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La notificación en el ámbito administrativo

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• JURISPRUDENCIA (2)
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La notificación en el ámbito administrativo

Por María José HIERRO ROMERO


Publicaciones de Derecho Administrativo LA LEY
Diario La Ley, Nº 6937, Sección Dossier, 2 May. 2008, Año XXIX, Editorial LA
LEY
LA LEY 703/2008
Sobre las notificaciones administrativas existe una abundante y rica
jurisprudencia cuyas líneas básicas no han variado sustancialmente a lo largo
del tiempo. En este trabajo se recoge una selección de la jurisprudencia y
doctrina más relevante así como de la legislación que sienta los principios
aplicables a esta materia.
La notificación consiste en una comunicación formal del acto administrativo de
que se trate, de la que se hace depender la eficacia de aquél, y constituye una
garantía tanto para el administrado como para la propia Administración. Para
aquél, en especial, porque le permite conocer exactamente el acto y le permite,
en su caso, impugnarlo. La notificación no es, por tanto, un requisito de validez,
pero si de eficacia del acto.
Los requisitos que, según la Ley, deben reunir las notificaciones no deben
interpretarse en su sentido literalista, sino conforme a criterios de lógica y
razón, teniendo en cuenta que su fundamento y finalidad es exclusivamente dar
a conocer a los interesados las resoluciones o acuerdos que afecten a sus
derechos o intereses, no pudiendo estimarse defectuosa la que por una prueba
fehaciente acredite que el interesado tenía exacto conocimiento del texto
íntegro del acto o acuerdo, en forma que permita reconocerlo en su integridad y
garantice los derechos e intereses de los administrados, siempre que no les
cause indefensión.
La finalidad básica de toda notificación va enderezada a lograr que el contenido
del acto llegue realmente al conocimiento de su destinatario, en cuanto a su
integridad sustancial y formal y los posibles defectos de la notificación no
afectan a la validez del acto. La notificación debe hacerse a todos los
interesados, sin que sea necesario realizarla directamente al destinatario, ya
que puede ser receptora cualquiera de las personas que la ley establece y ello
no supone mengua de las garantías del administrado (Cfr. TS 3.ª SS 7 Jul.
1990, 22 Sep. y 17 Feb. 1997 y 11 y 25 Feb. 1998).
En el presente dossier se incluye la legislación aplicable, la doctrina de LA LEY
y una selección de la jurisprudencia más representativa.
LEGISLACIÓN (1)
Disposición Precepto
Ley 58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria (LA LEY Arts. 96, 109 a 112,
1914/2003). 214
Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las
Arts. 48, 58, 59, 61,
Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo
71.1, 110 c)
Común (LA LEY 3279/1992).
Ley 11/2007, de 22 de junio, de acceso electrónico de los
Arts. 28 y 38
ciudadanos a los Servicios Públicos (LA LEY 6870/2007)
Real Decreto Legislativo 339/1990, de 2 de marzo, por el que se
aprueba el Texto Articulado de la Ley sobre Tráfico, Circulación Arts. 77 y 78
de Vehículos a Motor y Seguridad Vial (LA LEY 752/1990)
Ley Foral 11/2007, de 4 de abril, para la Implantación de la
Arts. 12 a 16, 35.1 y
Administración Electrónica en la Administración de la
42 j)
Comunidad Foral de Navarra (LA LEY 3877/2007)

Arts. 137, 140.1,


Ley 30/2007, de 30 de octubre, de Contratos del Sector Público 201.2, 210.2.c),
(LA LEY 10868/2007) 222.4, 287.3 y disp.
adic. 19

JURISPRUDENCIA (2)
FINALIDAD
(TS 3.ª Secc. 7.ª S 12 Mar. 2002. Ponente: Sr. González Rivas (LA LEY
4679/2002))
1. La finalidad básica de toda notificación va enderezada a lograr que el
contenido del acto llegue realmente al conocimiento de su destinatario, en
cuanto a su integridad sustancial y formal y los posibles defectos de la
notificación no afectan a la validez del acto. La notificación debe hacerse a
todos los interesados, sin que sea necesario realizarla directamente al
destinatario, ya que puede ser receptora cualquiera de las personas que la ley
establece y ello no supone mengua de las garantías del administrado (Cfr. TS
3.ª SS 7 Jul. 1990, 22 Sep. y 17 Feb. 1997 y 11 y 25 Feb. 1998).
