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Introducción
El objetivo central de esta unidad es iniciar el estudio del cerebro en su evolución, desde la aparición de los seres
vivos hasta el del ser humano, con sus diferentes funciones y sus implicaciones en la enseñanza para el
aprendizaje. Se partirá de la visión del cerebro triuno, es decir de la integración del cerebro de los reptiles con la
del cerebro de los mamíferos, y la de los mamíferos superiores hasta el ser humano.
El estudio de las funciones cerebrales nos permitirá diferenciar el papel que la evolución fue aportando a cada
uno de los cerebros, para poder desarrollar la experiencia de supervivencia. El largo proceso histórico del
desarrollo del cerebro reptiliano o central le permitió a los reptiles aprender a sobrevivir en el planeta Tierra y
nosotros lo heredamos. El cerebro propio de los mamíferos se desarrolló para ir potenciando la capacidad
relacional, sensitiva y emocional y aprender a vivir en manada. El cerebro de los primates con el desarrollo del
neocórtex se fue potenciando para la memoria, el aprendizaje, la comunicación.
La concepción del cerebro como triuno o triádico nos facilitará introducir el concepto de dominancias cerebrales,
dada la importancia de ellas en el reconocimiento de la diferencia de las personas en su comportamiento
cotidiano, en particular en el proceso de aprendizaje y en los proyectos de desarrollo humano: no son iguales
estos factores en una persona con dominancia lógica, que otra con dominancia operativa o de una tercera con
dominancia emocional.
La responsabilidad social, la del proceso de enseñanza y la de un estudiante concreto, se logra cuando puede
integrar en su aprendizaje los procesos de investigación y de diagnóstico de realidades, con los de diseño de
proyectos innovadores y con los de implementación de proyectos y mejoramiento hasta logar las
transformaciones buscadas.
Indudablemente que una visión no creacionista sino evolutiva del cerebro inició con Darwin y su Teoría de la
Evolución de las especies, que él mismo sintetizó al decir que “las variaciones favorables tenderían a ser
conservadas y las desfavorables a ser destruidas” (citado por Boorstin, 2000). El cerebro humano es entonces
fruto de la maravillosa historia de la evolución neuronal que comenzó hace unos 500 millones de años con la
evolución de los vertebrados.
El proceso evolutivo fue favoreciendo el desarrollo de un cerebro capaz de articular el movimiento, la búsqueda
del alimento, la capacidad de ataque y defensa de las aves, las serpientes, los cocodrilos, los dinosaurios. A ese
cerebro lo llama la ciencia el cerebro reptílico, o lo que se conoce de modo general como cerebelo y que es la
parte más central del encéfalo.
Es el responsable de las conductas automáticas o programadas, tales como las que se refieren a la preservación
de la especie y a los cambios fisiológicos necesarios para la supervivencia. En síntesis: este cerebro se caracteriza
por la acción. El Sistema Básico o reptiliano controla la respiración, el ritmo cardíaco, la presión sanguínea e
incluso colabora en la continua expansión-contracción de nuestros músculos. Este primer cerebro es sobre todo
formado por una lámina de seis capas de neuronas que se pliegan sobre sí mismas formando numerosos pliegues
o circunvoluciones, de tal forma que envuelven a los otros dos cerebros que lo preceden evolutivamente. Como
decimos, este cerebro no es exclusivo de los seres humanos.
La mayor parte de las actividades humanas se llevan a cabo con la coordinación de los tres cerebros. La
consciencia de estas tres entidades dentro de cada individuo es indispensable para entender la naturaleza
compleja y a veces contradictoria del homo sapiens, pero sobre todo es imprescindible para obtener el mayor
rendimiento de las capacidades innatas del órgano rector de la especie más desarrollada intelectivamente de la
evolución.
Neocórtex: su gran tamaño es destacable, pues representa el 85% del volumen total cerebral. Algunas de sus
capacidades son: razonar, pensar, evaluar, vetar impulsos emocionales, autoobservarse, ver a futuro, hacer
planes, trazar estrategias, comunicarse por medio del
lenguaje verbal.
Resumen 1:
El cerebro humano es fruto de la evolución. A partir de los vertebrados se formó el sistema
nervioso central; es el cerebro del movimiento operativo. Sobre el cerebro de los reptiles, o
complejo reptiliano, se organiza el de los mamíferos o sistema límbico, con el desarrollo de las
emociones, la memoria y el aprendizaje por condicionamiento. Se le llama cerebro emocional o mamífero. En
los últimos 50 millones de años se inició el desarrollo que culmina con el neocórtex de los primates. El cerebro
propiamente humano comenzó a desarrollarse hace unos tres millones de años y sigue evolucionando.
Reflexión 10:
El comportamiento humano está regido de manera inconsciente por la dominancia cerebral. Su
conocimiento es la base del proceso de la enseñanza y del aprendizaje.
En la unidad anterior hablamos del juego tríadico, que nos explica cómo en todo sistema siempre existe un juego
de tres fuerzas que hacen a un subgrupo líder dominante, a otro subgrupo de oposición y a un tercer grupo
disponible y oscilante. El cerebro, como sistema que es, también se organiza de forma triádica.
Este concepto podría sintetizarse diciendo que: cuando durante el proceso de formación inicial de una persona,
uno de esos tres cerebros recibe una mayor dedicación o exigencia, tiene un mayor desarrollo. Esa evolución
mayor de uno de los tres cerebros lo torna dominante sobre los otros que pueden tornarse oscilantes o
dependientes.
En esta acción nunca se puede olvidar lo que escribiera Alexander Luria (1988): “Los procesos cerebrales no son
‘funciones’ o ‘facultades’ indivisibles, sino sistemas complejos basados en el trabajo concertado de un grupo de
zonas cerebrales, cada una de las cuales aporta su propia contribución a la construcción del proceso cerebral
complejo”.
