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Estudios históricos
sobre las mujeres en México
2
3
Estudios históricos
sobre las mujeres en México
ÍNDICE
Palabras preliminares
María del Carmen García Aguilar ................................................. 9
Introducción
María de Lourdes Herrera Feria .................................................. 11
[5]
6
Comentarios finales
María del Carmen García Aguilar ............................................. 467
Autoras/es ............................................................................... 479
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 9
PALABRAS PRELIMINARES
[9]
10 PALABRAS PRELIMINARES
INTRODUCCIÓN
[ 11 ]
12 INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
[ 19 ]
20 LAS MUJERES DE LA ELITE MAYA EN EL CLÁSICO
COMENTARIOS FINALES
BIBLIOGRAFÍA
HISTORIAS DE MEXICANAS
[ 33 ]
34 CITHIN, LAS ANTIGUAS MEXICANAS
PROBLEMÁTICA DE ANÁLISIS
POSTURA TEÓRICA
sol, y sólo juntos dan paso a la fertilidad, origen de la vida. Más allá,
toda deidad nahua, mizteca, purépecha, maya, totonaca, otomí, con-
tenía atributos femeninos y masculinos, reflejos de la naturaleza, del
universo [León Portilla, 1979].
Este principio se reflejaba en casi toda idea fraguada por el anti-
guo mexicano, por ejemplo, Quetzalcóatl en Colhuacan —según
los Anales de Cuauhtitlan— oraba en el cielo e invocaba a
Citlalyncue, Citlallatónac, Tonacacíhuatl, Tonacatecuhtli,
Tecollinquenqui, Yeztlaquenqui, Tlallamánac y Tlallíchcatl. A su
vez, los Anales de Cuauhtitlan dicen que él “daba voces en el
Omeyocan”, lugar de dos [Códice Chimalpopoca, 1992: 8]. Antes
de morir, oró a deidades femeninas y masculinas sintetizadas en el
lugar de la dualidad.9
En el mismo texto se narra que en el año 8 tochtli hubo muchos
presagios en Tollan, entonces llegaron las llamadas Ixcuinameh, se-
gún contaban los viejos. Venían de Cuextlan, ya habían pronostica-
do que iniciarían “el flechamiento” en Tollan. Con este último se
festejaría el inicio del mes Izcalli. En 9 acatl, llegaron las Ixcuinameh
con sus cautivos, a dos los flecharon, y se dice que sus maridos eran
sus cautivos cuextecas. Yaotl se hizo presente e introdujo el
desollamiento, en Texcallapan a una mujer otomí que arreglaba unas
hojas de maguey en el río, la tomó Yaotl y la desolló, con su piel vistió
al tolteca Xiuhcóatl. Entonces empezó Tótec a vestirse con la piel
[Códice Chimalpopoca, 1992: 12-13].
Como se observa, este relato es simbólico, las ixcuinas son las respon-
sables del proceso de regeneración. La muerte era vista como el paso
inevitable para la recreación de la vida, el nombre de este fenómeno en
lengua náhuatl era “Tlazoltéotl”, una de las deidades nahuas.
fue capturada por Quinantzin, quien mandó por ella. Tras algunos
contratiempos fue llevada al tlatoani, quien la amó y quiso tener
para él, ella expuso que tal pretensión era imposible porque enton-
ces era “hermana mayor y hacía barrimiento”, llevaba dos años de
voto y le faltaba otro tanto. Quinantzin esperó, y cuando ella termi-
nó el servicio sagrado, se casaron. Más tarde la joven dio a luz, nació
un niño, el rey le dio por nombre Tlacanóztoc. Adelante, con un se-
gundo hijo, fue Chimallaxotzin quien le dio nombre sin consultar al
padre, le llamó Tezcatlteuctli, nombre de Tezcaltlipoca, pues ella por-
taba un tezcatl (espejo) en su cabello, la decisión la tomó porque no
le resultó grato el nombre de su primer hijo y decidió en esta oca-
sión, por sí sola. Este último hijo sería señor de Cuauhtitlan. Ten-
drían un tercer hijo: Teocatzin, el cuarto: Tochtzin, y finalmente, una
mujer [Anales de Cuauhtitlan, 1992: 18-19].
No se piense, por el uso de estas fuentes, que sólo en los pueblos
de habla náhuatl la mujer llegó a ser tlahtoani; para la zona maya, en
diversas estelas y epigrafías se muestran mujeres como gobernantes
supremas de sus pueblos, el arqueólogo Antonio Benavides dice:
CONSIDERACIONES FINALES
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48 CITHIN, LAS ANTIGUAS MEXICANAS
FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA
Documentos:
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México: F.C.E.
Johansson, Patrick,
— 1989. “Circonstances de communication ayant presidé au recueil des
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 49
INTRODUCCIÓN
[ 51 ]
52 MALINALI, UNA REINTERPRETACIÓN CULTURAL
lo cuenta, no creo que la virtud de los nuestros fue tanta que les
aconsejasen que perseverasen en su castidad y honestidad y recogi-
miento en que estaban” [Durán, 1951: 75].
Está claro cómo todas estas mujeres indias de las leyendas descri-
tas subvierten aparentemente el discurso narrativo legendario fuer-
temente endogámico, pero no la regla cultural del intercambio de
mujeres o el matrimonio preferencial según los estudios
levistrossionanos. En Tenochtitlán, según el historiador Pedro
Carrasco, predominaban para la clase noble los matrimonios entre
un mismo linaje. “Esto parece guardar relación con el sistema de
sucesión colateral cuando un señor se casa con la hija de su antece-
sor. También se estila que un príncipe del linaje Tenochca se entro-
nice en un lugar que antes tenía dinastía propia; entonces el nuevo
señor se casa con la hija del que reemplaza, relacionándose así con
la dinastía local” [Carrasco, 1994: 197]. Así las cosas ¿por qué con-
denar en las leyendas orales populares a las uniones o los matrimo-
nios mixtos que eran utilizados de hecho y en la práctica como alianza
política? Es más, la historiadora Pilar Gonzalbo afirma: “Sabemos
que los soldados competían por ellas (indias)22 y que las valoraban
de acuerdo con sus criterios estéticos y utilitarios...Muchas indias se
casaron con españoles y muchas más vivieron amancebadas tempo-
ral o indefinidamente. Las jóvenes herederas de tierras o cacicazgos,
pertenecientes a la nobleza prehispánica, fueron novias muy solici-
tadas por los españoles, que así se beneficiaban de la fórmula legal
que daba la herencia a las mujeres y la administración de los bienes
a sus maridos” [Gonzalbo, 1994: 107]. Pero además, en las Crónicas
de Indias se menciona cómo se regalan hijas de principales a los
conquistadores, como las hijas de caciques tlaxcaltecas o las del pro-
pio Moctezuma a Cortés [Díaz del Castillo, 1991].
Está claro que no había escrúpulos étnicos en las uniones conyu-
gales mixtas o en los matrimonios —quizás sí de nivel social pero no
por cuestión étnica—, y que no sólo eran usuales, sino incluso de-
seados sexualmente y políticamente convenientes en múltiples oca-
siones. Entonces ¿Por qué las leyendas populares orales que todavía
están vivas, o sus versiones escritas posteriores, muestran un final
diferente y las uniones interétnicas siempre acaban con la muerte de
ella o de ambos cónyuges? Probablemente, este discurso correspon-
de a un prejuicio grabado en la cultura popular, que no refleja la
práctica real. Sin embargo, sabemos que para que un mensaje se
mantenga en la narrativa oral popular es porque tiene alguna
funcionalidad social readaptada a los nuevos tiempos ¿Cuál sería
56 MALINALI, UNA REINTERPRETACIÓN CULTURAL
haber agradecido los favores tan necesarios que Malinali les ofreció.
Fue la india buena y a pesar de la ironía anterior, y como reflejo del
enfoque “colonialista” ya mencionado, hay de alguna manera que
reivindicar su nombre como aliada de la conquista y colonia españo-
la. A pesar del título de la narración, se trata de reivindicar los dere-
chos de descendencia de los dos hijos de Malinali: Martín y María.
ALGUNAS REFLEXIONES
Como se observa, y según la época, los indios son más o menos bue-
nos, y Malinali, más o menos mala o mejor o peor valorada, según
estas leyendas ya con autoría y de data reciente.
Hemos visto aquí el retrato de Malinali a partir de las antiguas
leyendas orales tradicionales que todavía se cuentan de viva voz aun-
que algunas estén recogidas en versiones ya escritas, y otras leyen-
das de los siglos XIX y XX, éstas ya redactadas, firmadas y con autoría.
Todas ellas tienen, como todo relato —oral o escrito— una
funcionalidad social. Pero lo que más nos interesa es ver cómo se
configura el mito de Malinali en el imaginario social de indios, espa-
ñoles y mexicanos. Cómo estas leyendas proyectan una época y unas
circunstancias sociales a través de una representación legendaria
que muchas veces, poco o nada tiene que ver con la realidad de ese
momento. Más bien se trata de un reflejo ideológico-nacionalista de
una época, como los escritores del XIX que exaltan un mítico pasado
indígena, o los “colonialistas” del siglo XX que reivindicaban el pasa-
do español. Y lo que es más importante, cómo Malinali es un mito,
cuya leyenda o historia, se inserta como figura protagónica y estruc-
tura de relato, en las antiguas leyendas que condenan las uniones
interétnicas —que en la época tenían lugar y eran bien vistas— y
alaban el papel evangelizador de la mujer —con alguna historia real
que contradice ese mensaje—. Malinali ejerce ambos papeles legen-
darios y míticos, por una parte, y de otra, también su historia se
relaciona con la realidad, con la historia que se conoce en nuestros
días de ese pasado. Malinali es compañera y traductora de Cortés, y
de otros españoles, y esposa de Jaramillo, se cristianiza y aconseja a
su pueblo de origen sobre la “conveniencia” de la nueva fe. Y si bien
no acaba muerta y su alma vaga en pena como en las leyendas orales
populares de las princesas indias que se unían a un español, sí que la
tradición cultural posterior la condena duramente, aunque sea sim-
bólicamente, a deambular cual fantasma generación tras generación,
por cinco siglos, hasta la actualidad.
64 MALINALI, UNA REINTERPRETACIÓN CULTURAL
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ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 65
BIBLIOGRAFÍA
[ 67 ]
68 LA ENTREGA Y EL BAUTISMO DE LAS DONCELLAS TLAXCALTECAS
indígenas se hallaban bien con los españoles, que éstos las trataban
como señoras, tomaron la decisión de entregarles algunas de sus
hijas, junto con las otras trescientas jóvenes, y todas ellas fueron re-
cibidas a condición de que fueran bautizadas. Los tlaxcaltecas pensa-
ron que, así, sus hijas criarían una generación de hombres tan valientes
y temidos como los recién llegados, con los que emparentarían aun sin
la celebración del matrimonio cristiano, ceremonia que no considera-
ban necesaria; ya que para ellos lo importante era sellar su amistad y
consolidar la alianza militar en el campo de batalla.
Madariaga señala que estas jóvenes doncellas pasarían a ser par-
te de una de las instituciones más difundidas entre la sociedad espa-
ñola de la época: la barraganía. Las barraganas eran mujeres cristia-
nas, solteras, de buena fama, que venían a ser una especie de concu-
binas reconocidas y oficiales. Fueron tomadas por los conquistado-
res solteros en calidad de esposas en todo menos en el sacramento;
eran tratadas con respeto, se les reconocía como “doñas”, no fueron
esclavas, sino señoras; aceptadas legalmente con todos los honores y
privilegios y los hijos producto de estas relaciones fueron admitidos
jurídicamente y tratados sin ninguna discriminación; si bien no po-
dían heredar la primogenitura. Estas mujeres podían contraer matri-
monio más adelante o disolver la unión sin que la mujer y los hijos
habidos perdieran los derechos que el contrato les otorgaba. Con todo
la situación de vida de estas jóvenes si bien era legal, era desigual.
A cambio de las indígenas que le fueron entregadas, Cortés man-
do traer de Cempoala algunos presentes como telas, capas, sal, que
fueron recibidos con gran beneplácito por parte de los señores.
Sin duda las nobles tlaxcaltecas fueron bautizadas antes de ser
entregadas a los capitanes de Cortés. Así, Tecuiloatzin, hija de
Xicoténcatl, recibió el nombre de Luisa y fue entregada a Alvarado;
la hija de Maxixcatzin, Zicuetzin, de la que se decía era muy hermo-
sa, recibió el nombre de Elvira y fue dada a Juan Velázquez de León;
y las otras, llamadas Toltequequetzaltzin, Zacuancózcatl y
Huitznahuazihuatzin, fueron para Sandoval, Olid y Ávila. A partir
de ese momento, los oficiales de mayor rango tendrían una mujer
indígena y, a las pocas semanas, muchos soldados encontrarían una
también; por lo que los mestizos no tardaron en llegar.
Como los españoles fueron bien recibidos en las casas y palacios
de Xicoténcatl, Maxixcatzin procuró pedir a Cortés que él y toda su
gente pasase a su señorío, cuya cabecera era Ocotelulco. El conquis-
tador consideró que le convenía tener contentos a todos los señores
y en especial a Maxixcatzin, quien desde un principio y aun sin co-
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 71
nocerle había mostrado una gran inclinación hacía él, por lo que
decidió complacerlo y acompañarlo hasta sus tierras. En Ocotelulco
pasaron algunos días de descanso siendo objeto de atenciones y gran-
des festividades.
Durante su estancia en Tlaxcala, tanto Hernán Cortés como Pe-
dro de Alvarado, su acompañante, recibieron una especial denomi-
nación. Al primero le llamaron Chalchiuh Capitán, es decir, capitán
de gran estima y valor. En tanto que nombraron al segundo Tonatiuh,
porque decían era hijo del sol por ser rubio y apuesto. En tanto
permanecían en tierras tlaxcaltecas, los conquistadores españoles,
aun después de haber pactado la paz y hecho la alianza, se mante-
nían recelosos y alertas contra un sorpresivo ataque. Tal actitud no
pasó desapercibida para los señores de Tlaxcala quienes les manifesta-
ron su inquietud, Cortés respondió que, aun siendo ellos buenos, era
útil permanecer en constante alerta a causa del reducido número de
españoles. Bernal da cuenta de la respuesta de los tlaxcaltecas: “ya que
aquí estás y te daremos todo lo que quisieres, hasta nuestras personas e
hijos y moriremos por vosotros; por eso demanda en rehenes lo que
fuere tu voluntad” [Díaz del Castillo, 1976: 130].
En las dos semanas siguientes a su llegada (octubre de 1519),
Cortés les habló de los beneficios del cristianismo, suceso del que se
enteraría el mestizo Muñoz Camargo, quien años más tarde reseñó
las conversaciones entre los señores de Tlaxcala y Cortés, acerca de
los objetivos de la expedición, de su origen y naturaleza. El conquis-
tador dio largas explicaciones sobre la relación de la religión cristia-
na y los poderes terrenales, criticó la práctica del sacrificio humano
y repitió que los españoles eran seres humanos como ellos; la única
diferencia era que ellos eran cristianos.
Después de la llegada de Cortés a Tlaxcala, los señores de las
cuatro cabeceras se preguntaron sobre la naturaleza y las intencio-
nes de los recién llegados: si eran mortales o dioses, si se quedarían
a vivir entre ellos; en este caso les ofrecieron escoger un buen sitio,
proporcionarles tierras, agua y ayudarles a construir sus casas.
A las preguntas hechas por Maxixcatzin y Xicoténcatl, Cortés,
valiéndose de Malintzi y de Jerónimo de Aguilar, respondió acorde
a la visión providencial propia del cristianismo, que todos eran cris-
tianos, por ser hijos del verdadero Dios; que venían de parte del
emperador don Carlos, que les había enviado por saber lo necesita-
dos que estaban de su fe y que los dioses que adoraban, y que eran
fabricados por sus manos, eran falsos. Afirmó que venía con el en-
cargo de apartarlos de los sacrificios crueles y a manifestarles que
72 LA ENTREGA Y EL BAUTISMO DE LAS DONCELLAS TLAXCALTECAS
después de esta vida había otra que era eterna y les hizo saber que,
para instruirles más, pronto llegarían los verdaderos ministros de
Dios. Por todo esto les pedía que le permitieran derribar sus ídolos y
aceptaran el bautismo para hacerse cristianos.
A cambio de tan difícil prueba de confianza, Cortés les prometió
ayudarles a emprender una guerra contra Moctezuma para tomar la
revancha por las arbitrariedades e injurias de las que habían sido
objeto. Los caciques se conmovieron ante tanta elocuencia, pero no
consintieron en la destrucción de sus ídolos por temor a incurrir en
graves castigos y calamidades para su pueblo. En cuanto a ir contra
Moctezuma, estaban dispuestos, así como someterse al emperador;
estaban en la mejor disposición para hacer la paz y la guerra.
Cortés continuó insistiendo en que los ídolos fueran destruidos y
los caciques tuvieron que aceptar esta determinación permitiendo
que “los ídolos fueran quitados, limpiado y encalado el lugar, para
colocar de inmediato una cruz, así como una imagen de la Virgen en
la que rápidamente se dijo una misa y en la cual fueron bautizadas
las doncellas nobles ofrecidas a Cortés” [Muñoz Camargo, 1998: 220].
Viendo Cortés la buena disposición hacia la nueva fe mostrada
por los tlaxcaltecas, fueron después bautizados los cuatro señores de
las cuatro cabeceras, por mano de Juan Díaz, presbítero que venia
por capellán de la armada.“Hecha esta general y pública conversión
a honra y gloria de nuestro señor y de su benditísima madre la siem-
pre Virgen María y señora nuestra, se comenzaron a bautizar luego
los otros muchos señores y caciques de esta República” [Díaz del
Castillo, 1976: 449].
Los nombres que se les dio en el bautismo a los señores principa-
les de Tlaxcala fueron los siguientes: Vicente Xicoténcatl, Lorenzo
Maxixcatzin, Bartolomé Citlalpopocatzin y Gonzalo Tlehuexolotzin.
Fueron padrinos de los cuatro señores: Hernán Cortés, Pedro de
Alvarado, Andrés de Tapia, Gonzalo de Sandoval y Cristóbal de Olid.
Ese día se hicieron grandes fiestas a la usanza española, con
luminarias por la noche y con la celebración de carreras de caballos.
Los indígenas, a su vez, efectuaron grandes danzas, además de ofre-
cer mucha comida y presentes a sus huéspedes.
Al parecer un gran número de tlaxcaltecas se convirtió y, según
Muñoz Camargo, al tiempo de bautizarlos se tuvo este orden: “un
día que se bautizaban los varones, se llamaban Juanes, otros en que
se bautizaban las mujeres se llamaban Anas, otro día Pedros, otros
Marías de suerte que venían por días los nombres de los varones y
hembras” [Muñoz Camargo, 1998: 221]. Señala además que se les
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 73
BIBLIOGRAFÍA
[ 79 ]
80 SEXUALIDAD Y MITOS EN EL MÉXICO COLONIAL
LOS DISCURSOS
CONDUCTAS Y RESISTENCIAS
Notas
1
Carlos García Gual. La Mitología, interpretaciones del pensamiento mítico.
Barcelona, Montesinos, 1989, p.10.
2
J. Frazer. La Rama Dorada. México, Fondo de Cultura Económica, 1991,
passim.
3
Jean Delameau. El Miedo en Occidente. Madrid, Taurus, 1989, p. 479.
4
Pilar Gonzalbo. Las mujeres de la Nueva España. Educación y vida cotidiana.
México, El Colegio de México, 1987, pp. 27-35
5
Josefina Muriel. Los Recogimientos de Mujeres. México, UNAM, 1974, p.17
6
José María Ots Capdequí. El Estado español en las Indias. México, FCE, 1982,
p. 107.
7
I. Corintios, VII:1.3
8
Philipe Ariés et, al., “El amor en el matrimonio” en Sexualidades Occidentales,
México, Paidos, 1987, pp. 182-183.
9
Silvia Marina Arrom. Las mujeres de la ciudad de México, 1790-1857. México,
Siglo XXI, 1988, p.86.
10
Archivo General de la Nación de México, en adelante AGNM, Ramo
Inquisición. Vol. 1157, exp. 8 año 1777.
11
Marcela Suárez. “De amores y castigos. Algunas consideraciones sociológicas
sobre el poder y la sexualidad en los albores del siglo XIX en México”, en
Sociológica, Año 9, Num.26. Sep.-Dic. de 1994.
12
Deborah Kanter. Mujeres depositadas: A View from the Countryside. University
of Virginia, 1990, passim.
13
AGNM. Ramo Bandos y Ordenanzas. Vol. 11 f9, Vol. 15 f1.
14
Solange Alberro. Inquisición y Sociedad en México 1571-1700. México, FCE.
1988 pp 21-29.
15
AGNM. Ramo Criminal. Vols 84 y 89 .
