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Atención Primaria.

Vol. 27. Núm. 1. Enero 2001 V. Ortún-Rubio et al.–La economía de la salud y su aplicación a la evaluación

ABC EN EVALUACIÓN ECONÓMICA

La economía de la salud y su aplicación


a la evaluación
V. Ortún-Rubio, J.L. Pinto-Prades y J. Puig-Junoy
Departamento de Economía y Empresa. Centro de Investigación en Economía y Salud. Universidad Pompeu Fabra. Barcelona.

La serie «ABC en Evaluación Econó- pero para entonces los economistas limitaciones de validez externa que
mica» pretende ofrecer una panorá- de la salud se habían instalado en el imponen las notorias diferencias ins-
mica de los conceptos y métodos bá- sector y tenían ya otras preocupacio- titucionales entre países.
sicos de la evaluación económica de nes y cometidos: desde acomodar sus Bajo el primer enfoque, la economía
las intervenciones sanitarias. Se pre- modelos a las características de in- de la salud ha sido algo más que una
tende clarificar términos y comentar certidumbre e información asimétri- aplicación de conceptos económicos a
la mejor forma de abordar las cues- ca definitorias del sector sanitario problemas de salud y servicios sani-
tiones controvertidas de una manera hasta tratar de dar respuesta, entre tarios, ya que se ha convertido en
útil a lectores, revisores, editores, de- otras cuestiones, a las de medición una rama generadora de avances
cisores y autores, contribuyendo así del rendimiento o financiación e in- teóricos en la propia disciplina eco-
a la consolidación de una buena centivos, planteadas por políticos y nómica, especialmente en los ámbi-
práctica que mejore la validez y com- gestores. tos de la teoría del capital humano,
parabilidad de las evaluaciones eco- medidas de desenlace, economía del
nómicas y facilite su empleo. La eva- Objeto y contenidos seguro, teoría principal-agente, mé-
luación económica constituye una de la economía de la salud todos econométricos, demanda indu-
aplicación de la economía de la sa- cida y análisis coste-efectividad. La
lud, por lo que en este primer artícu- La economía de la salud, como rama figura 1 ofrece una panorámica del
lo se procederá a una presentación de la economía que estudia la pro- contenido de la economía de la salud.
de esta última. ducción y distribución de salud y de Los cuadros centrales: A, B, C y D,
Convertido, a partir de la década de atención sanitaria, suele presentarse constituyen el núcleo disciplinario y
los setenta, el crecimiento del gasto con dos enfoques diferentes. Un pri- los cuadros periféricos: E, F y G, las
público, y particularmente el sanita- mer enfoque orientado a la discipli- principales aplicaciones empíricas.
rio, en una, si no la, preocupación sa- na, con sus practicantes ubicados Los sentidos lógicos establecidos por
nitaria fundamental de los gobier- fundamentalmente en departamen- las flechas y las interacciones entre
nos, y establecida la simplista aso- tos de economía y empresa de las uni- los cuadros hacen de la economía del
ciación de problema-crecimiento-del- versidades, y dirigido hacia la publi- salud una auténtica subdisciplina
gasto-sanitario con su solución eco- cación en revistas de economía como (algo más que una colección de te-
nómica, se dio entrada a los econo- Journal of Health Economics. Un se- mas) con la obra editada por Culyer
mistas en los problemas de salud. gundo enfoque orientado a la investi- y Newhouse1 como manual de refe-
Esta entrada se vio reforzada, ade- gación y resolución de problemas de rencia más representativo.
más, tanto por los frecuentes cam- salud y servicios sanitarios, con sus Al profesional sanitario le interesa,
bios en la regulación, extensa e in- practicantes repartidos entre depar- sobre todo, el segundo enfoque de la
tensa, de todos los determinantes de tamentos de economía y empresa, de economía de la salud: el que contri-
la salud, como por la presencia de ciencias de la salud, escuelas de sa- buye y participa en la investigación
unas industrias suministradoras del lud pública, organizaciones sanita- sobre servicios sanitarios en la medi-
sector, como la farmacéutica, con un rias... y publicación en revistas de in- da que los resultados de esta investi-
papel muy destacado tanto en la fi- vestigación sobre servicios sanitarios, gación pueden contribuir a sus cono-
nanciación de la investigación como revistas clínicas y revistas de econo- cimientos, habilidades y actitudes.
en la comunicación social. Los econo- mía tipo Health Economics. Una ma- Por ejemplo, conocimientos acerca de
mistas respondieron a la llamada: se yor orientación a la disciplina facilita los determinantes de la enfermedad
expandió la docencia y creció la in- el intercambio académico internacio- o sobre la eficiencia relativa de di-
vestigación de manera considerable. nal con economistas. La orientación a versas alternativas de financiación,
Años más tarde se percibió que la ex- los problemas, en cambio, estimula la organización y gestión de los servi-
pansión del gasto sanitario era un cooperación interdisciplinaria en en- cios sanitarios; habilidades para ma-
falso problema y que su abordaje no tornos geográficos más acotados; la nejar la incertidumbre; actitudes pa-
debía ser exclusivamente económico, relevancia, en este caso, aparece co- ra orientar eventuales contradiccio-
mo más inmediata, aunque el conoci- nes entre persecución del bienestar
miento generado bajo el segundo en- de un paciente y persecución del
(Aten Primaria 2001; 27: 62-64) foque resulta menos universal por las bienestar del colectivo de pacientes.

