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Alberto Acosta*
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Alberto Acosta
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Hacia la Declaración Universal de los Derechos de la Naturaleza
5 El presidente Rafael Correa, ante los racionamientos de energía eléctrica provocados por un prolongado
estiaje, considerándolos como el producto de una adversidad ambiental, declaró públicamente en una de sus alocuciones
sabatinas, que “si la Naturaleza con esta sequía se opone a la revolución ciudadana, lucharemos y juntos la venceremos,
tengan la seguridad” (7 de noviembre 2009).
6 El mismo presidente ecuatoriano, en su informe a la nación, el 15 de enero del año 2009, para defender la
Ley de Minería recurrió a la misma metáfora que Humboldt cuando dijo que “no daremos marcha atrás en la Ley de Minería,
porque el desarrollo responsable de la minería es fundamental para el progreso del país. No podemos sentarnos como men-
digos en el saco de oro”. En similares términos, ajustados a sus realidades nacionales y a las coyunturas correspondientes,
se han expresado otros gobernantes de la región: Alan García o Evo Morales, gobernantes e diversas orientación ideológica
por cierto.
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10 Bruno Latour dice que “se trata de volver a atar el nudo gordiano atravesando, tantas veces como haga falta,
el corte que separa los conocimientos exactos y el ejercicio del poder, digamos la Naturaleza y la cultura”. El aporte de
Latour plantea profundos debates en la antropología sobre la división entre Naturaleza en singular y las culturas en plural.
Empalmando las dos, la política cobra una renovada actualidad.
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11 No nos olvidemos que “las así llamadas leyes económicas no son leyes eternas de la Naturaleza, sino leyes
históricas que aparecen y desaparecen” (Friedrich Engels en carta a Albert Lange, 29 de marzo de 1865).
12 Alexis Mera, secretario jurídico de la Presidencia, en comunicación electrónica enviada al autor de estas
líneas, el 10 de julio del 2008, en pleno debate constituyente, decía que “Esto no es un problema ideológico, sino técnico.
Estoy de acuerdo con todas las protecciones a la naturaleza posible. Inclusive, he llegado a la conclusión personal que no
se debe explotar el ITT. El régimen de sujetos del derecho existe en el planeta desde hace 2.500 años, aproximadamen-
te. (…) La diferencia consiste en que el Derecho se dirige a regular las relaciones humanas, como centro del desarrollo
social que debe darse, a no dudarlo, en armonía con la naturaleza. Por eso, sólo las personas pueden adquirir derechos
y contraer obligaciones. Si la naturaleza es sujeto de derecho, significa que debe ser representada por alguien, lo cual es
estúpido y, además, ese alguien podría oponerse a la acción del hombre. Esto no sólo se aplica a la biodiversidad, sino in-
clusive a las moscas y cucarachas, que deberán ser representadas. ¿Por quien? I las bacterias, los virus? Correspondería
que demandemos a la OMS por erradicar la viruela, ya que el virus es parte de la naturaleza también y hemos extinguido
esa “valiosa” especie.”
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13 La lectura del texto de Galeano en el pleno de la Asamblea logró consolidar una posición que no parecía
prometedora al inicio del proceso constituyente.
14 A más de tradición transcultural que considera a la tierra como la Madre, es decir como la Pacha Mama, hay
otras razones científicas que consideran a la tierra como un superorganismo vivo (Gaia), extremadamente complejo, que
requiere de cuidados y debe ser fortalecido. Incluso hay razones cosmológicas que asumen a la tierra y a la vida como mo-
mentos del vasto proceso de evolución del universo. Igualmente se resalta el carácter de inter-retro-conexiones transversal
entre todos los seres: todo tiene que ver con todo, en todos los puntos y en todas las circunstancias. (Boff 2010)
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turaleza tiene antecedentes incluso en sible para tratar de detener este pro-
el mundo occidental. Esta tesis ya fue ceso de liberación. Es más, desde la
recogida por Italo Calvino en el siglo vigencia de los Derechos de la Natu-
XIX, cuando recordaba que el barón raleza es indispensable avizorar una
Cosimo Piovasco de Rondò, conoci- civilización postcapitalista.