16
Carmen Martín Gayte. Usos amorosos del XVIII en España. Barcelona,
Anagrama, 1987, passim
17
Silvia Marina Arrom, op, cit,. p.30
18
Pilar Gonzalbo, op, cit,. pp. 151-152.
19
AGNM. Ramo Inquisición Vol. 548-3. Exp. 6.
20
AGNM. Ramo Inquisición. Vol. 1505, 1a parte Año 1789.
21
AGNM. Ramo Inquisición. Vol. 1088 exp 1 Año 1768. Ver caso de Fetiche,
para ver hechizos con pajaritos véase Ramo Inquisición Vol. 1078 exp 9. Año 1766.
22
Carmen Martín Gayte, op, cit,. p.32.
23
Silvia Arrom, op, cit., p. 193
24
Marcela Suárez. Sexualidad y Norma sobre lo prohibido. México, UAM, 2000,
pp. 225-226.
25
Ibid. pp. 225-232.
26
AGNM. Ramo Criminal, Vol. 607, exp. 6.
27
AGNM. Ramo Inquisición, Vol. 1285, exp. 17 . Año 1788
28
Carlos García Gual, op, cit., prólogo.
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 87
FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA
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México” en Sociológica, Año 9, No. 26. SEP-DIC.
Suárez, Marcela. 2000. Sexualidad y Norma sobre lo prohibido. México, Uni-
versidad Autónoma Metropolitana.
88
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 89
El título de este trabajo define las etapas que vivieron las mujeres
que se dedicaron al arte de partear en un lapso aproximado de 300
años. Primero con una tradición heredada de Europa, ligada a la
persecución de lo femenino y representada en la figura maligna o
perversa de las brujas que nos llegó con la conquista; más tarde,
ante la persistencia de tradiciones prehispánicas que se combinaron
con las europeas en la Nueva España, manifestándose en ciertas cos-
tumbres de las mujeres de esa sociedad colonial, particularmente
con las que se dedicaban al oficio de partear y eran acusadas por
superstición. Y, finalmente con la actitud a la que se enfrentaron las
parteras ante la llegada de la razón Ilustrada, cuando se encontra-
ron ante la desventaja de nuevas reglas para ejercer en ese oficio; ya
no eran brujas, ahora se sabía que éstas no existían, sí eran supersti-
ciosas se aceptaría que no era por mala voluntad, simplemente eran
ignorantes, y esa fue su desventaja ante una ciencia que era de do-
minio masculino.
Tenemos entonces que en el periodo de interés para este trabajo,
la época de la colonia, se modificaron algunas características de las
mujeres dedicadas al oficio de partear y su papel dentro de la socie-
dad novohispana, sobre todo al ser vínculo entre otras mujeres, de
niveles distintos pero de necesidades similares.
[ 89 ]
90 BRUJA, SUPERSTICIOSA O IGNORANTE
mencionado, pues esta mujer aceptó ser ella misma quien retiraba
las reliquias, símbolos cristianos, a sus hijas cuando iban a parir,9 y
esa es la razón original por la que fue acusada la partera. Lo impor-
tante aquí es que vemos el vínculo de un madre española con la
partera mulata y de ambas con las hijas, sin duda criollas, con lo que
la circularidad cultural va desarrollándose.
Continuando con el expediente, existen al menos otras cinco
mujeres que denunciaron a la partera, entre ellas otras dos parteras
a las que la misma Catalina enseñó el oficio. Las acusaciones son por
el retiro de reliquias, lo que atenta a las creencias cristianas, o por
haber dado algún bebedizo, lo que haría suponer alguna práctica
“hechiceril”. Sin embargo ninguna de las mujeres la acusa por la
muerte de alguna parturienta o de algún recién nacido, lo que sería
prueba de su capacidad en el oficio, pero ésto no pareció ser tomado
en cuenta.10 Para mí, el caso de Catalina González es uno de los
ejemplos más claros sobre la necesidad de la presencia de las parte-
ras, no sólo en la cuestión de su oficio, sino como enlace de cultura
y sobre todo, una forma de relación entre mujeres para esa época
donde era difícil transgredir lo privado de su vida y hacerlo parte de
lo público, reservado a los varones.
Ya entrando en el siglo XVIII se pueden encontrar casos de parte-
ras acusadas aún por brujería o prácticas de hechicería, como fueron
los casos de Josepha de Zárate, “La chepa”11 en 1721, mulata una
vez más y que es presentada realmente como si se tratara de una
bruja. De forma similar se encuentra en 1753 el caso de Marcela,12
acusada de enfermar a una parturienta que tuvo un disgusto con la
mencionada partera, lo cual descubre la verdadera razón de su supues-
to delito, ya que en este caso aparece un médico para valorar a la afec-
tada, pero no logra la curación de la misma, por lo que se sostiene
que era víctima de un maleficio del que se culpa a la partera.
El porqué se acusa en ocasiones a parteras y curanderas se hace
notar en un caso de 1792, cuando es denunciada otra partera, Agus-
tina Carrasco, acusada por un negro de haber cometido maleficio
contra su esposa y en este caso es el oficial de la Inquisición quien
hace notar que en ocasiones eran los temores o las revanchas las que
propiciaban este tipo de acusaciones, afirmando que “la mayor par-
te son falsedades y ficciones de los mismos de quienes atribuyen
semejantes delitos”. La creencia de brujería se va descartando, acer-
cándose a un plano más racional, propio de la época que iniciaba.
Finalmente tenemos en el archivo de la Inquisición un caso más,
en 1798, donde se puede concretar la idea que hemos venido mane-
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 95
Hasta aquí hemos visto, grosso modo, los orígenes de una profe-
sión en México, donde la mujer es el punto de partida, enfrentán-
dose siempre a los retos que implican los cambios de cada época.
Por supuesto que el avance científico, el cambio en las ideas y el
mismo proceso de independencia llevaron a otros cambios, tanto en
la formación de parteras como en la legislación sobre su ejercicio
ahora también de los parteros, aunque esa ya es otra parte de la
historia. La imagen de aquella partera-bruja medieval no ha des-
aparecido, vive en la misma mujer que, en la atención de otras mu-
jeres, busca una forma de sobrevivir, pero que sigue sin la oportuni-
dad de una enseñanza formal, preservando la sabiduría de sus ante-
cesoras.
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 101
Notas
1
Alberro, Solange. 1994. “Herejes, brujas y beatas: mujeres ante el Tribunal
del Santo Oficio de la Inquisición.” En Presencia y Transparencia de la Mujer, México:
El Colegio de México, p. 89.
2
Gruzinsky, Serge. 1991. La Colonización de lo Imaginario. Sociedades indígenas y
occidentalización en el México español en los siglos XVI – XVIII. México. Fondo de
Cultura Económica, pág.165.
3
Alberro, Solange. 1998. Inquisición Y Sociedad 1571 – 1700. México: Fondo
de Cultura Económica, pág. 463
4
Flores Y Troncoso, Francisco de Asís. 1886. Historia de la Medicina en México,
desde la antigüedad a los tiempos actuales. México: Ed. Facsímil IMSS, pág. 396
5
Sahagún, Fray Bernardino de. 1981. Historia General de las Cosas de la Nueva
España. México: Editorial Porrúa, Libro VI, Cap. XVIII
6
Somolinos D’Ardois, Germán. 1911. Relación alfabética de los profesionistas
Médicos o en relación con la medicina. Que practicaron en territorio mexicano (1521-
1618). Capítulos de Historia medica mexicana, apéndice. México: Soc. Mexicana
de Historia y Filosofía de la Medicina, pág. 218.
7
Archivo: AGN. Acervo Inquisición, 38, 2. Restringido.
8
Archivo:AGN. Inquisición, 360. 55, f.159.
9
Idem. f. 488
10
Palacios García Indira D.M. 1999. La partera Colonial Hacía el Nuevo Orden
Ilustrado (1536-1831). Tesis de Licenciatura. México: Colegio de Historia. Facultad
de Filosofía y Letras, BUAP, pp. 66- 67.
11
Archivo: AGN, Inquisición. 798. 8, f.124
12
Archivo:AGN, Inquisición. 953.41, f. 309.
13
Archivo: AGN, Inquisición. 1313.12 f. 1-4.
14
Cangiamila, Francisco. 1778. Embriología Sagrada o tratado de la obligación que
tienen los curas, confesores, comadres y otras personas de cooperar en la salvación de los
niños que aun no han nacido, de los que nacen al parecer muertos, de los abortivos, de los
monstruos etc. Madrid: imprenta de Pedro Marín.
15
Segura, Ignacio. 1775. Avisos Saludables A Las Parteras, para el cumplimiento de
su obligación sacados de la Embriología Sacra del Sr. Doctor D. Francisco Manuel
Ciangiamila. México: Facsímil, UNAM.
16
Tate Lanning, John. 1997. El Real Protomedicato. La Reglamentación de la
profesión médica en el Imperio español. México: Facultad de Medicina, Instituto de
Investigaciones jurídicas, UNAM, pp. 428 - 429
17
Medina, Antonio. 1806. Cartilla Nueva Útil y Necesaria para las parteras para
instruirse las matronas que vulgarmente llaman comadres en el oficio de partear, con licencia
del superior gobierno. Madrid: Facsímil-UNAM.
18
Flores, ídem. Vol. II, pp. 190 – 191.
19
Muriel, Josefina. 1991. Hospitales de la Nueva España. T. II. Fundaciones del
Siglo XVII y XVIII. México: UNAM, pp. 197 – 198.
20
Archivo: AHAP. Actas de Cabildo, L.83 enero-diciembre 1814.
21
Archivo: AHFM. Protomedicato, Legajo X, exp. 12, f.1 (faltando una)
22
Archivo: AHFM. Protomedicato, legajo XII, exp. 15 f.1
102 BRUJA, SUPERSTICIOSA O IGNORANTE
BIBLIOGRAFÍA
PRESENTACIÓN
[ 103 ]
104 GERÓNIMA DE RIOJA, UNA VIUDA EN EL SIGLO XVII
CONCLUSIONES
Notas
1
Guevara, 1529:276.
2
Las casas han sido objeto de diversas remodelaciones y modificaciones en su
diseño y distribución de los espacios desde su construcción en el siglo XVII hasta la
actualidad. Lo notable es que la planta baja donde se encontraban las accesorias
hoy son ocupadas por negocios de diferentes giros y donde se encontraba la botica
administrada por doña Gerónima de Rioja, ahora es un comercio de comida rápida.
3
Del análisis de un testamento es posible averiguar parte de la vida privada
del testador y su familia, sobre su condición social y económica e incluso de salud
al momento de testar. La acción testamentaria introducida por los españoles
también se extendió entre la población indígena, por lo que este tipo de
instrumento protocolario se ha convertido en una fuente rica en información
para la historia social. Véase Zárate, 2000; Rojas, Rea y Medina, 1999.
4
En los procesos criminales ejecutados por la Real Sala del Crimen por
tumultos, asonadas y revueltas populares ocurridas en diferentes puntos del
territorio de la Nueva España, se describe al grupo de participantes en donde
salen a relucir las mujeres, véase Archivo General de la Nación, fondo Criminal.
5
Para una visión sobre el origen de la nobleza novohispana y la forma en que
se entrelazaron las diferentes familias para asegurar su fortuna véase Artís, 1994;
Ladd, 1984.
6
Sobre la existencia del amor maternal entre sociedades antiguas véase
Badinter, 1980.
7
Véase MacLachan, 1976.
8
Malvido, 1986.
9
Escriche, 1993:713-714.
10
Ídem:714.
11
Sus hermanos fueron Juan, Juana, Inés, Sebastiana, Luisa, Nicolás Antonio,
Ana, María, Leandro y Gerónimo.
12
AHSCJN. Serie Asuntos Económicos s. XIX. Títulos de la casa que se compró
a los reverendos padres carmelitas en la calle del Coliseo Nuevo. Caja 547. Exp.
63005 (1775).
13
AHSCJN. Serie Asuntos Económicos s. XIX. Testamento de Doña Gerónima
de Rioja. Caja 547. Exp. 63005 (1672), fs. 143-155v.
14
Diego de Ortega hijo, murió joven y sin dejar descendencia; Bernabé de
Rioja y Antonio de Ortega ingresaron al convento de San Francisco en donde
mueren, sólo Bernabé dejó testamento; Juana de Rioja ingresó al convento
dominico de Santa Catalina de Sena y tomó el nombre de Juana de la Presentación,
donde falleció testando a favor de su madre; Magdalena y Francisca de Rioja y
Ortega profesaron en el convento de Nuestra Señora de la Limpia y Pura
Concepción con los nombres de Magdalena de San Gerónimo y Francisca de la
Ascención respectivamente, ambas testaron a favor de su madre; finalmente, Josefa
de Ortega y Rioja se casó con Baltazar de Contreras, de quien se divorció y separó
por las leyes eclesiásticas por golpes y maltratos físicos y verbales. Murió sin dejar
descendientes ni testamento, en AHSCJN, ídem., fs. 147-147v.
15
AHSCJN. Serie Asuntos Económicos s. XIX. Testamento de don Diego de
Ortega, Caja 547, exp. 63005 (1639), f. 31v.
16
AHSCJN. Serie Asuntos Económicos s. XIX. Transacción, concierto y paga
de legítimas entre los hijos y nietos herederos de Pedro de Rioja e Isabel Muñoz.
Caja 547, Exp. 63005 (1656), fs. 129-138v.
17
AHSCJN. Serie Asuntos Económicos s. XIX. Testamento de doña Gerónima
de Rioja. Caja 547, Exp. 8 (1672), f. 144.
112 GERÓNIMA DE RIOJA, UNA VIUDA EN EL SIGLO XVII
18
Ídem., f. 135.
19
AHSCJN. Serie Asuntos Económicos s. XIX. Carta de pago, redención y
cancelación de 12 000 pesos de principal y 600 de réditos que otorgó el convento
y frailes de nuestra señora de la Merced a favor de las casas que fueron de don
Diego de Ortega. Caja 2050, Exp. 8 (1658), fs. 117-121v.
20
AHSCJN. Serie Asuntos Económicos s. XIX. Testamentos de la madre Juana
de la Presentación (1647), fray Bernabé de Rioja, (1651), Magdalena de San
Gerónimo (1652) y Francisca de la Ascensión (1652). Caja 547, Exp. 63005, fs.
32v-45v.
21
Ídem., fs. 151-151v.
22
AHSCJN. Serie Asuntos Económicos s. XIX. Testamento de doña Gerónima
de Rioja. Caja 547, Exp. 63005 (1672), fs. 144v-145. Para conocer las funciones
sociales de las cofradías en la Nueva España véase Bazarte, 1989.
23
Uno de los mejores pintores barrocos, nacido en México en 1632; varias
obras suyas se pueden apreciar en la Catedral Metropolitana y en la Pinacoteca
Virreinal, ambas en la ciudad de México, de las cuales sobresalen Entierro de Cristo
y El triunfo de la Iglesia.
24
AHSCJN. Serie Asuntos Económicos s. XIX. Testamento de doña Gerónima
de Rioja. Caja 547, exp. 63005 (1672), fs. 148v-149.
25
Ídem., fs. 144v-150.
26
Ídem., fs. 145v. y 150 v.
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 113
SIGLAS Y BIBLIOGRAFÍA
[ 115 ]
116 SOR MARÍA DE JESÚS TOMELLÍN: EL IDEAL DE LA MUJER NOVOHISPANA
lugar tuvo que enfrentarse con la negativa y hasta los maltratos físi-
cos por parte de su padre antes de ingresar al convento, al que entra
rebelándose. Para SMJ, el haber padecido estos problemas con el fin
de lograr lo que ella quería, a decir de Pardo, nos remiten al carácter
decidido que caracteriza a la personaje, y que la lleva a conformarse
dentro de esta vida de santidad.
Al respecto Rubial señala que:
Esta actitud la convierte ante los ojos de los demás y ante sí mis-
ma en una verdadera mártir. La subjetividad sigue construyéndose a
través de la práctica, no sólo de la paciencia, sino de una humildad
manifiesta en un constante desprecio de sí misma. El biógrafo relata
que desde niña se distinguió por desestimarse y realizar todo tipo
de acciones serviles. Ya dentro del claustro se adelantaba para llevar
a cabo las tareas más bajas, como cuidar y atender a las enfermas,
llegando su espíritu de servicio y humildad hasta atender “[...] a las
criadas, y a esclavas del Convento, a las cuales (por humillarse más
con lo menos de aquella Comunidad) les hacía la cama, [...] solicita-
ba el alivio, [...] y olvidando melindres, ascos y pundonores, les lava-
ba los vasos inmundos, y les hacía por sus manos mismas las unturas
[...]” [Pardo 1676: 33]. En este sentido, la práctica de la virtud de la
humildad debe haber sido trascendente, especialmente en este as-
pecto que señala la cita, respecto a la atención a criadas y a esclavas,
quienes eran consideradas de tercera, pues Pardo se refiere a ellas,
en otras partes del texto, como a seres torpes, viles y además
paganas.
Se confirma así, lo que dice Rubial: “A la humildad vienen asocia-
das otras virtudes como la obediencia y la mansedumbre,
sacralizadoras del orden, de la sociedad jerarquizada e inmóvil, ins-
trumentos ideales para el arte de disciplinar cuerpos y almas [...]”
[ídem: 173]. El control sigue presente en las acciones y prácticas de
la monja, las cuales paradójicamente, logran convertirla en
transgresora al acceder al discurso místico.
El texto de Pardo es abundante en ejemplos de las acciones de
124 SOR MARÍA DE JESÚS TOMELLÍN: EL IDEAL DE LA MUJER NOVOHISPANA
[...] las monjas ‘edificadas’ del siglo XVII utilizaban esos métodos
como ejercicio cotidiano para provocar las visiones, en un afán
por imitar la Pasión de Cristo y comunicarse con él a través de los
sentidos [...] Armados de una ambivalente autoridad los confeso-
res y los altos prelados exigían a las monjas ejercicios ascéticos
‘moderados’, aunque alababan a aquellas que se desmesuraban
126 SOR MARÍA DE JESÚS TOMELLÍN: EL IDEAL DE LA MUJER NOVOHISPANA
Notas
1
A partir de este momento me referiré a ella como SMJ.
2
Michel Foucault en Historia de la sexualidad. La voluntad de saber, ha señalado
que la confesión “[...] es un ritual de discurso en el cual el sujeto que habla coincide
con el sujeto del enunciado; también es un ritual que se despliega en una relación
de poder, pues no se confiesa sin la presencia al menos virtual del otro, que no es
simplemente el interlocutor sino la instancia que requiere la confesión, la impone,
la aprecia e interviene para juzgar, castigar, perdonar, consolar, reconciliar [...]”
[Foucault 1996: 78].
3
Jean Franco, en su ensayo “Si me permiten hablar: la lucha por el poder
interpretativo” dice que “[...] a pesar de tratarse de una época en que los
límites eran bien definidos y la transgresión era castigada brutalmente, se
pueden encontrar trazas de una lucha ideológica por la interpretación en
géneros marginales, por ejemplo en las vidas de monjas místicas [...]” [Franco
1988: 91].
4
No está de más subrayar que el caso de la fundación de conventos femeninos
fue más tardío que el de varones. Esto se debió, en primer lugar, a que en los
inicios de la Colonia eran pocas las mujeres españolas; sin embargo, con el
transcurso del tiempo y al haber ya un excedente de mujeres tanto españolas
como criollas, fue necesaria la fundación de recogimientos, beaterios y conventos.
Aclaro que estas fundaciones fueron propiamente urbanas y apoyadas por la
Corona española. De este modo, la Corona, la autoridad civil, la Iglesia y la propia
sociedad novohispana cooperaban para los gastos que implicaban los conventos.
Aunque muchas de las monjas provenían de familias ricas que podían pagar la
dote; en algunos casos eran ayudadas por donaciones de parientes o ciudadanos
ricos para su ingreso al convento. Por otro lado, tales donaciones no eran solamente
por caridad o por protección de las mujeres contra el pecado; los benefactores
ponían de por medio su salvación ya que sus donaciones eran bendecidas con
indulgencias que les aseguraban la salvación eterna; en el ámbito social era de
prestigio patrocinar una monja.
5
Inmaculada de la Corte dice que “El objetivo de la creación de estos institutos
monacales tenía que ver con la sociedad española, no con la indígena ya que
según su propósito explícito y declarado, se trataba de ofrecer un ámbito de
recogimiento, de clausura, para que las mujeres hicieran una vida de servicio a
Dios a través de la oración, de la contemplación y de la observancia de los votos”
(en Ramos Medina 1995: 138).
