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HAMER, DAHLKE Y MODELOS AFINES: VARIOS

HECHOS DIFERENTES PARA UN MISMO


OBSERVABLE
(Epistemología de la Simbología)

“Lo que ve un hombre depende

tanto de lo que mira como de lo que su

experiencia visual y conceptual previa

lo ha preparado para ver”.

Thomas Samuel Kuhn

“Existe un principio que se resiste

a toda información, que nunca deja de mantener

al hombre en una ignorancia perenne… Es

el principio de desestimar lo que

no se ha investigado.

Herbert Spencer

Introducción
Para muchos, la epistemología es solo la teorética que da cuenta de la ἐπιστήµη,
concibiendo la aplicación de la misma a terrenos simbólicos como algo incorrecto, ya que
parten de la base de que el λόγος no está en condiciones de penetrar e ilustrar los meandros
del σύµβολον. Sin embargo, esta postura, al no tener en cuenta la holarquía de los niveles de
consciencia, se cae por su propio peso, pues el λόγος (proceso secundario freudiano), al
derivar de los niveles cognoscitivos de desarrollo operacional concreto y operacional formal
de Piaget, trasciende al σύµβολον, que derivó del nivel de desarrollo preoperacional pre-
conceptual, del mismo investigador. Es precisamente esta condición de ser (el λόγος) más
significativo -que fundamental- respecto del σύµβολον lo que le permite alienarlo, sepultarlo
y olvidarlo en los establos del rey Augías, como efectivamente la mayoría de científicos y
filósofos Occidentales han hecho por ignorancia.
Leyder Lasprilla

Sin embargo, el hecho de que en la simbología de la patología, en estos momentos,


haya varios enfoques, de los cuales uno de ellos es bastante inconmensurable con los demás
en sus premisas fundamentales, nos lleva a valernos de los aportes que la epistemología ha
hecho en este tipo de situaciones a la ciencia, extrapolando -con el debido cuidado- los
mismos a la simbología. Esto es precisamente lo que haremos en este breve trabajo: dilucidar
cuál de los enfoques es más concordante con la realidad, intentando integrar (en la medida de
lo posible) las bondades de todos para tener una mejor visión de lo que se conoce como
entidad nosológica.

Primera parte

Rüdiger Dahlke: la entidad nosológica como el recuerdo de lo que hemos


desterrado de nuestra conciencia vígil.

A través de sus obras –principalmente, La Enfermedad Como Camino y La


Enfermedad Como Símbolo- el doctor R. Dahlke nos ha mostrado que el síntoma y/o la
entidad nosológica hacen su aparición en el cuerpo o en la psique cada vez que reprimimos,
alienamos o sepultamos en la sombra uno o más aspectos de nosotros mismos porque los
rechazamos. En sus propias palabras: “…la sombra produce enfermedad…. Un síntoma
siempre es una parte de sombra que se ha introducido en la materia…. Si una persona se niega
a asumir conscientemente un principio, este principio se introduce en el cuerpo y se
manifiesta en forma de síntoma” (Dahlke y Dethlefsen, 1983, p. 17).

Como Dahlke mismo nos dice: “la enfermedad devela la sombra y la sombra es objeto
de rechazo…” (Dahlke, 2006, p. 21), en toda manifestación sintomatológica debemos ver
aquello que no hemos integrado en nosotros mismos; aquello con lo cual no nos queremos
entender; aquello que nos falta en la consciencia; o, la afloración de las mentiras que nosotros
mismos nos echamos y nos creemos. Como nos dice un antiguo apotegma hebraico: “la
enfermedad es el producto inexorable de las mentiras que ocultamos en nuestro interior”. En
últimas, la enfermedad es el intento del cuerpo o la mente de mostrarnos cuán incompletos
estamos.

Por ello, estos autores, ven también la enfermedad física como la manifestación
orgánica de un desequilibrio que se dio en la consciencia o como la concreción fisioanatómica
de un desorden en la misma. “…Si una persona sufre un desequilibrio en su conciencia, ello
se manifestará en su cuerpo en forma de síntoma” (Dahlke y Dethlefsen, 1983, p. 3). Es decir,
la enfermedad orgánica es un desorden material que deriva de un desorden interno, al que si
no le prestamos la debida atención nos puede llevar a la muerte física o psíquica (locura), en
algunos casos.

Así por ejemplo, a la luz de sus planteamientos, en la migraña debemos ver la


manifestación de una sexualidad ingratificada, de una sexualidad reprimida, de una negación

2
Leyder Lasprilla

a vivir el orgasmo. En sus propias palabras: “la jaqueca es un orgasmo en la cabeza” (Dahlke
y Dethlefsen, 1983, p. 66). Quien aliena su sexualidad, si somos consecuentes con este
planteamiento, que asuma los obligados dolores de cabeza y demás síntomas que aparecerán.
El cuerpo le indicará de una manera dolorosa lo incompleto que está en su conciencia vígil al
sepultar (reprimir) en la sombra sus deseos sexuales.

Otro ejemplo puede ser el caso del SIDA, al cual el autor ve como la manifestación
orgánica del amor no asumido en las relaciones sexuales; la expresión del polo amor -de la
unidad sexo-amor- en la inmunosupresión “desencadenada” por el VIH1; el correlato obligado
de un sexo solo carnal y para nada afectuoso que conlleva una aferración a una o más
aberraciones sexuales (Lasprilla, E. 2007). Como lo indican Dethlefsen y Dahlke: “el amor es
enemigo de las fronteras e insta a la apertura y la unión con lo que viene de afuera. La
destrucción de las defensas que provoca el SIDA refleja claramente este principio. Las
defensas del organismo protegen la necesaria frontera corporal, pues toda forma exige un
límite y, por consiguiente, un ego. El enfermo de SIDA vive en el plano corporal el amor, la
apertura, la accesibilidad y la vulnerabilidad que rehuyó por miedo en el plano espiritual”
(1983, 105).

Un último ejemplo para ilustrar mejor lo que Dahlke nos quiere dar a entender nos lo
puede dar el infarto de miocardio. Según Dethlefsen y él, el corazón físico habla
sintomatológicamente cada vez que nos negamos a escuchar nuestro corazón interno. En La
Enfermedad Como Camino ambos nos dicen: “…la clave para la comprensión de todos los
síntomas cardíacos [es esta]: son síntomas que obligan al individuo a escuchar su corazón.
Los enfermos cardíacos son personas que sólo quieren escuchar a la cabeza y dejan en su vida
muy poco espacio al corazón” (1983, p. 84). Y en La Enfermedad como Símbolo, Dahlke nos
dice: “Plano de los síntomas: falta de suministro de energía vital (sangre) al corazón…; grito
de auxilio de una parte ya estrangulada (angina de pecho); rigidez como condición previa;
atasco en el flujo de los sentimientos; la sobrevaloración de las fuerzas del yo y del
imperativo del deseo aíslan del flujo de lo viviente; persona que busca dominar, miedo a la
crítica y al fracaso; congestión de la agresión y descarga de la energía agresiva acumulada;
escaso sentimiento de autovaloración; inhibición a la hora de formular las necesidades
psíquicas; ausencia de una meta elevada; el infarto como irrupción de los sentimientos…;
amabilidad forzada, rigidez; miedo a ser lesionado; incapacidad de relajación profunda”
(2006, p. 252).

Para finalizar este apartado, me gustaría indicar que Dahlke y Dethlefsen en principio
lo que hicieron fue llevar el planteamiento de Freud –lo reprimido aflora como síntoma- a
todas los síntomas y demás entidades nosológicas conocidos en el hombre. “Nuestro
planteamiento coincide en parte con el modelo psicosomático, aunque con la diferencia de

1
Desde hace más de 20 años es bien sabido que el VIH no ha sido encontrado jamás. Es más, se sabe que no
existe, que solo fue una hipótesis que las investigaciones se encargaron de falsar (Popper). Sobre esto
recomiendo al lector indagar las historia del SIDA, las investigaciones de Hamer y de Stefan Lanka.

3
Leyder Lasprilla

que nosotros aplicamos esta visión a todos los síntomas sin excepción” (Dahlke y Dethlefsen,
1983, p. 4).

Simbología Dahlkiana y Filosofía Homeopática: dos enfoques fácilmente


integrables sobre la entidad nosológica.

Para la filosofía homeopática2, los síntomas [dinámicos, más no traumáticos] en


nuestro cuerpo y en nuestra mente son las manifestaciones de las perturbaciones que se han
dado en la fuerza vital (Hahnemann). Cuando alguna noxa3, en términos homeopáticos,
violenta la naturaleza de la misma -de acuerdo con el tipo de perturbación producida- hacen
su aparición las molestias sintomatológicas que el médico debe curar restableciendo la
armonía en la fuerza vital. En palabras de James T. Kent: “Antes que una patología, tenemos
una fisiología desarreglada, cuyo origen remonta al principio vital desordenado o perturbado”
(1980, p. 25).

En la misma línea, la homeopatía clásica nos dice que la fuerza vital tiene cuatro
características que determinan la forma de “comportamiento” de la misma ante la presencia de
las noxas patógenas. Estas son:

 Reacción vital: respuesta inmediata que da la fuerza vital a toda noxa que la invada.
Esta “tiende a ser inferior o superior a dicha noxa” (Lasprilla, E. 2007, p. 199).
Cuando es lo primero, los síntomas se mantienen hasta cuando se extingue la noxa.
Cuando lo segundo, la fuerza vital acaba a la noxa.
 Resistencia vital: es la capacidad que tiene la fuerza vital de neutralizar “el estímulo
noxal” (Lasprilla, E. 2007, p. 199).
 Receptividad vital: es la susceptibilidad psórica a los estímulos noxales. Es esto lo que
permite que el medicamento actúe para enfermarnos en la experimentación pura y
curarnos en la patología.
 Tolerancia vital: Capacidad, que tiene la fuerza vital, para adaptarse a “una lesión
anatómica, una disfunción fisiológica o un conflicto psicológico” (Lasprilla, E. 2007,
p. 200) y que se rige por el principio de pars pro toto.

