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Vicente E Caballo
University of Granada
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Factores de riesgo y predictores psicosociales y neuropsicológicos asociados a la conducta suicida en estudiantes universitarios entre 16 a 25 años en las ciudades de
Manizales y Medellín View project
All content following this page was uploaded by Vicente E Caballo on 08 March 2014.
EVALUACIOI{
CONDUCTTJAT
Director:
José A. Fo¡taa Méndez
Catedrático dc Psicologla Diferencial .
en Ia Univcrsidad Complutcr¡se dc Madrid
TERCERA EDICIÓN
@ Roclo Fernández-Ballesleros
José Antonio I. Carrobles
EDTCIoNES P|RAMIDE, S. A.; t987
Don Ramón de la Cruz, 67 - 2tdol Madrid
Depósito legal: M. 32.il4-t9E6
ISBN: El-36E-03361
Printed in Spain
lmprime: Anzos, S. A. - Fuenlab'¡ada (Madrid)
i.
lndice 17
1. lntroducción
I
&
¡
;¡-
I
2.1. Definiciones
<<Es la conducta que permite a una persona actuar en base a sus intere-
ses más importantes, defenderse sin ansiedad inapropiada, expresar có-
modamente sentimientos honestos o ejercer' sus derechos personales sin
negar los derechos de los demas» (Alberti y Emmons, 1982' pág. 3).
«Es la capacidad de expresar interpersonalmente sentimientos positi-
vos y negativos sin que dé como resultado una pérdida de reforzamiento
social» (Hersen y Bellack, 1977,pá9.512). ,
,4
.&
2.2. DiJrensiones
Laconductasocialmentehabilidosaessituacionalmenteespecífica.Diferentes
un individuo no es <<habilidoso»» o «no
situaciones requieren conductas diferentes.
o lo es en situaciones determinadas' Una
bien ante el público, mientras tiene pro-
ivos hacia su mujer. Rudy, Merluzzi y
assi y Fulkerson (1984), señalan que
ductá nabilidosa implica la especiflca'
conductual (tipo de Hs), una
ción de tres componentes de la HS, una dimensiÓn
qri*,íene y una dimensión situacional (el coñ-
dimensión a. prrroni, iái lugar)
::,1il:x11'r:;'J,::l'i:3:ffi ,'.ix'(.l:
ballo, 1983b):
Estas dimensiones conductuales coinciden muy de cerca con ias obtenidas por
Furnham y Henderson (1934) al examinar cinco de los cuestionarios sobre aserti-
vidad/HHSS más utilizados.
Por otra parte, la conducta socialmente habilidosa tiene lugar eri un contexto
interpersonal, es decir, va dirigida hacia otra persona. Nos encontramos, por con-
siguiente, con una dimensión de personas. Galassi y Galassi (1977a) pioponen
la siguiente categorización de personas: l) amigos del mismo seio; 2) amigts del
sexo opuesto; 3) relaciones íntimas; 4) padres, cuñados, suegros y otros miembros
de la familia; 5) niños; 6) figuras con autoridad, por ejemplo, jefes, profesores,
médicos; 7) contactos de negocios, por ejemplo, ueñdrdór.r, .u."r.ror, y g) com-
No hay datos definitivos sobre cómo y cuándo se aprenden las HHSS, pero la
niñez es sin duda un período critico. Al igual que otras capacidades, es probable
que dependan de la maduración y de las experiencias de aprendizaje (Argyle, 1969).
Bellack y Morrison (1982) piensan que la explicación más probaple para este tem-
prano aprendizaje de la conducta social la ofrece la teoría del aprendizaje social.
El factor más crítico parece ser el modelado. Los niños observan a sus padres
interactuar con ellos, así como con otras personas y aprenden su estilo. Tanto las
conductas verbales como las no verbales pueden aprenderse de espa manera. La en-
señanza directa es otro vehiculo importante para el aprendizaje. Dichos como: «Di
,lo siento)», «No hables con la bbca llena»>, etc., moldean la conducta social. Tam.
bién las respuestas sociales pueden ser reforzodas o castigadas,t lo que hace que
aumenten y se pulan ciertas conductas, y disminuyan o desaparezcan otras. Ade-
más, la oportunidad de practicar la canducta en una serie de siquaciones y el des-
arrollo de las copacidades cognitivas son otros de los procedimiéntos que pueden
estar implicados en la adquisición de las HHSS (Trower, Bryant y Argyle, l97g).
El peso del funcionamiento social defectuoso en la edad adulta (o las alabanzas
por la buena HS) no depende enteramente de los padres. «Los iguales son impor-
tantes modelos y fuentes de reforzamiento especialmente durante la adolescencia.
