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Tribunal: C. Nac. Trab.

, sala 8ª
Fecha: 30/06/1993
Partes: Judkin, Isaac y otro v. PAMI
Publicado: JA 1994-III-43.

CONTRATO DE TRABAJO - Relación de dependencia - Profesionales médicos

2a. INSTANCIA. - Buenos Aires, junio 30 de 1993.

El Dr. Pigretti dijo:

Vienen estas actuaciones para considerar la apelación deducida por la entidad


demandada contra la sentencia de origen que la condenó a solventar los reclamos
salariales e indemnizatorios deducidos por los actores, que invocaron la existencia de
una relación dependiente.

Los agravios deducidos por la recurrente sustancialmente radican en sostener que sólo
mediante una equívoca y desacertada apreciación de la prueba reunida se pudo haber
arribado a una conclusión condenatoria.

Es el Instituto Nac. de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (P.A.M.I.) la


entidad que fue requerida por el Dr. Judkin, médico y el Dr. Siscar, odontólogo, quienes
fundamentaron su accionar en la existencia de una relación de dependencia con la
accionada, la que desde un inicio negó la existencia de una vinculación así tipificada.

Antes de ahora he sostenido que para calificar la relación de aquellos diplomados que
ejercen una profesión liberal, no es prudente partir de premisas fijas o prejuicios
definidos, dado el carácter que reviste cada caso particular. Para dar auténtico sentido a
los perfiles de la relación preexistente debe acudirse a las alternativas probatorias
concurrentes que permitan definir la naturaleza del vínculo.

Al considerar a las partes en su aspecto subjetivo tenemos que, como lo señala su ley de
creación n. 19032 Ver Texto , la accionada es un ente público, sin fines de lucro y no
estatal que, por normativa de igual jerarquía a la ya citada tiene previstas las formas de
contratación que puede adoptar para contar con los servicios profesionales que le son
necesarios para el cumplimiento de sus fines -ley 19710 - (1).

Conforme a ello y adoptando por el sistema nominado por la ley como "capitación",
mediante contrato escrito firmado libremente por las partes se convinieron los servicios
profesionales que se debían prestar, las modalidades de los mismos y la retribución
monetaria que se recibiría por su correcto cumplimiento.

Así la documentación agregada por cuerda nos informa que Judkin, médico, se
desempeñó en servicio durante 15 años y Siscar, odontólogo, hizo lo propio durante 10.

La ratio decidendi queda centrada entonces en determinar si la vinculación habida entre


los profesionales reclamantes y la institución reclamada conforma una clara y definida
relación laboral dependiente, presupuesto éste cuya carga probatoria pesa sobre los
actores.

De público y notorio es que son numerosos y variados en su actividad los profesionales


que se encuentran vinculados al P.A.M.I., para que éste pueda cumplimentar sus
benéficos fines.

No es de extrañar entonces que el poder de dirección y organización de la institución


prevea, en su aspecto formal, mediante reglamentos y disposiciones, los complicados
regímenes de control de los servicios asistenciales y de cómo deben ser prestados éstos
por los profesionales vinculados.

Un racional y ordenado servicio de organización empresarial así lo exige.

Todas estas modalidades, que hacen al desarrollo y cumplimiento de los servicios, están
minuciosamente detalladas en los contratos suscriptos entre las partes desde el inicio de
la vinculación, así como por los reglamentos de servicio, documentos éstos que se
encuentran incorporados por cuerda a la presente causa.

Las declaraciones testimoniales recibidas nada aportan al haber probatorio de los


accionantes, pues no hacen otra cosa que ratificar lo ya convenido entre los interesados.

De estos instrumentos resulta que las partes han establecido dar y recibir una "locación
de servicios"; que la asistencia deberá cumplimentarse en el consultorio del profesional
y los gastos de explotación de éste debía solventarlos éste.

Que los diplomados, además de prestar sus servicios a los pacientes inscriptos en el
P.A.M.I., están facultados a dar asistencia a particulares que lo requieran.

Que la ausencia prolongada de los profesionales "titulares" debe ser cubierta por un
reemplazante idóneo cuya remuneración solventa el "titular".

Esto merma el carácter intuito personae de la función cumplida, que es una de las
características liminares del trabajo en dependencia.