Teniendo en cuenta lo dicho antes sobre la concepción de Dahlke, podemos ver que la
perturbación de la fuerza vital que plantea la filosofía homeopática –repito, hasta antes de mi
padre- es el producto de la alienación de nosotros mismos en la sombra. Es decir, que la
perturbación de la fuerza vital que se traduce en síntomas orgánicos, bajo las directrices de
sus cuatro propiedades, es el efecto de mentirnos a nosotros mismos a través de la represión y
demás mecanismo de defensa que la apoyan (como la proyección y la formación reactiva).
Así, vemos la familiaridad que hay entre la filosofía homeopática y la simbología de Dahlke.

2
Hasta antes de mi padre, el Dr. Eduardo E. Lasprilla.
3
Todo lo que violenta la naturaleza de la fuerza vital. Puede ser de tipo social, cultural, biológico, químico,
físico, etc. (Lasprilla, E. 2005).

4
Leyder Lasprilla

Tanto la simbología dahlkiana como la filosofía homeopática ven la acción de los


microorganismos en nuestro cuerpo como secundaria a algo más profundo: el conflicto
psicológico y la perturbación de la fuerza vital, respectivamente. En palabras de J. T. Kent:
“las bacterias son los resultados de la enfermedad” (1980, p. 28). Dahlke, por su parte,
siempre recalca que los microorganismos actúan sólo después de que el conflicto psicológico
esté presente. Por esto, para ambos enfoques, una vez erradicada la causa oculta de la
enfermedad los microorganismos dejan de actuar y son destruidos por el sistema
inmunológico. Pasteur había dicho desde la microbiología: “Le germe, c’est rien. Le terrain,
c’est tout” (citado por Lasprilla, E. 1992, p. 169) y, desde la simbología dahlkiana y la
filosofía homeopática, podemos decir: el terreno es preparado para los microorganismos por
la perturbación de la fuerza vital y el conflicto psicológico que, a su vez, la produjo. De esta
forma queda claro que la enfermedad no viene de afuera sino de adentro.

Por otra parte, nos encontramos con los planteamientos del Dr. Alfonso Mazi Elizalde,
quien estableció que la razón por la cual todas las almas se desgajan de Dios está en el hecho
de que estas, en la transtemporalidad, codiciaron o rechazaron uno de sus dones divinos. A
eso lo llamó pecado original. Ejemplos del mismo nos lo pueden dar patogenesias como
arsenicum album, tarentula hispánica y platina. La primera rechazó el Orden Divino u
Ontológico; la segunda, codició la Eficiencia Divina (¡que hizo el mundo en siete días!); y la
tercera, rechazó la Compañía de Dios. Ahora los tres vienen a sufrir por la carencia del don
codiciado o rechazado (y la presencia de su opuesto) en el samsara4.

Una vez el alma se desgaja del Absoluto, se hace susceptible: puede ser dañada o
afectada, cosa que no sucedía cuando estaba al lado del Padre y compartía su invulnerabilidad
Divina5. La forma concreta -de acuerdo con su pecado- en que vive la susceptibilidad el alma,
Elizalde la llamó idiosincrasia. Todo esto constituye lo que él mismo denominó psora
primaria.

Tras la psora primaria, el alma ya encarnada inconscientemente proyecta las


consecuencias de su pecado al medio, viendo así por fuera lo que solo se encuentra dentro de
ella. Esto constituye la psora secundaria. Así, arsenicum album ve solo el desorden en la
externalidad, pero no ve su propio desorden; tarentula hispánica, ve solo la ineficiencia en los
demás, pero jamás en sí misma; y platina, ve que todo el mundo la abandona y no se da
cuenta de que ella es la única que lo hace.

Llegado a este punto, el sujeto comienza a defenderse de lo que al medio proyectó,


huyendo o enfrentando. A lo primero, lo llamó Elizalde, miasma6 syphylítico y a lo segundo,

4
Con Elizalde quedó sentado en la homeopatía que la enfermedad es una sola, la psora, pero que las entidades
nosológicas son las manifestaciones de la psora no asumida (Lasprilla, E. 2007).
5
De la que solo queda la vis medicatrix naturae, que -de acuerdo con Hahnemann- está cualitativamente bien
orientada pero cuantitativamente defectuosa.
6
Miasma es una defensa o actitud de vida equivocada.

5
Leyder Lasprilla

miasma psycótico7. Si con el tiempo el sujeto se mantiene en la defensa syphylítica, primero


aparecerán disfunciones que marquen un minus en el organismo –como hipotensión,
hipotiroidismo, miopía, etc.- y luego se manifestarán lesiones anatómicas con el mismo tinte -
necrosis óseas, úlceras en el recto, atrofia muscular, etc.-. Si el sujeto hace lo mismo pero con
la psycosis, en primera instancia se darán disfunciones que marquen un plus –como
hipertiroidismo, hipertensión, hipermetropía, etc.-; después, harán su aparición daños
anatómicos con el mismo colorido –como hiperplasias, hipertrofias, verrugas, etc.-.

Ahora bien, cuando el sujeto alterna, en tiempos no muy largos, los miasmas, vemos la
actitud psórica –donde a lo sumo se producen disfunciones orgánicas-; cuando lo hace en
tiempos muy prolongados, estamos en presencia de la perversión homeopática8, donde
encontramos daños anatómicos –pero no con las misma magnitud- correspondientes a ambas
defensas: como cáncer testicular (psycosis) y necrosis de ganglios linfáticos (syphylis), por
ejemplo. Pero, hay algunos casos en donde ambos miasmas se dan simultáneamente –como el
caso de los kamikazes japoneses, que matan matándose. Eso fue puesto al descubierto por mi
padre, y lo llamó simultaneidad miasmática (Lasprilla, E. 2007)9.

Siguiendo con las novedades conceptuales de mi padre, llevadas a cabo desde su


holoparadigma, encontramos que:

1. Las propiedades de la fuerza vital quedan definidas así:

 Reacción vital: “…búsqueda inmediata de un nuevo desequilibrio estable…”


(Lasprilla, E. 2007, p. 199), como consecuencia del estímulo noxal.
 Resistencia vital: ausencia de tensión holónica en los cuatro reinos del hombre.
 Receptividad vital: exceso de tensión holónica debida a la arrogancia funcional de
uno de los holones que componen al organismo y que atenta contra el desequilibrio
estable del mismo.
 Tolerancia vital: “solidaridad holónica que se expresa bajo el principio rector: pars
pro toto, donde los holones indemnes absorben el impacto negativo del holón faltante
o disfuncional, para mantener vivo al sistema como tal” (Lasprilla, E. 2007, p. 200).

2. El conflicto psicológico de Dahlke es visto como una lucha entre la noosfera y la


biosfera que por cascada holónica se produjo como consecuencia de un desfase
teosférico-noosférico (Lasprilla, E. 2006), y que su vez termina manifestándose en la
fisiosfera (desfase biosférico-fisiosférico) para notificarnos el caos que llevamos en
los reinos sutiles.

7
Así, arsenicum puede huir del desorden externo marchándose a otra parte donde no lo encuentre o puede
enfrentarlo, llegando incluso a la violencia física en sus reclamos. Igual podemos decir de platina (con el
abandono) y tarentula (con la ineficiencia).
8
Que no psicoanalítica.
9
Es importante expresar que tanto la syphylis como la psycosis pueden ocultarse o solaparse, haciendo que
más rápidamente aparezca la patología –según Elizalde-. Lo primero fue llamado por Elizalde psycosis
embozada. Lo segundo, fue llamado por mi padre syphylis embozada.

6
Leyder Lasprilla

3. La perturbación de la fuerza vital no es más que la perturbación de la biosfera como


consecuencia del conflicto que la noosfera tiene con ella.

4. La enfermedad es el precio que debemos pagar por la ruptura que hemos llevado
inconscientemente a cabo con el plan holonómico insistencial que se traduce en el
holomovimiento de la Creación (Lasprilla, E. 2006). Y esta ruptura no es más que la
inautenticidad o insinceridad: negarnos a ser lo que somos; ocultarnos de nosotros
mismos; irnos en contra del karma de destino que somos; no ser de una sola pieza: que
nuestro actuar concuerde con nuestro pensar, nuestro sentir y nuestro hablar10.

Así pues, en resumidas cuentas, la enfermedad, desde este enfoque, es: 1-) el producto
de chocar con las directrices del Absoluto mediante la insinceridad; 2-) lo que pone al
descubierto las mentiras que llevamos dentro –por ello debemos ver qué nos quiere decir el
síntoma-; y, 3-) el plan que pone en marcha la existencia para borrarnos de ella física o
mentalmente (con la locura) por irnos en su contra. O nos incertamos en el plan holonómico
siendo auténticos o el Absoluto nos borra de la existencia11.

Por otra parte, en su libro Semiología Homeopática y Nuevos Aportes a la Doctrina,


mi padre plantea que como los medicamentos homeopáticos tienen su origen en formas
existenciales filogenéticamente inferiores al hombre y estos por anulación ondicular curan las
patologías del mismo, luego con cada enfermedad dinámica que haga su aparición el hombre
habrá involucionado internamente hasta la forma de existencia que como medicamento le
sirve para su curación, pues como dice su ley indenticopática de “la transferencia
informativa: “toda información contenida en una sustancia dinamizada, se libera
terapéuticamente en el hombre cuyo desfase psico-espiritual sea idéntico al que está
codificado en la estructura de dicha sustancia” (Lasprilla, E. 2007, p. 2006)12.

