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OBJETIVO.

Aplicar a la realidad organizacional, para su desempeño profesional,


permitiéndole aplicar los conocimientos, métodos y técnicas adquiridas a
problemas específicos de la profesión para el desempeño futuro en
competencias profesionales, integrarse a equipos interdisciplinarios, fortalecer
su formación ética y resolver los desafíos profesionales que se le presenten.

PRINCIPIOS ETICOS
El trabajo social se basa en el respeto al valor y dignidad a toda persona,
conjuntamente con los derechos que de ello se desprenden en las que
nosotros debemos apoyar y defender la integridad y el bienestar de los
ciudadanos.

Respetar el derecho a la autodeterminación.


Como trabajadoras sociales debemos respetar y promover el derecho del
individuo a elegir por sí mismo y a tomar sus propias decisiones, sea cual sea
sus valores y opciones de vida, siempre que no amenacen los derechos e
intereses legítimos a terceros.

Promover el derecho a la participación.


Promover el compromiso pleno y la implicación de los usuarios para reforzarles
en la toma de decisiones y acciones que afectan a sus vidas.
Tratar a cada persona como un todo: Los/las trabajadores sociales deben
intervenir con la persona en su totalidad, con la familia, la comunidad, y el
entorno social y natural, con una perspectiva holística y totalizadora que tenga
en cuenta todos los aspectos que influyen en su vida.

Justicia Social
Nuestra responsabilidad de promover la justicia social en una doble
perspectiva; en relación a la institución en su conjunto pero también con
respecto a las personas con las que trabajan. (trabajaran)

Trabajar en solidaridad oponiéndonos a las situaciones sociales que


contribuyen a la exclusión social, estigmatización y trabajar hacia una sociedad
inclusiva.
Individualización:

Consiste en el deber de tratar a todo ser humano no como simple ser humano,
sino como un individuo con diferencias únicas.

Aceptación: el deber de percibir y tratar con la persona tal y como realmente


es, con sus fortalezas y debilidades, sus cualidades agradables y
desagradables, manteniendo siempre un sentido de la innata dignidad y valor
personal de cliente.
Actitud anti fiscalizadora: el deber de relacionarse con el cliente sin atribuirle
culpabilidad o inocencia al determinar las causas de sus problemas o
necesidades.

Autodeterminación: el deber de reconocer el derecho y la necesidad del


cliente a la libertad de decidir por él mismo en general y, en particular, durante
el proceso de ayuda.

Confidencialidad: Proteger la información relativa de la persona que haya dado


durante la relación profesional.

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