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Primera edicién e tapa dura: septiembre de 2004 Primera edici6n en ristica: abril de 2012 No se permite la reproduccién tora o parcial de este libro, i su incorporacin 3 un stem informitico, ni su transis ; cn cualquier forma o por cualquier medi, sea éte electico, mecinico, por fotocopia, por grabacién u otros métodos, sin el permiso previo y por exit del editor, La infraccién de los derechos mencionados puede ser constitutiva de dekto contra propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del Cédigo Penal) Dirijase a CEDRO (Centro Espaiiol de Derechos Reprogrificos) si necestafotocopiar © escanear alin fragmento de esta obra, Puede contactar con CEDRO a tavés del web www:conlicencia.com 0 por teléfono en el 91702 19 70 / 93 272.04 47 ‘Titulo original: The Mlustrated On The Shoulders of Gigants ‘The Great Works of Physies and Astronomy Diseiio de la cubierta: Jaime Fernandez ‘Composicién: Moelmo, SCP. © 2004, Stephen Hawking © 2004, de has ilustraciones originales:The Book Laboratony® Ine © 2004 de la presente edicién para Espaia y Améric CRITICA , S.L., Diagonal 662-664, 08034 Barcelona : editorial@ed-critica.es wwwed-critica.es _worw.espacioculturalyacademis \co.com ISBN: 978-84-9892-361-2 Depésito legal: B. 6.308 - 2012 2012. Impreso y encuadernado en Espafi por NOTAA ESTA EDICION 7 INTRODUCCION 9 Nicolas Copérnien (1473-1543) ‘SOBRE LAS REVOLUCIONES DE LOS ORBES CELESTES 23, Galileo Galilei (1564-1642) nove DIALOGO SOBRE 005 NUEVAS CIENCIAS 63, Urhannes Repler (1571-1630) IAS ARMONIAS DEL MUNDO, LIBRO QUINTO 115 baae Newton (1643-1727) -PRINCIPIOS MATEMATICOS DE LA FILOSOFIA NATURAL 165 Alert Einstein (1579-1955) VIDAY OBRA 197 EXTRACTOS DE EL PRINCIPIO DE LA RELATIVIDAD 207 SOBRE STEPHEN HAWKING 255 AGRADECIMIENTOS 256 NE OT Aura eae SoA EDICION David Jou ha traducido la Introduccién a esta obra, asi como las presentaciones ‘la eVida y obra de Copémico, Galileo, Newton y Einstein, Suya es también la vversign espafiola que actualiza la anotaci6n de la obra de Copérnico, Galileo y Newton, Respecto alos textos de los cientficos aqui reunidos, nuestra edicién parte de tra- ducciones directas de sus respectivos originales, editados pensando en un pibli- co amplio, Los ffagmentos que omitimos se sefalan en el texto mediante una li- ). Detallamos nea centrada con puntos suspensivos en medio ( a continuacién otros datos relevantes: ‘Sobre las revoluciones de los orbes celestes, de Nicolis Copérnico, se edit6 por vez primera en 1543 bajo el titulo De revolutionibus orbium coelestium. La version cas tellana que reproducimos se debe a Carlos Minguez y Mercedes Testal y fie pu blicada con anterioridad por Editora Nacional en Madrid, 1982, La primera impresion del Didlogo sobre dos nuevas ciencias, de Galileo Galilei, a cargo dde Louis Elzevier aparecié en Leiden en 1638 bajo el titulo Discos ¢ Dimostrazione “Mathematcheintomo a due nuove scienze. Nuestra edicidn sigue la que, elaborada por Carlos Solis y Javier Sidaba, fue publicada por Editora Nacional (Consideriones y demostraciones matemiticas sobre ds nuevas cendias, Madrid, 1976). De Las anmonfas del mundo, de Johannes Kepler, se ha seleccionado aqui el LibroV, La obra fue impresa en 1619 bajo el titulo Harmonices Mundi, La traduccion tellana del original latino ha sido levada a cabo por José Luis Arintegui Tamayo, Los Prinipios matematicos de la filosofa natural, de Isaac Newton, fueron publica- dos en 1687 bajo el titulo Philosophicae naturals prindipia mathematica. La traduce cién castellana reproduce aqui la elaborada por Eloy Rada Garcia y publicada or Alianza (Madrid, 1987) Dela obra de Albert Einstein se han seleccionado cuatro ensayos de la colecci6n de articulos publicada en alemin bajo el titulo Das Relativitit ‘The Principles lativity, isprinzip y recogida en of Relativity: Collection of Original Papers on the Special Theory of Re- ‘obra que reine los trabajos de H. A.Lorenz, A. Einstein, H. Minkowski y H-Weyl (Teubner, Leiprig, 1922). La traduccién castellana ha sido llevada a cabo Por viet Gaea Sanz El primer artéculo reproduce la publcada previamente por Critica en 2001, Sus respectivostitulos originales, asi como sus datos editoriales Peden hallarse en nota a pie de pigina al inicio de cada uno de ellos Los cditores Homes griegos mas inflaentes de su tempo (c. 165 d.C:). Ptolomeo propuso la teona geocéntrica en una forma que prevalecis durante 1.400 aos amas de muestra perepeior in con la Tiera, el Sol es in prolemaica del S reste y vest, ignorando el hecho INTRODUCCION «Si he logrado ver mis lejos, ha sido porque he subido a hombros de gi- gantes,, escribié Isaac Newton a Robert Hooke en 1676, Aunque se re= feria a sus descubrimientos en éptica mis que a sus trabajos, mas impor- tantes, sobre Ja gravitacion y las leyes del movimiento, el comentario de Newton refleja adecuadamente cémo la ciencia, y de hecho el conjun- to de ha civilizacion, consiste en una serie de pequeiios progresos, cada uno de los cuiales se alza sobre los alcanzados anteriormente. Este es el tema de este volumen fascinante, que utiliza textos originales para trazar la evolu- cién de nuestra imagen del firmamento desde la revolucionaria propues- ta de Nicolas Copérnico de que la Tierra gira alrededor del Sol a la no menos revolucionaria de Albert Einstein de que el espacio y el tiempo son curvados y deformados por la masa y la energia. Es una historia im- presionante, porque tanto Copérnico como Einstein han contribuido a cambiar profundamente la manera de ver nuestro lugar en el orden c6s~ ‘mico. Pas6 nuestro lugar de privilegio en el centro del universo, pasaron Ia eternidad y la certidumbre, y pasaron el espacio y el tiempo absolutos, sustituidos por liminas elisticas. No sorprende que ambas teorias chocaran con una encarnizada opo- sicin: la Inquisicion en el caso de la teoria copernicana y el nazismo en el caso de la relatividad. Actualmente, tendemos a menospreciar como in= genua la antigua vision del universo de Arist6teles y Ptolomeo, en la cual IaTierra estaba en el centro del universo y el Sol giraba a su alrededor. Sin embargo, no deberiamos desdefiar demasiado su modelo, que no era en absoluto estipido. Incorporaba la idea aristotélica de que la Tierra es una esfera y no una placa plana, y resultaba razonablemente preciso en su fan ign principal, la de predecir las posiciones aparentes de los cuerpos ce- Testes en el firmamento, con finalidades astrol6gicas. De hecho, resulta ba casi tan preciso como la herética sugerencia formulada por Copérnico €n 1543 de que la Tierra y los planetas Biran en 6rbitas circulares alrede- dor del Sol. ae Galileo encontré convincente la propuesta de Copérnico, no porque oncordara mejor con las observaciones de las Posiciones plans ietarias, sino. 10 a HoMBROS DE GIGANTES. EDICION 4 ; Lustaa Da por su simplicidad y elegancia, ue contrastaban con los complicaos epi ciclos del modelo ptolemaico. En los Dilegs sobre dos nuevas cen loy personajes de Galileo, Salviti y Sagredo presentaban argumentos persuai- vos a favor de la teoria de Copérnico, Pese a ello, su tercer personaje,Sim- plicio, aim podia defender a Aristoteles y Ptolomeo y sostener que en rea- lidad la Tierra estaba et reposo y el Sol giraba a su alrededor. De hecho, hasta que los trabajos de Kepler no dieron mayor precision al modelo helioc rico y Newton no formulé las leyes del movimien- to, el modelo geocéntrico no perdié toda su credibilidad, Ello supuso un gran cambio en nuestra visidn del universo: si no nos hallamos en el cen= tro, tiene nuestra existencia alguna importancia? Por qué Dios o las le- yes de la naturaleza deben preocuparse por lo que ocurre en la tercera roca que gira alrededor del Sol, que es donde nos dejé Copérnico? Los cientificos modernos han ido mucho mis alli que Copérnico en su bis- queda de una descripcién del universo en que el hombre (en el antiguo sentido anterior a lo politicamente correcto) no jugara ningiin papel Aun- gue esta manera de abordar el problema ha conseguido descubrir leyesob- |jetivas impersonales que rigen el universo, no ha explicado, al menos por ahora, por qué éste es como es en lugar de ser uno de los muchos otros posibles universos que también serfan consistentes con estas leyes Algunos cientificos pretenden que esta limitaci6n es tan sélo provisio- nal, y que cuando descubramos la teoria unificada definitiva,ésta preseri- bird de forma tinica el estado del universo, la intensidad de la gravitacion, Ja masa y la carga del electrn, y muchas otras constantes por el estilo. Sin embargo, muchas caracteristicas del universo (como por ejemplo el hecho de que estemos en el tercer planeta, en vez de en el segundo o en el cuat- to) parecen arbitrarias y accidentales mis que ser predicciones de una ecua- cién maestra. Mucha gente (incluido yo mismo) cree que la aparicion de tun universo tan complejo y estructurado requiere invocar el llamado prin= A s cipio antrépico, que nos vuelve a situar en la posicién central que hemo: ‘ incipio tenido la modestia de rechazar desde la época de Copérnico. El Ce xin antrépico se basa en el hecho evidente de que no estariamos ae donos por la naturaleza del universo si éste no hubiera contenido e1= isitos de vids planetas y compuestos quimicos estables, entre otros prerrequisitOs inrropuccioNn intligente?) tal como la conocemos. Si la teoria definiiva hiciera una prediccién Gnica para el estado y el contenido del universo, seria una coin- cidencia muy notable que este estado se hallara en el diminuto subcon- junto de estados compatibles con la vida Sin embargo, la obra del Gltimo pensador de este volumen, Albert Einstein, abre una nueva posibilidad. Einstein desempeiié un papel muy importante en el desarrollo de la teoria cudntica, segtin la cual un sistema 1 muchas no tiene una sola historia, como acostumbramos a pensar, si historias posibles, cada una con una cierta probabilidad. Einstein, ademés, fue casi el «nico responsable de la teoria general de la relatividad, en la ‘que el espacio y el tiempo se curvan y se convierten en entidades dins- ‘micas. Esto significa que estin sujetos a la teoria cudntica, y que el mismo universo tiene todas las formas y todas las historias posibles. La mayoria de elas seria completamente inadecuada para el desarrollo de la vida, pero ‘unas pocas retinen todas las condiciones necesarias para ello, No importa ue estos pocos universos tengan una probabilidad muy baja respecto a los demis: los universos sin vida no tendrian a nadie que los observara. Es suficiente que haya al menos una historia en que se desarrolle la vida, de 1a cual nosotros somos una evidencia, aunque no lo seamos de inteligen- cia, Newton dijo que habia subido a hombros de gigantes. Pero tal como este volumen ilustra muy bien, nuestra comprensién no avanza tan s6lo edificando lenta y continuamente a partir de los trabajos anteriores, Al- sgunas veces, como ocurrié con Copérnico 0 con Einstein, tenemos que dar un salto intelectual a una nueva vision del mundo, Quizs Newton deberia haber dicho «usé hombros de gigantes como trampolins. u Ricolés Copérmico (1473-1543) VIDA Y OBRA Nicolés Copérnico, clérigo y matemitico polaco, es considerado general mente como el fundador de Ia astronomia moderna. Este honor le es atri- buido porque fue el primero en llegar a la conclusion de que los planetas y el Sol no giraban alrededor de la Tierra. Ciertamente, especulaciones referentes 2 un universo heliocéntrico (centrado en el Sol) existian ya desde la época de Aristarco (fallecido hacia el 230 a.C.), pero la idea no fue examinada seriamente antes de Copérnico. Aun asi, para compren= der las contribuciones de Copérnico es importante tener presentes las implicaciones religiosas y culturales de este descubrimiento cientifico en ‘su época, Hacia el siglo 1v a.C., el pensador y filosofo griego Aristételes (382- 322 a.C,) ideo un sistema planetario en su libro Sobre los cielos (De caclo), y concluy6 que como la sombra de la Tierra sobre la Luna durante los eclipses siempre es redonda, el mundo es esférico en ver de plano. Tam- bin dedujo esta forma redonda de la Tierra a partir de la observacion de ue, cuando miramos alejarse un velero en el mar, antes desaparece por el horizonte el casco que las velas, Ena vision geocéntrica de Aristteles, a Terra estaba en reposo y los Planetas Mercurio,Venus, Marte, Jipiter y Saturno, adeinds de la Luna yel Sol, desribian érbitas circulaes a su alrededor, AristOteles crefa también ‘he ls estrellas estaban fjadas aa esfea celestial, y su idea del tamaiio del tmiversoaribuia a estas estrells jas una distancia no mucho mayor que a rbita de Saturno. Creia en ‘movimientos perfectamente circulares, yte- ‘ia buenos motivo para creer que la Tierra estaba en reposo. Una piedra 13 4 a Modelo ptolemaico de universe geocéntrico. HONBROS DE GIGANTES. EDICION 'LUStRAD, que cae desde una torre lo hace verticalmente, en vez de desviatse hacia el oeste, como hubiera sido de esperar si la Tierra girara de oeste a este (Aristételes no consideré que la piedra pudiera participar de la rotacién de la Tierra). En un intento de combinar la fisica con la metafisica, Aris- tételes propuso su teoria del «primer motor, que suponia que tuna fuerza mistica mas alld de las estrellas fijas producia los movimientos circulares que observamos. Este modelo de universo fue aceptado y abrazado por los tedlogos, que interpretaron a menudo los primeros motores como Angeles, y la vision de Aristételes duré mu- chos siglos. Muchos estudiosos modernos creen que la aceptacién universal de esta teoria por parte de las autoridades religiosas dificulté el progreso de la ciencia, ya que poner en duda las teoriasaristotli- as era poner en entredicho la autoridad de la propia Iglesia, Cinco siglos tras la muerte de Aristételes, un egipcio lama- do Claudio Prolomeo (87-150 d.C.) propuso un modelo de universo que predecia con mayor precisién los movimientos y las acciones de las esferas en el firmamento. Tal como Aristételes, Ptolomeo creia que laTie- tra estaba en reposo, y razoné que los objetos caen hacia el centro de la Tierra porque ésta debe estar inmévil en el centro del universo. Ptolo- meo llegé a elaborar un sistema en que los cuerpos celestes se movian ak- rededor de la circunferencia de sus epiciclos (un circulo en que el plane- ta se mueve y cuyo centro se desplaza simultineamente a lo largo de un circulo de radio mayor). Para lograrlo, supuso la Tierra ligeramente sePa rada del centro del universo y llamé cequantes a este nuevo centro (un punto imaginario que le ayudaba a tener en cuenta los movimientos pao netarios observables). Ajustando convenientemente los tamafios de los circulos, Ptolomeo logré predecir los movimientos de los cuerpos cle tes, La cristiandad tuvo pocos problemas con el modelo geocéntric® Pro= nds alld de las estrellas jas, Jemaico, que dejaba espacio en el universo, x era que Ia Iglesia adopt para acomodar un cielo y un infierno, de man este modelo del universo como una verdad establecida. wicoLds COPERNICO La imagen aristotélica y ptolemaica del cosmos reind, con pocas mo- icativas, durante mis de mil aiios. No fue hasta 1514 dificaciones s ~ cuando el sacerdote polaco Nicolis Copérnico revivié el modelo helio- céntrico del universo. Copérnico lo propuso meramente como un mo- delo para calcular ls posiciones de los planetas porque temia que Ia Iglesia le tachara de hereje silo proponia como una auténtica descripcin de la realidad. A través de sus estu~ dios de los movimientos planetarios, Copérnico leg a convencerse de que la Tierra era un planeta mis ¥y que el Sol estaba en el centro del universo, hi- pétesis que se conoce como modelo heliocéntri- co, La ruptura de Copérnico mareé uno de los ma- yores cambios de paradigma que ha habido en la historia, abri6 el camino a la astronomia moderna y afecté ampliamente ala ciencia, a flosofia y la reli- gién, El anciano clérigo dudaba si divulgar su teoria, ya ue no queria irrtar a las autoridades eclesiisticas, por lo cual sélo mostr6 su libro a unos pocos astronomos. La obra cumbre de Copérnico, De revolutionibus, fue publicada cuando se hallaba en su lecho de muerte, en 1543. No vivid lo suficiente para ser testigo del caos que provocaria su teoria heliocéntrica. Copérnico naci6 el 19 de febrero de 1473 en Torun, Polonia, en una familia de mercaderes y oficiales municipales que otorgaban una elevada Prioridad a la educacién. Su tio, Lucas Watzenrode, principe-obispo de Ermland, se aseguré de que su sobrino recibiera la mejor formacién aca~ démica disponible en Polonia. En 1491, Copérnico ingresé en Ia Univer- sidad de Cracovia, donde siguié una carrera de estudios generales duran ‘© cuatro afios, antes de viajar a Italia para estudiar derecho y medicina, tal Como era habitual en las lites polacas en aquel tiempo. Durante sus estu- dios en la Universidad de Bolonia (d fonde lleg6 a ser profesor de astrono- ‘mla) Copérnico se alojaba en la casa de Domenico Maria de Novara, el famoso matemitico de quien llegé a ser discipulo, Novara era critico con Prolomeo, cuya astronomia del siglo se cismo, -gundo contemplaba con escepti- En noviembre de 1500, Copérnico observé un eclipse de Luna en ‘Modelo copernicano de universo heliocentric, 15 16 Un eclipse lunar ocurrido en 1500 estinulé por ve= primera el interés de Copérnico por la astronomia, HomMeROS DE GIGANTES. EDICION 'LUStRad, Roma. Aunque pas6 en Italia algunos afios mis estudiando medicina, nunca perdié su pasién por la astronomia. Tras recibir el grado de doctor en derecho canénico, Copérnico ejer= cid la medicina en la corte episcopal de Heilsberg, donde vivia su to. La realeza y los altos clérigos requerian sus servicios médicos, pero Copérni- co dedicé la mayor parte de su tiempo al servicio de los pobres. En 1503 regres6 a Polonia y se trasladé al palacio episcopal de su tio en Lidzbark Warmisnki. Alli, se ocupé de los asuntos administrativos de la didcesis y de asesorar a su tio, Tras el fallecimiento de éste en 1512, Copérnico se desplaz6 definitivamente a Frauenburg y hubiera dedicado el resto dest vida al servicio eclesiistico, pero el estudioso en matemiticas, medicina Y teologia que habia en él estaba tan s6lo al inicio de trabajo que le hast famoso, En marzo de 1513, Copérnico adquirié ochocientos bloques de pie dra y un barril de cal para construir una torre de observaci6n, en fa cual utilizé instrumentos astronémicos como euadrantes, paralacticas ¥ 507° labios para observar el Sol, la Luna y las estrellas. El aiio siguiente, escribio elestes# 1 breve Comentario sl las teorias de les movimientos de os objeto ee NicoLAs COPERNICO ports de sus dsposiciones (De hypothesibus motuum coelestivn a se constituis tommentariolus), pero rehus6 publicar el manuscrito y sélo lo hizo circular discretamente entre unos pocos amigos de confianza. El Comentario fue un primer intento de proponer una teoria astronémiica en que la Tierra se nueve y el Sol permanece en reposo. Copérnico no estaba satisfecho con elsistema astronémico aristotélico-ptolemaico que habia dominado Oc- Tierra no era el centro cidente durante siglos. Opinaba que el centro de Ia del universo, sino tan sdlo el centro de la érbita de la Luna. Copérnico ha~ bia llegado a la conclusion de que las perturbaciones aparentes en los mo- vimientos observables de los planetas resultaban de la propia rotacion de laTierra alrededor de su ¢je y de su desplazamiento a lo largo de su érbi- ta. «Giramos alrededor del Sol», concluyé en su Comentario, «como todos Jos demis planetas.» A pesar de las especulaciones de Aristarco sobre un universo helio- céntrico, ya en el siglo 1 a.C., los tedlogos y los intelectuales se sentian més a gusto con una teoria geocéntrica, premisa que nunca fue pucsta se riamente en tela de juicio, Prudentemente, Copérnico se abstuvo de des- velar sus opiniones en piblico y prefirié ir desarrollando en silencio sus ideas, efectuando céleulos minuciosos y trazando sofisticados diagramas, y evitd que sus teorias circularan fuera de un selecto circulo de amistades. Cuando, en 1514, el papa Le6n X requirié al obispo Paolo de Fossom- brone que pidiera a Copérnico su opinién sobre la reforma del calenda- Flo eclesidstico, el astrénomo polaco replicé que el conocimiento de los movimientos del Sol y de la Tierra con respecto a la longitud del aiio era insuficiente para poder ser tenido en cuenta en una reforma, El reto de- bio preocupar a Copérnico, sin embargo, ya que posteriormente escribi6 al papa Pablo III, el que encargé a Miguel Angel que pintara la capilla Stina, algunas observaciones relevantes que sirvieron para establecer los fundamentos del calendario gregoriano setenta ais después, Le Se ay a las iras del piblico y de la pen aS ajando en privado para corregir y ampliar el 1 fue Sobre las revoluciones de los orbescelestes (De revo- Itonitus orb i “nila orbium cclestian) que complets en 1530, pero cuya publicacion fetras6 durante trece ai ‘tec¢ afios. El riesgo de una condena eclesiistica no era, sin Prolomeo five confundido con frecuencia con los reyes egipeios de ta dinastia del mismo nombre En esta imagen (Ptolomeo uuulizando un astrolabio) se le representa coronads, 7 a La teologia y la astronomia discutiendo. La Iglesia pretendia que las terias astronémicas fueran acondes con las docrinasteoligicasofcaes WonBnos DE GIGANTES. EDICION iLustg Aba embargo, la (nica razén de sus dudas respecto de la publicacién, sing que era un perfeccionista y consideraba que sus observaciones debian ser veri- ficadas y revisadas una y otra vez. Continué ensefiando los principios de sy teoria planetaria, incluso en presencia del papa Clemente VII, que aprobs sus trabajos, En 1536, Clemente le pidié formalmente que publicara sus teorias, pero fue necesario que un antiguo alumno de veinticinco af el alemin Georg Joachim Rheticus, que dej6 su citedra de matemiticas en ‘Wittemberg para poder estudiar con Copérnico, persuadiera a su maestro a que publicara De revolutionibus. En 1540, Rheticus colaboré en la edi- cién de la obra y rrego el manuscrito a un impresor luterano de Nu- remberg, dando asi comienzo a la revolucién copernicana. Cuando De revolutionibus aparecié en 1543, fue atacado por tedlogos protestantes que mantenian que un universo heliocéntrico iba conta la Bi- blia, Argiifan que las teorias de Copérnico podrian hacer que la gente cre- yera que eran una simple pieza de un orden natural y no los dueos dels naturaleza, ni el centro alrededor del cual se ordena toda ella. Debidoa esta oposicién clerical, y quiza también por la incredulidad general que suscita- ba un universo que no fuera geocéntrico, entre 1543 y 1600 menos de una decena de cientificos aceptaron la teoria copernicana, Ademis, Copérmico no hizo nada por resolver el mayor problema con que se enfientaba cual- quier sistema en que la Tierra girara alrededor de su eje (y orbitara are- dedor del Sol), saber, por qué los cuerpos terrestres permanecen sobre la Tierra que gira. La respuesta fue propuesta por Giordano Bruno, un cien- tifico italiano, copernicano declarado, que sugirié que el espacio podria no tener limites y que el sistema solar podria ser uno entre muchos ot10s ssté- mas en el universo. Bruno también desarroll6 algunas ideas puramente peculativas de astronomia que Copérnico no habia explorado en De revolt tionibus. En sus escritos y conferencias, el cientifico italiano sostenia que © el universo habia infinitos mundos habitados por vida inteligente, algunos de los cuales, quizi, con seres superiores alos humanos. Esta audacia Pls? a.Bruno en el punto de mira de la Inquisicin, que lo jusg® ¥ conden® por sus creencias heréticas. Fue quemado en la hoguera en. 1600. En conjunto, sin embargo, el libro de Copérnico no tuvo un imPa= ‘modernos. En De revliit- to inmediato sobre los estudios astronémicos coPreRNICO nicoLas nibus, Copérnico no propuso en realidad un sistema heliocéntrico, sino ‘iis bien un sistema heliostético. Consider6 que el Sol no estaba exacta~ ‘mente en el centro del universo, sino tan sdlo préximo al centro, para po- der dar razén de las variaciones observadas en la retrogresion y el brillo. Sostenia que la Tierra describja cada dia un giro completo alrededor de su ejey que daba una vuelta al Sol cada afio, En la primera de las seis sec- Gones del libro, se opuso al modelo ptolemaico, que situaba todos los Shetpos celestes en 6rbita alrededor de la Tierra, y establecié el orden he- liocéntrico correcto: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Japiter y Saturno losses planetas conocidos en aquel tiempo). En la segunda secci6n, uti- 426 ls matemiticas (es decir, epiciclos y equantes) para explicar los mo- 1 Sol Lica Yimlentos dels estellas y los planetas,y razoné que el movimiento del eincidia con el de la Tierra.La tercera seecién roporciona una exp! Los condenados por la Inquisicén eran levados 4 la hoguera 19 20 A HOMBROS DE GIGANTES. EDICION Capémico sosteniendo tun modelo de su torka Ieliocéntrca del universo. (LUSTR AHA ciGn matemitica de la precesion de los equinoccios, que Copérnico ati buye a la rotacidn de la Tierra alrededor de su eje. Las secciones restantes de De re Jutionibus estan dedicadas a los movimientos de los planetas y de a Luna, Copérnico fue el primero que situ6 correctamente Venus y Mercu- rio, y establecié con notable precisién el orden y la distancia de los plane- tas conocidos, Consideré estos dos planetas (Venus y Mercurio) como los mis préximos al Sol, y observé que giran mas répidamente, y en el inte- rior de la érbita de la Tierra Antes de Copérnico, se creia que el Sol era otro planeta. Situar el Sol en el centro virtual del sistema planetario fue el punto de partida de la re- volucién copernicana. Al apartar la Tierra del centro del universo, donde se suponia que anclaban todos los cuerpos celestes, Copérnico se vio obigado a preguntarse por las teorfas de la gravedad. Las explicaciones precoperni- canas de la gravitacion babjan imaginado un Gnico centro de gravedad (1a Tierra), pero Copérnico arguyé que cada cuerpo celeste podria tener sus propias cualidades gravitacionales y sostuvo que, en cada uno de ellos los objetos pesados tendian hacia su centro, Esta vision condujo finalmente a la teoria de la gravitacién universal, pero su impacto no fue inmediato. En 1543, Copérnico suftié una parilisis del lado derecho y se fue de- bilitando fisica y mentalmente, El declarado perfeccionista que era no tuvo otra opcién que abandonar el control de su manuscrito, De revolutions, en las Gltimas etapas de impresi6n, Confié el manuscrito a su alumno, Georg Rheticus, pero cuando éste se vio obligado a dejar Nuremberg, el manuscrito cayé en manos del tedlogo luterano Andreas Osiander. Este, esperando apaciguar a los partidarios de la teorfa geocéntrica,introduyo algunas alteraciones sin el conocimiento y consentimiento de Copéni- co: introdujo la palabra shipétesis» en la portada, borr6 parrafos impor teza de la obra. Se tantes y aiiadi6 frases que dilu‘an el impacto y la cert dice que Copémnico recibi6 un ejemplar de su libro impreso en Frauen- visiones de Osian- burg, en su lecho de muerte, sin darse cuenta de las revsiones de O* jorante casi cie™ aiios, pero el siglo xvil vio cémo gente de la talla de Galileo Galilei, Jo- .rsos heliocen- der, Sus ideas permanecieron en una relativa oscuridad d hanes Kepler e Isaac Newton construian teorias de unive Mice eRe coreR C'S tricos, aparcando definitivamente las ideas aristotélicas. Muchos han es- exito sobre el modesto sacerdote polaco que cambio nuestr: feang von Goethe, el gran a manera de ver el universo, pero puede que sea Johann Wolf n mis elocuentemente ha escrito sobre escritor y cientifico aleman, qui las contribuciones de Copérnico: De todas las opiniones y descubrimientos,ninguno debe haber ejercido mayor efecto sobre elespritu humano que ta doctrina copernicana. Apenas el mundo ha- bia sido considerado como redondo y completo en s{ mismo, cuando se le pidié que renunciara al tremendo prvilegio de ser el centro del universe. Quizé nunca se haya hecho una petcién tan exigente a la humanidad, ya que, al admitirla, tantas cosas se desvanecian en humo y nicbla. Qué se hizo del Edén, nuestro mundo de ino- cencia, piedad y poesla?; qué se hizo del testimonio de los sentidos, de las convic- ciones de una fe poético-religiosa? No sorprende que sus contempordneos rehusaran perder todo esto y presentaran toda la resistencia posible a una doctrina que auto- rizaba y exigia de sus conversos una libertad de miras y una grandeza de pensa~ ‘miento desconocidas, ni tan siquiera soniadas, hasta entonces. Johann Wolfgang von Goethe A HOMBROS DE GIGANTES. EDICION iLusyy NOR EL UNIVERSO SEGUN COPERNICO CON EL VINCULO ASTROLOGICO Para quienes estudiaban los scielos, la astronomia y la astologia eran una misma cosa También eran llamadas «Ciencias Celestial Rng o UAs ic OTR RNIN: SOBRE LAS REVOLUCIONES DE LOS ORBES CELESTES INTRODUCCION AL LECTOR SOBRE LAS HIPOTESIS DE ESTA OBRA* Divulgada ya la fama acerca de la novedad de las hipétesis de esta obra, que considera que la Tierra se mueve y que el Sol esti inmévil en el centro del tniverso, no me extraia que algunos eruditos se hayan ofendido vehemen~ temente y consideren que no se deben modificar las disciplinas liberales constituidas correctamente ya hace tiempo. Pero si quieren ponderar la ‘cuestion con exactitud, encontrarin que el autor de esta obra no ha come- tido nada por Jo que merezca ser reprendido, Pues es propio del astronomo calcular la historia de los movimientos celestes con una labor diligente y diestra. ¥ ademas concebir y configurar las causas de estos movimientos, © sus hipétesis, cuando por medio de ningin proceso racional puede ave- riguar las verdaderas causas de ellos. Y con tales supuestos pueden caleu- larse correctamente dichos movimientos a partir de los principios de la geometria, tanto mirando hacia el futuro como hacia el pasado. Ambas co- sas ha establecido este autor de modo muy notable. ¥ no es necesatio que «estas hip6tesis sean verdaderas, ni siquiera que sean verosimiles, sino que se basta con que muestren un cilculo coincidente con las observaciones, a no Ser que alguien sea tan ignorante de la geometria o de la Optica que tenga por verosimil el epiciclo de Venus, o crea que ésa es la causa por la que pre= cede unas veces al Sol y otras le sigue en cuarenta grados o mis, 2Quién no advierte, supuesto esto, que necesariamente se sigue que el diimetro de 1a estrella en el perigeo es mis de cuatro veces mayor, y su cuerpo mis de dieciss veces mayor de lo que aparece en el apogeo, a lo que, sin em= argo, se opone la experiencia de cualquier edad?