Está en la página 1de 30

UNA VISITA AL SANTUARIO DE EL DIVINO ROSTRO Y PIEDRA DEL SOL

EN EL CERRITO, PUEBLO DE SANTA CRUZ AYOTUXCO, MUNICIPIO DE


HUIXQUILUCAN DE DEGOLLADO, ESTADO DE MÉXICO

Arqlgo. Gilberto Pérez Rico


6 de marzo de 2019

ANTECEDENTES
Ubicación geográfica
El Santuario del Divino Rostro o El Cerrito, se ubica al este de la población de
Santa Cruz Ayotuxco, municipio de Huixquilucan de Degollado; se localiza en
las coordenadas UTM WGS-84: 462325.00 m E y 2143705.00 m N, a los 3, 096
msnm, mientras que el afloramiento rocoso denominado La Piedra del Sol se
ubica en las coordenadas 462501.00 m E y 2143636.00 m N a los 3, 020 msnm
sobre la ladera sur del cerro.

Figura 1. Ubicación del Santuario del Divino Rostro y del afloramiento rocoso denominado
Piedra del Sol.

El Santuario de la Cruz del Divino Rostro


Se trata de un santuario ubicado sobre la cima de El Cerrito de Santa Cruz
Ayotuxco (del náhuatl ayotochtli: lugar de armadillos y del otomí Donkinkua);
corresponde a uno de los sitios sagrados de culto, ofrenda y peregrinaje más
importantes de la región dedicado al culto de El Divino Rostro de Cristo,

1
ubicados sobre la cima de los cerros, junto con otros santuarios como el del
Cerro de la Campana (cerro Dongú) y el de San Jerónimo Acazulco (cerro
Huey Amalucan) en Ocoyoacac.

Sobre su cima se erigió en el siglo XIX un templo cristiano sobre un


antiguo centro ceremonial otomí dedicado al culto de Makatá, “el Padre Viejo”
deidad masculina con atributos solares, del fuego y del rayo en la época
prehispánica.

En este santuario se realizan diversas celebraciones con ofrendas,


danzas y peregrinaciones dedicadas al culto de la Santa Cruz y El Divino
Rostro con la “fiesta menor” el día 3 de Mayo y la “fiesta mayor” en la última
semana de mayo; y otras fiestas a mediados de los meses de julio y
noviembre, asociadas a la petición de lluvias y al inicio y fin del calendario para
el ciclo agrícola de siembra y cosecha.

En el libro Pilgrimage in Latinoamérica, de N. Rose Crumrine y Alan


Morinis (1991:105) el investigador H. R Harvey1 señala en un artículo sobre
prácticas religiosas de Huixquilucan, que el Santuario de la Virgen de Los
Remedios (antiguamente llamado Otomcalpulco en Naucalpan) está
relacionado con el culto a la diosa otomí Makamé, y hacia este lugar, igual que
a otros santuarios, como el de Chalma, la gente de Huixquilucan realiza
grandes peregrinaciones; un santuario otomí menor es el de Santa Cruz
Ayotuxco, dedicado al Divino Rostro, que cuenta con un templo y una pequeña
capilla; existen relatos que señalan que hace muchos años existían cuevas
bajo los santuarios donde se realizaban ceremonias y ofrendas que eran
resguardadas por vigilantes indígenas, las cuales fueron bloqueadas y tapadas
en la época virreinal por ser consideradas santuarios paganos; de estos
santuarios se conserva intacto el de la Piedra de la Luna, en Dos Ríos, donde
se recuerda la asociación lunar de Makamé y su culto en cuevas y abrigos
rocoso, junto a su contraparte masculina Makatá, que se realizaba en las cimas
de los cerros de San Francisco y Santa Cruz Ayotuxco.

1H. R. Harvey, “Pilgrimage and shrine: religious practices amoung the otomí of Huixquilucan,
México”; en Pilgrimage in Latin America, N. Ross Cumrine y Alan Morinis (editores),
Contributions to the Study of Anthropology, No. 4; USA, 1991, pp. 91-107.