Las costumbres sociales, modas y estilos de vestir, y el lenguaj,e, cambian todos
4&i
4*!
ffi Evaluación conductual
i.li
!s;
perso
Bandura (1978) ha alegado que la
que tienen que
variables fimdamentales
Y P esante el mo'delo de McFall
(lgalasconcepcionesprácticas1985b)'
de lo'
ii::
Historia Motivación'
pasada Objetivos Tarea
'&i
*
ffi Evotuación Entrenomiento
Técnicas de reestructuración cog' .¡*
Reccpción. , nitiva.
Percepción. i
Entrenamiento en habilidades
Intopretación. r sociales.
Modificación de actitudes'
Entrenamiento en habilidades de
Definir derechos, resPonsabili- resolución de Problemas.
áaáis y objaivos a corto Y largo
Entrenamiento en habilidades so' ;t§
Entrenamiento en habilidado
Habilidodes de codificación
sociales.
Eiccución. Práctica en vivo.
Ñto-observación. Técnicas de autocontrol.
FiguralE.l._Modetoder,abitia"¿.,socialesde.McFall(1982),adrptadoalasnecesidadesdelaeva.
luación Y el entrenamiento'
j
ral de la Hs de una persona- y que la estimación más valida y flable del verdade-
ro nivel de competencia de ese individuo es el nivel medio de HS evidenciado a tra-
vés de todos los items.
Hemos revisado una serie de instrumentos frecuentemente empleados en la in-
vestigación sobre las HHSS. Expondremos en detalle algunos de ellos, atendiendo
no ,5lo a su difusión, sino también a su utilidad. Otros serán únicamente enume-
rados. Describiremos, en primer lugar, las escalas diseñadas para medir HHSS
(muchas de las cuales se désarrollaron en base al tema de la «asertividad»), luego
u"r.¡¡o, algunos inventarios que evalúan ansiedad social (un constructo relaciona-
do a menudo con la falta de HS), y, finalmente, consideraremos algunos cues-
tionarios cognitivos útiles en el terreno de la competencia social: Tocaremos tam-
bién breveminte algunas otras técnicas cognitivas que pueden sérvirnos para una
evaluación más comprensiva del campo en que nos hallamos inmersos.
CUADRO 18.I
I
t' 2
Escala de outoexpresión universiloria
El siguiente inventario ha sido diseñado para obtener información sobre la forma como te expresas.
Por favor, contesta a las preguntas poniendo una X en la casilla apropiada, de 0 a 4, según tu propia
elección:
0: Casi siempre o siempre.
l:Habitualmente.
2: Algunas veces.
3: Raramente.
4: Nunca o muy raramente.
Responde aparte en la hoja de rsspuestas. Tu contestación debe reflejar cómo le comportas normal-
mente en esas situaciones
te critican, ¿les dirías.a tus padres que no estás de acuerdo con ellos y les
hablarías de
las virtudes de tu amigo(a)?r
11. ¿Te es dificil pedir a un(a) amigo(a) que te haga un favor? r
15. Si en un restaurante te sirven comida que no eitá a tu gusto,
¿te quejas de ello al ca_
marero?.
16' Si tu cornpañero(a) de habitación se come sin tu permiso la comida que sabe que
has
guardado, ¿eres capaz de expresarle tu disgusto?.
17
' Si un vendedor se ha tomado una molestiá considerable en enseñarte una
mercancía
que no te acaba de satisfacer, ¿te es dificil decirle que «no»?
|
a persona?
ti' ¿llamas
su atención al respecto?.
36, Si estás particularmente contento por la buena suerte de alguien,
¿lr"r.upu, de decír-
selo a esa persona?.
37. ¿Dudarias en pedir a un(a) buen(a) amigo(a) que te prestase algún dinero?
38. si_una persona se mete contigo hasta un punto en que ya no resulta
divertido, ¿te es
dificil expresarle ru ifastidio?
39. Si llegas tarde a una re_unión, ¿te quedarías en pie en vez de ir a un asiento de la prime-
fila que supondria llamar la atención de forma algo notable?
4. Si tu pareja te [ama por teléfono el sábado por h nóche, quince minutos antes de la
.)§
.il
*4 Evaluación conductual
hora en que os debías encontrar, y te dice que tiene que estudiar para un examen im-
portanté y que no puede acudir, ¿le expresarias tu fastidio?'
41. Si alguien está golpeando insistentemente con el pie el respaldo de tu asiento en un
cine, ¿le pedirlas que se estuviera quieto?'
42. Si alguipn te interrumpe en medio de una importante conversación, ¿le pides que espere
hasta qüe tú hayas acabado?*
43. ¿Intervienes o expresas espontáneamente opiniones enr las discusiones de clase?r
4. ¿Te cuesta hablar con un conocido atractivo del sexo opuesto?
45. Si vivieras en un piso y el dueño no hubiera hecho ciertas reparaciones necesarias des-
pués de haberlo prometido, ¿insistirlas sobre ello?t
46. Si tus fladres quieren que estés en casa a una determinada hora que tú piensas que es
demasiado temprano y poco razonable por su parte, ¿intentas discütirlo o negociarlo
con ellós?+
47. ¿Te es dificil defender tus derechos?
