de sociedades ágrafas opuestas a lo
urbano, culto; pasando por lo popular asimilado
Es esta acepción del término tradicional la a “clases subalternas” urbanas o no; y cómo no
que nos resulta aplicable al patrimonio intangi- lo popular como representativo del “Pueblo”,
ble. No obstante, con esto no se acota la defini- sustrato de la “nación”...
ción del mismo, respecto a esta definición del Todas esas “caras” del poliedro de lo popu-
patrimonio intangible como tradicional surgen lar se usan sin distinción en su conceptualiza-
dos cuestiones: ción cuando se hace referencia, por ejemplo, a
ritos populares, medicina popular, habla de los
· ¿Sólo los elementos cargados de una dimen- barrios populares, etc. El problema no está sólo
sión histórico-temporal pueden considerarse en la indefinición de lo popular, sino en la dico-
patrimonio intangible? ¿qué ocurre con las tomía que sigue manifestando en todos los
expresiones y usos contemporáneos que se casos.
llenan de significado y se transforman en
símbolos de identidad de un colectivo? “Tanto si hablamos de “cultura popular” o
· Hay elementos con una clara dimensión “tradicional” –que remite (en su misma dis -
patrimonial y que deben su significado a su tinción) a una de las estrategias que han
valor histórico-temporal que sin embargo no desarrollado los “cultos” para mejor asimilar
se consideran tradición, sino “historia”, pro- lo que les interesaba del “pueblo”- como de
ducción “artística”, etc. A este respecto auto- “cultura folklórica” estaremos empleando tér-
res como Díaz Viana nos recuerdan que el minos diversos para designar lo mismo: un
procedimiento de selección de lo tradicional mundo que sigue siendo presentado como
se hace siempre por oposición a las produc- opuesto al de la cultura de “elite”, “erudita” o
ciones cultas o las “grandes tradiciones” . “hegemónica”. Y sin embargo, unas y otras
formas de cultura constituyen partes insepa-
· ¿Sólo es patrimonio inmaterial lo popular? rables –pero diferenciadas- de ese “todo”” 17
Quizá una de las ideas más arraigadas con
respecto al patrimonio es que este es unívoco Díaz Viana insiste en que la “cultura popular”
–una sociedad, un país, un patrimonio cultural-. es siempre diferenciable de la cultura de las éli-
Algunos autores preconizan la diferenciación tes, del mismo modo que la Gran Tradición y la
que debe hacerse entre el patrimonio de siem- Pequeña Tradición de Redfield. No obstante, no
pre, un patrimonio de las elites que convocaban se trata tanto del mantenimiento de las diferen-
a arquitectos, artistas y diversos maestros para cias, como de lo que se oculta en esa dicotomía
que crearan para ellos, y el patrimonio de las cla- en cuanto a jerarquización unívoca y prioritaria-
ses populares, del pueblo : el patrimonio verná- mente clasista, y a la ignorancia de muchos otros
culo, el folklore, las tradiciones populares, el factores que fraccionan y complejizan nuestra
saber anónimo que hace resplandecer el “espíri- sociedad. Si el patrimonio es aquello en lo que se
tu del pueblo”. Aquí quisiera apuntar la necesi- reconocen y se definen los colectivos, lo que no
dad de comenzar a pensar el patrimonio como se puede seguir ignorando es que vivimos en una
un hecho diverso, contradictorio a veces, que sociedad en la que múltiples grupos interactúan
responde a las memorias, identidades y tradicio- y se definen en torno a diferentes principios.

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Quizá una de las mayores transformaciones


que aún nos queda por asumir en cuanto a la
definición de qué sea el patrimonio cultural tie-
ne que ver con la ruptura de la idea de un espa-
cio, un territorio, una cultura sobre la que se
construye el ideario del estado-nación y que por
extensión afecta a cómo se gestó la idea-con-
cepto del patrimonio. Los bienes que deben ser
protegidos porque pertenecen a todos, porque
se constituyen como elementos representativos
de la memoria, de lo que hemos sido, pero sobre
todo de lo que somos y de lo que queremos
ser... El patrimonio protegido refleja bien la his-
toria oficial llena de fortalezas, catedrales, pala-
cios, grandes obras de artistas plásticos. También
se ocupa de la historia cotidiana –no hace
mucho descubierta pero sí ensalzada por el
romanticismo decimonónico- reflejada en distin-
tos elementos del folklore, ahora eso sí unos ele-
mentos que frecuentemente son embalsamados,
conservados para el autorreconocimiento de un
sector de la sociedad. El patrimonio es de todos
pero ¿refleja las memorias y percepciones de los
minorizados? ¿qué capacidad de selección y
autoreconocimiento tienen estos colectivos?

