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Contrato de trabajo. Extinción. Art. 2 ley 25.323.

Reclamo de diferencias indemnizatorias


Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, sala 4ª

28 de agosto de 2006

García de Rocha, Marina v. Danone Argentina S.A.


Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, sala 4ª

2ª INSTANCIA.- Buenos Aires, 28 de agosto de 2006

El Dr. Moroni dijo:


Vienen estos autos a la alzada a propósito de los agravios que, contra la sentencia de fs.
352/360, formula la parte demandada a fs. 366/375 y la actora a fs. 377/381, mereciendo
ambas respectivas réplicas de su contraria a fs. 385/393 y 394/395. La representación letrada
de la actora recurre su honorario por bajo a fs. 380 vta./381.
I. La parte demandada se agravia porque la jueza de grado liquidó los conceptos admitidos
tomando en consideración una base de cálculo distinta a la estipulada por las partes ante el
SECLO.
Considera errónea la valoración del acuerdo y destaca, entre otros conceptos, que la voluntad
del actor fue expresada con discernimiento, intención y libertad, habiendo contado el mismo
con la asistencia letrada de un profesional de experiencia, por lo que la liquidación de lo que
podría corresponderle a aquél debía calcularse sobre las bases que fueron sentadas ante la
autoridad administrativa. Por tal razón, peticiona la revisión de todos los montos y conceptos
diferidos a condena.
Aduce que el actor consideró correcta la suma de $ 26.595,58 que le abonó la demandada con
sustento en lo normado por el art. 16 ley 25561 (1), por lo que nada se le adeudaría.
Subsidiariamente peticiona la reducción del rubro, en tanto el mismo está relacionado con los
conceptos indemnización por antigüedad y preaviso, impugnados en la apelación.
Considero que lo decidido debe mantenerse, en la medida en que, no obstante el esfuerzo
argumental de que da cuenta la queja, el recurrente no se hace cargo de la conclusión del fallo
en el sentido de que las partes no convinieron que una vez cumplido el acuerdo nada más
tendrían que reclamarse con motivo de la relación laboral que las uniera sino que, por el
contrario, de su cláusula sexta resulta que quedaba abierta la posibilidad de que la ex
empleada reclamara eventuales diferencias y de que se computara el pago convenido como
compensación en tal supuesto (conf. ver fs. 22).
Por lo demás, destaco que los argumentos por los que se alega a favor de la validez del
acuerdo no resultan conducentes para descalificar la decisión, en la medida en que no medió
pronunciamiento en orden a su invalidación, sino a la interpretación de lo pactado.
Lo expresado sella la suerte de la queja en sentido desfavorable a la pretensión recursiva y,
desde esta perspectiva, tórnase inoficiosa la consideración de los restantes argumentos, por lo
que propongo, sin más, mantener lo decidido.
II. Firme la procedencia del reclamo en las condiciones ponderadas por la jueza de grado,
corresponde a mi entender rechazar el agravio vertido con relación a condena en los términos
del art. 2 ley 25323 (2).
Considero que el fundamento esgrimido por la quejosa -ausencia de aplicación automática y de
datos objetivos que justifiquen la condena en este orden, así como la existencia de un pago
real y oportuno efectuado por el empleador en el lugar habitual (la cuenta bancaria) donde
siempre se le realizaron los pagos de sus haberes- es insuficiente, toda vez que la actora
efectivizó el reclamo fehaciente exigido por la norma (ver despacho del 13/12/2004 en sobre
reservado adjunto) y se ha tornado firme a tenor de lo expuesto más arriba, la condena a
satisfacer las diferencias en cuestión. Ello descarta la aplicación automática que se apunta en
la medida en que la remisión del aludido emplazamiento y el pago insuficiente de lo adeudado,
constituyen presupuestos objetivos que habilitan la aplicación de la sanción impugnada.
Propicio, por ello, confirmar lo resuelto.
III. Se agravia la actora, a su vez, porque se rechazó su reclamo en lo atinente a horas extra.