2
Figura 2. Escultura de piedra original con la cruz escoltada con ángeles y el Divino Rostro, y
una antigua capilla de piedra del camino procesional al Santuario del Divino Rostro en Santa
Cruz Ayotuxco.

La deidad otimí Makatá, “Padre Viejo”, dios de la montaña, el fuego, el


rayo y las lluvias, se le adoraba en las cimas de las montañas; fue remplazado
durante la época de la Conquista española, por la Cruz de Cristo; mientras que
Makamé, “Madre Vieja”, deidad femenina de la tierra, las flores, la fertilidad y la
luna, era adorada en las cuevas y los manantiales,2 y fue remplazada por la

2Garibay, Ángel María, 1957, “Las Supervivencias culturales entre los otomíes de
Huixquilucan”, p. 13-17. Cita de Claudia Trujillo Martínez, Habitar, vivir e imaginar el espacio
urbano. Un estudio sobre la identidad territorial en Huixquilucan, Estado de México. Tesis de
Licenciatura en Antropología Social de la UAM Iztapalapa; México, 2004, pp. 94.

3
Virgen María, en sus advocaciones de la Virgen de Guadalupe y la Virgen de
Los Remedios.3

Es probable que originalmente haya existido sobre la cima de “El Cerrito”


una antigua y pequeña capilla dedicada al Divino Rostro de Cristo, que fue
erigida por los padres católicos sobre un antiguo santuario, templo o adoratorio
indígena otomí; la imagen original venerada en esta capilla o altar parece haber
sido la escultura de piedra que se conserva en la actual capilla del Señor de la
Cañita; es una cruz flanqueada por dos ángeles y muestra el Divino Rostro de
Cristo, en la base tiene labrados tres clavos y un martillo; también una cinta con
la leyenda: “DIVINO ROSTRO TEN PIEDAD”.

Figura 3. Escultura labrada en piedra con la Cruz y el Divino Rostro; actualmente se


venera en la capilla del Señor de la Cañita. Probablemente sea la figura original venerada por
los otomíes en El Cerrito.

3 Trujillo Martínez, op. cit.

4
Figura 4. Aspecto del montículo ubicado en el Santuario del Divino Rostro, hacia los
años 70´s; se observan las cruces en la parte superior y una imagen de la Virgen de
Guadalupe, así como una escalinata de piedras; en la parte inferior se observa un altar con
cruces de piedra. Cortesía de Santa Cruz Ayotuxco.

Para el año de 1971, la antigua capilla o altar ubicado sobre el montículo


fue completamente remodelada, concluyendo su construcción en 1978, fecha
en la cual se dedica al Señor de la Cañita, cuya imagen fue colocada en un
niño de la misma, pero conservándose en el altar principal la escultura de
piedra original de la Cruz del Divino Rostro; una placa colocada al frente de la
capilla nos da la siguiente información dedicatoria:

ESTA CAPILLA SE INICIÓ EL DÍA 4 DE JULIO DE 1971, COMO UNA PROMESA AL


SEÑOR DE LA CAÑITA: TERMINÁNDOLA DE CONSTRUIR. LA INAGURARON LAS
SIGUIENTES PERSONAS EL DIA 8 DE JULIO DE 1978. DE SAN MIGUEL
AMEYALCO. FELICIANO AGUILAR. JUAN AGUILAR Y PEDRO GONZÁLEZ QUE EN
PAZ DESCANSE. DE SAN PEDRO TLALTIZAPAN. ROBERTO GARCÍA PEÑALOZA.
DE SANTA MARIA ATARASQUILLO. MIGUEL MONTOYA, RAFAEL MONTOYA,
VICTOR MONTOYA, MARGARITO, ANASTACIO Y SEFERINO CHAVEZ D.E.P. DE
SANTIAGUITO ANALCO. CATARINO MORALES APOLINAR. DE SAN PEDRO
ACTOPAN. TOMAS RETAMAR. D. E. P. VICENTE RAMIREZ D.E.P. DE SAN MATEO
ATARASQUILLO. TOMAS VICTORIANO. DE SAN PADRO ATLAPULCO. ANGEL
JUAREZ. Y DE SANTA CRUZ AYOTUSCO. ARNULFO SEVERIANO.

