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Levítico

Levítico, el tercer libro de Moisés, se inicia con las palabras "y llamó" (vaiqrá) y
así lo denominan los judíos. En tiempos talmúdicos también se le daba el
nombre de Ley de los Sacerdotes (toráh kohanim). En la Septuaginta lleva el
título de Levitikon ("Levítico", un adjetivo que modifica a la palabra biblion,
"libro", la cual no está escrita pero se presupone). La Vulgata lo designa
simplemente como Leviticus.

Este libro es la continuación natural de Éxodo pues al cerrarse éste con la


inauguración del tabernáculo, Levítico se centra en el culto que en ese lugar se
daba a Dios, según las ordenanzas que él mismo había instituido. Hay cuatro
notas dominantes en ese libro que están íntimamente relacionadas entre sí: La
santidad de Dios, el sistema de sacrificios, el sacerdocio y la limpieza.

La santidad de Dios.
Levítico ha sido denominado el 'código de santidad', porque la noción de
santidad lo recorre desde el principio al fin. De hecho, la frase clave del libro
sería Levítico 11:44-45, que se repite en otras ocasiones (19:2; 20:7). Esa
santidad será la norma determinante para todos los que se acerquen a Dios,
estando preparadas todas las ceremonias que el libro describe para ese fin. De
esa manera Dios provee lo que manda, ya que de otro modo el hombre
pecador, por sí mismo, no podría acercarse al Dios santo. La noción contraria a
santidad es profanación, que consiste en rebajar al nivel de lo normal o vulgar
lo que es elevado y sublime, es decir, lo santo. Aparece en 10:10, tras ofrecer
Nadab y Abiú fuego extraño en sus incensarios, volviendo a aparecer
profusamente en los capítulos 21 y 22, donde se especifica la santidad de
sacerdotes y ofrendas. El contraste entre las nociones de santidad y
profanación volverá a destacar en Ezequiel.

El sistema de sacrificios.
En los primeros siete capítulos de Levítico está detallado en gran parte el
sistema de sacrificios establecido por Dios. Es evidente que el pecado no
puede tener asociación con lo santo, ni lo sucio con lo limpio; de ahí la
necesidad de un método que quite el pecado y que limpie lo sucio. Ese método
es el sacrificio. Los siguientes son los principales tipos de sacrificio:

Holocausto (1:1-17). El holocausto ('ôlâ) es la ofrenda de un animal sacrificado


previamente y enteramente quemado en el altar, significando la total
consagración del que ofrenda a Dios. Además tiene carácter expiatorio.
Oblación (2:1-16). La ofrenda (minhah) es la oblación no animal sino vegetal
que se presenta a Dios.
Sacrificio de paz (3:1-17). El sacrificio de paz (zevah shelamim) era una
ofrenda participativa, en la que el que ofrenda comía de ella. La otra parte era
quemada en el altar. Por tanto, la idea de comunión entre Dios y el ofrendante
prevalece en este tipo de ofrenda.
Sacrificio por el pecado (4:1-35). El sacrificio por el pecado (hattat) tiene valor
expiatorio.
Sacrificio por la culpa (5:14-6:7). El sacrificio por la culpa (asham) también tiene
valor expiatorio, debiendo en ciertos casos hacerse una restitución por lo
dañado.

El ritual del sacrificio en el Antiguo Testamento era el siguiente:

El pecador lleva a la víctima (animal sin tacha) a la puerta del tabernáculo.


El pecador pone sus manos sobre la cabeza de la víctima y confiesa sus
pecados.
El pecador degüella a la víctima.
El sacerdote recoge la sangre y la derrama alrededor del altar.
El sacerdote hace arder parte o toda la víctima sobre el altar.
El sacerdote y el pecador comen de la víctima en determinados sacrificios.

Del sistema de sacrificios del Antiguo Testamento se deduce:

El sacrificio enseña la realidad del pecado.


Los sacrificios eran efectivos para los que estaban dentro del pacto, es decir,
para Israel.
Los sacrificios estaban destinados a reparar los pecados hechos por yerro o
ignorancia, no los hechos con soberbia (Números 15:22-31).
Los sacrificios eran continuamente repetidos; eran ejemplos, no la verdadera
expiación.
Los sacrificios tenían un propósito didáctico, al enseñar al pueblo que el castigo
sobre el pecado y la gracia de Dios son reales.
El sacrificio exige derramamiento de sangre, porque sin sangre no hay solución
para el pecado (Hebreos 9:22).
El sacrificio supone la identificación del pecador con la víctima. Hay una
sustitución. La víctima carga con la responsabilidad del pecador.
Todo ese sistema de sacrificios, que era constante, alcanzaba su culminación
el día de la expiación (Levítico 16), cuando el sumo sacerdote entraba al lugar
santísimo para efectuar la expiación por sus propios pecados y por los del
pueblo.

