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Comentario sobre el Libro de Rut

Alumna: Olga Hermenegildo


Seminario Bíblico Alianza del Perú

Al leer el libro de Rut, pareciera que es una historia de amor entre una joven moabita y un
judío llamado Booz. Sin embargo, el propósito de este libro es mostrar el gran amor de Dios
hacia una humanidad rebelde al cumplir su promesa de un redentor a través de seres
humanos.

En el libro aparece muchas veces palabras relacionadas con “redimir”: “Nuestro pariente es
aquel varón, y uno de los que pueden redimirnos”, “si él te redimiere, bien, redímate; mas si él
no te quisiere redimir, yo te redimiré,”, “Si tú quieres redimir, redime; y si no quieres redimir,
decláramelo para que yo lo sepa; porque no hay otro que redima sino tú, y yo después de ti. Y
él respondió: Yo redimiré.”, “Redime tú, usando de mi derecho, porque yo no podré redimir”,
“redención”.

El hecho de que aparezca tantas veces la palabra redimir (y sus derivados) a lo largo del libro
quiere decir que la idea de redención es el hilo conductor. “Redención quiere decir: Pagar la
demanda que pide la ley. Se redime algo cuando se paga su valor total para poder poseerlo.”i

En esa época, cuando una familia caía en desgracia, la familia podía vender o arrendar la tierra,
pero no de manera permanente, cada 50 años, en el año del jubileo todas las tierras tenían
que ser devueltas a sus dueños originales, así mismo se le daba la oportunidad a un pariente
cercano de la familia que había vendido, de volver a comprar la tierra y dársela al familiar
pobre que había tenido que venderla. Ese era un mecanismo legal provisto por Dios para
preservar la heredad de cada familia y así evitar que los ricos se aprovecharan de los pobres y
de las viudas o que unos pocos se queden con muchas tierras, nadie podía quedarse con la
tierra de otro, a no ser que el nombre familiar desapareciera por falta de un heredero. Dios
también estableció en la ley que, si hombre moría sin dejar descendencia, el hermano debía
casarse con la viuda para dejarle un heredero legal a su hermano que había muerto (eso se
conocía como la ley de levirato – Deuteronomio 25:5-10).

En el relato vemos que tanto Noemí como Rut se han quedado viudas y ellas necesitan de
alguien que las redima, un redentor, que rescate la heredad familiar (que compre o alquile la
tierra que tenían) y que también provea un heredero para que preserve el nombre de la
familia de Elimelec. Booz, que es pariente del Elimelec, es ese redentor que ellas necesitan, y
aquel que permitiría que el nombre de Elimelec no sea borrado (Rut 4:9-10).
Comentario sobre el Libro de Rut
Alumna: Olga Hermenegildo
Seminario Bíblico Alianza del Perú

Podemos ver que Booz era un hombre rico, pero también era generoso, era querido y
respetado, por ejemplo, dejó que Rut trabaje en sus tierras y la trató inclusos como a una de
sus criadas, no la trató como a una extranjera, le dio de comer hasta que se sació, él mismo le
sirvió la comida. Booz había sabía lo que Rut había hecho por su suegra, que fue capaz de
renunciar al refugio de su casa paterna en Moab por ir a un lugar que no conocía, a un pueblo
que no era el suyo y donde sería una extranjera, y fue capaz de hacer eso porque había
encontrado un refugio mejor bajo las alas del Dios de Israel, tal como lo dice el salmista en
Salmo 57:1 “Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; Porque en ti ha confiado
mi alma, Y en la sombra de tus alas me ampararé hasta que pasen los quebrantos.” Fue por
todo eso que Rut halló gracia delante de los ojos de Booz. Booz era un instrumento que fue
usado por Dios para mostrarle a Rut lo que el Dios de Israel era capaz de hacer con los que
buscan en Él refugio. Booz también fue un instrumento de bendición para Noemí porque en
Rut 2:20 vemos que la actitud de Rut cambió, es totalmente diferente a la de los primeros
versículos donde dice: “…la mano de Jehová ha salido contra mí”, “…en grande amargura me
ha puesto el Todopoderoso”, “… Jehová ha dado testimonio contra mí, y el Todopoderoso me
ha afligido”, ahora dice “Sea él [Booz] bendito de Jehová, pues que no ha rehusado a los vivos
la benevolencia que tuvo para con los que han muerto [¿Quién? Jehová]”. Noemí vio la bondad
de su Dios a través de la actitud de Booz.