6
Las “quadras” o “celdas profanas”, ya fueran individuales o familiares,
proliferaron en los conventos novohispanos. Estas eran construidas con todo lujo
por la familia de las propias monjas. Había celdas bastante grandes como las de
las hijas del matrimonio Monroy e Hijar, quienes profesaron en un monasterio
queretano. La “quadra” tenía “[...] celda y trascelda con su alacenas, cocina y
patio, todo con cimientos de cal y canto, paredes de adobe enjarradas, blanqueadas
y bruñidas con su cenefa de almagre, cubiertas de buena viguería y tejamanil, con
sus puertas, las principales de cedro y cojinillo y las otras de tablazón .” [Ramos
Medina, 1995: 567] Algunas de las más lujosas constaban de sala y antesala y
“hasta baño de placer”.
7
Para Lagarde los cautiverios de las mujeres se estructuran de la siguiente
manera: “i) los ejes centrales de la definición histórica de su condición: la
sexualidad y la relación con los otros (con el poder); ii)sus modos de vida
constituidos a partir de la concentración de círculos particulares (redes de
relaciones sociales y espacios culturales).” Señala después los tipos de cautiverios:
“ Cautiverio, prisión, encierro, claustro, cárcel, reclusorio, recogimiento [...] Las
monjas están cautivas del tabú que es su sexualidad, en la vida consagrada, por la
religión, en el convento” [ídem: 173-174].
128 SOR MARÍA DE JESÚS TOMELLÍN: EL IDEAL DE LA MUJER NOVOHISPANA
8
Entiéndase esta práctica como el diálogo con Dios, Cristo, la Virgen y santos,
los viajes, éxtasis y arrobos, de las cuales el cuerpo es el vehículo, no sólo el espíritu.
BIBLIOGRAFÍA
[ 129 ]
130 ENFERMEDAD Y CONTROL SOCIAL. MUJERES EN EL VERACRUZ COLONIAL
LA NUEVA VERACRUZ
LAS ENFERMAS
EL RECOGIMIENTO DE VERACRUZ
Notas
1
“Llegó a tener 200 españoles con cerca de 600 esclavos negros para trabajo
portuario”. Alcántara, 2002:180-181. Otros historiadores no anotan más de mil,
aumentando en los siglos XVII y XVIII; por ejemplo hacia 1681 había 3000 personas
y en 1791 eran 4 000 los habitantes porteños, según Rudolph Widmer. Suárez,
2001:34
2
AGN, Ramo Hospitales, tomo 43, exp. 5
3
Pumar, 1991:12-13
4
El hospital novohispano era una institución religiosa antes que médica o
sanitaria. Basado en el mito cristiano de la virtud-pecado, consideraba que la
enfermedad se presentaba al haber cometido un pecado o infracción a la ley
divina. En consecuencia, debía entonarse una serie de ruegos y suplicas para
invocar el retorno de la gracia divina, terapéutica que se aunó a la médica y
quirúrgica en la atención de enfermos en los hospitales coloniales. Su principal
función era dar cuidado espiritual y médico a pobres, enfermos y necesitados en
general, sostenido por ayudas oficiales y limosnas de particulares.
5
“Inflamaciones, edemas, tumores de todo tipo, apostemas o abscesos, úlceras
y afecciones gangrenosas. Enfermedades de los huesos, fracturas y luxaciones,
heridas, várices. Dolor. Enfermedades del gusto y de la boca, de las orejas y del
oído, del ojo y de la vista. Enfermedades de los tegumentos del cuerpo, de los
pelos, uñas y tacto. Excoriaciones, quemaduras, congelación. Manchas, costras,
sarna, pústulas. Hernias, procidencias; piedra en la uretra…” Izquierdo, 1949:127
6
Corbin, 1987.
7
En el siglo XVIII —especialmente hacia la segunda mitad— se buscó imponer
una dirección distinta para la acción social, bajo las luces de la Razón más que de
la devoción que signó el período anterior.
8
Trens, 1992.
9
No obstante, en su funcionamiento normal a veces llegaba a recibir mayores
números. En una visita realizada en el último cuarto del siglo XVIII se apuntó
que su capacidad regular oscilaba entre 20 y 40 enfermas.
10
AGN, Ramo Hospitales tomo 49 exp. 9. Puede apreciarse ya la distribución
del hospital de mujeres con la adición de las fábricas de San Carlos, que se
construyeron en la parte anteriormente vacía del solar. Dicho hospital militar
convivió muchos años con el de Loreto, y le sobrevivió: este último fue derribado
en la segunda mitad del siglo XIX, y San Carlos se tornó hospital militar en funciones
hasta 1990, aproximadamente.
11
AGN, Ramo Hospitales, tomo 23, exp. 7.
12
La sífilis había permeado a todos los grupos socio raciales de la colonia, y
en su etiología se encendieron acerbos debates sobre su origen americano o
europeo. Para conocer tal debate véase “Visión histórica de la sífilis” en Martínez
y López, 1997:5-26
13
Archer, 1983:334-335.
14
AGN, Ramo Hospitales tomo 43 exp. 7.
15
Los dos hospitales tiene algunas diferencias, siendo que en el español se
recibían enfermos ambulatorios que recibían unciones mercuriales una o dos veces
por año. Martínez y López, 1997.
16
AGN, Ramo Hospitales tomo 43 exp. 7.
17
Carta de fray Jerónimo de Mendieta al padre Bustamante, enero de 1562,
citada en Muriel, 1974:43. Debemos apuntar que aunque el fenómeno de la
prostitución es de una complejidad tal que rebasa la sola necesidad económica,
este es el factor más importantes para su práctica. Ver Núñez, 2002.
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 147
18
Muriel, 1974: 45.
19
Behar, 1989.
20
Foucault (1997) (1998).
21
Muchas veces los beneficios económicos de estas eran abrogados por los
cabildos. En México se autorizó la primer casa de mancebía en la capital mediante
Real Cédula de 1538. Muriel, 1974:34.
22
Archivo Histórico Municipal de Veracruz, caja 31, foja 367, citado en Suárez,
2001:105.
23
Un pormenorizado estudio de la administración de la Casa de Recogidas lo
realizó Suárez, 2001.
24
González Casanova, 1986, Alcántara López, 2002.
25
Es necesario trabajar con mas detalle los documentos de tal hospital,
buscando hallar el numero y sobre todo el tipo de enfermas y tratamiento recibido
una vez que estuviera funcionando la Casa de Recogidas. Es un labor que en
futuro realizaremos, buscando enriquecer las fuentes hasta ahora localizadas en
el AGN, que privilegian sobre todo las cuestiones administrativas. Es expresivo
en ese sentido el documento del volumen 23 expediente 9 del Ramo Hospitales
del AGN, “Diligencias hechas para la averiguación de las enfermas que han entrado
a curarse en el H. de N.S. de Loreto, Fincas que tiene propias y renta anual
corriente”.
26
Suárez, 2001:102.
27
Antonio Elorza citado en Suárez, op. cit. p 76-77.
28
AGN, Ramo hospitales, tomo 43 exp. 4.
29
Muriel, 1991:235 tomo II.
30
Negras y mulatas eran también proveedoras de alcoholes y aguardientes
prohibidos, que hacían llegar a los consumidores del puerto desde trapiches
cercanos.
148 ENFERMEDAD Y CONTROL SOCIAL. MUJERES EN EL VERACRUZ COLONIAL
BIBLIOGRAFÍA
[ 149 ]
150 LA MARUCA, UNA VECINA REBELDE DE TACUBAYA EN EL SIGLO XVIII
caso, que el hombre fuera el violento y, en ese caso: “¿Qué podía hacer
la mujer? ¿A quién podía apelar? ¿Qué apoyo encontraba en aquella
sociedad, en sus instituciones directivas, incluida la propia Iglesia?”
se pregunta Manuel Fernández Álvarez [Fernández, 2000: 66].
Ahora bien, la Maruca era reconocida por su genio fuerte y sus
arranques violentos de ira. Sobre este tipo de caracteres ya había
dado su opinión fray Luis de León: “No sé yo si hay cosa más mons-
truosa y que más disuene de lo que es ser una mujer áspera y brava”
[León, 1970: 155].
La violencia de la Maruca, manifestada en sus acciones en contra
de Blas de la Candelaria y su disposición para abanderar los moti-
nes, no es en todo caso una situación aislada en el contexto
novohispano. Steve Stern relata varios casos de rebeldía femenina
en la región del actual estado de Morelos a fines del período colo-
nial, en los cuales las mujeres llegaron a golpear o a “arrastrar” a sus
cónyuges en medio de una discusión doméstica. Por otro lado, si
recordamos los supuestos tratos de la Maruca con Antonio Leonardo,
quien “la apadrinaba” y le hacía escritos “fomentándole sus
cavilocidades”, este mismo autor refiere que:
Notas
1
El expediente de este caso judicial se encuentra con el número 14 en el
Ramo Criminal, volumen 132, del Archivo General de la Nación, México.
2
Delfín Guillaumin, Martha Eugenia, “El convento dominico de Nuestra
Señora de la Purificación: La labor dominicana en Tacubaya durante la época
colonial”, tesis inédita de maestría de Historia, Facultad de Filosofía y Letras,
México, UNAM, 1998, págs. 139-140.
3
El expediente no menciona las características físicas ni la edad de la Maruca,
sin embargo, si se consideran los datos proporcionados por los testigos durante
su proceso, es válido suponer que se trataba de una mujer
4
Archivo General de la Nación. Ramo Criminal. vol.132, no. 14, f. 310
5
AGN. Ídem. 310 anv. y rev.
6
AGN. Ídem. 311 anv.
7
AGN. Ídem. 311 rev.
8
AGN. Ídem., foja 312 anv.
9
AGN. Ídem., foja 312 anv.
10
AGN. Ídem., foja 312 rev.
11
AGN. Ídem., foja 312 rev.
12
AGN. Ídem., fojas 312 rev. y 313 anv.
13
AGN. Ídem., foja 314 rev.
14
AGN. Ídem., foja 315 anv.
15
AGN. Ídem., foja 315 rev.
16
AGN. Ídem., foja 316 anv. y rev.
17
AGN. Ídem., foja 317 anv.
18
AGN. Ídem., foja 318 anv.
19
AGN. Ídem., foja 318 anv. y rev.
20
AGN. Ídem., foja 13 rev.
21
Pilar Gonzalbo cita el trabajo Luz de verdades católicas y explicación de la doctrina
cristiana, de Martínez de la Parra, Juan, publicado en México en 1948, vol II. P.
315.
22
foja 5 rev.
160 LA MARUCA, UNA VECINA REBELDE DE TACUBAYA EN EL SIGLO XVIII
BIBLIOGRAFÍA
Fernanda Núñez
PUREZA / TRABAJO
[ 163 ]
164 MUJER Y TRABAJO EN EL SIGLO XIX: EL ÁNGEL DEL HOGAR VS. LA PROSTITUTA
A pesar de que hubo voces que clamaban por una mejor prepara-
ción y educación para que las mujeres que no tenían la suerte de
encontrar marido, o quedaban huérfanas o viudas, pudieran soste-
nerse dignamente, las pocas opciones reales de trabajo que había
para ellas seguían estando ligadas a su papel —visto como innato—
de servir, y obviamente pésimamente retribuidos, como el de maes-
tras, costureras, y al terminar el siglo, enfermeras o secretarias.
La imagen del ángel del hogar fue un ideal común del occidente
decimonónico, Thostein Veblen en su Teoría de la clase ociosa (1899),
analiza el proceso gradual pero inexorable mediante el cual la ri-
queza llegó a ser considerada como evidencia de dignidad y respe-
tabilidad. Aunque el hombre de la clase media tuviera que salir a
trabajar, el “ocio” de su mujer era la prueba de su respetabilidad y
buen nombre. Podríamos pensar que esos ideales familiares tan di-
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 165
fundidos entre las clases medias y altas del mundo occidental surgie-
ron por los enormes reacomodos económicos (y morales) de los que
el capitalismo fue el portador. La lógica moderna, industrial, meca-
nizada, llevaba como contraparte el fantasear alrededor de un pasa-
do visto en general como idílico en donde las mujeres habían sido
eternamente sumisas y acataban mejor sus deberes y obligaciones
que en ese presente “moderno” y angustiado, que algunos bautiza-
ron como el “siglo del nerviosismo”. El hogar se vuelve un refugio,
un remanso de paz y de intimidad familiar que permite que se afian-
ce esa vieja idea de que si la naturaleza había diseñado el cuerpo
femenino con un útero y dado leche a las mujeres, era para que
permanecieran en su hogar criando a los hijos que Dios les enviara.
Y sin embargo la historia nos enseña que la cosa no fue así de
sencilla pues, por lo menos hasta el siglo XVII, era impensable que las
mujeres no trabajaran y nunca fue la facilidad o la rudeza lo que
determinaba el tipo de trabajo de hombres y mujeres. La feminidad
no era excusa para no hacer algún trabajo pesado, sino un lugar en
la jerarquía de posibilidades y responsabilidades de la casa. El térmi-
no de casa incluso era mucho más amplio que el del XIX, pues
englobaba la vida entera de las personas, en general numerosas,
que nacían, vivían, crecían, se reproducían, comían, trabajaban, se
morían en ella. No queremos decir con ello que la actividad femeni-
na implicara igualdad, las mujeres eran dependientes, pero como lo
era el resto de la familia. En el medio artesanal, por ejemplo, las
mujeres eran indispensables, aunque no estuvieran adscritas a al-
gún gremio. Su mundo les reconocía un valor importante, un viudo,
por ejemplo, siempre buscaba volver a casarse. Los trabajos de Arlette
Farge sobre la vida cotidiana de las clases populares en el París del
XVIII nos hablan de esta “igualdad” de ambos frente a los embates de
la vida, pues en una sociedad de Antiguo Régimen, donde el tercer
estado no tiene derechos, el hombre y la mujer conocen entre ellos
menos rivalidades y la pareja puede vivir esa suerte de igualdad con
respecto al honor,
EL SERVICIO DOMÉSTICO
las que se tienen datos: 138 declaran no tener oficio, 151 están en el
servicio doméstico (sirvientas, lavanderas, planchadoras), 167 en lo
relativo a la costura (bordadoras, modistas), el resto de mujeres, está
repartido en varios oficios.
En los reportes sobre la prostitución pública en la capital, que el
Dr. Alfaro presenta al Consejo Superior de Salubridad en 1871 ha-
bla sobre 500 mujeres sometidas de las que 234 se dedican al servi-
cio doméstico (sirvientas y lavanderas), 91 son costureras y
bordadoras, 61 no tienen oficio, 35 son estanqueras, 23 botineras,
13 molenderas, 10 empuntadoras, 8 sombrereras, y el resto está re-
partido en diversos oficios.
En 1879, el Dr. Arellano informa acerca de los oficios de 240
mujeres inscritas en la Inspección Sanitaria en ese año: 49 domésti-
cas y 49 lavanderas, 39 costureras, 18 molenderas, 15 estanqueras, 9
empuntadoras, 6 fosforeras, 2 sederas, 1 florera, 1 peinadora, “las
demás no tenían modo de vivir.”
En 1888, el Dr. Güemes informa de 177 prostitutas; 73 son do-
mésticas, 52 sin oficio, 29 están dedicadas a la costura y el resto está
repartido entre estanqueras, tortilleras, zapateras, empuntadoras,
obreras, fosforera, frutera y rebocera.
El Dr. Lara y Pardo dice que de cerca de 622 inscritas en el año
1904, 201 son domésticas, 133 no tienen oficio, 101 costureras y las
demás están repartidas en diversos oficios [Núñez, 1986: 221-222;
2002: 91-114].
Basándose en el censo de 1900, este doctor afirma horrorizado
que de 195 mil 251 mujeres que constituía la población femenina
total, 25 mil 74 mujeres eran criadas o sirvientas. De cada mil muje-
res, 128 eran sirvientas, “y en este grupo de mujeres se observa la
prostitución por simple hábito, sin que la acompañe ni la produzca
la idea de lucro” [Lara y Pardo 1908:25].
Observadores sociales y viajeros extranjeros están de acuerdo en
unirse a las quejas que la sociedad profería con respecto a los sir-
vientes, que ”ya no eran como los de antes, no sabían servir con
fidelidad, eran sucios, flojos”, etc. y en echarles la culpa de robos
frecuentes, o de cosas peores como de ejercer la prostitución. Dejan-
do de lado esa preferencia por un antaño siempre visto como idílico,
tan común del siglo XIX, los sirvientes domésticos parecen haber va-
riado el tipo de actividad realizada conforme el capital mercantil fue
ganando terreno en la ciudad en la segunda parte del XIX y las casas
fueron dejando de ser lo que habían sido en la Colonia: lugares pro-
ductivos y restringiéndose al puro servicio en el hogar [Salazar: 125].
172 MUJER Y TRABAJO EN EL SIGLO XIX: EL ÁNGEL DEL HOGAR VS. LA PROSTITUTA
fácil mientras más baja estaba en las capas sociales donde las oportu-
nidades de trabajo eran mayores y las necesidades mínimas. Mien-
tras más se asciende en la escala social, las dificultades crecen, es así
como en la clase media, semi-culta, decente pero sin bienes, era donde
verdaderamente se lucha, se sufre y se pone toda voluntad para no
caer y mantenerse en la pobreza decorosa [Lara y Pardo 1908: 114-
116]. De esta clase heroica, concluye nuestro doctor, salen muy po-
cas prostitutas. Y es que para él, como ya vimos, no era la pobreza ni
la falta de trabajo la causa de la prostitución en México, sino la dege-
neración de la raza.
CONCLUSIONES
Notas
1
Esta exposición se basa en una parte del capítulo 7 de mi tesis de Maestría en
Historia intitulada, “El Juez, la prostituta y sus clientes: discurso y representaciones
sobre las prostitutas y la prostitución en la ciudad de México en la segunda mitad
del siglo XIX, México, Escuela Nacional de Antropología e Historia, 1996.
2
A pesar de que la Fábrica de Tabacos fue un lugar de trabajo privilegiado
para las mujeres porque ganaban mejor que en otros lugares, la jornada de trabajo
era de 11 horas. ( Arrom 1988:240)
3
Silvia Arrom. 1985. Women and the family in México City, 1800-1857. Tesis de
Doctorado (facsímil) Stanford University. Recientemente han aparecido los trabajos
de Sonia Pérez Toledo que vienen a completar el trabajo iniciado por Arrom.
4
Novísima Guía Universal de la Capital de la República Mexicana, citado por
[Salazar 1979:126].
BIBLIOGRAFÍA
Fuentes:
1909. Álbum dedicado al obrero mexicano. Publicado por la sociedad de artesa-
nos “Victoria”: México.
1851. Almanaque Literario. Presente dedicado a las señoritas mexicanas: México,
INBA, 1959.
Esteva, José María. 1883. La mujer blanca: México, 1883.
Güemes, Francisco. 1888. Algunas consideraciones sobre la prostitución pública
en México: México, Oficina tipográfica de la Sría. de Fomento.
Lara y Pardo, Luis. 1908. Estudio de Higiene Social, la prostitución en México:
México, Lib. de la Vda. de Ch. Bouret.
Prantl y Groso. 1901. La Ciudad de México. Novísima Guía Universal: Méxi-
co.
Ramírez de Arellano, J.J.
— La prostitución en México. Memoria leida en nombre de la Sociedad Médica
“Pedro Escobedo”: México, 1895.
— 1881. “La Prostitución en México”, en: La Independencia Médica. T. II.,
no. 21: México.
Rivero, Angel. 1845. Revista científica y literaria de México: México, T.I.
Contemporáneas:
Arrom, Silvia.
— 1976. La mujer mexicana ante el divorcio eclesiástico (1800-1857): México,
SEP, SepSetentas 251.
— 1985. Women and the family in Mexico City 1800-1857: Stanford, Tesis de
doctorado.
— 1988. Las mujeres de la ciudad de México. 1790-1857: México, Siglo XXI
ed.
Blunden Katherine. 1982. Le travail et la vertu. Femmes au foyer: une
mystification de la révolution industriell: Paris, Payot.
Bullough, Vern and Bonnie. 1987. Women and prostitution. A social history:
178 MUJER Y TRABAJO EN EL SIGLO XIX: EL ÁNGEL DEL HOGAR VS. LA PROSTITUTA
más que casa, son cloacas inmundas. Las familias que por escasez
de recursos se ven obligadas a habitar esas asquerosas viviendas, y
[ 179 ]
180 LA ZONA DE LAS MARGARITAS
Notas
1
Durante el imperio de Maximiliano el mariscal Aquiles Bazaine promulgó
un decreto para proteger la salud de los soldados del emperador que fue dado a
conocer en 1865.
2
Las autoridades reconocían que la parte comprendida entre las plazuelas
del Agua y San Juan, y las garitas del Niño Perdido y Belem disfrutaban
notoriamente de mejor clima que cualquier otro punto de esta capital; pero no
fue habitada sino por gente muy pobre en su mayor parte. Razón es el abandono
en que siempre se ha tenido sepultada tal demarcación. Salvador Novo, Un año,
hace ciento. La ciudad de México 1873, México, Porrúa, 1973, p. 10.
