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Son muchos los factores que conllevan al ejercicio cada vez más temprano de la sexualidad
en los y las adolescentes y por ende a los embarazos precoces deseados o no. Según la
CEPAL&UNICEF (2007) en su boletín “Desafíos”, estos factores incluyen la carencia de
políticas públicas de salud sexual y reproductiva, la insuficiente educación sexual, violencia
sexual, la falta de oportunidades, las expectativas sociales, entre otras.
Las complicaciones durante el embarazo y el parto son la segunda causa de muerte entre
las muchachas de 15 a 19 años en todo el mundo (ONU 2014). También tiene
repercusiones sociales y económicas negativas. Muchas chicas que se quedan
embarazadas se ven obligadas a dejar la escuela. Una muchacha con escasa o ninguna
educación tienen menos aptitudes y oportunidades para encontrar un trabajo.
Algunas adolescentes planean y desean su embarazo, pero en muchos casos no es
así. Muchas muchachas tienen relaciones íntimas con su pareja debido a la presión
social, se dejan llevar por comentarios y no se protegen al llevar a cabo el acto sexual; la
consecuencia es que quedan embarazadas.
¿El efecto?, la niña que se embazara no tiene el suficiente tiempo, o cuida el bebé o
estudia, es por eso que abandonan los estudios, dejando a un lado su proyecto personal,
¡dejan a un lado sus deseados sueños!
Así, en nuestro ejemplo, si la joven no encuentra un apoyo en el núcleo familiar,
probablemente tendrá que aceptar un trabajo mal pagado que no le ayudará a subsanar
todas las necesidades básicas que tengan ella y el bebé, teniendo una baja calidad de
vida, llegando a vivir incluso en condiciones de pobreza.
Por otra parte, la chica podría tener problemas causados por el embarazo, como anemia,
preclamsia o hipertensión crónica que son las más comunes, en el peor de los casos, la
peor consecuencia del embarazo adolescente, es la muerte.