do como “el barón de los árboles”, Teniendo un marco referencial
durante la Revolución Francesa pro- constitucional transformador como
puso un “proyecto de Constitución el de Montecristi la tarea radica en
para un ente estatal republicano con enfrentar democráticamente la lu-
la Declaración de los Derechos Hu- cha por la vida, que es lo que está
manos, de los derechos de las muje- realmente en juego. Y por cierto será
res, de los niños, de los animales do- necesario desplegar una estrategia
mésticos y de los animales salvajes, internacional para poder potenciar
incluyendo pájaros, peces e insectos, tantos principios de vanguardia que
así como plantas, sean éstas árboles tiene la Constitución ecuatoriana,
o legumbres y yerbas”. 15 como podría ser impulsar la Decla-
A pesar de los avances constitu- ración Universal de los Derechos de
cionales anotados, desde la entrada la Naturaleza.
en vigencia de la nueva Constitución Antes de plantear algunas re-
ecuatoriana, en octubre del 2008, se flexiones de cómo los Derechos de
ha transitado por un sendero com- la Naturaleza podrían incorporarse
plicado en lo que a la aplicación en la política internacional del Ecua-
de sus normas se refiere. Hay va- dor, reconociendo de antemano la
rias leyes, patrocinadas por el eje- importancia de una gestión diplo-
cutivo, que contradicen principios mática profundamente renovada y
constitucionales en el campo de los renovadora, dediquemos unas líneas
derechos ambientales y los de la Na- a discutir sobre la relación y las di-
turaleza especialmente. Por lo tan- ferencias entre Derechos Humanos y
to, conscientes de que no será fácil Derechos de la Naturaleza.
cristalizar estas transformaciones en
el Ecuador, sabemos que su aproba- Los Derechos Humanos y los Dere-
ción será aún mucho más compleja a chos de la Naturaleza
nivel mundial. Sobre todo en la me-
dida que éstas afectan los privilegios La vigencia de los Derechos
de los círculos de poder nacionales y de la Naturaleza plantea cambios
transnacionales, que harán lo impo- profundos. Gudynas es claro al res-
15 Ver el libro de Jörg Leimbacher; Die Rechte del Natur (Los Derechos de la Naturaleza), Basilea y Frankfurt
am Main, 1988. Traducción del alemán realizada por el autor de este artículo. Hay que anotar que éste y otros textos
sobre esta materia llegaron a manos del autor de estas líneas como consecuencia de la expedición de la Constitución de
Montecristi. Es más, con varios especialistas en temas constitucionales, con capacidad para abrir la mente y entender la
trascendencia de estas propuestas, se está trabajando en lo que, en un futuro no muy lejano, podría ser la Declaración
Universal de los Derechos de la Naturaleza.
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pecto, hay que transitar del actual entre la Naturaleza y las necesidades
antropocentrismo al biocentrismo. de los seres humanos, se supera la
Tránsito que exige un proceso de versión constitucional tradicional
transición sostenido y plural.16 La ta- de los derechos a un ambiente sano,
rea, al decir de Roberto Guimaraes, presentes desde hace tiempo atrás en
es organizar la sociedad y la econo- el constitucionalismo latinoameri-
mía asegurando la integridad de los cano. En sentido estricto, tal como
procesos naturales, garantizando los propone Eduardo Gudynas (2009)
flujos de energía y de materiales en urge distinguir que los derechos a
la biosfera, sin dejar de preservar la un ambiente sano son parte de los
biodiversidad del planeta. Derechos Humanos, y que no ne-
Por lo tanto, esta definición pio- cesariamente implican Derechos de
nera a nivel mundial, de que la Na- la Naturaleza. La finalidad de esta
turaleza es sujeto de derechos, es una distinción es indicar que las formu-
respuesta de vanguardia frente a la laciones clásicas de los Derechos
actual crisis civilizatoria. Y como tal Humanos de tercera generación, es
ha asido asumida en amplios segmen- decir de los derechos a un ambien-
tos de la comunidad internacional, te sano o calidad de vida, en esencia
conscientes de que es imposible con- son antropocéntricas, y que deben
tinuar con un modelo de sociedad de- entenderse separadamente de los De-
predadora, basado en la lucha de los rechos de la Naturaleza.
