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Colegio Universitario de la Santa Cruz

Licenciatura en Filosofía
Filosofía de la Educación ALBARRÁN REBOLLAR David
Dra. Zazhil Citlali Rico Medina Mayo de 2019.

De la urbanidad en la manera de los niños.


Erasmo de Rotterdam.

Esta obra está dividida en 20 capítulos, los cuales quien ser una guía de cómo
comportarse ante diferentes circunstancias de la vida. Erasmo es un humanista,
filosofo, religioso, sacerdote… esto influye mucho en su pensamiento. Lo primordial
para él es demostrar que el cuerpo es el soporte real, material y simbólico y además
primordial de la educación.

La obra está dirigida al Príncipe niño Enrique de Borgoña. Comienza dicha obra con
la premisa: “A los niños nobles, les sienta bien la compostura”. Esto quiere dar a
entender que es un manual de educación para Príncipes. Esto es muy importante
tener en cuenta al leer esta obra, para comprender mejor el contenido.

Erasmo en toda la obra hace la distinción entre oficios y artes liberales. Los oficios
sirven para formar ciudadanos laboriosos para el país, por ejemplo: herrero,
zapatero, boticario, tintero, etc… estos oficios ayudan a que el ser humano este
siempre produciendo.

Las artes liberales las define como disciplinas académicas, estas son oficios o
profesiones cultivadas por hombres libres. Esto significa que son los hombres que
viven plenamente realizados.

A lo largo de los 20 capítulos se mencionan varios temas, sin embargo, mencionaré


solo algunos que me han parecido de mayor relevancia. Es muy interesante que
Erasmo empieza a hablar de la compostura, ésta necesaria cultiva en los niños y
especialmente en los niños nobles.
“La compostura empieza por los ojos, sede del alma. Los ojos del niño han de revelar
en sí mismos un ánimo sosegado y respetuosamente amigable…” Es esta la razón
por la cual los niños deben de mantener siempre un equilibrio emocional. Y lo deben
de ir cultivando desde las primeras etapas. Dice Erasmo que el niño que se sabe
comportar es bien visto y puede relacionarse con diferentes tipos de personas.

Otra virtud a cultivar en los pequeños es el pudor. Este es el más grande


acompañante y guardián de la caridad. En el pudor se refleja además de la
educación, el respeto que se tiene hacia los demás. El cuidar de los modales tiene
su fundamento en el prójimo. En la caridad, en la búsqueda del bien del otro. Hay
que desarrollar en el niño el gusto de hacer sentir bien con su presencia a los demás.
En el pudor se manifiesta el deseo de que el otro se sienta bien.

La obra plantea también las recomendaciones sobre la vestimenta, sobre la manera


de comportarse en el templo, sobre los convites. Es necesario que los niños nobles
se diferencien de los niños de clases inferiores, pues son referencias para los demás.
El niño noble tiene que darse cuenta desde pequeños que es una imagen pública, y
debe cuidar minuciosamente hasta el más mínimo detalle. Como por ejemplo el
comer; no debe ser apresuradamente, en demasía y con bocados grandes, porque
ello denota ansiedad; debe sentarse de forma correcta en la mesa, masticar
pausadamente, etc.

Rotterdam habla de aspirar a tres virtudes; a la caridad, a la piedad y a la


misericordia, éstas son las que hacen que el hombre sea pleno y libre.

Ahora bien, con todo lo anterior ¿Qué podemos aplicar a nuestra reflexión sobre la
educación? ¿Cuál sería el aporte de Erasmo a la educación?

Simple y sencillamente podemos decir y reafirmar lo que se ha venido trabajando


en los autores anteriores. La educación forma parte esencial del hombre. Esta
educación consta de ciertas reglas o normas que ayudan y favorecen el proceso
educativo. Si bien es cierto que esta obra está dirigida a los niños nobles, también
es cierto que todos debemos cultivar los modales. Es triste cuando los niños crecen
mal educados. Es lamentable también que algunos piensen que los buenos modales
son solo para gente refinada.

Sin duda alguna, decimos que un factor que aquí interviene es la cultura, y ésta
determina los modales o costumbres, pero también podemos darnos cuenta que hay
valores o modos que son universales, o por lo menos debemos tomar en cuenta.
Los procesos educativos son los que nos tienen que llevar a crecer en todas las áreas
de la persona.

Una educación que no sea integral, no debe promoverse. Una educación que no sea
coherente tampoco debe impartirse. Y en esto tiene que ver con la aportación
familia. En la familia se aprende. Y lo que bien se aprende no se olvida.

Cfr. ROTTERDAM Erasmo, De la urbanidad en las maneras de los niños (De civilitate
morum puerilium), 2ª edición, febrero 2006.

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