48. Si un(a) amigo(a) te critica injustificadamente, ¿expre§as tu enojo espontánea y fácil-
mente?l
49. ¿Expre§as tus sentimientos a los demás?'
50. ¿Evitas hacer preguntas en clase por miedo o timidez?
Se invierte la puntuación.
t'
Adaptación de la escala original The College Self Expression Scale (CSES) de Galassi, Delo, Ga-
lassi y Pastien, aparecida e¡ Behovior Theropy, 1974,5,165-17l' Copyright @ 1974 by Acadernic
Press, Inc. Reproducida con permiso,
2 Adaptación reatizada por V. E. Caballo y J..A' l. Carrobles.
Esta esdala nos parece la más apropiada cuando el objetivo de evaluación sea la
población universitaria o los últimos cursos de enseñanza media. Mide una gran
variedad de conductas específicas, incluida la expresión de sentimientos positivos
(algo que no hace el RAS) y es fácil de rellenar (al contrario de lo que sucede con
el AI de Cambrill y Richey). En el cuadro l8.l prese¡tamos la traducción y adap-
tación de esta escala al castellano, gracias a la amabilidad de los autores, que nos
han permitido-su inclusión en este libro. Para su evaluación, la escala utiliza una
«hoja de respuistas» aparté, donde el sujeto contesta al cuestionario. En la correc-
ción, los ítems que se invierten pasan de una puntuación 4 a 0 y viceversa, de 3 a I
y viceversa, dejando el 2 invariable. En el cuadro 18.2 presentamos algunos datos
obtenidos con esta escala en muestras españolas. lgualmente, en este mismo cua-
dro hemos,recogido también diversos resultados conseguidos con diferentes inven'
tarios en rnuestras norteamericanas.
.*.
CUADRO 18.2 i
R/S
Chandler et al. (1979) Universitarios +11,57 (23,30) +2,07 (24,17)
Furnham et al. (1981) Adultos +12,52 (26,52) -0,44 (24,51)
Galassi et al. (1990) . Universitarios (22,35)
Nevid et aI. (1978) Universitarios +11,60 -4,70
+7,10
CSE§
Caballo (1983b). Universita¡ios 126,57 (15,68) 129,34 (17,50)
Caballo (1985). c.o.u. 125,71 (22,49) t25,97 (tg,t4)
Caballo (1985)r 3.o B.U.P. 126,50 Qg,n)
Caballo (1985).
117,22 Q0,ll)
Universitarios u6,82 (14,E9) t20,56 (m,56)
Galassi et al. (194) Universitarios 121,97 (14;.12) ll7,9l (16,01)
Galassi et al. (1979) Universitarios t27,q (?n,&) t22,79 (20,99)
Kirschner et al. (1983) Universitarios 128,6t (22,16)
./4SES
Gay et al. (1975) Adultos 118,56 (18,57) ll4,7g (21,»)
AI(probabilidad de respuesla)
at
Cambrill et aI. (1975) UniversitariosL 104,85 (16,46) 103,n Q5,27)
,
Gambrill et al. (1975) Universita¡ios 103,69.(15,50) 103,69 (17,50)
AI (grado de malestar)
Gambrill et al. (1975) Universita¡ios 94,38 (lg,4g) 96,34 (20,2t)
Gambrill et al. (1975) Universitarios n,28 (22,M) 94,67 Q1,67)
,i
SPSS (general)
Lowe et al. (1978) Universitarios 277,70 (32,50)
I
298,00 (28,¿10)
SPSS (parte A)
Lowe (1985) Universitarios 137,t0 (22,70) 143,70 (21,90)
Lowe et al. (1978) Universitarios 135,10 (19,90) 144,20 (lg,g0)
SPSS (Wrte B)
Lowe et al. (1978) Universitarios 142,60 (2,40) ¡ 153,80 (16,¿tO)
SAD
Caballo (1985) Universita¡ios 11,27 , 10,51 (6,77)
(7,60)
Caballo (1985). c.o.u. 8,28 (5,29) g,3g (5,57)
Lowe et al. (1978) Universita¡ios 7,59 (7,27) , 7,10 (6,99)
FNE
Caballo (1985). c.o.u. t6,lg (6,13) 17,?i (6,U)
Caballo (1985). Universitarios 15,73 (8,40) 19,74 (6,29)
r Muestras españolas,
I
a' QU
nudo
Tlot
* **rr1rn conductual
l
Esta escala no sólo mide ansiedad, sino también evitación de situaciones socia-
les, por lo que la puntuación total no refleja exclusivamente ansiedad social. Cons-
ta de 28 items que se contestan «verdgdero»» o «falso»». A mayor puntuación, ma-
yor es la cantidad de situaciones sociales en las gue ellsujeto experimenta ansiedad.