Asumir la innovación y el cambio


Cuando hacemos referencia al Patrimonio
Cultural hablamos de valores que potencialmen-
te pueden ser contradictorios. Por ejemplo la
concurrencia de distintos colectivos sobre un
mismo lugar u objeto con lecturas y significacio-
nes enfrentadas.
A lo largo de este año 2001 algunas noticias
de prensa ponían de relevancia el enfrentamien-
to entre la costumbre y la innovación, la tradi-
ción y el cambio. Uno de los aspectos que más
se ha cuestionado en este principio de milenio
es el de la participación igualitaria de las muje-
res en asociaciones, cofradías y rituales cuyo ori-
gen se remonta, en unos casos a unas cuantas
décadas y en otros a unos siglos.
Respecto a este tema habría que hacerse al
menos un par de interrogantes. La primera es
desde cuándo es noticia el mantenimiento o rup-
tura de una tradición ¿porqué los medios de
comunicación de masas se preocupan por los
cambios introducidos en ciertas costumbres? La

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segunda pregunta se relaciona, desde mi punto sos usos o tradiciones van desde el modo de des-
de vista, con cuáles de esos cambios son evi- plazarse de una feria a otra, las músicas que se
dentes y cuestionables a los ojos de la sociedad bailan en los lugares de diversión, la forma de
que los vive y cuáles pasan desapercibidos. reproducir esas músicas...
Lo que parece obvio es que la dinámica de Parece haber una serie de elementos que
transmisión cultural no permite el inmovilismo, son rechazados o considerados como “peligro-
es decir, que las instituciones y códigos cultura- sos” o amenazas para “la tradición”. Una mira-
les se van transformando. Los usos y costumbres da más cercana nos haría preguntarnos por la
rituales, por muy fijados que parezcan en sus tradición de quiénes y el porqué de esos peli-
reglas formales, cambian, adaptándose al contex- gros. Si aceptamos que la idea de que el Patri-
to social. Estas transformaciones son a menudo monio Cultural es un concepto vinculado a la
sutiles, e incluso teniendo cierta enjundia, pue- identidad cultural, puesto que los procesos que
den llegar a pasar prácticamente desapercibidas. se activan tienen que ver con una valoración
Por ejemplo, entre la “Comida de Pobres” que se sobre un conjunto de referentes culturales que
hacía en algunas romerías y fiestas patronales y son asumidos como elementos de diferenciación
el actual almuerzo que se ofrece a todos los asis- y cohesión”19, entenderemos que los elementos
tentes hay no pocas diferencias18. Sin mencionar que se señalan como “patrimoniales” para
elementos más complejos, cuya transformación según qué colectivos pueden resultar “peligro-
se ha ido produciendo de forma discreta: Pense- sos” o enfrentados a los que escogen y selec-
mos por ejemplo en la organización de algunas cionan otros.
fiestas que ha pasado de estar casi exclusiva- Adjetivaciones como genuino, tradicional,
mente a cargo de los grupos más poderosos de auténtico, popular... no son más que valores
la sociedad local, a ser una posición accesible a añadidos que justifican y refrendan una selec-
la mayoría de la población que sufraga la fiesta ción para un colectivo dado en un momento
de modo colectivo. Pues a pesar de las fuertes concreto.
implicaciones sociopolíticas que esta cuestión
pueda tener, no ha generado mayores debates ni El patrimonio determina o presupone una
se ha convertido en referente de cambios de la construcción social: la selección se funda en
comunidad. Otros aspectos cambiantes de diver- crite rios históricos y convenciones locales