** Tambié a cen esta dis ciplina Plina hay cosas no menos absurdas 0 que en este momento no es nece- * Se cree que este prok rblogo, realidad por Andreas Osiander, un ‘evolutionibus en Ia prensa atribuido inicialmente a Copémnico, fue escrito en ‘e6logo luterano y amigo de Copétnico, que vio De 2 PAGINA SIGUIENTE Copémico inicid su exploraciin det tuniverso con astrolabios, compases, ‘uadrantes y goniémetros paralaje. Hoy en dia continvamos 24 ‘esta exploracién utiizando una teenologia que Copérnico jamais ‘pido siquiera imaginar, como el telesopio International Ultraviolet Explorer (UE), que explora el universo twilizando luz ultraviolet, HoMmBROS DE GIGANTES. EDICION Hlusry Abe sario examinar. Est suficientemente claro que este arte no conoce om. pletay absolutamente ls caus de los movimientos parents desu Y si al suponer algunas, ciertamente piensa machisimas en modo ay no suponga que puede persuadit a alguien en que son verdad. sino tan s6lo para establecer correctamente el cilculo, Pero ofec dose varias hi- pétesis sobre uno solo y l mismo movimiento (como la excenrcidady el epiciclo en el caso del movimiento del Sol) el astrénomo tomardla que con mucho sea mis ficil de comprender. Quiz4 el filésofo busque mis l verosimilitud, pero ninguno de los dos comprenderi o transmitiré nada cierto, a no ser que Ie haya sido revelado por la divinidad. Porlo tanto, permitamos que también estas nuevas hip6tesis se den a conocer entre ls ‘iguas, no como mis verosimiles, sino porque son al mismo tiempo ad- mirables y ficiles y porque aportan un gran tesoro de sapientisimas obser vaciones. Y no espere nadie, en lo que respecta a las hipétesis, algo cierto de la astronom¥fa, pues no puede proporcionarlo; para que no sila de esa disciplina mas estiipido de lo que entrd, si toma como verdad lo imagi- nado para otro uso. Adiés. LIBRO PRIMERO* Entre los muchos y variados estudios sobre las letras y las artes, con Jos que se vivifican las inteligencias de los hombres, pienso que princial= san sobre le hs las cosas mis bellas y mas dignas del saber. Tales son las que tain 4 maravillosas revoluciones del mundo y del curso de los astros de as 28° de todo lo mente han de abarcarse y seguirse con el mayor afin las que vet nitudes, de las distancias, del orto y del ocaso, y de las causas icin media de St Toy dels exc ir demasiado 5° ein dl Soh ‘Adems, se hall6 que, si el planeta estaba sobre el epiccl, la po aparecia aineada con EPA, Por lo tanto, dadas a razones del epi a, Venus nunca deberiaaparecer dede la Tierra a una danea ang perior a 40 grados del centro de su epiciclo, es decir de I+ pois” ™ como se observa centers * Los tres pirrafos introductorios se hallan en la ‘edicién de Thorn del yen a edicibn deVarovia. A HOMBROS DE GIGANTES EDICION Wiust, TRAD, MAE eAS Tc OrER NYC OS astrologia, y muchos entre los antiguos la consumacién de las matemiticas, Ella es Ia cabeza de las demis artes nobles, la mis digna del hombre libre, y se apoya en casi todas las ramas de las matemiticas. Aritmética, geome= tra, 6ptica, geodesia, mecénica, ysi hay alguna otra mis, todas se dirigen aellaY,siendo propio de todas las buenas artes el apartar de los vicios y dirigir la mente de los hombres hacia lo mejor, ella puede proporcionar esto mis abundantemente y con increible placer del espiritu. Pues ¢quién, adhiriéndose a lo que ve constituido en éptimo orden, dirigido por la providencia divina, mediante la asidua contemplacién y cierto hibito ha cia estas cosas, no es llamado hacia lo mejor y admira al artifice de todo, en el que esti la felicidad y el bien completo? Pues no en vano aquel salmista divino se confesaria: delectado por el trabajo de Dios y arreba~ tado por las obras de sus manos; si no es porque, por medio de estas cosas como por una especie de vehiculo, fuéramos levados a la contemplacién del sumo bien. Platén advirtié con mucho acierto cuanta utilidad y adorno compor- taala Repablica (pasando por alto las innumerables ventajas para los parti~ culares). Este, en el séptimo libro de las Leyes, considera que debe exten- derse [su estudio}, para que con su ayuda se mantenga viva y vigilante la Giudad, respecto del orden en los dias, los tiempos divididos en meses y ahs con vista a las solemnidades y también a los sacrificios; y si (dice) ale {guien niega su necesidad para el hombre que desee aprender cualquiera de las mis altas doctrinas, pensaré con gran estupidez;y estima que falta mu- cho para que cualquiera pueda llegar a sero ser llamado divino, sino tie~ ne el conocimiento necesario del Sol, ni de la Luna, ni de los demis astros ca oe ee ns oe os investiga temas de gran- Ben sobre todo respecto a sus princi a Coe ie ee - oles shipécesiss, y vemos que mu- Bs ca ae en desacuerdo y ni siquiera eee el curso de los atosy la revolu- elas inise con un nimero exacto, ae Si No es con mucho tiempo ee antemano, con las que, Posterioridad de mano en mano, Pues, au ni re ycon como ya diré, inque C, Ptolo-~ PAGINA ANTERIOR Esta reproduccion del sistema solar tal como ta vemos en la actualidad constituye, en gran medida, una confirmacién de lo que imaginé Copérnico. Demostraién de Peirus Apiamus de que la Tia es efi wonsnos DE GIGANTES. EDICION iyyy UST H AD, rico el Alejandrino, que destaca ampliamente sobre los demis por su admirable ingenio y escrupulosidad, Mlev6 toda esta ciencia au mds alto grado mediante ‘observaciones, durante mis de cuatrocientos aos, de manera que parecia no fal- tar nada que él no hubiera abordado; sin embargo, ve- ‘mos que muchas cosas no coinciden con aquellos mo- vimientos que debian se- guirse de su ensefanza, ni con algunos otros movi- mientos, descubiertos mis tarde, aiin no conocidos por él. De ahi que, in- cluso Plutarco, cuando habla del giro anual del Sol, dice: sHasta ahora, el movimiento de los astros ha vencido la pericia de los matemiticov. En efecto, tomando como ejemplo el afio mismo, considero bien claro que han sido tan diversas las opiniones, hasta tal punto que muchos han desesperado de poder encontrar un cilculo seguro sobre él. Asi favoreciéndome Dies, sin el que nada podemos, voy a intentar investigar con mis amplitud soe estas cosas respecto a la otras estrellas, poseyendo mas detalles que apoyarin nuestra doctrina, a causa del intervalo mis amplio de tiempo entre nos0- n cuyos hllazgos subjertos de nue- ss de diferente ros y los autores de este arte que nos precedieron, con tendremos que comparar los que han sido también dese vo por nosotros. Confieso que voy a exponer muchas cosa ellos, puest fm de estas COs. que por primera vez abrieron la puerta en la investigacion de es manera que mis predecesores, aunque conviene apoyarse 1. EL MUNDO ES ESFERICO om ico, sea por En primer lugar, hemos de sefalar que el mundo es esério, n alguna, totale” que es la forma mis perfecta de todas, sin comparacion algu WioduAs cOnERN TCO. te indivisa,sea porque es la mais capaz de todas las figuras, la que mis con- viene para comprender todas las cosas y conservarlas, sea también porque tas demis partes separadas del mundo (me refiero al Sol,a la Luna y a las cestrells) aparecen con tal forma, sea porque con esta forma todas las co- sas tienden a perfeccionarse, como aparece en las gotas de agua y en los demis cuerpos liquidos, ya que tienden a limitarse por si mismos, para que nadie ponga en duda la atribucion de tal forma a los cuerpos divinos. 2. LATIERRA TAMBIEN ES ESFERICA También la Tierra es esférica, puesto que por cualquier parte se apo- ya.en su centro, Sin embargo, la esfericidad no aparece inmediatamente ‘como perfecta por la gran clevacién de los montes y el descenso de los valles,a pesar de lo cual modifican muy poco la redondez total de la Tic= tra. Lo cual se clarifica de la siguiente manera. Pues hacia el norte, mar- chando desde cualquier parte, el vértice de la revolucién diurna se eleva poco a poco, descendiendo el otro por el contrario otro tanto, y muchas estrellas alrededor del septentrién parecen no ponerse y algunas hacia el Punto austral parecen no salir mis. Asi, en Italia no se ve Canopus, visible desde Egipto. ¥ en Italia se ve la dima estrella de Fluvius, que no cono- ce nuestra regiGn de clima mis frio, Por el contrario, para los que marchan hacia el sur se elevan aquellas, mientras que descienden las que para noso- {tos estin elevadas. Ademiés, las inclinaciones de los polos con relacion a ‘sPacios medidos de la Tierra estin en cualquier parte en la misma razon, lo que en ninguna otra figura sucede, nada mas que en la esférica, De don= de es evidente que la Tierra también esti incluida entre vértices ¥, por tanto, es esférica, Hay que aiadir también, que los habitantes de oriente NO eriben los eclipses vespertinos del Sol y de la Luna, ni los que habi- tan hacia ¢tocaso los matutinos; con respecto alos eclipses medios, aqué- los los ven mas tarde y éstos m: 29 A WOMBROS DE GIGANTES EDicion IVC S Feapy La Tierra vista desde el espacio, ‘mostrando cémo tierra y agua onforman un solo globo. turaleza, se dirigen siempre hacia abajo, lo mismo que la terra, y no. ee- van desde el litoral hacia posiciones anteriores, mas de lo que su convext- dad permite. Por lo cual es aceptado que la tierra es tanto mis alta cuan- to mis emerge sobre el océano. 3. DE COMO LA TIERRA JUNTO CON EL AGUA FORMA UN GLOBO Asi pues, el océano que rodea a ésta [la tierra] extendiendo sus mares por todas partes, lena sus abismios mis profundos. Por tanto convenia as hubiera menos agua que tierra, para que el agua no absorbers todt 4 OF a 11a (dirigiéndose ambas por su gravedad hacia el mismo cent) ¥en" fin de que quedaran algunas partes de terrae ists perceptiblesag8'Y 2 4 6 rey last para salvaci6n de los seres vivos. Pues qué es el propio conanentsY A ecesariO perficie de la Tierra sino una isla mayor que las dems? Y n0 ye toda eh escuchar a algunos de los peripatéticos, quienes consideraron ' zs cura de 4 agua es diez veces mayor que toda la tierra, aceptando la coms eI ‘es mayor que to. sane P rew en la transmutacién de los elementos de una parte de Neri 30 Ico ic arian. Ets de agunry dicen que la Gerra sobresale un poco, porgue, sendo cavernosa, no se equilibra por todas partes segiin su gravedad, y que wno es el centro de grvedad y oto el de magnitud. Pero se equivocan por su ignorancia del ane de la geometria, al no saber que el agua no puede ser mayor ni siete veces, para que alguna parte de la tierra estuviera seca, no ser que la tie rma abandonara el centro de gravedad y dejara el lugar a las aguas como mis pesadas que ella, Puesto que las esferas se relacionan entre si como los cubos de sus didmetros. En consecuencia, si para siete partes de agua hu- biera una octava parte de tierra, su diimetro no podria ser mayor que la distancia desde el centro [el radio] a la circunferencia de las aguas. Tanto menos, que el agua sea diez veces mayor. ‘Que no exista diferencia alguna entre el centro de gravedad de la Tie rma y el de su magnitud, puede aceptarse, porque la convexidad de la tierra aque emerge del océano no aumenta siempre de una manera continua, en «230 contrario rechazaria lo més posible las aguas marinas y no permitiria en modo alguno que irrumpieran los mares internos y los golfos tan ex- tensos, Ademis, a partir del litoral del océano no cesaria de aumentar la profundidad del abismo, de modo que ni isla alguna, ni escollo, ni ningan terreno, servitia de obsticulo a los que navegando avanzan alejindose. Y ahora consta que entre el mar de los egipcios y el golfo Aribigo hay ape nas mis de quince estadios, en medio casi de la superficie de la Tier Y,por otra parte, Ptolomeo, en su Cosmognfia, ext nde la tierra habitable hasta el circulo medio, dejando lo restante de la erra como desconocido, donde los mis modernos aftadieron Catay y otras regiones nplisim ta los LX grados de longitud, de modo que la tierra es habitada ya en una Jongitud mayor que la ocupada por el resto del océano, Si ademis se aia dem estas eras las isa encontradas en nuestro tiempo pot los princi- Pes de Espaiiay Portugal, sobre todo América, lamada asi por su descu- bridor el jefe dels naves, ala que por su magnitud atin desconocida la consi Stan otra superficie de la Tierra {eorbis terrarums),ademis de las mus has isas desc. me ‘Onocidas antes, por la que tampoco sorprenderia que hubie~ "4 antipodas © antictonas, 4 ‘odes © antictonas, Pues el cilculo geométrico obliga a pensar que east Propia América es diametralmente opuesta a la India del Ganges por su situaci6n, El mapa copemicano de tierra 1 agua ens notablemente preciso ‘para su tiempo. 1 32 A WOMBROS DE GIGANTES. EDICION oe aa S| Por todas estas cosas, juzgo sufcientemente claro que ley agua conjuntamente se apoyan en un solo centro de gravedad,y qu ie no es otro que el centro de magnitud de la Tierra, la cual sendo mis pe. sada, llena con agua sus partes deprimidas;y, por tanto, que hay menor cantidad de agua en comparacién con la de tierra, aunque en a supedicie aparezca mis cubierta de agua, Sin duda, es necesario que la tierra con Jas aguas que la rodean tenga Ia figura que muestra su sombra: pues pro- duce que la Lun se eclipse proyectando circulos perfectos. En consecuen- es plana como opinaron Empédocles y Anaximenes, ni semejante 4.un tambor, como opiné Leucipo, ni escafoide como Hericlito, ni cén- cava de otro modo, como Demécrito, ni cilindrica, como Anaximan- dro, ni es infinita en su parte inferior teniendo debajo una gran cantidad de raices, como Jenéfanes, sino perfectamente redonda, como opinan los filésofos 4. EL MOVIMIENTO DE LOS CUERPOS CELESTES ES REGULARY CIRCULAR, PERPETUO © COMPUESTO POR MOVIMIENTOS CIRCULARES Después de esto, recordaremos que el movimiento de los cuerposce- lestes es circular. Pues la movilidad de la esfera es girar en un ctculo ‘expresando mediante el mismo acto su forma, en un cuerpo simplics- mo, donde no se puede encontrar ni principio ni fin, ni distinguir uno de otro, mientras [la esfera) pasa hacia los mismos puntos volviendo hacia ellos. Sin embargo, hay varios movimientos a causa de Ia multitud de 6 bitas.* La mis conocida de todas es la revolucién diaria, a la que los gn g0s llaman vuxDr{Lepov, esto es, un espacio de tiempo de un diay uns de el orto hacia smo la medida tiempo sobre noche. Por eso se piensa que todo el mundo se destiza des el ocaso, excepto la Tierra, Esta revolucién se entiende cor comin de todos los movimientos, puesto que medimos el todo por el niimero de dias. seme * El eciculo orbital (orbs) es el crculo miximo sobre el cual el planed A que designa oniginan® ecesaria Pa BH ca pliccién mecinica del movimiento, slo el circulo es necesaro pars HG ‘ve en su esfera (xphaer), Copérnico utiliza la palabra obs mente un circulo mis que una esfera porque, si Ja esfera puede ser * ‘matemitica : ate coLas COPERNICO ut Después vemos ots revoluciones como en sentido contrario, esto adel oczs0 al orto, me refiero ala del Sol, la dela Luna y de las cinco es trellas errantes Asi, el Sol nos proporciona el afio, la Luna los meses, los periodos de tiempo mis divulgados; silos otros cinco planetas realizan ‘cada uno su propio ciclo, Sin embargo, ls diferencias son multiples: pri- mero, porque no giran alrededor de los mismos polos a través de los que se desenvuelve aquel primer movimiento, avanzando por la oblicuidad de 1a ecliptca; después, porque en su propio ciclo no parecen moverse con regularidad. Pues el Sol y la Luna se observan a lo largo de su curso unas veces lentos, otras veces mis répidos. Pero percibimos también que las otras cinco estrellas errantes retroceden a veces y después se detienen. Y mientras el Sol avanza constante y directamente por su camino, aqué- llos andan errantes de diversos modos, vagando unas veces hacia el sur, ‘tras hacia el norte: por ello son llamados «planetas». Afiédase también el ‘que unas veces se presentan mis cercanos a la Tierra y se llaman perigeos [que estin en su perigeo], otras mis alejados y se les dice apogeos [que es- tin en su apogeo].Y no menos conviene confesar que los movimientos en las. son circulares, o compuestos por muchos circulos, porque manti iregularidades segdn una ley fija y con renovaciones constantes: lo que no podria suceder si no fueran circulares, Pues el circulo es el nico que Puede volver a recorrer el camino recorrido. Como, por ejemplo, el Sol, con su: movimiento compuesto de circulos, nos trae de nuevo, una vez y tra la irregularidad de los dias y las noches y las cuatro estaciones del aio, lo cual se reconocen varios movimientos: puesto que no puede suceder ‘Eun cuerpo celeste simple se mueva desigualmente en una sola Grbita, Pu : # esto podria acontecer,o por la inconstancia de la fuerza motriz, bie Por una erior 2 ‘ausa exterior © por su propia naturaleza, 0 por las modificacio~ nes del cu 5 “to que gira. Pero como repugnan ala inteligencia una y otra, YY es inc ; ‘So Pensar que tl cosa se produce en los cuerpos que estin cons- ‘tuidos por una ordenacié: es consecuente adi movi. una of in Optima, pt } €s consecuente admitir que sus movi- Fegulares nos aparecen como ii irregulares, bien por los difere ee gulares, bien por los diferentes VERANO polo norte certs en dla HOMBROS DE GIGANTES. EDIciON NUS eng grvita anual de la Tie,, Oe INVIERNO Orbits anual de 1a Thert® 8 poo ore ect annode sus irregulates distancias, nos parecen los més cercanos mayores que los ue estan mis alejados (segtin ha sido mostrado en la 6ptica)asien arcosigua- Jes de una Srbita (al ser visto a una distancia diferente) aparecerin movi mientos desiguales en tiempos iguales. Por esta causa ante todo, juzgo ne cesario que con todo cuidado sefialemos cual sea el comportamiento de la Tierra con respecto al cielo, para que mientras queremos estudiar lo mis alto, no ignoremos lo que nos es mis préximo, y por el mismo error air buyamos a los cuerpos celestes lo que es propio de la Tierra 5. ACERCA DE SI EL MOVIMIENTO DE LA TIERRA ES CIRCULAR DE SU POSICION ‘Ya se ha demostrado que también la Tierra tiene forma de lobo. Pienso que se debe ver si el movimiento es consecuencia de su forma y qué posicién ocupa en el universo: sin estos datos no es posible halla unt centre los auto- del mun- do, de manera que juzgan esto como inopinable y hasta ridiculo pens! ly cesta cuestion nada despre el move ciable, Pues todo eambio seg a posicion que aparesso SPOT raz6n fija de los movimientos aparentes en el cielo. Aunque res, una mayoria conviene en que la Tierra descansa en medio contrario; sin embargo, si lo consideramos con mis atencion, apareceri no ya sélo como no resuelta, sino también como miento de lo mirado, o del que mira, 0 evidentemente por up ven corks COPERNICO ut de uno y otro, Pues no se percibe movimiento entre movimientos igua- parde uno y : Jes entre si, me refiero a entre lo visto y el que ve. Y es desde Ia Tierra, a les i. partir de donde se contempla aquel ciclo celeste y se representa a nuestra vysién. En consecuencia, sise le atribuye algiin movimiento a la Tierra, el aso aparece gal en el universo que le exterior, pero como si pa- saran por encima en sentido opuesto, tales en primer lugar la revolucion diaria, Pues este movimiento parece arrastrar a todo el mundo, excepto a IaTierra y lo que esti a su alrededor. Y si concedieras que el cielo no tie ne nada que ver con este movimiento, y que la Tierra gira del ocaso hacia el orto, si alguien con setiedad estudia cuanto se refiere al orto y ocaso. aparente del Sol, de la Luna y de las estrellas encontrar que estas cosas su~ ceden asi. ¥ siendo el cielo el que contiene y abarca todo, el lugar comin. de todas las cosas, no aparece claro inmediatamente por qué no se atribu- ye el movimiento mis al contenido que al continente, a lo colocado mas que a lo que proporciona la localizacién [slocato quam locanti»]. Con ra- 26n eran de esta opinién los pitagéricos Hericlides, Ecfanto y Nicetus de Siracusa, segiin Cicerén, que suponian a la Tierra dando vueltas en el cen- tro del mundo, Opinaban que las estrellas se ponian a causa de la interpo- sicién de la Tierra y que salian al cesar de interponerse, Supuesto esto, sigue también otra duda, y no menor, sobre la posicid de la Tierra, aunque ahora se acepta y se cree por casi todos que la Tierra ‘sti en el centro del mundo, Puesto que, si alguien niega que la Tierra con ‘ena el medio o centro del mundo, no admitiendo, sin embargo, que la Astancia [entre el centro de la Tierra y cl centro del mundo] es tan gran- de que fuera comparable [al distancia} com la esfera de las estrellas fijas, Sinai sea importante y se pone de manifiesto en relacién con las érbi- tas del Soy de las dems estrellas, y ; Por ello estime que el movimiento de tos aparece: diversificado, como si fueran regulados por otro centro dis- finto del de a Tierra, quizd pudiera bre a regular. Pues el que los astros errantes Perciban mis cercanos a la Tierra, mente prueba que el ce; Lo que consta ess LT aportar una raz6n no inadecuada so- el movimiento de apariencia in Y los mismos mis alejados, necesaria- ‘tro de la Tierra no es centro de aquellos circulos, la Tierra se ace ea 0 se aleja de aquéllos 0 aquéllos de IST, ¥ no seria asombroso, si alguien opinase que ademés de aquella PAGINA ANTERIOR Explicaci6n copernicana de un bucle planctaro, 35 Raceuae Reo eR NICS 1 se cuenta revolucin diaria existe algin otro movimiento de la Tierra. Y se cuent que Fillo el Pitagorico, matemitico no vulgar, hasta el punto de que para vyerle Plat6n no dud6 en dirigirse a Italia, segiin transmiten los que escri- bieron la vida de Platén, opin6 que la Tierra giraba, ¢ incluso que se mo- via con varios movimientos, y que era uno mis entre los astros Pero muchos pensaron que podia demostrarse con cilculo geométrico que lTierra esti en el medio del mundo, y que es como un punto central id del cielo, y que por esta causa es inmévil, de con respecto a la inmensid: modo que al moverse el universo el centro permanece sin movimiento, y Jo que esti proximo al centro se mueve muy lentamente. 6, BELA INMENSIDAD DEL CIELO CON RESPECTO ALA MAGNITUD DE LA TIERRA Ehecho de que esta tan gran masa de la Tierra no sea comparable con la ‘magnitud del ciclo puede entenderse por lo siguiente: porque los circulos Jimitantes (pues asi se traducen los dpc ovtag de los griegos) cortan en dos toda la esfera del cielo, esto no podria suceder st la magnitud de la Tierra comparada con el cielo, o su distancia desde el centro del mundo, fuera may importante, Pues el circulo que corta la esfera en dos pasa por el centro de la esfera y es el maximo de los circunscribibles. Asi pues, el horizonte sea el circulo ABCD, y sea E la Tierra, donde est nuestro pun- ‘ode vista y el centro del horizonte, desde el cual se separan las [estrellas] wisibles dels no visibles, Por medio de una dioptra 0 de un horoscopio o ‘un corobate, colocado en E, se ve el principio de Cancer naciente en el Punto Cy en el mismo momento aparece el principio de Capricornio Poniente en el punto A. En consecuencia, estando AEC en linea recta se~ Bin I dioptra, consta que es un didmetro de k la ecliptica, porque los seis signos [del zodtaco} visibles delimitan un micirculo, y el centro E es el mismo que ‘veel del horizonte, Pero terminada la revolucién, cuando el prin- Gipio de Capricornig su = '2 en B, entonces se vers también el ocaso, de acer en D y lal ‘ 4 i yislinea BED serd recta y un diimetro del mismo circulo: ¥ €S patente que su cen Ho estd en la seccién comin. En consecuencia, el ARRIBA, El telescopio espacial Hubble hha revelado que Copérnico estaba cn lo cierto acerca de la inmensidad de los cielos. PAGINA ANTERIOR Sus contemporineos sostenian una visién opuesta, simbSlicamente representada cag, donde se muestra a Atlas soportando el universo enter, que se reduce a muesto sistema solar 7 38 Una esferaarmilarflamenca del siglo XV1 muestra un modelo _geocéntrico con siete anillos planetarios anidados HOMBROS DE GIGANTES. EDICION me | 'LUSTRAD, tad a alguno de los circulos méximos, también el que corta es méximo, Po r tanto, uno de los ulos mximos es el horizonte, y su centro, sein pa, rece, ¢5 el mismo que el de la ecliptica, siendo, sin embargo, ncesatio que a distinta la Iinea que parte de la superficie de la Tierra, y la que parte del centro, Pero a causa de la inmensidad con respecto a la Tierra se asemejan a paralelas, que parecen como una sola linea por la excesiva distancia del limite final, cuando el espacio mutuo que comprenden en relacién con su longitud resulta de este modo incomparable para la percepcién, como se demuestra n Optica Por este argumento aparece suficientemente claro que el ciclo es in- menso en comparacién con la Tierra y que offece un aspecto de infinita agnitud, pero ante todo, para la estimacién de los sentidos. En magnitud, ha es con respecto al cielo como un punto con respecto al cuerpo y como lo finito con respecto a lo infinito. ¥ no parece haberse demos- trado otra cosa; pues de abi no se sigue que la Tierra deba estar quieta en el medio del mundo. Y atin nos admiramos mis de que tan vasto mundo de Ja vuelta en un espacio de XXIII horas, mas que una minima parte de éste que es la Tierra. En cuanto a los que dicen que el centro es inmévil y también que as cosas proximas al centro se mueven menos, esto no prueba que lr Tie- rra esté quieta en medio del mundo, y no es diferente que si dijeras que el cielo gira, pero los polos estan fijos, y que las cosas préximas alos Po- Jos se mueven muy poco. De este modo se manifesta que Cynosurs [lt estrella polar] se mueve con mucha mayor lentitud que Aquila o Canicy- Ja, porque describe un circulo menor por la proximidad del polo. Como todas ellas forman parte de una misma esfera, cuya mowvilidad, desapare- ciendo junto a su eje, no admite un movimiento igual entre si de todas 38 partes; sin embargo, la revolucién total las conduce en una igualdad de tiempo, pero no en una igualdad de espacio. En esta raz6n se apoya el argumento segiin el cual Ja Tierra constituye i mien tuna parte de Ia esfera celeste, de la misma especie y del mismo movi f suego, el to, de modo que por estar préxima al centro se mueve poco LH°E, tanto centro, misma se moveri, en cuanto cuerpo existente, no en cuanto sreulo celeste30"~ 1 mismo tiempo con respecto a arcos semejantes del creulo Fe AIChE Son ENN VCO. menores. Que esto €sfiko, es mis claro que la luz: pues entonces se= que menores. tia necesrio que el mediodia permaneciera siempre en wn lugar,y en otro siempre fuera medianoche, y no se podrian produ siendo uno ¢ inseparable el movimiento del todo y de ni los ortos ni los casos cotidianos, Ia parte. Pero la elacién entre aquellas cosas que estin separadas por una dife- rencia sustancial es enteramente diversa: las que se mueven en una Srbita iis pequea avanzan mas deprisa que las que recorren un circulo ma- yor. Asi el astro Saturno, el mayor de los errantes, completa su giro en el aio treinta,y la Luna, que sin duda es ¢] mas proximo a la Tierfa, recorre su circuito en un mes;y la misma Tierra, finalmente, parecer completar su circuito en el espacio de tiempo de un dia y una noche. Por consiguien- te resurge la duda sobre la revolucién diaria. E incluso su posicién se cuestiona como menos segura por lo ante= riormente dicho. Pues dicha demostracién no aporta ninguna otra cosa que la inmensa magnitud del cielo con respecto a la Tierra. Y no consta en manera alguna hasta donde se extiende esta inmensidad, Igual que, en el extremo opuesto, en los corpiisculos mi mos ¢ indivisibles, que Haman 4atomos, aunque no son sensibles, duplicados o tomados muluplemente no componen de inmediato un cuerpo visible, pero pueden multiplicarse hasta tal punto que sean suficientes para aparecer con una magnitud apa rente; asi ocurre también con respecto a la posicin de la Tierra, aun no ‘stando en el centro del mundo, sin embargo, su distancia [al centro] es in comparable sobre todo en relacién con la esfera de las estrellas fijas, Cries! ” 40 A HOoMBROS DE GIGANTES. EDicioN ‘LUstagy, 7. POR QUE LOS ANTIGUOS PENSARON QUE LA TIERRA ESTABA INMOVIL EN MEDIO DEL MUNDO COMO SI FUERA SU cewrno Los filsofos antiguos, con algunas otras razones,intentaron demos. trar en esta cuestién que la Tierra estaba en el medio del mundo, As le- gan como causa mis poderosa la de la gravedad y la ligereza. Pues ln Tie. rra es el elemento mis pesado y todas las cosas pesadas son conducidas hacia el ,y tienden hacia su auténtico punto medio. En efecto, siendo la Tierra esférica, hacia ella son arrastradas las cosas mis graves por su propia naturaleza, formando Angulos rectos con su superficie, y sino fueran re- tenidas en dicha superficie, caerfan hacia su centro: puesto que una linea recta, que cae perpendicular a una superficie plana, tangente a la esfera, pasa por cl centro. Pero parece seguirse que las cosas son conducidas al punto medio para quedar inméviles en el centro. En consecuencia, tanto mas descansara toda la Tierra en el centro, y ella, que recibe en si todo lo que cae, permaneceri inmovil por su peso. De igual modo, también se intenta probarlo en raz6n del movimien- to y de su naturaleza. Dice Aristételes que el movimiento de un cuerpo simple es simple. Pero hay un movimiento simple recto y otro circular de los rectos hay uno hacia arriba y otro hacia abajo. Por lo que todo movi- miento simple o se dirige hacia el centro, que es hacia abajo, o parte del centro, que es hacia arriba, o alrededor del centro, que es el circular. De este modo, conviene que las tierras y las aguas, consideradas elementos mis pesados, sean arrastradas hacia dentro, esto es, que S& dirijan al cen- 10, pero los aires y los fuegos, que se destacan por su ligereza, han de mo- verse desde el centro hacia arriba. Parece conveniente conceder un movi- miento rectilineo a estos cuatro elementos, y en cambio a los cuerPo® celestes el que se muevan en una érbita alrededor del centro. Esto dss Aristoteles. Consecuentemente, dice Ptolomeo de Alejandria, st la Tierra diese vueltas, al menos una revolucién diara, endria que suceder Io opus? Jo antes seBalado, Pues su movimiento tendra que ser muy violentoY ‘i mbito 4 rapidez insuperable, ya que en XXIIII horas recoreera todo el nis nzaria de repente todas 8 Ja Tierra, Pero este movimiento vertiginoso lat a i F fa fo ui cosas y parecerfan incapaces de unirse, y mis bien se dispersan? peRNICO otras c° nie mo ser que alguna fuerza de coherencia las mantuviera en su unidad. 