Así, enfermedad es sinónimo de involución, en tanto que salud lo es de evolución. En


sus palabras: “la curación se da a través de un proceso de anulación ondicular… Para que dos
ondas puedan anularse tienen que ser idénticas y fluir en sentido inverso. Luego toda
enfermedad nos retrotrae a formas resonantes pasadas, nos lleva al pasado en tanto que la
salud nos conduce al futuro. La misión de toda alma es evolucionar y ello exige salud.
Negarse a eso es anhelar el pasado y la enfermedad nos conduce a él” (Lasprilla, E. 2007, p.
217).

10
Ver Psicología y Filosofía para la Transformación del Ser (despertando de la ilusión) del Dr. Eduardo Lasprilla.
11
No obstante, esta visión de la entidad nosológica choca con la definición holoparadigmática de reacción vital,
pues esta busca preservarnos, no eliminarnos –aún cuando pueda no conseguirlo, es su principio-, y la entidad
nosológica es la expresión ostensible de la reacción vital. Me parece una clara inconsistencia dentro del
holoparadigma.
12
Esta ley aplica para los casos donde haya entidades nosológicas crónicas.

7
Leyder Lasprilla

Ryke Geerd Hamer: la entidad nosológica como Programa Biológico Sensato y


Especial que nos ayuda a dar solución a un conflicto biológico.

Hamer es el padre de lo que se conoce como Nueva medicina Germánica y en ella


plantea cinco leyes biológicas descubiertas empíricamente –como él mismo dice- que son
confirmadas constantemente por la práctica de la misma. He aquí una exposición muy
resumida de ellas:

1. Ley férrea del cáncer y de todas las entidades nosológicas oncoequivalentes13: todo
síntoma o entidad nosológica (exceptuando a los que aparecen en fase de sanación,
como veremos en la segunda ley) es disparado por un shock intra-psíquico violento,
vivido en aislamiento, pensado todo el tiempo y que nos coge por sorpresa, afectando
casi simultáneamente la psiquis, el encéfalo y un órgano o tejido específicos del resto
del cuerpo14.

Ese shock fue denominado por Hamer conflicto biológico o Síndrome Dirk Hamer, en
honor a su hijo fallecido por un disparo que le propinó un joven de la realiza italiana y
que llevó al propio Hamer a padecer un cáncer testicular. Una vez aparece en la
psique, casi al mismo tiempo se altera una zona específica del encéfalo que mediante
una TAC simple o no contrastable se observa como “un grupo de finos anillos
concéntricos” (Markolin, C. 2008, p. 3), que los detractores de Hamer, por burlarse de
él, llamaron Foco de Hamer (Hamerschenherd). Esto a su vez produce en el tejido u
órgano que regula dicha zona una serie de cambios específicos que capacitan de mejor
manera al organismo para dar solución al conflicto que mentalmente lo aqueja15.

Foco de Hamer en
fase Ca.

13
Las enfermedades oncoequivalentes son aquellas que no son cáncer. “Todo lo que no es cáncer es
equivalente al cáncer” (Hamer, 2000, p. 2).
14
“Tal evento no anticipado no tiene que ser necesariamente espectacular. Puede ser disparado simplemente
por un enojo inesperado o cuando alguien nos hace una crítica, una observación desconsiderada o insensible”
(Markolin, C. 2009, p.1).
15
Nos dice Caroline Markolin: “si más tejido es requerido para facilitar la solución del conflicto, el órgano o
tejido relacionado con el conflicto responde con proliferación celular” (2008, p. 8). Y luego dice también: “Si
se requiere menos tejido para asistir a la solución del conflicto, el órgano o el tejido responde al conflicto
relacionado con degradación o disminución celular” (2008, p. 9).

8
Leyder Lasprilla

Por ejemplo, cuando se produce un conflicto biológico en la psique de “no poder


atrapar a la presa auditiva o escuchar lo opuesto de lo que se esperaba” (como por
ejemplo, recibir una desaprobación verbal de los padres cuando se esperaba su
aprobación), se produce un Foco de Hamer en el núcleo auditivo pontocerebeloso y se
inicia una “proliferación celular con tumor plano, que [crece] de forma superficial y
por capas, en el oído medio…” (Critical Thinker, 2007, p. 3), con el fin de que el
sujeto escuche mejor y pueda así captar lo que desea.

2. Ley del carácter bifásico de las entidades nosológicas en tanto haya solución de
conflicto: Todo proceso patológico tiene dos fases que lastimosamente nadie antes de
Hamer había visto. En la primera fase o fase de conflicto activo la psique está centrada
en el conflicto -se ocupa de él-, hay estrés y simpaticotonía de larga duración. “Los
síntomas típicos son insomnio, falta de apetito, latido rápido del corazón, presión
arterial elevada… y nauseas” (Markolin, C. 2008, p. 8). Esta fase también se llama
fase fría ya que por la vasoconstricción natural del estrés las extremidades (pies y
manos) se ponen frías. “Desde un punto de vista biológico, sin en embargo, este
estado de tensión, y particularmente las horas extra de vigilia con la preocupación total
sobre el conflicto, ponen al individuo en una posición más favorable para encontrar
una solución al conflicto” (Markolin, C. 2008, p. 8).

En el encéfalo, durante esta fase, una TAC simple revela un Foco de Hamer con forma
de anillos concéntricos y en el órgano o tejido, se dan las modificaciones pertinentes16.
Para seguir con el ejemplo del conflicto de “no poder atrapar el bocado auditivo”, el
Foco de Hamer aparece en el núcleo auditivo pontocerebeloso y se da una
proliferación celular plana en el oído medio, como se dijo hace un momento17.

Una vez disuelto el conflicto (conflictólisis), se inicia lo que Hamer llama fase
postconflictolítica. En esta se darán todas las reparaciones pertinentes a nivel
encefálico y orgánico para que el sujeto vuelva a la normotonía. A nivel emocional, la
solución del conflicto se manifiesta con una inmensa relajación o sensación de gran
alivio. “El sistema nervioso autónomo cambia instantáneamente a vagotonía de
larga duración con fatiga pero buen apetito” (Markolin, C. 2008, p. 10). Baja la
tensión arterial, disminuye la frecuencia cardíaca y hay necesidad de descanso. Esta
fase también se llama fase caliente o tibia porque la vasodilatación característica de la
relajación hace que las extremidades se tornen calientes o tibias y algunas veces
aparezcan fiebres18.

16
Aunque si se hace una TAC simple en el órgano afectado, también se observa un Foco de Hamer.
17
Otro ejemplo puede ser el tinnitus, que aparece en la fase activa de un conflicto biológico de “no querer
escuchar” o “no poder creer una información que se recibe” o “no darle crédito a una noticia dolorosa” (Critical
Thinker, 2007). El foco de Hamer se ubica en la zona temporo-occipital basal derecha o izquierda, de acuerdo
con el oído afectado.
18
Como en esta fase lo que se necesita es reposo es una soberana estupidez plantearse el “no me voy a dejar
vencer po la enfermedad y voy a seguir con mis actividades cotidianas”, como con orgullo muchos idiotas

9
Leyder Lasprilla

Pero la fase postconflictolítica, a diferencia de la fase de conflicto activo, se divide en


dos subfases con un punto de inflexión que sirve de interfaz. La primera subfase
Hamer la denomina fase postconflictolítica A (exudativa) y a nivel encefálico se
caracteriza porque “agua y fluido seroso son atraídos al área relacionada del cerebro,
creando un edema cerebral que protege al tejido del cerebro durante la fase de
reparación. Es la hinchazón del edema cerebral la que causa los típicos síntomas de
curación como son dolores de cabeza, mareos o visión borrosa” (Markolin, C. 2008, p.
10). Ahora el Foco de Hamer aparece en la TAC simple como anillos concéntricos
ensanchados (indicando el edema en el cerebro). Y en el organismo, si hubo
decremento o incremento celular, se forman también edemas con el mismo fin: reparar
o eliminar lo que ya no se necesita, respectivamente.

El punto más profundo de la vagotonía se conoce como crisis epileptoide/epiléptica.


En ella el encéfalo lleva al individuo a un estado de fase activa de conflicto: se da una
recaída en la primera fase. “A nivel fisiológico y vegetativo, se reactivan los síntomas
simpaticotónicos como son nerviosismo, sudores fríos, estremecimientos y nausea”
(Markolin, C. 2008). Todo esto se produce con el fin de expulsar los edemas tanto del
órgano como del encéfalo porque ya cumplieron su labor y alcanzaron un tamaño que
puede afectar las zonas que les son adyacentes. Así, se incrementan las exoneraciones
de líquido en el cuerpo: se orina más, se suda más, puede haber vómitos y hasta
diarrea. Sin embargo, los síntomas de la crisis epileptoide/epiléptica, “están
determinados por el tipo de conflicto y el órgano involucrado. Ataques al corazón,
derrames cerebrales, ataques de asma, ataques de migraña o ataques epilépticos, son
sólo algunos ejemplos de tal crisis de curación” (Markolin, C. 2008, p. 11)19.