Lugar
Este libro forma parte del Pentateuco, es decir, de los 5 primeros libros de la
Biblia escritos por Moisés.
En este libro, leemos que los israelitas permanecieron en el Monte Sinaí un
tiempo. El libro se inicia y finaliza en la misma situación geográfica, el citado
Monte, donde Dios les entregó la Ley. Recordemos que el libro de Exodo
concluyó con la construcción del Tabernáculo de acuerdo con las instrucciones
de Dios y cuando la gloria del Señor llenó aquella tienda de reunión. El libro
continúa presentando el orden y las reglas para la adoración en el Tabernáculo.
Levítico es el gran libro de la adoración.
El libro se inicia con la palabra hebrea Va-yick-rah que significa "y El llamó". Dios
se había trasladado al Tabernáculo y hablaba desde allí, y ya no desde el Monte
Sinaí. Desde la tienda llamaba al pueblo para que se reuniese allí con El. Les
explicó cómo debían venir y vivir delante de El. El significado exacto de la palabra
"ekklessia" es asamblea de los que han sido llamados. Nosotros somos también
aquellos que han sido llamados. En aquellos días Dios habló desde el
Tabernáculo y les pidió que viniesen a El. En la actualidad, el Señor nos llama
para estar con El. En el Evangelio de Juan 10:27, nos dijo: Mis ovejas oyen mi
voz, y yo las conozco y me siguen. Así que este libro contiene un hermoso y
relevante mensaje para nosotros.
Propósito
Levítico es un libro de adoración. El libro esta lleno de sacrificios, ceremonias,
ritual, liturgia, instrucciones, lavamientos, convocatorias, días santos,
condiciones y advertencias. Todos aquellos ejercicios y actividades físicas
fueron incluidos para enseñar verdades espirituales. Hablando de las
experiencias de los israelitas en el desierto, el apóstol Pablo, en su primera carta
a los Corintios 10:11, escribió: Estas cosas les sucedieron como ejemplo, y
fueron escritas como enseñanza para nosotros, para quienes ha llegado el fin de
los siglos. Y en este mismo capítulo, versículo 6, también dijo: Estas cosas
sucedieron como ejemplo para nosotros. . . y además, el mismo escritor en su
carta a los Romanos 15:4, dijo: Porque todo lo que fue escrito en tiempos
pasados, para nuestra enseñanza se escribió, a fin de que por medio de la
paciencia y del consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.
El apóstol Pedro nos dijo que el Antiguo Testamento contiene verdades
espirituales para nosotros. Leamos en su primera carta 1:10-12, dijo lo siguiente:
"Acerca de esta salvación, los profetas que profetizaron de la gracia que vendría
a vosotros, diligentemente inquirieron e indagaron, procurando saber qué
persona o tiempo indicaba el Espíritu de Cristo dentro de ellos, al predecir los
sufrimientos de Cristo y las glorias que seguirían. A ellos les fue revelado que no
se servían a sí mismos, sino a vosotros, en estas cosas que ahora os han sido
anunciadas." Y la carta a los Hebreos, hablando de los héroes de la fe en el
Antiguo Testamento, dijo en 11:13 "Todos éstos murieron en fe, sin haber
recibido las promesas, pero habiéndolas visto y aceptado con gusto desde lejos,
confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra".
Levítico contiene instrucciones muy útiles para nosotros hoy porque revela a
Cristo de una manera muy notable.
Para nosotros la adoración en la actualidad ya no tiene lugar por medio del ritual
o en un lugar determinado. Recordemos que el pueblo de Israel había pasado
por ceremonias y tuvo sus rituales. En el relato del Evangelista Juan 4:21-24,
Jesús le dijo a una mujer junto al pozo de Samaria. " . . . Mujer, créeme; la hora
viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros
adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la
salvación viene de los judíos. Pero la hora viene, y ahora es, cuando los
verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque
ciertamente a los tales el Padre busca que le adoren. Dios es espíritu, y los que
le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad.
La clave
El Tema clave del libro es la santidad ante el Señor
El mensaje
Este libro tiene un doble mensaje:
1. El Levítico enseña que el camino para llegar a Dios consiste en sacrificios. La
palabra "expiación" se encuentra 45 veces en este libro. La expiación significa
"cubrir completamente". La sangre de los toros y de los machos cabríos no podía
realmente quitar los pecados. Los cubría hasta que viniese Cristo, quien sí los
quitaría. Es lo que el apóstol Pablo dijo en su carta a los Romanos 3:25 (VP)
Dios hizo que Cristo, al derramar Su sangre, fuera el instrumento del perdón.
Este perdón se alcanza por la fe. Así quiso Dios demostrar Su justicia, y mostrar
que si pasó por alto los pecados de otro tiempo, fue solo por su paciencia.
Los pecados pasados son aquellos del Antiguo Testamento. Es que Dios nunca
aceptó la sangre de toros y machos cabríos como pago final por el pecado, pero
requirió que esa sangre fuese derramada. Fue una expiación para cubrir los
pecados hasta que Cristo viniese. En otras palabras, Dios salvó "a crédito" en el
Antiguo Testamento. Cuando Cristo vino, pagó por todo. Esto es cierto en lo que
se refiere al pasado, al presente y al futuro.
Uno de los versículos clave de Levítico, que trata de la expiación, se encuentra
en el 17:11 (VP) Porque todo ser vive por la sangre que está en él y yo os la he
dado en el altar para que por medio de ella podáis pagar el rescate por vuestra
vida, pues la sangre es el pago del rescate por la vida. El camino hacia Dios
pasaba por los sacrificios y sin derramamiento de sangre no había remisión de
pecados.
2. Levítico enseña que el andar o vivir con Dios es por la santificación. La palabra
"santidad" se encuentra 87 veces en el libro. Dice el 20:26, Me seréis, pues,
santos, porque yo, el Señor, soy santo, y os he apartado de los pueblos para que
seáis míos.
Dios entregó leyes estrictas que controlaban la dieta, la vida social y detalles de