Nosotros hemos encontrado, no obstante, que las situaciones que se plantean en
este cuestionario son muy poco especificas y que permiten muy pocas opciones de
respuesta. Este formato nos parece muy poco útil y con cierta frecuencia ha sido
modificado en la literatura conductual para incluir un rango de contestacíones más
amplio (de, una a cinco, por ejemplo). Se puede encontrar una versión en castella-
no de la SAD en el libró de Giródo (1980).
Son dos escalas de l5 y 12 ítems, respectivamentel cada uno de los cuales puede
puntuarse de uno a cinco, dependiendo del grado en que esa conducta sea caracte-
rlstica del,sujeto. La «Escala de ansiedad de interacción» mide básicamente an-
siedad intérpársonal, mientras que la «Escala de ansildad ante una audiencia» eva-
lúa la ansiedad de hablar en público. La fiabilidad test-retest ha sido de 0,89 para
la primera y de 0,84 para'la segunda. La consistencia interna fue de 0,89 y 0,91,
respectivamente. Se ha encontrado, además, una cierta correlación entre las dos
escalas (0j#), lo que supone que las dos escalas no son independientes, debido,
probableniente, a que una serie de variables como el miedo a la evaluación negati-
va, la auto-estima, etc., están asociadas con la ansiedad social en todos los tipos de
encuentros sociales (Leary, 1983b).
Algunas dtras escalas de ansiedad social se encuentran enumeradas en el cua-
dro 18.3.1
Esta escala de 30 items mide el grado en que la gente experimenta temor ante la
posibilidad de recibir evaluciones negativas por parte de los demás. Tiene el mismo
formato que ta escata sAD vista anteriormente. una puntuación alta indica un ele-
vado temor a ser evaluado negativamente por otras personas. La investigación ha
mostrado que las puntuaciones de la FNE están muy relacionadas con la motiva-
ción a bus6ar la aprobación y evitar la desaprobación de los demás (Leary, 1983c).
La fiabilidad test-retest encontrada ha sido de 0,78 y la consistencia interna de 0,94.
Atgunosauto-inform*r,:::7H^)!l^o,,,o"rentalvotuoción
de los habitidades sociales
Becker (1980)
Lor y Mci.re (1980)
Lorr y M¡1hilI (t982)
en la FNE y ha
Leary (1983a) ha seleccionado 12 ítems de los
formado una escala reducida' El formato original
o <<falso» se ha
cambiado por u
(l: <<nad en mi» hasta 5:
correl iginal (r = 0'96)'
«muy caracteris {E
consistencia tllttlu de 0'90' Se puede
siendo la ñabili
n el libro de Girodo (1980)'
;."rltrir;ñ
l
(ASST' Asserliveness
2. «Test de autoverbalizaciones asertivas»»
ii-Stot"^rnt Tesi, Schwartz y Gottman' 1976)
LaASSTsediseñóparaseradministradainmediatamentedespuésdequelos
(SISST, Social.
1.
J' «tTesr de autoverbqlizaciones en lo interocción sociol»>
Biever v Larsen' le82)
)i;;;r;;;;';,'i:;;;*^'it rest' Glass' Merluzzi'
i\
positivas y 15 negativas) y
El teit se compone de 30 items (15 verbalizaciones (facilita-
fue construido para r" ri*uincia de autoverbalizaciones positivas
"""lr"i texto de interacción heterosocial' Los su-
la frecuencia con que
no a cinco, según
és de una interacción con una Per'
obtenida ha sido de 0,73 Para los
sEumento
ado eleva-
Y la falta
(Cabailo, 1983b). (Se puede encontrar
anterior del ProPio autor.)
Cacioppo y Pe(ty (1981) señalan que las dos últimas formas son menos restric-
tivas que la primefa, ya que no se pide fiquen los efectos
cognitivos del estítnulo, pudiendo ser d los pensamientos
provocados por el estímulo de los que no tie¡npo empleado
para la anotación de pensamientos suele oscilar alrededor de los tresrminutos.
Un tercer tipo de métodos, similares a los anteriores, son los <<inétodos de re-
uzzi, l98l), de los cuales el más em-
con oyuda del vídeo»,. Este procedi-
to en una situación rpal o simulada
o luego a pdsar la grabacióá al individuo.
pidiéndole que recüerde los pensamientos (y/o sentimientos).experi{entados mien-
tras se encontraba en Ia situación original. I
'l
3.1.4. Algunos problemas de las medidas de auto-informe
Aunque no es nuestra intención profundizar sobre este tema, sí señalaremos al-
gunos de los problemas más importantes de los métodos de auto-informe emplea-
dos en el campo de las HHSS. 1
4. Examen de las relaciones entre las escalas y los tests tradicionales de per-
sonalidad.