El experto contable ilustra en su informe glosado a fs. 64/65 que los actores no
percibieron otra remuneración que no fueran los honorarios liquidados, detallando la
disparidad de los importes remuneratorios percibidos.

Indican también aquellos accionantes que durante el prolongado lapso que duró su
relación nunca se les abonaron vacaciones ni sueldo anual complementario.

Este trabajo pericial no mereció objeción formal atingente por ninguna de las partes en
conflicto.

Pese a su afirmación, tampoco aparece acreditada la existencia de quejas previas que


hubieran efectuado los actores por los incumplimientos señalados, obligatorios de haber
estado vinculados en dependencia, salvo la que se ha efectuado como necesariamente
preparatoria de la presente acción.
A estas particularidades debo agregar que los ahora reclamantes son egresados
universitarios diplomados a los cuales no se les puede dejar de adjudicar un claro
entendimiento y una precisa definición de todos aquellos actos que han realizado en
libertad, sin cometer un definido atentado al equilibrio conceptual con que se debe
ayudar a clarificar a aquellas decisiones judiciales que puedan presentarse como turbias
o confusas.

Los actores, profesionales diplomados, convinieron con P.A.M.I. prestar sus servicios,
definiéndolos como "locación de servicios" y remarcando que la vinculación "no
implicaba dependencia" -ver contrato agregado-.

Por décadas cumplieron sin tener queja alguna los servicios a los que se
comprometieron conforme a los presupuestos establecidos contractualmente.

Lejos estoy de visorar que en la formación de esta relación ha mediado la intención de


cometer un fraude laboral y, muy por el contrario, estoy persuadido de que tan
prolongada vinculación no pudo estar privada del pleno asentimiento y conformidad de
las partes contratantes.

Si hipotéticamente asigno la calificación de "simulado" al acto contractual celebrado


para encubrir otro de diferente característica, memoro que sólo por ello inhabilita a los
accionantes efectuar ningún reclamo que derive del mismo (art. 959 CC. Ver Texto ).

En síntesis, considero que las notas tipificantes que llevaron al juzgador de origen a
definir la condena, no corresponde sean merituadas con el valor asignado, en razón de
considerar que ellas sólo hacen al ejercicio del indeclinable e intransferible poder de
administración y dirección que tiene la institución demandada.

Por el contrario, las puntualizaciones que he efectuado respecto de la aceptación,


celebración, desarrollo y cumplimiento de los servicios profesionales contratados, son
definitorios para permitirme concluir que en el caso no ha mediado un contrato de
trabajo y que por tanto, está fuera del alcance de los invocados preceptos de la ley de
Contrato de Trabajo Ver Texto (t.o.).

Después de los conceptos desarrollados precedentemente, fácil es concluir que no


comparto la decisión apelada, a la cual considero como resultado de la natural vocación
expansiva en la aplicación del derecho laboral, el que en razón y mérito a lo ya
apuntado debe tener alcance para abarcar con sus prescripciones al caso en
consideración.

De compartirse los conceptos que ilustran mi voto, propicio se revoque el fallo


recurrido, disponiéndose el rechazo de la demanda.

Costas de ambas instancias en el orden causado, atento las diferentes y autorizadas


opiniones explicitadas para su solución (art. 68 CPr.). Ver Texto (Omissis...).

El Dr. Arcal dijo:

En la medida en que consideró a los accionantes vinculados laboralmente a la


demandada y al desconocimiento de tal característica por parte de esta última como
constitutiva de injuria que legitimó la determinación rescisoria adoptada por los
primeros, habilitando su acceso a las reparaciones que impetraran el pronunciamiento de
grado fue apelado por la vencida con fundamento en las consideraciones inscriptas en la
memoria de fs. 111/15 a las que -lo anticipo- no habré de auspiciar se les reconozcan las
proyecciones revocatorias que la recurrente les asigna.

En efecto, sin perjuicio de destacar que ya he tenido oportunidad de manifestarme en


relación a la problemática comprometida en esta actuación, al preopinar en la causa
"Garibaldi, Daniel y otro v. Instituto Nac. de Servicios Sociales para Jubilados y
Pensionados" (sent. n. 883 del 24/4/81), ocasión en que lo hice en favor de la tesis
actora, agitada -cabe recordar- con ribetes del todo similares a los que aquí también son
motivo de invocación por los demandantes; atento la índole de la cuestión ventilada,
esto es, concurrencia o no entre las partes de una vinculación encuadrable en los
márgenes de un verdadero contrato de trabajo subordinado, constitutiva de una
proposición que remite insoslayablemente al examen de aristas de hecho y prueba, al
análisis de tales extremos me dispongo a continuación.