la vida diaria que abarcaban todos los aspectos de la vida de Su pueblo. Estas
leyes tienen una mayor aplicación espiritual para Su pueblo en la actualidad. Ese
es el motivo por el cual debemos estudiar este libro. Es que el acceso a Dios hoy
está asegurado para el pecador a través de la sangre derramada de Cristo. El
escritor a los Hebreos, lo explicó de esta manera, hablando de Cristo que entró
en el cielo: 25 y no para ofrecerse a sí mismo muchas veces, como el sumo
sacerdote entra al Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. 26 De otra
manera le hubiera sido necesario sufrir muchas veces desde la fundación del
mundo; pero ahora, una sola vez en la consumación de los siglos, se ha
manifestado para destruir el pecado por el sacrificio de sí mismo.
Aquellos que han sido redimidos por la sangre de Cristo tienen que vivir una vida
santa, si han de disfrutar de la adoración a Dios. Dice la carta a los Hebreos
13:20, 21, "Y el Dios de paz, que resucitó de entre los muertos a Jesús nuestro
Señor, el gran Pastor de las ovejas mediante la sangre del pacto eterno, os haga
aptos en toda obra buena para hacer su voluntad, obrando El en nosotros lo que
es agradable delante de El mediante Jesucristo, a quien sea la gloria por los
siglos de los siglos. Amén."
Observaciones
Levítico es un libro notable, ya que consideramos su contenido a la luz del Nuevo
Testamento. Algunos han considerado que su lectura resulta monótona para el
cristiano término medio, por lo que no es frecuente encontrar clases o cursos en
los que se estudie este libro. Sin embargo, es una obra extraordinaria.
1. Las 5 ofrendas con las que se inicia el libro, señalan a Cristo de una manera
clara y evidente. Describen en profundidad la personalidad unificada de Cristo
en Sus 2 naturalezas humana y divina, y Su muerte, de forma detallada
(capítulos 1 al 7)
2. La consagración de los sacerdotes revela cuán superficial e inadecuada es
nuestra idea de la consagración cristiana (capítulos 8 al 10).
3. La dieta que Dios proveyó a Su pueblo era higiénica y terapéutica, y contiene
igualmente mucho alimento espiritual para nuestras almas (capítulo 11).
4. Se presta atención a la maternidad, y es un ejemplo adicional de la idea que
Dios tiene sobre el sexo femenino. (capítulo 12).
5. La prominencia que se da a la lepra y a su tratamiento en la parte central de
un libro dedicado a la adoración, requiere nuestra atención. ¿Porqué hay una
sección tan amplia sobre la lepra? Aquellos que han sido favorecidos con una
intuición o visión especial para las Escrituras, han encontrado en la lepra una
figura del pecado y su efecto contaminante sobre el hombre en cuanto a su
relación con Dios. La limpieza del leproso encontró su cumplimiento en la muerte
y resurrección de Cristo, tal como fue ilustrado en el insólito sacrificio de 2
pajarillos (capítulos 13 al 15). Verdaderamente, si queremos evitar la
contaminación del pecado de este mundo, necesitamos saber mucho sobre la
muerte y resurrección de Cristo, para poder aplicarla a nuestras vidas.
6. El gran día de la expiación es un retrato completo del sacrificio de Cristo
(capítulo 16).
7. La importancia del altar del holocausto en el Tabernáculo destaca la
característica esencial de la cruz de Cristo (capítulo 17).
8. El énfasis de este libro en instrucciones relacionadas con detalles
aparentemente minuciosos en la vida diaria del pueblo de Dios revela que Dios
tiene la intención de que la familia humana se implique en una relación con El
(capítulos 18 al 22). Dios quiere implicarse en tus negocios, en tu vida familiar, y
en tu vida social. Tengamos cuidado. No sea que dejemos a Dios fuera de
nuestras vidas.
9. La lista de fiestas proporciona un programa profético del calendario de Dios
para todos los tiempos.
10. las leyes referentes a la tierra de Palestina proveen una interpretación sobre
su variada historia y una visión sobre su prominencia futura. Hay en este libro
muchas profecías. La nación de Israel y la Tierra Prometida se entrelazan y
entremezclan desde aquí y hasta la eternidad (capítulos 24 al 27).
Hay una relación entre los 3 primeros libros de la Biblia.
En el Génesis encontramos al ser humano arruinado.
En el Exodo redimido.
En Levítico adorando a Dios.
También podemos hacer una comparación y un contraste entre Exodo y Levítico.
En el libro de Exodo vemos el ofrecimiento del perdón; Levítico ofrece la pureza.
En Exodo tenemos la aproximación de Dios al hombre; en Levítico, es la
aproximación del hombre a Dios.
En Exodo Cristo es el Salvador; en Levítico El es el Santificador.
En Exodo es prominente la culpa del ser humano; en Levítico, es prominente la
contaminación del ser humano.
En Exodo Dios habla desde el Monte; en Levítico El habla desde el Tabernáculo.
En Exodo el ser humano es llevado cerca de Dios; en Levítico, el ser humano es
guardado y mantenido cerca de Dios.
El sacerdocio.
Unida a la idea de sacrificio está relacionada la noción de sacerdocio. La figura
del sacerdote es esencial para cualquier sistema que pretenda aproximarnos a
Dios, al ser el mediador a través del cual nos ponemos en contacto con él. Sin
sacerdote cualquier intento en esa dirección está condenado al fracaso, al
carecerse del nexo de unión central entre las dos partes. Por supuesto el
sacerdocio ha de ser legítimo para que sea reconocido por Dios, de lo contrario
estaremos ante una pretensión temeraria. Por eso al sacerdote no lo elige el
pueblo sino que lo llama Dios a ese menester. Aparte del llamamiento (8), el
sacerdote ha de estar cualificado por una vida que destaca sobre la de aquellos
a quienes va a representar. Por eso Levítico 21 especifica las cualidades que
deben adornar a los sacerdotes. Aunque muchas de las prescripciones tienen
un sentido ceremonial, es evidente que su propósito último es moral.
Cuestiones que le son permitidas al resto del pueblo, no le están permitidas al
sacerdote, en razón de la función que desempeña.