0 ser : fe hace tiempo, dijo, a Tierra dispersada se habria elevado al mismo ya ha , dijo, cielo (lo que es totalmente ridiculo), y con mayor motivo, los ba a mmadosy tds as dems css suetas en manera alguna permanecerfan sabes, Pero tampoco las cosas que caen se dirigirian en linea recta al Iu- gar destnado para ells, ni en la perpendicular, desplazada entre tanto posicién} por tanta rapidez. ¥ también verfamos que las nubes y cualquier ‘otra cosa pendiente en el aire siempre eran arrastradas hacia el ocaso [oc- cidente]- 6, SOLUCION DE DICHAS RAZONES Y SU INSUFICIENCIA ra esté inmévil en el Por estas y semejantes razones dicen que la Ti medio del mundo y que no hay duda sobre ello, Pero si alguien opinara que la Tierra da vueltas diria que tal movimiento es natural y no vio~ lento, ¥ lo que acontece de acuerdo con la naturaleza produce resultados ‘opuestos a lo que acontece de acuerdo con la violencia, Pues es necesario que se destruyan aquellas cosas sobre las que actéta la fuerza y el imperu, Y que no puedan subsistir mucho tiempo. Pero lo que surge de la natura leza se mantiene correctamente y se conserva en su composicién 6ptima. Luego, en vano teme Ptolomeo que la Tierra y todo lo tertestre se disper sea causa de una revolucién realizada por la eficacia de la naturaleza, que «sta bien lejos de la del arte o de lo que puede conseguirse mediante el ingenio humano, Pero gpor qué no sospecha eso mismo, con mayor razén del mundo, Suyo movimiento debe ser tanto mas veloz cuanto ¢s m: ayor el cielo que IaTierraz 20 seha hecho el cielo tan inmenso, porque un movimiento de inefa ia lo ale Ble vehemencia lo aleja del centro, y de no ser asi caeria si extuviera ‘wisto? Con seguridad, si este razonamiento tuviera raz6n de sel mag- ‘uta del cielo también sedirigiia hacia lo infnito. Pues un movimiento Svanto mis es levado hacia lo alto Por su impetu, tanto mis veloz sera * causa de la siempre creciente circunferencia, omen el espacio de XXIII horas:y ala a = ee del cielo. As la veloci SS magnivud y la magnitud a la veloc que necesariamente ha de vez, al crecer el movimien- idad hard avanzar hasta el in ‘dad. Y segan aquel axioma 4 A HOMBROS DE GIGANTES fisico: lo que es infinito no puede ser atraesado ni movida bajo 260 alguna Ly. go necesariamente el cielo estaré quieto, Pero dicen que fuera del cielo no hay ningtin cuerpo, liga niv: «io, ni en absoluto nada, no existe nada por donde pueda extendenee cielo, Entonces es realmente admirable, i algo puede ser contenido po nada, Pero si el cielo fuera infinito y sélo fuera fnito en su concavidad interior, quiz con mis fuerza se confirmari que fuera dl cielo no hay nada, puesto que cualquier cosa estaria en él, sea cual sea la magnitud que ocupara, pero el cielo mismo permancceria inmévil Pues el argu- mento mis fuerte para intentar demostrar que el mundo €sfinito es el movimiento. Pero dejemos a la discusién de los fisidlogos [filosofos de la naturale- za] si el mundo es finito 0 infinito, teniendo nosotros como seguro esto, que la Tierra esti limitada por sus polos y terminada por una superficie esférica, Luego, por qué dudamos atin en concederle una movldad por naturaleza congruente con su forma, en vee de deslizarse todo el mundo, ‘cuyos limites se ignoran y no se pueden conocer, y no confesamos sobre Ja revolucién diaria que es apariencia en el cielo y verdad en la Tierra, y que estas cosas son como lo que dijera el Eneas de Virgilio, cuando afit- ‘ma: ¢Salimos del puerto y las tierras y las ciudades retroceden. Pues que al flotar una nave sobre la tranguilidad de las aguas, todo lo que est fucra de ellos ¢s considerado por los navegantes moviéndose, de acuerdo ‘ con la imagen de su. movimiento, y al mismo tiempo juzgan que et quietos, con todo lo que esti con ellos. Asi, en lo concerniente al mov miento de la Tierra, puede estimarse que todo el mundo da vuelta Por consiguiente, qué podrlamos decir de las nubes y de tod lt demis cosas que flotan en el aire, bajan, se detienen, o suben de nuevo # to acuoso unido a ella, Jas alturas, si no es que la Tierra, con el elemen requeia de aire y 1080 mueve de esta forma, y también que una parte no P Tierra, sea porgue ¢ at sa 0 térrea sigue [as esa aus To que tiene del mismo modo relacién con la proximo a la Tierra, mezclado con materia acuo' ma naturaleza que la Tierra, o sea porque el movimiento él = guirido, que participa . en Ja perpetua revoluci6n y sim ee de la contigiidad de k 2 Por el contrario, con wna admiracion MT 2 1co coreRN otAs wre 1c la regién superior del aire sigue el movimiento celeste, lo que ibn superi sigui dicen que la regi ref a los cometas, también Ila~ las estrellas repentinas, me fiero reveln aquel amadss pogonias[barbadas] por los griegos, para cuya generacin designan tal logis cuales también, como los otros atros, nacen y se ponen. No- sotros podemos decir que, por su gran distancia desde la Tierra, esa parte delaire est privada de aque! movimiento terrestre. Por eso aparecerd tran- aquilo elaire que esti préximo a laTierra, y también lo que esti suspendi- do enél,a no ser que, como puede suceder, sean agitados por el viento 0 cualquier otro impetu, :Pues es el viento en el aire otra cosa distinta que has olas en el mar? Pero tenemos que confesar que el movimiento de lo que cae y de lo que se eleva es doble, en comparacién con el del mundo, y compuesto de un movimiento recto y uno circular. Y en cuanto a las cosas que caen por su propio peso, siendo sobre todo de tierra, no es dudoso que las partes conserven la misma naturaleza que el todo. Y no se presenta nin- guna otra raz6n en las que por una fuerza ignea son lanzadas hacia las al- turas, Pues también este fuego terrestre se alimenta sobre todo de una materia térrea, y definen la llama no de otra manera que como humo ardiente. Pues es propiedad del fuego extenderse a todo lo que invade: y ‘sto lo hace con tanta fuerza que con ningiin procedimiento ni con nin- guna maquina puede impedirse que, rota la circel, complete su obra. Tam= bién el movimiento se extiende desde el centro hasta la circunferencia De ahi que, si alguna de las partes terrestres se encendi del centro a lo alto. iera, seria levada En consecuencia, lo que dicen de que un movimiento simple es pro- io de un cuery Blo ds un cuerpo simple, se verifca en primer lugar del circular, si el cuer o simple permanece en su lugar natural y en su propia unidad. En 88 posicién el movi novimiento no es otro que el circular, que permanece to- mi 4 a slante a lo que esti en reposo, Sin embargo, el movi- lento rectlineo ‘obreviene a aquells cosas que son desplaz lugar natural, a “ Ue son empujadas o que de algiin modo estin PUTS tanto ala ordenacién y forma de todo el mun he algo ese f i Nera de su siti. Luego el movimiento recto no adas de su fuera de él ndo cuanto sucede sino 4 aquelhs c0%98 qu Ie no S© mantienen correctamente y no son perfectas Compas de la época de Copémico. a s Homsnos DE GIGANTES. EDICIOW OUST iepied conforme a la naturaleza, cuando se separan de su todo y abandonay unidad, Sobre todo las que se agitan arriba y abajo, no tienen, excepg 4l circular, ningiin movimiento simple, uniforme y regular, pues no pus. den estar en equilibrio a causa de su ligereza o por el impuko desu pes, Y todo lo que cae, teniendo al principio un movimiento lento uments su velocidad al caer. Por el contrari vemos que este fuego terreno (y np vemos ningt otro) impulsado hacia lo alto, inmediatamente languidece, reconociendo como causa la de la violencia de la materia terrestre El cit- cular siempre gira regularmente, pues tiene una causa constante, sin em- argo aquél [el rectilineo] deja de acelerarse; porque al conseguirsuhigar dejan de ser pesados o ligeros y cesa aquel movimiento. Siendo, pus, el movimiento circular el del todo, en cambio el rectilineo el de las partes, podemos comparar el movimiento circular con el rectilineo, como unser vivo con uno enfermo. Y el hecho de que Aristételes divida el movimien- to simple en tres clases: el que parte del centro, el que se dirige al cent y el que gira alrededor del centro, se juzgari. como un Gnico acto de razoni- miento, del mismo modo que distinguimos la linea, el punto yl super- cie, aunque no pueden subsistir el uno sin el otro, o sin el cuerpo- ‘Acesto se afiade también que la condicién de inmovilidad se conside- ra mis noble y divina que la de mutaci6n o inestabilidad, que convienen por ello més a la Tierra que al mundo. Afado también que pareceria bas tante absurdo adjudicar un movimiento al continente o localizante Yn0 mis bien al contenido o localizado, que es la Tierra. Finalmente siendo manifiesto que las estrellas errantes se aproximan o se alejan de la Tierra, entonces seri el movimiento de un solo cuerpo que se desl == que sea el centro de la Tierr) desde convient dor del punto medio (ellos quieren el punto medio y también hacia el mismo. En consecuencity sea tomado de cada que el movimiento, que se realiza alrededor del punto medi como el mis general y suficiente, de modo que el movimiento tuno se apoye sobre su propio centro. A partir de todas estas cosas adviertes lidad de la Tierra que la quietud, sobre todo con respecto ? is diaria, mucho mis propia de la Tierra. ¥ pienso ave 0 Ke Ja primera parte de la cuesti6n. = nNICO tas core nico UIRSE A LA TIERRA VARIOS 4. 51 PUEDEN AT? ovIMIENTOS Y ACERCA DEL CENTRO DEL MUNDO En consecuencia, como nada impide la movilidad de la Tierra, pien- to que ahora hay que ver si le convienen varios movimientos, de modo aque pueda considerarse uno de los astros errantes, Pues que no es el cen tro de todas las revoluciones lo manifiestan el aparente movimiento irre gular de las errantes y sus distancias variables a la Tierra, que no pueden entenderse mediante un citculo homocéntrico sobre la Tierra. Luego, ros, cualquiera podri dudar, no temerariamente, del si existen varios ce centro del mundo, sobre si realmente lo es el centro de gravedad terrestre otro. Yo creo que la gravedad no es sino una cierta tendencia natural, insta en las partes por la divina providencia del hacedor del universo, para conferirles la unidad ¢ integridad, juntindose en forma de globo. Este modo de ser es también atribuible al Sol, la Luna y las demas fulgurantes centre las errantes, para que, por su eficacia, permanezcan en la redondez con la que se presentan, las cuales, sin embargo, realizan sus circuitos de mauichos modos diferentes. En consecuencia, sila Tierra realiza otros movimientos, por ejemplo alrededor del centro, seri necesario que éstos sean semejantes a los que aparecen exteriormente en muchos [astros}, entre ellos encontramos el reuito anual. Puesto que si se cambiara [el movimiento] de solar en te ‘este, concedida la inmovilidad del Sol, los ortos y los ocasos de los sig hosyy de ls estrellas fijs, por los cuales se convierten en estrellas matutinas ¥ Yespertinas,aparecerian del mismo modo, y también las detenciones, los SSaveesos y avances de las errantes, no pareceria como propio de ellas, ino ae ater a ee que cambian en virtud de sus aparien- * € Pensari que el Sol ocupa el centro del mundo. Todo S30 nos lo ensesi 6 7 ‘ ensefia la razén del orden, segiin la cual se suceden unas cosas otras, y la armoni: "sy la armonia de todo el mundo, si, como dicen, con los dos ojos contemplamos esta cuestion, 45 46 A HOmMBROS DE GIGANT Es: EDiienigMm ela Lune 11, DEMOSTRACION DEL TRIPLE MOVIMIENTO DE LA TIERRA En consecuencia, como tantos y tan grandes testimonios de <5 ovilidad terrestre,expondremos aor las errantes concuerdan con la m tes ‘menos Jos fenémenos apa resumen, demostrando al movie movimiento en jo admitir un triple mniento. El primero, el que hemos dicho que era llamado uxonpep” ejemplfca por me” velocidades proporcionales a sus pesos y Ic 1 n a HOMBROS DE GIGANTES den tanto en un medio como en el oto, no alos que desig en x aire mientras que en el agua emergen. Satv. Vos aportis al filbsofo una serie de defensas que de nee t decidm, st la consistencia del agua, cualquier cosa que rere el movinim, muy bien de utilizar para no [111] agravar su primer error. Pry fuarda una proporeién determinada con la consistenca del si, emora menos: y en caso de que se dé tal proporeién, asignadle el iy que 0s plazca. Simp. Se da, Pongamos, ahora, que sea en una proporcién de ier un Y que, por tanto, la velocidad de un cuerpo que desciende en amber el mentos tendri una velocidad diez veces menor en el agua que en ele SALY.Tomemos ahora uno de esos cuerpos que caen en el aire, pero no en el agua, como serd el caso de una bola de madera. Os pido que ke asignéis la velocidad de caida en el aire que mis os guste Sim. Demos a tal velocidad un valor de veinte grados Satv. Perfectamente. Es evidente que tal velocidad puede tener, con Tespecto a cualquier otra més pequeiia, la misma proporcién que la consi- tencia del agua con respecto a la del aire, siendo ésta una velocidad de so- lamente dos grados; de modo que, en buena logica, conforme a la regla de Aristételes, se deberfa concluir que la bola de madera que en el ate, me- dio cuya resistencia es diez veces menor que la del agua, desciende a unt velocidad de veinte grados, en el agua deberia descender a dos grados sin subir desde el fondo a la superficie que es lo que realmente ocurre. A 10 ser que quisicrais decir que el ascenso a la superficie de la madera en agua es lo mismo que descender a una velocidad de dos grados, cosa que YO no creo, Pero si la bola de madera no cae al fondo, supongo que ™ concederéis que podriamos encontrar otra bola de una sustancia distin’ # la de la madera que descendiera en el agua a una velocidad de dos grat Simp, Naturalmente que podria encontrarse, pero de una materia m= cho mis pesada que la madera. Satv. Ahi es adonde queria llegar yo. Pero esta segunda ae : €l agua desciende a una velocidad de dos grados, ga qué velocidad 4 een a 1a de Aristo~ cendera en el aire? Es necesario (si queréis respetar el axiom: ora bie? teles) que respondais que su velocidad seri de veinte grados. Ahi gauiveo GAUILE! ie grados de velocidad es Ia que habéisasignado vos mismo ala bola vei : mucho mis pesada, se moveran en el de madera, por lo que ésta y I otra, ri concordar el filésofo esta aire a la misma velocidad. Pero, gcémo has conclusién con aquella otra, también suya, de que los méviles de peso di- ferente se mueven en cl mismo medio a distinta velocidad, siendo la dife- renciaproporcional a sus pesos? Adems, sin recurrir a profundas conside- raciones, [112] scémo es que no habéis observado alguna vez ciertos accidentes muy corrientes y palpables y cémo es que no os habéis dado cuenta de que, dados dos cuerpos, uno de los cuales se mueve en el agua una velocidad cien veces mayor que el otro, en el aire se mueve a una velocidad que no supera en una centésima a la del otro? Asi, por ejemplo, tun huevo de mirmol, que descenderi en el agua a una velocidad cien veces mayor que un huevo de gallina, silo dejamos caer junto con éste en claire desde una altura de veinte brazas, no le sacar una distancia supe rior a cuatro dedos. Aquel cuerpo, en suma, que tardari tres horas para Iegar hasta el fondo en diez brazas de agua, atravesarai diez brazas de aire en el tiempo que dura una 0 dos pulsaciones, mientras que otro cuerpo (como seria, por ejemplo, una bola de plomo) las atravesari en un tiempo facilmente menor del doble. Pienso que llegados a este punto, seiior Simplicio, comprenderéis que no hay lugar para més distinciones u objeciones. Lleguemos a la conclu- st6n, por lo tanto, de que el argumento de Aristdteles contra el vacio no & vilido. De concluir algo seria esto: la imposibilidad de espacios vacios notablemente grandes, los cuales ni yo supongo ni creo que los antiguos oo se daban en la naturaleza, aunque se podrian producir vio~ f * como parece seguirse de diversas experiencias, que nos lleva~ "a demasiado lejos en este momento enumerar, SAGR. Aprovecharé la ocasién de que el sefior lic: F con toda clari- oc calla para ¥91Por mi parte, alguna cosa, Acabiis de demostra dad cémo no es cierto mo, 10 es é ‘ue méviles de distinto peso se muevan en el mis B Be aut © OSB EN “aia. arene probarnos que una bala de corcho ca ¢ ala misma vel locidad que un ién con tod: verdad que el mismo mévil, en medios de dist bay de plomo). Habéis demostrado tambi A evident gue ag Ina resistencia, resene | una rapidez 0 lentitud con la misma Proporcién que aquells Bs : : Welhsressteng Seria muy grato para mi escuchar cules son las proporiong obser tanto en un caso como en el otro. Paso ahora a considerar los otros problemas, referentes als péndulos, ‘materia que a mas de uno le pareceri muy rida, y de modo especila aquellos fil6sofos que estan siempre enfrascados en los secretos més pro- Péndulo en movimiento fundos de la naturaleza. No quiero, sin embargo, despreciatlos, anima do por el ejemplo de Aristételes mismo, de quien admiro, por encima de todo, el no haber dejado, se podria decir, sin tocar cualquier materia que merezca consideracion. Y ahora, estimulado por vuestras preguntas, pienso que podré expo- eros algunas de mis ideas que atafien a la miisica; materia de la mayor n0- bleza, de la que tan grandes hombres han escrito, incluido el mismo Ari- toteles, quien propone a este respecto no pocos curiosos problemas. Si deduzco, una vez mis, de experiencias ficiles y al alcance de los sentidos, Jas razones de las maravillas que ocurren en materia de sonidos, tengo el dé- recho de esperar que mis razonamientos os sean gratos, SAGR. No solamente agradables sino que, por lo que a mi se refiereat- dientemente deseados, puesto que siendo un enamorado de todos los (139) instrumentos musicales y bastante versado en lo que a la armonia se refer, he sido siempre incapaz de explicarme por qué me agradan estas 0 aquells consonancias mis que otras ¢ incluso algunas no s6lo no me agradan, sino que me producen un profiando desagrado. Por otro lado, el problema ‘a? ‘manido de las dos cuerdas, templadas al unisono, de tal forma que si se ca tuna, vibra y suena la otra, permanece para mi sin solucién, cosa que me ocu- rre también en lo que atafe a las razones arménicas y otras particularidades. SALV. Vamos a ver si estos péndulos nuestros pueden sacarnos de todas estas dificultades. En lo que atafie ala primera dificultad, y que se pregun- m4 - ALiLel qauttko GAL mo péndulo realiza todas sus oscilaciones con toda exactitud y mismo péndi a Is os asiun sean elss muy grandes, medianas o muy pequeiias,en tiempos com rigor, retamente iguales, yo me atengo a lo que he ofdo ya de la boca de nues- pletamenteiguales, tro académico. Este demuestra, en efecto, que el mévil que descendiese se tus cuerdas que se encuentran bajo cualquier arco, las recorreria todas, sin ls cue ceariamente, en tiempos iguales, anto la cuerda subtendida por ciento ochenta grados (0 sea, todo el difmetro) como las subtendidas por cien, sesenta, diez, doce grados, medio grado 0 cuatro minutos, siempre que se entienda que todas tengan como término el punto mis bajo que toca el plano horizontal. Por lo que se refiere a los méviles que descienden por los arcos de es- tas mismas cuerdas, que estin por encima de la horizontal, pero que no sean rmayores que un cuarto de circulo (es decir, noventa grados) la experiencia muestra, del mismo modo, que todos los recorrerin en tiempos iguales, Pero mis breves,sin embargo, que los tiempos empleados para recorrer las cuerdas, Tal efecto tiene, a primera vista, algo de sorprendente, ya que pa~ rece que es precisamente lo contrario lo que tendria que ocurrir. Y es que al er los mismos los dos términos, el del principio y el del final, del movi- Imiento y siendo la linea recta el camino més corto que une a dichos tér~ ‘minos, parece razonable pensar que ¢l movimiento realizado por la linea recta deberia serlo en el tiempo mis corto, Por el contrario, no es éste el [tempo mis corto y,en consecuencia, el movimiento mis ripido es el que corresponde al recorrido por el arco del que es cuerda la Kine recta En cuanto a la relacién entre los tiempos de | ‘moviles que cuelgan de hilos de longitud difer las oscilaciones de los ent, dichos tiempos se en- ‘SNentran én razén subdupla de las longitudes de los hilos; 0 dicho de otra ‘maner las longitudes estin en proporci6n aa segunda potencia [duplica- i ie ° los tiempos; ex decir, estin en proporcidn alos cuadrados -_ Pos-Si queremos, por ejemplo, que el periodo de oscilacién de '™ péndulo sea el doble Ser nueve veces mis largo que 7 HOMBROS DE entre sila misma proporcién que los cuadradog del 108 itm. ciones que tienen lugar en el mismo tempo, cae SAGR. Si he entendido bien, yo podria, ent nes, ENON conocer te la longitud de una cuerda que cuel iga de una altura todo nde we se quicra, aunque la parte superior se encor © encontrase fuer del ac de wistay slo se viera la extremidad de la parte de abajo ¥« ge, si a'la parte de abajo de la cuerda en cuesti6n un peso basante cee haciéndolo oscilar a un lado y ott, mientrs un amigo va conn, oscilaciones,al mismo tiempo que yo me encargo de conar is olaip nes de otro movil colgado de una cuerda cuya longitudes de un ba exacto, el ntimero de las vibraciones de estos dos péndalos que tienen. gar en un mismo tiempo me permitiran obtener la longitud de la cvenh Supongamos, por ejemplo, que en el tiempo en que mi amigo hacr- tado veinte oscilaciones de la cuerda larga, haya contado yo dosceats cuarenta en la mia, que tiene una longitud de un brazo,Elevados ca drado los nlimeros veinte y doscientos cuarenta, que dan 400 y S24, respectivamente, puedo decir que la cuerda larga contiene $7,600 ves longitud contenida 400 veces la mfa, Dado que mi cuerda no tiene sto tuna sola braza, al dividir 57.600 por 400 obtengo 144, pudiendo dear la cuerda tiene 144 brazas de longitud. SALV.Y no os engafiaréis ni siquiera en una pulgada, especies contiis un gran nimero de vibraciones. ‘ SAGR. V. §, me da frecuentemente ocasin de aire Hine mismo tiempo que la gran liberalidad de la naturalez3, ‘cuando S se tan familiares, me atreveria incluso a decir, de cosas an aa nocimientos tan curiosos y originales y, en muchos e808 7 eae Jo que uno puede imaginarse. Miles de veces he observado 58 oe las vibraciones, de modo especial as de las impasse BRE cuelgan de cuerdas larguisimas y que, inadvertidamentey ha ae ae en movimiento, Lo mis que he sacado de tal obser 38 ont Jo improbable que es la opinién de aquellos que ro zie mientos de este tipo son mantenidos y prolongados P y sire eon : yh ee dio, o sea, del aire, porque me parece que ¢l muy poco que hacer para [141] consumir horas con tal regularidad aqui y alli un peso colgado, Pero en cuanto a cir que este mismo mévil, colgado de una cuerda de cien brazas de jando edu Jongitu, separado del punto mis bajo a veces noventa grads y otras uno longitu, medio grado s6lo, deberia emplear el mismo tiempo en recorrer tanto J arco pequefio como el més grande, es cosa que no se me habria ocurri- mas atin, todavia ahora me parece algo imposible. Pero, una vez do nunca; nis estoy esperando escucharos con el deseo de que vuestras experien- «as, simples y minuciosas, me den raz6n tal de aquellos problemas musi- ‘ales que puedan, en parte al menos, tranquilizar mi mente. Savy. Antes de cualquier otra cuestién, hay que hacer notar que cada péndulo tiene un tiempo de oscilacién limitado y fijado de tal modo que seria algo imposible hacer que se moviera con otro periodo que no sea el que, por naturaleza, le corresponde, Que tome en su mano quien quiera Ia cuerda en donde esti atado el peso y que intente todo lo que le plazca aumentar 0 disminuir la frecuencia de las oscilaciones: trabajo vano. Por el niese de dos y séxtuplo si se tratara de un espacio de un solo odo ier let Satv. Es para mi un consuelo considerable tener un compa e parece tan verosiil Y proba que da loa el error. Mis aiin, vuestro razonamiento . ns que nuestro autor mismo no me nego, cuando se lo prep’ en 1a misma fac dequed® | darme cuenta . no bién habia incurrido durante cierto tiemp’ mis tarde me maravill6 de modo especial fae ie fel punto quesb™ do a nadie que" aa palabras 20802 proposiciones que parecen tan verosimiles (hast selas propuesto a mucha gente, no he encontra miitiera sin reticencia) se muestran, con unas pocts falsas, sino como imposibles. Simp. A decir verdad, yo me encontraria en ¢ Jo concederian, ya que creo que un grave que cae M EeZ Avice! 