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Gaceta Jurisprudencial Nº 57 -Amparos en Unica Instancia

Expediente No. 272-2000

Expediente No. 272-2000

AMPARO EN UNICA INSTANCIA

CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD EN CALIDAD DE TRIBUNAL EXTRAORDINARIO DE


AMPARO: Guatemala, seis de julio de dos mil.

Se tiene a la vista para dictar sentencia el amparo en única instancia promovido por
Marco Tulio Abadío Molina contra el Congreso de la República. El postulante actuó con
el patrocinio del abogado José Arturo Morales Rodríguez.

ANTECEDENTES

I. EL AMPARO

A) Interposición y autoridad: presentado en esta Corte el veintidós de marzo de dos


mil. B) Acto reclamado: Acuerdo Legislativo 18-2000 emitido el veintidós de marzo de
dos mil por el Congreso de la República, que acordó remover al amparista del cargo de
Jefe de la Contraloría General de Cuentas. C) Violaciones que denuncia: derechos de
defensa y a un debido proceso. D) Hechos que motivan el amparo: lo expuesto por el
postulante se resume: a) en Acuerdo Legislativo 40-98, el Congreso de la República le
declaró electo como Jefe de la Contraloría General de Cuentas por un período
improrrogable de cuatro años, que empezó a contar el trece de octubre de mil
novecientos noventa y ocho y debe finalizar el trece de octubre de dos mil dos; b) el
veintidós de marzo de dos mil el Congreso de la República emitió el Acuerdo Legislativo
18-2000, por el que se acordó su remoción del cargo de Jefe de la Contraloría General
de Cuentas "por falta de idoneidad y negligencia en el desempeño de las funciones
asignadas en la Constitución Política de la República y demás leyes aplicables para el
efecto"; c) estima que el acuerdo de remoción del cargo constituye una amenaza y
restricción a sus derechos constitucionales, ya que mediante este acto se le condena
declarándole negligente y "falto de idóneo, sin haber sido citado, oído y vencido en
proceso legal, ante juez o tribunal competente y preestablecido y por un procedimiento
preestablecido legalmente"; además, la autoridad responsable al emitir el acuerdo
impugnado lo hace sustentado en el artículo 106 de la Ley Orgánica del Organismo
Legislativo, el cual solamente le faculta para poder nombrar a un funcionario público
pero no para destituírlo; y finalmente, la autoridad impugnada violó "la garantía de
derechos humanos de que debe respetárseme en mi dignidad, mi honra y mi
reputación", ya que no solo no se le dio la oportunidad de ejercitar sus derechos
constitucionales, sino que se le está vilipendiando en su honra y reputación al
habérsele declarado negligente y falto de idoneidad para desempeñar el cargo de
Contralor General de Cuentas "sin tener ningún parámetro para realizar semejante
declaración". Solicitó que se le otorgue amparo. E) Uso de recursos: ninguno. F) Caso
de procedencia: invocó los contenidos en los incisos b), c) y h) del artículo 10 de la Ley
de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad. G) Leyes violadas: citó los
artículos 12 de la Constitución Política de la República; 4o. de la Ley de Amparo,
Exhibición Personal y de Constitucionalidad y 11 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos.
II. TRAMITE DEL AMPARO

A) Amparo provisional: se otorgó. B) Tercero interesado: Estado de Guatemala. C)