Expone argumentos en orden a la valoración de la prueba, cuya carga habría correspondido a
la empleadora en los términos del art. 55 LCT. (3), cuya aplicación invoca.
En mi opinión no le asiste razón. Destaco que las razones que sustentan la queja no
constituyen crítica eficaz a las conclusiones del fallo en el sentido en cuestión. Ponderó la
juzgadora, básicamente, que la pretensión no tiene sustento adecuado en el relato de hechos
vertidos en la demanda y que, por otra parte, tampoco guarda coherencia con el número de
jornadas del período no prescripto, circunstancia que entendió más que evidente en particular
con relación a los feriados, que no fueron 192 como se reclamó sino once en cada año.
No controvierte tampoco la recurrente el criterio de la jueza de grado en cuanto consideró que
el art. 55 LCT. no resulta aplicable respecto del horario cumplido, en tanto la exigencia del art.
52 de la citada ley no se proyecta sobre el citado rubro.
En tal virtud, lo decidido permanece firme.
IV. Cuestiona la actora, asimismo, la aplicación de la doctrina sustentada por la Corte Suprema
de Justicia de la Nación en el precedente "Vizzoti" (4) al considerarse que el tope de $ 2384,40
(respecto de la mejor remuneración de $ 2642,04) no violenta sus garantías constitucionales.
Expone diversos argumentos de los que no se desprende, en definitiva, sino una mera
expresión de discrepancia con el criterio cuestionado insusceptible, a mi juicio, de enervar lo
decidido (art. 116 LO. [5]).
Por ello y en la medida en que no se invocó en los genéricos términos vertidos a fs. 8 vta./9
(ap. 6 de la demanda) cuáles serían las garantías constitucionales eventualmente vulneradas y,
en su caso, los concretos perjuicios que ello irrogaría al recurrente, propongo mantener lo
decidido.
V. Tampoco le asiste razón en cuanto se agravia por la falta de aplicación del incremento
derivado del art. 16 ley 25561 al rubro contemplado en el art. 80 LCT. Ello así, por cuanto la
ratio del citado concepto no se sustenta en el despido en las condiciones expuestas en la
norma mencionada en primer término, sino en la falta de entrega de las certificaciones exigibles
de acuerdo con los postulados de la segunda.
VI. Le asiste razón, en cambio, en cuanto se agravia porque no se aplicó para el cálculo de la
indemnización prevista por el art. 16 ley 25561 el plus del 30% acordado entre la empresa y el
Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación.
Ello así porque en dicho convenio se pactó en forma general -y no circunscripto a una suma
fija- para los trabajadores que celebrasen acuerdos individuales por ante el SECLO., que el
porcentaje del 80% aplicable en virtud de lo normado por aquella disposición sería elevado al
110% (ver fs. 61/62). Luego, si se aplica este porcentaje a la diferencia de $ 22.529,38 admitida
en concepto de indemnizaciones derivadas del despido (ver ap. 10 del decisorio a fs. 356/357),
corresponde incrementar el monto de condena en la suma de $ 24.782,32.
VII. No le asiste razón en cuanto pretende que la sanción instituida por el art. 2 ley 25323 se
aplique sobre el total indemnizatorio -oportunamente abonado y diferencias admitidas en el
pleito- toda vez que la causa de la obligación se proyecta, como estableció la jueza de grado
sobre el crédito pendiente de pago que es justamente la medida del incumplimiento.
Propicio, por ello, rechazar el agravio.
VIII. Se agravia la actora, asimismo, porque se rechazó su reclamo fundado en el art. 80 LCT.
(conf. ley 25345 [6]), el que hallaría sustento fáctico en el hecho de que las certificaciones
oportunamente entregadas por su oponente son "deficientes e incompletas".
La jueza de grado desestimó la pretensión teniendo en cuenta que no surgen del relato inicial
cuáles serían las falencias de que adolecería la aludida documentación, la cual, por otra parte,
no fue acompañada a autos, por lo que concluyó que no median en este aspecto pautas
objetivas que justifiquen la admisión de la pretensión.
Habida cuenta que -más allá de la subjetiva discrepancia formulada- la recurrente no se hace
