Está en la página 1de 2

Si vis pacem, para bellum

En un mundo dividido por su dualidad y en medio de la inactividad habitual por contrarrestar la


tragedia, la paz resuena como uno de los temas principales de conversación en nuestro país. Que
hay que atacar al enemigo para debilitarlo y luego negociar, dice todo el mundo; y es lo único
válido. Sacudir banderas y dibujar palomas blancas no tiene efectos reales. Pues bien, es más fácil
hacer la guerra que la paz, de hecho en ciertas ocasiones al ejercer la paz se ejerce violencia contra
si mismo; es mucho más violento para una persona dialogar con quien a herido de muerte a
familias vulnerables y conceder la igualdad a quienes destruyen.
Entonces, ¿qué tipo de paz se busca? ¿Una paz impuesta en el mundo por las armas de guerra? Si
bien, es valedero afirmar que en algunas ocasiones hay que ir a la guerra para poder mantener la
paz, ha sido el ex presidente de Estados Unidos Barack Obama, quien defendió la postura. Y aunque
la guerra no debe glorificarse y conlleva a un elevado costo, los instrumentos de la guerra tienen
un papel que jugar para mantener la paz, y quienes se oponen a la idea no saben de problemáticas
sociopolíticas y no han de tener en cuenta que la creencia de que la paz es necesaria raramente es
suficiente para lograrla.
La guerra puede ser presentada como una favorable experiencia que conlleva a forjar el ánimo, la
personalidad y la grandeza de un país, y además ha proyectado una identidad para los pueblos.
Lleva siglos haciéndolo y debe hacerse, se ha hecho siempre y porque es lo correcto.
Esta también se convierte en un hecho cultural, se inserta en la memoria de una sociedad y por lo
tanto las ideas se vuelven cultura. En la pintura y la literatura están plasmadas las guerras, crímenes,
combates y muerte. El Guarnica de Picasso es prueba de ello.
Ahora bien, la guerra a su vez es un referente popular, pero la zona urbana privilegiada está aislada
de la imposición y aunque asimila que se vive en guerra, esta le toca particularmente a unos; a los
marginados. Y el problema de la diferencia entre idea y experiencia es que, para la población
urbana, la guerra ha estado hace décadas y por eso es normal, y en lo urbano todo sigue igual. Por
lo tanto, por parte de ellos no hay incentivos para acabarla y muchos concluyen que la paz es
imposible y que la guerra es inevitable. La única verdad es que la humanidad está atrapada por
fuerzas que no puede controlar, y ¿Cómo no creer en ello? es la más reciente crítica que se ha dado.
La guerra es un macro conflicto por excelencia, si bien en ella intervienen variables sociales,
culturales, políticas y económicas. La ausencia de grandes conflictos internacionales entorpece el
crecimiento económico, mientras que anticipar la guerra es capaz de acelerarlo; esto se puede
evidenciar en el actual crecimiento a paso de tortuga del PIB mundial, que se debe a la estabilidad.
El análisis y compresión de la guerra también requiere un enfoque interdisciplinar. Quien quiere
ganar una batalla que entrene a sus soldados, quien quiere establecer la paz que efectúe estrategias,
y no lo deje en manos del azar.
Una sociedad que desea la paz, deber tener fuerza militar para así disuadir a sus enemigos
potenciales, así mismo si una sociedad en guerra desea llegar a la paz con su contrincante, debe
mejorar o fortalecer su equipamiento militar para que aquel adversario tenga la necesidad de
inclinarse a considerar una negociación, y así llegarían a la mesa con el orgullo de haber mostrado
que no hay posibilidad de ningún otro estado tenga la oportunidad de eliminarlos, y que por tanto
la única manera de lograr la paz es negociar con ellos. Pues nadie se atreve ofender o llevarle la
contraria a quien ve como superior en el combate.
Considerando lo anterior, los tipos de falacia por identificar fueron los siguientes :
- Ad populum. El orador apela al respaldo que una gran cantidad de personas otorgan a las
tesis que se presentan. “Que hay que atacar al enemigo para debilitarlo y luego negociar,
dice todo el mundo; y es lo único válido”

- Ad verecundiam. Consiste en apelar a lo dicho por una figura de autoridad para sustentar
una tesis, cuando importa más el reconocimiento de esta figura que los argumentos
aportados. “Es valedero afirmar que en algunas ocasiones hay que ir a la guerra para poder
mantener la paz, ha sido el ex presidente de Estados Unidos Barack Obama, quien defendió
la postura”

- Falacia de alagato especial. Consiste en acusar al adversario de carecer de las


sensibilidades, conocimientos o autoridad para participar en el debate. “, y quienes se
oponen a la idea no saben de problemáticas sociopoliticas”

- Ad crumenam. apelación a la riqueza es una falacia que consiste en concluir que algo es
cierto porque quien lo propone es rico. “pero la zona urbana privilegiada está aislada de la
imposición y aunque asimila que se vive en guerra, esta le toca particularmente a unos; a
los marginados”

- Ad antiquitatem. Consiste en afirmar que, si algo se ha venido haciendo o creyendo desde


hace tiempo, entonces es que está bien o es verdadero. “Lleva siglos haciéndolo y debe
hacerse, se ha hecho siempre y porque es lo correcto”

- Ad nauseam. Falacia consistente en la repetición de la premisa, como si insistir en lo mismo


pudiera imponer su validez o falsedad. Es la falacia resumida en la célebre frase del ministro
de propaganda Joseph Goebbels: Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad.
“Una sociedad que desea la paz, deber tener fuerza militar para así disuadir a sus enemigos
potenciales, así mismo si una sociedad en guerra desea llegar a la paz con su contrincante,
debe mejorar o fortalecer su equipamiento militar”

También podría gustarte