1eo cat tras desciende], aumentando su velocidad en proporcién al es- jerza mien ie la intensidad (momento) del choque del mismo cuerpo cio, as como gu al caer, es el doble cones me parece que hay que admitirlas sin ‘saty. Son, sin embargo, tan falsas ¢ imposibles como lo es el que el mo- si viene desde una altura que sea el doble. Estas proposi- ana duda 0 controversia simiento se realice instantineamente, Veamos una clara demostracion de 10, Si as velocidades son proporcionales a los espacios atravesados 0 por atravesr, tales espacios son recorridos en tiempos iguales; en consecuen- cia, sila velocidad con la que el cuerpo que cae recorre cuatro codos fue ‘el doble de la velocidad con la que recorrié los dos primeros codos (pre~ cisamente en cuanto que una distancia es el doble de la otra), entonces los imervalos de tiempo de tales recorridos son iguales. Ahora bien, que un mismo mévil atrviese los cuatro y los dos codos en el mismo tiempo es neo. algo que no puede [204] darse, a no ser en el movimiento insti Nosotros vemos, no obstante, que el grave que cae realiza su movimiento ence tempo, recorriendo en menos los dos codos que los cuatro. Es, por tanto, falso que su velocidad aumente en proporcidn al espacio. Se puede demostrar con la misma claridad la falsedad de la otra pro- Posicién. Puesto que el cuerpo que golpea es el mismo, la Gnica manera de determinar la diferencia e intensidad [momento] de los golpes proviene de lus diferencias de velocidad. Asi, si el cuerpo que cae de una altura doble felpease con doble intensidad [momento seria necesario que golpease con ¢ldoble de velocidad. Ahora bien, el doble de velocidad recorre el doble de e—pacio en el mismo tiempo, mientras que nosotros observamos que el empo de la caida desde la altura mayor dura mis. eo Presents conclusiones recénditas con gran evidencia y facili- "Bsa excstvafaciidad las hace de menor estima de lo que lo serian sise : Pssentarn de una manera ms complicada, Pienso que el pueblo es- os : ien0s un saber alcanzado con tan poco trabajo que el alcanzado BAS y abstrusas discusiones, SALY. Si : ee Savellos que demuestran con gran brevedad y claridad las faacias de a ee Proposiciones que se han tenido por verdaderas por todo el nnd, se les Sata solamente con desprecio, en ver de con agradeci- MO, era esto, todavia, un dan un dafio bastante soportable. Mas desagradable A HOMBROS DE GIGANTES PAGINA SIGUIENTE EL telescopio espacial Hubble Esta es la version del siglo xxt del telescopio de Gi leo, que ‘contimia el tipo de observacién que constrasta os modelos trices creados desde entonces " Eoicion Husa, Aon y molesto es contemplar a algunos que, pretendiendo. star ala altura de quien sea en un determinado campo de estudio, tienen como verdadero ¢ovas euya flsedad otros, com un razonamiento breve y cl ponen de, cubierto, No maria envi yo a este sentimiento que tienen espe sons, la cual suele convertirse en odio e ira conta los descubridores det. les falacias, Pienso que se trata, mis bien, de un ardiente deseo de mantener Viejos errores en vez de recibir las verdades que se acaban de descubrit, Este deseo les induce, veces, escribir en contra de la verdad, aunque in. ternamente la r pozcan como tal sélo con el fin de que el pueblo poco instruido no estime la obra de otras personas. Acerca de tales flaca, reputadas como verdaderas, pero ficiles de refutar, he escuchado no poco de boca de nuestro académico, y de alguna de ella incluso he tomado nota SAGR. V.L no deberi privarnos de ellas, comunicandonosias a su debi- do tiempo, haciendo incluso una sesi6n extraordinaria si fuese necesro, Por el [205] momento, recogiendo el hilo de nuestra conversacién, me parece que, hasta el presente, lo que hemos hecho es establecer I defini- cién del movimiento uniformemente acelerado, del que tataremos eno que a continuacién sigue. Tal definicién es: Llamamos movimiento igualnente, esto es, uniformementeacelead, a age! | que, partiendo del reposo, adguicte, en tiempos jguales,jquales increments de dex celeritatis momenta). SaLv. Una vez establecida tal definicién, el autor supone y postula como verdadero un solo principio, que es el siguiente: faa Doy por supuesto que los grados de velocidad alcanzades por wn mim Ws vil en planos diversamenteinclinados, son iguaes cuando ls elas de lis mis pplanos son también iguales FIN DE LA JORNADA TERCERA phannes Kepler ( 1571-1630) VIDA Y OBRA Si alguna ver se otorgara un premio a la persona que a lo largo de la his- toria mis se ha obstinado en la biisqueeda de la precisi6n absoluta, éste po- dria obtenerlo el astrénomo alemin Johannes Kepler. Kepler estaba tan obsesionado con las ediciones que incluso calcul6, con precisién de mi- nutos, la duracién de su propia gestaci6n: 224 dias, 9 horas y 53 minutos —habia nacido prematuramente—. No sorprende, pues, que en sus inves tigaciones astrondmicas se esforzara en tan alto grado que llegé a dar las, tablas astronémicas mis exactas de su tiempo, conduciendo finalmente a 4h aceptacién de la teoria centrada en el Sol (heliocéntrica) del sistema planetaro, Al igual que Copérnico, en cuyos trabajos se inspir6, Kepler era un hombre profizndamente religioso, Consideraba sus incesantes estudios de |is propiedades del universo como un cumplimiento de su deber como cnstano de comprender el mundo que Dios habia creado. Pero, a dife- tcl de Copérnico,la vida de Kepler fue cualquier cosa menos tranqui= la aburrida, Siempre escaso de dinero, recurria a menudo a la publica = de calendarios de astrologia y de hordscopos que, irénicamente, le Sion ganar ciera celebridad local cuando sus predic : ciones se vieron conficmadas én sufri6 imadss Kepler también sufrié la muerte temprana = de varios de sus 3% 8 como la humillacién de tener que defender en | ae los tribunales a su ‘Enrica madre, Katherine, ue tenia reputacién de ejercer la brujeria y emada en la hoguera. 101 A HOMBROS DE GIGANTeEs g2r¥ medircueros eles pero caretia de es pide mgs analiticas necesarias para comprender el movimiento pea de fortuna considerable, Brahe contrat a Kepler para ined Gl Servaciones sobre la 6rbita de Marte, que tanto habia confine tronomos durante afios. Con grandes dificultades, Kepler con iguis ‘ Consiguid ine. mto de Marte como una bg cliptica, y este éxito otorgé credibilidad matematica al modelo hebioc pretar los datos de Brahe sobre el movimier trico copernicano. Su descubrimiento de érbitas 128 ayud6 a abrir um, nueva era en la astronomfa, en la que los movimientos de os plantspo. dian ser predichos. A pesar de sus éxitos, Kepler nunca gan6 ni prestigio ni mucho dineo, €n varias ocasiones se vio obligado a escapar de los paises en que vii, El astrinomo danés Tycho Brahe, quien empled a Kepler. 4 causa de las revoluciones religiosas y luchas civiles. Cuando muri, en 1630, a los cincuenta y nueve afios, mientras intentaba cobrar un sueldo, retrasado, Kepler habia descubierto tres leyes del movimiento plinetaro que atin hoy se ensefian a los estudiantes en las clases de fisca Y fel ter= cera ley de Kepler, y no una manzana, lo que condujo a Isaac Newton descubrimiento de la ley de la gravitacion Johannes Kepler nacié ¢l 27 de diciembre de 1571 en la ciudad de Weil der Stadt, en Wiirttemburg (en la actual Alemania). Su padre Hei- rich Kepler, fue, segiin Johannes, «un soldado inmoral, zafio y pendencie- Fo» que abandoné a su familia en varias ocasiones para unirse a merceni- ios que combatian contra el levantamiento protestante en Holand, p+ en donde se cree que muri6. El joven Johannes vivid con su made Ka therine, en la taberna de su abuelo, donde fue puesto —pese 58 PRE ria salud— a servir mesas desde edad muy temprana. Kepler ert mo?®) Je casi moral yadecia de doble vision, causada segiin se cree por un ataqu‘ P eo e ledos defor- de viruela; también sufria problemas abdominals y tenia ese ial ee 1 potent mes que, segtin su familia imitaban al sacerdocio su po carrera, de carrera, pols hs «Muy discutidora» y «de mal temperamentor fueron conve ne habia sd? de conventid el astrénomo utiliz6 para describir a su madre, aunque s© ri de muy joven de que era asi por culpa de su padre. Kathe “yen s ye quem criada por una tia que practicaba la brujeria y que fue a 102 Porlo que Kepler no se sorprendié cuando afios més tarde su ma dre se enfrenté a cargos similares. En 1577, ella mostré a su hijo el «gran oma» que apareci6 aquel afio en el cielo, momento que, segiin reco- noceria Kepler mis adelante, constituyé una de las experiencias compar~ ful de recuerdo mis perdurable. A pesar de una nifiez llena de dolor y ansiedad, Kepler estaba obviamente dotado, y se espabilé para conseguir ‘ms beca desinada alos chicos con recursos limitados que vivian en la pro- ist alemana de Suabia. Acudi6 ala escuela alemana de Leonberg antes de pasar a una escuela latina, donde adquirié la costumbre de escribir en Ibn que posteriormente utilizaria en sus trabajos. Frigil y precoz, Kepler ®t vapuleado a menudo Por sus compafieros de clase, quienes le conside- bi "un sabelotodo, hasta {adios religiosos En 1587, Kepler se tdi, ue, para escapar de tales tratos, pasé a los es ‘matricul6 en la Universidad de Tubinga, donde es- ‘eologia y Filosofia : También se estableci6 como estudiante de mate~ Miticas y. astronomia, ¥ se hizo ferviente partidario de la controvertida *0Fia heliocéntr liocéntrica ¢ “°Pernicana.Tan encendida era su defensa del mode neo La ciudad imperial de Weil der Stadt, Alemania, en donde nnacié Kepler. 103 104 a La Universidad de Tubinga, en donde Kepler estudis para obtener el titulo de Maestro on Teologia, Ho MINOW Deo ya ann Tes Jo copernicano del universo, que no era raro que se enzaraaen de siones pablicas sobre este tema, A pesar de su interés central ene cada vez se sentia mas atraido por el encanto mistico de un uses Hiocéntrico. Aunque estaba a punto de graduase en Tobing ev 159¢ fa de la universidad, und ‘recomendc® para un empleo de profesor de matematicas y astronomis & Ineseu peda dee vio ingresar en la facultad de teologi testante de Graz, en Austria, result6 irresistible. Asi pues. tis aos, Kepler dela cartera scent par deeane 9 " ciencia, aunque nunca abandonariasufe en el papel de Dit” del universo, En el siglo xvt Ia frontera entre astron' bigua, Una de las obligaciones de Kepler como moi? 5 7 componer un calendario astrologico completo eo" F ne muy comin en aquel tiempo Kepler estaba claramé eo, dinero adicional que le proporcionaba aquel 7 rimer eve Ia reaccién del pablico cuando aparecio s¥ Jnviemo extraordinariamente frio y una incursin de los turcos, y cuan- do ambas predicciones se cumplieron, Kepler fue triunfalmente aclamado como profeta, A pesar de este clamor, nunca sintié mucho respeto por su ‘ebyjo en los almanaques anuales, Llamé a la astrologia shija pequeia y dada de a astronomias y despreci tanto el interés del piblico como las intenciones de los astrélogos. «Si alguna vez los astrélogos aciertans,escri- fis ee debe aibuira la suerte, Aum as, Kepler nunca dej6 de acura la Sto gia ctado el dinero escseaba, circunstancia fecuente en su vida, gap HOH 1 cperanza de descubrit algo de ciencia verdadera en ella Un dia, mientras daba una leccién de geometria en Graz, Kepler tuvo sbi revelacién gue le anz6 aun viaje apasionado y que cambiaria el te desu vida. Se trataba,crey6 €l, de la lave sect *6n del universo, En la d reta para la compren- Pizarra de la clase dibuj6 un triingulo equilitero to de un circulo, y ‘Wea ran de los circu 4 Jopiter Inspirado Por Otto circulo dentro del trifngulo. Se le ocurrié Hos indicaria la raz6n de las érbitas de Saturno y “a Tevelacién, supuso que los seis planetas cono- | at aa udad de Graz, en donde Kepler. fue profesor en un seminario después de completar ss estudios, 105 Ts For C16 "(Uae A HOMBROS DE GiGantes CTARVM DIMENSIONES 4 MOVLARIA CORPORA GROMPTRICA TS ~ RIVERS TEANGIT! 4c ON, ONO Fatoentea 106 paeans REE EM 1 sds en aquel tiempo estaban dispuestos alrededor del Sol de tal manera eidos we certas figuras geométricas ajustaran perfectamen que cis é:cto, utilizando figuras planas bidimen- te entre ellas. Inicial~ mente ensayé esta hipétesis sin - sonales como el pentigono, el cuadrado y el triingulo, Entonces acudi6 4 Jo slidos pitagéricos,utiizados por los antiguos griegos, que descu- brieron que tan slo cinco poliedros podian ser construidos mediante fi- guns geométricas regulars, Para Kepler, aquello explicaba por qué slo podia haber seis planetas (Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Jipiter y Sa- turmo) con cinco espacios entre ellos, y por qué sus separaciones no eran uniformes. Esta teoria geométrica sobre las Srbitas y distancias planetarias impubé a Kepler a redactar el Misterio del cosmos (Mysterium Cosmographi- ‘aun), publicado en 1596,Tardé un aio en escribirlo, y aunque el esquema resultaba razonablemente preciso, estaba muy seguro de que sus teorias se demostrarian finalmente correctas: Nunca podréexpresar con palabras cwn intenso fue mi placer al efectuar este des~ cbrimiento, Ya no lamenté el tiempo que me habia costado. Consumia dias y no- hes en cielo, para comprobar siesta idea concordaba con las érbitas copernica- as 0 si mi alegria seria levada por el viento. Al cabo de unos pocos dias todo ‘ncaa, y vi como un planeta tas otro se situaban con precision en su lugar Kepler pas6 el resto de su vida intentando obtener la demostracién ‘matemitica que jusifcara su teoria y sus observaciones cientificas. Miste- 1 del comes fue la primera obra decididamente copernicana publicada desde el tratado de Copérnico De revolutionibus. Como astrénomo y eee: teblogo, Kepler estaba determinado a comprender cémo y por qué Pes tlieH el universe, Defender un sistema heliocéntrico tenia serias a plicaciones religiosas, pero Kepler mantuvo que la centralidad del Sol lve paa los designios de Dios, cr a Enmovimiento, En este senti Heo de Copérnico de un Sol « Mente en el centro de sistema, ya que mantenia los planetas ordena- ido, Kepler rompié con el sistema he- *PFOximo» al centro, al colocarlo direc - Actualmente, la eee idea de los poliedros de Kepler parece insostenible, ue la isleri Premisa del Misterio del cosmos era errénea, sus conclusio- PAGINA ANTERIOR Boceto de Kepler sobre su modelo de los cinco siidos platénicos 107 La primera esposa de Kepler, Barbara, Se casaron en 1597. 108: WOM SRO Of CUCANT ES eo Ter emme Lusty, how nes resultaban sorprendentemente precisas fe Y decisvas, y fueron e a Senciales Par infu en el curso de la ciencia moderna, Cuando el iro fx py © Publi cado, Kepler envié un ejemplar a Galileo, lurgiéndole a creer y dar yq salto hacia delants, pero el astrénomo italiano rechaé el eabso dei 0 asu evidente caricter especulativo, Tycho Brahe, en cambio, se snd n ‘mediatamente intrigado, El trabajo de Kepler le pareci6 nuevo y exctan te, y escribid una critica detallada en apoyo del libro. Esta reaecibnal Mie terio del cosmos, escribiria Kepler posteriormente, cambié el cuso de toda su vida, En 1597, otro suceso iba a imprimir un nuevo giro a su existenc: Kepler se amor6 de Barbara Muller la hija mayor de un tico propiet rio de molinos, Se casaron el 27 de abril de aquel afio, bajo una constel- cién desfavorable, como el astrénomo anotaria posteriormente en su da- rio. Y una vez més emergié su naturaleza profética, ya que la relacion y el matrimonio se disolvieron. Los dos primeros hijos murieron a edad muy temprana, Kepler, enloquecido de dolor, se sumergié en su trabsjo para distraerse. La esposa no comprendi6 sus investigaciones. Aunque el matrimonio duré catorce afios, hasta la muerte de cella por tifus en 1611, aparece descrita como «gorda, sim- plona y confusa» en los discursos de Kepler. En septiembre de 1598, el archidugue catdico de Graz, que habia recibido el encargo de eliminar de Aus- tria el protestantismo, ordend que Kepler y otros lutra- nos abandonaran la ciudad. Tras una visita al estilo Be- natky de Tycho Brahe en Praga, Kepler fue inviado Por el rico astrénomo danés a quedarse alli y trabajar en sus deco vestigaciones. Kepler recelaba de Brahe, incluso antes : ; ser nocerle personalmente, «Mi opinién de Tycho «3 ave Ys mo utilizar adecuadamen : Por 1 8 lativamente rico, pero que no sabe ¢ i 5», esribi rriquezas, tal como ocurre con la mayoria de la gente rica Jo tanto, debemos tratar de arrancarle sus riquezas-2 A ler econ Sia la relacién con su mujer le faltaba conga ae por eat toda la que quiso cuando fue contratado como investigador P ‘ é Irerno, com" critico Brahe. Al principio, éte le tat6 como un subal Kereer ANNES 1M minuciosamente sus tareas y sin darle demasiado acceso a los datos obser~ ‘acionales. Kepler anhelaba ser considerado como un igual y tener cierta Independencia, pero el receloso Brahe queria utilizarle tan slo para esta~ Becer su propio modelo del sistema solar: un modelo no copernicano que Kepler no soportaba, Kepler se sentia inmensamente frustrado, Brahe habia hecho acopio e una gran riqueza de datos experimentales, p: ero carecia de los instru- ‘mentos matemiticos para comprenderlos plenamente. Finalmente, quizd Par pacficara su inguicto 2 idante, Brahe le encargé que estudiara la bita de Marte, que durante al ‘ins porque parecia ser la m Pats resolver el problema e 80% Por dif que resultara Ign tiempo habia confundido al astronomo 'enos circular. Al principio, Kepler pens que ocho dias, pero éste le ocupé mis de ocho 4a investigaci6n, no dej6 de tener sus recom= Pond on precision a ung elipse, ek asi como a formular sus dos primeras Planetatan, que publics en 1609 en La nueva astronomia, ia 109. A HOWGRO's Outer ohie s Vol cient Kopler y Brahe sein un atlas alemdn det silo vm, Un alto y medio después de haber empezado su cokborxion ao api dias después de una infeccién de la vejiga de la orina Keplet ie plaza de Matemitico Imperial y quedé libre para explorar I 'e0r ho Brae. CO" z de los ciente de su oportunidad, Kepler se apropi6inmeditane"" Jes et lados datos de Brahe, antes de que pasaran al con $8 He ve tarde, ee «Confieso que cuando Tycho muriée, escribié mis a de kos bee ols». £10 a Brahe, el astrénomo danés se indispuso durante una cena y mur taria sin estar sometido a la vigilancia puntillosa de Tye amente répidamente de la ausencia, 0 falta de circunspecciom 4 usurpant ion de 105 tomé bajo mi control las observaciones, qu fueron las Tablas nudolfinas de Kepler, una comps ho os de ls observaciones de Brahe. Para ser honestos, hemos de ok 6 ef completara cen su lecho de muerte Brahe encargé a Kepler que completar ae 0 Kepler no lo hizo segéin ls hipdtesis del modelo de Tycho, bs alas pe mo éste e mos que él mismo habia desarrollado, para predecir las posiciones i as. Logré predecir trinsitos del Sol por Mercurio y Venus, aun~ aris esperaba, sino que utiliz6 los datos, que incluian calculos con ane : a 1 vivi lo suficiente para verlos, Sin embargo, Kepler no publicé las que no vivi6 Tiles rdofinas hasta 1627, porque los datos que iba descubriendo le lan aban constantemente a direcciones muy diversas. ‘Trasla muerte de Brahe, Kepler observ6 una nova, que posterior men= te fue conocida como «nova de Kepler, y también experimenté en teo- riasépticas. Aunque modernamente los cientificos y los eruditos conside- ran sus trabajos en 6ptica como menores en comparacién con sus éxitos en astronomia y matemiticas, lo cierto es que la publicacién en 1611 de su hbro Diopinices cambié el curso de la 6ptica. En 1605, Kepler anuncié su primera ley, la ley de las elipses, que es- tublece que los planetas se mueven en clipses que tienen el Sol en uno de sus focos. La Tierra, dijo Kepler, esti mas cerca del Sol en enero y mis lejos en julio durante su viaje por su érbita eliptica 3 segunda ley, la ley da igualdad de las reas, establece que los planetas corren menos cuan- do eatin mis lejos, Kepler Io demostré arguyendo que una linea imagina~ ‘mécntre un planeta cualquiera y el Sol deberia barrer éreas iguales en tiem Pos iguiles. Publicd ambas leyes en 1609 en su libro Nueva astronomia (Astronomia now), Apes desu cargo como Matematico Imperial y de ser un distingui- do ce eae Setfco a quien Galileo pedia opinién acerca de sus nucvos descu- brimientos nis on telecopi, Kepler no consigui6 asegurarse una existencia cont rable. Las revueleas religiosas en Praga pusieron en peligro su nue~ pat 6 Patria de adopcién, y en 1611 fallecie © Kepler fue autorizado bajo exenci, = fon Susanna Reuttinger, una hu Fue, bu s6l0 dos de los cuales Me en aquella 6 yay ton su mujer y su hijo predilec~ +a regresar a Linz, donde en 1613 érfana de veinticuatro afios que le egaron a alcanzar la edad adulta, Poca cuando la madre de Kepler fire acusada de brujeria Peeahallane inmerso en una agit tada situacién personal, se vio obli- a ut A HOMBROS DE GIGANTEs sgado a defenderia de estos cargos para evitar que fue leads ta, Katherine fe encarcelada y torturad, pero su hijo cone sigs, su exculpaci6n y su puesta en libertad, ie Debido a ests contariedaes el regrso de Kepler Lint a 10 fi sperido, apa su sen ey, tablis y empez6 a trabajar en Las armonlas dl mundo ( cialmente un p do productivo. Dese (Harmonie many tun trabajo apasionado que Max Caspar en su biogras de Kepler dam bi6 como «una cosmovisién grandiosa,entretejda de cen, poe le sofia, teologia y misticay. Kepler termin6 Las armonis del und 12 mayo de 1618. En esta serie de cinco libros, extendié su tora del monia a la isica, la astrologia, la geometria y Ia astronomia, La serie in cluyé su tercera ley de los movimientos planetarios, que unos ent sie mis tarde inspiraria a Isaac Newton, y que establece que los cubos debs distancias medias de los planetas al Sol son proporcionales alos cuadrds de sus periodos de revolucién. En sintesis, Kepler descubri6 cémo otian los planetas, y al conseguirlo, allané el camino para que Newton desci- briera el porqué. Kepler crefa que habia descubierto la logica de Dios en creacin del tuniverso, y no logré ocultar su éxtasis. En el libro quinto de Lar moni del mundo escribi6: Me atrevo a confesar con fianqueza que he robado los vos de or de es oa para construir un tabernicuto para i Dios muy lejos de los lines de eve ‘me perdonsis por ello, me alegraré si me lo reprochis, o sopra: Lue 2° no inpotcu echada, y esribo el Iibro para ser leido ahora o en la posterdad, no imps nism ha esprade do, Puede esperar més de un siglo a su ltr tal como Dios mane ha ‘mil afios para encontrar mi testimonio. diez st nz en 10264) enn ver eal madre pans fios, con ciertos ped be habia jugueteado durante afios, con ciert ee seu Astro rante el juicio por brujeria, Sueiio de la Lana | fi en 1618, La guerra de los Treinta Afios, que, iniciada en yar Li rras austriacas y alemanas, obligé a Kepler 2 Se int final, se estableci6 en la ciudad de Sagan, en Silesia. In de ciencia To que podriamos deseribir como una novela de uicios ficcion. | fdetun didlo imaginario con un edemonio» conocedor del univer- | ae explica al protigonista cémo podria viajar ala Luna y que fue des ‘obieto y presenado como prucha durante el i juicio contra Katherine Kepler evo que de ‘dicar muchas energias a defender que el trabajo era Par ficcién y que el demonio que en él aparecia era un mero artificio li- 0, no s6lo porque se avanz +80 también porque con, 6.4 su tiempo en fanta- stituia una especie de tratado en apoyo de la » Kepler se hallé de nuevo en aps } donde esperaba cobrar los intereses Este globo terriqueo de la biblioteca de Uramiborg fue comenzado en 1570 die aiios mas tarde Kercen wanes 10 desis bonos que posi agin dinero que le debian Sin embargo, dias después de su legada tuvo un acceso de fiebre y murié el 15 de pocos jembre, Aunque nunca alcanzé entre el piblico la fama de Galileo, Ke noviembre. n corpus que result6 extraordinariamente dil para los astro- plerprodujo un rnomos profesionales que, Ia precsén desu ciencia. Johannes Kepler fue un hombre enamorado cn como Newton, se sumergieron en los detalles y el onden césmico y la armonia estética, y todo lo que descubri6 estuvo inextricablemente entrelazado con su visidn de Dios. En su epitafio, que compuso él mismo, dice: «Medi los cielos; hora mediré las sombras de la tierra, Mi alma era del cielo, pero la sombra de mi cuerpo reposa aqui LAS ARMONIAS DEL MUNDO UuaKo quino De la perfetisima armonia de los movimientos celestes, y de la gemeracién de las exentiidades y semididmetros y de los tiempos perisdicos de aguélls. Segin los preceptos de la mas correcta doctrina astronémica de hoy en dia, de la hipotesis de Copérnico pero también de la de Tycho Brahe: tuna otra de las cuales acéptanse hoy, anticuada la ptolemaica, como ve~ racisimas, Dey eamienzo a wn disco sagrade, veracsimo himno al Dios fundador, y Onsidero no consists la devocién en que yo inmole un sinfin de hecatonibes de bue~ Ripe indenso de innumerable pesfames y canela, mas en que antes me diga a a ; ey tarde lo enseie alos otros, cudnto es Su saber, cuinto Su poder, ies is Querer colnar de honras @ todas las cosas, en tanto en cuan= ie Sy en nada envidiar una sola de esas bondades, eso en verdad 2 por modelo is Page Hl mis consumada bondad; lo alabo por bueno hasta el Mode dar su saber, ek. mi 4s eminent, con todo aquello que més pueda sere de alg, yal fin to. fi ts le ® aquello que El dispusiera, ponerlo por obra con insupe- GALENO, De usu partum, libro tercero PAGINA ANTERIOR Anmonias en el universe La estructura del universo se contompla aqui como una serie de unidades anidadas que comprende ls cinco sides latinos. La esferacontene ef cubo, que contiene la esfera, que contene ef tetaedr, que contiene la ese, que contiene ef octacdr, que contene la eer, que contiene el dodecaedro, que Contiene la ese, que contiene el icosaedro 15 A HOMBROS OE GIGANTES. Ey : here ct ‘by Tay % PROEMIO {268] Lo que augurara veintid6s aos ais, y ane cinco figuras s6lidas entre los orbes celeste, lo que f a , rmerene Petsuz. ome lo qu p. : nts de eat cg afios atrs inser en ect yg blico era menester indagar, por cuya causa he eke 7 a he consumido la pare ee de la vida en observaciones astronémicas, acudido a reunime con ico diera el énimo mio antes que viera las Armonfas de Pol metiera a los amigos en el titulo de este libro quint del asunto, aquello en lo que dieci Brahe, [269] y elegido Praga por residencia: aquello, en fi, habéndne prorrogado Dios Miximo y Perfecto que inspirara mi mente yexcan mi ingente deseo y también la vida eli Ios ee a través de dos ate io ee Se adores y Ia liberalidad de los pri- ceres de esta provincia del Austria Supranisana, y habiendo cumplidos- ficientemente con mi responsabilidad en la Astronomia, aquello edgy, Jo que al fin he sacado a la luz y ha revelado ser veracisimo, por encima de cuanto hubiera podido esperar nunca: hallarse entre los movimientos s principiar estas mismas cosas, que los cristanos han de conocer, ya no imitar, con suma admiracién’y vergiienza:* | Puesto que Sécrates, et efecto, al igual que todas cuantos partipan de wn ‘al entrar en cualquier negocio ast pequeio como grande im ‘en cuyo dnimo esta discutir deo aniveral de sana azn, los doses de a ellos, nnimo de sensatez, siempre a Dios, también a nosotes, 1 nos apartemosfancamente de toda sen alia vo os votes presrios aod rales primera wes KEPLER ron. |. DELAS CINCO FIGURAS SOLIDAS REGULARES [271] Cémo convengan las figuras planas regulares para formar figh- "8 séidas, dicho queda en el libro segundo: aqui hablamos, por desconta~ do, acer de Bguras planas, de cinco s6lidos (entre todos los dems). Su nimero de cinco, cietamente, ya quedé demostrado alli, y afiadido por ué hs denominan figuras del mundo los platénicos, yacuil elemento las caedto, segin distnta razént de este modo el tetraedro es medador => ese ayuntamiento. La mis sefialada diferencia conyugal o de familia conse en 0/35 1a proporci6n es en la ciibica ciertamente exprestble; Puss el rernedo 6 tercio del cuerpo eibico,y el octaedro, mitad del rewaéinco, $59 pate verdad ner : : a ser cauto al lector e Toque, La cépula de estos dos términos orden: aan yor sinefablev no den ay las cosas divi 1 dicho gues ane sn el libo primero, muchos infibles que 99 POF 2 partic + ge ea divin proporion GP ape a otras PO] ite pcs ¥ las contimuas e592 toca a su significado. Pues aqui la bieza alguna, como en otros lugares de la eol0B sino condicién empeorada, pues hay en geometti OO divina proporcion. Ahora bien. qu mejor Hamar eseccions) ha de sacarse viet avin porciones piden cuatro términos, FRE KerLen nes ona dicién misma de proporcin, también una condicién tal de pore ores, como partes, constituyan el ma- : tue dos términos menores, q Jos cérminos yor, como code sigue de aqui que tanto cuanto pierd esta pareja dodecaédrica por ‘una proporcion inefabe, otro tanto le viene, viceversa, de que la par inefable progresa hacia la divina, Y este ayuntamiento incluye asimismo a la estrella solida, cuya ge- renin viene de continuarse cinco de los planos del dodecaedro hasta nico punto: véase la génesis de ésta en el libro concurrir todos en un segundo. Esde notar, por tltimo, la proporci6n entre los orbes a ellos circuns- critos y los inseritos, que es expresable en el tetraedro, como 100.000 a 33.333, 0 como 3 1;en el ayuntamiento citbico, inefable, aunque expre- sible empero la potencia del semididmetro del inscrito, raiz [cuadrada] de la parte tercia de la potencia del diametro, a saber, como 100.000 a 57.735; en el ayuntamiento dodecaédrico, lisa y llanamente inefable, como 100.000 479.465;en la estrella, como 100.000 a 52.573, medio lado del icosaedro, ola mitad de la distancia entre dos radios 2. DEL PARENTESCO DE LAS PROPORCIONES ARMONICAS CON LAS CINCO FIGURAS REGULARES. (273] Vario y miltiple es este parentesco: hay, empero, cuatro grados Principals, puesto que: o bien se presume el indicio de parentesco por la a ‘specie externa que las figuras tengan; 0 con la construccién misma ae Pacen aquellas proporciones iguales a las armOnicas; o resultan de Ya Construidas, ; aisladamente 0 juntas; 0 en fin, son iguales 0 ve~ ‘nas hs proporciones ent u tre los orbes de la figura. nel Primer grado, aquellas proporciones cuyo caricter, o lo que es lo rsa, ™minos, ¢s 3, guardan familiaridad con el plano el mayor de los tén ‘angular del ce ‘triedro, octaedro ¢ icosaedro; aquellas con el 4 por térmi- em feo con el cuadrado plano del cubo; aquellas con el 5, con hic ® lbentigono} plano del dodecaedro, ota seme “Janaa. con los planos extenderse también al término Proporcién; Berenice sere que dondequiera se venga a dar con el Menor de by $s DE GIGANTES. EDICI6 tous sue oa eroarescn Le término ternario [el 3] junto as tres figuras antes nom otro de continuo doblado s¢ tended proporcién familiar con la brads, como 00 13 bn se eciamaah sea quinario,la proporcion 67" ico; como e” 25 able se 2:3 y 4:3 y 8:3, etesmas donde . 