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4/10/2014 ¿Por qué pedagogía laboral?

¿Por qué pedagogía laboral?

En este artículo se reflexiona acerca de la formación de los cientistas de la


educación como pedagogos laborales, de sus alcances, limitaciones y
posibilidades, en un contexto formativo universitario - altamente crítico y
escéptico- respecto de las posibilidades de intervención del pedagogo en
ámbitos ajenos al sistema educativo formal en general y de las respuestas que
éste podría definir en relación a las organizaciones y al sector económico-
productivo en particular.

¿POR QUÉ PEDAGOGÍA LABORAL? ¿POR QUÉ PEDAGOGOS LABORALES?

Se plantean las dificultades emergentes frente al planteamiento de una especialización de


postgrado en Pedagogía Laboral, que revierta este imaginario fuertemente arraigado en el
centro formativo, en sus graduados y en su profesorado. Para ello, se toma en cuenta la
identidad profesional y la profesionalización de quien se enfrentará con la identidad y el
desarrollo profesional de otros sujetos, en una actividad en la que, paradójicamente, se
conjugan el corpus de conocimientos, la permeabilidad de funciones, la precariedad de
estatus y la propia formación del sí mismo profesional en relación a las "del otro" a quien
asiste, asesora y forma.

PLANTEAMIENTOS INICIALESlkjñlkjñlk
El escenario social y laboral de los últimos años en la Argentina tuvo protagonistas,
contenidos, formas de expresión y efectos novedosos, involucrando y atravesando todos
los segmentos de la estructura social, poniendo en evidencia y materializando expresiones
inéditas de una crisis sistémica: exclusión social, generalización de la pobreza,
precarización laboral, desarticulación del tejido social, deterioro de la legitimidad de las
instituciones políticas, lasitud de los dispositivos de disciplinamiento y control social.

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En ese marco, y desde el ámbito de la formación se plantea la necesidad de interpretar


esta compleja coyuntura que impacta en lo laboral- productivo, favoreciendo respuestas a
partir de una propuesta de formación continua que ofrezca la posibilidad de tomar a la
titulación de base de los cientistas de la educación, formándolos como pedagogos
laborales.

Pero este planteamiento no es compartido por todos los sectores. Desde la perspectiva
académica, y en el seno de la universidad pública en la que se genera este planteo,
conviven una serie de ideas contradictorias respecto de las necesidades y demandas socio-
laborales y de las respuestas institucionales, sociales y políticas que la carrera universitaria
(específicamente, la del cientista de la educación ) debe encarnar, emergiendo un
imaginario complejo e intrínsecamente contradictorio acerca de las funciones profesionales
a desarrollar en el campo de la educación y de la formación.

A una imagen difuminada y declamativa de un profesional voluntarista, preparado desde


una perspectiva teórica, para responder más bien a necesidades puntales del sistema
educativo y de la educación reglada en prácticas convencionales, se le contrapone una
realidad socio- productiva circundante, compleja y contradictoria a la que es difícil
interpretarla, interpelarla y responderle desde las habilidades y saberes desarrollados
durante la formación inicial.

Es este uno de los meollos en lo que quisiera detenerme para re- preguntar los planteos del
inicio: ¿es posible que un profesional adherido a este ideario pueda afrontar las
necesidades emergentes y cada vez más apremiantes de una sociedad que reclama
intervenciones innovadoras y racionales en contextos que no son los propios de los
escenarios de la educación reglada para la cual se ha formado? ¿De qué modo hacer
frente a necesidades educativas y de formación de amplios colectivos que reclaman
colaboración y asistencia para replantear sus proyectos vitales, profesionales e
institucionales, cuando la propia identidad profesional (como profesionales de la educación
y de la formación) no ha sido cuestionada y permanece en una impermeabilidad y
ambigüedad sin demasiadas respuestas?