(TSJ Cataluña 3.ª Secc. 4.ª S 13 Mar. 2000. Ponente: Sra. Villalobos Ortega
(LA LEY 57473/2000))
2. La notificación consiste en una comunicación formal del acto administrativo
de que se trate, de la que se hace depender la eficacia de aquél, y constituye
una garantía tanto para el administrado como para la propia Administración.
Para aquél, en especial, porque le permite conocer exactamente el acto y le
permite, en su caso, impugnarlo. La notificación no es, por tanto, un requisito
de validez, pero sí de eficacia del acto. Como mecanismo de garantía está
sometida a determinados requisitos formales —arts. 79.2 LPA y 58.2 LRJAP
(LA LEY-LEG. 3279/92)—.
FORMA DE PRACTICARLA
Notificación por correo
(TS 3.ª Secc. 4.ª S 10 Nov. 2004. Ponente: Sr. Martí García (LA LEY
10511/2005))
3. Tratándose de interpretar una norma que regula el régimen de las
notificaciones, su aplicación ha de tratar de posibilitar que se consiga el fin de
la notificación, que ésta llegue al interesado, y si un día no está en el domicilio
en las primeras horas de la mañana se ha posibilitar que la segunda
notificación sea en franja horaria distinta, por ejemplo, al final de la mañana.
Esta interpretación la exige, en parte, la norma —art. 59.2 LRJAP (LA LEY-
LEG. 3279/1992) — cuando dice «dentro de los 3 días y en hora distinta», pues
si al legislador le hubiese dado igual el horario concreto, debía haberse limitado
a decir que la segunda notificación se practicará en el día siguiente o en el otro,
y no dice eso, sino que dice «dentro de los 3 días en hora distinta», y hora
distinta a los efectos de la notificación no es las 9,30 cuando la anterior se
había realizado a las 10, aunque ciertamente las 9 y las 10 sean horas distintas
según el diccionario, pues ese «horas distintas» se ha de entender, a los
efectos de la notificación, las que se practican en distintas franjas horarias,
como pueden ser mañana, tarde, primeras horas de la mañana o de la tarde.
Notificación por Edictos
4. (TC 1.ª S 32/2008, 25 Feb. Ponente: Sr. Pérez Tremps (LA LEY 1698/2008))
En el caso, la entidad recurrente fue objeto de diversos procedimientos
administrativos sancionadores en materia de tráfico cuyas incoaciones y
resoluciones sancionadoras fueron notificadas por edictos. Estas notificaciones
se produjeron tras intentarse sin resultado las notificaciones personales en un
domicilio social que, aun siendo el que figuraba en el Registro de Vehículos, ya
había cambiado, habiéndose inscrito la modificación del domicilio social más de
2 años antes de la incoación de dichos procedimientos tanto en el Registro
Mercantil como en los censos de la Agencia Estatal de la Administración
Tributaria y de la Hacienda de la CA Madrid. Este nuevo domicilio social,
además, fue al que, con la mayor normalidad y sin realizar ninguna
averiguación de paradero, se dirigió la notificación de la providencia de
apremio, primer acto administrativo del que tuvo conocimiento la entidad
recurrente. En atención a lo expuesto hay que concluir que se ha vulnerado a la
entidad recurrente su derecho a la defensa y a ser informado de la acusación.
Es cierto que el Ayuntamiento cumplió con la obligación formal de dirigir las
diversas notificaciones a que daban lugar los procedimientos sancionadores al
domicilio de la entidad recurrente que figuraba en el Registro de Vehículos y
que fue la recurrente la que incumplió su obligación, como titular de un
vehículo, de notificar a dicho Registro el cambio de domicilio. Ahora bien, más
allá de ello, una vez frustradas las posibilidades de notificación personal a la
entidad recurrente por ser ignorado su paradero en ese domicilio, la
Administración sancionadora no podía limitarse a proceder a la notificación
edictal sin desplegar una mínima actividad indagatoria en oficinas y registros
públicos para intentar determinar un domicilio de notificaciones alternativo en
que pudiera ser notificada personalmente. Ello le hubiera llevado, sin mayor
esfuerzo, a una correcta determinación del domicilio social de la recurrente, tal
y como se verifica con la aparente normalidad con la que en vía de ejecución
se accedió a dichos datos para la notificación de la providencia de apremio.
