Está en la página 1de 13
ACTO TERCERO Saloni de casa de Gloria Brena, donde vise Eira. Artistic desorden, Un gran piano. Sofés anchos y muelles,sillones, amobadones, floes, mesitas de fumar, garrils, bros. Ventana al foro, xguierda. Puerta al lado izquterd, ‘para la calles a la derecha, para las babitaciones. (Gloria, trada en um sof corrigepruchas de imprenta. Eira, ira ta calle de pie, tras la ventana.) ESCENA I GLORIA y ELVIRA GLORIA -(Termina de corre y tra las pruebas sobre una mesta) \UEE.. por fin! Qué miras, Elvira? ELVIRA -Llover. Llueve de una manera magnifica. (Suspina) Cuando Tueve, me siento otra mujer. GLORIA -¥ te pones tonta. ELVIRA ~Tonta, romantica y vagabunda. Me gusta salir, rodar en tren, Pensar en cosas vagas, tener un poco de fifo... Lloviendo he descubier. to los tincones més lindos de Buenos Aires... He andado tanto. (Viene Jentamente, asta sentarse frente a Glria,) Y Iwego, meterse en un cafetin oscuro y siniestro a tomar café bien caliente. GLORIA -Es un placer barato. ELVIRA -¥ original GLORIA —Que hoy no puedes tener. ELVIRA ~Lo malo seri que ese cuervo reumitico de Baudrix no vendré hoy. GLORIA -Y Juan Catlos dijo que seria hoy sin falta ELVIRA ~Ya veris como la noticia la trae él primero. En cuanto firme el juez estard aqui. (Ha tomadb las pruebas de Gloria y las mira.) Qué cosa 38 rara es una prueba de imprenta, :verdad?. Esto... Esto seri tu novela... "Las cerebrales"... GLORIA ~Ya no se llamari asf. Ahora se Iamaré "Las descenteadas ELVIRA ~"Las descentradas", Novela por Gloria Brena. Gloria... Tienes tun nombre simbélico. ¢Te esperari tu tocaya por alggin recodo? GLORIA -Quizé... O no. Tengo demasiado talento para que la gloria venga a mi.. ELVIRA Hombre. No creo que sea el talento precisamente Io que estorbe, GLORIA —Estorbar, no estotba, pero sobra. ‘Todo lo que hay aqui de talento, esti: demas. Lo vers... Mi tocaya es el premio del genio; pero para llegar a ell, el genio no basta. Hay que trabajar. Ella ama los obre- ros rudos que se le sacrifican... que sangran por ella. Es una vampitesa, Por eso, siempre, el que triunfa es el més trabajador, no el mis inteligen- te. Es suetio vago, inerte, qué hermoso esl. Si yo pudiera de un modo pido y magnifico fijar lo que vive en mi muchas veces! Al escribirlo, entre las lineas negras, rectas,jguales, se va el calor del alma, queda la Forma fia... Y huye el suefio. ¥ no puede asirse el suedio para atarlo al papel. Esto... (Por las prucbas) tal vez sea tonto, mediocre, pero aqui. (La frente.) era bello. joh, bello... Bea sangre de mi alma. ELVIRA ~gPor qué no crees nunca enlo que haces? Estis enferma de no tener confianza en ti misma... GLORIA ~Como todos los audace: ELVIRA —Déjame leeta... Sime dejaras. GLORIA ~Ya la leeris. Cuando sea libro... cuando no sea ya mia... Y te encontrarés un poco en ella. ELVIRA ~Supongo que no te habris metido conmigo... GLORIA ~Un poco contigo, un poco conmigo. Mi herofaa es hermana ‘nuestra... En ella estamos nosotras, todas nosotras... Las que no pensa- ‘mos, las que no sentimos, as que no vivimos como las demés. Las que centre la gente burguesa somos ovejas negras y entre las ovejas negras somos inmaculadas. BLVIRA ~Seré original... Has visto que en kx novela, en el teatro, no vemos més que tipos vulgares, palabras vulgares, conilictos wulgares... Cuantas cosas sugiere.. 30 ‘Cémo he buscado en toda nuestra literatura un tipo nuevo, un ser vivo, una mujer... ;Y qué infructuosa biisquedal |Muiiecos, mufiecos, mufie- cos! GLORIA ~ jTontal Hay que hacer eso... Ya ves, nosotras.. si nos Mgera- tizaran", por cjemplo, mi caso, el tuyo... todos los criticos en coro tind time se buslarian del autor, lo insultarian. Dirfan que no habia logica en cl asunto, que eran arbitrarios los personajes, inverosimil su psicologia, folletinescos los recursos. Sabe Dios lo que dirian. Ya veras lo que me dicen a mi de mi libro. Y me tendsa sin cuidado. Yo esctibo para mi misma, no para los dems... ELVIRA ~Todos empiezan escribiendo para si mismos y terminan escti- biendo para los demas, jEsté tan leno de suefios el principio de todos los