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Hablar en prosa: la economía


incorporada a la práctica
asistencial E. Análisis de sectores
(mercados)
Afortunadamente, aunque el profe- F. Evaluación microeconómia Interrelación entre proveedores,
sional sanitario no disponga de tanto Coste-efectividad, coste-beneficio aseguradores, consumidores. Mercado
tiempo como desearía para mante- y coste-utilidad de las y Estado. Precios monetarios
y no monetarios, listas de espera,
nerse al día de la investigación más intervenciones sanitarias
establecimiento de prioridades
relevante para su práctica, puede, no
obstante, abordar la evaluación eco-
nómica sabiendo las tres cosas que
un clínico debe saber de economía2
(aunque basta, no obstante, que ac- B. Determinantes A. ¿Qué es la salud?
túe como sí las supiera): de la salud
Producción y demanda Concepto, medida y valor
1. Que la eficiencia es la marca del de salud de la salud
virtuosismo en medicina, pero que el
camino a la eficiencia pasa por la
efectividad. C. La demanda de D. La oferta de
2. Que la ética médica exige la consi- atención sanitaria atención sanitaria
deración del coste de oportunidad en Influencias de A y B en la Costes de producción, técnicas
las decisiones diagnósticas y tera- búsqueda de atención sanitaria. alternativas de producción,
péuticas. Necesidad y demanda. mercados de factores
Barreras de acceso. (medicamentos, recursos
3. Que las utilidades relevantes son Seguros. Relación humanos…), coordinación
las del paciente. de agencia e incentivos en las
organizaciones sanitarias
La eficiencia, marca
del virtuosismo
La eficiencia clínica pasa por la ma- G. Evaluación sistémica
ximización de la calidad de la aten- Equidad y eficiencia asignativa
ción y la satisfacción de los usuarios Planificación, financiación y regulación de los sistemas sanitarios.
con los menores costes sociales posi- Comparaciones internacionales
bles. El camino a la eficiencia social
pasa por la efectividad clínica. El
problema estriba ahora en cómo esti- Figura 1. Panorama de la economía de la salud.
mular el anhelo de efectividad, el re-
forzar la preocupación por la proba-
bilidad que los pacientes del entorno Este tipo de preguntas lleva a preo- ximarse a través de los precios y por
próximo al médico tienen de benefi- cuparse por la efectividad y adecua- otros mecanismos cuando éstos no
ciarse de la actuación del médico. Pa- ción y por medir el efecto de la ac- existen. Mayor dificultad presenta la
ra llegar a preocuparse por la efecti- tuación incorporando las dimensio- conceptualización y medición de los
vidad de la práctica hay que ser nes de calidad de vida relacionada beneficios. El beneficio en una deci-
consciente de que las cosas pueden con la salud. sión diagnóstica se mide en términos
hacerse de más de una forma y que de reducción de incertidumbre.
no necesariamente la propia es la Incorporación del coste En las decisiones terapéuticas, el be-
mejor. Para llegar a preocuparse por de oportunidad neficio se mide en términos de efecti-
la efectividad hay que tener «escepti- vidad. Esta efectividad tiene, como
cemia», esa condición de baja infecti- Considerar el beneficio, diagnóstico o mínimo, un par de dimensiones: can-
vidad respecto a la cual las faculta- terapéutico, que deja de obtenerse en tidad y calidad de vida. La conside-
des de medicina confieren inmuni- la mejor alternativa razonablemente ración del coste de oportunidad supo-
dad permanente3. Parece claro que disponible constituye una forma de ne una reflexión acerca del beneficio
una formación que facilite el apren- asegurarse que se obtiene el máximo del tratamiento que se está conside-
dizaje para la evaluación crítica de la resultado, en términos de impacto en rando en la mejor alternativa dispo-
evidencia constituye el factor de ries- el bienestar, a partir de unos recur- nible.
go más vulnerable y que la concien- sos determinados.
cia de variaciones aparentemente ar- El verdadero coste de la atención sa- Utilidades relevantes:
bitrarias en la forma de practicar la nitaria no es dinero, ni los recursos las del paciente
medicina (entre médicos, entre áreas que el dinero mide. Son los beneficios
pequeñas) es una buena forma de sanitarios –paliación de síntomas, Conforme una sociedad progresa, el
propiciar la «escepticemia». Una vez recuperación funcional, mayor espe- componente calidad de vida en el
conseguido un cierto nivel de «escep- ranza de vida– que podrían haberse producto de los servicios sanitarios
ticemia» surgen las preguntas del ti- conseguido si esas pesetas se hubie- aumenta. Una gran parte de las ac-
po para qué sirven algunas de las ru- ran utilizado en la mejor alternativa. tuaciones sanitarias no tienen tra-
tinas y procedimientos habituales. El coste de oportunidad puede apro- ducción en términos de mayor canti-