(TS 3.ª Secc. 5.ª S 28 Oct. 2004. Ponente: Sr. Enríquez Sancho (LA LEY
2316/2004)) (LA LEY 2316/2004).
5. La notificación por edictos es un mecanismo formal que no garantiza el
efectivo conocimiento por el interesado del acto o resolución que le afecta, por
lo que sólo cabe aceptar su empleo como último recurso, cuando han resultado
fallidos los dos intentos previos de notificación en el domicilio del interesado y
cuando aquellas notificaciones se han practicado según lo preceptuado
legalmente. Entre los requisitos de dichas notificaciones en el domicilio del
interesado se encuentran, cuando la notificación se haya entregado a la
entidad pública empresarial Correos y Telégrafos, los establecidos en el RD
1829/1999 de 3 Dic. (Regl. de prestación de los servicios postales, en
desarrollo L 24/1998 de 13 Jul., de servicio postal universal y de liberalización
de los servicios postales) (LA LEY-LEG. 4926/1999), esto es: que en el envío
conste la palabra «Notificación» y, debajo de ella y en caracteres de menor
tamaño, el acto a que se refiere —citación, requerimiento, resolución— y la
indicación del número del expediente o cualquier otra expresión que identifique
el acto a notificar, así como, si nadie pudiera hacerse cargo de la notificación
en el domicilio del interesado, que se haga constar este extremo en la
documentación del operador postal y, en su caso, en el aviso de recibo que
acompaña a la notificación, junto con el día y hora en que se intentó la misma y
que, una vez realizados dos intentos, el citado operador deposite en lista la
notificación durante el plazo de 1 mes, a cuyo efecto deberá dejar al
destinatario aviso de llegada en el correspondiente casillero domiciliario.
(TS 3.ª Secc. 2.ª S 30 Sep. 2004. Ponente: Sr. Martínez Micó (LA LEY
10029/2005))
6. En el caso, el recurso de casación para la unificación de doctrina se funda en
que la sentencia recurrida infringe el art. 70.4 LRHL, en la medida en que
entiende que no es necesaria la notificación individualizada del nuevo valor
catastral que constituye la base imponible del Impuesto sobre Bienes
Inmuebles cuando éste ha sido objeto de una modificación. Existe una
verdadera contradicción entre lo propugnado en la sentencia recurrida y lo
sentado en las sentencias aportadas y aducidas como contrapuestas, pues,
versando el asunto sobre la suficiencia de la notificación edictal para la
efectividad de los nuevos valores catastrales o la necesidad de su previa
notificación individual, se ha llegado a soluciones verdaderamente
incompatibles entre sí. Y de entre ellas debe prevalecer la sostenida por la
sentencia recurrida, pues la publicación por edictos de las bases imponibles,
valores y rentas catastrales, es requisito de eficacia del acto de aprobación de
las mismas —arts. 25.5 D 3427/1969 de 19 Dic. (modificación de los textos
refundidos de la CTU, IRTP e IRPF) y 57.2 LRJAP (LA LEY-LEG. 3279/1992)—
, lo que no ocurre con la notificación en forma individual a cada contribuyente
afectado, aunque sea obligatoria. Esta notificación individualizada es una
garantía añadida a la publicación edictal que lleva consigo un efecto propio, el
inicio del cómputo de los plazos para impugnar el acto de aprobación. Cuestión
distinta de la eficacia de este acto es que, por razones de gestión del Impuesto,
la efectividad de las nuevas bases se posponga al ejercicio inmediato siguiente
al de su publicación por edictos.
DESTINATARIOS Y RECEPTORES DE LA NOTIFICACIÓN
(TS 3.ª Secc. 2.ª S 1 Feb. 2003. Ponente: Sr. Sala Sánchez (LA LEY
12093/2003))
7. La notificación de las liquidaciones por el Impuesto sobre el incremento del
valor de los terrenos a uno solo de los cónyuges, cuando en la escritura de
transmisión se hace constar el carácter ganancial de las fincas enajenadas y la
condición de transmitentes de ambos y cuando la notificación se practica en el
domicilio familiar, ha de considerarse suficiente a la vista de lo establecido en el
art. 34 LGT y a la vista, asimismo, de que el TS tiene declarado que basta con
la notificación realizada a uno solo de los integrantes de una comunidad de
bienes pro indiviso.