5
Figura 5. Altar y placa dedicatoria de la capilla sobre el montículo, dedicada al Señor de
la Cañita.

Figura 6. Vista de la actual capilla actual construida sobre un montículo de alrededor de


8 metros de altura, la cual alberga la escultura original de piedra que representa al Divino
Rostro sobre la Cruz flanqueada por ángeles.

6
Figura 7. Otra vista de la actual capilla del Señor de la Cañita, sobre el montículo
conocido localmente como “la pirámide”.

La fecha más antigua para la construcción del Templo Grande y


Santuario de la Cruz del Divino Rostro, ubicada al oeste de la capilla del Señor
de la Cañita, se encuentra en una placa de piedra colocada sobre un altar,
frente al quemador de velas y capilla de Guadalupe; el templo grande fue
erigido ya a finales del siglo XIX en el año de 1879; sobre un contrafuerte del
templo grande se aprecia la fecha de 1886, año probable de terminación de
dicha construcción.

Según señala la placa:

FRANCISCO DIEGO SAUCO, FUNDADOR Y MAYORDOMO DE ESTA CAPILLA,


HABIENDO COOPERADO EL PUEBLO DE SIERTA CANTIDAD Y EL CON MÁS DE
Z500 DESDE EL AÑO DE 1879, PROPIETARIO DEL TERRENO.

7
.
Figura 8. Placa conmemorativa de la fundación de la capilla en 1879 por Francisco
Diego Sauco, dueño del terreno y benefactor.

Según una leyenda local sobre el portento del Santuario, la cruz original
era de madera y fue quemada durante la guerra de Reforma, perdiéndose su
rastro, sin embargo:

Un día un pastor estaba cuidando sus borregos, pero un día unos se le echaron a
correr rumbo al cerro. Entonces el pastor fue a buscarlos y de repente escuchó una
voz que lo llamaba, pero el muchacho no hizo caso. Nuevamente le llamaron y fue
cuando comenzó a caminar hacia unos árboles muy grandes, y en medio de ellos
encontró una cruz que tenía un manto estampado, con la cara del Divino Rostro.4

Otra leyenda señala que:

Un día, las personas que se encargaban de realizar la limpieza de la capilla,


escucharon un fuerte retumbido que azotó a todo el pueblo. Los señores voltearon
hacia la imagen del santo y este les dijo que le construyeran su iglesia en el lugar de
la capilla, y así se hizo en 1879”.5

4 Tomada de Trujillo Martínez, p. 93-94.


5 Ídem.

8
Es a partir de este momento que se retoma el culto hacia la Cruz del
Divino Rostro de Cristo por los habitantes de Santa Cruz Ayotuxco, se le erige
un Santuario donde venerarla y un templo nuevo en el año de 1879, junto a la
antigua capilla o altar sobre el montículo prehispánico, donde se ubicaba
originalmente la antigua escultura de piedra de la Cruz del Divino Rostro
flanqueada por ángeles; en el Templo Grande se coloca una nueva cruz de
madera con un lienzo pintado con el Rostro Divino y un Sagrado Corazón a la
que se le rinde el culto.

En este lugar se establece una relación directa con la divinidad patrona


protectora del pueblo y sus habitantes, constituyéndose así el santuario como
centro de reunión para adoración, peticiones, culto, peregrinaje, danza y
ofrenda, conservando la esencia del antiguo culto otomí a los cerros y a las
divinidades protectoras que los habitan.

