Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Lo Pintoresco
Lo Pintoresco
El pintoresquismo surgió en Inglaterra a finales del siglo XVIII cómo reacción contra la
artificialidad de los jardines paisajistas británicos y la rígida simetría de la arquitectura
palladiana. Cambio la forma en que la gente veía los edificios y los jardines, y fue el preludio de
una valoración de las casitas rústicas, las ruinas y la arquitectura informal de las villas.
A finales del siglo XVIII, sobre todo en Inglaterra, creció el interés por la relación entre la casa y
el jardín. En la primera mitad del siglo e había desarrollado el movimiento de los paisajes
ajardinados, con paisajistas cómo Capability Brown, que proyectaba grandes jardines con
detalles muy informales, llenado los valles de lagos, plantando arboledas y colocando pabellones
y templetes en el paisaje para atraer y deleitar la vista.
Al principio fue una reacción literaria. Poetas cómo William Cowper veían la contradicción que
encerraba el concepto de mejorar la naturaleza. Cowper se ensañó con Brown: « Y hete aquí que
aparece Brown, el mago omnipotente… y habla. El lago de enfrente se convierte en césped, los
bosques desaparecen, los cerros se hunden y crecen los valles». La naturaleza sin mejorar,
afirmaba Cowper, era superior a todo eso porque la había creado Dios, y era presuntuoso que los
aprendices de magos la alterasen.
Más práctica aún era la obra Esbozos y consejos sobre el jardín paisajista de Humphry Repton.
Su autor fue un paisajista activo y con este libro pretendia difundir sus conocimientos. Tuvo un
éxito rotundo —cuando se publicó el libro Repton era ya el paisajista más célebre de su
tiempo— y transformó muchos jardines con estilo pintoresco en los años a caballo entre los
siglos XVIII y XIX.
El Cottage orné
El interés por el paisaje pintoresco hizo que las construcciones rústicas, en especial las casitas, se
apreciaran de otro modo. Por primera vez se valoró ampliamente su estética. Inspirándose en
ellas, Nash y otros arquitectos de su tiempo crearon el cottage orné o casita ornamental, que
ejemplificaba los ideales pintoresco. El cottage orné tipico era asimétrico, con techo de paja y
buhardillas. Solía tener una galería o porche con la cubierta sostenida por postes rústicos.
Muchos hacendados construyeron casitas de estas en sus fincas. Algunos se hicieron versiones de
gran tamaño, para sí mismos o para sus familias. En la actualidad estos edificios siguen
representando el ideal británico de la casita rural típica y pintoresca. (ver foto 1)
Foto 1. Cottage orné
La arquitectura y lo pintoresco
El ideal pintoresco no se limitaba a los jardines. También influyó mucho en la arquitectura.
Durante casi todo el siglo XVIII la simetría clásica del estilo palladiano había dominado la
arquitectura inglesa. Después con la moda de lo pintoresco, la arquitectura empezó a valorar la
asimetría. Se proyectaron villas con una torre redonda en una esquina y una entrada retranqueada
o cualquier otro elemento que rompiera con las rígidas proporciones del palladianismo. También
cundió el interés por la casita de campo cómo edificio digno de una reflexión arquitectónica
seria.
El arquitecto más famoso del pintoresquismo fue John Nash. En sus comienzos trazó los planos
de villas italianizantes asimétricas con torres esquineras, y también se interesó por encajar la
arquitectura gótica en el paisaje pintoresco. Le siguieron otros arquitectos, y la arquitectura
doméstica de Gran Bretaña se sacudió las rígidas normas de simetría y regularidad que habían
regido hasta entonces. Esta tendencia coincidia con la atmósfera general de la Regencia y el
carácter desenfadado, por no decir extravagante, del propio príncipe regente.
Castillos y ruinas.
Los pintoresquistas eran aficionados a las ruinas, y apreciaban los paisajes donde una intricada
puntuación visual de viejas abadías y castillos jalonaba las cimas de los cerros y el fondo de los
valles. Los arquitectos de jardines no tardaron en construir falsas ruinas para dar vistosidad a sus
paisajes. Estos edificios, aparentemente gratuitos, se nos antojan caprichos. Pero al principio
muchos de ellos se usaron para alojar a los jornaleros o guarecer a los paseantes, y también eran
atalayas para contemplar el paisaje