Informe circunstanciado: la autoridad impugnada informó: a) el acuerdo que se
impugna en amparo surgió por iniciativa del diputado Carlos Bautista Godínez, quien
argumentó sobre su procedencia y conveniencia, y al haberse agotado la discusión del
mismo, se procedió a la votación correspondiente habiéndose aprobado por mayoría
absoluta por el Pleno del Congreso; b) al emitir el acuerdo en referencia, el Congreso
de la República actuó en ejercicio de la facultad de remoción o destitución del Contralor
General de Cuentas que expresamente le confiere el artículo 233 de la Constitución,
facultad que es inherente a dicho Organismo, pues es éste el que recibe los informes
del funcionario público mencionado con relación a los asuntos sometidos a su
consideración y conocimiento; c) para poder llevar a cabo su función, el Contralor
General de Cuentas debe gozar de tres cualidades: probidad, independencia e
idoneidad, siendo la última de las tres la que no concurre en el caso del amparista,
siendo por ello que se consideró procedente la emisión del acuerdo reclamado; d) el
artículo 233 constitucional no indica ni requiere que la calificación de negligente o falto
de idoneidad del Contralor General de Cuentas para desempeñar su cargo competa a
otra autoridad, organismo o entidad que no sea el propio Congreso de la República; y
tampoco establece que para la remoción del Contralor General de Cuentas en los casos
de negligencia y falta de idoneidad se requiera el agotamiento de procedimiento
administrativo o judicial alguno; por el contrario, la remoción del cargo antes
mencionado es una facultad exclusiva del Congreso de la República, que para el caso
concreto no evidencia violación de la garantía constitucional del debido proceso de
Marco Tulio Abadío Molina. D) Remisión de antecedentes: se remitió copia autenticada
de las actuaciones legislativas que originaron la emisión del Acuerdo Legislativo 18-
2000. E) Prueba: a) los antecedentes remitidos al amparo; b) informe circunstanciado
rendido por la autoridad impugnada; c) informe rendido por la Corte Suprema de
Justicia, Cámara de Amparo y Antejuicio, en el que se informa sobre la existencia de
diligencias de antejuicio promovidas por Nery Gregorio López Alba, Manuel Antonio
Cospin, Marco Polo Menchú Arreaga y Roberto Espinoza Prado contra Marco Tulio
Abadío Molina.

III. ALEGACIONES DE LAS PARTES

A) El postulante reiteró las argumentaciones vertidas en su escrito introductorio de