4 ¢ del matrimonio dodecaédr 5, Menos prot a serene solutamente del lina} 11 3:5 y 3:10, y 6:5 y 1255 y 8:5, y asi tambié el parentesco si es Ja suma de los férminos © que expres & S89 23, juntos los térmios, hacen Illa del dodecacdro, , conque 2:3 ser’ casi de la fa- Simibr 65 el parentesco Por la especie externa del “0 ls primeras tril Angulo sblido, que in ‘winguctinea; y asks termi real, en el octaedro, cuatriline: i al, en el icosaedro, © término de la proporcién tiene en comin el MO thatio, la proporcién sent familiar de los cuerpos primarios; si co sélidos platénicos que Los cinco Ke los ladrillos del para Kepler eran los lad tuniverso. La esfera los contiene a dos (como se nuestra en el cristal reflejado) 124 a HOMBROS DE GIGANTES ya no es que lo tenga con el cuaternario, que entonces lo sexs dro; y si con el quinario, en fin, del icosaedro. En las neat a echa de ver mis este parentesco, por cuanto en ells la ite a ca, latente dentro, sigue a la especie del angulo, tetrigono en ccoe pentigono en el icosaedro:y asi 3:5, por causa de uno y otro eee del mismo corte que la entera secta icosaédrica ae El segundo grado de parentesco, que consiste en el nacimento by de concebirse asi: primeramente, algunas proporciones arménicas de Be meros son familiares de una pareja 0 familia; a saber, las prop las proporciones Deeg) de la familia cibica en particular; y viceversa, exist la propor. cién que nunca se expresa por niimeros plenos [enteros, ni se muesta de ning otro modo mediante néimeros, si no es por una lrg sere que paulatinamente accede hacia ella: proporcin a a que se dice divi cun- do es perfecta; y reina en forma diversa en el matrimonio dodecséiic; comiénzase a esbozar un asomo de aquella proporcién en estas armo- nnias, 1:2 y 2:3 y 3:5 y 5:8, pues estd imperfectisima en 1:2, perécisima en 5:8, y mis perfecta habri de ser si también ponemos 8 [como m= merador] sobre 5 y 8 juntos en el 13, siempre que ésta no dejar yu des arménica. ‘Allende esto, para constituir el lado de las figuras ha de seeconsn a cbo y eta te Luego dis diimetro del globo: y pide el octaedro bisecct cién, y el matrimonio dodecaédrico, quinguisecci6n 1 sega los nimeros que ere yense entre las figuras las proporciones lois lo del dismetro,0 10 que es 1 cuadrado al lado de a gus moyen aquellas secciones. ¥ se corta el cuadrad mo, de cierta parte de éste formase un comparados los de los Iaterales con el del diimetto #8 conse las proporciones, 1:3, cbica, 2:3, tetraédrica, 1:2, octaédricas aron por que, juntas por parejas, son cibica y tetraédrica 1:2, cibicay si 3, octaédrica y tetraédrica 3:4, Los lados del matrimonio 4086 son inefables. nae En el tercer grado siguense diversamente proporciones Jaye ‘das, Pues en efecto, 0 bien el naimero de fe yer gue pe figuras ya constitui 1 nyimero de lados de la no se compara con ¢] cones, la cabica, 4:12.01 entonces estas proporcic rere” )o erie, 3:12 0 Vet Ia dodecaédrica, 5:30 0 1:6, la icosaédrica, 3:30 dics, 4 : : Fa bien el nimero de lados del plano comparase con el nfimero de fo :10;0 bie da entonces el cubo 4:6 0 2:3, tetraedro, 3:4, octaedro, 3:8, do- plano, dec, é ovo deingls panos con el de Sngulos slidos, y da el eubo 4:8 1:2, ano, 34, octedro, 36 0 1:2, y dodecaedro con su cényuge, 5:20 y ae z es el nimero de planos el que compirase con el de 12,¢ icosaedro, 3:20; 0 también, se compara el ntimero de la~ | R2gesto es, Anglos slidos, | pocién de igualdad,y los conyuges dodecaédricos, 12:20 o 3:5; bien el rnimero de los lados todos con el de angulos sdlidos, y da el cubo 8:12 0 y el matrimonio cibico da 6:8 0 3:4, el tetraedro, pro- | 23,temedro, 4:6 0 2:3, octaedro, 6:12 0 1:2, dodecaedro, 20:30 0 2:3, € | ixosedro, 12:30 0 255. Y¥ compiranse los cuerpos unos con otros, si el tetraedro se recoge | dentro del cubo, y el octaedro, dentro de tetraedro y cubo, mediante su inscripcign geométrica. Es el tetraedro tercio del cubo, el octaedro, mitad | altetnedro y sexta parte del cubo, como el octaedro, que, inscrito al lobo, es sexta parte del cubo que circunscribe al globo. Los cuerpos res- | fantesson inefables, 1G euatta especie 0 grado de parentesco es mis apropiada para esta obra que inquigrese aqui la proporcién entre los orbes inscritos en las fi= Burs y los orbes a ellas circunscritos y, asi, pondérase qué proporciones armbnicas se les D 6 8 sels aproximan, Pues en el tetraedro sélo es expresable el did Metro del inscrit inscrito, como parte tercera del circunscrito, mas en el matri- ‘onio cibico ba én, la 6 i "co la proporcién, la Gnica que alli existe, aseméjase a lineas c ‘Pieables por a potenca s6lo, Ya que el didmetro del orbe inscrito es al del citcunse *Sunscrito en proporcion semitriple [raiz cuadrada de 1:3). si Compara entre Ah etadegg nt ProPorsiones, lade los orbes tetraédicos dobla [es fons? 2 Proporcién entre los lodecaédricos, de nuevo, Poco mayor ‘We 4:5, Por t; Bem 'as proporciones de los orbes cuboctaédri- tas armoni; liner "monias, 1:2,la aproximada mayor, y 3:5, aproxi~ orbes ctibicos. En los cényuges ¢ nica la proporcién de los orbes, mas inefable, orci ; Be 4Sy 54 ee Ht 18 orbes dodecaédricos, empero, apro- como préy s Proximas menores, a 3:4 y 5:8 como préximas hu 125 126 A HOMBROS DE GIGANTES PAGINA SIGUIENTE Las modelos de Prolomeo, Copimnico y Tycho Brake edt SHON TLUstang ’ Que se reclame, por ciertas causas, 1:2 y 1:3 para el cubo,y ento tal como la proporcion de los orbes etibicos es a la de los ah 1CO8, asi serdn las armonias 1:2 y 1: ,atribuidas al cubo, a 1:4 y 1:9, atibuidas al tetraedro, si alguna vez hubiere de usarse esta analogia; pues en efecto aque- llas proporciones son cuadrado de estas armonias.Y por no ser tmé sménica 1:9, suplintala el tetraedro la armonia proxima, 1:8, Mas por esta ana- Jogia conviénenle al matrimonio dodecaédrico aproximadamente 45 y 3:4, Pues tal como la proporcién entre los orbes ciibicos ronda el tiple [el cubo} de la proporcién entre los dodecaédricos, si también las armo- nnias cfibicas 1:2 y 1:3 rondan el cubo de las armonias 4:5 y 3:4. Pues 45 asi elevada al cubo 5 64:125, y 1:2.€s 64:128, Asi también 3:4, cuboes 27:64, y 1:3 5 27:81 3, SUMA DE DOCTRINA ASTRONOMICA, NECESARIA ALA CONTEMPLACION DE LAS ARMONIAS CELESTES Sepan esto de principio los lectores: que ls antiguas hipotes ste mnémicas de Prolomeo, al modo en que se explcan en ls Tenis de Pur bach y demi escritores de epitomes, han de ser arrancadas de estas con- sideraciones y desechadas [275] del énimo, pues no transmiten havent disposicién de los cuerpos del mundo ni el gobierno de sus movimientos En su lugar, ampoco puedo obrar de otro modo sino susttuitas inica- mente por eljuicio de Copérnico sobre el mundo y persuadir a todos posible rere. Mas por ser el asunto entre él comin de los estudiosos 2 nis de nuevo aGn, doctrina que suena plenamente absurda a oidos ¢ eos planetas y e mueve porlos pacios siderales en torno al Sol snmévil, sepanto por tanto aquells 2 armoni- Jos mis, a saber, que la Tierra es tno di quienes ofenda lo inslivo de ese juicior que eas especulaciones nto ote cas también tienen cabida en las hipotesis de Tycho Brahe, por cuanto do Jo demis que safe 212 pte i560 ierra to wransbere 614) SS wo con co" qutor tiene en comin con Copérnico to posicin de los cuerpos y lo atemperado de sus movimientos el copernicano movimiento anual de 127 entero de orbes planetarios, y al Sol, que Hen ‘el punto medi senso de ambos autores. Pues de esta traslacién del movimiento Be deb imo ¢ inmenso espacio ta menos que la Tierra, si ya no en el vast J —— pLeR Rese 1° Ste de si, menos en el sistema de los mundos planetarios tiene “Blair momento segin Brahe el mismo lugar que Copérnico le da: “Poave ai como quien traza un circulo sobre el papel mueve en circulo ¢1pietrazador del com eo el pie trazador o la pluma, traza asimismo idéntico circu- EB cue raed 0 cami “9 Sitamente mide a gu sic pas, mas quien fija el papel o el tablero a un torno n en esto la Tierra, segin Copérni- Paso con el movimiento de su cuerpo real un © We surea por medio ws ieriot. Ea Brahe ntte los dems —— de los circulos de Marte, exterior, y de Ve- ” €mpero, el entero sistema planetario (en que se también los de Marte y Venus) da vueltas como el 127 128 HOMBROS DE GIGANTES EDIci9 N thus ™ hee tablero en el torno, aplicando a su paso a la Tierra inmovil, o a la pluma en el caso del torno, el in- tersticio entre los circulos de Marte y de Venus: y por este sistema de movimiento hace aquel que Ja Tierra, persistiendo inmévil, sefiale en torno al Sol idéntico ulo, intermedio entre los de Mar- te y Venus, que traza en Copérnico, mas éste por movimiento verdadero de su cuerpo, quieto el sis tema. Por ende, como la contemplacién arménica considere los movimientos excéntricos de los pla- netas, o como vistos desde el Sol, ficilmente podri ser que se entienda esto, que de hallarse algin observador en el Sol, mévil éste cuanto se quiera, y la Tierra, quieta cuanto se quiera (por conceder esto a Brahe), no parecer’ menos que recorre el circulo del ato por medio de los planetas y en un. espacio de tiempo también intermedio. Por tal a- z6n, aunque algin hombre exista tan débil de fe que no pueda concebir el movimiento de la Tie- rra entre los astros, se podria gozar no menos con la contemplacién excelsa de la mas divina maqui- nnaria, si cuanto quiera que oyere acerca del movimiento diane delaTie- rra en su excéntrica lo aplicare a la apariencia del mismo desde el So. que también presenta Tycho Brahe con la Tierra quiet Y no tienen, sin embargo, los verdaderos cultivadores de bb sane ir especulacion samia justa causa para envidiar a os tales por compart es mis perfect sumamente deliciosa: que serfa su goz0 en muchas Pa a lcion,s como causado por una perfeccién consumada de s cespecul: iS movisniento 4° taren también la inmovilidad del Sol y el verdadem mo Tierra. Retengan pues los lectores, en primer lugar O. anomos que todos los Pl -entfO eda taza al alcance de todos los astr« sola Tierra tiene por ¢ ue pu © curso ciertamente no es tanta Ja cantidad que P! Sol, excepto la Luna, que a la ae _—i Rrree EGE rows carta en justa proporci6n a los demis—. Conque accede asi entre los cinco restantes un sexto que, 0 por movimiento propio, quicto el Sol, o inmé. vil él mismo y rotando todo el sistema planetario, traza un sexto circulo en torno al Sol En segundo lugar [II], que es cierto hacerse excéntricos todos los planetas, esto es, mudar el intervalo desde el Sol hasta ellos, de suerte que en tuna parte del circulo se hagan remotisimos a éste, [276] y en la opuesta vengan a estarle proximos. En el esquema anejo se han hecho tres circulos por cada planeta, ninguno de los cuales indica el camino excéntrico mismo del planeta, ciertamen= te, sino uno medio, como en Marte es BE igual a la 6rbita excéntrica, mirando a su diametro mis largo; més la Srbita misma, como AD, toca por un costado a AF, el superior de los tres, en A y por el opuesto costado, en D, al inferior CD. El circulo GH bosquejado en puntos, y trazado por el centro del Sol, indica el camino de éste segin Tycho Brahe; que si se mueve por ese camino, ab- ‘olutamente todos los puntos del entero sistema planetario aqui pintado “*toverin por igual camino, en cada caso, el que les es propio. Y de estar tno de esos puntos, a saber, el centro del Sol, en una parte de su circulo, ome aqui en la mis baja, absolutamente x cada cual de su circulo, ¥ aun se han juntado Solos tes circulos de Venus por lo lo que No er todos los puntos del sistema es- fain en ls partes mis b: angosto del espacio disponible, ntraba en mis propésitos Entercer ugar {1}, rebusque el lector e i et vind an }, rebusque el lector en mi Misterio cosmogrifico, shi Solo toms el sapien que wel nero de los planetas 0 de cursos en torno al tisimo Fundador de I era Euchides y. las cinco figuras soli 73d gue esrb das regula Hem Bleites por "S. Ahora bien, que A hace algunos siglos el libro al que se estar construido mediante una se je de proposicio~ No puedan ser n Ms cuerpos regulares, esto es, que fi bane CENTRO DE LA PAGINA Un boceto del sistema copernicano realizado por Thomas Digges en el siglo xi Cielo de Kepler deta éxbita real de Marte a partir de las diferentes posciones relaivas de la Tier 130. HOMBROS DE GIGANT Marte garas planas regulares no puedan congregarse en sélido en mis nimeo que cinco, eso queda patente en el libro segundo de esa obra En cuarto lugar [IV], en Jo que ata ala proporcion ens ts planetarias, entre dos drbitas ve cilmente aparezca que todas y cada una de elas se aprosiman suns proporcidn de orbes de una de las cinco figuras slides. 2 entre el orbe a ella circunscrito tante sea lisa y Hanamente igual, como antafio fa de la Astronomia finalmente perfeccionada, Pues cién de los intervalos a partir de las observaciones luego que, aplicados los angulos ‘Saturno, ciertamente los centros termedio de Japiters y al tocar los angulos interior de Jupiter, los centros cireulo més externo de Marte; de cualquiera de los circulos 4 intervalo), los centros de los PI mas hondo que el circulo Venus (reducidos los wes eee & es PEDIC oy .cinas la proporcin es siempre tl qv Ja que hay y el orbe en ell inscrito:sin ue 2° ob i tan osado de prometst de la absoluta demos de Brahe se dened? del cubo (277) al eirculo is interior © el circulo i « de los planos tocar, © del tetracdro cast : ga ote? angie descent ooo ¥ de los planos y asi, surgiendo los sngulos Janos octaédricos penetra Y rio, sit mas externo de Merc ey erven es ® ane ipa 1 eeeulo medio: y por iltimo, que son del todo proximas a las circulo medio: te hasta sdecaédricos e icos jones entre orbes do‘ roporio bs po si igual deb Tierra y Ven, cas ig . one al medio de lh Tietr, pero al medio de Venus desde el medio de a re aédricos, iguales entre ones ointervalos entre Marte y la Tierra y entre los circulos por Jes si computamos desde el mis interno de Tiers, Pues en efecto el intervalo medio de la Tierra es medio propor- ons entre el minimo de Marte y el medio de Venus; sin embargo estas dos proporciones entre eftculos de planetas siguen siendo mayores que las de aquellos pares de orbes en la figura, de suerte que los centros de los pla~ nos del dodecaedro no tocan el circulo mas externo de la Tierra, ni los cents de los planos del icosaedro el de Venus, y no puede completarse «se histo mediante el semidiimetro del orbe de la Luna aiiadido sobre el anteralo miximo de laTierra, pero sustraido por debajo del minimo. Pero sise me acanza ahf alguna otra proporcién de figura; a saber, si del dode- caedro con excrecencias al que doy por nombre «Erizo», conformado por doce estrellas quincuangulares y con ello proximo a los cinco cuerpos re~ sults, si doce puntas de éste, digo, se colocan en el circulo mis interior de Marte, entonces los lados de los pentigonos que son base cada uno de tno de los radios 0 puntas alcanzan a tocar el circulo medio de Venus. Mas brevementelos conyuges cubo y octaedro no penetran dentro de sus or- ber lnearios en absoluto; los cényuges dodecacdro ¢ icosaedro no al- Sram del todo aos suyos, el tetraedro toca a uno y otro exactamente: al contrario, es el arco se ofece en veto al espetador, 2 que? Ia excentricidad es harto grande, por tanto, Pea kercer es wane 10 nel mo es de fos movimientos; si aplicamos sin disminuc aah 4 en is roe medio dio ala distancia media pareceri el movimiento a hd sient ms dia cas tant cuanto es: como ms abajo aparecerd en Mercurio tancia media © Gofnase todas eas coss deforma mis prokja en Epitome Astrmomiae isganse todas de recordarse aqui por concernir a los Capea libro quinto:habi isisinos trminos de la armonia celeste considerados cada uno por si y separadamente En séptimo lugar [VI], si por ventura hubiere quien se topare con «0s movimientos diarios que no aparecen [279] a quienes miren como desde el Sol, sino desde Ia Tierra, de los cuales trata el libro sexto del Epi- tome Astonomiae Copernicanae, ése sabri que no tienen lisa y llanamen- te razon de ser en este asunto: ni deben, comoquiera que la Tierra no es fuente de los movimientos, ni pueden, comoquiera que el movimiento degenera en cuanto a apariencias falaces, no meramente en semejar quie— to o estacionario, pero aun retrdgrado, raz6n por la que un sinfin de pro- porciones aplicase a todos los planetas simultineamente y por igual. Por tanto para que obtengamios con certeza cuales proporciones establezca de suyo cada uno de los movimientos diarios de las verdaderas orbitas ex- fntrcas (aunque sigan siendo aparentes como para un espectador en el Sol, fuente del movimento) ha de retirarse primero de tales movimientos epios es fantasia, comiin a todos los cinco, del movimiento anual ad “encio —asinazca del movimiento de la Tierra misma, siguiendo a Co- es 0 del movimiento anual del entero sistema, siguiendo a Tycho __Y Someterse a inspeccin los movimientos propios de cada pla meta asi cribados, E moe as VIII], hasta aqui hemos tratado de diferentes demo= ‘mismo planeta, Hemos de vérnoslas ahora con los mo- Vimientos d ae noe Planetas comparados, donde es menester tomar nota de miciin de los termi nombre de pices py Spices préximos Ho dlintenigg ct 408 Planetas al perihelio del superior y al afe= HOE a pesar de gu. no en gue no «: tm NOS que habri e 10s que habrin de sernos necesarios. Damos el 135 136 s HOMBROS DE GIGANTES dos, esto es, el perihelio del pla neta superior y afelio del inferior; di- vergentes 0 diversos, los que Spices opuestos, esto es, en el afelio del su- perior y perihelio del inferior, De nuevo ha de despacharse y traerse aqui, por tanto, alguna parte de mi Misterio cosmogrifico, suspensa hace veintidés aiios por no lucir ain la cosa con cla- ridad, habiendo dado con los ver~ daderos intervalos de los orbes, y, merced a las observaciones de Tycho Brahe y la continua labor de mucho tiempo, al cabo, la genuina propor- cién entre los tiempos periddicos de los orbes: tarde miré uno sin mata, mind, no obstante, y tas largo tiempo advino, Y si pides el preciso momento, concibiose en mi animo a ocho de marzo del aiio de mil seiscientos die- ciocho, mas desdichadamente llama- da a cilculo y desterrada por falsa, y finalmente recogida a 15 de mayo, tomados nuevos impetus, puso en fuga a las sombras de mi mente, cons pirando a ello juntamente tanta com- probacién y fatiga mias de diecisiete gfos con las observaciones de Brahe, vilaciones en ellas, de suet y tantas cav te que primero ctei sofiar y haber t0- jh nes kerLen mado de antemano lo buscado entre los principios de mi busqueda. Mas es cosa certisima y en todo exacta que la proporcién que existe entre los tiempos pe- ribdicos de dos planetas cualesquiena sea pre- cisamente la proporcién sesquidltera [de la potencia °/:] entre las distancias medias, esto es, entre los orbes mismos; atendien- do también, no obstante, a que la media aritmética de ambos didmetros en sendas 6r- bitas elipticas sea algo menor que el mas lar- ‘ge de entrambos. Y asi, si alguno extraje- re de dos periodos, digamos que el de la Tierra, que es un afio, y el de Saturno, que es treinta, la parte tercia de la pro- porcién de entrambos, esto es, las ratces aibicas, y luego doblare tal proporcién multiplicando al cuadrado las raices ctt~ bicas, ése obtendria en los mimeros resul- tantes la ajustadisima proporcién entre las distancias a la Tierra y a Saturno desde el Sol' Pues raiz citbica de 1 es 1, cuyo cuadrado es 1; y mayor que 3 es la etibica de 30, cuyo cuadrado, mayor que 9.¥ la distancia media a Saturno, desde el Sol, poco mis alta [280] del ncuplo [nueve veces} de la distancia media a la Tierra desde el Sol. Sera ne~ 1. Pues ya'en los Comentarios sobre Marte, ‘apitulo 48, fol. 232, probé que esta media arit- mética era o bien el di ‘igual 70 del circulo que » longitud a la érbita eliptica, o bien el Proximo menor. CENTRO DE LA PAGINA Mural en el observatorio de Tycho Brahe en Uraniborg 138 Modelo de Tycho Brahe a HomsRos PE GIGANTEs. 5 Die ten ‘vey ™ Ao 4 cesario més i © mas abajo, en el capitulo 9, el uso de ; , este eo tracién de las excentricidades, “OFM Peal demo, En noveno lugar (IX], si quisieres medir luego ca, por asi decir, la ver ee 4 diatio cats plane, Jugar: una, la de los " la excéntrica entre si (no de los aparen 7: la proporcién entre los intervalos medios desde el So AS cl rdadera jornada que anda través del éter, dos serin las proporciones a con daderos arcos diarios de on ads um (por cuanto es la misma que la : Proporcion en plitudes de los orbes), esto es, ha de ee de las excéntricas( ‘multplcarse el verdadero ao dian de cada planeta por el semididmeto de su ore, hecho lo cual aparecern meros idéneos para inguirir si esos trayectos establecen propocons En décimo lugar [X], para que obtengas en verdad cuinta pater ser cualquiera de esas jornadas diarias para un ojo supuesto en el So aun cuando puedes pedirselo inmediatamente a la Astronomia, no obstante se hari patente asimismo si aumentas la proporcién entre jo- nadas mediante la proporcién inversa entre intervalos, no ya medio, sino los verdaderos en una posicién cualquiera de la excéntria: mat pplica la jornada que recorre el planeta superior pore inter desde Selah planeta inferior, ya la inversa la jornada del inferior pore iterate deed Sol al superior. En onceno lugar [XI], dados los movimientos apaentes del une & afélio y del otro en perihelio, o,en su caso la contrars parr de llosse tre intervalos desde el pried extraen no menos las proporciones et ,e empero sean conocis rsa entre empos er te los movimientos medios, como proporcion imversenS TT cin entre orbes pore at movin" same uno al afelio del otro; donde convien Jane dicos, de los que se extrac la propo! dia proporional en media eal seit dio ex aa dtc 0 r2 uc la por Sean tiempos periédicos de dos planetas 27 Y 8:conat a éae es a ue bay a4. Pues ta oyssen te de mis arriba: tomada entonces la mec te y medio de uno u otro, esa misma corbe, ya patent, como el movimiento movimiento medio diario de aquél ‘orbes como 9 & rue serdn los semidiametros de sus Z 3 y 2,son cua de 27 es 3,de 8 es 2, y de esas raices, aparentes del uno en afelio, 2, y del otro en perihelio, amovimientos dias proporcionales entre los movimientos medios cio, Me 33 con un tet entes seran 4 y 30. Conque si la media 4 da ay y esos movimientos apare win cia media del planeta 9, entonces el movimiento medio 8 da un cia yor Jo de 18 en e afeio, correspondiente al movimiento aparente 2; y ier sila otra media 30, simiento medio 27 da un intervalo de 33 con eres quintos en el pe- rmovimi da por distancia media del otro planeta 4, entonces su ritelio. Digo, por consiguiente, ser la distancia del primero en afelio a la dvancia del segundo en perihelio como 18 es a 33 con tres quintos. De donde se hace patente que, dueiios ya de las armonias entre dos mov ientos extremos, y prescritos los tiempos periddicos de ambos, estin recesatamente dados los intervalos extremo y medio, por Jo que tam- bién hs excentricidades. Duodécimo [XII]: ocurre también dar con el movimiento medio del anetaa partir de los diferentes movimientos extremos, No es, en efecto, te la exats media aritmética entre los movimicntos extremos, ni exactamente lamedia gométric, sino tanto menor de la geométrica cuanto ésta de la media {pnitmésica] entre una y oira. Sean dos movimientos extremos 8 ¥ 10: el monimiento medio seri: menor que 9, y asi también menor que la raiz uudrada de 80 en otro tanto, cuanto la mitad de loque va de uno a Om, de 9 a la riz cuadrada de 80.Y asi también, como sea el movi- ‘emto en el afelio 20 y en el perihelio 24, seri el movimiento medio menor qu i ‘¥¢22,y aun menor que la rafz cuadrada de 480 en otro tanto, « ‘me lt mitad deo que va entre esta raiz y 22. Hallara este teorema uso. ‘110 que sigue 81] En decimotercer lugar ‘6st proposicién, que modo en que la proporc [XU], de lo antes expuesto se demues- habré de sernos harto necesaria,a saber: que al On entre movimientos medios de dos planctas h proporcis "Porcién inversa de las potencias “ */2 de los orbes, asi la propor- On eit dos movinintag Bo oe SParentes exiremos convergentes siempre se quedaré 4 la proporc ite ca pr aie entre las potencias 9/2 de los intervalos correspon- movinnie et Imonlos exttemos;'y que, en tanta proporcign en Ztanta ‘entire los dos intervalos » te 4 Y los correspondientes dos intervalos dos orbes, multiplicadas entre si, ressten mnenos 439) A HOMBROS DE GIGANTEs PAGINA SIGUIENTE La anmonia de las esferas. Kepler erfa que todos los planetas de nuestro sistema solar ‘se movian en armonia, tal como 140, representa en este montaje del sistema solar que la proporcién entre las ratces cuadradas de I eos orbs, en eta Lata a 6 . que la proporcién entre los intervals correspondient ee lentes si aguell Proper om. cidn serd mayor la proporcién entre los dos movi ovimientas ex puesta, empero, superare la mitad de la proporcin entre ores yorcién entre movimien Re porcién entre movimientos convergentes seria menor que l oe intervalos.* «ane 4. EN QUE COSAS TOCANTES AL MOVIMIENTO DE Los PLA manera HALLANSE EXPRESADAS POR EL CREADOR LAS PROPORCIONES ARMONICAS,Y DE QUE HODO [Asi pues, retiradas las fantasia de retrogradacién y movimiento etx cionario, y discernidos los movimientos propios de los planeta en sus ge nuinas orbitas excéntricas, restan en ellos hasta aqui estas disints com 1) Intervalos desde el Sol. 2) Tiempos periédicos. 3) Arcos ects diarios, 4) Demoras en sus arcos diarios. 5) Angulos en el Sol,0 arcs da- Jtos en el Sol. Y de nuevo tod rios aparentes como para espectadores 5 Fables en todo el circu, son var ellas (excepto los tiempos periddicos) mamente en los extremos, cur mis en las longitudes medias, pero minin hacia Ja opuest; que, cuando & entre do, invertido el movimiento, retornan a1 Sol,y com ell. seene Ja inversa, hace en ut dia sua oz parece desde e Se en en tal vigor sin varscion ses -omienza plane? ence el planeta esti en lo mis bajo y més vecine mo de la excéntrica, ¥ @ un grado m mis grande en la excéntrica y mis vl permanece el movimiento algin Hem ylatinamente simula sxcéntrica.© bien # 6 wwe, superado ef peribelio, ps desde el Sol en linea recta; fas en cada grado de la © dia,en el siguiente dia .o mis tardo, hasta que se spose PS Os smagnitud de un propor s pequerio, antes que 4&1 antecedents 3 COMET vigando Kepler dice 23:61 aque 3 ble. Hasta q a retroceder entonces mis di movimiento de un de el Sol semeja much + Kepler siempre mide 12 deal Por ejemplo. (N del t) 142 EI Mariner 10 pasando por Mercuri. poniendo un intervalo maximo con el Sol;o bien, por el contraria.en un dia hace su minimo arco y también offece su movimiento tna apricnc cero Ambito. mucho menor y la minima en su ¢ Y finalmente todas estas cosas estén en un solo planeta en temps diversos, 0 en planetas diversos; de suerte que, supuesto un sinfin de planeta concur y tiempo, todas esas afecciones del circuito de un fas del cireuito de puedan compararse en el mismo momento con tods comparadas entre si las excéntriea emterns 0° as mismas, 0 86 de ial otro, y entonces, idéntica proporcién que los semididmetros de I i arcos de dos excéntricas designad0> longitudes veréader de un gado et tervalos medios; aun asi, modo o con idéntico nimero tienen empero I Jes en proporciGn ala totalidad de las excéntnic® Asis es casi el doble sigual: : de un goo nb 1a esfera, digamos, de Saturno greos diarios de excéntricas expresados en nd- Y viceversa, ees mues ia jmicos no lobos hacen en un dia [283] por el etéreo hilito, porque las 1 circulo mas amplio de! planeta supe- tran la proporcin de las verdaderas jorna- dasque los sdades singulares denotan en cl a pate mayor de ecortido, pero en el citculo inferior, mis an- ul Fase: = * ‘OAMHONIAS UNIVERSALES DE TODOS LOS PLANETAS, DIFERENTES CADA UNO DE LOS DEMAS [295] Ahom, Urania, es menester un mayor sonido: cuando por la es- ‘als arménica de los movimientos celestes asciendo a alturas mayores, que ‘ecéndito custodian el genuino arquetipo de la fabrica del mundo. Prose- guid, misicos modernos, y juzgad la cosa por vuestras artes, no conocidas ela Anigiedad. En estos siglos iltimos, tras dos mil 10s yaciente, Na~ tuuleas nunca prédiga de si os produjo no obstante, a vosotros, primeros ‘Sp¢jos genuinos del “universo: por ¢sas voces vuestras traidas a comin con- ‘eto y por esos vuestros ofdos se ha susurrado ella ala mente humana tal Sul exe en su intimo seno, hija dilectisima de Dios Creador! ails proporciones arménicas abarquen dos planetas vecinos entre les exttemos de sus mMovimientos, quedé explicado arriba, Mas rarfsima GF Gis dos, sedaladamentesise enencan entre lox ms tardos, Coincidan simul . ltineamente en sus intervalos extremos: verbigracia, los 6 de Saturno y Ji Fa ¥Jépiter dstan unos 81 grados; por consiguient: aM esta listancia i naa mide el entero zodiaco por saltos fijos de veinte 1D Caecie mia ey ¥° 4caso algin crimen si requiriere a cada compositor de esta ge~ tue oe bra de aifcio,en lugar de ete elogio? Podian sus a un e el Sakerio Regio y dems libros sagados, Mas jy de voro. 20 once Pel pg 8 co mis de eh, Pees 1 igre anturrea la Luna apart su monodia, vein N24 Tierra, Componed simbolos (li melodia oe Prometo cuidar dili . ea nisica celestial descr MBS En esponsales, igente de las seis partes. A quien exprese ta en esta obra, a ése le otorguen Clio la 143 representa el universo Boceto del siglo xn que monacondio, Muchos compartian 144 la visiin de Kepler de un tuniveso arménico HOMBROS DE GIGANTES fores ON Ug ‘ aiios,* transcurren ocho- cientos afos, y aun asi, tampoco ese salto que concluye el octavo siglo lleva exactamente a los mismos apices; y si yerra por un poco mis, se ha de aguardar otros ocho- Gientos afios para que pueda buscarse con fun- damento salto mis feliz Y ello ha de reiterarse tantas veces cuantas 1a medida de desviacién esté contenida en la amplitud de un salto, Cumplen ta- Jes periodos también otras parejas particulares de planetas, aunque no tan amplios. En linterin, em pero, acontecen otras armonias de dos planeta, entre mov imientos de Jos que no son ambos extremos, sino uno w otro intermedios:y tales rmo- nias, como en tonos diversos. Pues por extenderse Sarurno de G {Sol} pueden aconte- umbas tercera.