Otros hijos, sobre todo algunos intermedios, tienen desde la temprana infancia la necesidad de disputar con sus
otros hermanos la satisfacción de sus necesidades de atención, afecto, comida, disfrute, comunicación,
enseñanza, recursos, dedicación, derechos, seguridad, reconocimiento, etcétera. Esa experiencia desarrolla la
dominancia del cerebro izquierdo con sus competencias para cuestionar, exigir, discutir, buscar el cambio de lo
propuesto por el dominante. Donde esté se inclinará por el subgrupo minoritario antioficial, del que hace la
oposición. Si un hermano intermedio gana la competencia, tiende a volverse dominante y el vencido a ser
competidor.
Y hay algunos hermanos que desde muy temprano aprenden a que otros los manden y acaparen los bienes y los
poderes; en consecuencia, no desarrollarán las competencias de los antioficiales y aprenderán a estar
disponibles para el que les ofrezca más y a agigantar el grupo de los disponibles, los que no se definen, los
utilizables, los conformistas.
En la búsqueda de la energía necesaria para la supervivencia no podemos olvidar que somos sistema y más aún
con múltiples subsistemas de vida: pensemos en la alimentación, el amor, la alegría, las sexualidad, la
Cual el ser humano actúa, trae a su mente las experiencias vividas, los seres que las produjeron o acompañaron y
los resultados obtenidos; esa recurrencia le impulsa a repetirlas y a potenciar aún más la dominancia
dependencia u oscilancia de sus tres cerebros. Es que un sistema, y el cerebro lo es, actúa según el programa
para el que fue desarrollado.
El cerebro derecho facilita el arte, los procesos de fantasía, innovación, futurización, la intuición y la
premonición. El generar utopías, crear mundos, el canto, la pintura, la poesía y el humor. Son propias del cerebro
derecho funciones superiores como la estética, la ética y la mística; la espiritualidad, el amor universal y el
sentido de la justicia.
Corresponden al desarrollo del cerebro operativo la capacidad de planeación, el manejo de recursos materiales,
de tiempos y procedimentales. La coordinación del recurso humano y la influencia en las personas. El cultivo del
cerebro central u operativo se preocupa de la administración, de la gestión estratégica y del manejo del juego
triádico subgrupal.
Resumen 1:
Como producto de la evolución, el cerebro humano contiene tres cerebros, de ahí su nombre
de cerebro triuno. El cerebro reptiliano que articula la actividad práctica del cuerpo, el trabajo
manual; lo han cultivado los administradores. El cerebro mamífero es conocido como
emocional, facilita la creatividad, el arte, la espiritualidad. La función compleja de conocimiento, lenguaje y
cálculo lo desarrolla el cerebro lógico o del neocórtex.
Se dice que se aprende con el cerebro, y estamos de acuerdo, pero también se dice que el cerebro es triuno, es
decir que está conformado por tres cerebros: el lógico, el operativo y el creativo, que también se reconocen
como cerebro izquierdo (lógico), cerebro central (operativo) y cerebro derecho (creativo). La pregunta es
entonces, ¿se aprende con todos o con alguno de ellos? Y se nos responde que con todos, pero precisemos: se
aprende más fácilmente con el cerebro dominante; es, al fin y al cabo, el que mejor sabemos usar.
Cuando estamos estudiando (a lo largo de la vida), reconocemos nuestro cerebro triádico y en cuál de ellos hay
una dominancia cerebral, podemos ubicar cuáles son las estrategias y técnicas que nos facilitan más el proceso
de aprendizaje y con cuáles podemos intentar
desbloquear nuestro cerebro menos desarrollado.
El estudiante de cerebro derecho es más sensible a las necesidades de otros y las actividades solidarias lo
motivan. Prefiere el diálogo al conflicto. Selecciona actividades que le permitan disfrutar del trabajo, el deporte,
las artes. Tiende a ser persona de fe y de esperanza, se compromete con el futuro y trabaja con mística. Ama la
vida, a sus compañeros, a su profesión, a su país y se entrega a causas trascendentes.
Los “sabedores de lo aceptado”. Para ellos lo importante es cotejar autores para conseguir las “respuestas
correctas”. Si las aprenden de memoria tienen asegurado el saber.
Los “sabedores subjetivos”, que creen que el conocimiento es asunto de opiniones. Para ellos “una idea es
correcta si tienen la sensación de que es correcta”. Y si obtienen calificaciones bajas es porque a la profesora “no
le gusta mi opinión”.
Son pocos los “sabedores del procedimiento” que aprenden a “jugar el juego” de la disciplina. Saben darle al
profesor lo que quiere. Pero este saber no influye demasiado en cómo piensan, sienten o actúan.
En este alto nivel del "compromiso” están los pensadores independientes, críticos y creativos. Valoran las ideas
que se les exponen e intentan utilizarlas, conscientes de su propio razonamiento. Hay dos clases en ese grupo:
a) Los “sabedores separados” que gustan de separarse de la idea y están dispuestos a discutirla.
b) Los “sabedores conectados” que se sesgan deliberadamente a favor del asunto que están examinando”.
Según este esquema una persona puede estar en un tema en un nivel distinto al que desarrolla en otro. Depende
del subsistema, sus saberes e intereses. Por ello los mejores profesores hablan de la necesidad de adoptar
diferentes enfoques para los distintos niveles de estudiantes. Con los sabedores de lo aceptado intentan el
razonamiento preciso (datos, definiciones, toma de decisiones). A los subjetivos se les puede cultivar con el
desafío de la evidencia y el razonamiento (¿cómo?, ¿por qué?). A los del procedimiento y el compromiso les
podrían preguntar por las implicaciones de las acciones. Y a todos se les debe motivar para que sean muy críticos
en algunas ocasiones, creativos en otras y defensores de una teoría en otras. Lo importante desde el profesor es
el respeto a la diversidad del estudiante y para este que logre avanzar hacia la mente triádica del que puede
aceptar o rechazar, defender o criticar una idea, proyecto o experiencia con criterio fundamentado en la
investigación y la referenciación.