amparo y además indicó: a) el Congreso de la República sustentó la emisión del
Acuerdo Legislativo 18-2000 en una serie de señalamientos, sindicaciones e
imputaciones que no están debidamente acreditadas, ni son atribuciones que la ley de
la materia le impone al Contralor General de Cuentas a título personal, de acuerdo con
los artículos 18 y 32, numeral 4o. de la Ley Orgánica del Tribunal y Contraloría de
Cuentas; b) conforme el artículo 106 de la Ley Orgánica del Organismo Legislativo, el
"Congreso de la República está facultado para dictar el Acuerdo que declara electo a
los funcionarios que por mandato legal le corresponde hacerlo, pero no está facultado
para dictar acuerdos de destitución de funcionarios que fueron legalmente electos,
menos sin que hubiere transcurrido el plazo para el que fueron electos, y sin observar
el debido proceso"; c) al habérsele declarado negligente y falto de idoneidad, sin
cumplir con el debido proceso, se ha destruido su "buen nombre, como profesional de
las Ciencias Económicas que soy" y se ha atacado "de manera por demás ilegal" su
prestigio como profesional, razón por la que promueve amparo a efecto de que se le
restaure el derecho que le garantiza el artículo 11 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos en cuanto al respeto a su honra y reconocimiento a su dignidad.
Solicitó que se le otorgue amparo. B) La autoridad impugnada alegó: a) el Congreso de
la República emitió el acuerdo que se objeta en amparo con fundamento en el artículo
233 de la Constitución, que le faculta para remover al Contralor General de Cuentas en
los casos de negligencia, delito y falta de idoneidad; b) no existe violación a derechos
constitucionales del amparista, ya que las causales de negligencia y falta de idoneidad
que originaron la remoción no requieren de procedimiento legal alguno para ser
declarados por tratarse de juicios de valor que se encuentran inmersos en el contenido
de un mismo vocablo, aparte de que el amparista "siempre tuvo la oportunidad de
pronunciarse y defenderse" respecto de las sindicaciones que originaron tales causales;
c) el artículo 106 de la Ley Orgánica del Organismo Legislativo "es el basamento legal
que el Congreso de la República tiene para la emisión de los Acuerdos y que es lógico
establecer que si le otorga el derecho de declarar electos a aquellos funcionarios que lo
hubieren sido de conformidad con la ley, se encuentra inmerso dentro del mismo que
si le da la facultad para declarar electos también le da la facultad de removerlos." por
lo que no existe violación de los artículos 154 y 156 de la Constitución; d) no existe
violación del artículo 11 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, ya que
de conformidad con la connotación que a los vocablos "negligencia y falta de
idoneidad" confiere el Diccionario de la Real Academia Española, éstos califican a la
persona cuando desempeña un cargo y no a la persona en lo individual. Solicitó que se
deniegue el amparo. C) El Estado de Guatemala, tercero interesado, a través del
Procurador General de la Nación expresó: a) si bien es cierto que el artículo 233
constitucional no contempla un procedimiento para remover al Jefe de la Contraloría
General de Cuentas, también lo es que con base en el derecho de defensa que
establece el artículo 12 de la Constitución nadie puede ser condenado ni privado de sus
derechos, sin haber sido citado, oído y vencido en proceso legal ante juez o tribunal
competente; por lo que para destituir al amparista del cargo antes indicado, lo
prudente era vencerle en un procedimiento legal en tribunal competente, a efecto de
establecer la inidoneidad y negligencia en que el funcionario destituido hubiere
incurrido, por tratarse de presupuestos no pueden ser evaluados en forma subjetiva
por los miembros del Congreso de la República; b) si el amparista cumplió con todos
los requisitos establecidos en el artículo 234 de la Constitución y fue escogido por la
Comisión de Postulación y electo por el Congreso de la República, se entiende que era
una persona idónea y, en consecuencia, para ser removido debió establecerse
plenamente su negligencia e inidoneidad mediante la citación previa y la audiencia
debida; c) conforme el artículo 106 de la Ley Orgánica del Organismo Legislativo, el
Congreso de la República no puede, mediante el tipo de acuerdos que señala dicho
artículo, remover al Jefe de la Contraloría de Cuentas, y al hacerlo de esa manera el
Congreso de la República se excedió en sus funciones, violando derechos
constitucionales del amparista. Solicitó que se otorgue amparo. D) El Ministerio Público
alegó: a) el artículo 233 de la Constitución faculta al Congreso de la República para
remover del cargo al Contralor General de la Nación en los casos de negligencia,
delitos y falta grave de idoneidad, sin señalar norma específica ni procedimiento a
seguir; b) la decisión del Congreso de la República de remover de su cargo al Contralor
General de Cuentas, fue tomada con fundamento en la norma constitucional citada y
en el artículo 106 de la Ley Orgánica del Organismo Legislativo, por lo que el amparo
solicitado es improcedente. Solicitó que se deniegue el amparo.

IV.ALEGACIONES EN EL DIA DE LA VISTA PUBLICA.

A) El postulante y el tercero interesado reiteraron las argumentaciones vertidas en sus


alegatos presentados en el proceso de amparo y solicitaron que se declare procedente
el mismo. B) El Ministerio Público, reiteró la argumentación de que la autoridad
impugnada actuó en correcto ejercicio de sus facultades legales y solicitó que se
deniegue el amparo. C) El Congreso de la República no alegó en esta audiencia.
CONSIDERANDO

-I-

El amparo protege a las personas contra las amenazas de violaciones a sus derechos o
restaura su imperio cuando la violación se hubiere consumado. Jurisprudencia de este
tribunal expresada en fallos de catorce de junio de mil novecientos ochenta y ocho
(Expediente 93-88, Gaceta 8, página 214) y once de septiembre de mil novecientos
noventa y ocho (Expediente 386-98, Gaceta 49, página 552), ha reconocido que el
ámbito del amparo se entiende a "toda situación susceptible de riesgo o amenaza,
proveniente de actos, resoluciones, disposiciones o leyes de autoridad que, de alguna
manera, atenten contra las libertades fundamentales de las personas."

- II -

Marco Tulio Abadío Molina acciona en amparo contra el Congreso de la República


reclamando contra la emisión del Acuerdo Legislativo 18-2000, de veintidós de marzo
de dos mil, por medio del cual acordó removerle del cargo de Jefe de la Contraloría
General de Cuentas.

