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BIBLIOGRAFIA

Sigismund Freud, que, a los veintidós años, habría de cambiar ese nombre por el de Sigmund,
nació en Freiberg, en la antigua Moravia (hoy Príbor, Checoslovaquia), el 6 de mayo de 1856. Su
padre fue un comerciante en lanas que, en el momento de nacer él, tenía ya cuarenta y un años y
dos hijos habidos en un matrimonio anterior; el mayor de ellos tenía aproximadamente la misma
edad que la madre de Freud -veinte años más joven que su esposo- y era, a su vez, padre de un
niño de un año. En su edad madura, Freud hubo de comentar que la impresión que le causó esta
situación familiar un tanto enredada tuvo como consecuencia la de despertar su curiosidad y
aguzar su inteligencia.

En 1859, la crisis económica dio al traste con el comercio paterno y al año siguiente la familia se
trasladó a Viena, en donde vivió largos años de dificultades y estrecheces, siendo muy frecuentes
las temporadas en las que, durante el resto de su larga vida (falleció en octubre de 1896), el
padre se encontraría sin trabajo. Freud detestó siempre la ciudad en la cual, por otra parte, residió
hasta un año antes de su muerte, cuando, en junio de 1938 y a pesar de la intercesión de
Roosevelt y Mussolini, se vio obligado, dada su condición de judío -sus obras habían sido
quemadas en Berlín en 1933-, a emprender el camino del exilio hacia Londres como consecuencia
del Anschluss, la anexión de Austria al rancio proyecto pangermanista de la Gran Alemania,
preparada por los nazis con ayuda de Seyss-Inquart y los prosélitos austriacos.

La familia se mantuvo fiel a la comunidad judía y sus costumbres; aunque no fue especialmente
religiosa; al padre cabe considerarlo próximo al librepensamiento, y el propio Freud había perdido
ya las creencias religiosas en la adolescencia. En 1873, finalizó sus estudios secundarios con
excelentes calificaciones. Había sido siempre un buen estudiante, correspondiendo a los sacrificios
en pro de su educación hechos por sus padres, que se prometían una carrera brillante para su
hijo, el cual compartía sus expectativas. Después de considerar la posibilidad de cursar los
estudios de derecho, se decidió por la medicina, aunque no con el deseo de ejercerla, sino movido
por una cierta intención de estudiar la condición humana con rigor científico. A mitad de la carrera,
tomó la determinación de dedicarse a la investigación biológica, y, de 1876 a 1882, trabajó en el
laboratorio del fisiólogo Ernst von Brücke, interesándose en algunas estructuras nerviosas de los
animales y en la anatomía del cerebro humano. De esa época data su amistad con el médico
vienés Josef Breuer, catorce años mayor que él, quien hubo de prestarle ayuda, tanto moral como
material. En 1882 conoció a Martha Bernays, su futura esposa, hija de una familia de intelectuales
judíos; el deseo de contraer matrimonio, sus escasos recursos económicos y las pocas
perspectivas de mejorar su situación trabajando con Von Brücke hicieron que desistiese de su
carrera de investigador y decidiera ganarse la vida como médico, título que había obtenido en
1881, con tres años de retraso.

Sin ninguna predilección por el ejercicio de la medicina general, resolvió adquirir la suficiente
experiencia clínica que le permitiera alcanzar un cierto prestigio, y, desde julio de 1882 hasta
agosto de 1885, trabajó como residente en diversos departamentos del Hospital General de Viena,
decidiendo especializarse en neuropatología. En 1884 se le encargó un estudio sobre el uso
terapéutico de la cocaína y, no sin cierta imprudencia, la experimentó en su persona. No se
convirtió en un toxicómano, pero causó algún que otro estropicio, como el de empujar a la
adicción a su amigo Von Fleischl al tratar de curarlo de su morfinomanía, agravando, de hecho, su
caso. En los círculos médicos se dejaron oír algunas críticas y su reputación quedó un tanto
ensombrecida. En 1885, se le nombró Privatdozent de la Facultad de Medicina de Viena, en donde
enseñó a lo largo de toda su carrera, primeramente neuropatología, y, tiempo después,
psicoanálisis, aunque sin acceder a ninguna cátedra.

