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¿CÓMO PREVENIR EL CONSUMO DE TABACO?

Proporcionar información
Como en cualquier otro tipo de campaña de concienciación, el primer
paso y posiblemente el más importante es el de proporcionar información
a los jóvenes acerca del tabaquismo.
Es obvio que toda la población, independientemente de la edad, es
consciente de que fumar comporta un gran número de consecuencias
negativas para la salud de la persona. Sin embargo, parece que el solo
hecho de saberlo no es suficiente.
Enseñar a decir “no”
Proveer de habilidades que les permitan decir “no” y rechazar el
consumo de tabaco sin sentirse mal por ello son fundamentales para
prevenir que los jóvenes comiencen a fumar.
Promover la actividad física
La promoción de estilos de vida saludables, en los que se incluye que el
adolescente siga estilos de vida sano y practique algún tipo de ejercicio
físico es una herramienta muy útil para impedir la llegada de los hábitos
de consumo de tabaco en adolescentes.
ENFERMEDADES DEL TABACO
Cáncer de próstata
Una enfermedad que incorpora una difusión relajada a través del
organismo pero que, en algunas ocasiones, puede presentarse de
formas muy agresivas.
Cáncer de hígado
Por desgracia es un cáncer que no suele detectarse a tiempo debido a
que se desarrolla sin a penas ser visto, por ello en muchas ocasiones se
enmarca como una enfermedad letal para el paciente.
Cáncer de colon y recto
Generan anomalías en el cuerpo que pueden llegar a ser irremediables.
Enfisema
Impide la entrada de oxígeno en los pulmones consiguiendo que los
pacientes tengan que depender de una bombona de este gas
fundamental.
¿QUÉ CONTIENE EL TABACO?
El humo procedente de la combustión del tabaco (cigarrillos, puros,
pipas), está compuesto por unas 4.000 sustancias diferentes, 69 de ellas
altamente tóxicas y cancerígenas.
Nicotina: responsable de la dependencia física del fumador
Cuando se inhala el humo del tabaco, la nicotina se absorbe muy
rápidamente tanto en la mucosa de la boca (mucosa oral), como en los
pulmones, desde donde pasa al aparato circulatorio distribuyéndose por
todo el organismo.
En 7 segundos llega al cerebro donde se une a los llamados receptores
nicotínicos produciendo un efecto placentero y gratificante para el
fumador. Este es el mecanismo que desencadena la aparición de la
dependencia física del tabaco. Debido a esto, cuando un fumador deja de
fumar, aparece el síndrome de abstinencia.
En 20 segundos llega a las zonas más distantes del cuerpo. No existe
ninguna otra droga que llegue con tanta rapidez al sistema nervioso: el
máximo efecto en el menor tiempo.

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