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regidos no sólo por prácticas científicas y El porqué de una propuesta de sistematiza -


artísticas, sino también políticas y económi- ción documental
cas. El valor universal e imperecedero ha que- La caracterización del patrimonio inmaterial
dado definitivamente abandonado. 20 como básicamente dinámico, sujeto a transfor-
maciones culturales constantes, es una de las
El riesgo fundamental al que nos enfrentamos dificultades que evidencian su protección
hoy es a no quedarnos con una visión estereoti- siguiendo los sistemas al uso en las disciplinas de
pada, unívoca y de nuevo elitista de qué sea conservación y tutela. Tal como la palabra indi-
nuestro patrimonio cultural, tangible o no. Si el ca, la conservación del patrimonio (material) se
levante del estrecho da a los tarifeños una serie ha basado en una lucha denodada contra el tiem-
de peculiaridades que reivindican tanto para po. Un tiempo medido en factores de agresión
atraer a los windsurfistas como para reconocerse, climática, agentes patógenos, usos antrópicos.
lo que no podemos dejar de mirar es cómo las Todos estos elementos deterioran y transforman
playas de nuestras costas van recogiendo la el objeto encubriendo –o destruyendo- los valo-
memoria de los que llegan en pateras. Nuestro res de los que es portador. La solución que se
presente, el presente de muchos de nuestros propone –y se aplica- es la conservación, ya sea
vecinos, se basa en la memoria de los viajes a preventiva, sustrayendo el objeto de determina-
escondidas, en la empresa de buscar una estabi- dos usos o influencias climáticas por ejemplo, ya
lidad, una residencia, un trabajo. Quedarnos en sea a posteriori, como intervención restauradora
la tradición del arado, la pisa de la uva o los sobre el mismo.
quintos, supone una selección que deja de lado Todas las acciones y el desarrollo discipli-
otros colectivos y pasados que forman igualmen- nar que se han elaborado respecto a la tutela
te parte de nuestra sociedad. La memoria del del patrimonio van encaminadas a esta labor, si
emigrante de eternos viajes en trenes hacia las exceptuamos quizá el reciente desarrollo res-
fábricas del norte, puede que no sea menos pecto a la int e rp re t ac ió nque se está abordan-
nuestra que los Carnavales gaditanos. do en el ámbito cultural tras el éxito obtenido
Pero si fiestas tan antiguas como esta de los en el campo de la “naturaleza”. Este aspecto de
Carnavales o tan nuevas como la reinvención difusión y acercamiento del Patrimonio a los
constante que de ellas se hace, no dejan dudas ciudadanos permite un abordaje más dinámico.
sobre su carácter patrimonial, ya no parece tan Sin embargo no se puede olvidar que el fin últi-
evidente que pueda ser patrimonio el desfile que mo de la interpretación es la comunicación, la
se organiza en conmemoración del Día del Orgu- transmisión de emociones a un público –turis-
llo Gay en Madrid todos los años. ta- demandante. Sin entrar aquí en las condicio-
Conviene recordar que en ese proceso de nes que suponen el consumo turístico –dicho
construcción social que participa la definición sea desde el máximo respeto-, sí quisiera indicar
del Patrimonio Cultural hay una dimensión polí- que no se puede restringir el estudio y la selec-
tica o como afirmaba Isidoro Moreno: ción de qué sea y cómo concebir el Patrimonio
desde la dimensión turística, por mucho que
La manipulación del Patrimonio, ya desde la sea ésta la principal fuente de financiación y de
propia definición sesgada de quienes tienen activación de muchos patrimonios y sobre todo
el poder de definirlo, es una prueba conclu- de los llamados patrimonio tradicionales o
yente de su relevancia para destacar u ocul- etnográficos.
tar las identidades colectivas. O, lo que es lo La propuesta de una herramienta para la
mismo, para mantener el status quo o trans- documentación del Patrimonio Intangible surge
formar las relaciones desigualitarias. Por eso como instrumento desde el que ir avanzando en
su ámbito es central, porque define la visibi- cómo definir y avanzar en la protección y difu-
lidad o invisibilidad de los colectivos sociales sión de este patrimonio. Por supuesto que se tra-
en la historia y en el presente.21 ta de un patrimonio no acotado y cuyas conno-