La obtención de una beca para un viaje de estudios le llevó a París, en donde trabajó durante
cuatro meses y medio en el servicio de neurología de la Salpêtrière bajo la dirección de Jean
Martín Charcot, por entonces el más importante neurólogo francés. Allí tuvo ocasión de observar
las manifestaciones de la histeria y los efectos de la hipnosis y la sugestión en el tratamiento de la
misma. De regreso a Viena, contrajo matrimonio en septiembre de 1886, después de un largo
noviazgo jalonado de rupturas y reconciliaciones como consecuencia, en especial, de los celos que
sentía hacia quienquiera que pudiese ser objeto del afecto de Martha (incluida su madre). En los
diez años siguientes a la boda, el matrimonio tuvo seis hijos, tres niños y tres niñas, la menor de
las cuales, Anna, nacida en diciembre de 1895, habría de convertirse en psicoanalista infantil.

Poco antes de casarse, Freud abrió una consulta privada como neuropatólogo, utilizando la
electroterapia y la hipnosis para el tratamiento de las enfermedades nerviosas. Su amistad con
Breuer cristalizó, por entonces, en una colaboración más estrecha, que fructificaría finalmente en
la creación del psicoanálisis, aunque al precio de que la relación entre ambos se rompiera. Entre
1880 y 1882, Breuer había tratado un caso de histeria (el de la paciente que luego sería
mencionada como «Anna O.»); al interrumpir el tratamiento, habló a Freud de cómo los síntomas
de la enferma (parálisis intermitente de las extremidades, así como trastornos del habla y la vista)
desaparecían cuando ésta encontraba por sí misma, en estado hipnótico, el origen o la explicación.
En 1886, luego de haber comprobado en París la operatividad de la hipnosis, Freud obligó a Breuer
a hablarle de nuevo del caso y, venciendo su resistencia inicial, a consentir en la elaboración
conjunta de un libro sobre la histeria. Durante la gestación de esta obra, aparecida en 1895, Freud
desarrolló sus primeras ideas sobre el psicoanálisis. Breuer participó hasta cierto punto en el
desarrollo, aunque frenando el alcance de las especulaciones más tarde características de la
doctrina freudiana y rehusando, finalmente, subscribir la creciente convicción de Freud acerca del
papel desempeñado por la sexualidad en la etiología de los trastornos psíquicos.

En 1896, luego de romper con Breuer de forma un tanto violenta, Freud empezó a transformar la
metodología terapéutica que aquél había calificado de «catarsis», basada en la hipnosis, en lo que
él mismo denominó el método de «libre asociación». Trabajando solo, víctima del desprecio de los
demás médicos, el tratamiento de sus pacientes le llevó a forjar los elementos esenciales de los
conceptos psicoanalíticos de «inconsciente», «represión» y 'transferencia'. En 1899, apareció su
famosa La interpretación de los sueños, aunque con fecha de edición de 1900, y en 1905 se
publicó Tres contribuciones a la teoría sexual, la segunda en importancia de sus obras. Estos dos
fueron los únicos libros que Sigmund Freud revisó puntualmente en cada una de sus sucesivas
ediciones.