La limpieza.
Las nociones de limpieza y su contraria, la contaminación, están muy presentes
en Levítico. Los capítulos 11 al 15 tratan esa cuestión en el siguiente orden:

Capítulo 11. Animales limpios e impuros. El capítulo sirve como una


introducción a las leyes de la purificación.
Capítulo 12. Purificación de una mujer después del alumbramiento. El hecho de
que un acontecimiento gozoso, como es el parto de una criatura, necesite de la
purificación de la madre muestra que incluso ese acontecimiento vital natural
no está exento de mancha. Es una noción que va en la misma dirección que la
doctrina del pecado original. El hecho de que al octavo día el niño nacido
tuviera que ser circuncidado corrobora esa línea, pues significa que nace con
algo que ha de ser extirpado, lo cual, además, equilibra la diferenciación de
duración de contaminación y purificación que hay para la madre, dependiendo
si el nacido es niño o niña.
Capítulos 13, 14. Las leyes sobre la lepra. Aquí aparece una división cuádruple.
(a) 13:1-44, la lepra en el hombre; (b) 13:47-59, la lepra en las ropas; (c) 14:1-
32, purificaciones; (d) 14:33-35, la lepra en las casas. De las anteriores, b, c y d
están subdivididas cada una en cuatro partes.
Capítulo 15. Purificación de ciertos flujos. Versículos 1-15, flujo del hombre;
versículos 16-18, derramamiento de semen; versículos 19-24, flujos de la
mujer; versículos 25-33, flujo persistente de la mujer. De nuevo se aprecia que
lo natural, como es el semen en el varón y la sangre en la mujer, contamina y
requiere purificación mediante expiación. La moderna idea bien extendida de
que lo natural es bueno en sí mismo es falsa.