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taciones y dimensiones pueden escapar a la rigi- rencias de distintas voces que nos dejan entrever
dez de una “ficha” de catalogación o inventario. memorias paralelas.
También éramos conscientes de la heterogenei- Comentaba no hace mucho Andrés Carretero
dad de este patrimonio, de sus conexiones con que la posición del antropólogo que trabaja en el
otros elementos y referentes sociales, de su ámbito del patrimonio es un tanto compleja: ubi-
carácter dinámico... cada entre “dos vertientes con bastantes dificulta-
Hay autores que defienden que el propio des de entendimiento: la de las instancias admi-
proceso de inventario-catalogación supone, por nistrativas y la de los propios científicos”23. Los pri-
una parte, la esclerotización de ciertas manifesta- meros ubicados en una visión “historicista” y los
ciones culturales –que pretenden imitarse a sí segundos preocupados por “proyectos de estudio
mismas o al modelo recogido oficialmente- y, de cambio cultural, cuestiones de género, percep-
por otra parte, una fuente de transformación y ción simbólica del territorio y cuestiones simila-
banalización en cuanto que se folklorizan y se res” que no son entendidas por los primeros.
convierten en elementos de consumo turístico, Reclamaba entonces la reflexión sobre un “con-
cada vez más exotizados y caricaturescos22. Por cepto de patrimonio etnográfico que sea asimila-
nuestra parte, esta primera propuesta no preten- ble administrativamente; (...) aún como fórmula
de ignorar que estos procesos pueden tener transitoria”24.
lugar, pero sí intentar crear un apunte que per- En esta línea de procurar la reflexión y el
mita pensar que se puede ir más allá de la mira- debate, además de ir haciendo propuestas asimi-
da “tópica” sobre las actividades de interés etno- lables y viables para dar soluciones al gestor y
lógico. Es precisamente uno de los objetivos de administrador, ha surgido la propuesta que aquí
esta herramienta documental reflexionar en públi- se bosqueja 25. Está aún por desbrozar y redefinir
co sobre la necesidad de recoger distintas pers- y queda abierta a la crítica y la transformación.
pectivas cuando abordamos información sobre Tal vez sea precipitada su publicación antes de
una actividad con valor patrimonial. No podemos una mayor comprobación. Pensamos, sin embar-
dejar de recordar que si bien estamos fijando una go, que se están llevando a cabo desde distintas
información, estos procesos tienen un compo- administraciones, fundaciones y asociaciones, tra-
nente dinámico y a veces contradictorio; que con bajos y catalogaciones sobre patrimonio etnográ-
respecto a un mismo hecho a menudo hay refe- fico y sobre patrimonio intangible sin que exista

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un mínimo consenso ni un foro de debate. Es componen el Sistema de Información del


posible que ir exponiendo en público los diver- Patrimonio Histórico de Andalucía (SIPHA).
sos avances, tanteos y resultados de investiga- · En segundo lugar, debía ser un instrumento
ción y documentación sea una buena vía para lo suficientemente flexible como para ser
avanzar entre todos. comprendido y utilizado por distintas admi-
Quizá porque el proceso de globalización exa- nistraciones y agentes dedicados a la investi-
cerba el folklore exótico local, quizá porque en gación. Tenía que permitir almacenar una
nombre de la tradición a veces se pretenden negar información mínima y también debía poder
los derechos de los minorizados, quizá porque el ser utilizada para trabajos más complejos.
juego del consumo necesita cada vez más escena- · En tercer lugar, tendría que almacenar infor-
rios de autenticidad... lo cierto es que resulta prác- mación sobre temáticas, en apariencia al
ticamente imposible escribir sobre el patrimonio menos, muy diferentes 26.
intangible sin mencionar algunos posicionamien-
tos básicos. El que he pretendido expresar en Hemos articulado el diseño en cuatro gran-
estas líneas se basa en reivindicar el intercambio des temáticas atendiendo, por una parte, a crite-
de pareceres para superar las premisas conserva- rios de cierta vinculación o similitud en cuanto a
cionistas y conservadoras que a menudo imperan los datos y análisis a reflejar y por otra parte, a
en el patrimonio. Desde estas páginas me gustaría facilitar la gestión y el uso de la base de datos en
hacer un llamamiento al diálogo sobre la capaci- nuestro entorno andaluz. Queda configurado
dad de actuación de los técnicos, los ciudadanos, como sigue:
los agentes políticos en cómo ir definiendo día a
día nuestros patrimonios. · Manifestaciones festivas : Celebraciones,
rituales y fiestas.
ANEXO I · Formas de expresión : Formas de comuni-
Cuando iniciamos este diseño nos impusimos cación significativas: trovos, literatura cordel,
al menos los siguientes requisitos: danzas y bailes. Manifestaciones literarias,
musicales, plásticas, escénicas...
· En primer lugar debía posibilitar su integra- · Oficios y modos de hacer : Actividades
ción con el resto de las Bases de Datos que económicas de producción y transformación,

