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REGLA DEL CASO

El cómputo del plazo de prescripción de la acción por enfermedades del


trabajo posee dos puntos de inicio según el estado en que se encuentra la
relación laboral: mientras el contrato de trabajo esté vigente, el cómputo
se realizará a partir de la fecha de determinación de la incapacidad, es
decir, cuando el trabajador toma conocimiento cierto del daño en su
verdadera dimensión. Pero si ha operado la extinción del vínculo laboral,
se debe tomar como punto de partida la fecha en que tuvo lugar el
distracto.-

DATOS

Sent. N° 7 - "Olartes Irma Elena c/ Gobierno de la Provincia de Cordoba - ordinario


– enfermedad accidente (ley de riesgos) - recurso de casación" 10359/37 – TSJ DE
CORDOBA - SALA LABORAL - 10/04/2007

SUMARIOS

DERECHO LABORAL. ENFERMEDADES PROFESIONALES. PRESCRIPCIÓN DE


LA ACCIÓN. INICIO DEL PLAZO.-

1. La no actividad del titular del derecho durante un tiempo preestablecido legalmente, aparece
como un hecho jurídico extintivo que se asienta en la sustancial temporaneidad de las
relaciones jurídicas, cronológicamente limitadas, conforme a un principio de orden público. De
allí que la prescripción tenga términos fijos determinados ex - lege, para cada tipo de relación,
pero su comienzo se fija de una manera relativamente abstracta. En nuestro caso, comienza
desde la determinación de la incapacidad, según el art. 258 LCT. De tal suerte su concreción
sólo puede ser aprehendida por el Juzgador en función de las particulares circunstancias de la
causa y por lo tanto el esquema legislativo debe ser precisado.-

2. Es un hecho, una cuestión de hecho y corresponde decidir cuándo existió “determinación” de


la incapacidad de la reclamante, porque así y entonces, empezará a contarse el término de que
se trata. (…) Para que exista esa “determinación”, es necesario el conocimiento cierto del daño
en su verdadera dimensión. No media igual coincidencia cuando hay que reconocer los hechos
que testimonian la certeza de ese conocimiento.(…) Debe haber algún conocimiento de que la
incapacidad puede atribuirse al trabajo y no basta la mera constatación de una minusvalía
incapacitante. El suceso sedimentó doctrinaria y jurisprudencialmente, para la enfermedad del
trabajo, en torno a dos momentos: el de la toma de conocimiento, coincidente con la
consolidación del daño y el momento del distracto. Mientras la relación laboral subsiste
prevalece el primero; pero operada la extinción del vínculo, se debe tomar como punto de
partida para su cómputo, la fecha del distracto. (…) Esta comprensión del concepto no fue
modificado por la reforma al régimen de la ley N° 9.688 operada por la ley N° 23.643.-