¿Por dónde empezar y cómo provocar el desequilibrio necesario para re-pensar la propia
formación en vistas a responsabilizarse de la formación de los otros? ¿Se justifica plantear
una especialización en Pedagogía Laboral a partir de una titulación previa en Ciencias de la
Educación, cuando la comunidad profesional de pertenencia y referencia no ha definido una
posición al respecto?

¿Es lícito plantear la especialización como pedagogo laboral sin que los escenarios y las
circunstancias regionales sean propicios todavía? Dicho esto en varios sentidos:

Desde la propia institución universitaria de formación que mantiene una visión


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restringida de la formación en y para el trabajo por parte de los graduados en


Ciencias de la Educación;
Desde la propia identidad profesional de los cientistas, configurada a partir de una
compleja transacción biográfica y relacional que involucra las trayectorias personales
y la formación inicial entre muchas de las variables intervinientes del desarrollo
identitario, y que, en este caso, se traduce en una identidad que es reflejo de la
adhesión y percepción de un campo profesional restringido y convencional.
Desde el sí mismo colectivo profesional del cientista de la educación en cuanto a
expectativas de intervención, experticia y valoración de la propia formación y que se
manifiesta en una cultura profesional que es localista y anclada más bien en objetos
de deseo que en aspectos cognitivos o racionales.
Desde el contexto organizacional y laboral regional que hasta el momento confía y
demanda sus necesidades a otro tipo de profesionales: administradores de recursos
humanos, psicólogos, comunicadores sociales, entre otros.

Entonces, ¿cómo plantear y concretar la formación de pedagogos laborales, a partir de la


formación previa en Ciencias de la Educación, en este contexto específico en el que hasta
ahora pareciera no advertirse la oportunidad de participar racional, activa y críticamente,
modificando, incidiendo, detectando, formando, investigando a todos los sectores y
variables involucrados en el sector productivo de la sociedad en la que interactúan?

¿POR QUÉ PEDAGOGÍA LABORAL?


La elección y decisión de esta nomenclatura para la especialización en cuestión, la de
Pedagogía Laboral, no es fortuita y está íntimamente relacionada con la tradición teórica y
modélica de la universidad pública argentina que es sumamente sensible, crítica y
cuestionadora de enfoques formativos que puedan asociarse al pragmatismo y al
economicismo.

En la Argentina, el desempleo, la precarización laboral y la exclusión han puesto de


manifiesto en las agendas de todos los actores, la importancia de la relación entre
formación y trabajo, sin haber, creemos, agotado la discusión. "Esta situación ha dado lugar
a vacíos conceptuales importantes, a supuestos nunca explicitados sobre lo que se
entiende por educación y trabajo, sobre los contenidos de los programas de enseñanza,
sobre nuevas carreras y certificaciones, sobre la utilización que los sujetos hacen de los
saberes aprendidos en la instancia de formación y la que hacen las organizaciones
productivas, sobre los aprendizajes realizados en los espacios de trabajo y su validación en
términos académicos, sobre las implicancias que las nuevas formas de gestión del trabajo y
de la calidad tienen para con la construcción de saberes por parte de los sujetos y las
organizaciones"
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A partir de estas consideraciones, resulta importante plantear un espacio de reflexión,


debate y especialización que permita avanzar en la discusión de los vacíos existentes tanto
en términos conceptuales y teóricos como de referencia empírica.

La carrera de especialización en Pedagogía Laboral está pensada como la posibilidad de


dar respuestas a las necesidades derivadas del campo de la formación en el mundo del
trabajo, desde la perspectiva de las Ciencias de la Educación.

Su corpus incluye el estudio de la génesis y transformaciones de las lógicas productivas y


organizacionales, las dimensiones (socio- productivas, psico sociales y educativas) de la
disciplina y la práctica, los ámbitos de intervención profesional, y los alcances y las
limitaciones de sus funciones, tomando en forma general a las necesidades emergentes de
la comunidad (precariedad laboral, trabajo informal, acceso al primer trabajo, jubilación
anticipada, retiro voluntario, desocupación, reconversión laboral, atención de los planes
sociales y compensatorios, alienación y conflicto laboral, entre otras), y específicamente a
las necesidades y características derivadas de las distintas organizaciones (económicas,
productivas, ONG, de servicios, etc.) como escenarios laborales del pedagogo.