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dad de vida, pero sí en mejor calidad la economía como disciplina no pasó rias, a la medida de la equidad en la
de vida. Al ser la calidad subjetiva y de constituir «algo» que se debatía en salud y en la atención sanitaria, al
multidimensional, resulta inevita- la universidad hasta la irrupción del funcionamiento de los seguros, al co-
ble el activismo del paciente para keynesianismo en la teoría y del New nocimiento del impacto de diversos
poder establecer el curso de acción Deal de Roosevelt en la práctica; se- sistemas de financiación de las pres-
más efectivo. Ello requiere propor- gundo, la principal contribución de la taciones sanitarias y, al objetivo de
cionar información pronóstica a los economía al bienestar social durante esta serie, la evaluación de tecnolo-
pacientes. el siglo XX ha sido la del control ma- gías sanitarias4.
La orientación hacia las utilidades croeconómico de las fluctuaciones
del paciente resulta generalmente económicas; tercero, estamos todavía Economistas mancos,
exigible. Se vuelve imprescindible en camino de que la microeconomía conocimientos y valores
para valorar la efectividad de los tra- (estudio de cómo los particulares y
tamientos con impacto importante las empresas efectúan decisiones e Un presidente estadounidense solici-
en la calidad de vida y para real- interactúan en los mercados) sea pa- taba economistas mancos para evitar
mente actuar como agente del pa- ra las organizaciones lo que la ma- la enumeración de recomendaciones
ciente, haciendo lo mejor para él, lo croeconomía (estudio de fenómenos contradictorias («on one hand... on
que supone considerar las variables agregados como el crecimiento eco- the other hand»). La economía como
relevantes (clínicas, familiares, so- nómico, el desempleo o la inflación) ciencia positiva no tiene otra pecu-
ciales, económicas) a cada decisión ha sido para la sociedad en su con- liaridad que un uso más limitado del
clínica. La medida de la utilidad pue- junto; cuarto, la gestión se basa en el método experimental. Ahora bien, los
de utilizarse en ocasiones para ex- conocimiento, pero todavía más en la economistas como personas que tra-
presar la preferencia global de un experiencia, en los contactos, en las tan de influir en la política mantie-
paciente ante diversas alternativas. intuiciones y en la capacidad de nen posturas diferentes bien porque
Esta utilidad viene muy afectada por adaptación del gestor al medio. La no todo el mundo interpreta de la
la actitud ante el riesgo de los pa- economía de la salud se ha beneficia- misma forma el conocimiento positi-
cientes. La habitual aversión al ries- do, no obstante, de los avances en la vo bien porque se parte de valores di-
go hace que en bastantes ocasiones economía de las organizaciones y ha ferentes5. Esta última cuestión revis-
los pacientes no prefieran las alter- tenido presencia destacada en su te especial importancia en evalua-
nativas más efectivas, sino aquellas ámbito natural: el de la gestión pú- ción económica. No es lo mismo