Otras enseñanzas.
Se podría pensar que Levítico solamente tiene interés en los aspectos rituales
y ceremoniales; sin embargo, su enseñanza abarca las cuestiones morales
también, porque sería estéril subrayar lo ritual si lo ético está ausente. Por eso
en los capítulos 18 y 19 se enseña ese aspecto:

Leyes contra el incesto (18:6-18).


Prohibición de otros pecados sexuales (18:19-23). Se condenan el adulterio, la
homosexualidad y la zoofilia.
Diversas advertencias (18:24-30).
Leyes de conducta hacia el prójimo (19:9-18). Donde se subrayan la
benevolencia, el respeto, la honestidad y la equidad.
Diversos preceptos (19:19-32).
Castigos (20).

La noción de festividad es importante en este libro, teniendo las acepciones de


reunión, solemnidad y celebración gozosa. El capítulo 23 las detalla así:

El sábado (3).
Las celebraciones anuales. La Pascua (5-8), la fiesta de la siega (15-21), el día
de la expiación (27:32) y la fiesta de los tabernáculos (34-43).
Pero el libro de Levítico todavía tiene un aspecto más a considerar. Se trata del
social y civil y en ese sentido el año sabático (cada siete años), con la
cancelación de las deudas, y el del jubileo (cada cincuenta) (capítulo 25), con la
recuperación de la heredad enajenada, muestran la importancia de la justicia
en las relaciones económicas. Todo un programa de práctica sensibilidad
social.

El libro acaba con las consecuencias de la obediencia y desobediencia


(capítulo 26) y un apéndice sobre los votos (27).