¥ [si] y poco més all, Jpiter de [Si] hasta d [Rel y mas ‘cor entre ellos estas armonias por encima de una octava 2 ta euarta justa, Una u otra de aquéllas, mediante el rono a6 smantenga 2 amplitud de la restate; la cuarta, empero, mediante Ja amplitud de wn efecto, habria cuarta no s6lo desde el G [sol] de turno al «c[Dot8"] de Japitersino tambien del 4 {La) de Sarno a dios entre G (S0!lY tono mayor, Pues, en [Re+8'] de Japiter, y a lo largo de todos Jos interme {A [La] de aquél y « [Do+8"] y dd [Ret8'] de ste de los Spices. Marte, emper?: Mas ocava y ppabiendo a acontecen sélo en las punta ++ Es decir, ya que Saturno y Jépiter tienen uns evolucion coda vente aos etn daanciados BI grado cals TNE scoala cap erro de oan OST = “zen ochocientos ‘oincide con Jos apices aproximadamente and = ca a salts por? ac a aa canzado. un intervalo_ mis grande que el propio, lo ob- tuvo para que formara octava con los planetas superiores ‘mediante alguna amplitud de tono. Mercurio obtuvo tan solo tanto intervalo que le permitiera establecer la ma- yor parte de todas las armo- nias con todos en uno solo de sus perfodos, que no es més amplio de tres meses. La Tierra, por el contrario, y mucho mis Venus por causa de lo angosto de sus propios intervalos, ven restringidas a una visible poquedad sus ar- monias no sélo con los demis, sino sobre todo entre ellas. Que si deben. ‘sconcertarse en una armonia, se habri de esperar muchos petiodos; y ‘unasison muchas las armonias, de suerte que acontezcan tanto mis facil mente cuanto su vecina mas prxima las sig: saz y vense a menudo ocurrit topes en fae eck ls ene Marte, la Tierra y Mercurio; armonias de cuatro planetas, me Fem, comienzan yaa estar dispersas por siglos; de inco, por miriadas, Pero BY otoslos seis concuerden [296], eso est separado por larguisimos 0S yo sé si sea ‘sea del todo imposible que vuelva a acontecer por revol- Sones exacts: y mis puede Ser que seialara el principio de un Tiempo “el gue manara toda ead del | mundo, Que si una sola armor nia sextuple puede acontecer, o entre muchas Rissa se: ‘Tada, sin duda puede te Bo "netse por signo de la Creacién, Ha de Pues, en qué fi ae ANSY cunt formus redticense los movimientos de to- 8 planetas a ung Ste con al que ms de gn omeMIMOS por la Te ‘os consonancias Movimento comin armonia, Mé ‘omiin armonia. Método de tal inquisicion es ra y Venus; que forman éstos no Y Por medio de brevisim, a is intensificaciones de ® que se contiene la causa de tal circunstancia). ie Fromtispicio de la Practica Musicae de Franchino Gafori (Milin, 1496), 145 Rite ns oneoletelc aN ce = | EDic ton Neuss et queletos de armors cada ‘Vamos, pues. fijemos dos a manera de es « niimeros extremos (que sealan 8 Jos en la variedad de mm uno contenido entre do as ve Jos tonos), € inquiramos qué coincide con © mientos otorgados a cada planeta eS 146 Vereen Eee WAN 10 El universo como un sistema arménico basado en el mimero 9: Athanasius Kircher, Musurgia Universalis (Roma, 1650). Quadrupe-| Colores peda | ‘varij Peers eh cee ae > piles el-) Gallina | Diner fates [Pharaonis| P2°4¥S | Colores estes |Pharaonis| Afinus, | Tynnus | Bubo | vetuts i | Viridis Cygnes | Colamba | Cereus | Caftor Phcracus | Canis Sant : (a Anieres ag sce || Ke Anguilla cametue. InleGa | Niper uae Newton (643-1727) VIDA Y OBRA 15 de febrero de 1676, Isaac Newton escribié una carta a su mis acérri- ‘mo enemigo, Robert Hooke, que contenia la frase: «Si he logrado ver mas Igjos ha sido porque he subido a hombros de gigantes». Presentada a me- rudo como un homenaje a los descubrimientos cientificos de sus prede- cesores Copérnico, Galileo y Kepler, esta frase se ha convertido en una de lasmis citadas de la historia de la ciencia, En efecto, Newton reconocié las contribuciones de aquellos hombres, algunas veces en puiblico y otras en ‘senitos privados, Pero en su carta a Hooke, Newton se referia a las teo— is 6pics, especialmente al estudio de los fendmenos de las liminas fix 'ms, los que Hooke y René Descartes habjan aportado importantes con- tribuciones, Algunosesudiosos han interpretado la frase como un velado insulto Mook, cuya postra encorvada y su baja estatura le hactan bien dife- Tente de un gigante, especialmente a lox ojos de alguien tan rencoroso. a = Aun asi, ya pesar de sus disputas, Newton parecia rei a 'h valiosa investigacién en éptica de Hooke y de ae : tun tono conciliador al final de la carta considerado ef cO- inal, bs mers Padre del estudio del calculo infini- a oo ¢l movimiento planetario, y de la teoria de la luz i. F Adela gr Bae #seguré un lugar en la historia al formular la fuer- maci6n y defini las ley sy, ha cumbre Pring ‘mater Naturalis py mpla Mathematica), co es del movimiento y de la atraccion dticos de la flosofta natural (Philosophiae nocida generalmente como los Prin sla fandié | °F contribuciones cientificas de Copérnico, Gali- ne 149 PAcIna sicuienre Frontside un io de jest italiano Govan Battista Riccioli, que chisel Ja teoria copernicana i el ju de Gallen, La astronomia sopesa los ‘modelos de Copémico y Riccoli y concluye que el modelo de Rictioli es ef mejor. Este era fodavia el punto de vista oficial 450 en la Gpoca que vio nacer a Nawion, Newton escribié los tres libros que forman k dieciocho meses y, sorprendentemente, entre leSes y, sorprendentemente, entre gray — como las debidas a su eo comps cn Hoa eSurnertgiray xtremos, iprimid del libro todas las referenc reMOs, que suprimid del libro todas las re as a Hooke, gue no podemos descartar que el odio hacia su col fuentes de inspiracién de los Pri ee los Principia, La mis ligera critica d critica de su libro, aunque fuera enw elogios, sumia a Newton en sombrios ensim ee afios. Este rasgo de su caricter se revelé muy cee fl6 muy tempranamente ens i, y muchos se han preguntado cusntas preguntas mis podria haber : tado de no haberse obsesionado con rencillas personales. Os ae Dea cen cambio, que sus descubrimientos y Exitos cenifics po- drian deberse en parte a sus rencorosas obsesiones y que quiz no abr sido posibles si hubiera sido menos arrogant ‘Ya desde pequetio, Newton se planted preguntas qu sempre Mt intrigado a la humanidad, y e propuso contesar fanas fe La balan~ tancias desde los puntos de los que s€ suspenden hasta el je de la balan sdidos por planosincliados fos ascen como sus velocidades hacia arriba 0 hacia xy bajan en linea recta, za; pero si suben o bajan oblicuamente imp otros obsticulos interpuestos, entonc: sos y descensos realizados de acuerdo con direccién de la gravedad hacia aba} em ‘o en el polipasto Ia fuerza de ; = que seal posoaceninde diculs 2 senso pet recta u oblicuamente, como la velocidad del scenso perPe querda, sostendt el PAS Del mismo modo en la polea aque tira de la cuerda directamenté Y velocidad de la mano que tra de Ja ae wron Portree de elo hewtoniano ‘on el cnturin de asteroides descubterta posterionmente 182 a Moe fre ag COR en San En Jos relojes ¢ instrumentos similares que es h © estén hechos de tuedas le las Ree to de las ruedas, si son inversamente como las velo, ane cidade de lg Panes mente, torno para apretar un cuerpo es a la fuerza de la La futerea de un manivel mano que mang a conectadas, las fterzas contrarias para promoy de las ruedas en que actian, se sostendrin mut in Mutua 1a como la velocidad circul lad circular de la manivela en rela en el lugar donde e aplica la mano a la velocidad de avan nce de torno hacia el cuetp opr do, Las fuerzas con las Imido, Las fuerzas con ls que una cua obliga as dos pares ee partes de un mae jero fijo son a la fuerza del mazo en la cua c segiin la direceién de la fi eae ee le la fuerza impresa en ella por el mazo es la velo cidad con que las partes del madero ceden a la cufa segin li pendiculares a las caras de la cui eee penndiculares als cars de a cua. E igual eI expicacin eas miquinas La eficacia y utilidad de éstas consiste Gnicamente en que disminu- yendo la velocidad aumentamos la fuerza, y viceversa; de donde se resuel- ve para todo tipo de miquinas apropiadas el problema de mover un de- terminado peso con una determinada fuerza o de superar con una fuera, dada otra resistencia también dada. Pues si se hicieran ls miguimas del modo que las velocidades del agente y del resistente fuesen inversimen- te como las finerzas, el agente sostendri Ia resistencia y la vencerd con tuna mayor disparidad de velocidades. Hasta el punto de que sa dspar= dad de velocidades es tan grande que quede vencida toda resstencih tanto la procedente de la contigiidad 0 del rozamiento de los ue como de la cohesion de los cuerpos continuos o que han de sr P= dos o de los pesos que han de ser elevados, superada toda esa resistenciay | del movimiento propor la fuerza sobrante producira una aceleracion stente Polo pala ella misma, parte en Ja miquina parte en el cuerpo r8 dems, no es el intento presente tatar de mecinia. Hash 290 sol ida es evidente y cuin cera es der la accion de un 286 nejant, a 2° lamer te he pretendido mostrar en qué me tercera ley del movimiento. Pues si se const velocidad, y,de modo sem como el producto de su fuerza y jucto de las velocidades: . Los cuetpos que ¥ de aqui conctui impenetrabilidad es una propiedad de todo: IMs ue I " le todos los cu Lerpos. Inferimos que sino también las de todos los demis. Que todos lo cu erp manejamos resultan ser impenetrables, todos los cuerpos son méviles y perseveran en reposo o en movimien gracias a ciertas fterzas (que llamamos fierzas de inerci) a partir de a tas propiedades de los cuerpos observados. La extensié penetrabilidad, la ao Paice ms S ie ; mnercia del todo sugen del extension, dureza, impenetrabilidad, movilidad y fuerza de ineria de las partes: y de ahi concluimos que todas las partes minimas de todos los uerpos son extensas duras, impenetrable, mévils y dotadas de fora de inercia. ¥ éste es el fundamento de toda la filosofia. Ademis, hemos visto por los fenémenos que las partes divididas de los cuerpos y comi- aguas entre si pueden separarse unas de otras, y que as parts indivi pue- dden dividirse con la razén en partes menores es cierto por la matemitic ‘En cambio, si esas partes distinguidas matemiticamente, pero no dividids todavia, pudieran dividirse y separarse unas de otras mediante Fuerza = turales, es cosa incierta, Pero, aunque solamente constase por un soo perimento que una particula indivisasufiese una dinsén al romper un cuerpo duo y s6lido, conclviremos, en virud de et reg = 9 sélo serian separables las partes divididas, sino tambien que las indivi po drian ser divididas hasta el infinito. es astronmicts Finalmente, si mediante experimentos y observacions alrededor dela Tierra gr consta universalmente que todos los cuerpos a uno, jn enc tan hacia ella, y esto sega la cantidad de mater contend aque la Luna gravita hacia la Tierra segs cantidid de ee s2, que nuestro mar gravita hacia la Lupa, 0° todos los ro a ce entre sy que la gravedad de los comers haciael : ce Tar, bari que decir, en virtad de esta reel 9° todos los =e a mento sobre l gr" ‘mutuament entre i, E incluso sera mis foerte aru a partir de los fenémenos ave sob" hb jencia en los vt aque de ésta no tenemos ninguna XPS enc ne N peewee in on alguna. Sin embargo, no afro en absoluto que la grave cbservacio fuerza insit cial a los cuerpos. Por ie tas inmutable. La gravedad disminuye al alejarse de la Tierra poco aide deiner Est ta entiendo solamente la fuerza ONES OBTENIDAS POR INDUCCION A PARTIR guctA V-LAS PROPOS os FENOMENOS, PESE A LAS HIPOTESIS CONTRARIAS, HAN DE ort sexewns, £4 FILOSOFIA EXPERIMENTAL, POR VERDADERAS EXACTA fo wuy APROXIMADAMENTE, HASTA QUE APAREZCAN OTROS FENOMENOS QUELAS HAYAN 0 HAS EXACTAS © EXPUESTAS A EXCEPCIONES. Debe hacerse esto para evitar que el argumento de induccion sea suprimido por ls hipotests SOMRE EL MOVIMIENTO DE LOS NODOS DE LA LUNA* MMOFOSICION I. EL MOVIMIENTO MEDIO DEL SOL DESDE EL NODO. SEDEFINE POR UNA MEDIA GEOMETRICA PROPORCIONAL ENTRE FLMOVINIENTO MEDIO DEL MISMO SOL Y AQUEL HOVIMIENTO MEDIO. SON EL CUAL EL SOL SE SEPARA VELOZMENTE DEL NODO. (LAS cUADRATURAS. SerT el lugar de Tierra, Nila linea de los nodos de la Luna para un tempo dado 0 fide cualquier, KTM una perpendicular ella,TA una recta que fin alrededoy Hededor del centro con la misma velocidad angular con que el Sol Yel nod ss ® ealejan uno de otro, de modo que el angulo comprendido en— “Peta en reposo Ni y la distan os recta en giro TA, siempre resulte igual a la tre los lugares del Sol y del nodo, Ahora, si se divide una rec auiera TK en pa ™ Partes TS y SK que sean como el movimient "onal to hora~ 187 188 HoneRos DE GIGANTeEs Sol al movimiento horario medio del nodo en ls cus rio medio del al entre a parte TS y se toma a la linea TH como media proporcio turas, yla linea entera TK, esta recta ser, entre las emis, proporcionalal movi miento medio del Sol desde el nodo. Pues, describase el cfrculo NKnM con centro en Ty nidio TK, ¥ 00" NHnL,y ene! 1 ejes TH y TN tricese a lise 10 y con Io} fo Noysise raza Bee 1 se separa del nodo por el ac el mismo cet tiempo en que el Sol a representari la suma de los movimientos 1 arco minima Aa wn 32 redichs 1 ta Nha, el area del sector NT Sol en ese mismo tiempo. Sea, Pt rmemente sega 2 -pAa se como B nodo y del 15, ceribe la recta Ta girando unifor 0, y el sector el Sol y el nodo sd que des fen una particula dada de emp’ minimo plan ens suma de las velocidades con que : a ‘es cas uniforme,por cuanto? peguel -e variacion en el movi po. Pero la yelocidad del Sol cuanto sigualdad apenas produc: Hota parte de esta suma,o sea, la velocidad del nodo en su valor medio, Sine alpartane dels sicigias como el cuadrado del seno de su dis- Shea So] y cuando es maxima en ls cuadraturas con el Sol enk, dean la misma razén Tespecto a la velocidad del Sol que SK a TS, esto Smo (diferencia de los cuadrados de TK YTH 0) el rectingulo KHM aTH al cuadrado, Pero la elipse NBH divide i al sector ATa, representacion tia de estas dos velocidades, en dos P artes ABba y BTb proporcio- pues, BT hasta el circulo B y }€ mayor la perpendicular BG, sais 1s propias velocidades Prolénguese, el ‘i Punto B higase descender sobre el Si he Prlongads 2 ambos lados toque al circul Si la fuerza de la gravedad Aisminyera 0 aumentara ‘on la distancia mas ripidamente de lo que predice la teoria de Newton, las drbitas de los planetas alrededor del Sol no serfan elipsesestables. Se alejarian del Solo se acercarian 4 61 en una trayectoria espial. 189 A HOMBROS DE GiGanre Nres ma razén que la del rectingulo KHM a HT al cuadrato, edi maxima del nodo estaba a velocidad dl Solen cone Por consiguiente,en las ctadraturas.el sector ATase ae aoe porcionales a la velocidad ¥ puesto que elrectngulo KHMon ree drado como FBfa BG cuadrado, y el rectingulo ABB es ie ie gulo Fel ea pequeita AB, cuando es maxima ser leo decay ‘TBb como el rectingulo ABb a BG cuadrado, Pero la razén de aa queiasdreas era siempre como el rectingulo ABB aBT eunéedo.yporlo tanto, la pequetia irea ABha en el lugar A es menor que el rea semeane en las cuadraturas, en razén cuadrada de BG a BT, esto es,en ran cine dirada del seno de la distancia del Sol al nodo.Y, por tanto a suma de tos las reas peque! ABba, 0 sea, el espacio ABN seri como cl movimiento del nodo en el tiempo en que el Sol se separa del nodo por el aco NA. Y el espacio restante, 0 sea, el sector eliptico NTB sera como el movi- imiento medio del Sol en ese tiempo.Y por lo mismo, como el movimien- to medio anual del nodo es aquel que ocurre en el tiempo en el que sl completa su perfodo, el movimiento medio del nodo desde el Sol eri movimiento medio del propio Sol como el rea del circlo a ea det clipse, es decir, como Ia recta TK a la recta TH que esa media Popor’> pal entre TK yTS;0 lo que da lo mismo, como la media proporcions!TH. ala recta TS. 190 ne KXV, PROBLEMA XVI novos REL MAR SOL PARA MOVER EL. A FUERZA DEL wauian U Lafierea ML del S ntos lunares, sar os movimientos en sot [-] como 1 2 638092,6. ¥ la fuerza TM-LM, 0 2PK en las nosotros [ ol, o PT, en las cuadraturas Junares, a la hora de era respecto a la fuerza de la gravedad oar gn era el doble mayor. Pero estas fuerzs, si descendiramos a a de la Tierma, disminuirin en raz6n de las distancias al centro In sperficie de , nn razon de 605 a 1; y, por consiguiente, la fuerza de Tierra s deci, amerior en la superficie de la Tierra es a la fuerza de la gravedad como 1138604600, Con esta fuerza el mar se deprime en los lugares que distin 90 gridos del Sol. Con la otra fuerza, que es el doble mayor, se ele~ sacl mar tanto bajo el Sol como en la parte opuesta. La suma de las fixer ‘asesala fuerza de la gravedad como 1 a 12868200. Y puesto que la mis- ‘ma fverza induce el mismo movimiento, tanto si con ella deprime al agua ‘als regiones que distan 90 grados del Sol, como sila eleva en las regio= 8s bo el Sol u opuestas al, esta suma serd la fuerza total del Sol para 2giar el mar;y tendri el mismo efecto que si toda ella eleva el mar en 4stegions bajo el Sol y opuestas al Sol, en cambio no actuase en abso~ ‘mo ens regiones que distan 90 grados del Sol sa esa fuerza del Sol para mover el mar en un lugar dado cualquie~ cuando e Sol se halla tanto en el vértice del lugar, como a su distan= Simla de Tiera,En otras posiciones del Sol su fuerza para mover el ‘Mar es como el seno. verso del doble de la altura del Sol sobre el hori- onte del Medel lar diectmente, einversamente como el cubo de la distan adel Sol a baTierra, CORDLARIO, Puesto riginady id come Nudd ue la fuerza centrifuga de las partes de la Tierra Por el movimiento terrestre diario, 12289, haga que la altura del agu: ae ee ‘Abre los polos en 85472 pi ae oo Ja fuerza dela er ae fuerza centrifaga 5 open WH altura del ag ee MPste aa altura dela misma e que es ala fuerza de la grave~ a.en el ecuador supere la alti- ies parisinos, [..] la fuerza solar Sravedad como 1 a 12868200. ‘como 289 a 12868200, 0 sea, a en las regiones bajo el Sol y Jos lugares que distan 90 gra- 191 MBROS DE GiGanre dos del Sol en solamente un pie pari sino y once pulgadas con + de pulga- da. Pues ésta es la ca tidad que, respec- to a 85472 pies, es como 1 a 44527. PROPOSICION XXXVI PROBLEMA XIX HALLAR LA FIGURA DEL CUERPO LUNAR Si el cuerpo lunar fuese fluido como lo es nuestro mar, la fuerza de Ja Tierra para elevar dicho fluido tan- to en las partes mis cercanas como en las mis lejanas seria a Ia fuerza de la Luna, por Ja cual nuestro mar es ele vado en las partes que estin bajo ella yen las opuestas, como la gravedad aceleratriz de Ja Luna hacia la Tierra es ala gravedad aceleratriz de la Tie- rra hacia la Luna, y el didmetro de la Luna al diametro de la Tierra con juntamente; es decir, como 39,788 4 1 y 100 2 365 conjuntamente, o como 1081 2 100. Por lo cual, dado que la fuerza lunar eleva nuestro mar hasta 85 pies, la fuerza terrestre celevaria el fluido lunar hasta 93 pies. En conse- ‘cuencia, la figura Tunar serfa un esfe= ride, cuyo diametro mayor prolong do pasaria por el centro de la Tierra superaria a los didmetros perpendicu- 192. A HOMBROS DE GIGANTEs. > Picig " ‘Lossy Ao lares con un exceso de 186 pies. Por tanto, é mo, & es a figuea WE posee |, Luna, y debié adoptarla desde el principio, PAGINA SIGUIENTE QEL. La nave espacial Cassini lanzando una sonda con paracaidas sobre Tin, una de COROLARIO. Y esto hace que la mismal ara de Zana ps las lunas de Saturno, Vuelta hacia la Tierra. ¥ el cuerpo lunar no podeia permanecer 0, las oscilaciones, debido a la pequeiter de las fueras que ls proocn, serian muy lentas, hasta el punto de que la cara de la Luna gue debera mirar siempre hacia la Tierra podria mirar hacia el otro foco de la étbita lunar (por lo dicho en la proposici6n XVII), sin que se apartase al instan- te de dicha posicién y se volviese hacia la Tierra FIN DE LOS PRINCIPIOS MATEMATICOS 194 “a Albert Einstein (1579-1955) VIDA Y OBRA ‘No siempre los genios son reconocidos de inmediato. Aunque Albert instein Uegaria a ser el mayor fisico te6rico que jamais haya existido, ‘cuando iba a la escuela elemental, en Alemania, su maestro le dijo a su pa- dre: «Nunca hari nada de provecho». Cuando tenia unos veinte aftos, pese ahaberse graduado en la Escuela Politécnica Federal de Zurich como profesor de matemética y fisica, no logré encontrar un puesto decente en ‘Lensefianza, de manera que abandoné la esperanza de obtener una plaza ‘nh universdad y busc6 trabajo temporal en Berna. Con la ayuda del Patte de un compaiiero de escuela, Einstein consiguié un empleo de ins- Fedor en la oficina suiza de patentes. Trabajaba seis dias a la semana y ga ‘aba 600 délares al ao. Asi era como se ganaba la vida mientras seguia su Ahetorad enfsca por la Universidad de Zurich __1i 1903, Einstein se cas6 con su novia serbia Mileva Maric y la pare Mi Walia un piso de una sola habitacién en Berna. Dos aiios des- PS mcié su primer hijo, _Bétio de Hans fueron probablemente la época mis fel Ehtcin. Tiempo después, Flo distaido et cochecit uando,sagachaba Hans Albert. Los afios que rodearon el naci- los vecinos recordaban al joven padre empu- © del nifio por las calles de Berna y cémo, de hacia el cochecito y tomaba unos papeles para unas thas. Es probable que el cuaderno del cochecito contu- 8 de las £6 Pussy ecuaciones que condujeron ala teoria de vill y I desrrollo de 1a bomba atémica 65t0$ primeros a Fem ttt aos en a oficina de patentes, Einstein dedi- i ‘ en are desu tiempo libre al estudio de la fisica te6rica. Escri- A Home nor netn Gia Ntes Foie on UB rine, 1a serie de cuatro articulos cientificos fandamentales que establecie= bid un larg historia baci a com> mis decisivas de la ron algunas de las ideas prensién del universo. El espacio y el dempo Nit nis volveian 256° vistos como se habfan visto antes. Su taba) Ie sali el Premio Nobel de Fisica de 1921 y una enorme popularidad aba el fancionamiento del une er expresilos co" P Einstein tenia dest= abr Cuando indy 10, jemasiado profundos pa se de Jacién verbal en pas rea con pulls? idos, donde gefenid sin aban Ios de inspiraci6n di cientificos decisivos, todo ello si trato académico le hubiera proporcionado. cho aito, Einstein envio tres arial os en el volo= sobre el cuanto yo del cua En la primavera de di os a a ei 1 Physik, Los tres aparecieron ju men 17 de la revista. Einstein calific6 el primer articul, 5 fender revolucionarios.En él examiné ¢ por el ico ded ki celque caa n explicé el efecto fotoelétrice * A aa ntidad de ‘energi@: iad ta alemana Annalen der de luz, como «muy to (la unidad fundamental de energia) descubierto Max Planck. Binstei 1 con una determinada ca tron emitido se liber cs emitida en ca sfecto euintico, que esablece que ln eneTBA SSN” egy Dr ‘0 miiltiplos enteros 4€ . que pueden ser ‘expresadas como miltipl ae a aint cha teoria constituyé la base de la gran 27° inset eat ave itn sagiié que a luz podia ser considerada como una coleccién de Paticulas de energia independiente 's, pero, Curiosamente, no ofrecié nin- Boo experimental sino que se limit6 a argumentar te6ricamente la Pir de estos ccuantos de lu A Principio, los fsicos se : *Paraba demasiado de las ide ibaa deo que Planck 12 por razones estéticas. ieron a aceptar la teoria de Einst 3s cientificas aceptadas en aquel tiem- Bi habfa descubierto, Fue este primer ar- bite Sobre un Punto de "ansformaci vag vista heuristico sobre la produccién y n de la luz» —y no Sus trabajos en relatividad— el que le “Premio Nobel de Fig de 1921 ee Einstein con su primera esposa, Mileva, y su hijo, Hans Albert, A Homanos ve En su segundo articulo, ‘mensiones moleculares» a) esi molecularess —que escribié como t di is doctoral ‘Sobre el movimiento de pequeias pancula susp if : 8 suspen. Yenc das en igidos ‘calor, Einstein ar el tamaiio y el Beet es Movimiento de }0s. También explicé el movimiento browni fe 3 iano, un feng MeN des. cero, n Feposo requerido por la tora cinéticonmoecula Propuso un método para determin, ss ite crito por el botinico britinico Robs anico Robert Brown en sus ! ‘US estudios del moyj. miento erritico del polen suspendido e ido en un fMuido, Einstein pens cn pens gue este movimiento estaba causado por impacts entre ls toms nos ys pare ticulas. En aquella época, la simple existencia de los it < nos era todavia un 9, por lo cual no se puede subestimar la impor tancia de estos dos articulos, con los cuales Einstein confirms la tors tema de debate cien atomica de | teria Enel Itimo de sus articulos de 1905, titulado *Sobre la electrodini- mica de los cuerpos en movimiento», Einstein present la que seria cono- cida como teoria especial dela relatividad. El articulo, completamente t= ric , sin notas ni bibliografia, se lee mis como un ensayo que como una comunicacién cientifica. Einstein escribié su tratado de nueve mil pala- bras en an s6lo cinco semanas, lo que no es obsticulo para que los histo- riadores de la ciencia lo consideren tan amplio y revolucionario como los Principia de Isaac Newton, {Lo que Newton habia hecho con la comprensin dea gaia 2 cio, desronando ene hizo Einstein con nuestra visién del tiempo y del espacio, desronanio na del tiempo, Newton habia dedarao a¥= proceso la concepcién newtonia prop tel tiempo absoluto, verdadero y matemitico,por i mmo Por sin relaci6n alguna con nada sis vel cexternor naturaleza, fluye uniformement Finstein somtuvo que todos los observadoresdeberan medi a3 ques ty relleido desde B hacia A en un en un tiempo ienc ‘Ar {Los dos relojes PAGINA ANTERIOR El tiempo podria no ser como tuna via de tren moviéndose de A a B,sino una que volviera sobre si misma 0 cambiara radicalmente de direcci6n. A Home KONDO ta ea Tae fo tere " oj en A march; a de forma sinerona con el relaj i A marcha Si el reloj e iarcha de forma sincroy ‘incrona como con el reloj Por medio de ciertos e Yertos experimentos (mentale) fkicos hem, Mos TS€ por relojes sincronos en re ae tuados en diferentes lugares cido lo que debe entender O30 relativoy 5. ¥ con ello hemos llegado obviamente a de hniciones de esincronos y «tiempo». El stiempos deuns obtenida simulein c eee pt te de un reloj en reposo situado en el lugar dl uceso, que para todas las determinaciones temporles marcha de frm sincrona con un reloj especificado en reposo, y por supucsto cone y conel ely especificado, Basados en la experiencia, estipulamos ademis que la cantdad es una constante universal (Ia velocidad de la luz en el espacio vacio) Es esencial que hayamos definido el tiempo por medio de reojes en reposo en el sistema de reposo; puesto que el tiempo recién defini ett relacionado con el sistema en repos, le lamaremos sel uempo del sste= ma de reposo». 