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DAVID ALFARO SIQUEIROS NO HAY MAS RUTA QUE LA NUESTRA IMPORTANCIA NACIONAL E INTERNACIONAL DE LA PINTURA MEXICANA MODERNA EL PRIMER BROTE DE REFORMA PROFUNDA EN LAS ARTES PLASTICAS DEL MUNDO CONTEMPORANEO ——aagunda Edicion Spent Si 1978 30456 . UNAM INDICE Introduceién a La pintara mexicana modeme....... Atl, el precursor tedrico y politico.......: Orozco, el precursor formal-profesional. Rivera, el primer impulsador en la préctica. No hay més ruta que la nuestra... Tesis general del Centro de Arte Realista Moderno, Propésitos esenciales del Centro de Arte Re Exposicién trascendental . El arte contra el analfabetismo, Picasso y nuestro arte social. Un hecho artistico embrionariamente traseendental en Chile. ‘Alegoria de la igualdad racial en Cuba... lista Moderno..... 107 128 cx Ja terminacién del Renacimiento Italiano, y de sus Ta mificaciones posteriores en otros paises (principios de 1700), se abrié para el mundo de cultura occidental un periodo cada vez més profundo de decadencia en las artes plasticas “figura- tivas” (pintura, escultura y estampa). En el transcurso del siglo XIX y lo que va del XX se han producido tres intentos de liquidacién 0 supresién de esa deca- dencia: el intento de David a Ingres (repercusién de la Revo- lucién Francesa) 5 el intento de Cézanne a Picasso (repercusién de la inquietud politico-cientifico-industrial moderna) ; y el in- tento mexicano, nuestro intento, cominmente conocido como el “Renacimiento mexicano en la pintura” (repercusi6n de la Re- volucién Mexicana). Los tres intentos sefialados tuvier nuevo-clasicista. “Vuelta a lo antiguo”, los impulsadores del primer movimiento; “Restitucién de los valores fundamentales perdidos durante varios siglos para la plas- tica”, dijeron —en abstracto, igualmente— Jos segundos; “Re- conquista de Jas formas mayores, sociales, piblicas, desapare- cidas con el Renacimiento, ¥ 50 reaplicacién conforme a las nuevas condiciones sociales ¥ técnicas de nuestro tiempo, diji- mos —con postulado ‘categérico— los terceros. Los dos primeros intento: 5 —el de David a Ingres y el de Cézanne a Picasso— se frustraron naturalmente, en su finali- dad primordial, debido al cardcter ‘puramente subjetivo que se deilin6 en la implicacién del propésito. Fueron, asi, “revoluciones de la superficie de las telas hacia el espacio’ dejando intactos los decadentes aspectos fisicos, sociales, estéticos en consecuencia, on caracter programatico dijeron —en abstracto— 9 Dreponderantes hasta su tiempo. Creseron, sus Bee ce s6lo en cuestiones de estilo. fo mexieano, nuestro intento, no obstante el carée- ter semicolonial de nuestro pais, es €l nico de los tres m nei. Fa que ha tomado, tedrica y pricticamente, la ruta adecuata, la ruta social, la ruta objetiva —y no solamente subjetiva—, es decir, la ruta bésiea. ¥ en esto, precisamente en esto, radica su inmensa importancia histérica, nacional y univer berse producido en una metrépoli politico-econémica, cia mundial seria ya hoy absolutamente predominante ‘Naturalmente, un nuevo Renacimiento, en el campo de la cultura, no se produce integralmente de primera intenci6n, sino por brotes sucesivos... y, muy posiblemente, en diversos pai ses. Pero de lo que no puede cabernos la menor duda es de que el indicado esfuerzo mexicano significa el primer brote préctico, ce ‘apuntado”, en los tres siglos y medio que lleva ya lz noche ie la decadenci Sélo queda por saber cual seré la amplitud histérica de este brote, ala vez que el aleance de su influencia en el mundo actual y préximo futuro, ya que se trata, indubitablemente, del tinico camino posible, de la tinica ruta posible —del principic del tini- ¢o camino posible— para los artistas de todos los paises, inclu- sive para los de Paris y los parisinistas. Que sirva, entonces, esta recopilacién de articulos en favor de esa tinica posible ruta, la ruta te6rico-técnica, de un nuevo F Verdadero arte péblico civil, es decir, de un nuevo y verdadero arte funcional moderno, de un arte nuevo-humanista, en conse: anencia, que substituya en el préximo futuro, en los Estados de Gemocracia econdmica avanzada que traerd consigo la posteue, fra, tanto a las rutinas viejas del viejo academismo tradicional (expresi6n buroerdtiea de varios siglos de obseuridad y pluto- cracia, mortal en el arte, responsable directa de Ja matilacién intelectual de muchos artistas en potencia), come @ Jas rutinas nuevas del nuevo academismo snob (manifestacion chic domés- tiea, social epicurista, téenicamente conformista, falsamente ity dependiente, manjar exclusive de ligareas en los eontados de “clases ricas cultivadas”, manjar sin cliente posible en Ie ‘Amériea Latina, que se desprende de las ahora desvirtuadas, 7 10 ya