Durante la segunda subfase postconflictolítica (fase postconflictolítica B, cicatricial-


restitutiva), en el encéfalo confluyen células de la glía o neuroglias (tejido conectivo
cerebral) a la zona que se está reparando con el objetivo de finalizar la reparación. “La
cantidad de glía que se acumula depende del tamaño del edema precedente (fase pcl
A)” (Markolin, C. 2008, p. 11). Estos glioblastomas desafortunadamente son
confundidos por los oncólogos convencionales con tumores cerebrales y por ello
mismo los extirpan, impidiendo al cerebro finiquitar su recuperación. Asimismo, el
Foco de Hamer aparece aquí como una configuración blanca en forma de anillo.

manifiestan. Las gripas son un ejemplo de vagotonía postconflictolítica y aquí es donde más la gente
acostumbra hacer lo dicho previamente.
19
Siendo consecuentes con la semántica disensual considero impropio hablar de fase de curación, pues lo que
se da es una sanación. Mejor decir fase de sanación que de curación, ya que es de la consciencia del sujeto de
donde deriva la información para que se den las reparaciones orgánicas pertinentes. Para un mejor
entendimiento recomiendo leer las páginas 115 y 116 del libro Semántica Disensual: filosofía, lenguaje y
realidad. Eduardo Lasprilla.

10
Leyder Lasprilla

Esquema bifásico de cualquier


Programa Biológico Sensato y
Especial (P.B.S.E.)

(Aprovecho este momento para indicar que la palabra enfermedad deriva del latín infirmitas-
infirmitatis, que a su vez derivó de in = no + firmus = firme. Es decir, que la enfermedad es
ese estado en el cual carecemos de fortaleza, de fuerza, de firmeza o nos encontramos débiles.
Esto revela que desde sus comienzos esta palabra estuvo ligada a la fase postconflictolítica,
pues es en ella donde esto sucede. En la fase de conflicto activo sucede todo lo contrario)20.

3. Ley del sistema filogenético21 del cáncer y entidades nosológicas oncoequivalentes:


esta ley nos dice cómo es el comportamiento del órgano o tejido afectado según su
origen blastodérmico. Los tejidos que derivan del endodermo22 (como la submucosa
bucal, paladar, tiroides, alveolos pulmonares, hígado, páncreas, túbulos colectores del
riñón, etc.) y del paleomesodermo (como la dermis o piel intermedia, pleura,
peritoneo, pericardio y glándulas mamarias) hacen proliferación celular (hiperplasias)
durante la fase de conflicto activo, mientras que los que derivan de neomesodermo23
(como los huesos, el cartílago, tendones y ligamentos, vasos sanguíneos, ovarios,

Asimismo, síntoma deriva del griego σύµπτωµα = coincidencia, suceso casual. Esto evidencia, sin discusión
20

alguna, que esta palabra, en su origen, lleva la concepción de que las unidades que conforman a las entidades
nosológicas (síntomas) son procesos que suceden fortuitamente, por casualidades de la vida, que no guardan
ninguna relación con los procesos que se dan en los renios internos del hombre o el animal. Por ello, solo pudo
derivar de una kosmovisión racional, ya que la mítica y la mágica, ven en el síntoma: la manifestación de los
castigos de los dioses (politeísmo) o de Dios (monoteísmo) y la expresión ostensible de lo que sucede cuando
espíritus malignos se apoderan de nuestro organismo, respectivamente.
21
En esta ley y en la que sigue, Hamer escribe ontogenético (ontogenetisch) en vez de filogenético
(phylogenetisch). Sin embargo, esto es un error, pues él mismo dice que estas leyes tienen que ver con la
evolución de las especies (filogénesis) y no solo con el desarrollo de uno de los miembros de una de las
especies (ontogénesis). La filogénesis es colectiva; la ontogénesis, individual (ley de Häckel).
Del griego ένδον (dentro) + δέρµα−δερµατóς (piel). Capa germinal interior y más antigua.
22

El paleomesodermo junto con el neomesodermo conforman el mesodermo: del griego µέσος (medio)
23

+ δέρµα−δερµατóς. Capa germinal media. Se divide en dos: Una parte antigua (παλαιóς) y otra nueva
(νέος).

11
Leyder Lasprilla

testículos, bazo, etc.) y ectodermo24 (como epidermis, periostio, mucosa superficial de


la boca, mucosa bronquial, cuello uterino y vagina, recubrimiento del recto en su parte
distal, etc.) hacen decremento celular (necrosis y ulceración, respectivamente) durante
la fase activa de conflicto. No obstante, algunos tejidos y órganos que derivan del
ectodermo en fase de conflicto activo producen pérdida parcial o total de sus
funciones: como los islotes del páncreas, el oído interno, la retina de los ojos, etc.25

4. Ley del sistema filogenético de los microbios: esta ley nos dice de qué forma los
microorganismos nos ayudan en la fase postconflictolítica según la hoja embrionaria y
parte del encéfalo con la que se relacionan. Los tejidos endodérmicos -que hacen
proliferación celular durante la fase activa de conflicto- degradan, mediante la ayuda
de hongos o micobacterias, sus excesos celulares durante la fase postconflictolítica A.
Lo mismo sucede con los que derivan del paleomesodermo. Los tejidos derivados del
neomesodermo -que hacen decremento celular en la fase activa- durante la fase
postconflictolítica A son reparados mediante la ayuda de bacterias y factores de
reconstrucción celular con edematización y tumoración (que durante la fase pcl. B, la
misma, será degradada por las mismas bacterias). Y los tejidos derivados del
ectodermo son restaurados en parte, durante la fase postconflictolítica A, por los virus
–si es que estos existen26.

Así, con esta ley queda claro que los microorganismos, más que ser nuestros
enemigos, son nuestros más íntimos ayudantes, por lo que los antimicóticos, vacunas y
antibióticos son unos atropellos contra ellos -y contra nosotros mismos.
“Consideramos los microbios como agentes perjudiciales que tenemos que destruir a
toda costa. Es insensato. Tenemos una necesidad urgente de microbios, de todos los
microbios presentes bajo nuestra latitud. Si por razones de higiene no tuviéramos ya
micobacterias, no podríamos en adelante evacuar nuestros tumores en fase de
curación. Aquello tiene consecuencias desastrosas para gran número de tumores”
(Hamer, 2000, p.7). Por ejemplo, si no contamos con las micobacterias para degradar
un adenocarcinoma de tiroides durante la fase postconflictolítica, esta glándula seguirá
produciendo sus hormonas en grandes cantidades cuando ya no es necesario, pues el
conflicto se resolvió. Además, si es un tumor de considerable tamaño puede obstruir el

Del griego ἐκτóς (fuera) + δέρµα−δερµατóς. Capa germinal exterior y más nueva.
24
25
Los tejidos y órganos que derivan de endodermo son controlados desde el tronco encefálico; los que derivan
de paleomesodermo son controlados desde el cerebelo; los que derivan del neomesodermo, desde la médula
cerebral o sustancia blanca; y, los que derivan de ectodermo, desde la corteza cerebral.
26
Las micobacterias proliferan durante la fase de conflicto activo y sólo son activadas por el sistema nervioso
durante la fase postconflictolítica. Las bacterias que no son micobacterias, proliferan durante la fase
postconflictolítica A, no antes. El número de bacterias y micobacterias que proliferan es el número exacto que
se necesita para llevar a cabo la degradación celular. Por lo que usar agua oxigenada (o cualquier otro
antibactérico) para matarlas va en contra de los fines del cuerpo. Esto debe hacerse en casos especiales.

12
Leyder Lasprilla

paso de los alimentos, por lo que se hace necesaria una intervención quirúrgica. Lo
mismo podemos decir de un cáncer en colon (Hamer, 2000)27.

Relaciones entre microorganismos, capa


blastodérmica y zona encefálica

No obstante, es menester explicar que si el organismo se encuentra muy debilitado,


falto de energías, con deficiencias metabólicas y/o desnutrido, es muy probable que no
pueda regular, con el sistema nervioso, la actividad de los microorganismos en la fase
postconflictolítica y en este caso, estos llegan a ser peligrosos para la salud, pues
hacen lo que su ‘locus de sensitividad’, ‘organización’ o ‘agencia’28 les permiten. Lo
mismo puede suceder si los microorganismos disponibles en el medio no son
familiares al sistema nervioso. Este casi no los puede controlar. “Como el cuerpo no
está acostumbrado a estos ayudantes exóticos, el proceso de curación puede ser
bastante severo” (Markolin, C. 2008, p. 31.)

5. Ley de la quintaesencia de toda entidad nosológica: esta ley nos dice que las
enfermedades no son tales, que no existen como nosotros las imaginamos, sino que
son una de las caras que presenta todo Programa Biológico Sensato y Especial que se
dispara en el organismo en el momento del Síndrome Dirk Hamer con el fin de

27
En otra parte Hamer se expresa así: “Siempre hemos imaginado a los microbios como una gran y hostil
armada que tiene que ser combatida por el sistema inmune. Eso era incorrecto porque los microbios nunca
fueron nuestros enemigos, sino nuestros infalibles amigos y ayudantes, a quienes en nuestra estupidez, hemos
casi exterminado” (2010, p. 2).
28
Ver extracto C de Ken Wilber: Las Formas en las que Estamos en esto Juntos: intersubjetividad e
interobjetividad en el Kosmos holónico. Publicado en internet.