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producción de servicios. Se incluyen tanto (Feria, romería, moros y cristianos, verbena, car-
los que tengan sentidos prácticos o rituales naval, navidad, semana santa, etc. Incluir los ritos
que supongan un saber hacer representativo de paso. Use tesauro) y el Nivel de Integración
de un colectivo. Ej. Carpintería de ribera, de la misma. En Formas de expresión comunica-
manipulación de hierbas medicinales, curan- tivas se clasifica a través de dos campos: Activi-
derismo, etc. Incluye también los saberes dad marco (denominación de la actividad asocia-
cotidianos. da o que contextualiza la acción o escenificación.
· Cocinas : Referida a las actividades culi- Debe permitir visualizar otras actividades con las
narias. Este item tendría que estar inclui- que se halle relacionado. La relación se estable-
do en oficios y modos de hacer, pero por cerá internamente a través de los códigos) y
su especificidad e importancia en la valo- Tipología.
rización de algunas zonas, lo hemos sepa- Por otra parte, hemos intentado limitar la
rado. información que se reitera en otros soportes, uti-
La aplicación se ha pensado organizada en lizando los recursos para ahorrar esfuerzos y
tres módulos, un primero de Identificación y capacidad de los equipos. Por ejemplo, habrá
localización ; un segundo de Descripción y el una descripción genérica de la actividad que se
tercero dedicado a Valoraciones y otros ámbi - mantendrá idéntica para todas aquellas que refie-
tos significativos . Tienen una estructura pare- ran a un mismo saber hacer (ej. la tonelería, la
cida en todos los temas aunque varían algunos crianza del vino, la alfarería en blanco, etc.). El
campos según las necesidades de análisis de nivel de precisión vendrá dado por las diferen-
cada uno. Por ejemplo, la Identificación de los cias sustanciales de los procedimientos. Es decir,
Oficios y Modos de Hacertiene un campo clasifi- puede ser interesante dar de alta por una parte la
catorio denominado Actividades (se designarán elaboración de los vinos blancos de crianza y por
los tipos por los que se pueda clasificar la activi- otro lado los afrutados, si los procedimientos
dad, use tesauro); sin embargo, en el caso de los variaran sustancialmente; pero si la información
Rituales y Manifestaciones Festivas la clasifica- disponible simplemente señala una variante en
ción se hace a través del campo Tipo de Fiesta un momento puntual de proceso de producción

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quizá se diera de alta sólo uno. Será cuestión de Comida de pobres, etc. Por defecto debe apa -
analizar cada caso y de modificarlo cuando se recer UN NIVEL GENERAL con la denomina -
disponga de otra información. Se deberá prever ción de la fiesta.
la posibilidad de estas modificaciones teniendo · Tipo: Te s auro. Señalar la tipología del acto.
en cuenta que entonces se vincularán distintas Ej: Procesión religiosa; procesión civil (desfi-
informaciones a registros que inicialmente le); espectáculo taurino; Cabalgata de Reyes;
dependían de uno solo. Nacimiento; Pastorada; Auto sacramental;
De este modo, actividades que siguen un M o ros y cristianos; Acciones con animales;
mismo proceso se almacenarán sólo una vez, Hoguera; Quema de judas; Juego.
aún cuando puedan visualizarse siempre que se · Descripción del acto o representación.
quiera. Se hará una Descripción concreta de la
actividad en la que se incluirán sólo las VARIA- Por otra parte, las dos variantes en las que
CIONES con respecto al genérico. contamos con un menor número de “fichas” o
Otro de los aspectos que hemos procurado sistemas de análisis publicados son las referi-
atender en este diseño es la complejidad de algu- das a F o rmas de exp resión comunicativa y
nas actividades y vivencias colectivas. Así, hemos Cocinas. En ambos casos nos hemos preocu-
tomado como unidad de análisis el conjunto de pado preferentemente por el aspecto de su
un ritual, por ejemplo una fiesta en la que haya contextualización y la identificación de los
varias cruces, cada una de un barrio o calle, se colectivos que las desarrollan, así como las
analiza como “Fiesta de las Cruces del Alosno” y posiciones que ocupan los diferentes agentes.
se describe genéricamente, pero permite la entra- Hemos tratado más sucintamente aspectos
da de todo el nivel de detalle que se precise refe- como las transcripciones de melodías, coreo-
rido a cada cruz a través de un subformulario grafías, que si bien se pueden recoger en la
con tres campos interrelacionados: base de datos como documento gráfico, consi-
deramos que deben ser tratados en más pro-
· Denominación concreta: Refiere al nom- fundidad en documentos de especialistas por
bre del acto o ritual , ej. Desfile de caballistas, ejemplo en Etnomusicología.