57í2 Evaluación conductual
parahallar la validez de
Teniendo en cuenta las dificultades de estas estrategias
pasado por.alto t-t=" hasta que dis-
l"r ;;-i;fór*es ,oure las HHSS, hemos "tnf
que los auto-informes
;;;#;;;;,;; *sr;;t. Es práciso anotl' sin embargo'
CRI, el RAS, la CSES
que más apoyo n* r.iiUiáo i.ti..to a'su validez han sido el
o
' '"ttilrt; parte, las medidas de auro.-informe intentan avlriguar la conducta
sujeto en situaciones de la vida real'
peñsamiento a un individuo y se le pide que señale
"onnicionesldil
conducta o'ha tenido ese pensamiento' A veces se
rasgos de su personalidad'
conducta con la a. otr"r plroonas o que describa ciertos
Todoelloestásujetoadiversoserroresporpartedelquerellenaelauto.informe.
Algunos de ellos son los siguientes:
3.2. La entrevista
CUADRO I8.4
En I rev is t o d i rigida poro habi I idades sociales
Datos generales.
Nombre: .. Edad: .... Sexo:....1..
;;;;,;' : : : : : : : : RillTllli;;;,,' :::: :: :
os(as)? I
I
2. 1
que le es
¿Puede, sin áifrcuhaa, pedir favores a los dcrnás? ¿Hay situaciones en las
iruy ¿iicit pedir favores? ¿Qué piensa cuando va a pedir algo a alguien?. ¿Tienen nor-
mjmentcl¿iito sus peticiones? ¿Es capaz de resistir la presión de los demás para que s€
as? ¿Es capazde recfrazar peticiones poco
de superiores? ¿Qué piensa que sucederla
nables con eias personas? ¿Cómo negocia
lia? ¿Y con amigos(a$f ¿y en las relaciones
laborales? -1 i
sacio¡es con §u§ iguales? Grado de ansiedad antes de iniciar una conversación
(l-10).
¿Qué piensa cuando va a inicia¡ una conversación?
8.14.
¿eué
mismo sexo?
¿Y del tiene para us-
ted el
8.15. Expresión de opiniones.
¿Suele expresar sus opiniones? ¿Entienden los demás normalr¡lente lo que Ies quiere co-
municar?
9. Estimación subjetiva de su h)ubitidad sociol (I-r0). De
su ansiedod sociar (I_10).
10. cogniciones disfuncionata reracionodos con er
funcionamiento sociar.
ll. Conocimiento setcual, experiencias y lemores.
t2. situación de vida octuor con relerencio apeciol contacros
a sociales polenciales.
13. Descripción de un día lípico con rqferencia particaror
a confoctos sociares.
14. Empleo octuol y situación educativo.
15. Intereses y octividads de ocio ogrodables. i
p-..r.nt"d'o potlo*. (1985), donde, sobre una escala de frecuencias de cinco pun-
CUADRO I8.5
Empieza conversaciones xx
Escucha x
Expresasentimientospositivos X X X X
CUADRO 18.6
Conductas no verbales (cualitativas) - C;d" *li.;il;;;;
inapropiado
apropiado
I
7
L::
los
e como una estrategia útil de evaluación
3.4. El auto-registro
igual de difrcit obtener datos sobre la interacción social diaria de un individuo, ex-
(Be'
.,-.pto po, niedio de procedimientos de auto-informe altamente estructurados
llack y Morrison, 1982; Eisler' 1976).
El autorregistro se ha empleado de forma sistemática en la investigación de las
habilidades heterosociales (Arkowitz, 1977; Christensen, Arkowitz y Anderson,
y
l9?5; Galassi y Galassi, 1979a; Kolko y Milan, 1985; Lowe, 1985; Twentyman
McFall, lg7»:Los sujetos suelen registrar informaciones sobre las citas, las perso-
nas con las que interactuaron, quién inició el contacto social, la cantidad de tiem-
po que .rtrui.ron juntos y tareas realizadas en común, etc. (Lowe, 1985). Arko-
*itr'(tqgt) describé un ejemplo dg ¿rrlo-re$istro' en el caso de una mujer con pro-
blemas de relaciones sociales, que constaba de los siguientes apartados:
CUADRO l8;7
C.onductas L M x J v s D
Hacer cumplidos
Recibir cumplidos
Iniciar conversaciones
Mantener conversaciones
Hacer peticiones
Rechazar peticiones
Expresión de desagrado
Manejo de crlticas
t-
Expresión de opiniones
Hablar en público
CUADRO I8.8
Satisfacción
Hora y día con el
Ansiedad Pensa- ResDuesta resultado
en que Situación Conducta
ocurrió (l a l0) mientos Real deilos (l a l0).
demás Lo que te
gustaria
haber hecho
582, Evaluación conductual
las cogniciones que están pasando por su cabeza o que acaban de pasar. La des-
ventaja pri,ncipal de este método es que las muestras de pensamientos registrados
pueden no.ser de interés, por muy fiables que parezcan. Un método diferente es la
<<evaluación cognitiva en vivor» (Last, Barlow y O'Brien, 1985), donde el sujeto
lleva consigo un pequeño cassette, al que va unido un diminuto micrófono de sola-
pa, y en el que se registran los pensamientos que le ocurran al individuo antes,
durante (si es posible) o después de una interacción social. Por otra parte, Dryden
(1984) describe un formato de auto-registro para la identificación de ideas poco ra-
cionales, que puede ser interesante cuando sospechemos que esas ideas juegan un
papel importante en los problemas interpersonales del cliente.