(TS 3.ª Secc. 4.ª S 29 Abr. 2000. Ponente: Sr. Rodríguez Arribas (LA LEY
8191/2000))
8. Si bien es cierto que la falta de identificación del receptor de una notificación,
por no haberse expresado en ella más que una firma ilegible, incumple las
condiciones establecidas en el art. 80 LPA y asimismo desconoce la garantía
de notificación a los interesados de las resoluciones que les afecten, a que
hace referencia su art. 79.1, no es menos cierto que en el caso de autos
concurre la particular circunstancia de que junto a la firma ilegible de la persona
que, sin constar su identificación, firmó la notificación, se estampó un sello de
caucho con el anagrama o logotipo identificador de la empresa recurrente y
como quiera que ésta no ha puesto en duda la autenticidad de dicho sello, ni
consta que se haya producido reacción a una supuesta sustracción o uso
abusivo del referido instrumento, ha de concluirse razonablemente que la
persona que disponía del mismo lo hacía por encargo de la empresa y que le
estaba encomendada la función de recibir las comunicaciones a ella dirigidas,
sin que ello suponga una presunción gratuita, pues en el caso de grandes
entidades, con numerosos empleados y diferentes servicios, que reciben y
tramitan muchos documentos y por ello habilitan soluciones ágiles, como es la
de usar estampillas o sellos identificadores, no sería equitativo que esa libre
decisión sólo fuera válida para lo que les beneficiara.
FECHA
(TS 5.ª S 7 Mar. 2000. Ponente: Sr. Querol Lombardero (LA LEY 7993/2000))
9. En el caso de autos, la notificación de una resolución del Ministro de
Defensa no fue cursada en el plazo que marca el art. 58.2 LRJAP (LA LEY-
LEG. 3279/92), sino tiempo más tarde, lo cual no afecta a la validez de la
mencionada notificación, ni menos a la validez o a la existencia del acto
administrativo dictado, sino que tan sólo privó de eficacia al mismo frente al
interesado hasta que, conocido el acto, aquél desplegó plenamente todos sus
efectos, entre ellos el de la posibilidad de interponer recurso contencioso
disciplinario militar ante el Tribunal Militar Central en el plazo de 2 meses, lo
que dejó de hacer el recurrente en el referido período, sin que resulte de recibo
admitir excusa ni pretexto para justificar la dejación u omisión de tal posibilidad.
(TS 3.ª Secc. 5.ª S 12 Nov. 1998. Ponente: Sr. Rodríguez-Zapata Pérez (LA
LEY 11053/1998))
10. La jurisprudencia tiene declarado que la suspensión de los plazos del art.
9.1 RSCL exige para su efectividad que éstas se notifiquen al interesado antes
de que expire el plazo de que se dispone para decidir.
(TS 3.ª Secc. 4.ª S 10 Oct. 1997. Ponente: Sr. Baena del Alcázar (LA LEY
9950/1997))
11. Es claro que cuando los plazos se expresan en días ha de efectuarse el
cómputo comenzándolo a partir del día siguiente al de la notificación, pero
desde luego debe entenderse, a tenor de la dicción del art. 60 LPA, que cuando
el plazo se expresa en meses el cómputo debe hacerse de fecha a fecha.
(TS 3.ª Secc. 5.ª S 27 Nov. 1995. Ponente: Sr. Ruiz-Jarabo Ferrán (LA LEY
2866/1996))
12. Al no constar la fecha en que fue llevada a cabo la notificación debe estarse
a aquella en la cual el interesado se dio por enterado, tal y como tiene
declarado una copiosa jurisprudencia, puesto que no cabe privar a nadie por
meras conjeturas o suposiciones de los derechos que la Ley le concede (Cfr.
TS S 12 Nov. 1945).