Hasta 1905, y aunque por esas fechas sus teorías habían franqueado ya definitivamente el umbral
de los comienzos y se hallaban sólidamente establecidas, contó con escasos discípulos. Pero en
1906 empezó a atraer más seguidores; el circulo de los que, ya desde 1902, se reunían algunas
noches en su casa con el propósito de orientarse en el campo de la investigación psicoanalítica,
fue ampliado y cambió, incluso, varias veces de composición, consolidándose así una sociedad
psicoanalítica que, en la primavera de 1908, por invitación de Karl Gustav Jung, celebró en
Salzburgo el Primer Congreso Psicoanalítico. Al año siguiente, Freud y Jung viajaron a Estados
Unidos, invitados a pronunciar una serie de conferencias en la Universidad Clark de Worcester,
Massachusetts, comprobando con sorpresa el entusiasmo allí suscitado por el pensamiento
freudiano mucho antes que en Europa. En 1910 se fundó en Nuremberg la Sociedad Internacional
de Psicoanálisis, presidida por Jung, quien conservó la presidencia hasta 1914, año en que se vio
obligado a dimitir, como corolario de la ruptura fallada por el mismo Freud en 1913, al declarar
improcedente la ampliación jungiana del concepto de «líbido» más allá de su significación
estrictamente sexual. En 1916 publicóIntroducción al psicoanálisis.

En 1923, le fue diagnosticado un cáncer de mandíbula y hubo de someterse a la primera de una


serie de intervenciones. Desde entonces y hasta su muerte en Londres el 23 de septiembre de
1939, estuvo siempre enfermo, aunque no decayó su enérgica actividad. Sus grandes
contribuciones al diagnóstico del estado de nuestra cultura datan de ese período (El porvenir de
una ilusión [1927], El malestar en la cultura [1930], Moisés y el monoteísmo [1939]). Ya con
anterioridad, a través de obras entre las que destaca Tótem y tabú (1913), inspirada en el
evolucionismo biológico de Darwin y el evolucionismo social de Frazer, había dado testimonio de
hasta qué punto consideró que la importancia primordial del psicoanálisis, más allá de una eficacia
terapéutica que siempre juzgó restringida, residía en su condición de instrumento para investigar
los factores determinantes en el pensamiento y el comportamiento de los hombres.
CRONOLOGIA

1856 Nace en Freiberg (Checoslovaquia).


1859 Se traslada con su familia a Viena.
1885 Estudia con Jean Martin Charcot en París.
1895 Publica sus "Estudios sobre la histeria" en
colaboración con Breuer.
1900 Publica "La interpretación de los sueños".
1905 Publica "Tres contribuciones a la teoría
sexual".
1908 Se celebra en Salzburgo el Primer Congreso
Psicoanalítico
1909 Viaja a Estados Unidos con su colega Carl
Gustav Jung.
1910 Fundación en Nuremberg de la Sociedad
Internacional de Psicoanálisis.
1916 Publica "Introducción al psicoanálisis".
1930 Publica "El malestar en la cultura".
1938 Se instala en Londres
1939 Muere en Londres.

Freud no pretendía crear una teoría psicológica completa, pero llegó a elaborar un sistema que
explicaba la psicología del hombre en su totalidad. Comenzó estudiando el trastorno mental y
luego se preguntó por sus causas. Acabó formulando una teoría general del dinamismo psíquico,
de su evolución a través de distintos períodos de desarrollo y del impacto de la sociedad, la cultura
y la religión en la personalidad, además de crear una forma de tratamiento de los trastornos
mentales. Logró formular una teoría psicológica que abarcaba la personalidad normal y anormal, y
que incidía en todos los campos del saber: la sociología, la historia, la educación, la antropología y
las artes.

La primera preocupación de Freud, dentro del campo del psiquismo humano, fue el estudio de la
histeria, a través del cual llegó a la conclusión de que los síntomas histéricos dependían de
conflictos psíquicos internos reprimidos y el tratamiento de los mismos debía centrarse en que el
paciente reprodujera los sucesos traumáticos que habían ocasionados tales conflictos. La técnica
utilizada en principio para ello fue la hipnosis.

Llegó a la convicción de que el origen de los trastornos mentales está en la vida sexual y que la
sexualidad comienza mucho antes de lo que en aquellos momentos se pensaba, en la primera
infancia. La afirmación de la existencia de la sexualidad infantil produjo muchas críticas y
oponentes a su teoría.