Las amenazas más frecuentes a la validez del auto-registro son la no fiabilidad
y la reactividad (Bellack, 1979a: Bellack y Morrison, 1982). La no fiabilidad se
refiere a la inexactitud o inconsistencia de la observación o mantenimiento del re-
gistro, mientras que la reactividad se refiere a un cambio en la conducta objetivo
como función de la auto-observación. Con el tiempo, algunos clientes pueden «fa-
tigarse»» y dedicar menos atención al registro de la ocurrencia de una conducta o
pensamiento o de detalles de las interacciones sociales en vivo de lo que hacian en
las primeras fases del auto-registro. Esto puede dar como resultado el «perder»» cier-
tas interacciones que habían sido registradas previamente. Por otra parte, los clien-
tes pueden llegar también á ser más eficientes en el auto-registro de sucesos en vivo
críticos cuando adquieren más experiencia en este procedimiento, inflando el nú-
mero y la naturaleza de las anotaciones en sus registros conforme pasa el tiempo.
Además, ¡<la percepción alterada del cliente de las interacciones sociales o de su
propia actuación en esas interacciones es probable que acompañe al entrenamiento
en habilidades sociales, y.puede sesgar la precisión objetiva de los registros de la
conducta» (Kelly, 1982, pág. I l8). A pesar de estas limitaciones, el auto-registro es
un métodp de evaluación muy empleado, especialmente en los contextos clinicos.
3.5. Médidasconducttlales
Puesto qil t" HS se expresa por medio de respuestas manifiestas, la obser-
vación conductual sería la estrategia de evaluación más lógica. La evaluación
conductual se ha empleado en una gran parte de los trabajos sobre HHSS, tanto
de investigación como clinicos. En algunos de estos últimos se ha intentado que el
terapeuta observe la conducta del sujeto en situaciones reales, pero con frecuencia
esto es muy dificil, si no imposible. Por una parte, puede no haber mucho que
observar: la falta de HS implica generalmente una baja frecuencia de conducta ha-
bilidosa. Por otro lado, los efectos reactivos del observador podrian ser tan pode-
rosos como para socavar los posibles resultados. A causa de los problemas con la
observación directa en el contexto real, la evaluaciÓn conductual de las HHSS ha
confiado en buena manera en las interacciones simuladas. Estas pueden sufrir di-
versas variaciones. Las situaciones pueden presentarse por medio de un magnetó-
fono o ser representadas en vivo por un colaborador. Las pruebas de situaciones
discretos' exigen una única respuesta, mientras que las pruebas de interacción ex-
i
II
Evaluación de hs lpbitidades socrbles 5gS
o nos parecbñ
las evaluacio-
la utilidad de
las HHSS habrá de ser eptablecida por fu_
turas investigaciones.
Por gtta-p
.han empleado de observación conductual que se
de las HHS* ta,oUservaciOn=;; i;
vida real, tas y
eve lasñ;;;á; interacción extensa.
cafeteria a tomar café. Dürante cada una de estas "pausas para tomar café,,, un
tercer miembro del equipo que estaba sentado cerca observaba la interacción. En
aquel momento, el señor X no sabía que las pausas habían sido planificadas y que
estaba siendo observado»» (págj a3l).
No obstante, apenas si se hah dedicado esfuerzos para desarrollar instrumentos
o procedimientos de evaluación en vivo que no sean reactivos ni intrusivos. Se
hace nesaria más investigación en esta área.
También se han empleado a veces métodos naturolistos para evaluar las auto-
verbalizaciones espontáneas que emiten los individuos (Glass y Merluzzi, lggl).
Esta estrategia de evaluación cognitiva se ha empleado básicamente con niños en
lugares cerrados, donde s9 pugde tener Ia posibilidad de registrar las verbaliza-
ciones espontáneas de los niños al jugar con sus iguales e incluso con muñecos.
A causa de los problemas ericontrados en la evaluación de las HHSS por medio
de la observación en vivo, se han utilizado frecuentemente interaccionés simula-
das. Seguidamente describimos los dos formatos clásicos de estos procedimientos.
1968)
del habla, ceder a las peticiones, alabanza, aprecio, petición de nueva conducta y
conducta positiva espontánea. También se evaluaba la asertividad general. Este
(cest» ha sido probablemente la prueba de interacción breve más extensamente
empleada en Ia investigación de las HHSS.