13
Leyder Lasprilla

ayudarnos a solucionarlo29. En palabras de Hamer: “lo que llamamos enfermedad es


ahora considerado como parte de un Programa Biológico Especial pertinente previsto
por la naturaleza en el transcurso de los tiempo” (2000, p.10). Así, ante un conflicto
biológico de “temor a la muerte”, el tronco cerebral envía órdenes a los alveolos
pulmonares de que incrementen el número de sus células (hiperplasia) con el fin de
que el individuo tenga mayor capacidad respiratoria –ya que el cuerpo traduce el
temor a la muerte con la imposibilidad de respirar-. Cuando el conflicto es resuelto, se
produce una tuberculosis pulmonar, cuyo único fin es fagocitar, mediante
micobacterias especializadas (bacilos de Koch), los excesos celulares que ya no se
necesitan30. “La enfermedad es, pues, la solución perfecta del cerebro en términos
biológicos de supervivencia” (Mambretti, G. y Sérmain, J., 2009, p. 6)

Con estas cinco leyes biológicas (sobre todo la quinta, la cual es vista por Hamer ve
como el alma de su Nueva Medicina31) se aclara por primera vez en medicina que los
microorganismos no son entidades patógenas que “hacen de las suyas” en nuestro organismo;
que hay una conexión profunda y ordenada entre psique, encéfalo y órgano, que limita y
determina las manifestaciones sintomatológicas en el cuerpo32; que todo proceso “patológico”
consta de dos fases y que dicho proceso no es un castigo o error de la naturaleza y mucho
menos un plan kósmico para erradicarnos, sino que es la ayuda que la naturaleza nos da ante
una situación de conflicto biológico33. “Las enfermedades no existen ni han existido nunca
con el sentido que les dábamos. No son más que fases distintas del Programa Especial
adecuado (SBS) concebido por la naturaleza” (Hamer, 2000, p.10)34.

Ahora bien, si una persona dura muchos meses o años sin solucionar su conflicto,
muere por caquexia, inanición y falta de energías. Al respecto nos dice Hamer: “El paciente
termina por morir de caquexia, de agotamiento total, porque desde hace meses sólo vive en
estado de estrés, insomne e inapetente, no digiere y pierde peso. El conjunto del metabolismo
se ha bloqueado por estar el organismo en función de vencer el conflicto. Cuanto más tiempo
dedica a su adversario, más se arruina. Así de simple” (1994, p.14). Y durante la fase
29
Podemos decir, que esto ya estaba implícito en las cuatro primeras leyes.
30
La idea del sentido biológico de toda entidad nosológica no está desenfocada, pues con el modelo integral y
la causación formativa quedó establecida, sin lugar a dudas, la teleología característica de todo holón. La
fenomenología puso al descubierto la intencionalidad de toda conciencia en la noosfera y Hamer hizo lo mismo
con los P.B. S. E. en la biosfera.
31
“Esta quinta ley biológica o Quintaesencia constituye el alma de la Nueva Medicina” (Hamer, 2000, p.10).
32
Por lo que no cualquier tejido u órgano puede dar muestras de psycosis o de syphylis. Ya aquí nos alejamos
un poco, pero sólo un poco, de los planteamientos del Dr. Elizalde.
33
Y aquí la visión de Hamer concuerda muy bien con la definición holoparadigmática de reacción vital.
34
Podemos hacer un parangón epistemológico de las visiones de Hamer, Dahlke, la homeopatía y el
holoparadigma, respecto de la entidad nosológica con Newton y Einstein, respecto de la atracción
gravitacional. Lo que Newton es a la atracción gravitacional, Dahlke, la homeopatía y el holoparadigma, lo son
a la entidad nosológica. Y, lo que Einstein es a la primera, Hamer lo es a la segunda. Einstein mostró que la
atracción gravitacional no es producto de una fuerza, sino de la deformación espaciotemporal que la
masa/energía produce. Hamer mostró que las entidades nosológicas no son tales –es decir, nos son errores de
la naturaleza o materializaciones del caos interno-, sino Programas Biológicos Sensatos y Especiales con que la
naturaleza –o el Kosmos- nos ayudan a resolver un conflicto biológico. Einstein dio una mejor aproximación de
la gravedad que Newton; Hamer hizo lo mismo con las entidades nosológicas.

14
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postconflictolítica, particularmente en la crisis epileptoide/epiléptica, si el conflicto duró


activo mucho tiempo es posible que los cambios que se produzcan en el organismo y el
cerebro sean fulminantes, como en el caso del infarto de miocardio (que es fulminante si el
conflicto duró activo más de 8 meses o durando menos, fue supremamente violento). Son
estos casos en donde Hamer aplica medicación alopática, claro está, con un criterio
diferente35.

Este hecho llevó a que Hahnemann dijera que la vis medicatrix naturae a pesar de
estar bien orientada cualitativamente es defectuosa cuantitativamente. Sin embargo, Hamer ha
comprobado en más de 10.000 casos –que le han servido de muestra representativa- que el
cuerpo en principio se sana sólo y con su ritmo, aunque a veces este proceso pueda llevar a la
muerte, como se dijo en el párrafo precedente. La vis medicatrix naturae no es defectuosa
cuantitativamente, sólo que demora más para reparar el cuerpo si se deja actuar sola que si se
ayuda con mediación homeopática/identicopática.

Antes de acabar con esta parte, me parece pertinente exponer los conceptos de conflicto
pendiente, sanación pendiente y pistas. El primero hace alusión al hecho de no salir de la fase
activa de conflicto, o lo que es lo mismo no resolverlo y el segundo, expresa la imposibilidad
de que finalice la fase postconflictolítica por recaídas frecuentes en el conflicto, es decir, que
se active y desactive con alguna frecuencia el mismo. Son estas situaciones -de activación y
desactivación del conflicto y el nunca resolverlo- lo que genera la cronicidad del síntoma o la
entidad nosológica. Y las pistas o raíles, no son más que todos los procesos, sujetos y objetos
que quedaron asociados al conflicto en el momento del S.D.H. Cumplen la función de
alertarnos, activando y desactivando momentáneamente el conflicto, para que tengamos con
qué enfrentar nuevamente la situación estresante o evitarla. Gran parte de las enfermedades y
síntomas crónicos se deben a ellas, por ello es de suma importancia clarificarlas durante el
tratamiento en la NMG36. En palabras de Caroline Markolin: “Cuando experimentamos un
choque de conflicto inesperado, nuestra mente se encuentra en una situación de atención
aguda. Altamente alerta, nuestro subconsciente recoge todos los componentes en torno al
conflicto tales como olores, sabores, sonidos, objetos o gente y los almacena hasta que el
conflicto es completamente resuelto. En la Nueva Medicina Germánica, las huellas que
quedan como resultado del DHS son llamadas pistas. Estas pistas son de gran importancia
porque si una persona se encuentra ya en la fase de curación, y de repente activa una pista, a
través de la asociación o por contacto real, el conflicto entero recae, y el Programa Biológico
Especial con todos los síntomas que pertenecen al conflicto en particular, comienzan todos de
nuevo. Esto es, en términos biológicos, una reacción alérgica. Así que, lo comúnmente
llamado alergia es ya de hecho la fase de curación después de la recaída del conflicto. El
propósito biológico de la alergia es servir como un sistema de advertencia que dice: ‘En tal
situación, has tenido un DHS. ¡Cuidado!’” (2008, p. 14).

35
Para mayor información, recomiendo al lector la obra de Hamer La Nueva Medicina: versión resumida (1994),
que puede encontrar en internet.
36
Las alergias son precisamente una de las manifestaciones postconflictolíticas de la activación del conflicto
por la percepción de las pistas.

15
Leyder Lasprilla

Segunda parte

Nueva Medicina Germánica y Postmetafísica Integral: una ligera


reconceptualización de los planteamientos de Hamer a la luz de los
planteamientos de Wilber.

Siguiendo el esquema de Wilber-4, podemos ver que las 5 leyes biológicas de Hamer
son leyes propias de la vida o la biosfera, por lo que ningún físico o ningún químico podrá
hallarlas estudiando en profundidad a la fisiosfera. Lo mismo podemos decir para un
psicólogo o un fenomenólogo en la noosfera y un teólogo en la teosfera37. Para poderlas poner
de manifiesto o promulgarlas, Hamer tuvo que seguir una metodología o paradigma38 de su
propia invención, pues los que hasta el momento él conocía no podían hacer eso. Razón por la
cual en la medicina alopática, en la cirugía, en las medicinas alternativas (como la
homeopatía, acupuntura, identicopatía y ayurveda, entre otras), brillan por su ausencia estas
cinco leyes. Es por ello que todas tienen en común (a pesar de sus diferencias) el hecho de ver
a la entidad nosológica como algo que debemos curar cuanto antes, pues fácilmente podremos
salir muy perjudicados. En palabras de Jean Sérmain y Giorgio Mambretti: “La medicina
alternativa o no traumática se limita con frecuencia a recurrir a soluciones terapéuticas sobre
las mismas bases que la medicina moderna: la enfermedad es algo feo, malo, insensato, un
peligro. Y la única solución consiste en eliminarla…” (2009, p. 6). Pero, como bien ha
descubierto Hamer, esas “enfermedades” nos son más que procesos naturales –kósmicos- que
el organismo moviliza para ayudar a resolver un conflicto biológico.

Tomado de ken Wilber, Breve


Historia de todas las Cosas.
1998, p. 62. Editorial Kairós.

37
No incluyo al alma perfecta y al Espíritu (el más alto nivel de la teosfera y la esencia de la que está hecha
toda la Creación), por cuanto ella todo lo sabe.
38
Sigo a aquí el significado que da Wilber a esa palabra: metodología, precepto o conjunto de pasos a seguir
para que se dé una experiencia o una vivencia o extraer información de interés (promulgar realidades).