REQUISITOS
(TS 3.ª Secc. 4.ª S 10 Nov. 2004. Ponente: Sr. Martí García (LA LEY
10511/2005))
13. Tratándose de interpretar una norma que regula el régimen de las
notificaciones, su aplicación ha de tratar de posibilitar que se consiga el fin de
la notificación, que ésta llegue al interesado, y si un día no está en el domicilio
en las primeras horas de la mañana se ha posibilitar que la segunda
notificación sea en franja horaria distinta, por ejemplo al final de la mañana.
Esta interpretación la exige, en parte, la norma —art. 59.2 LRJAP (LA LEY-
LEG. 3279/1992)— cuando dice: «dentro de los 3 días y en hora distinta», pues
si al legislador le hubiese dado igual el horario concreto, debía haberse limitado
a decir que la segunda notificación se practicará en el día siguiente o en el otro,
y no dice eso, sino que dice «dentro de los 3 días en hora distinta», y hora
distinta a los efectos de la notificación no es las 9,30 cuando la anterior se
había realizado a las 10, aunque ciertamente las 9 y las 10 sean horas distintas
según el diccionario, pues ese «horas distintas» se ha de entender, a los
efectos de la notificación, las que se practican en distintas franjas horarias,
como pueden ser mañana, tarde, primeras horas de la mañana o de la tarde.
(TS 3.ª Secc. 5.ª S 28 Oct. 2004. Ponente: Sr. Enríquez Sancho (LA LEY
2316/2004))
14. El art. 59.2 LRJAP (LA LEY-LEG. 3279/1992), tras la reforma operada por
la L 4/1999 de 13 Ene. (modificación de la Ley de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común) (LA
LEY-LEG. 156/1999), con el fin de incrementar las garantías del interesado
impone una segunda notificación domiciliaria antes de acudir a la notificación
edictal. En el caso, la sentencia de la instancia parte de un erróneo
planteamiento cuando afirma que no resulta razonable ni mínimamente
riguroso reiterar una diligencia de notificación una hora después de la primera
partiendo de que la ausencia en el domicilio del notificado se debe al desarrollo
de la jornada laboral. La ley no ha pretendido eso; la recepción de la
notificación por el interesado en persona no es imprescindible, puede hacerse
cargo de ella cualquier persona que se encuentre en el domicilio y haga constar
su identidad. La ley no pretende con esa segunda notificación que sea el propio
interesado quien se hará cargo de ella, sino que, en defecto de aquél, exista
alguna persona en el domicilio que pueda recibirla, y considera que existe una
mayor probabilidad de que esto ocurra si la notificación se practica en «hora
distinta» a aquella en que se intentó la primera. A la vista de ello procede fijar
como doctrina legal la siguiente: «a efecto de dar cumplimiento al art. 59.2
LRJAP, tras la reforma operada por la L 4/1999, la expresión en una hora
distinta determina la validez de cualquier notificación que guarde una diferencia
de al menos 60 minutos a la hora en que se practicó el primer intento de
notificación».
VALIDEZ E INVALIDEZ
(TS 3.ª Secc. 5.ª S 4 Feb. 2008. Ponente: Sr. Calvo Rojas (LA LEY 1444/2008))
15. En el caso, en el acuse de recibo de la notificación por correo —en relación
con la concesión de una subvención que había de ser aceptada— no se hizo
constar el parentesco o razón de permanencia del receptor en el domicilio del
destinatario. Y la expresión del número del documento de identidad de quien
recibió el envío —tal como aparece en el expediente administrativo— también
resulta claramente irregular o defectuosa. La notificación practicada por correo
en este caso, que lo fue con una persona física distinta de la interesada —la
comunicación se dirigía a la sociedad limitada—, se hizo, pues, sin que figurara
en el acuse de recibo la condición del receptor, hecho al que se suma que la
administración en ningún momento ha alegado ni probado que tal mención
conste tampoco en la libreta de entrega. El acuse de recibo sólo consigna que
la comunicación ha sido entregada, en el domicilio de envío, a una persona
física cuya firma aparece acto seguido. El art. 59.2 LRJAP (LA LEY.
3279/1992) alude sólo a la «identidad» del receptor que se encuentre en el
domicilio del interesado, no a su condición ni a ninguna otra circunstancia. Sin
embargo, para el caso específico de las notificaciones realizadas por medio de
los servicios de correo, la referencia a la condición del receptor podría ser
exigible a la notificaciones administrativas que se entendieran con persona
distinta —receptor— del destinatario de aquéllas, según la regulación
reglamentaria de este género de notificaciones vigente en cada momento.