Varios de los rasgos de estas pruebas las convierten en una estrategia atractiva.
Son baratas y fácileJ de emplear, y el formatd breve hace posible que se presenten
al sujeto muchas situaciones estimulared dife¡entes. De la misma manera' es sen-
cillo construir una serie de escenas que ]encajen con cada estudio o sujeto indivi-
llack et al., 1978, 1979a y b; Burkhart, Green y Harrison, 1979; Dickson et al.,
1984; Glasgow et al., 1980; Gorecki etial., l98la y b). Según Bellack, Hersen y
Lamparski (1979a), <<es ciertamente prabable que algunos piocedimientos de rol
play no son validos. Si algunos lo son, eslalgo que queda por demostrar» (pág. 341).
Igualmente, hay una serie de va¡iaciones en el breve formato de estas pruebas
que pueden afectar a la actuación del süjeto en la representación de papeles. Estas
variaciones pueden reflejarse en: I
I
il
5§ Evatuación conductual I
Una difereniia importante entre lás muestras reales y las de rol play, sobre la
que se ha hecho especial hincapié, se refiere a las consecuencias potenciales de las
respuestas del sújeto. En las pruebas de interacción breve, el sujeto sabe que las
consecuencias sociales son relativamente peco importantes, mientras que en las si-
tuaciones reales.las consecuencias podrían tener un impacto importante en el in-
diüduo. I
No obstante; se han hecho también estudios que han supuesto un cierto apoyo
para las prueba's de rol play como iepresentaciones válidas de la conducta real
(Biever y Merluzzi, l98l; Kern, l98l; Kolotkin y Wielkiwicz, l98l; St Lawrence,
Kirksey y Moore, 1983; Wessberg et dl., l98l). Pero el breve formato empleado en
las pruebas de rol play «puede §er demasiado restrictivo, no llegando a tocar mu-
chas conductas interactivas crlticas»» (Bellack, 1979a). Por ello las interacciones
más extensas pueden provocar pautas de conducta más representativas que los bre-
ves intercambios caracterlsticos de las situaciones cortas. Un procedimiento de
evaluación en el que los sujetos éstén sometidos a demandas sociales sucesivas más
que a un peticióp única <<nos daria una mejor simulación de las situaciones sociales
reales donde las respuestas son interaftivas por naturaleza en vez de discretas» (Sa-
fran, Alden y Davidson, 1980, pág. 193).
que exige una respuesta competente. Por ejemplo, seles ha devuelto de menos en
el cambio, se les ñan negado privilegios, etc. Estos últimos casos algunos autores
los incluirían como ((ob;rvación en la vida real»». Pero como tienen lugar en el la-
boratorio, los hemos considerado en este apartado. Sin embargo, este tercer for-
mato no es el clásico de las pruebas de interacción extensa'
Las interacciones semiestiucturadas que estamos tratando han variado consi-
derablemente. La duración ha ido desde un minuto y medio
(por ejemplo, Nel-
son, Hayes, Felton y Jarrett, 1985) hasta diez minutot @t ejemplo, Arkowitz,
Lichstenitein, McGovern y Hines, 1975), aunque la conducta puede cambiar en
diferentes puntos de la intéracción. Sin embargo, un período de cuatro a cinco mi-
nutos ha rido la duración más típica de esta clase de interacciones (por ejemplo,
Barlow et al.,1977;Kolko y Milan, 19-8-5; Lowe, l985iTwentlP1n V McFall, 1975;
Wallander, Conger y Conger, 1985; Wessberg et al., 1981). Se ha instruido a los
que hagan co-
colaboradores para que reJpondan de uta manera cáüida o neutral,
que van de cinco a sesenta segundos, y que
mentarios después dJ pausas de silencio
que Las limitaciones que
hagan sólo comentariós especificos o sean espontámeos.
s,.Irnpon.n a la conducta del colaborador reducen de alguna man€ra la esponta-
neidab de la interacción, pero aseguran [ambién que la conversación no esté do-
minada por el companero. Si ocurriese e§to, no sería posible evaluar las habilida-
des del sujeto experimental '
En general, lós diferentes procedimi ntos pueden dividirse en dos tipos de es-
trategia-s: l) ei empleo del <<engaño» para observar subrepticiamente la conducta
objet'ivo, y i¡ irrforrnar al sujeto de la naturaleza de la tarea por adelantado y darle
instrucciones para que actúe ((como si» la interacción fuese real. En ambos casos
se efectúan evaluaciones conductuales específicas de la actuación del individuo du-
rante la interacción. Estas situaciones sémiestructurada§;son generalmente graba-
jueces para
das en vídeo, y esta grabación es presentada mas tarde a una serie de
que evalúen déterminádos componentes moleculares y otras características molares
de la conducta del sujeto objetivo (de forma similar a lo que ocurría en las inter-
acciones breves.