En el intento trazado entonces, rescato como datos concurrentes emanados de los


medios de ilustración colectados y aun de las propias piezas constitutivas del proceso,
particularidades tales como las referidas a las limitaciones impuestas a los accionantes
en el ejercicio de su actividad profesional, manifestadas a través de la imposición de
horarios, planillas, recetarios, uniformes, tiempo de consulta, según se trata de primeras
o sucesivas visitas, controles regulares, imposición de nóminas de pacientes,
percepciones independientes de la concurrencia de enfermos, autorizaciones para la
exclusión de alguno de éstos y obligatoriedad de atención hasta recibir la misma,
rendiciones periódicas, sometimiento a fiscalizaciones, obligatoriedad de descargos
frente a acusaciones o denuncias, imposición de sanciones mediante anotaciones en el
legajo personal del facultativo o derechamente por su eliminación de la nómina con
supresión del cupo asignado.

Tales peculiaridades resultan demostrativas, a mi modo de ver, de la asunción por parte


de la accionada del riesgo de la actividad, desde que de no otra suerte cabe interpretar el
hecho de que la no concurrencia de pacientes no incidía en el ingreso del médico y del
ejercicio por la reclamada de facultades de organización y disciplinarias, toda vez que
así corresponde encuadrar a las prerrogativas antes detectadas como ejercitadas por la
demandada en el decurso de la relación y en su evaluación conjunta imponen la
conclusión de que entre las partes medió una contratación laboral subordinada, de cuya
disolución con la correlativa viabilización de las indemnizaciones correspondientes no
cabe sino responsabilizar a la demandada, tal como fue decidido en origen a través del
temperamento que, con sujeción a todo lo expuesto, suscribo en su integridad.

Sin perjuicio de lo anterior, entiendo sí corresponde acceder a la queja relativa a la tasa


de interés que el fallo dispone aditar a la condena, habida cuenta que aquella cuya
aplicación se persigue coincide con la establecida por esta Cámara en la res. n. 6/91
luego de la reforma de su art. 6 por Acta n. 2600 del 24/6/92. Así postulo se resuelva.

Finalmente, en orden a los honorarios regulados, atendiendo a la naturaleza y extensión


de las labores llevadas a cabo por sus beneficiarios, a la envergadura del litigio y a las
pautas arancelarias de aplicación (ley 21839 Ver Texto [2], L.O. y decreto ley 16638/57
[3]), los observo equitativamente graduados, de modo que recomendaré su ratificación.
Por lo expuesto entonces, voto en síntesis, por la confirmatoria de la sentencia apelada
en lo principal que decide, excepto en lo atinente a los intereses aditados a la condena,
que deberán computarse de conformidad con lo establecido por resolución C. Nac. Trab.
n. 6/91 (4) reformada en su art. 6 por Acta n. 2600 del 24/6/92. Costas de alzada a cargo
de la vencida (art. 68 CPr. Ver Texto ), a cuyo fin propongo se regule el honorario de la
profesional firmante de fs. 119/125 en el 25% del que le corresponda por su actuación
en la anterior etapa.

El Dr. Billoch adhirió a los fundamentos del voto precedente.

Por lo que resulta del acuerdo que antecede, se resuelve: Confirmar la sentencia apelada
en lo principal que decide, excepto en lo atinente a los intereses aditados a la condena,
que deberán computarse de conformidad con lo establecido por resolución C. Nac. Trab.
n. 6/91 reformada en su art. 6 por Acta n. 2600 del 24/6/92. Costas de alzada a cargo de
la vencida, a cuyo fin regular el honorario de la profesional firmante de fs. 119/125 en el
25% del que le corresponda por su actuación en la anterior etapa. - Horacio E. Arcal. -
Horacio V. Billoch. - En disidencia: Carlos A. Pigretti.

NOTAS:

(1) ALJA 1972-B-807 - (2) LA 1978-B-1263 - (3) ALJA (1853-1958)1-1341 - (4) LA


1991-A-646.

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CONTRATO DE TRABAJO AR_JA004 JJTextoCompleto JUST

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