Toda clase o desarrollo de una unidad temática debe contemplar el trabajo en los tres cerebros. La parte lógica
de la clase motivará a los de cerebro izquierdo; los momentos creativos, artísticos o innovadores a los de cerebro
derecho; y las experiencias prácticas permitirán a los de cerebro operativo ver la aplicabilidad del aprendizaje. La
planeación y el desarrollo de la clase por los tres cerebros atraerá a cada uno según su dominancia cerebral y
será un poderoso apoyo para el desbloqueo de los cerebros menos desarrollados: todos aprendemos haciendo y
repitiendo.
La organización de equipos de estudio debe hacerse con estudiantes de las tres dominancias cerebrales. Si cada
estudiante tiene una dominancia diferente, el lógico buscará la profundización de los temas, el creativo las
posibilidades, oportunidades o peligros, y el operativo la forma y utilidad de aplicarlos.
Resumen 1:
En el cerebro como en todo sistema se da un juego triádico; uno de los cerebros cumple una
función dominante que se desarrolla en los primeros años de vida del niño como
consecuencia de la relación padre-madre-hijo. Como se aprende con el cerebro, la persona
con dominancia operativa tiende a ser más práctico, a mandar y a ganar; el que tiene dominancia lógica
tiende a ser más calculador, estudioso, investigador y hábil para defender sus criterios. El de cerebro derecho
dominante prefiere actividades de disfrute, deporte, artes; ama la vida, trabaja con mística y puede
entregarse a causas trascendentes.
Reflexión 11:
Te invito a mirar desde un enfoque lógico la coherencia de lo que te explico, y desde una
perspectiva práctica la posibilidad de su aplicación para tu trabajo de grado.
Te solicito el registro de tus reflexiones e intuiciones sobre el trabajo de grado que debes empezar a planear.
Será muy valioso para ti y para quienes te leamos.
Una visión compleja e interdisciplinaria de la formación nos permitiría ver cómo las tres se articulan, se
enriquecen entre sí. No es posible pensar en la una sin tocar las otras; el nivel de desarrollo de una, marca las
posibilidades de avance de las otras dos. El docente, en su trabajo, cuando menos, es un consumidor de
investigación, y no estar actualizadamente informado sobre los avances de esta, aunque sea solamente sobre su
disciplina, le impedirá ser un buen docente. El investigador que no sabe socializar su producción de conocimiento
a docentes y estudiantes, no puede dinamizar la formación en investigación y mucho menos la investigación
formativa. Los responsables de la articulación de la Universidad con la sociedad, si no están articulados con las
actividades de docencia e investigación, difícilmente podrán proyectar la institución en la generación de prácticas
exitosas y de nuevos proyectos de investigación.
gestión universitaria, modifican la función de la universidad. Se necesitan no sólo más docentes sino con una
formación diferente y en muy distintas áreas del conocimiento
La profesión del docente exige, por tanto, un saber específico y una competencia real para utilizarla en la
solución de problemas concretos de la enseñanza, el aprendizaje de personas especiales, los temas específicos y
las circunstancias sociales determinadas (Zabalza, 2002). Es fácil plantearlo, pero encontrar la respuesta es el
verdadero problema de la universidad. Las aulas estás colmadas hoy, pero con diferente tipo de estudiantes,
quienes exigen a sus docentes un apoyo virtual para el que no han sido formados, con un currículo que debe ser
modificado para responder a las exigencias del mercado, que le pide competencias que los docentes no conocen,
con demandas en investigación y publicaciones para las que no hay tiempo explícito y con una gestión
universitaria que le exige resultados académicos y financieros, mientras reduce los recursos económicos.
Los profesionales ingresan a la profesión docente porque hay estudiantes que necesitan conocer campos
específicos de la disciplina en que él o ella tienen formación profesional. Es un error, y demasiado común, pensar
que la competencia conceptual genera espontáneamente la competencia operativa. Por eso, algunos consideran
que, dado que tienen un título que certifica sus conocimientos de una disciplina, están aptos para enseñarlo a
otros. Les es difícil aceptar y asumir que la visión profesional de la enseñanza se soporta, como dicen Brawn y
Atkins (1994), en tres premisas: una alta exigencia intelectual, una tarea compleja y un reto social. Estas tres
habilidades básicas se pueden aprender, mejorar y perfeccionar permanentemente, pero no se generan
espontáneamente y ninguna de ellas por separado forma a un buen docente.
El docente tiene que actualizarse permanentemente. Se le exige mejora continua en su saber, su interacción, su
forma de trabajo y los medios que utiliza. Para ello, debe renovar y actualizar su formación disciplinar e
interdisciplinaria; referenciar permanentemente las nuevas aplicaciones y los procedimientos que exige y, sobre
todo, articularse con la práctica y las instituciones en donde el estudiante y el egresado pueden desarrollar sus
competencias operativas. Ahora bien, sin el apoyo de las instituciones de un sistema cualquiera, ningún cambio
es posible. La transformación curricular y la renovación metodológica son prácticamente imposibles si no
cambian los docentes, y estos no se transforman si la institución educativa no asume que ella es la primera que
debe transformarse. El problema no sólo es de espacios y tecnología, sino que es de talento humano.
El segundo fundamento del criterio propio del profesional de la docencia proviene del estudio permanente de las
teorías de la enseñanza y el aprendizaje. El cómo aprende el estudiante, el diseño del currículo, la construcción
personal y grupal del conocimiento, la utilización de las tecnologías de información para dinamizar los
aprendizajes, las actividades más eficaces para el desarrollo de competencias, el mejoramiento de la tutoría, la
formas de desarrollar la práctica del estudiante, los procedimientos para la evaluación de los aprendizajes,
etcétera, son unos de los múltiples temas que el profesional de la docencia universitaria necesita actualizar
permanentemente.