Desde nuestro punto de vista, creemos que ambas estrategias tienen sus venta-
jas y desventajas. Aconsejamos el empleo del procedimiento del <<engaño»> cuando
áste tipo de prueba re e*il.e para evaluar las habilidades de un sujeto en una úni-
pa-
ca ocásión (Cabdto, 198,b), mientras que el procedimiehto de «como si>» nos
rece más útii cuando lo tengamos que emplear varias veces, como, por ejemplo, de
variable dependiente pre- póst-tratamiento. En el primer caso es posible que el su-
jeto se entóre del engáno áurante el tiempo que transcurre entre dos posibles em-
pleos de esta
podria estar
éticas impide
cedimiento, aunque puede sumini§trar
pre-
de la vida real dil tuj.to, puede'utilizarse a intervaloq de tiempo variables
y
post-tratamiento seguimiento).
Las pruebas de inÉracción extensa se han empleado pre-ferentemente en la eva-
luación de las habilidades heterosociales, donde la situación clásica ha sido la de
592 Evaluación conductual
«chico conoce a chica» o viceversa. Algunos de los estudios que han incluido prue-
bas semiestructuradas, además de los ya menciOnados anteriormente, como méto-
do de evaluqción de las HHSS han sido los siguientes: Argyle, Bryant y Trower
(1975); Beidel, Turner y al. (1976); Caballo (1983b);
Dancu (1985); Bryant et
i"rr.ii y
et al. (1985); Glasgow Arkowitz (1975); Himadi et al. (1980); Jaremko
et al. (1982); Kelly et al. (1980); MacDonald et al. (1975); Trower (1980); Twenty-
man, Pharr y Connor (1980).
Aunque lras pruebas de interacción extensa son más similares que las de inter-
acción breve a las situaciones de la vida real, no están tampoco exentas de probtb-
mas. En primer lugar, estas pruebas han implicado casi de forma exclusiva la con-
ducta dei sujeto una ,e, qü. ya ha sido presentado al otro miembro del sexo
opuesto y se han concentrado únicamente en la conversación inicial. Por tanto,
háy muchos otros aspectos de las HHSS que estas situaciones no cubren. Aquí es-
tán incluidas habilidádes tales como el descubrir formas de aumentar la probabili-
dad de conocer gente, dar el primer paso para iniciar una conversación, quedar
con alguien del sexo Opuesto, vérselas con un rechazo real o imaginario, y temas
más cómplejos concernientes a relaciones a largo plazo y más intimas. Mientras
que estos aspectos son a menudo objetivo de los programas de EHS, no se han
evaluado noimalmente en los estudios experimentales. La evaluación naturalista
de algunos de estos aspectos podria realizarse mejor -señala Arkowitz (1977)-
por medio de procedimientos tales como bailes, encuentros o reuniones sociales
programados por los experimentadores, durante los cuales las conductas de los su-
jetos
- podrían codificarse sindebarreras.
Uña segunda limitación las pruebas de interacción extensa se refiere a la ca-
rencia de cónsecuetrcias situacionales. Estas consecuencias, sin embargo, están pre-
sentes en situaciones más r§ales. Si la situación de evaluación tuviera esas conse-
cuencias, las conductas de los sujetos podrian aproximarse más a su conducta en el
contexto natural.
Creemos, no obstante, que las pruebas de interacción extensa son generalmente
preferibles a las pruebas dJ interacción breve en las que el sujeto está sometido a
<«una serie de escenas tipo ráfaga... No estátodavia claro qué cantidad de actua-
ción inicial se confundeion la ansiedad y la perplejidad» (Bellack, 1983, páe' 36)'
Además, las siüaciones semiestructuradas permiten la evaluación de la naturaleza
recíproca de las interacciones, muchas veces más importante que el simple recuen-
to áe las conductas en base a su cantidad o frecuencia (Boice, 1982; Fischetti,
curran y wessberg, 1977; Peterson et al., l98l). Se necesita, sin embargo, más in-
,Jie".íOn. pur" fiopor.ion". una estructura válida y fiable a las interacciones
con-
semi;structu;adaJy foder evaluar con este método las diferentes dimensiones
ductuales de las HHSS.
Incluimos también en este apartado la evaluación de las cogniciones sociales
por-,,raio de los métodos exprásivos (Glass y Merluzzi, l98l), de los que el más
iot"bt. es el procedimiento dé «pensar en voz alta»> (Think-oloud). Con esta estra-
par-
i.giu r. pide á los sujetos que: li imaginen que se encuentran en una situación
pensando, o 2) que expresen los pensamientos
ticular y que expresen lo que están
puede ser en el labora-
durantó lá actuáción en uia interacción interpersonal, que
Evaluación de las lpbilidades socrbles
S93
interesa.