Bosquejo de levitico

Levítico 1:1-2
Comenzamos nuestras reflexiones en el libro de Levítico, al que muchos
cristianos consideran monótono por la gran cantidad de sacrificios, ceremonias,
instrucciones, advertencias... Pero aquí aprenderemos dos verdades
fundamentales: el camino para llegar a Dios sólo es posible a través del
sacrificio, y la única manera de andar y vivir con Dios es la santidad. Podríamos
decir que el libro de Levítico contesta a dos preguntas básicas para el ser
humano: ¿Cómo puedo acercarme a Dios? ¿Cómo puedo mantener la
comunión con Dios?
Levítico 1:3-17; 6:8-13
El libro de Levítico contiene las reglas por las que se debían ofrecer los
sacrificios. El primero de ellos era el holocausto, que al ser completamente
quemado ascendía al cielo como un olor agradable para Dios. Al estudiar estas
ofrendas no podemos olvidarnos de que simbólicamente tratan distintos
aspectos de la obra de Cristo en la Cruz. Por ejemplo, el holocausto nos
recuerda cómo "se entregó a sí mismo por nosotros, ofenda y sacrificio a Dios
en olor fragante".
Levítico 2:1-16
Todas las ofrendas de Levítico nos hablan de la Persona y de la Obra de
Cristo. En particular, la ofrenda de cereales nos revela la perfecta humanidad
de Jesús en toda su belleza. Él es como la flor de harina, sin grumos, limpia.
Bien podemos decir que Jesús ha sido el único hombre "normal" que ha pisado
este mundo después de la caída. Pero la harina también nos recuerda que él
"fue molido por nuestros pecados"...
Levítico 3:1-17
Cada una de las ofrendas nos muestran algún aspecto de la admirable persona
de Cristo y su obra. La ofrenda de paz era diferente a las otras porque del
sacrificio se separaba una parte importante para Dios, otra para el sacerdote y
otra para la persona que la ofrecía, siendo comida posteriormente allí mismo en
un ambiente festivo. Por lo tanto, el énfasis recae principalmente en la
comunión y el compañerismo. Podríamos decir, que una vez perdonados los
pecados, era restaurada la comunión y la amistad, no sólo con Dios, sino
también con nuestros semejantes...
Levítico 4:1-12
La ofrenda por el pecado nos recuerda una de las necesidades más profundas
y desesperadas que tenemos todos los seres humanos. Los sacrificios de
animales sólo eran un símbolo de la muerte de Jesús en la Cruz. Sólo él puede
proveernos el perdón completo de todos nuestros pecados y librarnos de
nuestros sentimientos de culpa...
Levítico 4:13-35
El término pecado no es muy popular en la actualidad, pero Dios sigue
considerándolo como el obstáculo fundamental para que el hombre pueda
tener una relación correcta con él. En ese pasaje veremos diferentes grados de
responsabilidad en función de quién fuera la persona que pecaba. En cualquier
caso, todos los sacrificios nos recuerdan a Cristo en la cruz y el principio básico
que encontramos en la Palabra: "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y
justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad".
Levítico 5:1-19
El hombre peca porque es pecador. La Biblia insiste en que cualquier pecado
tiene consecuencias, incluso aquellos que cometemos por ignorancia o sin
darnos cuenta. Cuando pecamos, además de ofender a Dios, también
hacemos daño a otros, y a nosotros mismos. Pero las buenas noticias que
encontramos en estos antiguos pasajes, es que Dios había provisto de una
solución para el perdón del pecado por medio de sacrificios, que finalmente
apuntaban hacia la Obra suprema de Cristo en la Cruz.
Levítico 6:1-30
Estamos considerando diferentes instrucciones en cuanto a los sacrificios.
Veremos que cuando una persona pecaba contra otra, no sólo debía ofrecer un
sacrificio por su pecado, sino que también debía restituir aquello que había
dañado. También consideraremos el holocausto continuo, que nos recuerda
nuestra necesidad de consagrarnos constantemente a Dios, siguiendo el
ejemplo perfecto de Cristo...
Levítico 7:1-38
Nos encontramos con algunas instrucciones adicionales en cuanto a los
sacrificios. En ellas se especifica qué partes del sacrificio correspondían a Dios,
cuáles al sacerdote y también la parte del que ofrecía. Por supuesto, Dios tenía
siempre la primera parte, pero se establecía cierta comunión con la persona
que ofrecía el sacrificio al participar juntos de él. Pero para participar
correctamente, era necesaria una actitud de gratitud y también de limpieza
moral...
Levítico 8:1-13
El hombre pecador no puede presentarse directamente ante un Dios santo,
necesita un sacerdote que interceda por él. En el orden levítico, Dios había
elegido a Aarón para que fuera sumo sacerdote, aunque tratándose de un
hombre débil, primero tenía que ser consagrado. El ritual por el que esto se
llevaba a cabo incluía la limpieza por sangre, el lavamiento con agua, el ser
vestido con unas vestiduras especiales y la unción con aceite. Todo este
proceso nos recuerda diferentes aspectos del Señor Jesucristo, quien es el
verdadero Sumo Sacerdote...
Levítico 8:14-9:24
Antes de que Aarón pudiera empezar a ejercer como sumo sacerdote, debía
ser consagrado a Dios. Para esto tendría que realizar un ritual en el que eran
incluidos varios sacrificios. Primeramente sacrificaría una ofrenda por el
pecado, puesto que nadie puede servir a Dios si primeramente no ha sido
perdonado. Luego vendría el holocausto, en el que la ofrenda era
completamente quemada, como un símbolo de su total entrega a Dios. Y
finalmente, las ofrendas de paz, que nos recuerdan la comunión con Dios en un
ambiente de intimidad...
Levítico 10:1-20
El interés de este pasaje se centra en la horrible tragedia ocurrida a los dos