Pero una cosa es referenciar el conocimiento producido por otros, que construir el propio. Hacer de la práctica
educativa una fuente de nuevo conocimiento es la principal tarea investigadora del docente. Solamente por
medio de la investigación sobre su propia práctica el docente puede desarrollar un criterio propio. Poder
confrontar los resultados de la propia práctica con las explicaciones y propuestas de los teóricos es lo que le da al
maestro su criterio.
Es inmenso el avance teórico y metodológico desarrollado por los docentes por medio de su práctica docente.
Pero de ella conocemos muy poco. Algunos pocos libros nos comentan lo que hacen los mejores docentes
logrado a través de entrevistas en profundidad de investigadores del tema. Algo más de esa rica información se
logra por medio del intercambio de experiencias exitosas realizadas en los pocos encuentros sobre el eje. El
criterio propio con fundamento científico se logra a través de la investigación y la referenciación de autores. Pero
el avance en la teoría de la educación y de la enseñanza se obtiene por la publicación de las investigaciones, la
socialización de las experiencias y la motivación de nuevos docentes para experimentarlas y perfeccionarlas. Se
aprende haciendo, de la evaluación de los estudiantes y de la autoevaluación. Se aprende cuando se cambia,
cuando el resultado de la investigación se aplica al propio mejoramiento personal como docente universitario.
El criterio es un saber con fundamento. Cuando ese criterio se apoya en la investigación y se referencia en teorías
y autores, podemos hablar de pensamiento científico. El docente de criterio busca desarrollar ese nivel de
competencia conceptual en sus estudiantes. Para ello, motiva la lectura permanente, el aprender a descubrir la
diferencia de conceptos entre los autores que estudia, y estimula en el estudiante someter los conceptos a la
investigación y a la confrontación con la práctica. Si a este pensamiento con fundamento le agregamos la
capacidad de compartir saberes por la comunicación oral y la escrita, tenemos el docente con capacidad lógica,
capaz de formar estudiantes que busquen el desarrollo continuo de estas competencias.
Para desarrollar el criterio propio en los estudiantes es necesario recorrer un camino similar:
Utilicemos la riqueza de las nuevas tecnologías para la socialización de los nuevos saberes.
Resumen 1:
La universidad tiene tres grandes funciones: la Investigación, la Docencia y la Extensión
(Ortega y Gasset). El docente las integra; su criterio y pensamiento propio deben apoyarse en
el saber específico y la competencia para comunicar la forma de utilizarlo en la solución de
problemas concretos; la investigación permanente sobre las teorías pedagógicas y la reflexión crítica sobre su
propia práctica educativa.
La universidad se proyecta como actor significativo en la sociedad por medio del conocimiento generado
(función de investigación), de la acción cultural y formativa (función de docencia), pero fundamentalmente a
través de sus egresados que, en su ejercicio profesional, ponen en práctica las competencias desarrolladas en la
universidad (función de proyección) para la solución de los problemas que la sociedad plantea o genera. La
universidad concreta esas tres funciones en sus estudiantes por medio de sus programas y llega a cada
estudiante a través de su equipo académico: investigadores que tengan como función prioritaria la investigación
científica propiamente dicha, la construcción de nuevos conocimientos, la aplicación de los conocimientos para
la satisfacción de necesidades concretas y su traducción en el avance de los contenidos de las disciplinas. Algunos
consideran esa función como la principal. Sin entrar a debatirlo, digamos que la universidad no puede limitarse a
esa acción. Si lo hiciera, sería, tal vez, un eficiente centro de investigación y la investigación sólo un objeto
comercial (Barnet, 2008).
Sin embargo, no es así, porque la universidad también hace docencia, la docencia del investigador tiene como
objetivo —o debe tenerlo— informar sobre su investigación a la comunidad académica, actualizar sobre los
avances en los contenidos de la disciplina, y participar en la formación de los nuevos investigadores. Y eso lo
puede hacer por medio de clases magistrales, conferencias, publicaciones o apoyado por docentes asociados,
asistentes o ayudantes, prioritariamente los de su misma disciplina.
Ahora bien, parece redundante decir que la función central de los docentes es hacer docencia. Sí, es cierto, pero,
el docente también hace o debe hacer investigación. El docente necesita investigar desde su propia práctica. Una
competencia del educador eficaz es que, junto con el diseño reflexivo de su currículo y de sus actividades de
enseñanza, debe planificar la evaluación de los contenidos enseñados, el aprendizaje de sus estudiantes, la
metodología utilizada, las relaciones establecidas con sus estudiantes y de ellos entre sí, el uso de los recursos,
las actividades, las prácticas y las evaluaciones realizadas y, ¿por qué no?, de la competencia práctica
demostrada por los egresados. Esta evaluación es la base de la investigación del docente y de su propia
construcción del conocimiento pedagógico.
De ese modo, la práctica investigadora trasciende al estudiante. El maestro investigador de su propia práctica,
del avance de su disciplina y de la realidad cambiante, sabe generar actividades de investigación alrededor de los
temas estudiados, la aplicabilidad de los conocimientos y de la práctica misma. El efecto se multiplica cuando la
competencia investigadora se mueve paralela con el desarrollo de las competencias conceptuales, las
procedimentales y las actitudinales (Sánchez-Parga, 2005). En la experiencia formativa de la investigación, el
estudiante descubre la importancia del trabajo colaborativo que distribuye actividades y del trabajo cooperativo
que interrelaciona saberes y trabajo.
