La Leña una fuente de energía renovable para Chile: 95-109. Editorial Universitaria. 107 pp.
CAPÍTULO 6
Aspectos ambientales de la leña
ANDRÉS MUÑoz 1 o & JOSÉ YÁÑEZ 1 1
I . INTRODUCCIÓN
II Biólogo, M.Cs.,
95
2. LA DEFORESTACIÓN DEL PAISAJE CHILENO
96
trucción masiva e irracional de los bosques por los colonos alemanes en
Llanquihue y Valdivia, los agricultores del Maule y los colonos criollos en La
Araucanía, lo que motivó tal alarma, ya en esas épocas, que se dictaron normas
legales de protección cuyos primeros textos se remontan a la Colonia.
97
Esta relación es inversa respecto al consumo de leña (FAO, 1981). En el
contexto del subdesarrollo latinoamericano, los consumos de leña son distintos.
Según la posición ecológica, se ha estimado que las necesidades de leña para la
zona cálida (cuenca amazónica y del Orinoco tropical y sub-tropical) es de
0,55 a 0,9 m 3 Ihab/año; para la zona templada (cuencas altas del Amazonas,
Orinoco y el Plata, Cordillera de los Andes hasta 1.800 m de altura) 0,70 a 1,2
m 3 /hab/año; y la zona fría (altos de los Andes, Sur de Chile y Argentina) 0,95 a
1,60 m 3 /hab/año. (FAO, 1983, 1987).
TABLAW 22
Equivalencias energéticas (subinl 1982)
Ter = tonelada equivalente a carbón; Tep= tonelada equivalente a petróleo; Gj= gigajulio, Tcal= tf'racaloria
TABLA N° 23
Poder calorífico de algunos comhustibles
COMBUST1BLE Kcal/kilo
Madera seca (promedio) 4.750
1vIadcra seca pino Insigne 4.500
Madera seca eucaliptos 4.600
Madera seca ciprés 5.000
Carbón de leña (promedio) 7.400
Carbón mineral 7.200
Kerosene 11.1 no
Gas licuado 11.800
Petróleo crudo 10.800
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Según estudios realizados por e! Instituto Forestal (INFOR 1994), que cuantifi-
can e! consumo total nacional de la IV a la XII región, el consumo de leña es de 9,4
millones de ton. Esta cifra incluye desechos forestales e industriales y carbón vege-
tal. De este total, 6,9 millones de ton corresponden a leña propiamente tal (74%),
lo que representa una corta de 10 millones de metros sólidos en pie, equivalente a
48.000 há anuales. De este valor, e! 61 % corresponde a bosque nativo
4.1. Histórico
La leña se ha consumido desde los primeros asentamientos humanos en Chile
(véase Nuñez, 1974;Dillehay;1984, Sánchez & Inostroza; 1985, Vivar; 1987).
El consumo de leña posthispánico comenzó en e! norte. La penetración
española por la región desértica generó un fuerte consumo dendroenergético
de algarrobo, tamarugo y molle (Cunill, 1971). Cuando e! balance de leña fue
negativo los "cateadores de leña" desenterraban troncos secos de! subsuelo. En
las zonas esteparias de los valles transversales (Norte Chico) la recolección por
parte de los nuevos asentamientos españoles destruyó la vegetación de chañar,
molle y algarrobo. Esta recolección intensa comenzó en e! siglo XVII y se acen-
túo a partir de 1730 (Cunill, 1971). La actividad minera de la zona aumentó las
necesidades de leña. Posteriormente, hacia 1788, de Andacollo a Illape! e! con-
sumo de leña disminuyó muy drásticamente la cubierta de jarilla, algarrobilla y
algarrobo. La leña en las estancias no tenía más costo que e! echar los árboles
abajo. Ya en 1746, escaseando la leña accesible, el corregidor de Copiapó reco-
mendó el trueque de cobre y brea por madera de Chi10é. En la zona central el
desarrollo de Santiago y Va1paraíso en el siglo XVI y de unas cuarenta ciudades
y pueblos en e! siglo XVIII, hizo que se consumieran grandes cantidades de leña,
que destruyeron gran parte de las formaciones vegetales nativas (Cunill, 1971).
Las especies más usadas, ya sea como leña o carbón vegetal, son e! espino (Aca-
cia caven) y el romerillo (Baccharis rosmarinifolium).