Figura 9. Capilla principal o Templo Grande erigido en 1879 para el culto al Divino
Rostro.

9
Figura 10. Altar principal de la capilla principal y la Cruz de madera con el lienzo del Divino
Rostro y Sagrado Corazón, bajada de su altar durante un paseo por el pueblo durante una
procesión. Cortesía de Santa Cruz Ayotuxco.

10
Figura 11. Diversas danzas tradicionales de arrieros y celebraciones otomís realizadas durante
las festividades principales en el atrio del Santuario del Divino Rostro. Cortesía de Santa Cruz
Ayotuxco.

11
A los costados del camino de acceso que asciende al santuario del
Divino Rostro existen también otros elementos interesantes vinculados al culto
y tradición otomí; son diversas capillas que fungen como sitios de descanso,
oración y ofrenda para los peregrinos y también como estaciones para la
celebración de Semana Santa.

Figura 12. Diversas capillas y altares con cruces y santos “guardianes” ubicados a lo largo del
camino de ascenso al Santuario del Divino Rostro; son utilizados como sitios de descanso,
oración y ofrenda durante las festividades religiosas.

Todos estos elementos tienen una razón importante de ser en la


tradición otomí; según la concepción religiosa indígena, sobre los cerros habita
la divinidad, y son considerados entes vivos “tocados por Dios”, igual que los
elementos que los conforman, como las piedras, los árboles y las cruces del
camino y altares, a los cuales también se venera y realiza ofrendas. Es por ello
que durante la Conquista, se colocaron cruces y altares sobre los cerros en los
antiguos sitios de adoración de los grupos indígenas, que fueron bien
aceptadas y tomaron el lugar de los entes protectores y guardianes de los sitios
sagrados.
12
Actualmente los grupos otomís de la zona realizan diversas
peregrinaciones tradicionales con reminiscencias prehispánicas, a los
santuarios ubicados en las cimas de los cerros de La Campana o Don gú, y
cerro de Huey Amalucan en San Jerónimo Acazulco, en Ocoyoacac; estas
peregrinaciones son organizadas por los curanderos otomíes, quienes pueden
establecer un contacto con la divinidad representada por la Santa Cruz del
Divino Rostro que se venera en la cima de los cerros; ellos tienen el don de
curar, alejar males, y realizar la petición de lluvias, controlar las heladas, el
granizo y solicitar buenas cosechas, mediante rezos, música y rituales.6

Durante el ascenso a los santuarios de los cerros y a lo largo del camino,


se realizan diversas ofrendas y ceremonias en honor a los ancestros y a los
entes o “guardianes” que habitan las montañas y resguardan el lugar en el que
fueron colocados por Dios; de esta forma los árboles y los afloramientos
rocosos son humanizados y se les ofrenda fruta, flores, bebidas, pan, hierbas
medicinales y cruces de palma.

Figura 13. Ofrendas a las piedras ubicadas en el camino de ascenso a los santuarios
sobre los cerros.

6 Peña Millán, 2017.

13
Figura 14. Ofrendas a los árboles ubicados en el camino de ascenso a los santuarios
sobre los cerros.

Las cruces y altares ubicadas en el camino al Santuario también son


humanizadas y se les ofrecen ofrendas de comida y bebida, flores y se les
atavía con prendas de vestir; estos elementos también simbolizan la presencia
y huella de la divinidad en la tierra y son considerados “guardianes” que
resguardan los lugares sagrados para el culto.

Figura 15. Ofrendas de los curanderos a las cruces y altares que resguardan el camino a los
Santuarios de la Cruz del Divino Rostro ubicado en la cima de los cerros Huey Amalucan y
Dongú.7

7Peña Millán Paola, “Son huellas de Dios”. Rituales y fiestas en los cerros de San Jerónimo
Acazulco, Ocoyoacac, Estado de México; Tesis de Licenciatura en Historia, UAEM-FH, Toluca,
2017.