3
El último reglamento aplicable a la materia fue el del 18 de septiembre de
1898. Véase Archivo Histórico de la Secretaría de Salud, (AHSS) Reglamento de
Prostitución.
4
A pesar de los recursos empleados para la instauración de la reglamentación
de la prostitución en México, fracasó la importación del sistema francés.
5
Carlos Illades, Hacia la República del trabajo. La organización artesanal en la
ciudad de México, 1853-1876, México, Universidad Autónoma de México-Colegio
de México, 1996, p. 26.
6
ídem.
7
La política imperial en 1865 fue la de regenerar a México a través de una monarquía
estable, próspera e ilustrada, que se encaminó más a decretar un sinnúmero de leyes y
reglamentaciones. Véase Caesar Corti, Maximiliano y Carlota, México, FCE, 1944, p. 141.
8
Carlos Illades, ídem, p. 26
9
Archivo del Ayuntamiento, Solicitud por la Sección del Gobierno, ramo de
sanidad, legajo I, vol. 3892, exp. 223.
10
Sergio González Rodríguez, Los bajos fondos. El antro, la bohemia y el café,
México, Cal y Arena, 1999, p. 90. Véase del mismo autor «Las prostitutas: mito e
imagen» en Enrique Florescano (coordinador), Mitos mexicanos, México, Aguilar
Nuevo Siglo, 1995, pp. 276-284.
11
Archivo:AHSS. Zonas de tolerancia, fondo Salubridad Pública, sección
Inspección Antivenérea, caja 3, exp. 10.
FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCIÓN
[ 189 ]
190 LA MUJER DE LA FRONTERA NORTE EN EL SIGLO XIX
¿QUÉ ES UN TESTAMENTO?
(...) y dijo: Que por cuanto desea remediar los daños que su ma-
trimonio padece y el escándalo que da a este público, ha solicita-
do como consta de Diligencias la reunión con su esposa Da.
Gertrúdis Siqueiros que en el día se halla en honesto depósito en
virtud del divorcio que ha intentado (...) Segunda: que por cuan-
to es público, notorio y constante y el mismo Don Pedro Gracia lo
confiesa que cuando casó con la citada Doña Gertrudis Siqueiros
no tenía bienes algunos y que los que en el día disfruta los ha
adquirido durante el matrimonio y debe la mayor parte al traba-
jo emprendido por su citada esposa (...)17
sus hijas. La dote no era requisito indispensable para que una mujer
se casara, pero, además de que concedía prestigio social, evitaba la
dilapidación total de los bienes de la mujer. Una de las preguntas
claves respecto al régimen dotal es si en realidad la mujer podía
defender o salvar su propiedad de la dilapidación del marido o de la
bancarrota del mismo. En la muestra estudiada, encontré que se
respetaba la obligación de mencionar lo aportado por cada cónyuge
al matrimonio:
“Declara que cuando contrajo el primer matrimonio nada intro-
dujo a él su citada difunta muger Da. María Manuela Pérez Serrano.
Que cuando casó con Da. María Francisca de Bustamante introdujo
ésta los bienes que constan en el libro de cuentas que se halla entre
sus papeles”18
En el siguiente caso, ninguno de los dos cónyuges aportaron bie-
nes al momento de contraer matrimonio, pero al testar, el esposo
reconoce la ayuda que uno al otro se han brindado para el acrecen-
tamiento de su patrimonio:
“Declaro que cuando contraje matrimonio con la citada mi espo-
sa Da. María Vicenta Bustamante éramos pobres el uno y el otro y
ningunos bienes introducimos a él por lo que habiéndonos ayudado
el uno al otro recíprocamente a adquirir los que ahora poseemos
tocan y corresponden a ésta la mitad de todos (...)”19
Este mismo testador pareciera también brindar un único caso de
“celos a futuro”:
“6ª Nombro a la referida mi mujer por tutora y curadora ad bona,
interin subsista viuda y en atención a su buena conducta, aplicación,
gobierno y maternal amor que les profesa, pero si volviese a casarse
mando que aunque dé fianza se le quite la tutela de los bienes que
pertenecen a mis hijos(...)”20
Lo anterior, podría ser evidencia de una moral masculina im-
puesta a la esposa aún después de la muerte del cónyuge, pero es
más pertinente pensar que esta restricción de asegurar que el capi-
tal trasmitido a través del padre no fuera depositado dentro de otro
linaje mediante un nuevo casamiento de la viuda.
Algunos autores sugieren que figuras como la dote o su figura
inversa la donatio propter nuptias,21 o donación esponsálica —que es el
presente o regalo que antes de celebrarse el matrimonio se hace por
el esposo a la esposa y alguna vez al contrario— protegieron a la
oligarquía contra intrusos desde abajo. El hombre o la mujer que no
tuviesen suficiente dinero quedaban fuera del mercado matrimonial
de la “gente fina”.
198 LA MUJER DE LA FRONTERA NORTE EN EL SIGLO XIX
“Que las casas donde habito, todo cuanto ahí se encuentra, bie-
nes semovientes que se reconozca de mi propiedad, la cedo y dono a
beneficio de mi tercer Albacea Doña Francisca Moreno por el cuida-
do y asistencia que en tantos años ha tenido de mi persona y en
recompensa de sus buenos servicios”29
Así mismo, Fray Mariano Nieto, Capellán de Ejército, estableció
un legado:
“(...) y dijo: que por la presente, y bien impuesto de lo que se hace
en este caso, hace donación pura, mera y perfecta que el derecho
llama “intervivos” a Doña Lorenza Vale e hijos.”30
Al mismo tiempo, hubo ocasiones en que los maridos heredaban
a sus esposas litigios que tardaron años en resolverse:
“13Yt. Declaro que el padre Don Carlos Moreno, Cura de la Villa
de Horcasitas debe al citado mi esposo por su fallecimiento la canti-
dad de tres mil pesos de resultas de un litis que con Joseph Jesús
Bustamante y el citado mi Esposo pende en el Juzgado Eclesiástico
del Ilustrísimo Señor Obispo.”31
Trece años después en 1820, dicha señora Corella dictó otro tes-
tamento en que se dictó sentencia a su favor:
“Declaro que el litis pendiente que tenía (...) se feneció a mi favor
...ofreciendo satisfacerme los tres mil doscientos veinte y un pesos seis
reales que se me deben incluidas las costas que tuve presente...”32
También hacían recomendaciones que estaban lejos de poder
cumplirse y así cuando José Santiago García nombra albacea a su
esposa, le recomienda efectúe el pago a sus acreedores y le perdone
las deudas a sus acreedores.33 A los veintisiete años, la viuda efectúa
su propia declaración testamentaria, en la cual expresa:
Cuantificar los bienes citados por las mujeres que los precisaron
en sus “mortales palabras” dio como resultado que los principales
haberes fueran de naturaleza inmobiliaria. La propiedad rústica
representó el 58%, la urbana el 74%, los bienes semovientes 68%
y un alto porcentaje el 74% mencionó con gran detalle bienes de
su uso personal y entre estos últimos algunos que dan idea de
una sociedad que mayoritariamente estaba dedicada a activida-
des primarias y de comercio, conjuntamente con inmigrantes eu-
ropeos desempeñando funciones civiles, eclesiásticas y militares,
dueños de una vigorosa tradición urbana, como lo demuestra el
que sus familias hayan adquirido artículos que reflejaban gustos
refinados. Que la mujer tenía capacidad económica para estable-
cer transacciones monetarias se demuestra en que aparecen como
sujetos y otorgantes de créditos. Esto demuestra la participación
económica de la mujer.
Por último, a través de la necesidad de dar autenticidad al docu-
mento por medio de la firma y la rúbrica del testador, se encuentra
una vía para estudiar, aunque sea parcialmente, el nivel cultural de
los pobladores de este Distrito, compensado la ausencia de referen-
cias a libros de enseñanza o de solaz y esparcimiento.
En los últimos años, para estudiar el grado de alfabetización de
una sociedad en un período determinado, se recurre a los registros
notariales y no al número de escuelas o instituciones de enseñanza
que existían en ese momento. Sin embargo, el hecho de que firma-
ran o no su disposición testamentaria estaría relacionado no sólo
con su condición de letrados o iletrados, sino con su estado de sa-
lud.
Aunque los datos obtenidos sólo pueden tener un valor orientati-
vo no está de más señalar que 16 de los hombres firmaron su dispo-
sición testamentaria y nueve no lo hicieron. En el caso de las muje-
res sólo firmaron tres de ellas de un total de 23 instrumentos.
CONCLUSIONES
Notas
1
Commons Áurea,. Las Intendencias de la Nueva España, México, Universidad
Nacional Autónoma de México, 1993, p. 80.
2
Jerónimo Romero Saúl. “Del monopolio de la ciudad de México al
contrabando de la costa de Sonora. Alcabalas en Arizpe 1801-1816”, en Tiempo y
Escritura, revista electrónica de la Universidad Autónoma Metropolitana-
Azcapotzalco, número 0, julio de 1996, s/p., fecha de consulta: junio 6 de 1999,
http:www-azc.uam.mx/tye/indice-es. html.
3
Alonso Ana María. Thread of Blood. Colonialism, Revolution and Gender on
México’s Northern Frontier, Tucson, The University of Arizona, Press, 1995, p. 15.
4
Escriche Joaquín. Diccionario razonado de legislación civil, penal, comercial y
forense. Con citas del derecho, notas y adiciones por el licenciado Juan Rodríguez
de San Miguel, impreso en la Oficina de Galván a cargo de Mariano Arévalo,
Mégico, 1837, edición y estudio introductorio de María del Refugio González,
México, Instituto de Investigaciones Jurídicas, U. N. A. M., 1996, p. 674.
5
Ibidem
6
Coulanges Fustel de. La Ciudad Antigua, Estudio sobre el culto, el derecho y
las instituciones de Grecia y Roma, Estudio preliminar de Daniel Moreno, México,
Editorial Porrúa, 1996, P. 48.
7
Idem, pp. 48-49.
8
Idem, pp. 49-50.
9
Zárate Toscano Verónica. Los nobles entre la muerte en México. Actitudes, ceremonias
y memoria, 1750-1850. Tesis doctoral, México, El Colegio de México, 1996, pp.
14-15.
10
Escriche Joaquín. Diccionario Razonado de Legislación y Jurisprudencia. Nueva
edición corregida notablemente, y aumentada con nuevos artículos, notas y
adicciones sobre el derecho americano por don Juan B. Guim, La Mesa, B.C.,
Cárdenas Editor y Distribuidor, tomo II, pp. 1174-1175.
11
Tuñón Pablos Julia. Women in México. A Past Unveiled, Austin, University of
Texas Press, 1999, p. 25.
12
Muriel Josefina, “La transmisión cultural en la familia criolla novohispana”
en Familias novohispanas. Siglos XVI al XIX. México, El Colegio de México, 1991,
pp. 109-110.
13
Testamento de Gertrudis Bravo, ciudad de Arizpe, 4 de febrero de 1805,
Protocolos de Instrumentos públicos 1/1798/Fondo de Notarías/ Archivo General
del Estado de Sonora.
14
Testamento abierto de Antonia Romero, ciudad de Arizpe, 4 de mayo de
1811, PIP001/1798/FN/AGES.
15
Los bienes parafernales son: “los que lleva la mujer al matrimonio fuera de la
dote, y los que adquiere durante él por título lucrativo, como herencia o donación.
Del griego parapherna que significa extra dote, fuera de dote”, ver Joaquín Escriche,
Cárdenas Editor, Op. Cit., p. 372.
16
Testamento cerrado de María Regina Estrada, ciudad de Arizpe, 24 de agosto
de 1834, PIP004/1833/FN/AGES.
17
Protocolo de instrumentos públicos 002/1815/FN/AGES.
18
Poder testamentario de Tomás Moreno, ciudad de Arizpe, 21 de agosto de
1800, PIP001/1798/FN/AGES.
19
Testamento abierto de José Francisco Pesqueira, ciudad de Arizpe, 16 de
marzo de 1801, PIP001/1798/FN/AGES.
20
Ibidem
21
En el renacimiento la donación propter nupticas había recibido en la práctica
206 LA MUJER DE LA FRONTERA NORTE EN EL SIGLO XIX
BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCIÓN
LA IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN
[ 209 ]
210 LA EDUCACIÓN DE LAS MUJERES ZACATECANAS
CONCLUSIONES
Notas
1
Mílada, Bazant. 1993. Historia de la educación durante el porfiriato. México: El
Colegio de México. p. 15.
2
Idem.
3
Ma. de Lourdes Alvarado. 1992. “La educación femenina bajo el prisma
positivista”, en Patricia Galeana, comp., La condición de la mujer mexicana, T. I,
Memoria del II Seminario Nacional de la Federación Mexicana de Universitarias.
México: UNAM-Gobierno del Estado de Puebla. pp. 100 y 101.
4
Idem.
5
Archivo Histórico del Municipio de Zacatecas (en adelante AHMZ), Colección
de Impresos Núm. 66, Ley orgánica de Instrucción Primaria. Programas de enseñanza
y reglamento de dicha ley, para los establecimientos primarios del estado, Zacatecas,
Imprenta del Hospicio de Niños, 1891, p. 3
6
El objetivo primordial de esta materia —contemplada en todos los planes de
estudio de educación primaria en el país— era fomentar en niños y niñas “un
espíritu recto y digno, tomando por temas el honor, la veracidad, la sinceridad, la
dignidad personal, el respeto a sí mismo, la modestia, el conocimiento de los
propios defectos, el orgullo, la vanidad, etc.;”, en Mílada Bazant, op. cit., p. 61.
Todo ello para combatir la pereza, la cólera, la pasividad, las supersticiones
populares, y crear así generaciones de mexicanos y mexicanas con una visión
progresista, fieles seguidores del orden y el altruismo. Como fiel reflejo de estas
ideas V. Archivo Histórico del Municipio de Zacatecas, (en adelante AHMZ),
Colección de Impresos Núm. 24, G. Tiberghien, Código moral y tratado de urbanidad.
Para uso de las Escuelas del Estado, Zacatecas, Imp. y Lit. de N. Espinosa, 1890.
7
Ibid., Colección de Impresos Núm. 66, op. cit., p. 4.
8
Archivo Histórico del Estado de Zacatecas (en adelante AHEZ), Fondo:
Ayuntamiento, Serie: Crónica Municipal, Caja Núm. 2, Cronología: 1890-1900,
Exp. s/n., Crónica Municipal, T. XIII, Núm. 39, Zacatecas, 24 de septiembre de
1891, p. 3.
9
AHEZ, Colección de Impresos Núm. 66, op. cit., p. 5. Entre las costuras más
representativas que se elaboraban en un establecimiento escolar se mencionan
las toallas, calzoncillos, fondos, manteles, camisas de niña y de señora, chambras,
fondos de niñas, fundas, camisas de niño, baberos y cojines bordados para cama.
V. AHEZ, Fondo:Jefatura Política, Serie: Instrucción Pública, Subserie:
Generalidades, Caja Núm. 7, Cronología: 1885-1886, Exp. s/n., Zacatecas, 6 de
septiembre de 1886.
10
Ma. de Lourdes Alvarado, op. cit., p. 103.
11
Idem.
12
V. Raquel Barceló, “Hegemonía y conflicto en la ideología porfiriana sobre
el papel de la mujer y la familia, en Soledad González Montes y Julia Tuñón,
comps., Familias y mujeres en México, México, El Colegio de México, 1997, p. 100
y ss.
13
De estas, 125 eran urbanas, y las restantes 251 eran rurales. V. Anexos 1,
Número de escuelas urbanas y rurales en el país (1910), en Mílada Bazant, op. cit.,
p. 91. No debemos olvidar que durante el porfiriato hubo una abrumadora mayoría
de población rural en todo el territorio nacional. En nuestra entidad los habitantes
rurales ocuparon hacia 1910 un 76.38%, muy por encima del 23.62% de los
urbanos. En Moisés González Navarro, Estadísticas sociales del porfiriato, 1877-1910,
México, Sría. de Economía, 1956. Cit. Ibid., p. 94.
14
V. Anexos, 2. Escuelas oficiales, particulares y del clero (1910), Ibid., p. 92.
Cantidad en la que quedaron contempladas las escuelas urbanas, rurales, mixtas
SOBRE
ESTUDIOS HISTÓRICOS Ó
LAS MUJERES MÉXICO
EN 223
25
AHEZ, CARG, Genaro G. García, gobernador, op. cit., p. 214.
26
AHEZ, CARG, Genaro G. García, gobernador, op. cit., p. 31.
27
AHMZ, Fondo: Jefatura Política, Sección: Correspondencia General, Caja
Núm. 2, op. cit., Exp. s/n., Zacatecas 23 de febrero de 1901. Para este año existían
en la capital 9 boticas, distribuidas en las calles principales de la ciudad. Idem.
28
Sobre los planes de estudio de la instrucción preparatoria, así como la
regulación de ésta en el Instituto de Ciencias V. Ley de Instrucción Preparatoria y
Profesional, Zacatecas, Talleres del Hospicio de Niños en Guadalupe, 1909, pp. 15
y 16, en AHEZ, Fondo: Ayuntamiento, Serie: Enseñanza, Caja Núm. 5, op. cit.,
Exp. s/n.
29
Joan W. Scott, “La mujer trabajadora en el siglo XIX”, en Genevière Fraisse
y Michelle Perrot, Historia de las mujeres en Occidente, T. 4, El siglo XIX, España,
Taurus, 1993, p. 413.
30
Idem.
31
Ibid., p. 422.
32
En términos generales, una subayudante ganaba 20 pesos mensuales V.
AHEZ, Fondo: Jefatura Política, Serie: Instrucción Pública, Subserie:
Generalidades, Caja Núm. 5, op. cit.,, Exp. s/n., Zacatecas, 26 de octubre de 1877;
mientras que una profesora 25 o un poco más, sobre todo si eran directoras o
daban clases en la Escuela Normal.
33
Algunos ejemplos en AHMZ, Sección Hemerográfica, Libro 3, Correo de
Zacatecas, op. cit., Año IV, Núm. 204, Zacatecas, 13 de mayo de 1906, p. 3; AHEZ,
Colecciones, El Pregonero. De la muy noble y leal ciudad de Nuestra Sra. de los Zacatecas.
Órgano Informativo del Archivo Histórico del Estado, Núm. 6, Zacatecas abril de 1992,
p. 7.; BMM, Sección Hemerográfica, Caja Núm. 1, El eco de la opinión. Periódico
semanal de política y variedades, Año 1, Núm. 5, Zacatecas, Zac., 2 de Agosto de
1895, p. 4.
34
Cuadro III Profesiones, Cit. en Ma. de la Luz Parcero, Condiciones de la mujer
en México durante el siglo XIX, México, INAH, Col. Científica Núm. 264, 1992, p.
73.
35
V. AHEZ, CARG, Noticia estadística de Zacatecas..., op. cit., p. 30 y ss.
36
Ibid.,p. 47.
37
V. Cuadro III Profesiones, Cit. en Ma. de la Luz Parcero, op. cit., p. 73. El
número de farmacéuticos en Zacatecas para 1892 fue de 16, cantidad muy reducida
para cubrir los requerimientos de la población y que en buena medida motivó la
aprobación de la incursión del sector femenino. V.AHEZ, CARG, Noticia estadística...,
op. cit., p. 47.
38
Ma. de la Luz Parcero, op. cit., pp. 75, 78 y 82.
39
Ibid., p. 87.
40
V. AHMZ, Fondo: Jefatura Política, Serie: Telegramas, Subserie: Telégrafos,
Caja Núm. 1, Cronología: 1896-1902, Exp. s/n., Zacatecas, 2 de septiembre de
1900; Ibid., Sección Hemerográfica, Libro 3, La Rosa del Tepeyac.., op. cit., Año XX,
Época III, T. 3, Núm. 385, Zacatecas, 20 de febrero de 1897. Aproximadamente
había 30 oficinas telegráficas en la entidad hacia 1904.
41
Biblioteca «Mauricio Magdaleno», Sección Hemerográfica, Caja Núm. 4, El
Constitucional. Órgano de la Liga Liberal “Benito Juárez”, Año I, Núm. 13, Zacatecas,
4 de enero de 1896, p. 3.
42
La ausencia de mayores datos nos impide detallar más ampliamente esta
alternativa laboral, ya que no se sabe en dónde se capacitaba a las que ocupaban
estos puestos, qué tanta demanda había y cuáles eran sus salarios y condiciones
de trabajo. Desafortunadamente sólo se encontró un documento al respecto con
poca información. V. AHMZ, FJP, Serie: Correspondencia General, Caja Núm. 1,
Cronología: 1826-1900, Exp. s/n., Zacatecas, 29 de junio de 1900.
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 225
BIBLIOGRAFÍA
[ 227 ]
228 LA ESCUELA NORMAL PARA PROFESORAS EN EL ESTADO DE MÉXICO
Fuente: “Programas de Instrucción primara de primera, segunda y tercera clase”, en: Colección
de Leyes y Decretos. Del 2 de marzo de 1887 al 2 de marzo de 1889, Tomo XX, p. 51 -53.