99
210.587, consume 613.398 ton/año de leña; y su población rural, compuesta
por 32.974 personas, consume 84.743 ton/año de leña (Meza, 1994).Al ver los
consumos per cápita no se aprecian diferencias importantes. De! mismo modo
que poblaciones rurales de comunas precordilleranas como Cunco (con tempe-
raturas promedio más bajas) tienen un consumo de leña más bajo que zonas
rurales costeras como Imperial (Tabla 24).
TABLA N° 24
Consumo per cápita de leña en tres comunas de la Provincia de Cautín
4.3. Rural
En la mayoría de los casos los campesinos sólo cuentan con leña para cocinar y
calefaccionarse. Ante situaciones de escasez, el habitante rural debe decidir en-
tre invertir sus escasos recursos para comprar leña o disponer de su tiempo y
fuerza de trabajo para recorrer largas distancias en su búsqueda (FAO, 1987).
En Chile, del consumo residencial el sector rural consume el 65%. Con
intensidades variables de norte a sur del país, en todas las áreas rurales se consu-
me leña. El 90% de las familias rurales la usa y el 60% de ellas la emplea a fuego
abierto, perdiéndose e! 85% o más de! poder energético (Serrano, 1992a). En
los sectores rurales e! consumo de leña tiende a aumentar de norte a sur, y
también aumenta con los niveles de pobreza. La leña está asociada con la po-
breza, ya que su importancia disminuye con e! aumento de ingresos (véase
Díaz et al., 1984). En los estratos más altos, si bien aumenta e! consumo de
energía final, esta se hace mediante equipos más eficientes.
100
4.4. Proyecciones
Se estableció que el consumo de leña ha aumentado en Chile. Actual-
mente se consumen 0,71 ton por habitante al año; cifra que supera 1,7
veces la registrada en 1975, y 1,3 veces la registrada en 1985. Por lo
tanto, el consumo ha aumentado durante los últimos 17 años a razón de
un 3,2% anual (INFOR, 1994).
El consumo de leña en el país es creciente. En 1990 se consumieron 5
millones de toneladas de leña con fines energéticos, con un incremento
del 193% respecto a 1970. En 1993 se consumieron 6 millones 900 mil.
El sector industrial y minero incrementó el consumo en un 287%, y el
sector comercial público y residencial en 164% (Serrano 1992a). De se-
guir este nivel de consumo se espera para el año 2.000 un consumo cer-
cano a los 7 millones de toneladas.
101
especies que reúnen el otro 50% de 10 consumido (y que tienen menor precio).
En las encuestas aplicadas por Murúa et al. (1993), se revela que el 60% de las
personas no sabe de donde proviene la leña que compra e identifica dos tipos:
leña roja y leña blanca. En realidad en la leña roja, que supuestamente es sólo
ulmo, se comercializa tineo, olivillo y arrayán, mientras que en la blanca se
incluye roble, coihue, pitra y canelo, entre otras (véase la Tabla 25).
Desde el punto de vista conservacionista, ninguna especie consumida tiene
problemas. Sin embargo, el ulmo es un árbol que forma parte importante de los
bosques de olivillo y de los de coihue-ulmo. Ambas asociaciones boscosas pros-
peran en las cordilleras, entre 50 y 500 m de altitud. Muchos de estos bosques
han sido desarticulados y destruidos para obtener leña y madera, y en su lugar
hoy existen matorrales secundarios, praderas antropogénicas y plantaciones de
pino insigne (Ramírez et al., 1992). De esta manera, el ulmo estará destinado a la
extinción si se continúa con esta extracción selectiva. De paso, la desaparición del
ulmo pondría en peligro toda la actividad apícola de la X Región, ya que el ulmo
es el árbol melifero más importante de la zona (Hoffmann, 1982).
TABLA N'25
Consumo doméstico de leña en la ciudad de Valdivia (1992)
102
Desde la región del Maule al norte existe un grave riesgo de degradación de
toda el área cubierta por el bosque esclerófilo y de matorrales. La creciente
presión por leña y carbón, con la consiguiente sobre explotación del recurso,
impedirá la regeneración de la vegetación favoreciendo la generación de proce-
sos erosivos y posteriores zonas de desertificación en la zona (De la Jara, 1987).