(TEAC Voc. 11.ª Res. 19 Nov. 2003 (LA LEY 11541/2004))
16. El plazo establecido en el art. 59.2 LRJAP (LA LEY-LEG. 3279/1992) no es
de caducidad, ni tiene carácter preclusivo, pues no existe norma ni precepto
alguno que así lo establezca, por lo que su incumplimiento en ningún momento
podrá acarrear la invalidez del segundo intento de notificación y por ende de la
posterior notificación edictal. En conclusión, la inobservancia del plazo de los 3
días establecido en el mismo para volver a intentar la notificación en el
domicilio del interesado fallido el primer intento, no acarrea la invalidez del
segundo intento de notificación y, por ende, tampoco la invalidez de la posterior
notificación edictal.
SUBSANACIÓN DE DEFECTOS
(TS 3.ª Secc. 5.ª S 12 Abr. 2000. Ponente: Sr. Yagüe Gil (LA LEY 6881/2000))
17. El hecho de que a las notificaciones de aprobación definitiva de los
Estatutos de la Entidad colaboradora de conservación objeto de controversia
no se adjuntara el contenido del informe de los servicios técnicos municipales,
lo único que genera es un defecto en las mismas —art. 79.3 LPA—, subsanado
desde el mismo momento en que se interpuso el correspondiente recurso de
reposición.
(TS 3.ª Secc. 5.ª S 30 Jun. 1999. Ponente: Sr. Yagüe Gil (LA LEY 8722/1999))
18. Se funda el recurrente en la circunstancia de que como la diligencia de
notificación de la orden de paralización se entendió con persona de la que no
se hicieron constar sus datos personales, siendo además su firma ilegible,
puede afirmarse que la notificación fue defectuosa y que la denegación del
recibimiento de pleito a prueba para acreditarlo violó el derecho a la tutela
judicial efectiva. Alegación insostenible si se considera que la razón para tener
por buena la notificación es que el interesado en su recurso de reposición
contra la orden de demolición citaba la orden de paralización, cuya anulación
pedía, y que, de esa forma, la notificación había surtido sus efectos de acuerdo
con el art. 79.3 LPA.
OMISIÓN
(TS 3.ª Secc. 5.ª S 17 Abr. 2002. Ponente: Sr. Yagüe Gil (LA LEY 5217/2002))
19. Las formas procedimentales administrativas no son caprichos inexplicables
del ordenamiento jurídico, sino medios para asegurar la defensa del interés
público y de los derechos de los administrados. Su falta es sólo causa de
nulidad de los actos de la administración cuando han producido indefensión —
art. 63.2 LRJAP (LA LEY-LEG. 3279/1992) —. En el caso el vicio —falta de
notificación de la aprobación inicial de los estatutos y bases de actuación a los
recurrentes propietarios— fue originado por un error, el de constar como
propietario de una parcela una persona que no lo era, persona a la que se
notificó formalmente la aprobación inicial. Una vez puesto de manifiesto el
error, la administración notificó la aprobación definitiva a los auténticos
propietarios y les ofreció el recurso de reposición. Los interesados lo
interpusieron, pero no alegaron ni un solo motivo de fondo contra los estatutos
y las bases de actuación, escudándose siempre en el puro aspecto formal de la
falta de notificación de la aprobación inicial, que es lo mismo que han hecho en
esta vía contencioso-administrativa. Así que el problema lo han planteado
siempre como una cuestión puramente formal, sin manifestar nunca qué
indefensión de fondo han sufrido por ello y sin aclarar qué argumentos
sustantivos hubieran podido alegar en fase de aprobación inicial que no hayan
podido después utilizar en el recurso de reposición o en esta vía contencioso-
administrativa. Esta es la única indefensión real que hubiera originado la
anulación del acto recurrido y no aquella derivada del puro incumplimiento de
una forma procedimental desconectado de sus consecuencias materiales. No
existe, pues, indefensión.
ANÁLISIS DE LA DOCTRINA EN LA LEY (3)
1. «Las notificaciones en el arbitraje mediante correo certificado con acuse de
recibo». LORCA NAVARRETE, Antonio María. Práctica de Tribunales, n.º
45/2008.