La práctica del docente se apoya en tres pilares: el conocimiento del estudiante, el de las teorías de la educación
y el del su propio “aprendizaje en la acción” (Biggs, J. 2005, p. 25, citado por Ramsden, 1992) el aprendizaje sobre
sí mismo como profesor. El eje del maestro no es la investigación teórica sino la reflexión sobre su propia
práctica. Schwab (1909-1998), Stenhouse (1926-1982) Donald Alan Schon (1930-1997). El currículo, el contexto,
el estudiante, los equipos de estudio, la diversidad, el aprendizaje, la puesta en escena de las metodologías del
aprendizaje y de la enseñanza, el enseñaje, la dinamización del aula, la tutoría, la evaluación, el uso de nuevas
tecnologías, las competencias aprendidas y las aplicadas, los conflictos y sus soluciones; son múltiples y diversos
los ejes problémicos que puede tomar el docente como temas de investigación dentro de lo pedagógico.
formación? La civilización occidental siempre ha venerado la inteligencia, e incluso, dice Gardner (1997), la ha
considerado cualidad fundamental del ser humano, y agrega que un problema es que al definirla, la limita
comúnmente a la capacidad de raciocinio. En la clase magistral, que no se centra en el aprendizaje sino en la
enseñanza, se transmiten teorías que se deben recordar y, algunas veces, debatirlas. Sin embargo, no existe la
misma preocupación por ver su aplicación, y menos aún por planear la forma de usarlo y casi nunca por realizar
con éxito lo planeado.
Y como consecuencia, la sociedad ve que sus profesionales no le ayudan a resolver sus problemas. Desde otra
perspectiva el mundo del trabajo siente que los profesionales saben las teorías, y conocen los procedimientos
utilizables para resolver un problema, pero que no tienen las competencias prácticas para poder realizarlos.
Cierran el círculo de la incoherencia, los egresados que fracasan, ante quienes saben los procedimientos y
pueden ponerlos en práctica, aunque no conozcan los soportes teóricos que los sustentan. El reto de la
educación de nivel superior es, entonces, la formación de un profesional con las competencias necesarias para
actuar transformadoramente en el mundo concreto en que se encuentra. Y para lograrlo, hacen falta nuevos
docentes y docentes renovados, capaces de formar profesionales con esas competencias.
La clase magistral es un ejemplo de ese estilo que se debe dinamizar, pues se centra en el saber del maestro
(Biggs, 2005) y no en recrear un espacio, tiempo y método para estimular que el estudiante tenga su propia voz,
o que pueda construir conocimiento por su propia experiencia reflexionada, o como logro del aprendizaje
cooperativo. Ahora, por desgracia, cuando el otrora estudiante se torna maestro, repite el proceso y continúa
primando en él la competencia verbal frente a la competencia práctica.
Podrá considerarse un maestro, si el estudiante aprendió a: saber aprender a usar el saber para encontrar
respuestas, transformar esas alternativas en proyectos, ser capaz de realizar lo planeado y construir
conocimiento desde la evaluación de la práctica. En este ciclo, se ha logrado pasar de cultivar la función lógica del
cerebro, a aprovechar la función creativa, para luego utilizar la función práctica. Y el ciclo se cierra cuando la
autoevaluación de su experiencia le permite crecer en conocimiento y en fortalecimiento de su propia capacidad
de aprender (De Gregori, 2002). Digámoslo una vez más: si no se aprende, no se ha enseñado. Es a estas
capacidades para enseñar de manera efectiva a las que se suele llamar competencias instrumentales del
docente. Estas combinan las capacidades cognitivas, de manipulación de ideas y del entorno, con las habilidades
para la ejecución y el control, y por tanto con las de gestión, trabajo en equipo y solución de conflictos.
Resumen 1:
La calidad de la docencia se mide por sus egresados, por las competencias desarrolladas para
la solución de los problemas que la sociedad plantea o genera y por la responsabilidad social
con que actúan. El docente centrado en la práctica conoce los saberes, las necesidades y las
expectativas de los estudiantes; domina las estrategias, las técnicas y los procedimientos aplicables para la
enseñanza; enseña apoyado más en vivencias e interacciones que en palabras. Su reto, la formación de un
profesional que actúe transformadoramente, en el mundo concreto en que se encuentra.
Resumen 2:
Tres grandes funciones se le atribuyeron a la institución universitaria: la Investigación, la
Docencia y la Extensión (Ortega y Gasset). A la investigación le concierne la producción de
conocimiento, a la docencia la transmisión del conocimiento con miras a su aplicación, y a la
extensión la aplicación consciente del conocimiento adquirido. Cuando se saben integrar estas funciones se
forma un estudiante con experiencia investigadora, capaz de aplicar el conocimiento adquirido, con
responsabilidad social.
La sensibilidad ante la diversidad de los estudiantes y la afectividad capaz de establecer y fortalecer relaciones
son la base de su actividad formadora. El estudiante no verá en él lo que sabe, ni lo que dice, sino lo que es como
persona. El maestro eficaz siente desde el primer momento el compromiso del formador que le ayudará a crear y
facilitar las condiciones necesarias para que el estudiante como persona y como grupo pueda cultivar sus
funciones cerebrales a niveles cada vez superiores. El estudiante tiende primero a mitificar a su docente
excelente, y luego a imitarlo. Si ha aprendido la lección encontrará que el maestro es un ser diverso a él y por
tanto deberá encontrar su propio camino, el de su propia identidad.
La sensibilidad se estimula a partir del uso consciente y entrenado de los sentidos, se aprende a sentir, ver, oler,
tocar, diferenciar temperaturas y colores, tonos de voz y escalas musicales, competencias que se desarrollan
desde los sentidos y apoyados en la química, la física, la electricidad, la acústica, las matemáticas, la estadística.
También se desarrolla la afectividad; se potencia la capacidad de amar así como se amplía la comprensión
matemática. El que la madre ame a los hijos o amemos a una pareja por atracción sexual está inscrito en el
código genético ¿construir amor en un estudiante que nos odia porque somos, tal vez, recurrencia de un padre
tirano, o lograr una interacción positiva entre dos grupos en conflicto permanente, o generar el compromiso
transformador para el uso apropiado del conocimiento no exigirán en el educador una formación especial? Para
ser buen docente se necesita mucho más que una capacidad intuitiva de reconocimiento de las personas y de sus
formas de aprendizaje. El maestro capaz de tratar afectivamente al estudiante tiende a demostrar confianza, a
permitirle hablar de su vida y sus problemas, de las dificultades y los éxitos. Y el maestro seguramente
compartirá con sus estudiantes las experiencias positivas que ha tenido y el aprendizaje de las que no lo fueron
tanto.