TABLAW 26
Eficiencia calórica en estufas del tipo salamandra
TABLAW 27
Eficiencia calórica en cocinas a leña
-----
100 100 9 26 35
50 100 13 32 45
100 50 11 27 38
50 50 16 29 45
103
1\
TABLA N'28
Emisiones de los principales contaminantes provenientes de la quema de leña (Sen su Intec, 1992)
PTS= Partículas totales en suspenóóo, CO= Monóxido de carbono, He no met.= Hidrocarburos no metálicos,
:"JOX= Oxidas de nitrógeno, HAP= Hidrocarburos aromáticos polinucleares, Benzo"" Hidrocarhuros tipo benzo
6. ALTERNATIVAS DE MITIGACI6N
104
En este trabajo se proponen medidas operativas destinadas especialmente a
mitigar los impactos negativos del uso dendroenergético del bosque nativo. Es-
tas opciones, en cierta medida, ya han comenzado a implementarse y/o
explorarse, aunque en forma puntual y no masiva.
6.2. Comercialización
La transformación de la leña de un producto de libre alcance a un bien econó-
mico, es uno de los grandes objetivos de una política dendroenergética. Para
esto de debe normalizar el peso y medida. En la zona centro sur y norte se
comercializa por peso o trozos, y en la zona sur por m 3 • Además, existe
desprotección del consumidor respecto al grado de humedad y origen de la
especie arbórea comercializada.
La comercialización se practica, casi siempre, en condiciones desventajosas para
el usuario. Así, se vende leña (zona centro sur) por peso; de este modo se vende leña
con más de un 45% de humedad, comprando el usuario 310 gramos de agua y 690
gramos de leña. El secado se puede efectuar con sencillas técnicas de apilamiento.
105
restringiendo cada vez más e! uso de artefactos ineficientes alimentados con
leña, exigiendo el uso de artefactos con eficiencia de combustión sobre el 50%,
que posean control de aire y recirculación de gases, es decir, más de una cámara
para la combustión. Esta tecnología se conoce en Europa del Norte hace más de
medio siglo, pero hace muy poco tiempo que ha llegado a Chile.
Los más eficientes de estos aparatos tienen cámaras de combustión secundarias,
donde se queman e! hidrógeno y el monóxido de carbono liberados por la combus-
tión de la leña, con lo que se obtiene una disminución de la contaminación y un
aumento del valor total de la energía obtenida. En este tipo de equipos para mante-
ner calefaccionado un ambiente de 100 m 3 se requiere 1 kg de leña por hora.
Es claro que estufas de combustión lenta no son, por ahora, una opción para
los sectores rurales/urbanos pobres, porque e! equipo es de alto precio y requie-
re de leña seca y dimensionada. Sin embargo, se pueden desarrollar tecnologías
que se adapten no sólo a su hábitat, sino a sus niveles de ingreso y condicionantes
culturales (véase Serrano, 1992b).
A nivel industrial se pretende exigir e! uso de precipitado res ciclotrónicos
para retener las partículas.
106
6.7. Plantaciones dendroenergéticas
Es importante desviar la presión extractiva sobre el bosque nativo, por esto el tema
de las plantaciones dendroenergéticas es de gran importancia. Por motivos
socioeconómicos y culturales no es posible prescindir, en el corto plazo, de la leña.
Pero sí del uso de las maderas nativas. En este sentido se puede actuar a dos niveles:
plantaciones dendroenergéticas a escala comercial ya escala familiar-rural.
Existen zonas de Chile como el Norte Chico y la Zona Central, donde la
leña representa el 95°,ÍJ de la energía disponible. En estas zonas la silvicultura
dendroenergética es de gran prioridad.
La silvicultura familiar, en el contexto del desarrollo forestal participativo,
cuenta con tres factores: suministro de combustible, alimento e ingresos (Arnold,
1991). En Chile los bosquetes familiares han tenido buena aceptación. En la 1
Región desde 1992 existe un proyecto de este estilo que involucra nueve co-
munidades agrícolas de la zona. En la IV Región la silvicultura familiar que
maneja un bosquete, se asocia con un horno y cocina de barro de diseño
dendroenergético eficiente, que ha dado buenos resultados (Torres, 1994). Estas
iniciativas disminuyen las horas de recolección y libera horas de trabajo para
otras actividades. Por otro lado, la silvicultura energética, con rotaciones cortas
de no más de 10 años, puede contribuir a la recuperación de suelos degradados
y a la protección o la producción de bienes adicionales, tales como cercos vivos,
madera para la agricultura, etc. (De la Jara, 1987).
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Gentileza de Bosca S.A.