La novedosa regulación de las notificaciones en el arbitraje constituye uno de
los ejes sobre los que pivota el buen éxito del mismo en el momento de laudar.
De ahí que es importante reseñar la jurisprudencia que mayoritariamente se
está elaborando sobre el tema, más aún cuando afecta a la notificación
mediante carta certificada con acuse de recibo y a su viabilidad en el arbitraje.
2. «La contratación electrónica en el proyecto de ley de contratos del sector
público. Análisis y propuestas de mejora». DOMÍNGUEZ-MACAYA
LAURNAGA, Jaime, Contratación Administrativa Práctica n.º 62/2007.
Este artículo doctrinal no tiene como objetivo un análisis de tipo general del
Proyecto de Ley de Contratos del Sector Público, sino que, al contrario,
pretende examinar en profundidad una parte del mismo, que entiendo de gran
importancia, como son sus previsiones, avances y carencias en el ámbito de la
contratación electrónica, en su sentido más amplio.
3. «La autenticidad como requisito de validez y eficacia en las comunicaciones
electrónicas». PUNZÓN MORALEDA, Jesús y SÁNCHEZ RODRÍGUEZ,
Francisco, Contratación Administrativa Práctica, n.º 54.
La autenticidad es uno de los requisitos más importantes en los cuales se basa
el sistema español de comunicaciones electrónicas, junto también con la
integridad, la disponibilidad y la confidencialidad. Hoy en día, las garantías
indiscutibles que ofrecen los nuevos avances tecnológicos permiten que las
relaciones electrónicas, telemáticas y digitales que de forma continua se
producen en el medio cibernético disipen, en una gran parte, las dudas sobre
su seguridad que en el pasado estaban presentes por doquier. Resulta
evidente que al hablar de la autenticidad hemos de tener presente un marco
temporal concreto, aspecto que sin duda alguna va a mediatizar nuestras
reflexiones ya que la autenticidad va ligada a las medidas de protección de que
se disponen en un preciso momento tecnológico y científico. Por tanto, para
poder garantizar de forma precisa la autenticidad hemos de tener muy presente
aquellos elementos materiales que de alguna forma son elementos seguros
según el estado actual de la tecnología.
4. «Plazos, días y horarios de los registros telemáticos y la minusvaloración de
los derechos de los ciudadanos en los procedimientos administrativos
telemáticos». PUNZÓN MORALEDA, Jesús. Actualidad Administrativa, n.º
2/2006.
En el presente estudio se explican los posibles incidentes que pueden
derivarse del conjunto de actuaciones administrativas, en su vertiente
telemática, en las que el administrado y la Administración se relacionan a
través de los registros administrativos telemáticos, hecho que tiene como
consecuencia directa la entrada en juego de otras figuras que se derivan de los
plazos administrativos establecidos en la Ley 30/1992, tales como la
notificación o el silencio administrativo.
5. «La notificación de la propuesta de resolución en el Procedimiento
Sancionador de Tráfico. Comentario a la STS (Sala 3.ª) de 19 diciembre 2000».
MARTÍNEZ NIETO, Antonio. Tráfico y Seguridad Vial, n.º 30/2001.
Estudio de la STS de 19 de diciembre de 2000 como referente más importante
del Derecho Sancionador de Tráfico que plantea la cuestión de la
obligatoriedad de notificar al interesado la propuesta de resolución dictada por
el instructor de un expediente sancionador.
6. «El dies ad quem del artículo 58.4 de la Ley 30/1992. Comentarios a la STS
de 17 de noviembre de 2003 (R.º n.º 128/2002)». ORTEGA VALLEJO,
Fernando R. Tráfico y Seguridad Vial, n.º 63/2004.
Análisis de la Sentencia de 17 de noviembre de 2003 de la Sección 3.ª de la
Sala de lo Contencioso del Tribunal Supremo, dictada en el recurso de
casación en interés de ley n.º 128/2002, sobre sanción por infracción en
materia de transportes
(1)
Textos completos de la Legislación en la edición electrónica del Diario
LA LEY de hoy.
Ver Texto
(2)
Textos completos de la Jurisprudencia en la edición electrónica del
Diario LA LEY de hoy.
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(3)
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