hijos de Aarón después de su consagración. Ellos se acercaron a adorar a Dios
sin tener en cuenta su santidad, y fueron juzgados inmediatamente. Esto nos
recuerda que Dios es soberano y que cualquiera que se acerca a él debe
hacerlo siguiendo sus instrucciones y que no recibirá nuestra adoración de otra
manera. También hay una seria advertencia acerca de actuar bajo la influencia
del alcohol. El sacerdote tenía que servir al Señor con una mente clara, firme y
sobria...
Levítico 11:1-3
Comenzamos una nueva sección que trata sobre las diferencias que un
verdadero adorador de Dios debería observar en su vida diaria. Aquí
encontraremos leyes sobre la alimentación. Evidentemente Dios se interesa
sobre todos los aspectos de nuestra vida y lo hace por nuestro bien. De esta
manera estaba enseñándoles a elegir el bien y eludir el mal. Esto les
mantendría apartados de las naciones paganas que les rodeaban. Y aunque en
la actualidad ya no estamos sujetos a estas distinciones en los alimentos, el
principio espiritual sigue teniendo plena vigencia...
Levítico 11:4-47
Nos encontramos con una lista bastante detallada de los animales puros e
impuros. La finalidad de todo esto era inculcar principios espirituales al israelita.
En el Nuevo Testamento vemos que aquello que comemos no nos hace aptos
ante Dios, aunque todavía hay personas que prohíben comer determinados
alimentos. También debían evitar el contacto con los cadáveres, enseñándonos
así el principio de la contaminación por contacto. Todo lo anterior se resume en
estas palabras: "Porque yo soy el Señor vuestro Dios, por tanto, consagraos y
sed santos, porque yo soy santo"...
Levítico 12:1-8
En el capítulo anterior consideramos la contaminación por comer determinados
alimentos o por entrar en contacto con animales muertos. En esta ocasión
veremos que somos pecadores por nacimiento. Por supuesto, la idea de
impureza en la maternidad está en conflicto con la imagen entrañable que
existe al ver a un niño recién nacido, pero es importante, si deseamos educar
correctamente a nuestros hijos que tengamos presente desde el principio que
ellos heredan nuestra naturaleza pecadora y que necesitan un Salvador...
Levítico 13:1-3
La lepra aparece en la Biblia como un símbolo del pecado. Por un lado estaba
su carácter repugnante, que comenzaba a manifestarse de una manera
reducida pero que finalmente tenía un impacto mortal. La lepra, como el
pecado, insensibiliza y destruye progresivamente la totalidad del ser humano.
De hecho, se podía decir que quien tenía lepra era tratado como si hubiese
muerto. Pero lo peor de todo, era la separación social que sufría el leproso y
aun más, su apartamiento de Dios. Pero debemos decir también que Cristo
sanó a los leprosos y les dio una nueva esperanza...
Levítico 13:3-59
Estamos considerando que la lepra aparece en la Biblia como un símbolo del
pecado y en este capítulo consideraremos la importancia de un diagnóstico
correcto. El encargado de hacerlo era el sacerdote, y tenía que tener mucho
cuidado de no confundir la lepra con otras cosas como la calvicie, úlceras,
quemaduras... Además debería tomarse el tiempo necesario para analizarla,
pero si finalmente se descubría que era lepra, entonces la persona sería
apartada del pueblo. De este modo Dios pretendía enseñar lecciones básicas
sobre la gravedad del pecado...
Levítico 14:1-57
Una vez que la lepra había desaparecido era necesario realizar la limpieza
ceremonial del leproso para integrarlo nuevamente dentro del pueblo de Dios.
Primeramente el sacerdote tendría que salir del campamento para buscarlo, de
la misma forma que Cristo vino del cielo para buscarnos a los pecadores.
Luego vendría un sacrificio especial para el que era necesario dos avecillas;
una sería muerta y la otra soltada después de haber sido manchada con la
sangre de la muerta. Todo esto nos recuerda la muerte y resurrección de
Cristo...
Levítico 15:1-15
Podría parecernos extraño que Dios hable en su Palabra sobre un tema tan
repulsivo como el flujo de sangre y de semen. De forma simbólica, éstos
representan a los malos pensamientos ocultos del ser humano que surgen del
corazón. Finalmente, también para esto hay solución: "Si confesamos nuestros
pecados, El es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de
toda maldad".
Levítico 15:16-16:4
Terminamos de considerar diferentes asuntos relacionados con el flujo de
sangre y de semen. Y comenzamos a tratar el que seguramente es el pasaje
más importante del libro de Levítico: "El día de las expiaciones". Este era el
único día en todo el año en que el sumo sacerdote podía entrar hasta el Lugar
Santísimo en el tabernáculo para ofrecer un sacrificio en expiación por el
pecado de todo el pueblo. Por supuesto, esto constituye una imagen anticipada
de la Obra redentora de Cristo.
Levítico 16:5-34
En el día de las expiaciones se trataba el problema del pecado del pueblo y
señalaba de manera clara a Cristo y su obra de redención en la Cruz. Sin
embargo, también había algunas diferencias; por ejemplo, Cristo no tuvo que
presentar primero una ofrenda por sí mismo, como hacía el sumo sacerdote, ya
que él no tenía pecado. Por otro lado, el sacrificio constaba de dos animales,
uno que moría y otro que era llevado al desierto, lo que nos recuerda también
la muerte y resurrección de Cristo, que ha apartado de nosotros nuestros
pecados y ya no los trae más a memoria...
Levítico 17:1-16
Dios estableció que el sacrificio de animales para la alimentación u ofrenda a
Dios sólo podía ser realizado en la puerta del tabernáculo de reunión. Esto
tenía como propósito apartarles de las costumbres idolátricas que habían traído