16
Leyder Lasprilla

Ahora bien, Wilber, desde su quinta fase –llamada Postmetafísica Integral- pone de
manifiesto que los holones kósmicos han emergido en un momento de la evolución como
novedad creativa y se han estabilizado como hábitos kósmicos espacio-temporales, por
resonancia mórfica (R. Sheldrake y los cuadrantes de la Mano Derecha) y apercepción
(Whitehead y los cuadrantes de la Mano Izquierda)39. “Los aspectos perdurables de la
herencia kósmica, también llamados hábitos kósmicos,… no son realidades pre-dadas
(arquetípicas…), sino más bien, patrones kósmicos y rutinas repetidas por los suficientes
holones de tal forma que se implantan en el Kosmos y son llevados hacia adelante, ya sea
como patrones perdurables físicos o como entidades autopoyéticas auto-organizadas de uno u
otro tipo” (2000ª, p. 16). Así, es claro que lo que Hamer llama sus cinco leyes biológicas son
ante todo cinco hábitos kósmicos que emergieron creativamente en la evolución (Eros en
acción) y que se han repetido lo suficiente de tal forma que se ha “rasgado” o “perforado”
profundamente el “tejido inconsútil” de la Creación (a decir de Whitehead). Más que ser leyes
fijadas desde la Gran Explosión (Big Bang), son hábitos kósmicos biosféricos que por su
éxito para la supervivencia han hundido sus raíces profundamente en los seres vivos. “El
proceso evolutivo como un todo supone un interjuego entre la creatividad y el hábito. Sin
creatividad no se originaría ningún hábito nuevo; toda la naturaleza seguiría patrones
repetitivos y se comportaría como si fuera gobernada por leyes no evolutivas. Por otra parte,
sin la influencia controladora de la formación de los hábitos, la creatividad conduciría a un
proceso caótico de cambio en el que nunca se estabilizaría nada” (Sheldrake, R., 1994 p. 158).

Siguiendo la misma línea, podemos ver que los cinco hábitos kósmicos hamerianos
han sido las respuestas creativas o autotrascendentes (Erich Jantsch) de la biosfera (encarnada
en cada ser vivo) para darle solución a cada uno de los conflictos que la han ido aquejando40.
Por ello Hamer siempre habla de conflicto biológico y no de conflicto psicológico, pues los
primeros son prereflexivos o prenoosféricos, siendo ya víctima de él el sujeto, mucho antes de
que lo intelectualice. “Imaginamos que lo pensamos, pero en realidad el conflicto estalló ya
en un intervalo de segundos por vía asociativa incluso antes de que hubiésemos empezado el
acto de pensar” (2000, p. 5) Además, son estos los que en la inmensa y abrumadora mayoría
de los casos nos producen síntomas a nivel orgánico, cosa que no sucede (o casi nunca
sucede) con los conflictos psicológicos. No es casual que alguien una vez dijera: “La solución
del conflicto por psicoterapia es ineficaz en la mayoría de los casos, y la experiencia
demuestra que las recaídas del conflicto son frecuentes. Es difícil obtener una solución
definitiva del conflicto (y por tanto, una remisión permanente de la enfermedad) usando
métodos psicoterapéuticos” (Critical Thinker, 2007, p. 2). Los conflictos biológicos son
vividos como amenazas fulminantes en la biosfera aunque puedan implicar a la noosfera.

39
En otro trabajo dejé claro que no es tanto “novedad creativa” como actualización de potenciales existenciales
y/o insistenciales lo que realmente sucede.
40
O mejor dicho, son las soluciones que la biosfera ha actualizado para mantener su autonomía como holón.

17
Leyder Lasprilla

Pero esto no significa que la noosfera no juegue un papel importante en los conflictos
biológicos. Con la aparición de la mente ordinaria las cosas en la evolución se complejizaron
tanto que ya los individuos no necesitaron tener una amenaza real para vivir un conflicto
biológico, sino que ahora por la interpretación inmediata que esta hace de las percepciones,
cualquier situación inesperada de la vida puede vivirse figuradamente como conflicto
biológico41. “Debido a que… somos capaces de interactuar con este mundo en términos tanto
literales como simbólicos, podemos sufrir estos conflictos también en un sentido figurativo.
Por ejemplo, un ‘conflicto de pérdida territorial’ puede traducir la pérdida de un hogar o de un
trabajo, un ‘conflicto de ataque’ puede ser experimentado a través de un comentario ofensivo,
un ‘conflicto de abandono’ puede ser producido por sentirse excluido o ser dejado atrás por el
‘grupo’, o un ‘conflicto de susto de muerte’, puede ser disparado por un shock por diagnóstico
que es percibido como una sentencia de muerte” (Markolin, C. 2008, pp. 2-3). Esta es la razón
por la cual debemos evitar al máximo, instruyéndonos con personas cualificadas para ello, las
delusiones -o distorsiones cognitivas- de la realidad, pues haremos un gran lío de situaciones
que muchas veces no lo ameritan. Lo que desencadena la sintomatología no es la situación en
sí, sino la forma como la persona la viva. “El determinante no es lo que sucede, sino cómo lo
encaja psíquicamente el paciente en el momento del Síndrome Dirk Hamer” (2000, p. 6). Por
ello, ante un despido injusto del trabajo (situación objetiva), un sujeto puede hacer cáncer en
el colon (“injuria no digerida”), otro adenocarcinoma hepático (“¡y ahora cómo sobrevivo!”) y
otro más angina de pecho (“perdí mi territorio”). Esto podemos resumirlo diciendo:
dependiendo de las condiciones en las que se encuentre la matriz AQAL de cada ser vivo, este
hará uno o más conflictos biológicos determinados o, sencillamente, no los hará42. Por ello
no es casual que Hamer diga: “Condición indispensable es [para la NMG], naturalmente,
conocer a fondo la historia personal del paciente, sus experiencias vitales, su kosmovisión, su
trasfondo religioso [entiéndase religionario], social, familiar y económico” (1994, p. 7).

Por otra parte, si hacemos uso de los conceptos de externo e interno43 que Wilber
propone en su Postmetafísica Integral, entenderemos de mejor manera qué sucede cuando los
microorganismos nos pueden hacer daño. Wilber nos dice que un holón es interno a otro
cuando sigue las directrices marcadas por el patrón profundo (hábito kósmico) de este último
y que un holón es externo a otro cuando no lo hace. “un holón (en cualquier cuadrante) es
interno a otro si está siguiendo los patrones o agencia de ese holón” (20006, p. 48). Así
cuando los holones microorganísmicos no son internos –sino externos- al sistema nervioso,
quebrantan el orden holárquico del cuerpo físico -animado por el cuerpo etérico-, provocando
daño en vez de ayudar. Esto es lo mismo que decir que cuando los microorganismos, por
alguna razón, no se hacen subholones del sistema nervioso perjudican al organismo.

41
Recordemos que manas es un instrumento de la mente ordinaria o noosfera que por causación descendente
dispara las reacciones emocionales de la biosfera.
42
Matriz AQAL es la simplificación de ‘todos los cuadrantes, todos los niveles (olas), todas las líneas
(corrientes), todos los tipos y todos los estados’. Es la combinación de las condiciones de todos estos factores
en el momento de la situación lo que lo determina todo.
43
En el holoparadigma de mi padre, tienen otro significado, por lo que es clara la inconmensurabilidad de los
dos modelos en estas categorías.

18
Leyder Lasprilla

Contrastación de los modelos expuestos: cómo lee cada uno una misma entidad
nosológica.

Tomemos ahora cada enfoque para observar diferentes entidades nosológicas con el
fin de discernir epistemológicamente los alcances y bondades de cada uno:

1. Infarto de miocardio:

 Ya en las páginas 3 y 4 dije lo que Dahlke observa en dicho proceso. Agradezco al


lector lo vuelva a ver.
 Desde la Homeopatía de Tercer Nivel, vemos la manifestación de la perturbación de la
fuerza vital marcada por una actitud syphylítica de no atreverse a seguir al corazón y
enfrentar las consecuencias de ello en el mundo.
 Desde el holoparadigma, vemos el precio que tuvo que pagar aquel que nunca quiso
escuchar a su corazón (biosfera), que no se atrevió a ser auténtico. Observamos,
también, el plan que puso en marcha el Absoluto para borrarnos de la existencia, pues
nos opusimos a Él precisamente donde más se nos expresa: el corazón (biosfera).
 Con Hamer vemos un Programa Biológico Sensato y Especial en la crisis epileptoide
de la fase postconflictolítica de un conflicto biológico de “pérdida de territorio”, que
puede ser fulminante o no de acuerdo con el tamaño del edema cerebral que lo
provoque (que a su vez es proporcional a la masa conflictual durante la fase activa de
conflicto) y que puede ser visto con una TAC simple.

Vemos cómo las tres primeras visiones armonizan muy bien. Incluso sus
planteamientos son muy parecidos, como podemos ver si leemos otra vez el siguiente
fragmento de Dahlke: “…grito de auxilio de una parte ya estrangulada (angina de
pecho); rigidez como condición previa; atasco en el flujo de los sentimientos…
Inhibición a la hora de formular las necesidades psíquicas;… el infarto como irrupción
de los sentimientos…; amabilidad forzada, rigidez; miedo a ser lesionado; incapacidad
de relajación profunda” (1999, p. 252). Con estos enfoques es claro que el síntoma
está indicando que tenemos el conflicto psicológico “vivo”, que la fuerza vital está
muy perturbada y que se está acercando nuestro fin por transgredir la holonomía. Por
ello al paciente se le dice que mire dentro de sí para que vea la trama conflictual, la
comprenda y la disuelva, sanándose así el corazón y reinsertándose otra vez en el
ritmo del holomovimiento (Lasprilla, E. 2006).

Pero con Hamer se torna evidente que el paciente ya no tiene nada que buscar dentro
de sí, pues aproximadamente hace 3 semanas que resolvió el conflicto. El infarto es un
aviso doloroso de que estuvo, pero ya no está, conflictuado y que está entrando en la

19
Leyder Lasprilla

segunda subfase vagotónica (fase pcl. B), por lo que está próxima la aparición de la
normotonía44.