Respecto de dicho acuerdo el amparista denuncia concretamente violaciones de sus


derechos de defensa y a un debido proceso, al habérsele destituido, sin haber sido
previamente citado, oído y vencido en proceso legal, ante juez o tribunal competente y
por procedimientos preestablecidos legalmente, mediante acuerdo legislativo apoyado
en una norma que faculta al Congreso de la República para poder nombrar a un
funcionario público (artículo 106 de la Ley Orgánica del Organismo Legislativo) pero no
para destituírlo y, porque, al habérsele declarado negligente y falto de idoneidad para
desempeñar el cargo antes relacionado, sin la audiencia previa, se le afecta respecto a
su honra y dignidad que le garantiza el artículo 11 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos.

Al rendir su informe circunstanciado, la autoridad impugnada argumentó que la norma


constitucional que autoriza la remoción del cargo del Contralor General de Cuentas no
establece que para acordar tal remoción en los casos de negligencia y falta de
idoneidad, se requiera el agotamiento de procedimiento administrativo o judicial
alguno, ya que dicha remoción es facultad exclusiva del Congreso de la República, la
que puede ejercer mediante la emisión de un acuerdo legislativo.

De lo anterior esta Corte evidencia que son dos las situaciones que deben dilucidarse
en este fallo: a) la obligatoriedad de audiencia previa al afectado en los casos de
remoción del cargo de Contralor General de Cuentas que contempla la ley, y, b) si el
Congreso de la República está facultado para acordar tal remoción y hacerlo mediante
la emisión de acuerdo legislativo.

- III -

Los derechos de audiencia y al debido proceso reconocidos en el artículo 12 de la ley


fundamental, al provenir de una norma general prevista en la parte dogmática, deben
tener plena observancia en todo procedimiento en que se sanci one, condene o afecten
derechos de una persona. Tienen mayor relevancia y características en los procesos
judiciales es cierto, pero su aplicación es imperativa en todo tipo de procedimientos,
aún ante la administración pública y Organismo Legislativo y cualquier otra esfera de
actuación, media vez, por actos de poder público, se afecten derechos de una persona.

Tales derechos abarcan la potestad de ser oído, de ofrecer y producir medios de


prueba y de rebatir las argumentaciones deducidas, y el pronunciami ento definitivo de
conformidad con la ley. Su observancia es vital por cuanto determina protección de los
derechos de la persona y fortalece la seguridad jurídica.

Es doctrina legal expresada por esta Corte, en sentencias de veintiocho de marzo de


mil novecientos noventa y seis, uno de abril de mil novecientos noventa y siete y
diecisiete de noviembre de mil novecientos noventa y ocho, que la condena o privación
de derechos de una persona puede ser legítima sólo si se ha tenido como antecedente
la citación previa al interesado con la oportunidad de una adecuada defensa.
(Expediente 780-95, Gaceta 39, página 663; Expediente 894-96, Gaceta 44, página
133 y Expediente 327-98, Gaceta 332, página 50).

En caso semejante, refiriéndose a la garantía constitucional de audiencia, esta Corte