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cua der nos t é cni c os

NOTAS
1. Extracto de la Introducción a la Conferencia Eur o- D. (2000): “Patrimoine immateriel en Afrique: S’agi -
pea del Patrimonio celebrada en noviembre de 2001. rait-il de “beaocoup de bruit p our rien”?”. En
Original en ingles. h t t p : / / w w w . int e rnat io nal . ic o m o s . o rg / m unje e.htm
ri _ f r .
Sobre las fórmulas de protección de este tema de “Rutas
2. TRUSCOTT, M.(2000): “Valeurs Immaterielles. Patri- de Esclavos” por la UNESCO puede verse la página web
moine d’Australie”, ICOMOS en http:// www.inter
natio nal. de esta institución referida a la Diversidad Cultural.
icomos.org/ truscott_fre.htm
6. En “Patrimonio Inmaterial”, UNESCO, última actuali-
3 . Declaració n de Patrimonio Mundial p or el zación 22/10/ 01 http:// www.unesco.org / culture / he ritag e /
Comité Inte rnacio nal de ICO MO S-U NESCO. Véase intang ib le / html_s p / inde x_s p .s h.tm Puede
l verse también
h t t p : / / w w w . u n e s c o . o rg / o p i / i n t an g i b l e _ h e r i t ag e / s plaa“Recomendación de la U NESCO para la salvaguar-
i n .htm Para una aproximación antrop ológica puede da de la cultura tradicional y popular, 1989” E n
consultarse Baile Rodríguez, A. (2000): “La fiesta de h t t p :/ / w w w .une s c o .o rg / c ul t ure / l aw s / p aris / h t ml _ s p / p ag e 1.
Elche. Un marco simbólico identitiario” en Gazeta de shtml .
A n tropología n º 16. Texto 16-13. Http:/ / www.ugr.es/
pwlac/ G16_13Antonio_Baile_Rodriguez.html 7. LIMÓN DELGADO, 1996: “Espacios de sociabilidad”
en Patrimonio y Ciudad . Cuadernos del IAPH. Con-
4. El “redolí” es el sitio o derecho de pesca comunal sejería de Cultura, Junta de Andalucía, Sevilla.
como miembro de la Cofradía de Pescadores de El Pal-
mar, en la Albufera valenciana. Se hereda de abuelos a 8. RIOJA LÓPEZ, C. 1996: “Reflexiones en torno a la cul-
nietos o de un pariente de la generación anterior y tura inmaterial y su gestión patrimonial en la Comuni-
siempre entre varones. Para más información sobre dad Autónoma Andaluza” en Boletín del IAPH nº 16.
este aspecto puede consultarse la monografía de San-
martín Montilla, R. 1982: La Albufera y sus hom - 9. Algunos ejemplos de estas actividades y negociacianes
bres. Akal, Barcelona. Sobre las reclamaciones que las son los tratados de las “Primeras Naciones Canadienses”
mujeres de El Palmar vienen realizando, la respuestas con el gobierno federal sobre un código deontológico en
de los tribunales y los recursos de la Junta de Pescado - t o rno a sus propias producciones, la entrada en los esce-
res, algunas notas de prensa que resumen la situación narios políticos de diversos líderes de grupos Aborígenes
están en: Prensa Mujer “¿Podrán trabajar este año las pesca- australianos, incluso movimientos como los de Chiapas.
doras de la Albufera?” en www.pre ns amuje r.co m/ 010626/
trabajo.htm; El Mundo, www.el-mundo.es/ 2000/ 07/ 03/ 10. En este sentido la afirmación de la Carta de Nara
sociedad/3N0097.html ; El País, Suplemento Dominical (1994) sobre la autenticidad abre una nueva perspectiva.
08/ 07/2001, “Un pueblo contra cinco p escadoras” La experiencia patrimonial de pueblos no occidentales
w w w . e l p ai s . e s / s u p l e m e n t o s / d o m i n g o / 2 0 0 1 0 7 0 8 / 1 logra4 el consenso sobre la posibilidad de reemplazar mate-
pueblo.html . riales. Lo importante es el significado del inmueble y los
elementos que lo componen, no la antigüedad de los
5. Dawson Munjeri hace hincapié en la ausencia de materiales. Más explícita respecto al protagonismo de
patrimonio construido que sirva como huella arquitec- minorías étnicas son las diferentes Cartas de Burra y sobre
tónica para la ruta de los esclavos en Benin. Munjeri, todo la de 1996 que insisten en el concepto de significa-