¿Se necesita la agresividad empresarial, el carisma del líder, el pragmatismo, la creatividad, la pasión por la vida,
los asesores de imagen? La búsqueda de metas, el éxito empresarial, el liderazgo político se apoya en la
denominada función emocional y social del cerebro, eso que discuten algunos teóricos no tan leídos y niegan
algunos maestros no tan exitosos.
Los docentes exitosos son conscientes de que los son. El resultado de su proceso formativo no es producto del
azar ni de la improvisación. Pero no se sienten únicos; son conscientes de que su actuar forma parte del proceso
de otros, innumerables y tal vez desconocidos, que ayudan a construir un mundo mejor.
Realmente no existe una fórmula para ser docente exitoso, cada uno si desea acercarse a serlo debe desarrollar
su propio estilo personal. Lo que hemos hecho es mencionar las diferentes variables que debe tener en cuenta
sabiendo que cada uno, en su diversidad, dará más importancia a algunas. Lo que sí debe saber es que no puede
descuidar ninguna. Por ahí iniciaría su camino a la mediocridad. Docente: ¡construye tu propio camino!
Desarrolla la competencia de luchador social defensor de los derechos humanos, y en búsqueda de la justicia
proporcional
Si aceptamos este punto de vista y consideramos que la escuela es una institución que debe promover el cambio
social, las consecuencias que se derivan resultan evidentes: el docente deberá ser, consecuentemente, un actor
relevante en esa transformación. El docente se convierte así en un activista social que busca la transformación de
la sociedad desde su labor en la institución escolar. La pedagogía crítica tiene una larga historia, nace casi a la vez
que la escuela moderna y sigue viva en la actualidad aunque con matices diferentes.
Resulta evidente que la función docente tiene un componente político, en el sentido más etimológico y básico de
este término, que no puede obviarse, y que este componente tome una u otra dirección no puede estar ausente
de la función que ejerce un docente en el medio educativo, por la sencilla razón de que la docencia está
enmarcada en el ámbito educativo, lugar en el que los valores sociales juegan un papel preponderante. Hablar de
valores sociales y hablar de política en el sentido amplio de la cuestión es lo mismo por lo que los docentes
deben sentirse implicados en el quehacer político de manera natural, sin que esto suponga, necesariamente, una
afiliación partidista de uno u otro signo.
En esta colcha de retazos, para unos el enfoque podría inscribirse en lo solamente transmisionista, en que la
“calidad de los conocimientos adquiridos por el educador garantiza los conocimientos que adquiera el educando
[...] que se deriva inmediata y espontáneamente de la teoría, sin exigir ninguna operación intelectual” (p. 54). De
ahí se deriva la omnipotencia del maestro, la creencia de que un profesor es mejor porque es más antiguo o
tiene más títulos, la “formación espontánea”, la innovación sin soporte teórico, y el desconocimiento de la
participación del estudiante.
Otros reflejan algunos aspectos de la tendencia tecnológica que se soporta sobre diversas disciplinas aplicables
directa y mecánicamente al aula. El “buen maestro es un ”técnico” que utiliza técnicas, medios y herramientas
desde lo artesanal hasta lo electrónico, desde lo personal hasta lo grupal, pero en el que “no se aprecia una
fundamentación pedagógica del enfoque y de los instrumentos que se utilizan y de los modelos que se
sustentan” (p. 48).
Unos más podrían ubicarse dentro del denominado enfoque crítico. Los profesores tienden entonces a poner
especial atención al cómo se conoce, a buscar la articulación entre teoría y práctica, en las posibilidades del
desarrollo personal y colectivo. A veces este enfoque genera ideologías que se presentan como perspectivas
obvias, si no falsas por lo menos parciales e incompletas. El profesor ancla su prestigio en el dominio de una
ideología concreta y en su habilidad para refutar las contrarias (p. 49).
Como vemos, pueden tener razón quienes afirman que no existe una “universidad latinoamericana”, y que si
existe
se basa más en elementos negativos que positivos (libresca, dogmática, memorizante, que no enseña las ciencias
ni realiza investigación científica, que carece de bibliotecas y laboratorios; integrada por facultades profesionales
autónomas en que prima un espíritu gremial más que universitario; con autoridades elegidas para períodos
cortos y profesorado de tiempo parcial, dueño de cátedras vitalicias; con alumnado de tiempo parcial, sin
participación en los cuerpos colegiados y que no busca el saber sino el título) (González, 1966).
Aterricemos la idea planteada en el tema anterior y tomemos como eje el trabajo de grado que, se supone, debe
integrar el saber adquirido por el estudiante a lo largo de su carrea, con una investigación que produzca un
conocimiento, una percepción de la realidad, el diagnóstico de un problema, y que debe transformarse en una
propuesta de solución y ojalá en una actividad concreta que permite la solución parcial o total del problema.
Demostrarán así la Universidad, el Programa, los docentes y el estudiante o equipo la capacidad de extensión o
proyección, con responsabilidad social, del conocimiento y las competencias adquiridas durante su formación.
Sin embargo esto no sucede con frecuencia en la realidad universitaria.
Es común que en la primera parte de la carrera universitaria el estudiante reciba unas clases sólo teóricas sobre
la investigación, en las cuales no realiza ninguna investigación y en las que su docente, normalmente, no es un
investigador. En la parte media de su estudio recibe otra clase teórica sobre proyecto, pero tampoco realiza un
proyecto real y normalmente su docente no es un planificador o especialista en la dirección de proyectos. Al final
de su carrera, el programa le envía a un lugar donde debe realizar alguna actividad que se llama práctica,
asignada por la empresa que lo recibe o solicita.