caminos! Suefia una con dominar a la vida, con ser algo, con tantas ccosas.. Hasta suefia con vivie espléndidamente para la humanidad y ter- ‘mina viviendo ferozmente para si misma. Se van dejando atris los sue- fos, se va uno enfangando... GLORIA -Fs que los suefios también estorban. Todo estorba si lo que buscamos es ser felices... Pasa. Hosea) Hay que arrancarse una a una todas esas cosas estiipidas con las que no se debia nacer... Suetios bri- antes, talento, ambicibn, generosidad, ansia de vida... todo, todo lo que puede hacernos nobles y tedimirnos... todo, Cortatlo de raiz, arrancat- lo, volverse una bestia pintada y adornada. Nada mis... ELVIRA -No tanto, Gloria. GLORIA -Si, tanto. Asi, crudamente. zPor qué tencrle miedo a las pala- bras? Yo lo que digo lo he sentido en carne mia... (Transiciin,) Bueno, hhablemos del libro. Esciichame... Alli divido a la mujer en tres catego- rias: las sufragistas -que ti aborteces. ELVIRA -Yo no las aborsezco. GLORIA —Bueno, de las que te ries, ELVIRA -Reitse es de muy mal gusto. Me sonrio.. GLORIA -Luego la mujer femenina, la del crachetsimbélico... Claro, bajo el punto de vista social y entre las mujeres honradas. ELVIRA -Honrada es una palabra que puede estirarse mucho. GLORIA ~Como todo en la vida... S6lo dejo fuera a las pobres caidas, a o las pobres hermanitas,a las que puso su destino a un margen de la vida. ELVIRA -Hay con ellas una subcategoria, GLORIA —Déjalas. Esas no pesan. Hsas son muertas, Bueno, las gentes no ven mis que dos categorias de mujeres: la que se llama mujer de hogar; porque no cabe en otra definicién, aunque las otras manejen su hogar mejor que ellas,y esas feas marimachos... Entiende que en todo hay infinitas gradaciones. ELVIRA -Me he fijado. GLORIA -Pero no te bas fijado, ni nadie se ha fijado en la tercera cate- goria, de la que nosotras somos dignas representantes... Aqui no hay gradaciones, no.. Somos muy pocas las descéntradas. Y lo ocultamos ‘como un pecado... Y somos tan descentradas, que caemos en cualquie- ra de las otras categorias. ELVIRA -Hasta en la subcategoria GLORIA -Hasta en ésa. Con extraordinaria facilidad. ELVIRA Eatonces, quedarse descentrada ya es un centro. GLORIA -¥ claro... Somos las que sufrimos, las rebeldes a nuestra con- dicién estipida de mufecas de bazar... Bntiéndeme bien, No de mujer. No queremos los derechos de los hombres. Que se los guarden... Saber set mujer es admirable. Y nosotras sélo queremos ser mujeres en toda nuestra espléndida feminidad. Los derechos que queremos son sélo los que nos dé nuestro talento. ESCENA IL ELVIRA, GLORIA y MUCAMA MUCAMA ~(Buiranda) Bl sefior Baudtix pregunta por la seiora Elvira, ELVIRA -Por fin. Que pase. (Sale fa mucama.) ¥ mita lo que consegui- mos. Para eso nos sitve a nosotras el talento. GLORIA ~Pero sal a recibirlo, Trae tu libertad. 6 ELVIRA ~(Sin moverse) Te juro que no siento la menor emocién... Mi libertad la sentf desde que entré en tu casa hospitalara... Mis de un aiio ya. Esta libertad legal no me turba ESCENA IIL GLORIA, ELVIRA y BAUDRIX BAUDRIX -(Entranda, da la mano a las seioras, que no se mueven,) Buenas tardes, sefioras.. ELVIRA -Salud, Baudsix. Siéntese. GLORIA —Buenas tardes, prosaico portador de una libertad que no emociona. A ver; gdénde esti esa libertad? BAUDRIX ~(Sentindose,) No sé si atin firmé el jue. ELVIRA -Entonces. BAUDRIX -No fui a los tribunales. Me trae otro asunto mis serio, mis BLVIRA ~eMis qué?(Alermada) BAUDRIX -Nada grave. Hay que escuchar con paciencia un momento. Usted, sefiora Elvira. ELVIRA ~Si, pero ya sabe que no puedo con las reticencias. BAUDRIX ~Abreviaré. Abreviaré.. Usted sabe que en este asunto su esposo. ELVIRA ~gCémo? GLORIA -Su ex esposo. BAUDRIX —Disculpe. La costumbre. El doctor Lépez Torres no ha eco- nomizado ni tiempo ni dinero, Se ha hecho todo habil, discretamente, sin el escdndalo que parecia inevitable, sin ofender a usted en lo mis minimo. ELVIRA -No me explico a qué viene todo esto. GLORIA —Lépez Torres ha evitado el escindalo por su situacién politi- ca, que le ha interesado siempre més que su situacién conyugal. a BAUDRIX -Bxacto, sefiora, exactisimo. GLORIA ~¥ en las vinculaciones intimas, que duclen mas que el escan~ dalo social, que siempre es lejano. ELVIRA -¥ que a mi no me interesaba. GLORIA Ha sido brutal, implacable. ELVIRA ~Pero ga qué viene todo esto?. GLORIA -No sé BAUDRIX -Atiéndame, sefiora. Su esposo, que legari de provincias ‘esta noche, me encarga, cerca de usted, una comisi6n delicada. ELVIRA ~(Poniéndase de pie bruscamente,) «Qué quiete todavia? BAUDRIX -No se altere, sefiora. Es una simple proposici6n que honra su digno ex conyuge. GLORIA ~(Rienda) Qué gracioso.. BAUDRIX ~zQué es lo gracioso, sefiora? GLORIA -Nads, siga. BAUDRIX ~(Sacando ama carta de su cartera.) En fin, leeré a usted, seftora, para que pueda darse cuenta mejor, unos parrafos de la carta GLORIA -Signtate. ELVIRA ~(Sin sntarse) Estoy bien asi BAUDRIX ~(S¢ pone las goes. Lez) "Vera usted, amigo mio, en el dia, sile cs posible, a la sefiora Elviea Ancizar yjle dir de mi parte”... (Edna sus- ira ys pasa la mavo por la frente.) Qué hay, setioza? ELVIRA -Nada. Siga. i BAUDRIX -... "que me consta que de su modestisima fortuna que le fue centregada por usted, no posee ya nada absolutamente.” GLORIA -2¥ qué le importa a él? BLVIRA -Siga, Baudrix. ci BAUDRIX ~"Que como no ha habido hijos de la unién, como el divor- cio y fallos probatorios le son desfavorables terminantemente, no tengo por qué ayudaela pecuniariamente y si intento algo en ese sentido, es porque a pesar de lo pasado guardo por ella un afecto leal y quisiera verla a cubierto de la miseria.” (Passa. Gloria y Elia se iran conprenditn- dose.) ELVIRA -Siga, pues. 6 BAUDRIX ~"Si ella se presta a vivir en Europa, entiéndalo bien, en Europa, sea en la capital que ella ela". GLORIA ~2No podria ser en Africa? ‘BAUDRIX ~(Tontamente,) No sé. Se consultaria, ELVIRA -(Con reproche,) Gloria... Siga Baudrix. F BAUDRIX ~"Le asignaré mensualmente una cantidad que puede fijarse ¢n quinientos o seiscientos pesos moneda nacional. Pero es indispensa- ble que salga de Buenos Aires en veinticuatro horas." GLORIA -Estorbas... (Recalcanda.) ELVIRA ~Callate. (A Baudrix,) Siga. BAUDRIX ~"Procure hacerle presente la formalidad de este contrato su conveniencia, El capricho de permanecer en Buenos Aires puede tracrle graves ¢ imprevistas consecuencias..." ELVIRA ~gAmenazas? (Pausa.) Siga. BAUDRIX -Nada mis. Siguen formalidades. Qué contesto? Esta noche, o lo més tarde mafiana, tengo que verlo... (Elina, nerviosa, va hacia Ja ventana y wel. Gloria cambia de siti, Pansa larga.) ELVIRA ~Baudrix: Digale a mi matido que le ahorro todo Io que a eso debia contestarle. GLORIA -¥ digale de mi parte que es un hipéctita y un cinico. Oh, la hipocresia de los hombres graves, de los rectos. ELVIRA -Callate, Gloria... (A Baudrix,) No acepto. Amarg6 mi juven- tud, torci6 mi vida. No protesto. Al casarme con él le di ese derecho. No ‘busco justificar hechos pasados. No me impostan. Pero le niego el dere- cho de desterrarme. Rechazo con asco su vergonzante limosna. Si me hace falta trabajaré y que ni él ni sus secuaces, centiende?, se pongan en mi camino... Y sea usted el primero en anunciar a su dignisimo amigo que me casaré. En seguida. Ya ve. No lo avergonzaré trabajando. (Ante gest de Bandrix.) Me parece que tengo derecho a mi parte de felicidad en la vida. Ni una palabra més. No acepto. Buenas tatdes. (Sle) ESCENA IV BAUDRIX y GLORIA BAUDRIX ~ esti en el campo. 4 \ ELVIRA ~Oyeme, Gracia. Vas a decisle a tu mamé que yo no quiero jut | tificarme, ni Jo busco. Que te agradezco tanto que hayas venido a verme... Y que Elvira, no ésta, sino la chica aquella que ella tanto quis, suc le juso por mi madre muerta que yo era inoeente. Que eso fue wit ‘Mfamia de Lépez Torres...y que el hombre con quien me encontraron cea s6lo un amigo, s6lo un amigo... Recuérdalo, Gracia. GRACIA -¥ entonces por qué. sn di és se hombre y te explicaris ELVIRA Tal vez algin dia sepas quién era ex muchas cosas. (Antes de terminar esta jras, Adelina, que ha estado bacendo ‘pucherosy dando susprs desde que Ug, etalla en um lanto de ipa) ‘GLORIA ~(Atindéndola,) Qué le pasa?

También podría gustarte