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Administración Científica
Administración Científica
La administración científica es una corriente del conocimiento, también llamada taylorismo, que
une al sector empresarial con la investigación científica. Surgió a raíz de una monografía publicada
en 1911 por Frederick Winslow Taylor, que estableció los principios de la organización para las
empresas industriales.
Su filosofía se basaba en que hacer trabajar duro a las personas no era tan eficiente como
optimizar la forma en que éstas hacían su trabajo. La obra completa de Taylor demostró que todos
los principios allí planteados podían ser aplicados en cualquier tipo de organización.
Tras su trabajo Taylor llegó a ciertas conclusiones que mostraban fallas en la administración
gerencial de la época estas son:
Reorganización del trabajo: Deben reemplazar los métodos de trabajo ineficientes por
otros optimizados, que reduzcan los tiempos de producción.
Selección del trabajador: Evaluar las capacidades del empleado antes de asignar roles y
ubicar a cada trabajador en función de dicha capacidad para la cual sobresale, de esta
manera mejorar su desempeño profesional y su motivación al sentirse satisfecho con su
trabajo, influyendo en la productividad de la empresa.
Cooperación entre los directivos y los subordinados: Es vital que estén acoplados,
perseguían las mismas metas y actúen bajo el mismo propósito. Es necesario motivar al
empleado para que trabaje mejor y se sienta comprometido con la misión y visión de la
empresa, además la necesidad de crear una línea de cargos intermedios que supervisen y
asesoren el trabajo realizado.
División del trabajo: Para logara una mayor eficacia y eficiencia es necesario que los
gerentes se responsabilicen de la planificación y dirección, mientras los trabajadores se
dedicaran a la ejecución de acciones brotadas por las decisiones.
Ventajas:
Desventajas:
La mayor autonomía de los trabajadores para que puedan aplicar enfoques más
apropiados en su trabajo, rompiendo con la estructura piramidal o descendente del
taylorismo donde el trabajador no podía dar su opinión.
La gestión por objetivos establece que los gerentes deben participar del proceso de
planificación estratégica y unificar el consenso entre directivos y empleados, a diferencia
del taylorismo que mantenía una única estructura en la que los gerentes tomaban las
decisiones y los trabajadores las ejecutaban.
Las iniciativas de mejora continua implican que la empresa se cuestione todos los
métodos de productividad (no solo el trabajo del empleado) a fin de
encontrar innovaciones, a diferencia del taylorismo que sostenía que la máxima eficiencia
en la producción recaía en el rendimiento físico del trabajador.
La motivación a través de la valoración de la persona por su aporte individual no fue
contemplada en la gestión científica del taylorismo que solo se centraba en la mecánica y
su recompensa económica.