14
La mayor celebración y ofrenda se realiza a la Cruz del Divino Rostro
que representa a la Divinidad, cuyo altar o templo se localiza sobre la cima de
los cerros y la cual es la patrona y protectora del pueblo, a ella se le rinde el
culto, ofrendas, ceremonias y se le realizan peticiones.8

Figura 16. Ofrenda mayor, con ceremonias, música, rezos y atavío con flores, collares y mantas
a la Cruz del Divino Rostro, que representa la divinidad que habita en la cima de los cerros. 9

La Piedra del Sol


Se le denomina como Piedra del Sol a un gran afloramiento rocoso ubicado en
la ladera sur del Cerrito del Santuario del Divino Rostro; está compuesto de
andesitas de color gris de gran tamaño que van de 8 a 20 metros de largo x 3 a
6 metros de alto; se ubican en un área muy escarpada y de difícil acceso.

8 Peña Millán, op. cit.


9 Ídem.

15
Figura 17. Ubicación del afloramiento rocoso denominado La Piedra del Sol.

Según refieren los solicitantes, tienen en su tradición oral, conocimiento


de que sobre el cerrito o actual Santuario del Divino Rostro, existió un antiguo
marcador solar al cual denominaban La Piedra del Sol, la cual fue destruida u
ocultada bajo la capilla del Señor de la Cañita o bajo el Templo de la Cruz del
Divino Rostro durante la Conquista y Virreinato; otra versión es que dicho
marcador fue arrancado y arrojado por la ladera y se perdió su ubicación con el
paso del tiempo y es posible, como marca la tradición oral, que dicho marcador
solar haya quedado abandonado en la ladera y forme parte del afloramiento
rocoso denominado La Piedra del Sol.

Por esa razón, solicitaron al INAH la inspección para tratar de verificar si


las piedras del afloramiento rocoso presentan evidencias de trabajo humano
prehispánico o si pudieron haber sido parte de un centro ceremonial o santuario
del culto solar antiguo en el cerro.

16
Figura 18. Vista general del afloramiento rocoso de La Piedra del Sol.

Durante una visita de inspección, al revisar las grandes piedras del


afloramiento, se constató que destacan por ubicarse frente al desfiladero y
desde éstas se puede divisar toda la barranca y el paisaje con los cerros al
fondo, y conforma un espacio de mirador u observatorio desde el cual se
observan las montañas localizadas al oriente, gran parte del Valle de México y
el área de la salida del sol.

Destaca una piedra saliente de forma prismática que tiene una medida
aproximada de 8 metros de largo x 2.50 m de alto; se ubica en la coordenada
UTM WGS-84: 462501 m E y 2143636 m N, a los 3, 020 msnm; sobre la cara
norte de esta piedra, ya en el desfiladero, se observan unas marcas lineales al
parecer incisas que podrían conformar un posible petrograbado ya muy
erosionado, pero que aún es posible distinguir; podría representar un personaje
antropomorfo esquematizado con los brazos extendidos a sus costados y
piernas abiertas; además sobre la superficie de la roca se observan pequeños
orificios o concavidades aunque sin orden aparente.

Por el grado de erosión y por ubicarse dicha piedra ya en el desfiladero,


no se pudo realizar una mayor inspección a la misma, sin embargo podemos
referir que la roca se encuentra orientada hacia el este, justo a la salida del sol.

17
Figura 19. Vista de la piedra que presenta un posible petrograbado lineal sobre su costado.

Figura 20. Posibles líneas incisas sobre el costado de la piedra, sobre el desfiladero.

18
Figura 21. Detalle de las líneas incisas de un posible petrograbado antropomorfo o cruciforme.

Figura 22. Detalle de las posibles líneas incisas del petrograbado.

19
Figura 23. Detalle de las posibles líneas incisas resaltadas en negativo.

Figura 24. Vista de las cañadas y cerros desde el afloramiento rocoso; la piedra se encuentra
orientada naturalmente hacia el oriente, a la salida del sol.