Como disciplina, estudia e intenta delimitar sus alcances en relación con la Psicología
Laboral, la Psicopedagogía Laboral y la Administración de los Recursos Humanos, que son
los abordajes tradicionales y convencionales de una praxis que, en nuestro contexto, suele
estar desdibujada y solapada en cuanto a las responsabilidades, las competencias y los
alcances específicos.

La dimensión educativa de la Pedagogía Laboral se focaliza en la detección de


necesidades educativas y de formación; en el diseño de los planes y programas
personales, institucionales y comunitarios de la formación y capacitación ocupacional,
profesional y laboral; en su desarrollo y su evaluación; en el planteamiento de la formación
continua a partir del e- learning, en el aprendizaje de los adultos en contextos organizativos
y en el conocimiento para la acción, entre los aspectos más sustantivos.

La Pedagogía Laboral "transversaliza" a lo largo de todo su trayecto formativo una reflexión


permanente acerca de la propia identidad profesional y la importancia de esta reflexión
radica en las dificultades identitarias que conlleva la formación de base (Ciencias de la
Educación)- que fuera amplia y profundamente investigada en el contexto nacional- a lo
que se añade la difuminación de un campo de intervención que se presenta como inédito
en el contexto regional.

SER PEDAGOGO LABORAL


Ser pedagogo laboral y actuar como un profesional dedicado a investigar, asistir, asesorar,
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detectar, formar, en una palabra intervenir y ocuparse de los problemas y desafíos que el
mundo laboral y productivo plantea desde la perspectiva de los procesos educativos,
implica un laborioso trabajo personal previo y un trayecto formativo inexorablemente
reflexivo y crítico.

Retomamos los dilemas que, sobre la formación de los profesionales de la formación,


plantea Navío (2005) y que lo hacemos extensivo a la de los pedagogos laborales.

Un primer dilema es el de la profesionalidad del pedagogo laboral y que se remite, entre


otros aspectos, al del conjunto de competencias reconocidas socialmente y que son
específicas de la profesión. En el caso de esta especialización profesional, es muy difícil
delimitar la especificidad que le da carácter, mucho más en el contexto regional de
referencia en donde no existen redes que nucleen, delimiten, evalúen ni regulen los
diferentes roles, funciones o competencias profesionales en el área.

En relación a la profesionalidad del pedagogo laboral, es necesario redimensionar algunas


de las características que Navío designa en relación a la profesionalidad del formador, y
que son:

La permeabilidad de sus funciones


La precariedad de su ejercicio y de su estatus profesional
La debilidad de su formación

A lo que agregaríamos:

La propia formación del sí mismo profesional en relación a las "del otro" a quien
asiste, asesora y forma.

En ese sentido, el pedagogo laboral es un profesional que desafía un status quo en el cual
suele valorarse las características de otras profesiones de base (contadores públicos,
administradores de empresa, licenciados en recursos humanos, psicólogos) que asumen
funciones formativas, investigativas, y educativas, y que representan distintos perfiles
profesionales en el campo de la pedagogía laboral.

De allí la necesidad de plantear la especialización de Pedagogía Laboral para aquellos que


tienen como formación inicial la de Ciencias de la Educación.

LA PROPUESTA
Existe una gran heterogeneidad en torno a los profesionales que ejercen la función de
formación con diferentes funciones y en diversos contextos de actuación, formal y no
formal, inicial y continua (Tejada, 2002: 4), y frente a este panorama que puede llevar a la
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confusión y a la inespecificidad, se impone y se justifica realizar un planteo que ponga en


tela de juicio la aparición de formadores ocasionales que cumplen roles y funciones en los
diferentes contextos económicos, laborales, políticos y culturales.