TEXTO COMPLETO

SENTENCIA NUMERO: SIETE


En la ciudad de Córdoba, a los diez días del mes de abril del año dos mil siete, siendo día y
hora de Audiencia, se reúnen en Acuerdo Público los integrantes de la Sala Laboral del Tribunal
Superior de Justicia, doctores, Luis Enrique Rubio;; Carlos F. García Allocco y M. Mercedes
Blanc de Arabel, bajo la presidencia del primero de los nombrados, a fin de dictar sentencia en
estos autos: "OLARTES IRMA ELENA C/ GOBIERNO DE LA PROVINCIA DE CORDOBA -
ORDINARIO – ENFERMEDAD ACCIDENTE (LEY DE RIESGOS)) - RECURSO DE
CASACION" 10359/37 a raíz del recurso concedido a la parte actora en contra de la sentencia
N° 164/05, dictada por la Sala Quinta de la Cámara del Trabajo, constituida en Tribunal
unipersonal a cargo del señor Juez de Cámara doctor Julio Manzanares -Secretaría N° 10-
cuya copia obra a fs. 229/237, en la que se resolvió: “I) ... II) Rechazar la demanda incoada por
Irma Elena Olartes en contra del Gobierno de la Provincia de Córdoba. Con costas por el orden
causado. III) Diferir la regulación de los honorarios de los profesionales intervinientes para
cuando exista base económica concreta para ello (arts. ...) IV) Emplácese a los profesionales
intervinientes ...” Oportunamente se fijaron las siguientes cuestiones a resolver:
PRIMERA CUESTION: ¿Media inobservancia de la ley sustancial?
SEGUNDA CUESTION: ¿Qué resolución corresponde dictar?
Practicado el sorteo de ley resultó que los señores Vocales emitieron su voto en el siguiente
orden: doctores Luis Enrique Rubio, Carlos F. García Allocco y M. Mercedes Blanc de Arabel.//-
A LA PRIMERA CUESTION PLANTEADA
El señor vocal doctor Luis Enrique Rubio, dijo:
1. La parte actora denuncia errónea interpretación de los arts. 19, ley 9.688 (ref. por ley 23.643)
y 258 LCT, en la que se sustentó la declaración de prescripción que le causa agravio. A esos
fines sostiene que resulta equivocado el momento histórico a partir del cual el a quo computó el
plazo de 2 años, pues la diferencia que existe entre ambas normas sólo es una cuestión de
grados: el art. 19 ib., requiere la búsqueda del momento en que se “toma conocimiento” de la
incapacidad permanente, y el art. 258 LCT, la oportunidad en que se “determina” la existencia
de la lesión. Aclara que este último es el criterio adoptado por la jurisprudencia de manera
unánime. De tal modo la demanda deducida el 28/10 /03 resultó interpuesta en tiempo.-
2. En distintos pronunciamientos (Sent. N° 36/00, entre otras), recordé conceptos antes vertidos
por la Sala Laboral, que resultan inherentes al instituto de la prescripción. En dichas
oportunidades sostuve: que la no actividad del titular del derecho durante un tiempo
preestablecido legalmente, aparece como un hecho jurídico extintivo que se asienta en la
sustancial temporaneidad de las relaciones jurídicas, cronológicamente limitadas, conforme a
un principio de orden público. De allí que la prescripción tenga términos fijos determinados ex -
lege, para cada tipo de relación, pero su comienzo se fija de una manera relativamente
abstracta. En nuestro caso, comienza desde la determinación de la incapacidad, según el art.
258 LCT. De tal suerte su concreción sólo puede ser aprehendida por el Juzgador en función de
las particulares circunstancias de la causa y por lo tanto el esquema legislativo debe ser
precisado.-
Es un hecho, una cuestión de hecho y corresponde decidir cuándo existió “determinación” de la
incapacidad de la reclamante, porque así y entonces, empezará a contarse el término de que
se trata.-
La doctrina y la jurisprudencia coinciden en afirmar que para que exista esa “determinación”, es
necesario el conocimiento cierto del daño en su verdadera dimensión. No () media igual
coincidencia cuando hay que reconocer los hechos que testimonian la certeza de ese
conocimiento.-
La prescripción es inseparable de la acción: comienza desde que ésta existe. Por tanto debe
haber algún conocimiento de que la incapacidad puede atribuirse al trabajo y no basta la mera
constatación de una minusvalía incapacitante. El suceso sedimentó doctrinaria y
jurisprudencialmente, para la enfermedad del trabajo, en torno a dos momentos: el de la toma
de conocimiento, coincidente con la consolidación del daño y el momento del distracto.
Mientras la relación laboral subsiste prevalece el primero; pero operada la extinción del vínculo,
se debe tomar como punto de partida para su cómputo, la fecha del distracto.-
Esta comprensión del concepto no fue modificado por la reforma al régimen de la ley N° 9.688
operada por la ley N° 23.643. Si bien la redacción del art. 19 ib. prescribe que la toma de
conocimiento de la incapacidad se produce cuando el incapacitado sabe del grado definitivo,
las causas laborales que la determinaron, la irreversibilidad del proceso incapacitante y que
culminó el agravamiento, ello no autoriza a trasponer el límite natural que impone la finalización
de la relación de trabajo a la que se le adjudica lesividad.-
En el caso concreto la demanda fue presentada el 28/10/03. Respecto del punto inicial del
cómputo de la prescripción la accionante sostuvo que debe tomarse la fecha en que se le
otorgó la jubilación por invalidez definitiva (11/03/03). En cambio, el a quo entendió que era la
fecha de baja del agente (17/07/91), a la que antecedió su renuncia (fs. 235vta.). Y para
reafirmar la conclusión estimó que el daño era absolutamente conocido a través del texto de la
nota presentada por la actora de fecha 14/05/01.-
De tal modo y conforme la interpretación que le doy a la locución “toma de conocimiento de la
incapacidad” (art. 19 ley 9.688 ref. por ley 23.643) en el sentido de elucidar la “determinación
de la incapacidad”, en los términos del art. 258 LCT para definir el comienzo del plazo
prescriptivo, la decisión en crisis debe ser confirmada. Por ello, destaco, que aquélla no podía
superar la disolución del vínculo laboral al que se le adjudican los efectos dañosos. También
insisto que aunque la jubilación definitiva se produce luego de trece años de sucesivas
resoluciones provisorias, se produjo con posterioridad al distracto por renuncia.-
Voto pues, por la negativa.-
El señor Vocal doctor Carlos F. García Allocco, dijo:
Considero que el señor vocal preopinante, da la solución correcta a la cuestión planteada. Por
tanto, haciendo míos los fundamentos emitidos, me expido en la misma forma.-
La señora Vocal doctora M. Mercedes Blanc de Arabel, dijo:
A mi juicio es adecuada la respuesta que da el señor vocal doctor Rubio a la primera cuestión.
Por ello, de acuerdo a sus consideraciones, me pronuncio en igual sentido.-
A LA SEGUNDA CUESTION PLANTEADA
El señor vocal doctor Luis Enrique Rubio, dijo:
A mérito de la votación que antecede debe rechazarse el recurso de la parte actora. Con costas
por su orden, siguiendo el temperamento del Tribunal a quo al respecto. Disponer que los
honorarios del Dr. Martín L. Lermer sean regulados por el a quo en un treinta por ciento de la
suma que resulte de aplicar la escala media del art. 34, ley 8.226, sobre lo que constituyó
materia de discusión (arts. 37;; 38 y 104), debiendo considerarse el art. 25 bis de la
mencionada ley.-
El señor Vocal doctor Carlos F. García Allocco, dijo:
Estimo adecuada la opinión del señor vocal preopinante. Por tanto, me expido de la misma
manera.-
La señora Vocal doctora M. Mercedes Blanc de Arabel, dijo:
Adhiero a la conclusión expresada por el Sr. Vocal Dr. Rubio. En consecuencia, me pronuncio
de igual modo.-
Por el resultado de la votación que antecede, previo Acuerdo, el Tribunal Superior de Justicia,
por intermedio de la Sala Laboral,
R E S U E L V E:
I. Rechazar el recurso deducido por la parte actora. Con costas por su orden.-
II. Disponer que los honorarios del Dr. Martín L. Lermer sean regulados por la sala a quo en un
treinta por ciento de la suma que resulte de aplicar la escala media del art. 34, ley 8.226, sobre
lo que constituyó materia de discusión. Deberá considerarse el art. 25 bis de la mencionada
ley.-
III. . Protocolícese y bajen.-
Con lo que terminó el acto que previa lectura y ratificación de su contenido, firman el señor
Presidente y los señores Vocales, todo por ante mí, de lo que doy fe.//-

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