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Es importante destacar que existen dos tipos de hierro en los alimentos: el hierro hemo y el
hierro no hemo. El hierro hemo se encuentra principalmente en los productos de origen animal
(excepto huevo y leche), mientras que el hierro no hemo, está presente en los productos de
origen vegetal (legumbres y frutos secos sobre todo) y en algunos alimentos de origen animal,
como el huevo y la leche.
Por el contrario, existen también compuestos que dificultan la absorción del hierro en
general, como los fitatos, oxalatos, taninos, polifenoles, fibra insoluble y ciertos minerales
como el fósforo, zinc y calcio.
En personas con anemia, se aconseja eliminar los lácteos y el café/té de las comidas
principales, ya que el contenido en calcio y taninos respectivamente, disminuye la absorción del
hierro.
También debemos de tener en cuenta que, si la dieta es rica en cereales, el contenido en
fitatos (presentes en cereales integrales, leguminosas o semillas oleaginosas) será elevado.
Dicho efecto inhibidor se puede contrarrestar con un aumento de cantidad de carne o
vitamina C o a través de la degradación de ácido fítico mediante la aplicación de altas
temperaturas (cocción larga), molienda o triturado de cereales, remojo de leguminosas,
germinación de las semillas, así como con los procesos de fermentación (por ej. en productos de
panificación). En el caso de tomar muchas legumbres, sería interesante eliminar la piel o añadir
zumos cítricos como zumo de limón (por ej. en el humus). En cuanto a los cereales integrales,
se aconseja tomarlos en los tentempiés, fuera de las comidas principales.