234 LA ESCUELA NORMAL PARA PROFESORAS EN EL ESTADO DE MÉXICO
Establecer una Escuela Normal para mujeres había sido una preocu-
pación y una necesidad ya lejana, varias eran las razones para que
las mujeres fueran maestras. Socialmente había una gran aceptación
porque era sobreentendido que ciertos rasgos de su carácter, como
el amor, la bondad y la paciencia, las capacitaban mejor que al hom-
bre para desempeñarse en el magisterio. Otro factor no menos im-
236 LA ESCUELA NORMAL PARA PROFESORAS EN EL ESTADO DE MÉXICO
cativos del Porfiriato, las escuelas de artes y oficios que tomaron como
ejemplo a las escuelas de Francia… cuyo objeto era ocuparse de los
obreros y de instruir al pueblo” [Bazant, 1993: 111].
Dentro de la entidad, la sección de Artes y Oficios tuvo como
objetivo primordial brindar a las mujeres un conocimiento utilita-
rio. Debido a ello, los oficios estuvieron determinados por la de-
manda de los mismos.
La Escuela de Artes y Oficios estuvo regida por la Ley Orgánica de
la Escuela Normal y de Artes y Oficios para Señoritas y por diversos regla-
mentos internos. Los requisitos de admisión, como en general de
cualquier sección dentro de la esculea, exigieron las mismas condi-
ciones. La única particularidad para la sección de Artes y Oficios:
FUENTES
Archivos:
AHEM: Archivo Histórico del Estado de México.
AHMT: Archivo Histórico del Municipio de Toluca
AHENP: Archivo Histórico de la Escuela Normal para Profesores de Toluca.
Hemerografía:
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La Gaceta de Gobierno del Estado de México 1900 - 1915
Boletín Pedagógico del Estado de México, Toluca, Estado de México 1894 -
1896
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250
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 251
PRESENTACIÓN*
[ 251 ]
252 HUÉRFANAS, NODRIZAS Y PROFESORAS POBLANAS
HUÉRFANAS Y ABANDONADAS
NODRIZAS
PROFESORAS
COMENTARIOS FINALES
Notas
FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA
a). Fuentes
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Archivo General del Estado de Puebla, Grupo Documental de la Benefi-
cencia Pública (AGEP, GDBP), Fondo Escuela de Artes y Oficios.
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de México: una visión demográfica. México, CONAPO, 1993. T. III.
McDowell, Linda. 2000. “Dentro y fuera de lugar: cuerpo y corporeidad”,
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 267
[ 269 ]
270 HISTORIA, RAZA Y GÉNERO EN EL FIN DE SIGLO POBLANO
MAESTRAS Y SENTIDOS
Notas
1
Sobre el positivismo en México el estudio clásico es el de Leopoldo Zea.
1968. El positivismo en México. México, El Colegio de México. Véase también del
mismo autor su trabajo publicado en 1963 e intitulado: Del liberalismo a la Revolución
en la educación mexicana.
BIBLIOGRAFÍA
[ 285 ]
286 LA MUJER MODERNA: UNA REVISTA FEMINISTA Y REVOLUCIONARIA
asignados por la sociedad, las mujeres tenían poder y sólo era cues-
tión de ejercerlo. Por otra parte era claro que su proyecto feminista
partía de las ideas de igualdad entre el sexo femenino y masculino.11
Asimismo proponía el reconocimiento de los derechos individuales
y públicos de las mujeres.
Con respecto a lo que pensaba del constitucionalismo y de su
apoyo hacia la revista y el sexo femenino manifestó lo siguiente:
Bajo esta perspectiva era evidente que este tipo de escritores —al
igual que la mayor parte de los intelectuales que disertaron sobre el
papel de la mujer en la sociedad a finales del siglo XIX y principios
del siglo XX, a través de la tribuna o la prensa—, se encargaron de
reforzar el “ideal femenino”. Asimismo, plantearon que su incorpo-
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 289
Otro factor pudo haber sido el hecho de que, desde sus creación,
contó con recursos económicos del gobierno de Venustiano Carranza.
Cabe señalar que el apoyo no fue sólo monetario, sino también de
difusión y venta, ya que a través de los gobiernos estatales en manos
del constitucionalismo, se promovió y repartió la revista entre el pro-
fesorado de dichos estados.28
También considero que gracias a la apertura política de Venustiano
Carranza de incorporar a las mujeres en la esfera pública —no sólo
como parte de los objetivos de la revolución, sino como individuos
capaces de producir ideas y expresarlas sin que por esta razón fue-
ran censuradas—, se logró que La Mujer Moderna se convirtiera en el
medio más eficaz para la reflexión en torno al proceso de reivindica-
ción de la mujer mexicana.
CONSIDERACIONES FINALES
Notas
1
Hasta el momento se han localizado ejemplares de La Mujer Moderna entre
los años de 1915 a 1917. Es probable que la publicación tuviera una vigencia
mayor. Si se toma en cuenta que fue apoyada financieramente por del gobierno
de Venustiano Carranza.
2
La Mujer Moderna, 7 de noviembre de 1915 y 20 de febrero de 1916.
3
Ibid, p. 16.
4
A nivel nacional se publicaron revistas o periódicos que tenían como misión
reforzar las actividades “propias” de las mujeres dentro de la sociedad. Entre estas
publicaciones pueden citarse las revista La Semana Ilustrada, y El Hogar.
5
Véase Archivo Histórico de la Secretaría de la Defensa Nacional, expediente
de Hermila Galindo de Topete.
6
Hermila Galindo trabajó intensamente en campañas revolucionarias y feministas
en los estados de Veracruz, San Luis Potosí, Monterrey, Tabasco, Yucatán, Puebla y
Distrito Federal entre otra entidades. De igual forma, llevó acabo campañas en Estados
Unidos de América y algunos países latinoamericanos como fueron Cuba y Colombia.
Su labor periodística la desarrollo en la revista Mujer Moderna (1915-1917). Como
escritora publicó varios libros de corte político entre los que se encuentran La Doctrina
Carranza y el acercamiento indolatino; (1918), y Un presidenciable Pablo González (1919).
Sus demandas feministas fueron más allá del periodismo y la denuncia pública en
1917, envió una propuesta al Congreso Constituyente referente al sufragio
femenino misma que fue rechazada. En 1923 contrajo matrimonio con el
revolucionario Miguel Topete, producto del matrimonio nacieron Hermila del
Rosario y Concepción. En 1941, la Secretaría de la Defensa Nacional la reconoció
como Veterana de la Revolución. Posteriormente, víctima de una enfermedad
crónica murió en la ciudad de México en agosto de 1954. Véase AHSDN, expediente
de Hermila Galindo.
7
La incorporación de contingente femenino y masculino en los diversos frentes
del movimiento constitucionalista tuvo su origen en gran parte por la propuesta
de Venustiano Carranza, así como por compartir algunas de las iniciativas que
Francisco I. Madero tuvo en cuanto a la idea de la paz, la cual no se podía lograr
si no se partía de un orden legal. Véase Richmond, Douglas W., La lucha
constitucionalista de Venustiano Carranza (1893-1920), México, FCE, 1986, y Juan
Barragán Rodríguez, Historia del ejercito y la revolución constitucionalista, México,
INEHRM, 1985. Véase discurso pronunciado por Venustiano Carranza en
Hermosillo, Sonora, el 14 de septiembre de 1913. p.217.
8
Anna Macías, Against all odds. The feminist movement in Mexico to 1940,
Connecticut, Greenwood Press, 1982, p.33.
9
Hermila Galindo, La doctrina Carranza y el acercamiento indolatino, México,
s.p.i., 1919, pp. 159-167.
10
Ibíd.
11
La idea de igualitarismo, partía de la propuesta de las feministas
estadounidenses y francesas de finales del siglo XIX. Véase Anna-Marie Käppeli,
“Escenarios del feminismo” en Historia de las mujeres, Barcelona, Taurus, 1993. p.
192.
12
La Mujer Moderna, 16 de septiembre de 1915, p.2.
13
Entre las secciones se encontraron “Crónica de la Semana”, Literatura”,
“Semilla que Fecunda”, “Espectáculos”, “Miscelánea “, “Higiene y Salud”, “Álbum
de profesionistas” “Modas” y “Variedad y entretenimiento.
14
Cfr. La Mujer Moderna, 16 de septiembre de 1915, pp. 8 y 9; 7 de noviembre
de 1915, p. 1; y 3 octubre de 1915 p. 1 y 17;
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 295
15
Obtuvo el grado de Doctora en Medicina en el año de 1887. Para más
información sobre su biografía véase Laureana Wriht de Kleinhans, Mujeres notables
mexicanas, México, Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, 1910.
16
A pesar de que algunos hombres escribieron en la revista, nunca se les
incorporó en la hoja de créditos. Véase, La Mujer Moderna, 20 de febrero de
1916, p.12.
17
Para más información artículos que reforzaron tales ideas. véase María
Elizabeth Jaime Espinosa “ Una mirada a los periódicos para señoras y señoritas
del Porfiriato”, en Entornos, año 5, revista de la Universidad Autónoma de Tlaxcala,
núms. 8 y 9, julio 1998- junio 1999. pp. 4-8.
18
La Mujer Moderna , 7 de noviembre de 1915, p. 5.
19
Ibíd. 16 de septiembre de 1915, p. 5 y 7 de noviembre p. 8.
20
De acuerdo con la hoja de créditos es probable que en un buen número las
mujeres anteriormente citadas no participaron como autoras de artículos, pero sí
como encargadas de la edición, la tipografía y selección de temas entre otras
actividades propias de la revista.
21
La Mujer Moderna, 20 de febrero de 1916, p.5.
22
En las secciones de belleza, moda y cocina se caracterizaron por no incluir
los créditos de quien redactaba la sección. Es probable que algunas de las articulistas
participaran continuamente en las secciones de belleza, moda y cocina en donde
no se registraba la autoría.
23
El artículos “A las enfermeras en tiempo de guerra” fue firmado por Rosa
Blanca, era María Luisa de la Torre.
24
Véase La Mujer Moderna, secciones de “ Crónica de la Semana” y
“Espectáculos”, del: 16 de septiembre, 7 de noviembre de 1915; 20 de febrero de
y 2 de abril de 1916.
25
Como fue el caso de Hermila Galindo, con la ponencia Estudio de la srita.
Hermila Galindo con motivo de los temas que han de absolverse en el Segundo Congreso
Feminista de Yucatán.
26
De acuerdo con la información que se registraba en la sección “Semilla que
Fecunda” y “Buzón”, sus lectoras eran mujeres que contaban con estudios o se
encontraban insertas dentro del grupo de las profesoras.
27
La actividad revolucionaria del general Pablo González fue una constante
en los artículos publicados por La Mujer Moderna. Cfr. años 1916 y 1917 de la
revista.
28
Entre los estados que apoyaron la medida se encontró, Yucatán que estaba
gobernado por el general Salvador Alvarado.
296 LA MUJER MODERNA: UNA REVISTA FEMINISTA Y REVOLUCIONARIA
FUENTES
HEMEROGRAFÍA
BIBLIOGRAFÍA
[ 297 ]
298 SEXUALIDAD Y GÉNERO: MOTIVOS DE ESTADO. MÉXICO 1920-1935
GOBERNAR ES POBLAR
AMOR EXCLUSIVO
COLOFÓN
Notas
1
Véase, Eric Hobsbawm, Historia del Siglo XX, 1914-1994, Crítica Grijalbo,
Buenos Aires, 1998.
2
Con la noción de “cultura de género, pretendo encontrar algunas de las bases
de legitimación desarrolladas por el Estado Mexicano en lo que se refiere a la relación
de los individuos con el poder. [...] La cultura de género se entiende aquí como una
región liminal que da cuenta de la fragmentación y la heterogeneidad de la estructura
social; es el lugar donde se tocan espacios y épocas diferentes y se observan diversos
tipos de transformaciones y cambios en direcciones opuestas, así como cambios y
permanencias que se refieren al control de la emotividad, del comportamiento y de
la experiencia de los sujetos femeninos y masculinos por medio de coerciones
individuales internas y externas que mantienen una única dirección a lo largo de
varias generaciones [...] Su función consiste en profundizar la diferencia entre los
individuos de distinto sexo mediante la creación de las representaciones de lo
femenino y lo masculino a partir de las cuales se legitima un tipo de relaciones
asimétricas entre hombres y mujeres que afianzan una determinada división sexual
del trabajo y por consiguiente una determinada asignación de papeles sociales”.
Véase, Elsa Muñiz, Cuerpo, representación y poder. México en los albores de la reconstrucción
nacional (1920-1934), Tesis de Doctorado, Escuela Nacional de Antropología e
Historia, México, 1999, Introducción.
3
Véase, “Garçones, flappers y pelonas en la década fabulosa: ¿De qué
modernidad hablamos?, en Revista Fuentes Humanísticas 21/22, Departamento de
Humanidades, Universidad Autónoma Metropolitana, Año 11, 2001.
4
Véase, Elsa Muñiz, “Las ‘pelonas’: una imagen de modernidad del siglo XX
mexicano”, en GénEros, núm 24, Asociación Colimense de Universitarias-Universidad
de Colima-Centro Universitario de Estudios de Género, Año 8, Junio 2001.
5
Michel Foucault, Microfísica del poder, 3ª edición, Trad. De Julia Varela y
Fernando Álvarez-Uría, La Piqueta, Madrid, 1992, pp.157-158.
6
Véase, Michel Foucault, Idem. También, Historia de la sexualidad, 4ª edición,
Trad. de Ulises Guiñazú, Siglo XXI, México, 1987, Tomo 1.
7
Resumen del V Censo de Población, Dirección General de Geografía y
Estadística, México, 1932.
8
José Perches Franco, “Aborto provocado”, en Medicina. Revista Científica
Mensual, 43, México, enero de 1924, p. 19, Tomo VI-Año VI.
9
Código Penal para el Distrito y Territorio Federales y para toda la República en
Materia de Fuero Federal, Botas, México, 1931.
10
Michel Foucault, La historia de la sexualidad, 4ª edición, Trad. de Ulises
Guiñazú, Martí Soler y Tomás Segovia, Siglo XXI, 1987, p. 152, T. 311 “La minucia
de los reglamentos, la mirada puntillosa de las inspecciones, la sujeción a control
de las menores partículas de la vida y del cuerpo darán pronto, dentro del marco
de la escuela, del cuartel, del hospital o del taller, un contenido laicizado, una
racionalidad económica o técnica a este cálculo místico de lo ínfimo y del infinito”.
Michel Foucault, Vigilar y castigar, 19ª edición, Trad. de Aurelio Garzón, Siglo
XXI, México, 1991, p. 144.
12
Código Civil. Vigente en el Distrito y Territorios Federales, 4ª edición,
Herrero Hermanos Sucesores, México, 1908, p. 38.
13
Sofía Villa de Buentello, La verdad sobre el matrimonio, Imprenta Franco-
Mexicana, S.A., México, 1923, p. 6.
14
Ibíd., pp. 23-24.
15
Resumen del Censo de población de 1930, Talleres Gráficos de la Nación,
México, 1931.
310
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 311
[ 311 ]
312 CASA-ESCUELA DE LA MUJER TRABAJADORA
[..] hasta ahora se puede decir, sin equivocarse, que las pedago-
gías son en substancia unisexuales, pues sólo disertan y preco-
nizan con abundancia al tratarse del niño, olvidando casi en
absoluto a la niña, con lo cual se comprenderá que la enseñan-
za ha tenido que ser, puntos más puntos menos, exclusivamen-
te masculina, anomalía que unos cuantos lustros atrás no me-
recía la pena señalarse y con mayor fuerza de corregirse,
pero que en los tiempos que corren es imperiosa y razona-
ble la reparación de esa lamentable y trascendental irregula-
ridad que repercute en el destino de los pueblos, ya que está
probado que el hombre y la mujer están en función directa y
recíproca [Ramos 1921: 336].
Nota
1
Son varias las fuentes que hemos localizado en los documentos y proyectos
sueltos en el archivo particular Concha Michel. Agradezco infinitamente la
generosidad de Citlali Rieder Espinoza por facilitarme el acceso al archivo de su
abuela paterna. AGN. DGIPS. v. 30, exp. 30, f.1-7; AHSEP. Antiguo Magisterio.
Exp. 225/10; Concha Michel 1934; Bloque Nacional de Mujeres Revolucionarias
1935; “Instituto Revolucionario Femenino…”1937; Sector Femenino de la CCM
1938; Concha Michel 1938a, 1938b; “Centro Femenino de Estudios y Acción
Social...” 1939; “Llamamiento a las Mujeres Mexicanas” 1943; “Congreso Nacional
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ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 323
ANTECEDENTES
[ 325 ]
326 1953: LAS MUEJRES POBLANAS Y EL DERECHO AL VOTO
Frente a las líderes priístas las mujeres católicas, que tenían “en-
cendida la lumbre de los hogares”, se aprestaban a conquistar la
voluntad de los electores organizadas en la Unión Nacional
Sinarquista, en el Partido Acción Nacional y en la Acción Católica Mexi-
cana. Esta última organización reiteraba que las mujeres católicas de
México, quienes desde hace tiempo realizaban importantes tareas
sociales y de caridad, no permitirían que el voto femenino y la con-
quista legítima de la mujer en la vida política del país, fuese motivo
para alentar y afirmar la posición de los demagogos. Las voces mas-
culinas aseguraban que la mujer católica ayudaría eficazmente al
hombre en sus tareas políticas y lo alentaría para realizar el bien
común. Eran los dirigentes del PAN y de la UNS quienes confesa-
ban estar a punto de terminar la redacción de un proyecto de activi-
dades que desarrollarían sus huestes femeniles y que buscaría apo-
derarse de los contingentes de mujeres, decisivos en las elecciones
de 1955, año de renovación parcial de diputados el Congreso de la
Unión.
En el mismo sentido, los dirigentes del Partido Comunista Mexi-
cano manifestaban su seguridad de contar con la voluntad mayori-
taria de las mujeres mexicanas quienes “han jugado un papel decisi-
vo en la historia del país y siempre han abanderado las causas no-
bles.” El Partido Popular Socialista se sumaba a la corriente de acciones
y expresaba que el futuro del país dependía de la acción coordinada de
todos los mexicanos, de los hombres y de las mujeres, particularmente
de la incorporación plena de la mujer en la vida política del país. Un
vocero pepino, así se le llamaba a los miembros del PPS; declaraba
que “sin las mujeres no es posible construir la democracia.”
El 6 de enero, día de Reyes, los Servicios Coordinados de Salubri-
dad y Asistencia organizaron un festival con el fin de rendir home-
naje a las enfermeras de la ciudad. El doctor Luis Vázquez Lapuente
entregó diplomas a las enfermeras de la Coordinación y obsequió
juguetes a los niños de la guardería infantil de esa dependencia,
también se alabó la labor de las enfermeras. Asistieron al reconoci-
miento Pedro Sánchez T. administrador general de la Beneficencia
Pública, el Mayor Manuel Dávila, quien llevó la representación del
general José María Tapia, jefe de la zona militar, y Rebeca Acosta
viuda de Roldán, jefa de enfermeras de la Caja Regional del Institu-
to Mexicano del Seguro Social.
Mientras la iniciativa presidencial de conceder el voto a las muje-
res era objeto de consulta y de estudio por las legislaturas locales, el
líder de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 331
Artículo 34
Ciudadanos de la República a los varones y a las mujeres
que teniendo la calidad de mexicanos además cumplieran los
siguientes requisitos.
I – Haber cumplido los dieciocho años siendo casados o vein-
tiuno si no lo son.
II- Tener un modo honesto de vivir.
guientes términos:
I. Haber cumplido 18 años siendo casados o 21 si no lo son.
II. Tener un modo honesto de vivir.
Artículo II: Se reforma la fracción I del artículo 115 de la
Constitución para quedar en los términos siguientes:
Los estados adoptarían para su régimen interior la forma
de gobierno republicano, representativo y popular, teniendo
como base de su división territorial y de su organización políti-
ca y administrativa el municipio libre conforme las siguientes
bases: a través del artículo 115 los Estados adoptaron para su
régimen interior la forma de gobierno republicano, represen-
tativo popular, teniendo como base de su división territorial y
de su organización política y administrativa el municipio libre
conforme a las siguientes bases:
Cada municipio sería administrado por un Ayuntamiento
de elección popular directa y no habrá ninguna autoridad in-
termedia entre éste y el gobierno del Estado.
II. Los presidentes municipales, regidores y síndicos de los
ayuntamientos electos popularmente por elección directa, no
podrían ser reelectos para el periodo inmediato. Las personas
que por elección indirecta o por nombramiento y designación
de alguna autoridad desempeñasen las funciones propias de
esos cargos cualquiera que fuera la denominación que se les
diera, tampoco se elegirían para el periodo inmediato.