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a n t ro po l og í a y pa tri mon io

ción cultural y de interpretar los hechos, acciones y espa- 20. PADIGLIONE, V., 1999: “El efecto marco. Las
cios patrimoniales dentro de los códigos culturales de los mediaciones del patrimonio y la comp etencia antro p o-
distintos grupos que los crean los usan y les dan sentido. lógica” En Cuader nos del PH nº 10. Patrim on io
Etnológico: Nuevas perspectivas de estudio . Con-
11. HERZFELD, M., 1997: “La antropología: práctica de sejería de Cultura, Junta de Andalucía. Sevilla.
una teoría” en RICCSS nº 153, Antropología - Temas y
Perspectivas: I. Más allá de las lindes tradicionales. 21. MORENO NAVARRO, I., 1999: “El Patrimonio Cul -
http:/ / www.unesco.org/ issj/ rics153/ herzfeldspa.html tural como capital simbólico: valorización/ usos”. En
Anuario Etnológico de Andalucía 1995-1997 . Con-
12. M. MAUZÉ, 1999: “L’éclat de l’haliotide. De la con- sejería de Cultura, Junta de Andalucía, Sevilla, pp. 327.
cepcion du beau dans les sociétés de la côte Nord-
Ouest” en Terrain 32 pp.94 (83-98). 22. Véase el ya citado texto de Díaz Viana o la re f l e-
xión resp ecto a la necesidad de autenticidad y cosifi-
13. En ambos casos el subrayado es mío. cación de determinados re f e rentes que hace Babad-
zan, A., 2001: “les usages sociaux du p atrimonie”. En
14. LENCLUD, G., 1987. “La tradition n'est plus ce qu'e- Ethonologies Comp arées nº 1. Revista Electrónica. http:
lle était”, in Terrains, n 9 : 110-123. / / alor.univ-montp3.fr/ cerce/ r2/ a.b.htm

15. DÍAZ VIANA, 1999: Los guardianes de la tradi - 23. CARRETERO, A., 1999: “Patrimonio Etnográfico,
ción. Sendoa Editorial, Gipuzkoa. Pp.13-14 teórico y práctico”. En Anuario Etnológico de Anda-
lucía 1995-1997 . Consejería de Cultura, Junta de
16. Véase Canclini, 1999 “Folklore y cultura de masas” y Andalucía, Sevilla, pp. 275.
Velasco, H. 1999: “Cultura tradicional, cultura popular y
cultura popularizada” en Medeiros, A. (coord.) Recrea- 24. Ibidem, 276.
ciones Etnográficas . Mesas de Trabajo. VIII Congreso de
A ntropología. FAAEE, Santiago de Compostela, pp.65-72 25. Avanzamos una p equeña síntesis en el Anexo I. La
p rop uesta en su integridad se expone en Quintero, V.
17. DÍAZ VIANA, op. c. :47. y Hernández, E.: “Una propuesta de documentación
de las Actividades de Interés Etnológico” enBol etín
18. Vease Caro Baroja sobre la fiesta del Cerro del PH nº 38 , 2003.
Andevalo y de la Puebla de Guzmán. Caro Baroja, J.,
1993: De Etnología Andaluza. Diputación Provincial 26. Una enumeración no exhaustiva incluiría: ritos de
de Málaga, Málaga. También puede consultarse Her- paso, fiestas, actividades económicas de producción y
nández y Otros, 1999: Fiesta y Frontera . Consejería transformación, cuentos y leyendas, cantes y coplas,
de Cultura, Junta de Andalucía, Sevilla. danzas y bailes, prácticas de sociabilidad formal e
informal, prácticas devocionales, creencias mágico-
19. VARGAS, I. 1997: “la identidad cultural y el uso religiosas, espectáculos, etc.
social del patrimonio Histórico. El caso de Venezuela”
en Boletín del IAPH nº 20, pp.82. 27. Fotografías: Jose A. Flores

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