Booz fue redentor pues rescató la heredad familiar, a pesar de que había un pariente mucho
más cercano que podría haberlo hecho (el fulano que se menciona en Rut 4:1), sin embargo el
fulano no estaba dispuesto a redimir porque no consideraba que fuese un buen negocio a
largo plazo. Pero Booz lo hizo, y lo hizo ante testigos, y además se casó con Rut para preservar
el linaje de Elimelec, pues el hijo que tendría con ella sería considerado hijo de Mahlón.

De la unión de Booz y Rut nació, Obed, del cual las mujeres dijeron a Noemí : “…el cual será
restaurador de tu alma, y sustentará tu vejez….”

La historia de Rut, que parece una historia de amor, tiene un final que no parece muy
romántico pues acaba con las generaciones de Fares hasta llegar a Obed, quien engendró a Isaí
que a su vez engendró a David.

Rut, Booz y Noemí sabían que no se el nombre de la familia de Elimelec fue preservado, pero
no sabían lo que leemos cuando vamos a Mateo 1:1-15:
Comentario sobre el Libro de Rut
Alumna: Olga Hermenegildo
Seminario Bíblico Alianza del Perú

“Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham. Abraham engendró a


Isaac, Isaac a Jacob, y Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró de Tamar a Fares y a Zara,
Fares a Esrom, y Esrom a Aram. Aram engendró a Aminadab, Aminadab a Naasón, y Naasón a
Salmón. Salmón engendró de Rahab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, y Obed a Isaí.
Isaí engendró al rey David, y el rey David engendró a Salomón de la que fue mujer de Urías.
Salomón engendró a Roboam, Roboam a Abías, y Abías a Asa. Asa engendró a Josafat, Josafat a
Joram, y Joram a Uzías. Uzías engendró a Jotam, Jotam a Acaz, y Acaz a Ezequías. Ezequías
engendró a Manasés, Manasés a Amón, y Amón a Josías. Josías engendró a Jeconías y a sus
hermanos, en el tiempo de la deportación a Babilonia. Después de la deportación a Babilonia,
Jeconías engendró a Salatiel, y Salatiel a Zorobabel. Zorobabel engendró a Abiud, Abiud a
Eliaquim, y Eliaquim a Azor. Azor engendró a Sadoc, Sadoc a Aquim, y Aquim a Eliud. Eliud
engendró a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y Jacob engendró a José, marido de
María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo.”

Qué hermoso ver el poder de Dios en el libro que hemos leído, pues no se trata de una historia
de amor entre una extranjera y un hombre judío, sino del amor de Dios por la humanidad
(judíos y gentiles) al cumplir su promesa que enviaría a un redentor que es Cristo. 14
generaciones, 2000 años pasaron desde los patriarcas hasta que nació el Mesías, en la
genealogía de Jesús vemos que el encuentro entre Rut, la extranjera, y Booz no fue casual, que
todo eso hacía parte del Plan de Dios para el hombre perdido. ¡Qué maravilloso!

Cristo es nuestro redentor, que no tiene punto de comparación con Booz, el redentor de
Noemí y Rut. En Cristo hemos sido redimidos mediante su sangre (Efesios 1:7; Colosenses 1:12-
13). En el Edén, cuando Adán y Eva decidieron comer del fruto prohibido, se vendieron a la
esclavitud del pecado, como lo dice L. Thompson en “La Persona que soy”, pero Dios nos amó
tanto que para rescatarnos de la esclavitud del pecado mandó a su Hijo para redimirnos.
Jesucristo con su sangre pagó completamente el precio de nuestra redención.

A Él le debemos nuestra salvación y debemos estar infinitamente agradecidos por haber


hallado gracia y misericordia ante los ojos de Dios a través de Jesucristo. Que nuestra vida, sea
una vida entregada a Él en servicio y en obediencia para compartir ese plan maravillo de Dios
para con los hombres.

i
La Persona que soy, Les Thompson, 2015

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