A MANERA DE CONCLUSIÓN
Notas
1
Este Seminario de Historia Regional se desarrolló en el Colegio de Historia
de la Facultad de Filosofía y Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de
Puebla durante el otoño del 2003.
2
Si bien todos los alumnos del Seminario arriba referido participaron en la
investigación, aquí sólo se incluye la información obtenida por Lissett Serrano,
Angélica Sánchez, Viviana López Ramírez, Carolina MacFarland y Hernández y
José Luis Bautista.
3
Programa que presenta la Delegación Poblana al Congreso Nacional Femenino. 5 de
agosto de 1953. Mecanografiado. 7 pp. Documento proporcionado por la Señora
Carmen Cortés de Trillo a José Luis Bautista el 9 de septiembre de 2003.
HEMEROGRAFÍA Y BIBLIOGRAFÍA
Periódicos
El Sol de Puebla. Años 1952-1953.
La Opinión. 1953.
Diario Oficial de la Federación. 1953.
Loria, Cecilia. 2001. “El enfoque de género en las políticas públicas y la
legislación mexicana.” Diálogo y Debate de Cultura Política. México. Vol.
15-16. Centro de Estudios para la Reforma del Estado A.C., 25-56.
Olamendi Torres, Patricia (Comp.) La mujer en la legislación mexicana. Pri-
mera parte. México. LVII Legislatura Cámara de Senadores.
Pansters, Will. 1992. Política y poder en México. Formación y ocaso del cacicazgo
avilacamachista en Puebla, 1937-1987. Puebla: Centro de Estudios Uni-
versitarios. Universidad Autónoma de Puebla.
Rosas Salcedo, Isabel Rosalba. La obrera Textil en la Ciudad de Puebla, 1940-
1964. Historia Cultural. 2003. Tesis. Colegio de Historia. Facultad de
Filosofía y Letras. BUAP.
Soto, América. 1992. Mujeres Poblanas. México: Gobierno del Estado de
Puebla. Consejo Estatal de Población.
En la WEB:
mazinger.sisib.uchile.cl/repositorio/lb/filosofia_y_humanidades/vitale/obras/
sys/fmu/b/c01.pdf
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 345
INTRODUCCIÓN
[ 345 ]
346 JUNTO A UN GRAN OBRERO, UNA GRAN MUJER
darle una larga lista de lo que nos hacía falta a mis hermanos y
a mí, desde zapatos que nos compraban en Puebla, hasta el
pago del abonero de esa bonita plancha que había sacado en
pagos cada semana. Era tan bonito ver cuando mi papá llegaba
con su raya porque sabíamos que ese día era posible que nos
llevara a Tlaxcala, porque como había camiones que hacían el
recorrido de Apizaco a Tlaxcala, pues a veces nos llevaban para
que nos paseáramos y era bien bonito, aunque no nos compra-
ran nada.7
pues algunos obreros que no vivían aquí cerca, que eran de los
pueblos circunvecinos o de fuera como de Atlixco, Puebla y
hasta de México, el sindicato les proporcionaba un cuarto con
cocina y tenían agua potable, les daban luz, y aunque el servicio
era de la empresa, el sindicato era el que promovía quién podía
vivir ahí y quién no.10
Otro espacio para compartir entre las mujeres fueron los lavade-
ros, en donde se hacía algo más que sacar manchas y despercudir
ropa; se comentaba acerca de los problemas económicos, se platicaba
sobre los deseos de conseguir esos aparatos eléctricos que comenza-
ban a llegar a través de los aboneros y que tanto ayudaban a las amas
de casa; se hablaba de la libertad que les negaba el sindicato de
realizar sus compras en otras tiendas fuera de las que estaban desig-
nadas por sus dirigentes ya que
Notas
1
Entrevista a Pedro Vázquez, en Santa Cruz Tlaxcala, el 27 de octubre de
1989, en adelante BEST/PV.
2
Ídem.
3
Entrevista de Margarita Amador, Blanca Esthela Santibáñez Tijerina y
Marciano Netzahualcoyotzi a Nicolás Chávez, en Santa Cruz Tlaxcala, el 21 de
septiembre de 1989.
4
Testimonio de Graciela Hernández en Santa Cruz Tlaxcala, el 28 de abril de
2001.
5
Entrevista a Eloina Osorio de Méndez, en Santa Cruz Tlaxcala el 18 de
noviembre de 1989
6
Entrevista a Etelvina Cruz, en el Centro Recreativo La Trinidad, el 28 de
abril de 2001.
7
Entrevista a Rosario Vega, en Santa Ana Chiautempan, el 3 de mayo de
1991.
8
Entrevista a Juanita Lima de Ortega, en Santa Cruz Tlaxcala, el 28 de
septiembre de 1990.
9
Entrevista a José Martínez, Santa Cruz Tlaxcala, el 21 de septiembre de
1989.
10
Entrevista de Margarita Amador y Raúl Castro a Guadalupe del Razo, en
Santa Cruz Tlaxcala, el 30 de septiembre de 1989, en adelante MA y RC/GR.
11
Entrevista a Guadalupe Coatl, en San Miguel Contla, el 15 de febrero de
1990.
12
Entrevista a Manuela López, en Amaxac de Guerrero, el 11 de noviembre
de 1989.
13
Entrevista a Juana Pérez, en Santa Cruz Tlaxcala, el 3 de mayo de 1990.
14
Entrevista a Rosa María Hernández, en Santa Cruz Tlaxcala, el 28 de abril
de 1991.
15
Entrevista BEST/PV.
16
Entrevista de Margarita Amador, Blanca Esthela Santibáñez Tijerina y
Marciano Neztahualcoyotzi a Leonor Chávez del Razo, en Santa Cruz Tlaxcala,
el 21 de septiembre de 1989.
17
Testimonio de Graciela Hernández, Op. Cit.
18
Entrevista a Ascensión Grande, en San Miguel Contla, el 18 de octubre de
1989.
19
Entrevista MA y RC/GR.
20
Entrevista a Domingo Cuamatzi, en Santa Cruz Tlaxcala, el 21 de septiembre
de 1989; entrevista a Juan Manuel Méndez Hernández, en Santa Cruz Tlaxcala,
el 18 de noviembre de 1989.
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 359
BIBLIOGRAFÍA
Elena Garro
[ 361 ]
362 ELENA GARRO: DE LA REBELDÍA AL OSTRACISMO
Julio César y a Von Clausewitz. Mientras viví con ellos sólo lloré
por Cristo y por Sócrates, el domingo en que bebió la cicuta,
cuando mi padre nos leyó los diálogos de Platón, que no he
releído [Carballo, 1986: .495].
En Puebla vivió poco tiempo, de ahí que, sólo decía tener pocos y
lejanos recuerdos como los de los baños de azufre, donde alguna vez
tuvo un accidente [García, 2003: 216]. Siendo aún pequeña y coinci-
diendo con la persecución religiosa, se traslada junto con su familia,
de Puebla a Iguala, Guerrero, donde transcurrió su niñez y parte de
su adolescencia. De entre sus recuerdos viviendo en ese pintoresco
sitio, frecuentemente hacia hincapié de la inocencia y la felicidad en
que vivió:
De sus primeros contactos con Paz, Elena narró: “Octavio era muy
joven y cuando venía a la casa (ya en México) a hacerme la corte se
hizo muy amigo de mi papá. Yo llegaba del colegio —de la prepa—
, me gustaba cenar e irme a la cama porque me encantaba dor-
mir y Octavio se quedaba platicando con mi Papá [Vega, 1991:
23].
En 1936, estando ya en la UNAM, su talento no pasó desapercibi-
do: estudiaba letras y danza y rápidamente fue captada por el am-
biente artístico y universitario, de tal manera que a los 20 años era
actriz y coreógrafa en el Teatro de la Universidad, dirigido en ese
entonces por Julio Bracho. Fue llamada por Xavier Villaurrutia para
montar “Perséfone” de André Gide; por Rodolfo Usigli para hacer
la coreografía de El burgués gentil-hombre; también fue integrante del
grupo de Teatro TEA, a cargo de Xavier Rojas, con el que realizó
varias giras por diferentes estados de la república.
En la Universidad tuvo como maestros a Julio Jiménez Rueda,
quien le pronosticara su éxito literario; a Samuel Ramos, Salvador
Azuela, Julio Torri. Sus compañeros de clase, entre otros, fueron
Francisco Lastra y Carlos A. Madrazo; en particular sobre él Elena
Garro declaró:
Las anécdotas que se cuentan sobre el apoyo que Elena dio a los
campesinos son múltiples, todas coinciden en la vehemencia y pasión
con que ella los acompañó en algunos de sus plantones y marchas.
La personalidad de Elena Garro, en esa época y siempre, fue muy
controvertida, hay quienes la veían con admiración, pero también
con cierto recelo, en ese sentido Emmanuel Carballo comentó: “Ella
era como aquellas señoras de los salones franceses y los salones im-
portantes de cualquier ciudad, sea Buenos Aires, Londres, París o
México” [García Ramírez, 1989: 1].
...a los personajes sólo les interesa realizarse dentro de ellos mis-
mos, desatendiéndose por lo tanto del destino de la colectividad;
lo soñado es mas real que lo vivido; el pretérito condiciona el
presente y anuncia como ser el porvenir: todo está predetermi-
nado de antemano y nadie puede escapar a su destino; la vida
oscila entre el movimiento y la quietud, entre el luchar y el con-
formarse, y en todos los casos puede más la abstención que el
empecinamiento; se conoce mejor y más a fondo por medio de
los sentidos que de la inteligencia [Carballo, 1979: 509-510].
En este mismo año, 1964, escribe el guión de cine ¿Qué pasa con
los tlaxcaltecas?. En 1967 es llevado al cine Juego de Lágrimas de
Archibaldo Burns, basada en el relato de El Árbol.
En 1968, como consecuencia de los sucesos acaecidos en México,
tras la matanza del 2 de octubre en Tlatelolco, Elena fue señalada
por unos como instigadora del movimiento estudiantil, y por otros
como delatora de los intelectuales que apoyaban el movimiento. Luis
Enríquez Ramírez [2000] hace una notable reseña hemerográfica de
las declaraciones hechas por Elena Garro sobre el movimiento estu-
diantil y los intelectuales participantes en el mismo.
Después de huir, prácticamente, de su casa de las Lomas, aban-
370 ELENA GARRO: DE LA REBELDÍA AL OSTRACISMO
dona el país junto con su hija Elena. Vivió en los Estados Unidos de
1971 a 1974. Sobre su partida Elena ha dicho:
En todas sus obras, las protagonistas son mujeres de gran pesar, des-
amparo, angustia y desconsuelo, pero las caracteriza un sentido de
amor y humanidad.
En alguna ocasión Elena Garro, reflexionando sobre sus novelas,
escribió:
BIBLIOGRAFÍA
HEMEROGRAFÍA
INTRODUCCIÓN
[ 377 ]
378 DE LA CASA A LA DEMOCRACIA
El mismo título de este artículo refiere un tránsito que para los varo-
nes es innecesario explicitar, menos en esos años, porque parecía
que todo Puebla era para ellos, sociedad, universidad y casa alta-
mente masculinizados. Acaso aparezca exagerado afirmar que las
mujeres que cruzaban el umbral universitario se arriesgaban a que-
darse solteronas, ¿quién habría de querer a una abogada?, ¿casarse
con una economista? Y menos aún con una ingeniera. Razonamien-
tos que parecerán decimonónicos pero no alejados de una sociedad
conservadora como lo era Puebla, aunque en la Universidad siete
años atrás se habían suscitado hechos violentos entre los de la dere-
cha y los liberales, que dieron nacimiento al conocido movimiento
de Reforma Universitaria en 1961, cuando para fortuna del pensa-
miento avanzado y liberal salieron derrotados los fúas. Derrotados,
aunque no para siempre, como hoy sabemos por el libro de Álvaro
Delgado [2003], El Yunque.
En tal ambiente politizado, lleno de violencia verbal y física, las
mujeres no tendrían porqué asistir a la Máxima Casa de Estudios;
para el resguardo de “sus buenas y femeninas conciencias” existían,
desde tiempo atrás, escuelas femeninas y particulares tales como el
Social Femenino, las academias de manualidades, de belleza, etcéte-
ra y todas aquellas instituciones donde pudieran formarse como fu-
turas madres de familia.
La Universidad Autónoma de Puebla era la única institución de
educación superior entonces y a ésta ingresaban estudiantes de dife-
rentes niveles económicos, y en las diferencias políticas se cruzaban
enconos de distinta naturaleza. No faltaban los catedráticos que cues-
tionaban la presencia de las jóvenes en el aula llamándolas “prófu-
gas del metate”, o con algunas diatribas que pretendían descalificar
su capacidad académica. Las anécdotas de las activistas no son va-
gas; por el contrario, de éstas pende mucho su orgullo de haberse
formado como mujeres profesionistas y realizadas. Además, tómese
en cuenta que en esos años estudiar era la única forma de salir ade-
lante, la familia numerosa generalmente como lo atestiguan las es-
tadísticas: el promedio de hijos era del 7.5%. Son los años del creci-
miento de las capas medias de la población y ante las disyuntivas
que el sistema económico impone, estudiar profesiones liberales era
la oportunidad de salir adelante. Más aún, siendo el hombre el jefe
del hogar, eran ellos quienes preferentemente debían obtener un
título y prepararse para sacar adelante a la familia.
380 DE LA CASA A LA DEMOCRACIA
AL TERMINAR EL MOVIMIENTO
CONCLUSIONES
Notas
1
La ponencia que originalmente motivó este artículo fue “De la Casa a la
democracia. Las mujeres y sus experiencias en el 68”. En ese año, cuando se
realizó el Congreso Nacional de Investigaciones sobre las Mujeres, me encontraba
iniciando la investigación “Las mujeres y el 68”, misma que he concluido en el
transcurso del 2002 y principios del 2003, ha salido el libro de Otra historia del 68.
Voces de Mujeres. Puebla, coeditado por el Instituto Poblano de la Mujer y la
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, en el 2004. Fue producto de dos
proyectos “De la historia a la nostalgia. Imágenes de la memoria colectiva. 68 en
Puebla” que apoyó la Vicerrectoría de Investigación y Estudios de Posgrado
mediante el Programa Institucional de Fomento al Desarrollo a la Investigación y
a la formación de jóvenes investigadores, una vez que fue aprobado el proyecto
en el Padrón de Proyectos VIEP, emitido en octubre de 2001. El apoyo permitió
incorporar como becario a Juan Manuel Blanco Sosa, estudiante del Colegio de
Historia, de la Facultad de Filosofía y Letras.
2
Sergio Aguayo ha sido uno de los primeros investigadores en utilizar estos
fondos y en su libro 1968 los archivos de la violencia, descubre la ebullición estudiantil
y la escalada de violencia dirigida por las diferentes instancias que secretaría de
Gobernación echaba mano, como el Estado Mayor Presidencial. En este año he
empezado a revisar la información de la Dirección General de Investigaciones
Políticas y Sociales, a cargo de Secretaria de Gobernación, se nota de inmediato el
grado de espionaje y control de esta dependencia. Así que en un plazo mayor
seguirán saliendo más investigaciones apoyadas en estos archivos.
3
En 68 existían 14 escuelas, la mayoría se encontraban concentradas en el
edificio central, 4 Sur 104, y Leyes y Medicina tenían sus propios edificios, Leyes
por cierto ocupaba el que actualmente alberga a la Preparatoria Lázaro Cárdenas,
en tanto Medicina ya funcionaba en donde está actualmente.
4
Lamentablemente no existe un archivo que refiera la fecha exacta de su
organización pero sí de su huella. La Unión Nacional de Mujeres Mexicanas,
afiliada al Partido Comunista, cuya presidenta nacional era la abogada Martha L.
P. de Tamayo; como secretaria de relaciones Consuelo Hernández; de organización
Dolores Sotelo, de Asuntos culturales Raquel Tibol y de Prensa y Propaganda
Laura Bolaños. La significación de esta organización fue importante en varios
aspectos, sobre todo en la influencia de ideas, a las asambleas efectuadas en la
ciudad de México asistían intelectuales, periodistas, etc.; en segundo lugar ésta
se dio a la tarea de recabar la lista de los desaparecidos, de los detenidos, de dar
a conocer dónde estaban.
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 393
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
INTRODUCCIÓN
[ 397 ]
398 EL RECURSO DE LA ORALIDAD EN LOS ESTUDIOS DE GÉNERO
que me parece que ellas son las que tienen cierta claridad de lo que
implica la paternidad, o lo que les gustaría que fuera, además de
tener un contacto más presente con los hijos e hijas.
Mi primera investigación empezó con mujeres embarazadas
que asistían a consulta de Gineco al Hospital Universitario de
Puebla (HUP), una característica fue que en su mayoría eran
madres por primera vez, así tenemos que se aplicaron cuestiona-
rios a 32 mujeres: 48% en primer embarazo, 24% en segundo;
13% en el cuarto; y 10% en el tercero. Su rango de edad osciló
entre 22 y 30 años. En relación con la escolaridad 13.79% cursó
estudios de primaria; 37.93% secundaria; 31.03% preparatoria,
17.24% licenciatura.
A ellas se les preguntó qué palabras asocian a paternidad; luego
de realizada una distribución de frecuencias se pasó a su
jerarquización; recurrieron a un total de 48 palabras que asocian a
paternidad, entre las que se encuentran:
Responsabilidad: 18.75%
Amor: 14.58%
Cariño: 10.41%
Respeto: 8.33%
Comprensión: 8.33%
Padre: 8.33%
Proteger 6.25%
Responsabilidad
Apoyo
Cuidados
Amor
Compartir
Participar
Palabra Contenido
Responsabilidad ............. Con su hijo, apoyo, comprensión, mantener
a la familia, con su esposa, compartir penas
y alegrías.
Apoyo ............................. En el proceso de embarazo y posterior a él,
en lo moral, psicológico y afectivo, en los
trastornos que se tienen en esta etapa, hacia
la madre y el bebé.
Cuidados ........................ Que debe tener para mí y su hijo.
Amor .............................. Conmigo, tratamientos, penas y alegrías.
Involucrar ...................... En el embarazo y como padre.
Responsable: 27.58%
Amor: 17.24%
Cuidado: 13.79%
Cariño: 10.34%
Respeto: 10.34%
Apoyo 6.89%
Ansiedad: 6.89%
Pendiente
400 EL RECURSO DE LA ORALIDAD EN LOS ESTUDIOS DE GÉNERO
Apoyo
Responsabilidad
Palabra Contenido
Pendiente ....................... De ambos, que ella se alimente bien y que
chequen al bebé; mantener y cuidar a la
familia; para que el niño nazca sano; de
su salud y para proporcionar todo lo que
esté a mi alcance .
Apoyo ............................. Moral para que en el proceso se sienta bien,
no solamente es ese tiempo sino todo el
tiempo que pasen juntos.
Responsabilidad ............. Apoyo a la esposa y amor con los hijos que
vendrán
ternidad parece sin duda ser un buen camino. Habrá que trabajar
ésto en lo cognitivo, valoral y legal para sentar las bases de una con-
vivencia dentro de la familia. Esto, que parece una utopía, cuando es
tomado por los colectivos se convierte en acción porque los hombres
debemos hablar de nosotros y emprender nuevas actividades hacia
nuevas paternidades.
Otra madre nos describe la relación de su esposo con sus hijos e
hijas:
Desde los papás depende todo, mi esposo tiene una relación
muy buena, los guía muy bien. Le llaman don Fernando. El
no les pega, platica con ellos, incluso mi hijo pequeño me
dice: “¿Por qué no te vas a trabajar y mi papá que se quede a
cuidarnos?” Le ponen cassettes. Se sienta a escuchar, empieza a
bailar, aunque a él no le guste, se sienta a escucharlos, les aplaude y
hace lo que los niños sientan mucho cariño por él. Les traía fruta,
un dulce, les enseña cómo debe comportarse en tal o cual lugar. Les
da confianza a los niños (34 años).
Ésta, tal vez, puede ser una buena definición de lo que sería un
buen padre alejado solamente de la responsabilidad económica, que
sin duda es importante, pero que lo acerca a una dimensión de lo
emotivo, afectivo, siendo la comunicación un aspecto primordial.
Otras madres nos señalaron la relación de sus esposos con sus hijas e
hijos. Es muy buena, juegan mucho, se conocen muy bien.
¿Qué es un padre?
— Que está para sobrellevar a sus hijos, para la obligación de
tenerlos, económicamente educarlos y sobrellevarlos.
¿Cómo adquirió esta idea?
— Cuando me casé y lo que fui llevando con mis papás (25
años).
ron cuáles son, pero si algo se recuerda, es que se debe ser responsa-
ble y eso, al parecer, se concretiza en ser proveedor de recursos eco-
nómicos y poner el orden en la familia, especialmente con las hijas e
hijos. Aunque como se vio en las entrevistas, estas mujeres plantean
algo más: lo afectivo, la convivencia.