a las que asocian la mayor utilidad. blica sanitaria y en otro, lejano a pri- maximizar utilidades individuales
mera vista, como el de la gestión clí- que maximizar la salud de la socie-
En España nica. dad («welfaristas» y «extra-welfaris-
Mucho más numerosas han sido las tas», respectivamente), como tampo-
La economía de la salud en España aplicaciones de la economía a la eva- co puede confundirse la maximiza-
ha compartido su enfoque poblacio- luación –cuadro F de la figura 1– ob- ción de la salud con la maximización
nal con otras disciplinas como la epi- jeto de esta serie. del bienestar.
demiología, y ello ha tenido traduc- La economía de la salud, en España,
ción organizativa –a través de la ha conocido en estos últimos 20 años
Asociación de Economía de la Salud una fuerte expansión y está influ-
(www.aes.es)– en la vida y milagros yendo en la política sanitaria, en la
tanto de la Sociedad Española de Sa- gestión de centros y en la gestión. Al Bibliografía
lud Pública y Administración Sanita- fin y al cabo, la economía se está con- 1. Culyer A, Newhouse J, editores. Hand-
ria como de la European Public virtiendo en un ingrediente impor- book of health economics. Amsterdam:
Health Association. Las aplicaciones tante de la gestión como disciplina y Elsevier, 2000.
de la economía de la salud se han de- lleva ya unos años siendo relevante 2. Ortún V. ¿Qué debería saber un clínico
cantado fundamentalmente hacia la en los dos ámbitos restantes de ges- de economía? Dimensión Humana 1997;
1 (4): 17-23.
evaluación y gestión, lo cual ha pro- tión sanitaria: el de la política sani-
3. Skrabanek J, McCormick J. Sofismas y
vocado que su concurso fuera reque- taria (determinantes de la salud, fi- desatinos en Medicina. Barcelona: Doy-
rido para abordar problemas nuevos: nanciación, establecimiento de prio- ma, 1992.
desde la financiación hospitalaria a ridades, evaluación de tecnologías 4. Antoñanzas F, Fuster J, Castaño E, edi-
la autonómica, desde la definición y sanitarias...) y el de la gestión clínica tores. Avances en la gestión sanitaria.
medida de productos intermedios y (análisis de decisión en condiciones Implicaciones para la política, las orga-
finales hasta el establecimiento de de incertidumbre, medidas de pro- nizaciones sanitarias y la práctica clíni-
contratos y cambios en la regulación ducto final, sistemas de ajuste de ca. XX Jornadas de Economía de la Sa-
del medicamento. riesgos, coordinación e incentivos...). lud, Palma de Mallorca, 3-5 de mayo del
2000. Barcelona: Asociación de Econo-
Las aplicaciones de la economía a la Las XX Jornadas de Economía de la
mía de la Salud, 2000.
gestión están iniciando su despegue Salud permitieron revisar las contri- 5. Puig-Junoy J, Ortún V, Ondategui S. Co-
y tienen todavía escasa presencia en buciones, destacadas ya, de la econo- nocimientos, valores y políticas en eco-
el cuadro D de la figura 1. Conviene mía de la salud a la medida de la efi- nomía de la salud. Gaceta Sanitaria
recordar en este punto que: primero, ciencia de las organizaciones sanita- 2000; 14: 378-385.

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