2. Asma bronquial:

 Según Dahlke, el asma es la manifestación de varios factores, entre los cuales


tenemos: desequilibro entre el tomar y el dar (se toma más de lo que se debe y puede),
egoísmo -que lleva ahogarse con el propio aire-, temor a admitir ciertos aspectos de la
vida, afán de cerrarse hasta la muerte (pues el asma puede provocar asfixia), deseo de
“aislarse de lo vivo” (Dahlke y Dethlefsen, 1983, p. 51), avidez de poder no asumida,
agresividad y soberbia, “sed de amor” (D. y D., 1983, p. 52) y deseo de pureza
acompañado del afán por alejarse de todo lo carnal e impuro.
 La Homeopatía de Tercer Nivel ve una clara psycosis embozada en la materialización
disfuncional de la perturbación de la fuerza vital provocada por un intenso egoísmo.
 Con el holoparadigma vemos, otra vez, el resultado de ir en contra de la marcha de la
Creación y la mentira en que vivimos aflorando como síntoma.
 Gracias a Hamer, hoy sabemos que el asma bronquial es la fase postconflictolítica de
un conflicto biológico de ‘amenaza en el territorio con un matiz motor’. “El conflicto
que está ligado al bronquio es siempre uno de miedo en el territorio. El miedo
territorial puede ser experimentado en dos formas: como un conflicto motor o un
conflicto sensorial. El miedo territorial sensorial se manifiesta durante la fase de
curación como neumonía y como una lisis neumónica en la crisis epileptoide. El asma
involucra al musculatura bronquial la cual responde a un conflicto de miedo territorial
motor, por ejemplo, no ser capaz de moverse o maniobrar” (Hamer, 2000, p.2).

¡Imaginemos cómo se siente un paciente asmático al que le dicen que por dentro lleva
todo cuanto Dahlke dice y que como no es consciente de eso por eso el asma se lo
intenta mostrar! Además, sumémosle el hecho de que lo haremos sentir como un
transgresor del orden kósmico y que el Absoluto ya ha iniciado el plan para borrarlo
del mapa, cuando lo único que sucede es que el cuerpo está reparando la ulceración
que se produjo, durante la fase activa del conflicto, en los bronquios.

3. Aftas bucales:

 De acuerdo con Dahlke las aftas bucales son el resultado de “conflictos inofensivos
pero muy dolorosos en el área del gusto; el disfrute oral se convierte en un
procedimiento doloroso; compromisos desagradables con respecto a la pureza y
salubridad de los alimentos; a menudo en los niños: excesiva suciedad en la boca”
(2006, p. 89).

44
La normotonía que llega después de la postconflictólisis siempre es superior a la que tenía el sujeto antes del
conflicto, pues ahora su psique, su encéfalo y su organismo están más preparados para enfrentar el retorno del
mismo.

20
Leyder Lasprilla

 A la luz de la homeopatía de tercer nivel, vemos una leve perturbación de la fuerza


vital marcada por un miasma syphylítico que ulcera partes de la mucosa bucal
impidiendo una agradable ingesta de alimentos.
 Con el enfoque holoparadigmático, podemos ver las primeras señales sintomatológicas
de que hemos comenzado a fallar respecto del plan holonómico; que estamos entrando
en la insinceridad; que ya se ha puesto en marcha el plan kósmico que más adelante
nos pondrá entre la espada y la pared (Lasprilla, 2006).
 En la Nueva Medicina Germánica se sabe que las aftas son la fase postconflictolítica
de un conflicto biológico de “no poder atrapar el bocado”, “no poder conseguir el
objetivo” o “no poder expulsar el bocado”. Durante la fase activa se produce un
incremento celular plano en la submucosa bucal que ipso facto no es ostensible. Luego
de la conflictólisis, micobacterias llegan a degradar mediante necrosis caseificante
dicha proliferación, es este proceso el que termina reventando la mucosa superficial de
la boca (cuyo origen es ectodérmico) produciéndose el conocido ardor de las aftas
(Critical Thinker, 2008).

Otra vez vemos como Dahlke y demás, nos inducen a buscar conflictos que realmente
no están en nosotros. Todo ya se resolvió y el cuerpo se está reparando.

4. Hipertiroidismo:

 Desde la óptica dahlkiana se observa lo siguiente: “Plano de los síntomas: proyección


de los glóbulos oculares (exoftalmía). Todo el iris resulta visible y confiere a los ojos
una expresión ávida, como si quisieran salirse de sus órbitas; ojos espantados, como si
hubieran visto el horror de los horrores; el bocio (cuello grueso) revela el tema: no se
consigue lo suficiente; pulso rápido y latidos también rápidos: excitación, miedo,
huida; intranquilidad y excitabilidad: consumirse por algo; temblores: temor vital
general; la frecuente caída del cabello muestra el sacrificio de la libertad, fuerza y
radiación” (Dahlke, 2006, p.109).
 Desde la Homeopatía de Tercer Nivel, vemos una franca psycosis tiñendo la
perturbación de la fuerza vital que incrementa el metabolismo celular.
 Con el holoparadigma leemos el precio que se está pagando por no asumir el temor
vital y las propias emociones respecto de una situación.
 Con Hamer observamos la fase activa de un conflicto biológico de “no poder
conseguir la presa por no ser el individuo lo suficientemente rápido” (Hamer, 1994, p.
120) o “no ser lo suficientemente rápido para conseguir el objetivo”. Durante esta fase
hay proliferación celular en tiroideas con el fin de incrementar la producción de
hormonas para que el sujeto tenga más energía y se haga más fuerte y rápido.

En este punto es menester aclarar que tanto Hamer como Dahlke concuerdan en que
hay un conflicto vigente. Sin embargo, se diferencian por el tipo de conflicto al que
hacen alusión y a la misión de la enfermedad: para Dahlke el hipertiroidismo está

21
Leyder Lasprilla

mostrando lo que no hemos querido ver en nosotros mismos (conflicto psicológico),


en tanto que para Hamer, está ayudando a la psique a resolver su S.D.H. (conflicto
biológico).

Por otra parte, por la cercanía que he tenido con sujetos que han padecido esta
“enfermedad” (SBS), no descarto lo que dice Dahlke, aunque le doy una ubicación
diferente: eso puede acompañar al conflicto biológico, pero no es el desencadenante de
la proliferación celular. Aquí Hamer es nuclear y Dahlke, periférico.

5. Cáncer de hígado:

 Veamos qué nos dice Dahlke: “Plano de los síntomas: degeneración en el área de la
filosofía de la vida, de la religión, de las cuestiones relativas al sentido de la vida o en
el área de las valoraciones. Crecimiento proliferativo salvaje y despiadado en el nivel
corporal: profundo conflicto relacionado con el sentido de la vida, del que es
inconsciente el afectado o al que le parece irresoluble; haberse separado tanto de las
vías originarias del desarrollo, la visión del mundo, la espiritualidad, el sentido de la
vida y el objetivo en la vida, que el cuerpo ayuda a expresar el tema (olvidado/
reprimido); el crecimiento psíquico en esta área temática estaba tan bloqueado que se
abre camino en el cuerpo de un modo desordenado y agresivo; el cáncer materializa
ahora físicamente lo que sería necesario psíquicamente en la correspondiente área de
la consciencia; destrucción agresiva de las células hepáticas con el peligro de que cese
el funcionamiento del hígado…” (2006, p. 121).
 Desde la Homeopatía de Tercer Nivel, observamos un miasma psycótico permeando la
perturbación de la fuerza vital manifestada en hígado.
 Holoparadigmáticamente vemos un costo elevado que debe pagarse por habernos
salido totalmente de los lineamientos kósmicos y sepultado en el inconsciente toda
nuestra trama conflictiva.
 Con Hamer un adenocarcinoma hepático indica la fase activa de un conflicto biológico
de “temor a morir de hambre” o de “carencia material” que durante la fase
postconflictolítica será degrado por micobacterias en una tuberculosis.

Cuando Dahlke dice: 1) “crecimiento proliferativo salvaje y despiadado en el nivel


corporal…” y 2) “el crecimiento psíquico en esta área temática estaba tan bloqueado
que se abre camino en el cuerpo de un modo desordenado y agresivo; el cáncer
materializa ahora físicamente lo que sería necesario psíquicamente en la
correspondiente área de la consciencia; destrucción agresiva de las células
hepáticas…” revela que ignora por completo el quinto hábito kósmico hameriano: el
sentido de todo Programa Biológico Sensato y Especial. La proliferación celular no es
salvaje y desordenada, está totalmente regulada desde el tronco encefálico y tiene
como finalidad optimizar la funcionalidad del órgano para ayudar al sujeto a resolver
su conflicto.

22
Leyder Lasprilla

Por otra parte, la proliferación celular no es la afloración del tema


“reprimido/olvidado”, pues en la inmensa mayoría de los casos Hamer ha puesto de
manifiesto que el sujeto sabe de su conflicto, por eso lo piensa todo el tiempo y evita
contarlo a la gente (vivirlo en aislamiento). Y mucho menos es un plan kósmico
fulminante por ser tan intrascendetes. La intrascendencia puede ser un factor que
prepare el terreno para dicho conflicto, pero per se no es el desencadénate del cáncer.

6. SIDA:

 En la pág. 3 expuse lo que Dahlke y Dethlefsen ven en el sidoso.