Es aquí donde las nuevas generaciones deben ser educadas y
empoderarlas, es decir, dotarlas de recursos para saber cómo actuar.
Pero en lo anterior hay que crear condiciones, de ahí la intervención
económica-política, porque el sistema social que nos rige separa lo
masculino de lo femenino; uno a la producción y la otra al consumo
y trabajo doméstico. Se debe trabajar por un replanteamiento en las
relaciones sociales no sólo en lo micro, es decir, en la familia, sino
también en lo macro, en las relaciones de producción; esto es, en las
políticas de empleo, políticas que deben ser pensadas y planificadas
para trastocar las relaciones entre los géneros; que se generen recur-
sos legales, como en otros países se otorga la licencia para asistir a
las reuniones de sus hijas e hijos en la escuela, o cuando éstos están
enfermos y necesitan cuidado, así como la licencia de paternidad.
Sin duda alguna, ésta va tener un impacto en lo económico, di-
rán algunos. Y posiblemente encontremos en las solicitudes de em-
pleo las preguntas de si uno es casado, la edad de los hijos, y si uno
va a tener más. Seguramente los hombres nos sentiremos discrimi-
nados porque los hombres tenemos muchos privilegios con respecto
a las mujeres; privilegios de los que no nos damos cuenta hasta que
son trastocados; pero para hacer consciente lo “inconsciente” hay
que ponerse en el lugar de la otra. Si esta situación sucede va provo-
car un cambio para comprender más la situación de las mujeres.
Este estudio nos señala que la paternidad se mueve en dos ámbi-
tos, el de ser proveedor, pero hay una demanda de las madres a lo
afectivo. Lo anterior plantea que las campañas que se realicen para
nuevas paternidades deben ser pensadas en el ámbito de lo afectivo
y que se debe compartir con la mujer no sólo la función de provee-
dor sino también la atención de las hijas y los hijos.
Un tercer estudio tiene que ver con el vínculo que se establece entre los
hijos e hijas con el padre y con la madre sobre el amor y la sexualidad;
temas que sin duda son importantes y que, si bien es cierto no fueron el
tema de esta investigación (la paternidad), sino el amor y la sexualidad
en jóvenes de la preparatoria, me parece prudente presentarlo.
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 407
... hay cosas que no quiero que me cuente (mi mamá), como si
estuvo con otro antes de mi papá.
Hay mucha gente que no tuvo una educación acerca de la
sexualidad sino que aprendió sobre la marcha. ¿Cómo alguien
así te puede enseñar? Alguien que sus padres nunca le hablaron
de ésto y tienen hijos en base a qué puede enseñar, educar.
Hay padres de familia que ven mal que sus hijos tengan relacio-
nes sexuales, no tienen empatía, no se ponen en lugar de los jóve-
nes, porque todos fueron jóvenes y que el cuerpo reacciona a cier-
tos impulsos no tan racionales sino al lado animal. El sexo es una
necesidad del cuerpo más que del cerebro, que el uso de la razón es
una respuesta corporal, vaya, si llega el momento, en que esta
necesidad de ejercer la sexualidad se siente en el cuerpo.
BIBLIOGRAFÍA
[ 413 ]
414 FUENTES DOCUMENTALES EN EL ARCHIVO MUNICIPAL DE PUEBLA
Sin duda alguna, las actas de cabildo congregan en sus líneas los
datos más numerosos e importantes de los gobiernos municipa-
les, sin embargo, por el hecho de ser tan globales —que cubren
todos los espacios de la gestión administrativa— la individualiza-
ción de los personajes no es tan evidente como en otros tipos
documentales. Durante el siglo XIX pudimos apreciar un anoni-
mato casi permanente de las actividades femeninas, a no ser por
concesiones otorgadas por el Ayuntamiento a viudas y religiosas.
Es evidente que aún durante este siglo los patrones culturales
del antiguo régimen seguían vigentes, si bien modificados, nun-
ca desaparecieron, en el sentido en que las esferas públicas aún
eran poco accesibles al género femenino. Asimismo, se constató
que la actividad comercial y el índice de propiedad entre mujeres
son mayores que los preconcebidos.
Durante el siglo XX los nombres de mujeres se empiezan a multi-
plicar, cada vez con más frecuencia, en terrenos tan cerrados como
los políticos; por ejemplo, no es aislado que desde la década de 1930
la presencia femenina sea constante en el máximo órgano del go-
bierno municipal: el cabildo. Sin duda, este hecho es sólo un reflejo
de una realidad cada vez más patente en las sociedades occidenta-
les. Queda por investigar su participación y actividades dentro de
los primeros niveles de gobierno.
del Estado, vol. 80, año 1919, en el cual se apunta sobre la “especial
atención que reclama la educación de la mujer” a fin de ser elevada
“a la categoría social que le corresponde y pueda por medio de la
ciencia y del trabajo, promover a su propia subsistencia con digni-
dad y autonomía.”
En la subserie disposiciones municipales se cuenta con reglamentos
para las cárceles de mujeres, hoteles y casa de huéspedes, para la
venta de bebidas alcohólicas, pulque y cerveza, entre otros.
Las fuentes, los centros y los fondos documentales sobre las muje-
res que existen actualmente en nuestro país tienen un antecedente:
el movimiento de las mujeres. Su contribución y la del feminismo ha
sido hacer visible la historia de las mujeres a través del rescate,
reinterpretación y visibilización de las fuentes que dan cuenta de su
presencia a lo largo de la historia, y con ello han hecho aportes a las
ciencias sociales, y en especial a la Historia. Así, este trabajo tiene
como objetivo central estudiar cómo se crearon los centros de docu-
mentación sobre las mujeres y cuál ha sido la contribución de las
mujeres feministas, académicas y del movimiento amplio de muje-
res al rescate y recuperación de las fuentes e investigaciones de la
historia de las mujeres en México.
Para ello, he dividido el trabajo en cuatro partes. En la primera,
se abordan las principales interrogantes sustentadas por el feminis-
mo a la historia tradicional, en particular a la visión androcéntrica
en el discurso y escritura de ésta; la segunda analiza los conceptos
de género y poder como categorías de análisis para interpretar las
fuentes históricas; la tercera estudia los orígenes de los centros de
documentación sobre la mujer y/o de género y su contribución al
rescate de la memoria colectiva de las mujeres en México, y por últi-
mo se presentan los trabajos de corte histórico sobre esta temática
realizados por historiadoras/es en Puebla, del 2000 al 2004.
EL FEMINISMO Y LA INTERPRETACIÓN
DE LAS FUENTES SOBRE LAS MUJERES
[ 423 ]
424 LAS FUENTES, LOS CENTROS Y LOS FONDOS DOCUMENTALES
realizada por los archivos y las bibliotecas hasta hace unas décadas,
privilegiaron los sucesos político-económicos y sociales, donde el hom-
bre es el principal protagonista del devenir histórico. Esta interpreta-
ción excluyó a otros grupos sociales, entre éstos, a las mujeres.
A partir de la década de los setenta, como efecto de los movimientos
culturales, entre ellos el feminista, se crearon grupos y áreas de estudio
sobre la condición de las mujeres, al interior del movimiento de muje-
res; así como también entre académicas e intelectuales en México.
En nuestro campo de estudio, las historiadoras británicas, france-
sas, norteamericanas y mexicanas, influenciadas por el feminismo o
por nuevas corrientes historiográficas, han incorporado diversos
enfoques al estudio de las historia de las mujeres. Algunos de los
temas de reflexión, son el análisis y reinterpretación de las fuentes
para “hacer visible” el papel desempeñado por ellas en los diferen-
tes procesos históricos a nivel internacional, nacional y de la región.
Esta propuesta teórica tiene su antecedente en las décadas de los
años sesenta y setenta, en un primer momento, y más tarde en los
ochenta y noventa, periodos que se relacionan con las etapas de la
teoría feminista. Hoy se plantea la necesidad de historiar e interpre-
tar las fuentes desde el enfoque de género, como una posibilidad de
reflexionar nuestro pasado a partir de la construcción sociocultural
entre los géneros, las cuales han marcado las diferencias entre las
mujeres y los hombres y que la historia, hasta hace unas décadas,
había privilegiado como una historia centrada en lo público: el esta-
do, la economía, la política, el poder dominado por los hombres.
El debate que existe al interior de los estudios sobre las mujeres,
está relacionado con la aplicación de teorías y métodos. En el caso
de los estudios históricos, éste tiene que ver con el enfoque
historiográfico y el tipo de fuentes que se estudia, el problema se
agudiza cuando se intenta incorporar otras formas de hacer historia
y por lo tanto, otras teorías, métodos y fuentes, como el planteado
por el feminismo a la historia androcéntrica y tradicional.
El temor por incorporar al feminismo los estudios históricos so-
bre las mujeres se relaciona con los estigmas y mitos en torno a éstas.
Es importante mencionar que el feminismo ha sido tema de debate
entre algunas historiadoras. ¿Cómo definir a las mujeres feminis-
tas?, ¿Quiénes pertenecen a este grupo? Por ejemplo, la historiado-
ra Michelle Perrot define que “feminista es cualquier mujer que en
algún momento de su vida ha hecho alguna contribución para lo-
grar la igualdad de los sexos mediante una inversión de papeles
tradicionales” [Perrot, 1997: 81], en tanto Linda Gordon dice que el
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 425
Y añade
[...] son los pedestales móviles de las relaciones de fuerzas los que
sin cesar inducen, por su desigualdad, estados de poder siempre
locales e inestables. Omnipresencia del poder: no porque tenga
el privilegio de reagruparlo todo bajo su invencible unidad, sino
porque se está produciendo a cada instante, en todos los puntos,
o más bien en toda relación de un punto con otro. El poder está
en todas partes, no es que lo englobe todo, sino que viene de
todas partes [Foucault, 2002: 113].
Quiénes, cómo, cuándo y qué han escrito las mujeres. Quiénes son
nuestras antecesoras. Éstas han sido preguntas que han hecho las
mujeres a Clío. Las fuentes sobre nuestro pasado están en los archi-
vos esperando su consulta y, por supuesto, ser interpretadas. Y sobre
las fuentes de la historia de las mujeres en la etapa contemporánea,
¿quién las recuperará?. Estas han sido las principales inquietudes de
las mujeres dentro de la academia y de la sociedad civil, así como
también de algunos organismos gubernamentales. Ellas han impul-
sado la creación de los centros de documentación y bibliotecas sobre
las mujeres, a través de los cuales se han rescatado y concentrado
diversas fuentes del movimiento.
Como bien señala la historiadora Perrot, las investigaciones de la
historia de las mujeres ya han producido un buen número de obras
escritas. Sin embargo, muchas de ellas resultan improductivas por-
que son desconocidas, por ello propone la creación de centros de
documentación, que deben reunir diversos tipos de materiales y cu-
yas tareas primordiales son recabar información en varios niveles:
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 431
tal.
A finales de los ochenta se crea el Programa Nacional de la Mu-
jer, el cual es transformado a principios de los noventa, en el Institu-
to Nacional de la Mujer. Es importante señalar que en cada uno de
los estados de la República, los gobernadores y/o los congresos apro-
baron la creación de los institutos de la Mujer. La gran mayoría de
estos institutos actualmente cuenta con centros de documentación
y/o bibliotecas. Otras instituciones del sector gubernamental, que
cuentan con material especializado, son el Sistema Nacional para el
Desarrollo Integral de la Familia (DIF), la Subprocuraduría de Aten-
ción a Víctimas del Delito de la Procuraduría General de Justicia.
Los organismos internacionales que tienen fondos bibliográficos y
hemerográficos especializados a nivel internacional y latinoamericano
son: la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Population Council,
Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Fondo de las Na-
ciones Unidas para la Infancia (UNICEF), y el Fondo de Desarrollo de las
Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM).
c) Instituciones académicas. En los ochenta, son dos instituciones
académicas las que inician la recopilación de materiales principal-
mente sobre las investigaciones feministas y/o de las mujeres, así como
también a concentrar diversas publicaciones y fuentes sobre las mu-
jeres. Una de ellas es la Unidad Documental del Programa de la
Mujer, de El Colegio de México; la otra es el Área de Educación y
Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco. En
los noventa, con la fundación del Programa Universitario de Estu-
dios de Género de la UNAM, se crea la Biblioteca “Rosario Castella-
nos”. Estos son los centros académicos más consolidados y especiali-
zados, y que por sus acervos hemerográficos, bibliográficos y docu-
mentales sobre el movimiento y la teoría feminista, así como del
movimiento de las mujeres, son muy importantes a nivel nacional y
latinoamericano. El centro de documentación del PIEM-COLMEX es el
único que cuenta con servicio en línea y además elabora, en versión
electrónica, las notas informativas sobre las mujeres que son publi-
cadas en los principales diarios nacionales.
Una contribución importante del feminismo en la academia uni-
versitaria es la docencia, investigación y divulgación de estos estu-
dios. A principios de los setenta y hasta los ochenta se crearon áreas
y seminarios sobre la mujer; en la década de los noventa, algunos de
éstos se transformaron en Centros, Programas y Seminarios de estu-
dios de género. En 19988 se creó la Red Nacional de Centros y Pro-
gramas de Estudios de Género de Instituciones de Educación Supe-
434 LAS FUENTES, LOS CENTROS Y LOS FONDOS DOCUMENTALES
a) Obras colectivas:
1. Construyendo la historia de las mujeres (Puebla, Tlaxcala, Sinaloa), tra-
bajo coordinado por Gloria Tirado Villegas, que incluye trabajos de
carácter histórico de tres estados del país, entre los que se incluyen:
“La matrícula femenina en la Escuela de Artes y Oficios del Estado
de Puebla”, de María Lourdes Herrera Feria; “La ropa sucia se lava
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 435
b) libros
1. Vientos de la democracia, de Gloria Tirado Villegas; en esta obra, la
autora dedica un apartado a las mujeres que participaron en el mo-
vimiento estudiantil del 68 en Puebla; también presenta un testimo-
nial que permite conocer las historias de vida de cada una de las
participantes.
2. La otra historia. Voces de Mujeres del 68 Puebla, de Gloria Tirado
Villegas; es una publicación que nos presenta un estudio sobre la
participación de las mujeres en el movimiento estudiantil de 1968
en la Universidad Autónoma de Puebla, y que es un trabajo pionero
en la historiografía del movimiento del 68 del país.
c) Artículos
1. “Otra mirada al 68: mujeres universitarias en Puebla”, de Gloria
Tirado Villegas; “la autobiografía, fuente para el estudio de las mu-
jeres: con las palabras escribimos nuestras historia”, de Elva Rivera
Gómez; “Aprendices de artesana en la ciudad de Puebla de los Án-
geles”, de María de Lourdes Herrera Feria, son artículos incluidos en
el número especial dedicado a las mujeres de la Revista Graffylia, publi-
cado por la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP, en el 2003.
2. “La domesticación del cuerpo femenino en la perspectiva de la
historia regional”, de María de Lourdes Herrera Feria, “La sociedad
contemporánea y la participación de las mujeres en las humanidades”,
de Elva Rivera Gómez, fueron trabajos publicados en la Revista GenEros,
del Centro de Estudios de Género de la Universidad de Colima.
CONSIDERACIONES FINALES
Notas
1
La Dra. Hierro falleció en octubre del 2003, fue una destacada feminista,
fundadora del PUEG de la UNAM, entre sus publicaciones destaca De la
domesticación a la educación de las mexicanas, obra que refleja una visión filosófica y
en donde la autora nos presenta una aproximación histórica de la educación de
las mujeres en nuestro país.
2
En el tomo dedicado a la vida material, Braudel hace un estudio de larga
duración a través del cual ilustra los cambios y las transformaciones en la vida
material y cultural, en donde las mujeres desempeñan un papel importante.
3
Son obras colectivas que nos presentan estudios realizados desde un enfoque
interdisciplinario. Duby, G., Perrot, Michelle, (1993) Historia de las mujeres, España,
Taurus; Aries, A. Bejín, Foucault, M. (1987) Sexualidades occidentales, México,
Paidos.
4
Perrot y Duby lo han llamado los tres santuarios masculinos cerrados a las
mujeres: “el religioso, el militar y el político”. G. Duby y M. Perrot, introducción
en Historia de las mujeres de occidente. Madrid, Taurus, 1993, p.15.
5
El caso de los estudios sobre la mujer en Estados Unidos y Europa lo podemos
ver en los artículos de Scott, Perrot y Lydesforff, incluidos en la obra compilada
por Carmen Ramos, op.cit.
6
CIMAC dirigido por Sara Lovera, produce información en Línea
actualmente, pero en un principio recopiló y seleccionó información
hemerográfica que se encontraba en el PUEG de la UNAM y que actualmente se
encuentra en el Fondo Documental del Centro de Estudios de Género de la
Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP, en Puebla.
7
Trabajos realizados por el Comité Nacional Coordinador de las Actividades
Preparatorias para la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, encabezada por la
secretaria técnica, Lic. Gloria Brasdefer. Los trabajos son resultado de diagnósticos
elaborados por los gobiernos locales, investigadoras/es y los poderes legislativos
y judiciales y que reúnen temáticas especificas sobre las mujeres en México.
8
La iniciativa de creación de la Red fue impulsada por Lorenia Parada
Ampudia y Gloria Careaga estando en la dirección del PUEG la filósofa feminista
Graciela Hierro Pérez-Castro.
9
Diagnóstico de Centros y Programas de Estudios de Género. (1999) Chapala,
Jalisco, Archivo del Centro de Estudios de Género de la Facultad de Filosofía y
Letras de la BUAP; el cual fue elaborado por Lorenia Parada Ampudia y Mary
Goldsmith, y Dora Cardaci como “Los programas y centros de estudios de la
mujer y de género en México,” en Feminismo en México. Revisión histórico-crítica del
siglo que termina, editado por Griselda Gutiérrez Castañeda, (México: PUEG-
UNAM, 2002): 247-264.
10
La mayor parte de sus acervos son resultado de intercambios de
publicaciones, de donaciones y sólo algunas cuentan con financiamiento para
adquisición de material bibliohemerográfico.
11
Un trabajo que antecede a éste, es el publicado por la autora del presente
trabajo en Construyendo la historia de las mujeres (Puebla, Tlaxcala,Sinaloa), donde
se incluye una bibliografía de estudios sobre las mujeres en Puebla, de 1990 al
2000.
12
Obra que reúne 28 trabajos presentados en el Segundo Simposio
Internacional La Mujer en la Historia de América Latina, organizado por el Centro
de Estudios de la Mujer en la Historia de América Latina (CEMHAL), fundado
en 1997 y presidido por Sara Beatriza Guardia, en octubre del 2000, y que fue
coeditado con el Departamento de Historia Moderna, Contemporánea y de
América de la Universidad de Murcia, España.
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 439
BIBLIOGRAFÍA
Andreo García, Juan, Guardia Sara Beatriz. 2002. Historia de las mujeres en
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Diagnóstico de Centros y Programas de Estudios de Género. 1999. Chapala,
Jalisco, Archivo del Centro de Estudios de Género de la Facultad de
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440
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 441
[ 441 ]
442 FUENTES HEMEROGRÁFICAS: MUJERES EN LA PRENSA OFICIAL POBLANA
La Familia (1883-1890), etcétera. Hay que hacer notar que las muje-
res intervinieron como traductoras en diferentes géneros literarios a
lo largo de este siglo.
Sin duda, en los medios impresos, particularmente en la prensa,
se revela la percepción que los actores sociales de la época tenían
sobre momentos y fenómenos específicos; ésta difundió la ideología
dominante, propagó las innovaciones científicas y tecnológicas, po-
pularizó las corrientes culturales en boga, exhibió los nuevos modos
de vida y los nuevos productos de la expansión mercantil mundial,
al ofrecer una variada oferta de lecturas, el periódico, que día tras
día llevaba información y reflexiones sobre el acontecer a individuos
y sus familias, incorporó lo público nacional e internacional a los
espacios de la vida privada e independientemente del papel subor-
dinado que se le atribuye a las mujeres fue inevitable que aparecie-
ran entre las páginas dedicadas a ellas o elaboradas por ellas.