ha expresado que "Se trata, en cada uno de los procedimientos que leyes de diversa
índole han previsto, de satisfacer la exigencia de oír adecuadamente a quien la
denuncia afecte, a fin de llevar a cabo el iter procesal, porque es la audiencia la que
legítima la labor de ponderación del asunto que la autoridad deba decidir, salvo, desde
luego, frente al silencio del obligado a responder, que puede obrar como tácito
asentimiento del hecho por el cual se le cuestiona (...) Este derecho de la persona ha
sido virtualmente la principal preocupación de esta Corte en el ejercicio de su
competencia en amparo, habiéndose establecido su doble condición de derecho propio
y garantía de otros derechos. El desarrollo jurisprudencial ha ido perfilando los
alcances de este derecho y, en particular, en lo que al caso examinado concierne, la
garantía de audiencia. Pasados doce años de análisis constante por esta Corte de los
elementos que integran el debido proceso, debe considerarse consolidado el principio
de que la audiencia prevista en las leyes procesales es no sólo fundamental sino
elemental (...) Siendo el amparo una protección de los derechos de la persona cuando
a ésta se le ha inferido agravio, no puede tenerse como causa fenecida aquella en la
que una de las partes no ha tenido oportunidad de defensa, o que se le haya privado
de sus derechos sin las garantías del debido proceso, siendo entre éstas de valor
capital el de la audiencia o citación, que implican la base de un verdadero juicio (...) En
virtud de la supremacía constitucional, todo el ordenamiento jurídico debe guardar
armonía con los valores, principios y normas, por lo que en materia administrativa,
como en cualquier otra, el derecho de defensa y el de audiencia deben sostenerse
plenamente (...) respecto del proceso legal (...) no pueden tenerse como iguales los
judiciales con los administrativos, por existir en la legislación diferentes regulaciones,
las que responden a la naturaleza de cada uno de ellos, siendo, eso sí, aplicables a
ambos aquellos principios que son fundamentales en todo sistema de Derecho."
(Sentencia de 4 de febrero de 1988, Expediente 223-87, Gaceta VII, página 5)."
(Sentencia de once de septiembre de mil novecientos noventa y ocho, expediente 386-
98, Gaceta 49, páginas 554 a la 557).

Esta Corte ha considerado pertinente citar la doctrina legal antes relacionada, a efecto
de determinar concretamente que el derecho primario en todo procedimiento por
medio del cual se pretenda afectar a una persona, es el derecho de l a defensa jurídica,
el cual se origina desde la oportunidad de audiencia debida al afectado, con el objeto
de que éste alegue lo que considere pertinente respecto de la imputación que se le
formula.
Esta garantía -de audiencia-, mutatis mutandis, también está contenida en los artículos
61, 66 y 67 de la Ley Orgánica del Organismo Legislativo, cuerpo normativo cuyo
artículo 5. que requiere que su aplicación e interpretación sea de conformidad con la
Constitución Política de la República.

-IV-

En el caso que se examina se ve que el Acuerdo que se objeta en amparo surgió en la


sesión ordinaria celebrada por el Congreso de la República el veintidós de marzo de
dos mil, por iniciativa de un diputado, que presentó, para su discusión en el pleno, el
proyecto de acuerdo legislativo para remover al Jefe de la Contraloría General de
Cuentas, fundamentado en sindicaciones de negligencia, "por el hecho de no haber
tenido aplicación para poder ejercer las funciones que le manda la Constitución Política
de la República de Guatemala y, específicamente, la fiscalización." y en el hecho de
que varias municipalidades denunciaron que en sus respectivas jurisdicciones
encontraron "obras sobrevaluadas, malversaciones, préstamos que se concedieron sin
tomar en cuenta la capacidad de pago de los mismos municipios, y que a pesar de
esas denuncias concretas que se hicieron presentes y en este mismo Congreso, hasta
la fecha el actual Jefe de la Contraloría General de Cuentas no ha tomado eco de esas
denuncias y que, según su obligación constitucional, debió haberlas presentado al
Ministerio Público."

No obstante tratarse de hechos concretos, no consta en las actuaciones legislativas


remitidas a esta Corte, que de esas imputaciones se haya dado la audiencia respectiva
al funcionario, que le haya posibilitado de las potestades que integran los principios de
defensa y debido proceso. Contrario a ello, el proyecto de acuerdo legislativo fue
aprobado por el pleno del Congreso de la República sin la audiencia previa del
afectado. Estos hechos permiten advertir al tribunal un proceder omisivo de la
autoridad reclamada, violatorio de la garantía constitucional de audiencia contenida en
el artículo 12 de la Constitución, norma de aplicación primaria.