Se hace necesario entonces realizar un profundo debate que permita delimitar los alcances
de un planteo de formación que se desarrolle fuera de los contextos de educación formal, y
que pueda justificar la profesionalidad del pedagogo en los entornos socio- laborales e
institucionales, a partir de una serie de fundamentos claves que permitan dar estructura
global y lógica a la propuesta, como por ejemplo el campo de formación inicial del formador,
el ámbito de formación continua, los procesos permanentes de innovación y el contexto
referencial a los ámbitos de exigencia profesional y ocupacional (Tejada, 2002).

Para la elaboración del proyecto de Especialización en Pedagogía Laboral en la


Universidad de Salta se realizó un relevamiento exhaustivo y un análisis de experiencias
similares de formación universitaria que pudiesen registrarse a nivel nacional, advirtiendo
que la mayoría de las propuestas de post grado, tanto oficiales como privadas, están
vinculadas a las áreas de la administración, liderazgo, capacitación y gestión de los
recursos humanos, como así también vinculadas a la formación de formadores en distintos
niveles (caso de la carrera de especialización en Formación de Formadores desarrollada en
la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA), pero que la Pedagogía Laboral no se
encuentra registrada previamente como una carrera de postgrado, ni como especialidad ni
como maestría en el contexto nacional. La ausencia de otras experiencias similares en el
país alimenta la originalidad de la propuesta.

A nivel internacional, se tuvo en cuenta especialmente el antecedente presentado por la


Universidad Autónoma de Barcelona a través del Grupo de Investigación CIFO, basado en
el modelo contextual- crítico de formación de formadores (Ferrández, 2000) y caracterizado
por un diseño modular- crediticio de los contenidos (Tejada y otros, 2000). Esta propuesta,
que se fundamenta en una vasta experiencia previa tanto de investigación como de
intervención en programas de formación de formadores, se asienta en una concepción de
la profesionalidad del pedagogo basada en la orquestación de competencias (Navío, 2005).

La propuesta sobre la especialidad en Pedagogía Laboral se basa en una perspectiva


amplia de la formación, que vincula al profesional de las Ciencias de la Educación con los
contextos socio- laborales, para entenderla "como un proceso amplio de enriquecimiento de
la persona orientado a la mejora de su tarea laboral" (Pineda, 1995).

Esta perspectiva abre un abanico que permite plantear la función del pedagogo laboral
abriendo su correlato con otros ámbitos.

1) de adquisición y mejoramiento del nivel cultural


2) de actualización de conocimientos y competencias ya adquiridas para facilitar la
continuación de los puestos de trabajo o el acceso a un primer o nuevo empleo
3) de reconversión y adquisición de nuevas cualificaciones
4) de sensibilización y promoción

Pero a esta visión debe integrarse una concepción más amplia de la formación, que pueda
considerarla, además, como un elemento propio de la dinámica institucional y de las
políticas laborales, que permita advertirla en el desarrollo de los ámbitos: de actualización,
estratégico y de organización de los aprendizajes (González Soto A.P. y Jiménez J., 2000),
lo que lleva a considerar a la formación como una función de alta profesionalidad
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pedagógica.

En el convencimiento de que el modelo contextual- crítico ofrece una excelente y propicia


perspectiva para la formación de pedagogos laborales- en todas las dimensiones de sus
funciones- la propuesta de Especialización para los cientistas de la educación en
Pedagogía Laboral de la Universidad Nacional de Salta, se ha basado en los ejes y
fundamentos que dan estructura global y lógica interna al modelo, sin descuidar los
objetivos, las circunstancias, los destinatarios y las expectativas institucionales y sociales
que sobre la Pedagogía Laboral se va construyendo y proyectando en esta región.

Bibliografía
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Tejada. J, (2002) La formación de formadores: Apuntes para una propuesta de
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