2, SOBRE LA RELATIVIDAD DE LONGITUDES ¥ TIEHFOS Las consideraciones siguientes estin basadas en el principe de reli tividad y el principio de constancia de ls velocidad de a uz Defies estos dos principios como sigue: 1.Si los dos sistemas de coordenad: de acuerdo con his de bs estin en movimiento eB ales cambian fos dos si traslacion paralela uniforme, las Tey dependen de con cull de Jos estados de un sistema fisico no mas estin relacionados dichos cambios. ee seve en el sstera de . de sieste ye! 2. Todo rayo luminoso se mu mite reposo» con una velocidad fja Vs {ndependienteme! jento. Por lo do por un cuerpo en Feposo © 2 MOVIES 2 emitido sina st _recorrid de la uz velocidad = jprervalo de tiempo Jesinero de tempor deberiaentenderse en el sentido de la defi- onde wi niin dada en la seccion | Tomemos una vara rigida en Feposo; in en reposo. Imaginemos ahora que se sea I su longitud, medida por um ara de medir que est ta sslacel ej de a vara a lo largo del eje X del sistema de coordenadas en rrposo,y que la vara es puesta entonces en movimiento de traslaci6n pa~ rich uniforme (con velocidad v) a lo largo del eje X en la direccién de lasy crecienes, Preguntamos sobre la longitud de la vara de medir, que imaginamos debe establecerse por las dos operaciones siguientes: (0) lobservador se mueve junto con la mencionada vara de medir y lbvar rgida a ser medida, y mide la longitud de esta vara tendiendo la va de medi de a misma manera que sila vara a ser medida, el observa~ dory vara de medir estuvieran en reposo. (0 Usiizando relojes en reposo y sincronos en el sistema de reposo Sime eboz6 en la secci6n 1, el observador determina en qué puntos tel tema de reposo estin situados el Principio y el final de la vara a ser mmdida en alg is ‘m algin tiempo ¢ dado, La distancia entre estos dos puntos, me- on le vara utiizada an ‘ongitud que Podemos llamar De acuerdo con el prin Per operaciin (9 tes —Pero no en reposo— es también una la longitud de la vara» "ue lamaremos «la longitud dela vara en el sistema Lenton, debe i “Oe Set igual ala longitud I de la vara en reposo. a @e we PAGINA SIGUIENTE La ecuacién mis famosa de todos los tiempos la gran firma icdnica de Einstein. HOmMaRos oe jes del sistema d Jecturas corresponden siempre al tiempo del sistema : ae ‘alizaciones que los relojes resultan ocupa ¢sineronos en el sistema de reposo» cas Xe Tepome en. 10F lo tanto, estos, 2h son Imaginemos ademis que ca ada reloj tiene un obserador ques mie stosobservadoresaplican los dos roe rtetopg el ritmo sincrono de dos relojesformulado en laseccgn | Ses nye de luz que parte de A en el tiempo 1, refejado en Bene tiempo pyle ve con él,y que es ga de nuevo a A en el tiempo f. Teniendo en cuenta el principio dere latividad de la velocidad de la luz, encontramos que donde r,,, denota la Jongitud de la vara en movimiento, medida en el si- tema de reposo. Los observadores que se mueven conjuntamente con vara encontrarian asi que los dos relojes no. ‘marchan de forma sineroma, inientras que los observadores en el sistema de reposo les dram que etin marchando de forma sincrona. Vemnos as que no podemos atribuir significado about enero de simultaneidady en su Ingar, dos sucesos que sn snus cane " observados desde algin sistema de coordenadas conto 729 PST ‘considerarse simultineos cuando son observadas desde un sister esti en movimiento relativo a dicho sistema nation ¥ 0 el ste Po 4+ eTiempos denota aqui *BEMPO Ta et logit nt st de las aguas de eaj en movin pinsTetN MMNIAINFLUENCIA DE La GRAVITACION EN LA PROPAGACION Pru Lure numa memoria publicada hace Cuatro aitos* traté de responder a la Pala desta propagncin de la luz esté influida por | la gravitacién, PR ™ Forse mi presentacién previa de la cuestién no me | eee Ybor una ‘z6n mis importante, Porque ahora veo que una de | Sous tae En efecto, de la teoria que aqui se ex- # ryos de luz que pas isan cerca del Sol son desviados 215 PAGINA sicuiENTE El modelo teérico de Einstein revela que tiempo y espacio son inseparables. Mientras que el tiempo de Newton estaba Separado del espacio como si fuera tuna via de tren que se extiende hhacia el infinito en ambas direcciones, Einstein afirmaba que su teorka de la relatvidad ‘mostraba que tiempo y espacio ‘estaban inextricablemente interconectades. No se puede curvar el espacio sin involucrar también al tiempo. As que el tiempo tiene una forma, En cualquier cas, como muestra la ilustracin anterior, el tempo parece ir en una sola direcin. 216 mente en ca a in segundo de arco incense se offecerin algunas refl teflexiones muy elementals partir de cul icilmente acerca de lis hips ae lla hiptess de a ter linea de razonamiento, Las relaciones aqui deducia incu 4 ae, mento tedrico es correcto, ae lector podra informarse fi = ys , mds. son vilidas slo en primera aprninain, | UNA HIPOTESIS RESPECTO A LA NATURALEZA FISICA DEL canro GRAVITATORIO En un campo gravitatorio homogéneo (aceleracin de le gravedady sea un sistema de coordenadas estacionario K, orientado deforma ques lineas de fuerza del campo gravitatorio corren en la dieccién neatia del eje z.En un espacio libre de gravitacén, sea un segundo stem de coordenadas K’, que se mueve con aceleracién uniform (en ite ccién positiva del eje 2, Para evitar complicaciones innecesria de mo- mento no consideramos la teoria de la reatividad sino que conseranos anemia, Ws ambos sistemas desde el punto de vista acostumbrado en cnemscn} sde l mec respect aK’ os puntos materials desc ca ordinaria movimientos que ocurren en ellos de Con respecto a K, asi como con 6 nos materiales sere {que estin sujetos ala accion de ors puntos mas do con las ecuaciones di K’ esto se sigue “ en un camp? Para el sistema acelerad is de Galileo; pero para el stem? Ken neo, se sigue 2 partit homogé gu -ampo semejante 50 enun G de la caida igual riencia, la Gan cunre! Teza; pero a pesar de € Ia ley no ha encontrado ingin Tugar en el fan nuestro edi- di damento fico del universo fsic. Pero llegamos a una n muy satis- incerpretac factora de periencia, si suponemos aque los sistemas Ky K’ son exactamente equiva- lentes desde ef punto de fsico;es decir, si su- ponemos que podemos considerar_igualmente bien que el sistema K est en un espacio libre de campos gravitatorios sial mismo tiempo con sideramos K uniforme- mente acelerado, Esta hi~ aiden fea exacta hace imposible que hablemos de la ace Potesis d leracién absoluta del sis- ‘ema de referencia, de la misma forma que la teoria de la relatividad ha- bbtwal nos prohibe hablar de la velocidad que la caida igual absoluta de un sistema;? y hace de todos los cuerpos en un campo gravitatorio parez= a.una norma, Mientras nos imitemos a procesos put nio donde e nte mecanicos en el de valida la me inica de Newton, estamos seguros de la equi- as Ky K’ Per valencia de to tos sistem: TO esta concepcidn nuestra no tendra Podemos reemplazar cualquier campo gravitatorio arbitra vento del ustema sin un ¢ de relatividad, Por una ansormacién em Ovimient de todo, Ampo gravitatorio, como tampoco, ; Podemos transformar en reposo cualquier tipo * os puntos de un medio. | SE 218 Ia relatividad ordi "rime lugar dede el pu dei idad ordinaria, qué grado 3 herente a nuestra hipétess, ‘Que grado de probabilidad ein. ta de la teoria de 2. SOBRE LA GRAVITACION DE LA ENERGIA Un resultado de la teoria de la relatividad es que lamas inerte de un cuerpo aumenta con la energia que contiene; sel aumento de enega cequivale a E, el aumento en Ja masa inerte es igual a E/¢, donde edenox. Ja velocidad de Ja luz, Ahora bien, zhay un aumento de mas grviatora correspondiente a este aumento de masa inerte? ino lo ha, emtonces un cuerpo caeria en el campo gravitatorio con aceleracién varable sgn lt cenergia que contuviera, Ya no podria mantenerse ese resultado alamerte satisfactorio de la teoria de la relatividad por el. que la ley de consercion cin de la energia, porque nos 1 la Jey de conservacin de la mas et 52 Y mantenera para a mas raat le, Por ota pater argument 2 Po de la masa se fusiona en la ley de conserva vyeriamos obligados a abandona forma antigua para Ja masa inerte, Pero esto debe considerarse muy improbal 10s proporciona ningén J depende de ene 07° hipdtss de nea de La energia com? de a relatividad habitual no n° cir del cual inferir que el peso de wn cuetP° Js que nuestra tenida en el mismo. Pero demostraremes 42° y K’nos da a grits valencia de los sistemas K consecuencia necesiria es eae os de instrument de! ceriales S, ¥ Sp PO or sean dos sistemas ma Sean dos si Cae |g, Las dimensiones de S, cién con hy Risch cen SCE torio en S, ¢s mayor que el potencial en S, en una can= 1 potencial gravital cds una cantidad definida de energia F desde S, hacia S,- sidad y I. Sea emit Sean medidas Is ca posicén = en el sistema y comparados alli— serin per- mtidades de energia en S, y S, por aparatos que —Hle- sados a una misma fectamente iguales. En cuanto al proceso de esta transmision de energia por radiaci6n no Pp uencia del campo gravitatorio sobre la radiaci6n y los ‘odemos hacer ninguna afirmaci6n a priori, porque no cconocemos fa infl instrumentos de medida en S, y S, Pero por nuestro postulado de la equivalencia de K y K’, en lugar del sstema K en un campo gravitatorio homogéneo, podemos poner el siste- ima K’ libre de gravitacion, que se mueve con aceleracién uniforme en la ireccibn de = positivo,y con cuyo eje = estin rigidamente conectados los sistemas materiales S, y S, Juzgamos el proceso de la transferencia de energia por radiaci6n de S, a, desde un sistema K,, que debe estar libre de aceleraci6n. Supongamos que en elinstante en que la energia radiante E, es ematida desde S, hacia S,, 1a velocidad relativa de K’ con respecto a K,, es cero. La radiacién legara S, cuando haya ranscurrido un tiempo h/c (en primera aproximacion). Pero en este instante la velocidad de S, con respecto a K,, es y h/e =v. Por lo tanto, por la teoria dela relatvidad ordinaria la radiacién que Mega a das no posee la energia E, sino una energia mayor E,, que est con E,, en primera aproximaci n, por la ecuacion? Por nuestra hip6tesis, exactamente la misma relacidn es valida si el ee Proceso tiene lugar en el sistema K, que no esti acelerado pero en oe 4un campo gravitatorio, En este caso podemos reemplazar Potencial del vector gravitacién en S,, sila constante arbitra Ha de £0 S, se hace igual a c © igual a cero, Entonces tenemos la ecuacién Ez E,=E,+— es (la) 5. Vise supa 219 220 a HOmMBROS og SIGANtTes Esta ecuacin e -xpresa la ley de ener Bi Para el pro 850 b cidn. La energi energia E, que llega aS, ¢s mayor que la energy, 4° bse Jos mismos medios, que fue emitida en Spaenasel TBS, meds pop fencial de la masa E,/¢ en el campo gj *%CC90 lt nega pg, ¢l cumplimiento del principio de la energia ten Mos que energia E, antes de su emision en S. que adscribir 31, ta energia potenildebid srvittoia E/2. Nuesa hp. Ky KC elimina as a difculad menconas Principio de esta secci6n y que la teoria de la elativdad oninai dcjisn Ja gravedad, que corresponde a la masa sis de la equi neia de resolver, El significado de este resultado se muestra de manera paricuamen te clara si consideramos el siguiente ciclo de operaciones: 1. La energia E, medida en S,, es emitida en forma de radcién dS, hacia S,, donde, por el resultado recién obtenido, se absorbe la ener E (1 +7 4/2), medida en S, 2, Se hace descender un cuerpo W de masa M desde S, a, hacin- dose un trabajo My ih en el proceso. 3. La energia E es transferida desde S, al cuerpo W mientras W oti en S,. Cambiese por ello la masa M de modo que adquiere el valor M. 4, Sea elevado de nuevo W hasta S,, haciéndose un trabajo My hen este proceso. 5, Sea E transferida de vuelta de W a S;. El efecto de este ciclo es simplemente que S, ha experimentado ein- Ja cantidad de energia M'y t-Mh cremento de energia Ey h/¢,y que : ecinico, Por e! pi ha sido transmitida al sistema en forma de trabajo mecinico, Por €P cipio de la energfa, debemos tener Myh-Mylt El incremento en la mast inerte dado pot te igual al incremento en masa i pert ens TetM at valencia de 10 de K es renltado se desprende afin mis directamente de la equ ros stems K y B’, segin la cal Ia masa gravitatoria respect ce igual ala masa inerte respecto de K’; la energia debe por Io exactament tanc poseer una masa grvitaora que es igual a su masa inet, Si se sus na masa M, de una balanza de resorte en el sistema K’, la balanza pende ui yy debido a la inercia de M,, Si se transfiere a indicari el peso aparente M Ma cantidad de energia E, la balanza de resorte, por la ley de inercia de ta energia, indicari (M, + E/¢)7. Por nuestra hipétesis fundamental, exactmente lo mismo debe ocurrir cuando se repite el experimento en el sistema K, 3 decir, en el campo gravitatorio. 4. TIEMPO Y VELOCIDAD DE LA LUZ EN EL CAMPO GRAVITATORIO Si la radiacién emitida en el sistema uniformemente acclerado K’ en§, hacia S, tenia la frecuencia v, con relacién al reloj en S,, entonces, asu llegada a S, ya no tiene Ja frecuencia ¥,, con relacién a un reloj idéntico en S,, sino una frecuencia mayor V,, tal que en primera aproxi- macién ner (ier 4) ®) En efecto, si introducimos otra vez el sistema de referencia no acelera- 0K, con respecto al cual, en el instante de la emision de luz, K’ no tie~ ne velocidad, entonces S,,en el instante de Hlegada de la radiacion a S,, Sene la velocidad y h /« con respecto a K,, de lo que, por el principio de Doppler, resulta inmediatamente la relacin dada. D : * acuerdo con nuestra hipétesis de la equivalencia de Jos sister ci Jos sistemas K +€sta ecuacion tambié Al cién también es valida para el sistema de coordenadas esta- ionatio K, "a donde hay un campo gravitatorio uniforme, si en el mis- mo tiene lugar la tra la trans 6 : Sar transferencia por radiacién tal como se ha descrito. Se “Bue, entonces, que un tayo luminoso emitido en S, cor Se , Con un potencial Y que pose 61 a ue posee en su emisin la frecuencia v, —com- 0m un reloj en S,— posee Ra a su legada a S,,una frecuencia di- pe ee Por un reloj idéntico en S,—, Para y h sustituimos el 0 ® de S, —tomando como cero el de Si—y supo- Ea 221 gEs el tiempo reversible? Parece que hay pocos argumentos a favor 1 un cosmos en contra de ello 222, sue hemos deduci para el campo gaat nemos que la relacion q po Entones homogéneo es también vilida para ous forms de cam ) ea) eu(ir$ yestra deduccion & 1a siguiente aplicacion scape Jemental, medid® por un Oe can beet Ye Ja we ie Este resultado (que por imer haga dor de lu nas a abo! esto $). ximacién) permite, en pri mero de vibracién de un gene" licado reloj en ef mismo lugar Imagine izado nut superficie del Sol (donde esti local preys Ten auee h donde medimos la frecuencia de én alcanaa la Tierra (S,), da,una porci legs con un reloj U que se parece en todo al recién mencionado, Juz que llega Enronces por (2a) cee donde © es a diferencia (negativa) de potencial gravitatorio entre E sue pericie del Soly a Tierra. Asi pues, de acuerdo con nuestra idea, las lineas spectales de la luz solar deben estar algo desplazadas hacia el rojo, com= pans con ls correspondientes lineas espectrales de las fuentes de luz terrestres, en la cantidad relativa Sise conocieran exactamente las condiciones en las que aparecen las bandas solares, este desplazamiento seria susceptible de ser medido. Pero do que otras influencias (presién, temperatura) afectan a la posicién de los centros de las lineas espectrales, es dificil descubrir si realmente existe Linfluencia inferida del potencial gravitatorio,® En una consideracién superficial la ecuacién (2), respectivamente la () parece afirmar un absurdo, Si existe transmisi6n constante de luz de 5,2, :como puede llegar a S, cualquier otto nimero de periodos por “undo ditineo del emitido en S,? Pero la respuesta es sencilla, No po- demos consderar ¥, 0, respectivamente ¥,, simplemente como frecuen- 5 (Como niimero de Periodos por segundo) puesto que atin no hemos ermimdo el tiempo en el sistema K. Lo que denota v, Fiodos con referencia ala uni SHY, denots el nie Henico en §. Nada ny es el ndmero de dad de tiempo del reloj U en $,, mientras "© de periodos por segundo con referencia al relo ©$ obliga a suponer que haya que considerar que sag P1097 84) y especialmente C. Fabry y H. Boise BOL disney cP 688-690) han encontrado realmente tales despla- in St ie oe finas hacia el extremo rojo del espectro, del orden de ‘bene, Pero lohan atribuidoa un efecto dela presin en la capa ab- 224 U een potenciales gravitatorios diferent smarchan 3! mis defini el empo en de ent de onda entre Si Jos relojes 1. Por el contrario, debemos ciertams itm as y vienttes Je res jJuto del tiempo pues el o Sino satisfiers 1 aplcacion de dela naualeny tal manera que el némero independiente del valor abso yacién es por naturaleza estacionani eincion de empo PO ree en las leyes ; git poco natural y poco PSH) Por conse nosd Si al wiempor comers rd em a0 egariamos a una d po se fusionasia explictamen mente seria y S, no dan ambos cenvonces debemos jesen S, tiempo en S, con e120) Us Eins tern ve marcha 1 + ©/¢ veces mis lentamente qu el reloj U cuan- a1 + O/C veces te que un eloj sm con U en uno y el mismo lugar. Pues cuando se mide por se comp: : rayo de luz antes considerado es en su emi- dicho rej a ecuencia del sin en, % ( el yporcomsiguent 6, por (22), igual aa frecuencia v, del mismo rayo de Jur su llegada aS, Fao tiene una consecuencia de fundamental importancia para nues- ta teoria, Pues si medimos la velocidad de la luz en diferentes lugares en cl sivema acelerado y libre de gravitacién K’, empleando relojes U de {déntica constituci6n, obtenemos la misma magnitud en todos estos luga- tes. Lo mismo ¢s vilido, por nuestra hipétesis fundamental, también para clsitema K. Pero por lo que se acaba de decir, debemos utilizar relojes de diferente constituci6n para medir el tiempo en lugares con diferente po- tencial grvitatorio. Para medir el tiempo en un lugar que, con respecto al ‘origen de coordenadas, tiene el potencial gravitatorio © debemos emplear lun reloj que —cuando se lleva al origen de coordenadas— va (1 + ®/¢) Weees mis lento que cl reloj utilizado para medir el tiempo en el origen 4 coordenadas. Si llamamos ¢, a la velocidad de la luz en el origen de ‘oordenadas, entonces la velocidad de la Juz c en un lugar con el poten- al gravitatorio estard dada por la relacién co (+2) es é prin __ Pinepio de constancia dela velocidad de la luz es vilido segin esta ria en una forma difere nte de la que normalmente subyace a la teoria a relatividad ordinaria, 4 ‘CURVATURA, DE RAYOS UL A partic de dela en UMINOSOS EN EL CAMPO GRAVITATORIO. hl je Proposicién que se acaba de demostrar, que la velocidad ‘MO gravitatorio es funcién, del lugar, podemos inferir fi- PAGINA ANTERIOR. Una nave espacial adelanta «4 un astronauta de derecha a izquierda a 4/5 de la velocidad de la hz. Un pulso de luz cemitido por un miembro de la tripulacién de mantenimiento se refleia de vuelta hacia l trabajador. Tanto el observador astronauta como los que estén en la nave ven la luz, Los diferentes cobserudores discreparin sobre 1a distancia recorrida por la luz refleiada, Seqtin Einstein, la velocidad de la uz es a misma para todos los observudores que se mueven de ellos experimenta que la luz vigja a velocidades diferentes. 226 gavitatorio sufen una desman. Es se propagan a través de un campo ince te de onda de una onda luminos plana ea efecto, sea E un frent ia unidad uno d 07 y sean P, y P, dos puntos en dicho plano a dane we seescoge de ode e P, y P, estin en el plano del papel. coeficiente diferencial de ®romado co h ieccion dew emda no, se anula, y por com sigiene tambien 188° correspondiente frente de onde ‘dinamo ttre nel plano del papel deen i de interseccion CO" sox unos By By coe aes NS ree EL modelo est Y muerte de nuestro unive univers, Sin el trabajo tesrico de este modelo Mindar de la vida Einstein no hubiera sido mateméticamente posible, En esta ilustracion, de fequierda a derecha: billonésimas de sceundo después del Big Bang, el universo se hincha desde un tamaiio menor que el de un étomo con la masa de una bolsa de azticar hasta el tama de una galaxia EL universo comtinia expandiéndose mientras las galaxias y,finalmente, los étomos y particulas se separan cada v mais hasta que el universo entero est en un vadio agotado y estéril, Un segundo modelo suugiere que la accleracin se detiene finalmente y el universo colapsa bajo las fuer gravitatorias en un enorme agujero negro y el Big Crunch 228 esta Consecuencia de la te, “orfa puede 2 comparar. con la experiencia. Con ¢| Planet. a desplazamiento Jit et sperado lees 4 aprorimady de la cantidad dada, Serig deseable los astronomos asumieran la planteada, Pues mente 1/1 que Uestion aqui *:aparte de cualquier teoria, es Ih cuestion de : stion de si es posible detecar con log ©4uipos actualmente disponibles una induenca de los campos gravitatorios en la propagaciin de Ia luz. EL FUNDAMENTO DE LA TEORIA DE LA RELATIVIDAD GENERAL* ‘A. CONSIDERACIONES FUNDAMENTALES ‘SOBRE EL POSTULADO DE RELATIVIDAD |, OBSERVACIONES SOBRE LA TEORIA DE LA RELATIVIDAD ESPECIAL La teorfa de la relatvidad especial se basi en cl siguiente postulado, que también es satife- lileo y New cho por la mecinica de G: Si se escoge un sistema de coordenadss K con relacién al cual son vidas las leyes sicas cen su forma més simple, Jas mismas leyes $00 también vélidas con relacion a cualgues mbién vali : ne na de coordenadas K’ que sm siste! me con Fe ento de traslacién unifor e XK. Llamamos a este postlado dept La palabra espe movimi pecto a cipio de relatividad especial ipio ets re dara entender que el PND ciab quie en Resi ge der alge apie Grondlage det ale Oe rt Pi. 106 theorier 230 HOomMBROS Deg 'Gan Tes restringido al caso en que K’ tiene un movimiento de traacién unior me con respecto a K, pero que la equivalencia de Ky K no s extindeal caso de movimiento no uniforme de K’ con respecto a K. Asi pues, la teoria de la relatividad especial no se aparta de a mecini- «a clisica por el postulado de relatividad, sino por el postulado de a con tancia de la velocidad de Ia luz in sueno, partir del cual, en combinacén con el principio de relatividad especial, se sigue, en la forma bien conoc- da, la relatividad de la simultaneidad, la transformacién lorentaama ys leyes relacionadas para el comportamiento de cuerpos y relojes en mov miento. La modificacién a la que la teoria de la relatividad especial ha some dd Largo aleance, pero esas eyes de tido a la teoria del espacio y el tiempo es realmen hha permanecido inalterado, Pus ec, tienen go has postles hay un punto importante que Ja geometria, incluso segiin la teoria de la relacividad esp yes relacionadas con ser interpretadas directamente como ley “3 posiciones relativas de cuerpos sélidos en repososy de um TIE retarse como Ie relojes. A dos puntos ee cionario corresponde Se dependent del# general, las leyes de Ja cinemtica deben interpt describen las relaciones de medida de cuetpos ¥ teriales seleccionados de un cuerpo rigido est definida, que ¢ ™ pre una distancia de longitud bie localizaci6n y orientacién del cuerpo, y es también independiente del tiempo. A dos posiciones seleccionadas de las manecillas de un reloj en. ‘eposo con respecto a un sistema de referencia privilegiado, corresponde Sempre un intervalo de tiempo de longitud definida, que es indepen diente del lugar y el tiempo, Pronto veremos que la teoria de la relativi- thd especial no puede adherirse a esta interpretacién fisica sencilla del es acio yal tiempo. 2 IANECESIDAD DE UNA EXTENSION DEL POSTULADO. DERELATIVIDAD Enmecinia clscay no menos en la teoria de la relatvidad especial, Se un defecto epistemol6gico inherente que fue sefalado claramente, a vez, por Emnst Mach. Lo discutiremos mediante el si- ae se dos euerpos fluidos del mismo tamafio y naturaleza se emente en el ey fy de tos as dems mass SS varias que spare Bes te mismo cuer, Ysupongam, 05 de wy pacio a una distancia tan grande uno de ue s6lo hay que tener en cuenta aquellas a partir de la interaccién de diferentes ore erie Jnvariable la distancia entre los dos cuerpos, oe. tay de los dos cuerpos hay movimientos rela~ ecto a otras, Pero supongamos que una de las BOS Anniaa (AMBAS PAGINAS) Las historias tericas del tuniverso: la membrana plana, ala izquierda de la pigina anterior, indica la necesidad de especifcar un contome, tal como se veia la Tierra cuando se ccia que era plana, Si el tuniverso se prolonga al infnito como una silla de montar (@ la izquierda de esta pagina) nos hallamos de nuevo ante el problema de espeificar las condiciones de contorno en el infinite. Si todas ls historias del universo en el tiempo imaginario son superfcies cerradas como la de la Tiera, tno hay ninguna necesidad de especfcar condiciones de contorne. Después de Einstein, con la moderna teoria de cuerdas (arriba a la derecha) concebimos miiiples dimensiones dentro de un mundo de membranas. zt a Honenos oe SCN rey ddos masas, juzgada por un observa dor en PO%0 con rey ‘masa, rota con velocidad angul a MF constante alrededor de la tines i. ambas masas, Este es un movin ce: abe 4105 doy cu POs ha Sido exingg, ben reposo con res, Y que se muestra que la superficie de, e un miiento relative veri Pos, Imaginemos ahora que cada uno de los cuen por medio de instrumentos de medi P és a 10 mismo, Mee yl de Ssh cp. soide de revolucién. Act seguido planteamos la prin 0b rig dl esta diferencia entre los dos cuerpox? Ningunsrespueta Puede ad fine como epistemol6gca satisfactory” a menos que stn dag un hecho de experiencia obsenble. La ley de causal no ene el ei, do de un enunciado ace a del mundo de la experiencia, excepro cuando +echos observables aparecen en ikima instancia como caus y eto, ecinica newtoniana no da una respuesta satsictora ea pr gunta, Se pronuncia como sigue: las leyes de la mecinica se aplian a ex pacio R,, con respecto al cual el cuerpo S, esti en reposo, pero no al expacio R, con respecto al cual el cuerpo S, esti en repos. Pero eepu= io privilegiado R, de Galileo, asi introducido, es una caus meramente factcia, y no algo que pueda ser observado, Es evident, por lo tanto, que |i meciiniea de Newton no satishiee realmente el requisito de canada en el caso bajo consideracién, sino que lo hace slo aparentemente; pus ponsable de Ia diferencia obsratle to que hace ala causa facticia R, responsabl en los cuerpos S, y Sy pine epee ica respuesta satisfactoria debe ser que el sistem Bae 10 ninguna causa imagiable2 9S, Por cons sir qe 19 revela dentro de sf misme tente enS, y S, tento de Ja que pueda remitirse el diferente comportams e itera Tenemos que 3 1usa debe estar fuera de este sist ce de 5,308 te, La ca guient sn particular deter las leyes generales de movimiento, que en P de S, ySpdeben ser sales que el comp i Estas mass ss dist condicionado en parte, y en aspectos mm consideraion cl sistema bajo co o han sido incluidas en gue no wee ia desde pane mpucsa puce er ssi de 7, Porsupuesto, ns rps Fue ac cepistemotogia, y pese a todo ser Bis periencias EINSTEIN ames yas movimientos con respecto 2S, yS, deben considerarse enton- ) escomo la sede de las causas (que deben ser susceptibles de observaci wuestros dos cuerpos S, y S,. Ellas asu- del iferente comportamiento de m nen el pel del cus fctcia R, De todos los expacios imaginables Ry Ry ete en cualgier ipo de movimiento relative mutuo, no existe nin= ano que podamos considerar privilegiado « prior sin reavivar Ia obje- sion epstemolbgica antes mencionada, Las leyes de la fisca deben ser de tal atueleza que se aplcan a sistemas de referencia en cualquier tipo de movimien- tn:Poreste camino llegamos a una extensién del postulado de relatividad. ‘Ademis de este poderoso argumento de la teoria del conocimiento, existe un hecho fisico bien conocido en favor de una extensiGn de la teo- tia dela relatividad. Sea K un sistema de referencia galileano, i.e. un siste- sma con respecto al cual (al menos en la regi6n tetradimensional en con- sideraci6n) una masa, suficientemente distante de otras m: direccién de su acelerac Tial y estado fisico de ePermite esto a Mencia acerca de la exi Brvittorio, que posce A Homsnos ve La relatvidad depende de a constante de la velocidad de ta luz (300.000 kilémetos por segundo). En un aio recone 9,46 billones de kilémetrs. que equ 63,249 wnidades astronémicas (la distancia de ta Tiera al Sol) Phutdn, el planeta mas alejado de ‘nuestro sistema solar, esté a una distancia de 49,3 unidades Astronémicas, mientras que la estrella més cercana es Alpha Centaur, a 4,3 afios luz de nosotros. El limite de la Via Lictea, nuestra propia std a cincwenta mil ais In distancia, mientras que la galaxia mas cercana, Andromeda, est 4 2,3 millones de afios luz Muchas de las estrellas que podemos distinguir a simple vista tno estén a mas de mil aiios 234 Sicanres 4 ‘cuierpos con respecto a K’es el mismo que se presenta ala experiencia en el caso de sistemas que solemos considerar como eestacionarioso como «privilegiados», Por consiguiente, desde el punto de vista fico, se sugiee inmediatamente la hipétesis de que los sistemas K y K’ deben ser ambos considerados con igual derecho como «estacionarios», es decir, tienen el mismo titulo como sistemas de referencia para la descripcién fica dels fenémenos. Se vera a partir de estas reflexiones que al seguit la teoria de la relat- vidad