Estas son las características que convierten a la prensa escrita en
una fuente documental imprescindible para la investigación históri-
ca y hacen evidente la urgencia de construir herramientas de con-
sulta que permitan un acceso sistemático al contenido de los fondos
hemerográficos.
tad…
1859 (I), 72, 2 –Sábado 19 de noviembre. Obsequia al mérito de la recomen-
dable actriz Doña Pilar Pavea el siguiente Soneto: “¡Sa-
bed, deidad! de las camelias Dama, / Encanto de los hijos
de este suelo/ ¡Mi música te saluda!/ porque el cielo que tú
buscas, Pilar, es el de la fama…”
1860 (I), 15, 2 –Jueves 19 de Abril. El poema de Gertrudis Gómez de
Avellaneda llamado: “Saludo a Cuba. ¡Perla mar! ¡Cuba
hermosa!/ después de ausencia tan larga por más de
cuatro lustros conté sus horas infaustas…”
1860 (I), 53, 4 –Jueves 30 de agosto. Se felicitó a la Señorita Fernández y
Sánchez por el canto que ejecutó en el concierto dado
en el teatro Principal de esta ciudad, la noche del 23 de
agosto, a beneficio de los pobres…
1862 (I), 8, 2 –Mayo 13. Se manifiesta la Señora Doña Francisca López,
viuda del Coronal Terrón, ante el gobierno, que no ha
tenido ningún recurso con que poder auxiliar a los de-
fensores de la independencia mexicana…
1862 (I), 85, 4 – noviembre 11. Se informa de la Comisión de Señoras; que
facilitarán todo lo necesario para el mejor servicio de
los hospitales de sangre; esta disposición acredita los
sentimientos humanitarios…
1863 (II), 62, 3 –Marzo 13. En la sección de Variedades se incluye el poema
de Soledad Arias. “¡Al orgullo Mexicano! ¡Al defensor de
las libertades patrias! ¡Al centinela avanzado de nuestra
independencia! ¡Al benemérito en fin e ilustre Ejército
de Oriente!...” Soledad Arias.
1863 (II), 62, 3 –Marzo 16. En la sección de Variedades se incluye el poema
de Soledad Arias. “A mi patria. Atónita mire la Europa
aguerrida,/ De México bello y su heroico valor,/ Oculte
la Francia su faz maldita/ En medio del fango temblan-
do de horror…”
1864 (I), 72, 3 –Miércoles 2 de Marzo. Se comunica sobre la Junta de Seño-
ras de fina sociedad en el gran salón de la casa de Mon-
te de Piedad para nombrar entre ellas las que deben
recibir a la emperatriz Carlota.
1864 (I), 128, 3 –Miércoles 14 de septiembre. Se informa de las actividades
de la emperatriz, de su visita a la fábrica de Contreras,
y también de su visita a la Villa Tacuba…
1868 (I), 7, 4 –Abril 14. Por información extranjera se publica el estado
de la francesa Carlota, aun no recobra el juicio al reci-
452 FUENTES HEMEROGRÁFICAS: MUJERES EN LA PRENSA OFICIAL POBLANA
esposo viudo.
1868 (I), 130, 4 –Sábado 2 de agosto. Se dio aviso sobre la señora Peralta, la
distinguida cantactriz mexicana fue contratada el mes
de junio como primadonna absoluta, por el empresa-
rio del teatro Pagliano de Florencia.
1868 (I), 126, 4 –Jueves 20 de agosto. Noticia de la princesa Carlota se
extravía su razón cada día más y más, se teme que se
escape a su castillo para ir a Miramar donde quiere per-
manecer…
1868 (II), 1, 4 –Jueves 27 de octubre. Se habla de la presentación a benefi-
cio de la Señora Cairon…. Además de su pieza dramá-
tica con el nombre “Adriana” mostró también su buen
gusto para vestir…
1869 (II), 41, 3 –Martes 19 de enero. Sobre las mujeres públicas. Según
informes, en el año pasado de 1868, se inscribieron en
el registro de la sección sanitaria de esta ciudad 100
mujeres públicas…
1869 (II), 50, 4 –Jueves 4 de Marzo. Noticias de aprehensiones por parte
de la policía: seis mujeres por riña; once ebrias, once
escandalosas, dos sospechosas, una prófuga de su casa.
Diversas infracciones de policía, tres; cómplices en los
delitos, dos; aprehendidas por orden de la autoridad,
seis; total 42 mujeres y aparte se mencionan a 153 hom-
bres detenidos…
1869 (II), 65, 4 –Sábado 20 Marzo. Se tiene noticia de la emperatriz Carlo-
ta, hace dos meses que se encuentra en un estado muy
tranquilo…
1869 (II), 74, 2 –Sábado 17 de abril. Se comunica sobre la salud de Carlota
Amalia, manifiestan el mal estado que guarda la salud
de la desgraciada princesa…
1869 (II) 76, 4 –Martes 11 de mayo. Salió publicado que entre las viudas y
huérfanos de los que murieron en la gloriosa batalla del
5 de Mayo de 1862, la junta patriótica de esta capital, va
a distribuir 10 premios de 200 pesos …
1869 (II) 86, 4 –Martes 11 de mayo. Noticia de la princesa Carlota. El rey y
la reina de los belgas se trasladan diariamente al castillo
en el que mora la viuda de Maximiliano, pasando allí
gran parte del día distrayéndola y consolando...
1869 (II) 117, 3 –Jueves 22 de julio. informe del estado de la princesa, de
México durante el imperio…
1870 (I), 15, 1 –Jueves 6 de Enero. Noticias de personas aprendidas por
454 FUENTES HEMEROGRÁFICAS: MUJERES EN LA PRENSA OFICIAL POBLANA
casa de monjas…
1873 (IV), 52, 3 –Miércoles 2 de julio. En la sección de Variedades se publicó
el poema de Soledad Montero de Ferrer: “Recibe mis
saludos a toda brisa, / Envuelto en mis suspiros te envío
mi dolor, / En tanto a tus playas me lleva mi destino…”
1873 (IV), 53, 3 –Sábado 5 de julio. En la sección de Variedad se publicó el
Soneto de Carolina O’Haran. A la memoria de la dis-
tinguida poetisa, Doña Gertrudis Gómez de Avellaneda.
1873 (IV), 53, 3 –Sábado 5 de julio. En la sección de Variedad se publicó el
escrito de Concepción García. A la eminente poetisa
cubana Gertrudis Gómez. “Murió la que conmoviera al
orbe con sus cantos, Cayeron en la tumba sus cantos,
Pero su gloria al universo baña…”
1873 (IV), 62, 4 –Miércoles 6 de agosto. Felicitaciones a la princesa Carlo-
ta, hija de Leopoldo I, rey de los belgas, y emperatriz
que fue de México cumplió 33 años el día 7 de agosto…
1873 (IV), 71, 3 –Sábado 6 de septiembre. Noticia estadística del Estado
Eclesiástico de España en 1870. Profesas 23,101; Novi-
cias 896; Señoras con vestidos seglares 603; Donados
464; Beatas 130…
1873 (IV), 75, 4 –Sábado 20 de septiembre. Se publica la Biografía
Americana, de las Obras selectas de la Monja de
México (por Juan León Mera 1873) de Sor Juana
Inés de la Cruz.
1873 (IV), 84, 3 –Miércoles 22 de octubre. Se informa de la niña Carmen
Unda y Moroy, que dedica sus trabajos a la oficialidad
de la segunda división.
1874 (V), 98, 4 –Miércoles 30 de diciembre. Se publica la llegada a México
de la Señora Restorí, llegó a la capital en tren…
1876 (VII), 49, 3 –Sábado 8 de julio. Noticia de la salud de Carlota, sigue
en su estado alarmante, por los accesos de locura que
sufre cada día.
1876 (VII), 81, 3 –Sábado 28 de octubre. Se admira a la gran actriz, la
aplaudida, la incomparable Señora Rodríguez conclui-
rá temporada dramática en Toluca dentro de breves días.
1876 (VIII), 10, 3 –Miércoles 27 de diciembre. Se avisa de la visita a Puebla
de María Rodríguez. Vendrá a Puebla María Rodríguez,
eminente artista española que con su talento ha con-
quistado…
1877 (VIII), 35, 1-2 –Sábado 24 de Marzo. Se informa de la educación de
las mujeres en los Estados Unidos que van a la cabeza
456 FUENTES HEMEROGRÁFICAS: MUJERES EN LA PRENSA OFICIAL POBLANA
y a María Anselma…
1884 (XXIV), 13, 237 –Domingo 12 de enero. Se avisa de la llegada de la
señorita Rosas Palacios a la ciudad, artista de la compa-
ñía de opera italiana, próximamente comenzara sus tra-
bajos aquí…
1884 (XXIV), 15 –Domingo 24 febrero. Noticia de delitos. En Teziutlán se
declaró culpable a María Manuela de la muerte de Ma-
ría Josefa por estrangulación…
1884 (XXVI), 23, 358 –Jueves 20 de noviembre. Noticia de delitos. En
Teziutlán, se acusó a Josefa Vázquez, por la lesión que
causó a su hijo Ignacio Arcos…
1885 (XXVII), 21, 391-394 –Jueves 19 de marzo. Noticia del pronuncia-
miento a Dolores Adorno; en Teziutlán contra Santos
Ortiz y María Patrona, acusados de homicidio, en Tetela
de Ocampo por la muerte de María Dionisia…
1885 (XXVII), 27, 473 –Jueves 2 de abril. Noticia de la lista de mujeres
empleadas en el laboratorio de tabacos, sucursal de la
fábrica intitulada “El César” y que estuvieron presentes
en el incendio…
1885 (XXVII), 30, 557 –Domingo 12 de abril. Se anuncia la inauguración
de la Casa de Maternidad gracia a la pródiga y acrisola-
da filantropía de insigne hijo de Puebla, Don Luis
Haro…
1885 (XXIX), 4, 64 –Domingo 13 de septiembre. El Gobierno del estado
exceptuó el pago de contribuciones al edificio destina-
do para el colegio de niñas, mandado construir por la
Señora Luz Esperanza.
1885 (XXIX), 4, 70-72 –Domingo 13 de septiembre. Noticia de delitos. El
Poder Judicial de esta capital, instala el juicio promovido
por la Señora Guadalupe Moreno contra el C. Antonio
Rosas; por el asunto de una herencia.
1885 (XXIX), 29, 533-534 –Jueves 10 de diciembre. Noticia de delitos.
Sentencia del Tribunal Supremo de Justicia del Estado,
en el proceso iniciado en Chignauapan contra María
Teresa Fernanda, acusada de plagio.
1885 (XXIX), 31 –Jueves 17 de diciembre. Se publica el Reglamento inte-
rior de la Escuela Normal de Profesoras.
1886 (XXX), 19, 331 –Domingo 7 de marzo. Se manifiesta el movimiento
habido en el hospital, desde el 20 de abril al 31 de di-
ciembre de año de 1885. La casa de maternidad.
1886 (XXX), 24, 408 –Jueves 25 de marzo. Se informa que en Atlixco, la
462 FUENTES HEMEROGRÁFICAS: MUJERES EN LA PRENSA OFICIAL POBLANA
FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA
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periodismo en Puebla. Puebla, México: Benemérita Universidad Autóno-
ma de Puebla y Asociación de Mujeres Periodistas y Escritoras de Pue-
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Londoño, Patricia. 1990. “Las publicaciones periódicas dirigidas a la mu-
jer, 1858-1930”, en Boletín cultural y bibliográfico, núm. 23, Volumen XXVI.
Bogotá, Colombia: Biblioteca Luis Ángel Arango, del Banco de la Re-
pública.
466
ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LAS MUJERES EN MÉXICO 467
COMENTARIOS FINALES
María del Carmen García Aguilar
Uno de los objetivos que desde su integración, hace casi diez años,
se propuso el Centro de Estudios de Género de la Facultad de Filo-
sofía y Letras de la BUAP, fue contribuir a la escritura de una Histo-
ria de la Mujeres en México. Sabíamos de la complejidad de tal em-
presa, pero los integrantes del CEG no estabamos solos en el intento
y con la colaboración de una entrañable colega adelantamos un tra-
bajo colectivo Construyendo la historia de las mujeres (Puebla,
Tlaxcala, Sinaloa),1 que resultó ser el primer paso en este inexplora-
do camino.
A la par de ese trabajo iniciamos una serie de actividades encami-
nadas a hacer fructificar la semilla plantada: cursos, conferencias,
talleres, actividades culturales, un congreso sobre investigaciones en
temas de mujeres y finalmente convocar, con base en estas experien-
cias, a la realización de una investigación más integral que incluyera
tanto las diversas etapas de la Historia de México, como las diferen-
tes regiones de la República. La tarea fue complicada y ardua, pero
finalmente logramos integrar una serie de investigaciones que ela-
boradas en artículos específicamente para este propósito, dieron
como resultado Estudios Históricos sobre las Mujeres en México, que abo-
nan el terreno recién roturado.
El texto se diseñó de tal forma que en cada una de sus secciones
se abordan las grandes etapas de la Historia de México, diversas
problemáticas y temas pero, básicamente, se intentó destacar el pa-
pel que han desempeñado las mujeres a lo largo de la Historia en
diversas zonas geográficas del país.
***
En la primera sección se agrupan los trabajos referidos a “las anti-
guas mexicanas”, en donde María Rodríguez-Shadow; con su artícu-
lo “Las mujeres de la elite maya en el clásico” tuvo el propósito de
analizar el papel desempeñado por las mujeres de la nobleza maya
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Otra de las etapas significativas en nuestra Historia, es la época colo-
nial, por ello se incluyó en este texto un capítulo sobre Novohispanas
ilustradas y rebeldes. El primer artículo que conforma este apartado
trata sobre “La Sexualidad y mitos en el México colonial”, en él,
Marcela Suárez expone y analiza los mitos y realidades que se ejer-
cieron para controlar la sexualidad en la Ciudad de México en los
últimos años de la Nueva España, así como los discursos y las rela-
ciones populares en torno a ella.
Un papel importante en este período lo tuvieron, sin duda, las
parteras; de ahí la pertinencia del texto de Indira Dulce M. Palacios
García, “Bruja, supersticiosa o ignorante. la partera colonial ante la
razón ilustrada”, en donde el tópico central trata de las mujeres que
ejercieron el oficio de partear durante la época de la colonia. Entre
los objetivos que la autora se traza, y que sin duda logra, está el
rescate histórico de la imagen de estas mujeres en la vida cotidiana
de las diferentes colectividades. Se muestra, en esta investigación,
cómo las mujeres de una u otra forma han buscado sobrevivir, man-
teniendo y creando cultura, pese a los infortunios y limitaciones so-
ciales, económicas, etc. Se muestra, igualmente, cómo en los oríge-
nes de una de las más nobles profesiones se encuentran manifesta-
ciones de intolerancia y segregación hacia lo femenino. Con el de-
clive del pensamiento medieval y el arribo de las ideas ilustradas, se
instala una reglamentación para el ejercicio de las parteras, que no
elimina las desventajas con las que hasta esos momentos se tuvieron
que enfrentar.
Raúl Aguilar Carvajal y Julieta de la Torre Herrera, nos presen-
tan las condiciones jurídicas de las mujeres en la Nueva España, a
través de la historia de una mujer, Gerónima de Rioja. Su artículo
“Gerónima de Rioja, una viuda en el siglo XVII: la condición y repre-
sentación jurídica de la mujer en la Nueva España”, gira en torno a
una idea central: la viudez otorgó a la mujer ciertas libertades jurídi-
cas que en su condición de hija o mujer casada le estaban negadas,
como fue el ejercer demandas judiciales, generar protocolos y de-
más procedimientos jurídicos “sin el consentimiento masculino”. En
este sentido, este breve ensayo trata de resaltar algunas cuestiones
relativas a la vida cotidiana de una singular viuda.
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Desde la percepción de la historiografía tradicional, el siglo XIX se
desarrolló en medio de sobresaltos y turbulencias, pero el interro-
gante que pretende responderse con este conjunto de trabajos es
cómo fue vivido y percibido ese período de la historia por las muje-
res y la respuesta que aquí se adelanta es que para las mujeres signi-
ficó el preludio para acceder al trabajo y a la educación, por eso fue
inevitable identificar esta sección como Trabajo, educación y sexuali-
dad femenina en el siglo XIX”, cuestiones cruciales que le dieron identi-
dad al siglo XIX.
El primer artículo de este apartado es “Mujer y trabajo en el siglo
XIX: el ángel del hogar vs. la prostituta”, en donde Fernanda Núñez,
analiza el paralelismo que los doctores, higienistas y moralistas mexi-
canos del siglo XIX hacen entre pobreza = prostitución, contrapues-
to al de riqueza = decencia. En el artículo se descubre esa mirada
que se pretende científica y que en realidad quiere fundamentar con
bases científicas los estereotipos misóginos elaborados a lo largo del
XIX, tan preocupado por construir una nación. La autora hace notar
que para ayudar a llevar a cabo la noble tarea de forjar patria, las
mujeres tendrán un papel fundamental, el de reproductoras de la
institución más importante de la sociedad: la familia. Las discusio-
nes en torno a la dichosa naturaleza femenina serán la clave para
distinguir a las mujeres decentes, únicas capaces de construir una
familia y ser verdaderas madres, de las otras, las que tienen que tra-
bajar para sobrevivir. El discurso decimonónico quiere convencer a
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Así, con este breve recorrido llegamos al siglo XX, marcado por múl-
tiples y perentorios cambios y en donde se inscribe la revolución
cultural más importante: la revolución de las mujeres. Los cambios
que generaron las mujeres no sólo alteró la vida sociocultural de
México y el mundo, sino también, la vida cotidiana. La mayoría de
las protagonistas de estas transformaciones fueron seriamente des-
calificadas. De ahí que el capítulo haya sido denominado Trangresoras
del siglo XX, en él se trató de incluir las historias, planteamientos y suce-
sos de mujeres que marcaron este período.
El primer artículo de este apartado, “La mujer moderna: una revis-
ta feminista y revolucionaria”, lo escribe María Elizabeth Jaime Espinoza.
El objetivo principal de la investigación es el análisis de la revista La
Mujer Moderna, editada por Hermila Galindo Acosta, feminista que
participó en la Revolución Mexicana. El trabajo tiene como finalidad
demostrar la importancia de La Mujer Moderna, como medio de di-
fusión para el desarrollo de dos causas ideológicas, la revolucionaria
y la feminista. Asimismo no sólo se analizaron los artículos que apa-
recieron publicados en la revista, sino el financiamiento de la misma
y las posiciones ideológicas de algunas de sus escritoras.
Por su parte, Elsa Muñiz García escribió “Sexualidad y género:
motivos de estado. México 1920-1935”, en donde plantea que el
cuerpo y la sexualidad son evocados constantemente para expresar
relaciones y fenómenos sociales y políticos que aparentemente nada
tienen que ver con la sexualidad de hombres y mujeres. No obstan-
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No podíamos concluir este volumen si presentar algunos ejercicios de
exploración sobre Fuentes para la historia de las mujeres, en tanto que los
materiales que se han utilizado en todas las investigaciones, tienen un
eje común, hacer visible lo que hasta hace poco pasaba desapercibido,
el ser y hacer de las mujeres en la composición de la historia.
El artículo que abre esta sección destaca que, entre los recursos
metodológicos con los que se cuenta para el trabajo de historiar,
tenemos las fuentes orales que pueden explorarse mediante la “en-
trevista en profundidad”. En su artículo “El recurso de la oralidad
en los estudios de género: historias para contar”, Gabriel Montes
Sosa muestra a la “conversación” como herramienta de investigación
sobre la construcción simbólica de la paternidad, privilegiándola sobre
la entrevista, justificación que le merece una reflexión preliminar. El
autor destaca la importancia de la tradición en esos procesos de oralidad,
para obtener información y hace una reflexión sobre los trabajos de
investigación que ha desarrollado sobre la paternidad.
Enseguida el artículo “Fuentes documentales en el Archivo Ge-
neral Municipal de Puebla para el estudio de las mujeres. Siglos XIX
y XX”, escrito por María Eugenia Cabrera Bruschetta, Leticia López
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regiones geográficas del país, sabemos que son muchos los temas,
espacios y épocas que aún faltan por desarrollar, sin embargo, para
quienes integramos el Centro de Estudios de Género y quienes se
sumaron a nuestro esfuerzo, este libro representa un paso, un firme
paso, por cierto, en esa tarea pendiente que los historiadores e his-
toriadoras acometemos con especial entusiasmo.
Enero, 2006
Notas:
1
Tirado Villegas, Gloria, coord. Construyendo la historia de las mujeres
(Puebla, Tlaxcala, Sinaloa). Puebla: Instituto Poblano de la Mujer y CEG-
FFyL-BUAP, 2001
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AUTORAS/ES
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LETICIA LÓPEZ GONZAGA, FELICITAS OCAMPO LÓPEZ, ROCÍO DEL CARMEN GÓMEZ
HERNÁNDEZ, SILVIA MEZA LEÓN, PAULINO FUENTES SOLAR Y OSCAR ALEJO GARCÍA.
Archivo General Municipal. Historiadoras/es. Egresadas/os de la Licencia-
tura en Historia de la BUAP. Coautores de los libros Conformación del cabildo
de la Ciudad de Puebla en el siglo XX. Puebla, H. Ayuntamiento del Municipio
de Puebla-Archivo General Municipal, 2001 y La presencia femenina en la
Puebla Novohispana. Siglos XVI y XVII. Puebla, H. Ayuntamiento del Muni-
cipio de Puebla-Archivo General Municipal, 1999.