Ahora, decimos que ya ha finalizados sus estudios y es el momento en que el estudiante debe elaborar un
trabajo de grado. Debe investigar y qué poco ha investigado, debe diseñar un proyecto, pero de pronto no ha
participado en ninguno, y… debe ponerlo en práctica… ¿Será por eso que hay tantos egresados, pero no
graduados? Es el gran interrogante, de pronto no es tan difícil de resolver con la articulación de la docencia, la
investigación y la proyección social.
La pregunta para usted, compañero educador es: ¿Puede la universidad organizar sus planes de estudios de tal
forma que durante los primeros semestres de estudio el estudiante vaya realizando una Investigación; luego
hacia la mitad de su formación planifica su Proyecto innovador y en los últimos semestres desarrolla la puesta en
Práctica del mismo, de tal manera que el informe sobre la innovación lograda sea parte de la sustentación de su
Trabajo de Grado?
El CCT es un cuadro de referencia que integra los procesos de Investigación, Planeación y Gestión con los cuales
se busca la transformación de una realidad existente. Si pensamos el CCT como un sistema, decimos que como
tal tiene una entrada, un proceso y una salida.
La entrada es la investigación que busca el reconocimiento de la realidad, apoyado en el manejo del cerebro
lógico de las personas. El proceso es la planeación que, favorecida por el cerebro creativo, es capaz de imaginar
nuevas realidades que cambien la realidad percibida. La salida es la gestión que, respaldada por el cerebro
operativo, se autoriza a hacer realidad su propio proyecto o el de otros.
El proceso del Ciclo Cibernético de Transformación de una realidad se completa cuando el investigador y el
planificador deben transformar su proyecto en hechos concretos, en la convocatoria de otros que puedan
cooperar con él, para el acompañamiento de los procesos y en el mejoramiento continuo. Cuando el Ciclo
Cibernético de Transformación (CCT) se cierra, pues el agente de cambio (investigador-planificador-gestor) ha
generado en su praxis una experiencia transformadora, esta le permite el inicio de nuevos ciclos de complejidad
creciente o de nuevos escenarios para la construcción de nuevas realidades posibles. Esta experiencia es similar
cuando los procesos del CCT se realizan con un equipo interdisciplinario que comparte la totalidad del proyecto.
Veamos cada uno de esos procesos.
Resumen 1:
El CCT es un cuadro de referencia que integra los procesos de Investigación, Planeación y
Gestión con los cuales se busca la transformación de una realidad existente. El cerebro lógico
le impulsa hacia la búsqueda de las explicaciones o investigación; el cerebro creativo le facilita
imaginar posibles soluciones y el operativo le impulsa a transformar las ideas en acciones.
En la tercera alternativa el futuro es una opción que el líder de sí mismo, el líder institucional o el social deciden
asumir para lograr transformar la realidad encontrada. Entra a funcionar la magia de la creatividad que, en
nuestro caso, puede recurrir al arsenal teórico del Hológrafo, para lograr una lluvia de ideas, una tormenta
cerebral, una consulta abierta o a expertos para ubicar alternativas posibles. El proceso creativo de generar
mundos posibles le permitirá pensar siempre que las alternativas, lejos de ser estáticas, son variables y que en
esa mutación permanente será la que le orientará en la toma de decisiones.
5° Decisiones. Cuando la alternativa es una opción aparecen instrumentos que orientan la priorización de la
decisión: ¿Qué es lo más urgente y necesario?, dado que la demora en la solución incrementa las pérdidas. ¿Qué
es lo más oportuno?, ya que las condiciones de recursos, de tiempo, de personas, o de procedimientos, facilitan
su ejecución. ¿Qué es lo más estratégico, teniendo en cuenta que esta primera solución crea las condiciones
necesarias para procesos futuros?
Es necesario el desarrollo de personas, grupos, instituciones, regiones, países para lograr el avance para la toma
de decisiones, pues es en este paso del Ciclo Cibernético de Transformación o CCT en el que los seres humanos
patinamos; es acá donde el juego triádico subgrupal (la guerra de poderes) se manifiesta en su máxima
expresión.
6° Programación. El tercer paso, o la salida del proceso de planeación, busca precisar el flujograma o la secuencia
de los pasos necesarios a seguir en el desarrollo del proyecto. Del flujograma se avanza a la operacionalización de
cada uno de los pasos, es decir a precisar los operacionales: el inventarios de localidades, instalaciones e
implementos necesarios; el cronograma de los ciclos, etapas, momentos de cada una de las acciones; el
organigrama con los personajes, sus interrelaciones, jerarquías y niveles de actuación previstos para responder
por el desarrollo del proyecto; y los procedimientos necesarios, con sus agendas, normas, objetivos,
presupuestos y controles que se deberán tener en cuenta para la gestión correcta del proyecto.
Resumen 1:
Cuando la curiosidad motiva al ser humano, busca conocer para poder utilizarla a su favor. A
este proceso lo llamamos de investigación. El primer paso del proceso es el de la colecta de los
datos. Tomamos esos datos para analizarlos y buscar un diagnóstico o una conclusión que
confirme o niegue nuestra hipótesis. Para poder transformar una realidad se da luego el proceso de
Planeación, que consiste en buscar alternativas de solución entre las cuales seleccionamos una que
consideremos factible y ahora sí construimos el programa de acción transformadora, que da paso a la
Gestión.
3.5 Proceso de
Gestión
3.6 Implantación
Del éxito en el inicio de la gestión dependerá el camino a seguir. Por eso prefiero hablar de implantación y no de
ejecución. El inicio es una siembra e inicia con el paso del papel o de la palabra del proyecto a seres humanos
concretos que deben realizarlo (hacerlo realidad).
Es necesario entonces saber traspasar a los otros que sean necesarios, el diagnóstico encontrado, el proyecto
forjado, para llenarlos del compromiso necesario con el desarrollo de este. Pero los comprometidos no son un
montón de gente sino un equipo (dos o muchos) organizado con orientaciones y actividades concretas que les
permitan movilizarse con autonomía pero armónicamente.