cargo de los fundamentos que sustentan la aludida conclusión del fallo, lo decidido debería
mantenerse.
IX. Correspondería confirmar, a su vez, el rechazo de la actualización de los créditos
adeudados, toda vez que la accionante no refuta eficazmente la ponderación de la juzgadora
respecto de la aptitud que ostenta la tasa de interés aplicable de conformidad a lo dispuesto en
el acta C. Nac. Trab. 2357/2002 para paliar los efectos de la pérdida del valor adquisitivo del
dinero.
En tal virtud y de conformidad al criterio que informa el acta de mención, cuyos términos doy
por reproducidos brevitatis causae, propongo mantener lo resuelto.
X. Ambas partes se agravian por la imposición de costas en el orden causado. La accionada
aduce que ello no se ajustaría al reducido monto por el que prosperó la acción ($ 53. 979, 58
sobre $ 197.534,58 reclamada en el inicio) y los múltiples conceptos que fueron desestimados
por la juzgadora (horas extra, ind. art. 80 LCT., reintegro de la retención del impuesto a las
ganancias, planteo de inconstitucionalidad de la norma que impide la indexación).
La actora pretende sean impuestas a la demandada por haber sido compelida a promover la
acción.
Considero que el modo como prosperaron las respectivas pretensiones y la circunstancia de
que la accionada resultó vencida en lo sustancial, justifican su imposición a la demandada (art.
68 CPCCN. [7]).
En materia de honorarios, en el entendimiento de que los fijados a la representación letrada de
la actora son bajos, propicio elevarlos al 16% del monto de condena, incluidos sus intereses.
XI. Le asiste razón a la accionante respecto del error aritmético que apunta con relación al
cálculo de los montos a deducir, conforme recibos agregados a fs. 114/116 (conf. fs. 357 párr.
1º), cuyos conceptos adicionados arrojan la suma de $ 60.350 y no la de $ 60.726,57, por lo
que corresponde adicionar al monto de condena la diferencia de $ 376,57.
XII. En virtud de lo expuesto en los precedentes considerandos el monto de condena asciende
a la suma de 79.138,54, de la que deberá ser descontado el importe de $ 8410, en la forma
dispuesta en la instancia anterior (art. 104 LO.).
Por lo expuesto, voto por: I. Confirmar la sentencia apelada en lo principal que decide y
modificarla elevando el monto de condena a la suma de $ 79.138,54, del que corresponde
descontar el importe de $ 8410 en la forma dispuesta en la instancia anterior y que será
abonado en el plazo, modo y con los aditamentos fijados en la misma. II. Elevar los honorarios
fijados a la representación letrada de la actora al 16% del monto de condena, incluidos sus
intereses. III. Imponer las costas de ambas instancias a la demandada, vencida en lo sustancial
(art. 68 CPCCN.) y fijar el honorario de los letrados intervinientes en la alzada en el 25% de lo
que les corresponde percibir por su actuación en la instancia anterior.

El Dr. Guisado dijo:


Que adhiere por análogos fundamentos al voto que antecede.
Por ello, el tribunal resuelve: I. Confirmar la sentencia apelada en lo principal que decide y
modificarla elevando el monto de condena a la suma de $ 79.138,54, del que corresponde
descontar el importe de $ 8410 en la forma dispuesta en la instancia anterior y que será
abonado en el plazo, modo y con los aditamentos fijados en la misma. II. Elevar los honorarios
fijados a la representación letrada de la actora al 16% del monto de condena, incluidos sus
intereses. III. Imponer las costas de ambas instancias a la demandada, vencida en lo sustancial
(art. 68 CPCCN.) y fijar el honorario de los letrados intervinientes en la alzada en el 25% de lo
que les corresponde percibir por su actuación en la instancia anterior.
Cópiese, regístrese, notifíquese y oportunamente devuélvase.- Julio C. Moroni.- Héctor C.
Guisado.

(1) LA 2002-A-44 - (2) LA 2000-D-4362 - (3) t.o. 1976, ALJA 1976-A-128 - (4) JA
2004-IV-199 - (5) t.o. 1998, LA 1998-A-160 - (6) LA 2000-D-4487 - (7) t.o. 1981, LA
1981-B-1472.

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