humanos contra la Naturaleza. No va En los Derechos Humanos el
más la identificación del bienestar y la centro está puesto en la persona. Se
riqueza como acumulación de bienes trata de una visión antropocéntrica.
materiales, con las consecuentes ex- En los derechos políticos y socia-
pectativas de crecimiento económico les, es decir de primera y segunda
y consumo ilimitados. En este sentido generación, el Estado le reconoce a
es necesario reconocer que los instru- la ciudadanía esos derechos, como
mentos disponibles para analizar es- parte de una visión individualista e
tos asuntos ya no sirven. Son instru- individualizadora de la ciudadanía.
mentos que naturalizan y convierten En los derechos económicos, cultu-
en inevitable este patrón civilizatorio. rales y ambientales, conocidos como
Son conocimientos de matriz colonial derechos de tercera generación, se
y eurocéntrica, como acertadamente incluye el derecho a que los seres hu-
señala el venezolano Edgardo Lander. manos gocen de condiciones sociales
Al reconocer a la Naturaleza equitativas y de un medioambiente
como sujeto de derechos, en la bús- sano y no contaminado. Se procura
queda de ese indispensable equilibrio evitar la pobreza y el deterioro am-
16 Este será un proceso de transición, político en esencia, que nos conmina a incorporar permanentemente la
cuestión del poder.
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17 Este será un proceso de transición, político en esencia, que nos conmina a incorporar permanentemente la
cuestión del poder.
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trucción. Algo similar aconteció con mismo UNEP. Por cierto la Asam-
el Pacto Internacional sobre Dere- blea General de Naciones Unidas
chos Económicos, Sociales y Cultu- debe estar en la mira de esta inicia-
rales o con la Declaración sobre los tiva diplomática; aquí existen varias
Derechos de los Pueblos Indígenas. comisiones que podrían ser espacios
Téngase presente también lo di- para plantear esta propuesta.
fícil que es la aceptación en la prácti- Otro punto a dilucidar es la con-
ca de los Derechos Humanos, asumi- veniencia o no de una declaración de
dos formalmente como un mandato los Derechos de la Naturaleza en un
universal ya en el año 1948. Esto, texto independiente de los Derechos
sin embargo, no debe conducir al Humanos. Hay especialistas que re-
desaliento. Al contrario es indispen- comiendan que los Derechos de la
sable pensar en dicha estrategia y en Naturaleza deberían formar parte de
el camino diplomático a seguir. los Derechos Humanos. Estas no son
Son muchos las puertas de en- cuestiones baladíes. Se requiere una
trada si se quiere abordar este tema profunda investigación y consultas
en Naciones Unidas. En donde, a mi en diversos ámbitos.
juicio, es el campo donde se debe des- En síntesis, la tarea pendiente es
plegar la mayoría de estos esfuerzos sumamente compleja. Hay que ven-
políticos. Esto no obvia, por cierto, cer resistencias conservadoras y posi-
apoyar la adopción de los Derechos ciones prepotentes que esconden una
de la Naturaleza en otros ámbitos o serie de privilegios, al tiempo que se
en otros países a través de cambios construyen propuestas estratégicas
constitucionales, por ejemplo. de acción dentro y fuera del país.
Sin pretender agotar el tema, La estricta vigencia de los Derechos
solo como punto de referencia se po- de la Naturaleza exige la existencia
dría pensar en actuar en el Consejo de marcos jurídicos internacionales
de Derechos Humanos de Naciones adecuados, teniendo en considera-
Unidas; allí se podría engarzar el res- ción que los problemas ambientales
peto de los Derechos Humanos con son cada vez más temas que atañen a
la necesidad de garantizar un manejo la humanidad en su conjunto.
ecológico equilibrado para poder ga- En última instancia
rantizarlos efectivamente. También reconozcamos que en el Ecuador
se podrían considerar otras puertas está en juego el Buen Vivir o
de entrada en los programas de Na- sumak kawsay, base del Estado
ciones Unidas que abordan temas plurinacional e intercultural,
ambientales como el United Nations relacionado estrechamente con
Enviromment Programme (UNEP) o los Derechos de la Naturaleza. Y
la Division of Envirommental Law que estos derechos, imbricados
and Conventions, en el marco del cada vez más con los Derechos
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Chuquiragua