-V-

En cuanto a la facultad que el Congreso de la República tiene de remover del cargo al


Contralor General de Cuentas -cuestión debatida por el amparista y por el Procurador
General de la Nación- mediante acuerdo legislativo, se considera pertinente ponderar
los siguientes aspectos: de acuerdo con el primer párrafo del artículo 233 de la
Constitución, corresponde al Congreso de la República, elegir para un período de
cuatro años al Jefe de la Contraloría General de Cuentas. Es evidente que si el
legislador constituyente le dio facultad al Organismo Legislativo para elegir a dicho
funcionario el órgano elector la tiene también para acordar su remoción, tal y como se
reconoce en el párrafo citado en la parte que dice: "Sólo podrá ser removido por el
Congreso de la República en los casos de negligencia, delito y falta de idoneidad.". Lo
anterior implica que sólo cuando existan elementos de juicio que determinen la
existencia de las causales establecidas, se podrá acordar tal remoción, sin obviar la
audiencia previa al funcionario afectado.

En otro orden de cosas, este tribunal estima que si para declarar la elección de un
funcionario (como podría ser el caso del Jefe de la Contraloría General de Cuentas), se
requiere de un acuerdo legislativo, se entiende, en una correcta interpretación a
contrario del numeral 2) del artículo 106 de la Ley Orgánica del Organismo Legislativo
y su integración con el numeral 9) de dicho artículo, que también por medio de
acuerdo legislativo puede declararse la remoción del cargo de dicho funcionario; en
consecuencia, no es atendible el argumento esgrimido tanto por el postulante como el
Procurador General de la Nación, en el sentido de que el artículo precitado "solamente
faculta a este Organismo de Estado para poder nombrar a un funcionario público, pero
no para destituirlo."

- VI -

Lo considerado en este fallo conduce a la conclusión de que la autoridad reclamada


violó, en perjuicio del accionante, su derecho constitucional a la debida audiencia,
reconocido en el artículo 12 de la Constitución; por lo que esta Corte, atendiendo la
naturaleza normativa fundante del texto constitucional, y como tal, Derecho
directamente aplicable cuando se trata de derechos fundamentales de la persona,
concluye que, sin limitar la facultad que tiene el Congreso de la República de acordar la
remoción del cargo del Jefe de la Contraloría de Cuentas en el evento de concurrencia
de cualquiera de los supuestos a que se refiere el artículo 233 constitucional, la
protección solicitada por Marco Tulio Abadío Molina es viable y así debe declararse en
el pronunciamiento correspondiente, a efecto de restaurar al amparista en el goce del
derecho fundamental violado; sin condenar en costas a la autoridad impugnada.

LEYES APLICABLES

Artículos citados y 265, 268, 272 inciso b) de la Constitución Política de la República;


4, 10, 42, 43, 44, 46, 49 inciso a) 56, 57, 149, 185 y 186 de la Ley de Amparo,
Exhibición Personal y de Constitucionalidad, 8 y 14 del Acuerdo 4-89 de la Corte de
Constitucionalidad.

POR TANTO

La Corte de Constitucionalidad con base en lo considerado y leyes citadas resuelve: I)


Otorga amparo a Marco Tulio Abadío Molina y le restablece en la situación jurídica
afectada. II) Deja sin efecto, en cuanto al amparista, el Acuerdo Legislativo 18-2000
emitido por el Congreso de la República el veintidós de marzo de dos mil; III) No se
condena en costas a la autoridad impugnada. IV) Notifíquese.

LUIS FELIPE SAENZ JUAREZ

PRESIDENTE

ALEJANDRO MALDONADO AGUIRRE

MAGISTRADO

RUBEN HOMERO LOPEZ MIJANGOS

MAGISTRADO

JOSE ARTURO SIERRA GONZALEZ

MAGISTRADO
FERNANDO JOSE QUEZADA TORUÑO

MAGISTRADO

MANUEL ARTURO GARCIA GOMEZ

SECRETARIO GENERAL

»Número de expediente: 272-2000

»Solicitante: Marco Tulio Abadío Molina

»Autoridad impugnada: Congreso de la República

»Clase de Documento: Amparos en Unica Instancia

»Tipo de Documento: 2000

»número de expediente: 272-2000

»solicitante: Marco Tulio Abadío Molina

»autoridad impugnada: Congreso de la República

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