envejecidas con mas de veinte Paris”). afios, “corrientes modern Rutinas que, s de Por igual. aunque “con diferentes vene. hos”, estiin perdiendo en marchas sin destin, alguno, en imper- sonales esfuerzos reflejos, . intelectual-colonialistas, en escala social pueril, obras de # muchos posibles grandes artistas de Amé. rica, y del mundo entero. David Alfaro Siqueiros LA PINTURA MEXICANA MODERNA El primer brote de reforma profunda en el arte contempordneo universal NUESTRO movimiento pictévico moderno de México, presen- tido tedricamente desde el afio de 1911, tiempo de nuestras primeras revueltas de estudiantes de Bellas Artes contra el des- Potismo de la pedagogia académica, e iniciado romanticamente el afio de 1922, época de nuestras primeras précticas en la, pintura mural y el grabado politicos, es la Gnica manifestaci6n artistica, de conjunto, procedente de un pais de la América Latina, que ha obtenido beligerancia internacional. En todas partes se le men- ciona y se le discute. Puede decirse que su repercusién mundial ha sido ya mayor que la aleanzada por la obra poética de Rubén Dario, pues ésta, de evidente origen francés en su comienzo, no legé en realidad a rebasar, como fuente de influencia, los limi- tes de los paises de habla espafiola... y, quizds, portuguesa. Se trata, evidentemente, del primer impulso artistico lati- no-americano no colonial, no dependiente, que no es un reflejo mecénico profesional del arte francés en boga —como acontece, en mayor o menor proporeién, en todos los paises de América, y también en Espafia—, sino mds atin, y muy determinantemente, un brote concreto de reforma, profunda en el desconcierto del arte contemporaneo universal, independientemente de lo embrio- nario o valioso que se considere el conjunto, o las partes, de su produceién directa, como valor absoluto intrinseco de arte. México, en efecto, fué cuna de la primera manifestacién ob- Jetiva de la era presente en favor de un nuevo arte politico, de un nuevo arte piiblico, de un nuevo y mayor arte de Estado, en suma, en el terreno de la plastica. El primer pais en donde los artistas aplicamos, en actitud colectiva, la determinacién de reconquistar las grandes formas sociales de expresién en las artes plastics, desaparecidas practicamente con la. terminacién del Renacimiento; la conquista de la equivalencia, moderna, en 15 las condiciones de la vida y de la técnica modernas, coneretamos ahora, de Ins formas sociales mayores correspondientes a las que habian servido para materializar el arte representativo en las épocas més florecientes de la Historia. México fué, asf, en todo el mundo moderno, el tinico lugar donde se produjo, consecuentemente, el primer acto de rebeldia, tedrica y préctica, de abajo a arriba, de adentro a afuera, con- tra las formas predominantes en una produccién plastica desti- nada formalmente, fisicamente, tinieamente —con exelusién de las grandes formas sociales que habian predominado en el pasado—, a servir de complemento y equivalencia estética, de correlative chic, interior, al circunscrito hogar rico, culto o snob; pues no es otra cosa, en tiltimo extrema, toda esa pequeia plistiea encon- chada, de “élite”, creada en la intimidad precaria para la in midad acomodada, “genial” o estiipidamente pueril, de técnica material anacrénica, “biolégicamente” mezquina siempre, a la que hoy aplicamos los denominativos comunes de “pintura de ca- ballete”, “dibujo uniejemplar”, “escultura-bibelot de banco gi- ratorio” y “litografia y grabados tradicionales de tiraje redu- cido y numerado”; las formas plisticas o grivieas excepcionales, secundarias, en las importantes civilizaciones de ayer (puesto que siempre han existido y siempre podrén existir las pequefias pinturas, esculturas y grabados destinados a la intimidad del hogar), convertidas en las formas plésticas sociales fundamen- tales, tinicas, de hoy... por dictado econémico de una demanda plutocrética, monopolizadora hasta de los objets espirituales. Un anhelo nuevo y un nuevo impulso de rebeldfa surgidos en el México de la Revolucién; la equivalencia de la Revolucién Mexicana, y de la Revolucién en general, en el campo de la cul. tura, Un movimiento que al hacer hincapié en la causa social matrin del objeto de arte de hoy, la naturaleza determinante de gu demanda econdmica, fij6 lo esencial de todo el fendmeno esté- tico-plistico del mundo entero de su tiempo. Un impulso colecti- vo que tiene, en esa virtud, el mérito traseendental de haber hecho tal “descubrimiento”, de haber levantado ese “huevo de Colén”, la primera plataforma critica —au:ocritica, en conse. cueneig--, indispensable en lo absoluto pare que el mundo del arte pueda avanzar hacia el futuro. 15

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