3.7 Acompañamiento
Aunque cada miembro de un equipo esté comprometido
con el desarrollo de un proyecto, las situaciones
cambiantes y el juego tríadico, siempre presente, hacen
que en el desarrollo de un proyecto, los distintos actores
tiendan a salirse del camino y la armonía iniciales. Es
entonces cuando se comprende la necesidad de una
evaluación permanente de las personas, las actividades y
el camino recorrido.
3.8 Feedback
El mejoramiento continuo, o feedback es la base y la meta de la transformación de la realidad. Busca, por medio
de acciones permanentes, que lo planeado se realice plenamente. Lograrlo exige estar dispuestos a recorrer en
cada momento necesario un nuevo miniciclo: una investigación sobre las fallas cometidas o el cambio de los
escenarios previstos y en consecuencia un nuevo miniproyecto para reorientar el proceso. Se dice en lenguaje
coloquial que “es humano equivocarse”, pero sabemos que es de valientes aceptarlo y de sabios el
mejoramiento continuo. Esa es la Cibernética Social o ciencia del mejoramiento continuo.
Los tres mundos (ob-jective world, sub-jective world, pro-jective world) se han fundido en uno solo. La realidad
se ha transformado. El líder, el agente de cambio, la persona con responsabilidad social, el cibernético social, el
educador, no se intimida ante realidades aparentemente inmodificables sean del campo científico, social o
político. Sabe integrar su tricerebrar; su capacidad lógica, creativa y operativa; la investigación, la planeación y la
gestión.
Sabe, por experiencia, que cuando ha logrado realizar exitosamente un CCT o Ciclo Cibernético de
Transformación, se sentirá autorizado para emprender nuevas aventuras, nuevos ciclos de complejidad
creciente.
Resumen 1:
El CCT o Ciclo Cibernético de Transformación es un cuadro de referencia que integra los
procesos de Investigación, Planeación y Gestión que buscan la transformación de una realidad
existente. Si pensamos el CCT como un sistema, decimos que como tal tiene una entrada, un
proceso y una salida. La entrada del CCT es la Investigación, que produce un conocimiento nuevo sobre un
problema detectado; el proceso es la Planeación operacionalizada de un Proyecto, que al realizarlo resolverá
el problema encontrado; y la salida es la Gestión en la cual se debe desarrollar el Proyecto hasta lograr el
cambio de la realidad encontrada en el inicio.
Glosario
CCT.
Es la sigla que identifica el Ciclo Cibernético de Transformación, que es un Cuadro de Referencia que integra los
procesos de Investigación, de Planeación y de Gestión.
Cerebro mamífero.
Sobre el cerebro reptil la evolución va generando el sistema límbico para mejorar la interacción animal con el medio
externo cercano. Se le atribuye la capacidad relacional, emocional, creativa.
Cerebro primate.
Cerebro reptílico.
Se forma y perfecciona en la evolución para garantizar la supervivencia animal. El complejo reptiliano articula el
sistema nervioso central y con él controla la función de los sentidos que se van generando. Movimiento, tacto,
temperatura, gusto, oído, vista.
Cerebro triádico.
El cerebro triuno del ser humano recibe en la infancia una programación diferenciada, que condiciona su desarrollo y
actuación a lo largo de la vida, generando un juego triádico entre ellos.
Cerebro triuno.
Integración en el ser humano de tres cerebros producto de la evolución: el reptiliano, el límbico (de los mamíferos) y el
neocórtex de los primates.
Cerebro.
Es un organismo de los animales que le permite detectar lo que sucede en su interior o exterior y seleccionar acciones
o movimientos para regularlos.
Dominancia cerebral.
En el juego triádico del cerebro, uno de ellos es el dominante y condiciona el funcionamiento de los otros dos, en la
actuación personal, la interacción grupal y la relación con el contexto.
Feedback.
Capacidad de regulación, ajuste reorientación de un sistema en su funcionamiento interno y en la red de la cual forma
parte.
Acción compleja del cerebro derecho que articula la actividad emocional, creativa, prospectiva, mística. Con él se
desarrolla la sensibilidad, la sensualidad, la afectividad, la alegría, el arte, la espiritualidad, el sentido religioso.
Acción compleja del cerebro izquierdo que articula la actividad mental, como percepción, memoria, análisis,
conocimiento, lenguaje, escritura, cálculo.
Acción compleja del cerebro central que articula las formas complejas de la actividad práctica. Desarrolla la
agresividad, lucha por la supervivencia, comida, sexo; el trabajo manual y la división del trabajo, el uso de métodos y
el trabajo en equipo.
Gestión.
. Proceso del Ciclo Cibernético de Transformación que articula los pasos de Implantación, Acompañamiento y
Mejoramiento.
Investigación.
Proceso del Ciclo Cibernético de Transformación que articula los pasos de Información, Procesamiento de datos y
Diagnóstico.
Planeación.
Proceso del Ciclo Cibernético de Transformación que articula los pasos de Alternativas, Decisión, Programación.
Tres mundos.
Concepto desarrollado por Popper que diferencia el mundo de lo objetivo soportado en lo real, de lo subjetivo producto
del pensar de los individuos, y de lo proyectivo como imaginación de realidades posibles.
Bibliografía
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Morata.
Velandia, Crisanto (2005). Modelo pedagógico con fundamento en Cibernética Social. Medellín: Editorial Universidad
Cooperativa de Colombia.
Créditos
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Colombia y hace parte de la Maestría en Educación. Algunas imágenes se relacionan con su respectiva fuente y
otras fueron creadas por el autor de los contenidos, con el diseño posterior del equipo de producción. El
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necesidad de un nuevo paradigma para la educación. Para ese intento presenta la Antropogogía Holística, como
una "propuesta de educación integral y permanente del ser humano". Para su desarrollo pedagógico a un nivel
superior construye la MICEA (Metodología Interdisciplinaria Centrada en Equipos de Aprendizaje).
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Directora de posgrados en Educación
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