general nos veremos llevados a una teoria de la gravitacion, puesto que podemos «producir» un campo gravitatorio cambiando meramente pio de Ia el sistema de coordenadas. También seri obvio que ef principio de udo, puesto la luz inn vacuo debe ser mo ia de la velocidad de oo ee yo luminoso con Ja trayectoria de un ry que ficilmente reconocemos 4 eco aK bbs eral curvilinea, si con res respecto a K’ debe ser en gen Bos ce definida propaga en linea recta con una velocidad constant NSTEIN eK el ave CONTINUO ESPACIO-TEMPORAL. REQUISITO DE COVARIANCIA ae eNERAL PARA LAS ECUACIONES QUE EXPRESAN LAS LEYES GENERALES a ELA NATURALEZA En mecinica clisica, asi como en la teoria de la relatividad especial, las coordenadas de espacio y tempo tienen un significado fisico directo, De- cir que un suceso tiene x, como coordenada X, significa que la proyec~ cién del suceso sobre el eje de X,, determinada por reglas de medir rigi- sglas de la geometria euclidiana, se obtiene das y de acuerdo con las colocando una regla de medir dada (la unidad de longitud) x, veces a par~ tirdel origen de coordenadas a lo largo del eje de X,. Decir que un suce- ignifica que un reloj estan so puntual tiene x, = ¢ como coordenada X, dar, construido para medir el tiempo con un periodo unidad definido, y que es estacionario con respecto al sistema de coordenadas y pricticamen- te coincidente en el espacio con el suceso puntual,” habra medido x, =¢ periodos en la ocurrencia del suceso, sta idea del espacio y el tiempo ha estado siempre en la mente de los fsicos, incluso si, como regla, no han sido conscientes de ella. Esti claro a ian en las medidas fisicas; parair del papel que estos conceptos desemper también debe subyacer a las reflexiones del lector sobre la seccién prece- dente (2) para conectar cualquier significado con lo que alli ha leido. Pero ahora demostraemos que debemos dejarla de lado y reemplazatla por tm vision més general para poder completar el post lo de relatividad fren la teoria de la relatividad especial se aplica al caso especial de ausencia de un campo gravitatorio, Fnun espacio que esti libre de campos gravitatoriosintroducimos un ‘Stema de referencia galileano K (x,y,z), tami ads K° els origenes Momento. Dem tun sistema de coorde- +#) en rotaci6n uniforme con respecto a K. Consideramos de ambos sistemas asi como sus ejes Z coinciden en todo fea Rigg mes Ue para una medida espacio-temporal en el si ng Puce mantenerse la definicin anterior del significado fisico de 9 Supo Mee print 2 Posbilidad de verificar la ssimultaneidad> de sticesos inmediata- MOS en el spac Prone a ' espacio, 0 —por hablar con mis precision— para inmediata incidencia en ef al," *! Pacio-tiempo, sin dar una definicin de este con- 235 PAGINA sicuieNTE longitudes Y Gempos, Tres modelos de delos de universo Por razones de simettia 6 51 inlaén,expansiby _™*€4€dor del otigen en} plano xy he wee Yonincién, tiempo como un ctculo en el py, 4 K puede cong ee Uae Plano X'¥'de x: i annion — “Unferencia el diimetro de este _ Sponges eg u unidad Melo han do med = in universo que suffe una infinitamente pequefiacomparady 40s con un, expansion repentina pero s pes iin per cae de Giente de ambos resultados, este experi ‘on lai, y gue enemy sobre si mismo para crear rimento se tin Big Crunch con un agujero _ ™®4H €8 teposo con respecto al sistema tale: cua Son age “ : gm masse, una rege de mediren repos con rapeco ak’ tn 1e X. Esto ete ser ew nepio _ 1°7Esto se entiende inmeditament s concbinosel pene | eee : medir desde el sistema « Sob de gue parce ser como ta sestaconario» K,y tenemos en onde el nuestro, en el que hay una Ia regla de medir aplicada ala periferia sufre ung mes | segunda expansién acelerada que ' contraccién lorentzian, podria continuar hasta Ents Que laaplicada a lo largo del radio no a sue: Poro tng ue e universo se convicte __metriaeuclidiana no se aplica aK’. La nocion de coordemada defini en un vaco agotado y sin vida, arriba, que : samedi SHS ae presupone la valde de geomet euidna dia dese de un agujero negro, 42 POF Consiguiente en relacim al sistema K’. As también, somos ina ces de introducir un tiempo correspondiente alos requstos fsicosenk, abajo i 5 indicado por relojes en reposo con respecto a K’. Para convencernos de et in universo que se expande en a ¢l inicio desu vida y lo sigue __imposibilidad, imaginemos dos relojes de idéntca constituaén coloades haciendo sin legar 4 cear uno en el origen de coordenadas y el otro en la crcunferencia dl et- dcticos o estrellas sistemas importantes. El ral naranja en cada ilustracén representa familiar de la teoria de la relatividad expec Jo, y ambos concebidos desde el sistema sestcionario» K, Por un wsulado al, el reloj en a creunferenca ere es a —juagado desde K— marcha mis lento que el oto, pore pans la mayor expansién acelerada sien nee esté en movimiento y el Gltimo en reposo. Un observadoren€ on lenadis, capaz de observar el rel ena cicunene2 P= oj i respect 1) luz, veria por consiguiente que se reas pee ee do para admit qu 10> ccuestion depend explctament® algo que demuse HE eto qe 8 comin de coo! medio di d ri prepara tiene ante él. Puesto que él no estars prepat ‘idad de la luz alo largo del camino en interpretari sus observaciones O™ | tiempo, : Boe almentes marcha mis cl reloj en la circunferencia ee: énde pur 1 marcha de un reloj depende de donde Pt aes Por consiguiente, legamos oe Jel espacio y el tiempo 2° poeden ae ares cdenadas espaciles PU icone Ias diferencias de las ¢00! 236 PAGINA sicuieNTe eros de gusano que conectan espacio y tiempo. El peli en te ‘onda es que sélo permanecen abiertos un tien mpo muy breve 238 antes de cortar el puente. Perar de su aplicacién una formulacion esdeaieiaie Particularmente raleza. De modo que no h He simple dese. sistemas de coord ay nada sino con mee ee imaginables,en prinapio, det als 5 para a descripei eons 3 2S dc lneoamia ct eee _ Eas Tye genres de lana deen ae Alda pre esr tendlt oe Nae ce pecto a cualesquiera sustitucones (general ane os mente covariates) i aclecuada para el postulado de relatividad genera Pues a suna de sla suma deto- ue una teoriafisica que satsfaga este postulado tumbien ser das las sustituciones i lye, en cualquier caso,a aquels que con den a todos los movimientos relatvos de eee mensionales, Que este requisito de covariancia gener, que depo a espacio y el tiempo del dlkimo residuo de objetviad fsa es un eqn: to general, se verd a partir dela siguiente reflewn Toss mess rriablemente a una determin los sucess rales equivalen inv cespacio-temporaes. Si, por ejepla | eis enone dosomisded caciones espacio-temp« cin de coincidenci nente en el movimiento de punts mt gosde vow rezulados de ness medias 700 is suns mater He cides aces | | consistieran me nada seria observable en definitiva salvo los enc hos puntos. Ademis, 1s de tales encuentros de los Ps os materials fer de wn 10 sso ve aque verificacion de medida con otros pum ros instrumentos ned 1 de un reloj y puntos entre las manecill siamo lugar 2 dos que suceden en él : : ne 010 PoP referencia 0 8 puntuales observa eacias ASE n de un sistema de ripcién de la total tro variables eqpci- tempore 7 do suceso puntual sz, A dos sucess Pu La introduccion que faciltar ln dese mos al universo C% manera que pats ‘0% ables * de valores de las ¥ einsTetN ie. la coincidencia rsponde on sea de valores de as variables 2, ir gece por identdad de as coordenadas, Si,en ugar de las varia tx inodacioosfnciones deel Xp X'y X'ycomO Un NUE vositema de coordenadas, de modo que Tos sistemas de valores se hacen vemeponder uno 2 otro sin ambigiedad la igualdad dels cuatro coorde- sdacenelmuevo sistema serviri también como una expresién dela coin ‘adencia espacio-temporal de los dos sucesos puntuales. Puesto que toda ean experiencia fisca puede recucirse en Gltima instancia a tales coin~ cidencias, no hay ninguna raz6n inmediata para preferir ciertos sistemas de oandenadas a ott0s.Es decir, llegamos al requisito de covariancia general. 240 A Hom PRO eon ayy AN Tes CONSIDERACIONES COSMOLOGICAS SOBRE A TEORIA DE LA RELATIVIDAD GENERAL* Es bien sabido que Ia ecuacién de Poisson Vp= dakp Oo} wimiento de un punto mater en combinacién con las ecuaciones de mo n de sro perfecto para la teora de News no ¢s por el momento un susti de queend! + en cuenta la condicion valor limite Bjo. Exe accion a distancia. Adin hay que tene! infinito espacial el potencial 6 tiende hacia un. estado de cosas anilogo en la teoria de la gravitacin co relatividad Betrachtungen zur allgemieinet Relator * «Kounologische 1917, sussishen Akad, d Wissenschaion, brchte der Pre nena También aqui debemos suplementar las ecuaciones diferenciales con condiciones limite en el infinito espacial, si realmente vamos a consi~ Aerar que el universo tiene una exte mn espacial infinita. Enmi tratamiento del problema planetario escogi dichas condiciones Hmte en forma dela siguiente hipétesis: es posible seleccionar un sistema (referencia de modo que en el infinito es spacial todos los potenciales gra orion sehagan constantes. Pero no es en absoluto evidente ‘W* podainos establecer las misma ‘omar en consideracion 4 priori condiciones limite cuando que: emos Porciones mas grandes del universo fisico. En las Pinas siguien i re ee “Sulentes se offecerin las reflexiones que, hasta el presente, he 1 sobre esta cuestis "2 cuestion de fundamental importancia, “Ge La panadoja de los agujeros de gusano plantea la idea de que si vigjamos hacia atris en el tiempo ‘estamos en disposicién de alterar l pasado y, por lo tanto, también el futuro. Qué ocurifa i umo fuera hacia ats en el fiempo y matara a su abuelo antes de que su padre o su madre fueran concebides? 242 HOomsRos pe + Posce simetiaesfrica Seg ecuacién de Poisson que, para qu to, la densidad medi medida que aumenta la distancia ral centro del ve el universo,"" ¢Lumiverso segiin Newton es nto ay Poseer una masa total infinitamente grande, De tido, por consiguiente, €sto se sigue en primer lugar que la rad uerposcelestesdejari en parte el sistema newtoniano del uinees ‘2 liendo radialmente hacia fi A. para hacerse inefectiva y penderse ene infinito. :Puede pasar lo mismo con los cuerpos celeste D; mentee Posible dar una respuesta negativa a esta pregunta, En efectos sigue de hipotesis de un limite finito para en el infnito espacial que un cuerpo celeste con energia cinética finita puede llegar al infinito espacial supenn- do las fuerzas de atraccién newtonianas. Por la mecinica estadsica exe caso debe darse de vez en cuando, siempre que la energia total dl stema estelar —transferida a una tinica estrella— sea sufcientemente grande para enviar la estrella en su viaje al infinito, de donde nunca puede volver Podriamos tratar de evitar esta dificultad peculiar suponiendo un valor muy alto para el potencial limite en el infinito. seria una forma pose, si el propio valor del potencial gravitatorio no estuviera necesnamente e nos vemos abi condicionado por los cuerpos celestes. Lo cierto ¢s que m0 andes diferencias de gados a considerar la ocurrencia de cualesquiera gra tradic los hecho. potencial del campo gravitatorio como algo que contra! nitud tan bao ‘Tales diferencias deben ser realmente de un orden de magn ; se que las velocidades estelares generadas por ella no super des realmente observadhs. : ane as la ley de cistribucion de Boltzmann P Si aplicamos a las estrell meee a estelar aun gas en equilibrio t léculas, asimilando el sistem eh si lar newtoniano no puede € ogame 1 epi ge 0 oops solo. tramos que el sistema estel: sia de materia, calulada para 10. pes a densidad me: aoe ec in da con a dnc ce oo -ma estelar completo. equi = con his dimensiones del ste Una este stella en su etapa etal donde se muesta la uz que ‘apa de su superficie Una estrella comienza a colapsar (etapa intermedia) y la uz 5 atraida de nuevo hacia su superficie hasta que lega «un punto (el horizonte de stucesos) en que ya no escapard ninguna luz. La estrella se convierteen wna singularidad. 244 NoIcIONES DE CONTORNO SEGUN LA TEORIA 210s 601 taTIvIDAD GENERAL Eva rel Enka he recorrido, fo experar que se tome mucho in vente seccinlevaré al lector por el camino que yo mismo pes mneamino mis bien aspero y sinuoso, porque de otro modo erés en el resultado final del via 0 pued ies : Ta concuinaTa que Hegaré os que ls ecuaciones ce campo de. «La conclusion 2 I g : ; an todavia una ligera eovicion ue he defendido hast ahora neces “acaién, de modo que sobre [a base de la teoria de Ia relatividad ge- renal pueden evitane aguellas dficultades fandamentales que se han pre= sentado en 1 como enfrentadas a Ia teoria newtoniana, Esta modificacin comesponde perfectamente ala transiciOn de la ecuacion de Poisson (1) a Inecuacign (2) de 1. Finalmente inferimos que las condiciones de con torno en el infinito espacial desaparecen por completo, porque el conti~ tuo univers con respecto a sus dimensiones espaciales debe verse como un continuo autocontenido de volumen (tridimensional) espacial finito. Laopinién que yo mantenia hasta hace poco tiempo, respecto a las condiciones limite a fijar en el infinito espacial, se basaban en las siguien~ tes consideraciones. En una teorfa de la relatividad consistente no puede haber inercia relativa al eespacio», sino slo una inercia de wnas masas com ‘opeco a om. Si, por consiguiente, yo tengo una masa a distancia sufi- Giente de todas las demas masas en el universo, su inercia debe reducirse a cero.Trataremos de formular matematicamente esta condicidn. Segrin la teoria de la relatividad general el momento negativo viene ido por las tres primeras componentes, y la energia por la tiltima com- Ponente del tensor covariante multiplicado por Vg mV * ; 6 “ons como siempre hacemos W=— 6. dx, dx, 6) 6 ape claro de la posibilidad de escoger el siste- modo oe que el campo gravitatorio en cada punto sea 1864 *ropo, tenemos de forma mis simple ea “Pacialme POA (iti + ded + dx?) + Bde? 245 PANO EMO oa aan \orae Si, ademas, al mismo tiempo mVB. De las expresiones para el momes . c nto se sigue que m—*- desemper * Sige que m= desempeiae “onstante intrinseca de ‘mass puntua, independientemente de su poscin, ea expen ae. hemos la condicin V=g = 1 en el infinito espacial, s6lo puede anularse Papel de la masa en reposo, Puesto que m es una ¢ cuando! A disminuye hasta cero mientras que B aumenta hasta infinito Pa. rece, por lo tanto, que tal degeneracign de los cocicientes gs eid por el postulado de relatividad de toda la inercia, Este requisito implica quel energia potencial m VB se hace infinitamente grande en el infinite. As Pues, una masa puntual nunca puede abandonar el sistema; y uma imvesi- facién mis detallada muestra que lo mismo se aplica alos ayosluminosos ‘Un sistema del universo con un comportamiento semejante de los poten- ciales gravitatorios en el infinito no correria as el riesgo de echara pener Jo que se ha propuesto hasta ahora en conexién con Ia teoria newtonian. Quiero sefialar que las hipétesis simplifcadoras acerca de los potenc- les gravitatorios sobre las que se basa este razonamiento han sido introduc das meramente por razén de claridad. Es posible encontrar formulzcones ue expres generales para el comportamiento de las g,, en el infinito que expr esis restictivasadiconses Jos puntos esenciales de la cuestion sin hip cia del matemtico J. Grommes En este punto, con la amable asisten : con simetria central que 8 investigué campos gravitatorios estiticos, as neran en el infinito de la forma mencionada. Se apliaban ls Po oe r-energit Ty gravitatorios g,, y a partir de ellos se caleulaba el tenso sravitacion. Pero ‘materia sobre la base de las ecuaciones de campo de ue ae aqui se demostraba que para el sistema de ls estrelis 328 ee 6 de este tervenir en absoluto ninguna condicién de contorn? énomo de Sitter también ha remarcado recientemente ¢l astrénom TEIN einsTe 1 tensor-energia contravariante ‘T" de la materia ponderable viene El tensor-ene a dx, a Ix, de Peron Su athe onde esa densidad de materia en la medida natural, Con una elecci6n spopnda el stema de coordenadas ls vlocidades estelares son muy pesca en comparaion con lt dela uz, Por lo tanto, podemios Sea Vu dx por ds. Esto nos muestra que todas las componentes deT™” deben. ser muy pequeias en comparacion con la diltima componente T". Pero fue completamente imposible reconciliar esta condicién con las condi- cones de contorno escogidas. Visto en retrospectiva, este resultado no pa- rece sorprendente. El hecho de las pequefias velocidades de las estrellas permite la conclusion de que donde quiera que haya estrellas fijas, os po- tenciles grvitatorios (en nuestro caso VB) nunca pueden ser mucho smuyores que aqui en la Tierra, Esto se sigue de un razonamiento estadis- ico, exactamente como en el caso de la teoria newtoniana. En cualquier «20, nuestros célculos me han convencido de que no pueden postularse tales condiciones de degeneracién para las gen el infinito espacial Tia el fiacaso de este intento, se ofrecen dos posibilidades,, (@) Podemos exigir, como en el problema de los planetas, que, con tm elec adecuada del sistema de referencia, ls g,, en ef infinito es Paci se aproximen a los valores ieee O een OlenO) Se \ tit 0 0 +1 0 \ | Se gat 4 \ Podem« 01 le oe Por completo de fijar condiciones de ‘0r00 para el infinito es ro " Mito espacial que reclamen valde general pero en el fi- MS epacial del domin 5 01 : Dminio en consideracién tenemos que dar las By Por, 00 cada cag ae ‘ndividual, como hasta ahora estabamos habituados eae ™ condiciones iniciales para el tiempo, Posiliad 6) no o Aaya aie rece ninguna esperanza de resolver el probles . #abandonarlo. Esta es una posicién irrebatible, que 2 27 Homeno sumida por De Sitter." Pero debo confesar que semejan- sgetualmente € 2 te resignacion (0 tal en esta cuestion fundamental es para mi algo dificil. spn a ceplaré hasta ques haya demostrado vano todo esfuerzo por fo no lax avanzar hacia una vision satisfactoria. La posbidd (2) es instsactoria en mis de un axpecto, En primer up aqulas condiciones de contorno presaponen una eleccibn defini- gar a dha del sistema de referencia, reatividad, En segundo lugar, si adoptamos esta idea, dejamos de satisfacer que es contraria al espiritu del principio de cl requisto dela relatvidad de la inercia. Pues la inercia de un punto de masa material m (en medida natural) depende de las g,,; pero éstas difie- ren poco de sus valores postulados, dados antes, para el infinito espacial. ‘Asi pues Ia inercia estaria iyfluida, pero no estaria condicionada por la ma- tera (presente en el espacio finite). Si s6lo hubiera presente una masa puntual Gnita, segin esta vision, poseeria inercia, y de hecho una inercia casi tan grande como cuando est rodeado por las dems masas del uni- ‘eno real. Finalmente, frente a esta vision deben plantearse las objeciones ‘stadisticas que se mencionaron con respecto a la teoria de Newton. Delo que se ha dicho ahora se veri que no he tenido éxito en formu- lar condiciones de contorno para el infinito espacial. De todas formas, hay ‘odavia una posible salida, sin renunciar como se sugerta en (I). En efecto, si foer posible considerar el universo como un continuo que es fnito (ccmado) “on repeto a sus dimensiones espaciales, no necesitariamos en absoluto nin- fim de tiles condiciones de contorno, Procederemos a demostrar que el Prstulado de elatvidad general y el hecho de las pequefias velocidades es- tehres son oe compatibles con la hipétesis de un universo espacialmente fini (0; aunque ci Nadu ciertamente, para levar a cabo esta idea, necesitamos una mo- ticacién Seneralizadora de las ecuaciones de RELuNiv “FL UNIVE baa SO ESPACIALMENTE FINITO CON UNA DISTRIBUCION ORME OE MATERIA ‘campo de la gravitacién. PAGINAS ANTERIOR Y SIGUIENTE La teoria de las cuerdas (desarollada fundamentalmente tas la muerie de Einstein) ha dado lugar «nuevas teoras acerca de cémo pudo haber empezado el universo, PAGINA ANTERIOR Una representacin de un modelo reciente del comienzo del universo desde la perspeciva de 1s teoria de cuerdas y la teora de branas, Cuando se aproximan dos branas saturadas (existencias ‘multidimensionales) se envzan cen muchas dimensiones para crear tno 0 muchos Big Bangs. El contacto salaje y cataclismico las separa, pero al hacerlo regenera latentes. 249 252 , ® Queda ahora por determinar aquell components del vitatorio que definen las relciones puramente geoméer cle ico-spaces de ‘uestro continuo (G81. ).De nuestra hipStes sobre ls union dad de distribucién de las masas que generan el campo se sigue que la curvatura del espacio requerido debe ser constant, Con esta dstbuciba de masa, por consiguiente, el requerido continuo fnito de bs x, con x, constante, sera un espacio esférica, ong ‘Llegamos a un espacio semejante, por ejemplo, dea sguente mane ra, Partimos de un espacio euclideo de cuatro dimensiones & £5, con un elemento de linea do; ea, por consiguiente bc? = dE? + dS + dE + a 0 En este espacio consideramos la hipersuperficie REZB+EtH +E, ) rsupercie format donde R. denota una constante. Los puntos de esta hipe a ae carvan tun continuo tridimensional, un esp20 sradimensional de! QUE P ideo tet ia et El espacio euch sana definicion conveniente de nesta NPE?" sree aquellos puntos de la hipersuperficie q¥° = r oe ion u acuerdo con as del espacio Bsico co” ae oe ce ipcion de este continuo ti¢ jimer ct, x Para la descripeién de ee : ee oe tézminos deb 60 or esate < eee ae de linea del espacio ee (9) obtenemos pat del Yr Ay i m Pas odes = V8 = OK # vay PRET TEL+ EE Lat coor dead cenbsn comer ei ec ui aliaee epetenent ee nvenientes cuando se trata de examinar el entor- 0, & Ahora, el elemento censional requerido también nos esti dado. Para el potencial g.,, cuyos mensional re dos indices difieren de 4, tenemos que hacer ee . (12) Sm =— {Suv * ~ ee tate couacién que, en combinacién con (7) y (8), define perfectamente el comportamiento de reglas de medir, relojes y rayos luminosos. 4. COMENTARIOS FINALES* las reflexiones anteriores muestran la posibilidad de una construc in teérica de la materia a partir del campo gravitatorio y el campo lectromagnético solamente, sin la introduccién de hipotéticos términos ‘eplementarios en la linea de la teoria de Mie, Esta posibilidad se presen ‘partcularmente prometedora en cuanto que nos libera de la necesidad ‘inroducir una constante especial A para la solucidn del problema cos- Iml6gico. Por oma parte existe una dificultad peculiar. En efecto, si par- Sculrizamos (1) Para el caso estitico con simetria esférica obtenemos una ecwacs SSussn menos dels necesaras para definir los, y 4 ny con el re- iMNe de gue cualquier distribuisn ef : ricamente simétrica de electricidad ce tig on Petmanecet en equlibrio. Asi, el problema de la consti ibn de los cu tos clementales no puede ser aiin resuelto sobre la base dn diaa des ecuaciones de campo dadas ala conclusién del articulo titulado ura de hs particu Por primera vez en Sitsungsbericte der Preus- 250 Stephen Hawking en Hawking esti considerado el fisico tedrico més brillante desde stephen Ho ts sempos de Binsin, ademis de un gran divulgador de la ciencia. Su ost cra te ro Historia dl cenpo de ig bang a Ts aujeesneges vendié mis de diez ro Histor illoes de cjemplaresen cuarentalenguas,aleanzando asf un éxito abso millones "I Jutamente inusual en la bibliografia cient verso en una ciscara de nex y El futuro del espaciotiempo —éste escrito junto a, Sus siguientes obras, El uni- on Kip S Thorne y otros; también han gozado de una gran acogida Hawking nacié en Oxford, In tosatios después de la muerte de Galileo). Estudié fisica en el University terra, el 8 de enero de 1942 (trescien- College de Oxford, recibié su doctorado en Cosmologia por Cambridge yy desde 1979 ocupa la citedra Lucasiana de Matemiticas. Este puesto fire fundado en 1663 por donacién del reverendo Henry Lucas, antiguo miem- bro del parmento para la Universidad. La citedra fue primero ocupada por laac Barrow y en 1663 por Issac Newton y esti reservada a aquellos individaos considerados los pensadores mis brillantes de su tiempo. El profesor Hawking ha trabajado sobre las eyes bisicas que gobier- tan el universo. Junto con Roger Penrose demostré que la teoria de la ‘elavidad general de Einstein implicaba que el espacio y el tiempo ten- dian un principio en el Big Bang y un final en los agujeros negros. Los ‘eultidos indicaban que era necesario unificar la relatividad general con ad del ‘ glo xx. Como consecuencia de esta unificacion descubrid que los “ifeTos negros no serian completam, dcis i wicion incluso podrian desaparecer. Le teoriacuantica el otro gran desarrollo cie fico de la primera mi jente negros sino que emitirian ra a. Otra conjetura es que el universo peers fronteras en tiempo imaginario, a ae PEs Ghs con doce titulos honorificos, y ha recibido cimientos, med a Y dela US. National Aca “a 1a Vida familiar —tiene ‘90m en el mbit de ema lallas y premios. Es miembro de la Royal \demy of Sciences, y hoy continita com- tres hijos y un nieto— con su investiga- la fisica te ae orica,a la vez que sigue un extenso pro- lajes y conferencias Piiblicas, pe 255 256 AGRADECIMIENTOS guna 6: Monnnumner Design Pigina 8: Monnnier Design Pigina 12: Retrato de Nicolis Copérnic, Det Pigina 14: Modo gecéntico de Molomea, Kepreaay Photo Libary relma, 242 Pigina 15: El sistema copernicano, Nicola C ae Niirnberg, 1543 Pigina 16: NASA Johon Space Center Pigina 17: Retrto de P Pigina 18: Debate Pigina 19: Etching de Jan Luyken, Moravska Giller, Brno Pian Bi 20; Nicolis Copérnico con el sistema hehocénti, Ca PET cograing, Perr: Cave shy of Copernic, Pats, 2 21: Un fii cristiano, Ge 2 22: Mor Pag Pays Pagina 25: Moonrunner Design conge Hargl, Gena Calndan, Lond, 1594 runner Design Pagina 26: Monnmunner Design Pigina 28-29: De Amberes, 1533 smostracin de que la Thera es erica, Petrus Apans, Comp ie Pigina 30; NASA Glenn Research Center (NASA-GRC) Digina 31: NASA Johnon Space Center (NASASC) gina 34 John Feld, PC Graphics Repors Pigina 36: Atlas soportando el Universo sein William Cunningham, The Comapphial lag Londres, 1559 Pigina 37: NASA Goddard Space Fight Center (NASA-GSFC) gina 38-39, Esra aril fmencs, 1562, Plnetano Adler, Chicigo Pigina 42-43: Comps espa de uns sols mano, 1585. Duley Bares Colecton, Pais gina 46:INASA Glenn Research Center (NASA-GRO) gina 50: Gablco hacia Tos veins ain, Seal, Florencia Psgina 52: Galea, History of Science Collections, University of Olson Libraries fi 5 Cio en na Bren boy Ln Pain 34 encase Go So Foc Pit Uae x Sa Per Pi 5057 NASA Jt Prion Ltr ASAE) rigs Ras Cli Da i men Hy See Cae fesesty solar sae fica esos Bee eds owes Ree oe ee pio Tap dry ona or Gk. oceans Pg 4 Gye pag 7-7 Scene Ph kon ; gan Pigina 78: Steve Allen/Science Photo Library simp ais gina 86; NASA Johnson Space Center ~ Barth Scenes 2 ee eat 2 Pigina 90 Galileo presentando a cescopio al Dux de of Science, Florencia __—_ Mina 13 Sit lte Newton, Naonl Pot Galle, Londres Pigina 164: Monamunner Design Pagina 168: Disgrama de un ‘tclescopio reflector i a2 Nowon pp Celiboracién con he Corporation, Sette Tol Ppinde POD Dawah Pina 173: Monnnner Design Pagina 176-177: Monnaies Design Pigina 178-179: Telescopio ings, Pgna 181: Monnnimer Design Pigina 184: Monn Desigs Psgina 188-190 Monnvunmer Design gins 192-193: Monnyuner Design Pim 195; Monnmaner Desig ©1727-1748, Colecaibn priv ‘Pigina 196: Albert Einstein en 1920. Albert Einstein ‘Piguna 198: Albert Einstein de Pigina 201 P Joven, Einstein Archives, Nueva York Albert Einstein con su familia Einstein Archives, Nueva York ‘gins 202:Albere Einstein en Bedi, Schvveizeriche Landebithethek Berna gins 203:Albert Einstein con Chatic Chapin en el Pree de iy Ligh Uli Beene Pigina 204: Albert Einstein, The Jewish 1 206-207; Monauner Design Pagina 210: Monaninner Design National and University Library, jwalen Pig 24 Minne Deg pace vig 27 Manan Doig vig 2 Monae Dei pices ere oom Pins 24247 Henne Pig 2 Manan Dag Peta nemenaa Pits Spes Nong 20, Sm Coe Ee aaa por CriTICA, -sidad de Cambridge. Recdnacido i ‘come uno de los més grandes fisicos mundo, el profesor Hawking ha escrito, pese as enormes limitaciones fisicas, docenas dearticulos que significan en conjunto una aportacién a la ciencia que atin no somos capaces de evaluar adecuadamente. A sus primeras obras de divulga- cién, Historia del tiempo. Del big bang a los agujeros negros (Critica, 1988) y El universo en wna edseara de nuez (Critica, 2002) se anade ahora esta antologia que a buen seguro se conyertird en un texto cané- nico de fa ci Otras obras de Hawking publicadas por Critics son: Brevisima historia del tiempo (2005) y El gram disco (2010), ambas junto con Leonard Mlodinoyy an ilusién (2008) hecha la materia (2011), ficial del Clentifico, tecogida OR reson en el titulo Srephen Aang y vbra, tue publicadacen Critica 6h 201ge IBSCONVt:3:

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