de Egipto y también de la influencia de los paganos que vivían cerca de ellos.
Además se enfatiza el valor de la sangre para hacer expiación por el pecado.
Todo esto nos lleva finalmente a pensar en la preciosa sangre de Cristo vertida
para la salvación de los hombres en la Cruz...
Levítico 18:1-30
Dios se ocupa de los aspectos morales de su pueblo. En este capítulo veremos
diferentes normas éticas relacionadas con la sexualidad. Los israelitas debían
evitar imitar la conducta de sus vecinos en Egipto y Canaán. El pueblo de Dios
en la actualidad vive en una época de relativismo moral donde todo está
permitido y cada uno decide lo que es correcto. Sin embargo, Dios no ha
cambiado, y sigue diciendo en su Palabra que el adulterio, el incesto o la
homosexualidad son pecados que le ofenden...
Levítico 19:1-37
Aquí vemos diferentes aplicaciones de los Diez Mandamientos. El propósito es
que el pueblo de Dios viva en santidad y pureza en todas las áreas de su vida
diaria, reflejando de esta manera la santidad de Dios: "Seréis santos porque yo,
el Señor vuestro Dios, soy santo". En estos mandamientos es interesante notar
la preocupación de Dios por los más débiles e indefensos, o la aplicación de la
justicia sobre el principio de la igualdad, o la santidad aplicada a los tratos
comerciales...
Levítico 20:1-27
Cuando Israel entrara en la tierra prometida debían tener mucho cuidado de no
imitar los pecados de los antiguos habitantes. No podrían practicar la idolatría,
el espiritismo, el adulterio, la homosexualidad, el bestializo... Todas estas cosas
eran castigadas con la pena de muerte. Evidentemente, la finalidad no era
reformar al culpable, sino castigar el pecado, algo muy diferente de nuestros
modernos códigos penales. Con todo esto, el Dios puro y santo buscaba un
pueblo que viviera en pureza y santidad...
Levítico 21-22
Estos capítulos tratan sobre la importancia de la pureza personal de los
sacerdotes. Como ungidos de Dios debían permanecer separados de cualquier
cosa inmunda que les pudiera contaminar y estar dedicados al Señor.
Jesucristo es nuestro gran Sumo Sacerdote, "santo, sin maldad, sin mancha,
apartado de los pecadores y exaltados más allá de los cielos". También todos
los creyentes han sido hechos un pueblo de sacerdotes, por lo que debemos
imitar la conducta del Señor...
Levítico 23:1-14
Aquí se exponen las fiestas solemnes que los judíos debían celebrar a lo largo
del año. Estos eran momentos de mucha alegría para el pueblo, salvo el gran
día de la expiación en que debían lamentarse por sus pecados. El propósito de
estas fiestas era doble: por un lado servían para reunir a todo el pueblo para la
comunión y la adoración, pero por otro lado, cada una de estas celebraciones
encontraban en Cristo y su Obra su pleno cumplimiento...
Levítico 23:15-44
Estamos considerando cómo cada una de las fiestas establecidas por el Señor
tenía un profundo significado espiritual. Por ejemplo, la fiesta de las Primicias
nos recordaba la resurrección de Cristo, mientras que Pentecostés tenía que
ver con el derramamiento del Espíritu Santo y el nacimiento de la Iglesia. La de
las Trompetas trae a nuestra memoria el momento final cuando Dios reunirá a
su pueblo. La de los Tabernáculos recordaba los años que Israel había vivido
en el desierto, pero también mira hacia el futuro cuando sus escogidos se
reúnan con él...
Levítico 24:1-23
En medio de la legislación sobre las fiestas, nos encontramos con algunos
detalles acerca del aceite para el candelabro y los panes de la mesa de la
proposición. Esto era algo que debían atender cada día, no sólo durante las
festividades. Nos recuerda que debemos cuidar y alimentar nuestra vida
espiritual en cada momento. También hay una referencia a la ofensa de un
joven que blasfemó. Se subraya que era hijo de un matrimonio mixto, lo que
ocasionaba estos problemas. La gravedad del castigo estaba en proporción
con el pecado cometido...
Levítico 25:1-55
En este capítulo se desarrollan leyes para el reposo de la tierra. El año sabático
era un buen principio agrícola, pero sobre todo, recordaba que la tierra estaba
bajo maldición por causa del pecado y que un día también sería liberada.
También cada cincuenta años se celebraba el año del jubileo, en el que la tierra
volvía a su propietario original, aunque había la posibilidad de recuperarla
antes si un pariente cercano se hacía cargo de la deuda. Todas estas leyes
apuntaban hacia Cristo como el Redentor que nos trae libertad.
Levítico 26:1-46
Cuando Israel todavía estaba en el desierto, Dios le prometió que entrarían a
poseer la tierra de Canaán. Sin embargo, aunque esta promesa era segura, el
disfrute de la tierra estaba condicionado a su obediencia a los mandamiento de
la Ley. De la misma manera, nosotros en este tiempo, también hemos recibido
la promesa de la vida eterna, pero nuestro disfrute ahora y en la eternidad
dependerá de nuestra obediencia a Dios. El capítulo termina mostrándonos que
Dios siempre da la opción al arrepentimiento...
Levítico 27:1-34
Llegamos al final del libro de Levítico. En él hemos aprendido cómo debería
adorar a Dios un verdadero israelita. Para terminar veremos algunas de las
ofrendas voluntarias que alguien podría llevar a Dios. Sería una reacción
natural que una persona salvada deseara entregar a Dios todo cuanto tenía.
Vemos las diferentes opciones que se podían consagrar a Dios: la propia vida,
la casa, tierras, animales, dinero... Sin embargo, hay también una seria
advertencia: una vez que se prometía algo al Señor, había que cumplirlo.

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