20
Figura 25. Otra vista de la Piedra del Sol.

Figura 26. Salida del sol tras las montañas el día 7 de marzo de 2019; vista desde el Santuario
del Divino Rostro y ubicación de los afloramientos rocosos de la Piedra del Sol. Es probable
que sí haya tenido una función como marcador y observatorio solar de solsticios y equinoccios
y marcara fechas del calendario religioso y agrícola.

21
A unos 20 metros al oeste de la Piedra del Sol se localiza otro
afloramiento rocoso de andesita, conformado por un peñasco muy erosionado,
en el cual es evidente observar líneas rectas formadas por grietas y desgaste
natural de la misma roca; esta misma erosión ha formado un diseño curioso en
la base del peñasco que simula un rostro humano mirado hacia el desfiladero.

Figura 27. Roca ubicada al oeste; muestra el desgaste y erosión natural en su superficie.

Figura 28. Figura de un rostro formada e manera natural por la erosión.

22
Figura 29. Detalle del rostro formado por erosión natural e la roca.

A unos 10 metros al este de la Piedra del Sol, se ubica otro enorme


afloramiento rocoso de prismas de andesita de gran tamaño, en el cual se
pueden observar el desgaste y erosión natural de la roca, un abrigo rocoso y
varias piedras de derrumbe depositadas en su base. Este bloque también
presenta un saliente sobre el desfiladero que podría funcionar como
observatorio solar.

El afloramiento no presenta huellas aparentes de petrograbados o


pinturas rupestres en su superficie, aunque si se observan algunos escritos y
símbolos pintados con color negro y fechas dedicatorias del año de 1920 y
1972.

23
Figura 30. Vista del enorme afloramiento rocoso.

24
Figura 31. Vista del afloramiento rocoso y gran roca formando una cueva.

25
Figura 32. Detalle de los elementos pintados sobre la roca del afloramiento; un ave, una mano,
palabras: “Recuerdo”, “Juan”, “Año”, “1920” y “1972”.

26
Figura 33. Detalle de otro escrito sobre la roca con una fecha “…7-27”.

Figura 34. Detalle del afloramiento de andesita; el saliente y abrigo rocoso también pudo
usarse como mirador para observar la salida del Astro Rey en fechas especiales del calendario.

27
Durante el recorrido al afloramiento rocoso, se constató la existencia de
materiales cerámicos de superficie asociados a las peñas, consistentes en
cerámicas históricas, entre las cuales se observó un candelero vidriado para
colocar velas, así como dos bases planas para figurilla y una cabeza de figurilla
de barro moldeada con decoración al pastillaje, que representa una cabecita de
un angelito con corona y penacho de plumas.

Figura 35. Fragmentos de cerámica histórica localizadas en las peñas de La Piedra del Sol; nos
indican un lugar donde se realiza el culto.

28
Figura 36. Figuritas históricas con base elaboradas en barro, procedentes de San Francisco
Xochicuautla, muestran a la Virgen cargando al niño Jesús en un burrito; son similares a los
fragmentos encontrados en Santuario de El Cerrito.

29
Como vimos anteriormente, en la concepción indígena otomí, las
piedras y los árboles, constituyen parte de los cerros, que son la morada de la
divinidad y son considerados los guardianes de los sitios sagrados, y por lo
tanto, son dignos de veneración y ofrenda; aún las piedras naturales son
consideradas entes protectores ya que son la manifestación de la deidad y se
encuentran en el lugar donde están porque fueron colocadas por voluntad
divina; es ahí donde se les encuentra en el paso del camino de las personas
que se dirigen en peregrinación a rendir culto y ofrenda y a dar las peticiones a
Dios, quien reside en el templo construido sobre la cima del cerro sagrado.

Arqueólogo Gilberto Pérez Rico


Centro INAH Estado de México

30

También podría gustarte