 Con la Homeopatía de Tercer Nivel podemos ver una violentísima perturbación de la
fuerza vital acompañada de una franca perversión -e incluso simultaneidad
miasmática- que termina en la mayoría de los casos con la muerte del enfermo.
 Desde la visión holoparadigmática, es una clara expresión de que hemos perdido
totalmente el norte kósmico prefiriendo al cuerpo y sus placeres por encima de
cualquier otra cosa, siendo el SIDA un plan kósmico fulminante que lleva rápidamente
a la muerte.
 Siguiendo a Hamer, decimos que el SIDA es un conglomerado de conflictos
biológicos, que muchas veces la persona activa y desactiva a distiempo, entre los que
podemos encontrar: a) conflicto de desvalorización –que puede generar necrosis en
ganglios linfáticos (si es leve) u osteolisis (si es fuerte) e inmunodepresión en fase Ca.
y linfomas o leucemia (respectivamente para las dos primeras) durante la fase pcl.-; b)
conflicto de separación –que durante la fase pcl. produce afecciones cutáneas (como
pápulas, máculas, etc.) y grandes edemas perifocales en el encéfalo-; c) conflicto de
sentirse manchado física y moralmente –lo que produce melanomas en fase Ca. y si se
combina con el conflicto de separación, engendra un sarcoma de Kaposi-; d) conflicto
de temor a la muerte en balance –lo que da lugar, cada vez que hay conflictólisis, a
infecciones por hongos (como candida albicans, por ejemplo) y micobacterias (bacilos
de Koch) durante la vagotonía-; e) conflicto de amenaza territorial –lo que en fase Ca.
ulcera bronquios y en fase pcl. puede dar origen a neumonías, asmas o infecciones por
neumococo-; y, f) conflictos de frustración sexual –que en mujeres, de acuerdo con su
estado hormonal, durante la fase activa puede manifestarse como ulceración del cérvix
y durante la fase pcl., como tumoración en la misma zona.

Si a esto le agregamos la agresiva y destructiva medicación alopática45 y que por la


debilidad del organismo ante tanto conflicto los microorganismos no pueden ser
correctamente regulados por el sistema nervioso, vemos por qué es tan peligroso para

45
Por ejemplo la lamivudina y la zidovudina que son medicamentos usados para tratar el SIDA, como efectos
colaterales producen miopatías graves (dolor y debilidad muscular) y anemias junto con granulocitopenias, por
destruir la médula ósea (lo que en fase de reparación desencadena leucemias).

23
Leyder Lasprilla

la vida este conjunto de Programas Biológicos Sensatos y Especiales, aun cuando en


principio sean beneficiosos.

Tercera parte

Integración final

La causación descendente que va desde el pecado original hasta la psora terciaria, la


inautenticidad o insinceridad plateadas por Dahlke (alienación del sujeto) y la transgresión
constante de la holonomía como causantes per se de las “enfermedades”, a luz de la NMG
quedan como el terreno que prepara o incrementa la probabilidad de que tengamos uno o más
conflictos biológicos46, pues nadie, que yo conozca, estará en condiciones de comprender las
contingencias de la vida si no trabaja internamente en su trasnformación para ir alcanzando
los niveles de crecimiento, en cada una de las líneas de desarrollo (Wilber, 2005), pertinentes
para ello e ir, al mismo tiempo, comprendiendo la dinámica su pecado. Esta es la razón por la
cual, entre otras cosas, las personas de más bajo nivel de consciencia casi siempre “enferman”
más: como sus niveles de comprensión son tan bajos, viven ahogándose en “vasos de agua”.
A mayor nivel de desarrollo, mayor comprensión y por ello, menor probabilidad de
“enfermar” (activar el hábito kósmico biosférico)

Por otra parte, las manifestaciones de la syphylis y la pycosis elizaldianas en los


órganos y tejidos corporales quedan sujetas a los patrones profundos que siguen las capas
blastodérmicas embrionarias de donde estos derivan: como endodermo y paleomesodermo
hacen proliferación celular en fase Ca., es aquí donde se pone de manifiesto el miasma
psycótico, pero como en neomesodermo y ectodermo hay decremento celular (necrosis y
ulceración/pérdida funcional, respectivamente) lo que se materializa es el miasma syphylítico.
Además, es pertinente no tomar en cuenta como manifestaciones orgánicas de los miasmas, la
perturbación de la fuerza vital, la insinceridad y la salida del plan holonómico a los síntomas
postconflictolíticos –como migrañas, gripas, infartos de miocardio, aftas bucales, cáncer
testicular etc.-, pues estos sólo indican reparación de lo que quedó después de haberse resuelto
el conflicto biológico.

Si a todo esto le agregamos los planteamientos de la termodinámica de los sistemas


biológicos (iniciada por E. Schrödinger y continuada por I. Prigogine, ambos ganadores del
premio nobel) podemos ver que durante la fase activa de conflicto hay gran exoneración de
neguentropía al medio externo (y poca recuperación de la misma) con escasa disipación de
entropía al mismo ( d e S ), por lo que crece el nivel de entropía interna ( d i S )47. Esto se
constata en el hecho de que el sujeto gasta mucha exergía buscando una solución al conflicto
(simpaticotonía de larga duración), no duerme casi y pierde apetito (ya que con el estómago

46
Y como dice Hamer: “el disparador de lo que comúnmente llamamos enfermedad es siempre un conflicto
biológico…” (2000, p. 1)
47
Y tanto más rápido es este proceso cuanto mayor sea la masa conflictual del S.D.H.

24
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lleno es muy difícil moverse bien). Así, cuando la entropía interna alcanza su máximo nivel –
haciéndose cero la exergía y la neguentropía- el sujeto muere. Recordemos las palabras de
Hamer: “El paciente termina por morir de caquexia, de agotamiento total, porque desde hace
meses sólo vive en estado de estrés, insomne e inapetente, no digiere y pierde peso. El
conjunto del metabolismo se ha bloqueado por estar el organismo en función de vencer el
conflicto. Cuanto más tiempo dedica a su adversario, más se arruina. Así de simple” (1994,
p.14).

Y durante la fase postconflictolítica se da todo lo contrario: se incrementa la


disipación de entropía al medio externo ( d e S ), disminuyéndose así los niveles de entropía
interna ( d i S ), al mismo tiempo que el organismo se nutre de la neguentropía del medio.
Recordemos las palabras de Caroline Markolin: “El sistema nervioso autónomo cambia
instantáneamente a vagotonía de larga duración con fatiga pero buen apetito” (2008, p. 10).
Además, hay una gran necesidad de descanso48.

Para finalizar me gustaría recalcar el hecho de que las entidades nosológicas no son
desordenes materializados ni mucho menos errores de la naturaleza (como piensan los
alópatas, con la soberbia de querer encontrar errores ella). Son patrones profundos (P. B S. E.,
a decir de Hamer) que la biosfera actualizó y estabilizó como hábitos kósmicos –en su
heterogeneidad térmica, química y barométrica- para poder dar solución a una, ahora sí,
perturbación o desorden psíquico llamado conflicto biológico49. Por esta razón planteo que el
medicamento homeopático llamado simillimum al impactar la biosfera tranquilizándola, en la
fase activa detiene el P.B.S. E. y en la fase postconflictolítica, acelera la reparación del cuerpo
y el encéfalo. Lo mismo hace el identicum pero con un plus de profundidad: pone en la
latencia a la psora primaria marcando una ataraxia psico-afectiva mucho mayor y más
duradera50.

El hecho de que el medicamento pueda actuar beneficiosamente durante la fase


postconflictolítica, indica que la explicación de la curación como un fenómeno por anulación
ondicular no es del todo valida, pues aquí no aplica. Como es fase resolutiva no hay
“ondículas patológicas” que estén perturbando al cuerpo desde la biosfera, sino que por el
contrario llega información de sanación para restaurar el organismo. Luego, no hay
interferencia destructiva entre “ondícula patológica” y “ondícula medicamentosa” sino

48
Como la crisis epileptoide/epiléptica es un empujón simpático tónico de limpieza, entrópicamente sucede lo
mismo que en la fase Ca. Pero una vez cumplido el propósito, cesa, volviendo a darse la recuperación de
exergía característica de la fase postconflictolítica en general.
49
Caroline Markolin nos dice: “Basado en nuestro conocimiento de la evolución del hombre, el Dr. Hamer
descubrió que estas respuestas fueron programadas en nuestro cerebro como resultado de un proceso de
adaptación biológica que tomó millones de años. Debido a que cada ser humano nace con estos antiguos
programas, la Nueva Medicina Germánica se refiere a ellos como “Programas Biológicos Significativos
Especiales de la Naturaleza”, en clara oposición al término “enfermedad”, que implica desorden y
malfuncionamiento del organismo” (2008, p.1).
50
Los similares u organotrópicos pueden acelerar, aunque mucho menos, la fase postconflictolítica. Así, al
tomar bórax o acidum nitricum, a la 30ch, para una afta de poco tamaño en la boca vemos como esta se cura
más rápido que si dejamos al cuerpo hacer el trabajo solo.

25
Leyder Lasprilla

aceleración del proceso de reparación. El medicamento va en la misma dirección en la que va


la vis medicatrix naturae.

Y en lo tocante a la fase activa, lo que mi padre ve como “ondícula patológica” (que


comporta desorden o alteración), no es tanto una información de desorden que llega al cuerpo,
perturbándolo negativamente, desde la biosfera sino, una información ordenada que dispara
en el sistema nervioso, y luego en órgano correspondiente, el P.B.S.E. con el que el
organismo va a ayudar a la psique. Esta visión, como ya había dicho, es muy afin a la
definición holoparadigmática de reacción vital, por lo que podemos decir que durante la fase
activa el medicamento neutraliza la reacción vital (que es lo mismo que P.S.B.E) poniendo en
buen estado, otra vez, a la fuerza vital51.

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51
Debe quedar claro que ninguna medicina eleva el nivel de consciencia del enfermo. Sólo la solución del
conflicto mediante la comprensión del mismo puede hacerlo. Si la solución es externa usted seguirá siendo el
mismo, pero si es interna no.

26
Leyder Lasprilla

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