Más tarde introduce otra técnica de tratamiento: la asociación libre. Al principio era paralela al uso
de la hipnosis, pero esta última técnica la acaba desechando por considerarla menos efectiva. En
las asociaciones libres el paciente expresa sin censuras todo aquello que le viene a la conciencia
de forma espontánea.

Posteriormente, incorpora la interpretación de los sueños en el tratamiento psicoanalítico, ya que


entiende que el sueño expresa, de forma latente y a través de un lenguaje de símbolos, el
conflicto origen del trastorno psíquico. La interpretación de los sueños es una ardua tarea en la
que el terapeuta ha de vencer las "resistencias" que le llevan al paciente a censurar su trauma,
como forma de defensa.

Otro aspecto a tener en cuenta en la terapia psicoanalítica es el análisis de la transferencia,


entendida como la actualización de sentimientos, deseos y emociones primitivas e infantiles que el
paciente tuvo hacia sus progenitores o figuras más representativas y que ahora pone en el
terapeuta. Su análisis permitirá al paciente comprender a qué obedecen dichos sentimientos,
deseos y emociones, y reinterpretarlos sin que ocasionen angustia.
Freud hace una formulación topográfica del psiquismo e incluye en él tres sistemas: uno
consciente; otro preconsciente, cuyos contenidos pueden pasar al anterior; y otro inconsciente,
cuyos contenidos no tienen acceso a la conciencia. La represión es el mecanismo que hace que los
contenidos del inconsciente permanezcan ocultos. Más tarde presenta una nueva formulación del
aparato psíquico que complementa a la anterior. En esta formulación estructural el aparato
psíquico está formado por tres instancias: el ello, instancia inconsciente que contiene todas las
pulsiones y se rige por el denominado principio de placer; el yo, que tiene contenidos en su
mayoría conscientes, pero puede contener también aspectos inconscientes, se rige por el principio
de realidad y actúa como intermediario entre el ello y la otra instancia del aparato psíquico; y el
superyó, que representa las normas morales e ideales.

Un concepto básico en la teoría freudiana es el de "impulso" o pulsión (triebe, en alemán). Es la


pieza básica de la motivación. Inicialmente diferencia dos tipos de pulsiones: los impulsos del yo o
de autoconservación y los impulsos sexuales. Los impulsos sexuales se expresan dinámicamente
por la libido, como manifestación en la vida psíquica de la pulsión sexual, es la energía psíquica de
la pulsión sexual. Más tarde reformulará su teoría de los impulsos y distinguirá entre impulsos de
vida (Eros), en los que quedan incluidos los dos de la anterior formulación, e impulsos de muerte
(Thanatos), entendidos como la tendencia a la reducción completa de tensiones. Freud tenía una
concepción hedonista de la conducta humana: comprendía que el placer venía dado por la
ausencia de tensión y el displacer por la presencia de la misma. El organismo, inicialmente, se
orienta hacia el placer (principio de placer) y evita las tensiones, el displacer y la ansiedad.

Freud, además, aportó una visión evolutiva respecto a la formación de la personalidad, al


establecer una serie de etapas en el desarrollo sexual. En cada una de la etapas, el fin es siempre
común, la consecución de placer sexual, el desarrollo de la libido. La diferencia entre cada una de
ellas está en el "objeto" elegido para conseguir ese placer. El niño recibe gratificación instintiva
desde diferentes zonas del cuerpo en función de la etapa en que se encuentra. A lo largo del
desarrollo, la actividad erótica del niño se centra en diferentes zonas erógenas. La primera etapa
de desarrollo es la etapa oral, en la que la boca es la zona erógena por excelencia, comprende el
primer año de la vida. A continuación se da la etapa anal, que va hasta los tres años. Le sigue la
etapa fálica, alrededor de los cuatro años, en la que el niño pasa por el "complejo de Edipo".
Después de este período la sexualidad infantil llega a una etapa de latencia, de la que despierta al
llegar a la pubertad con la fase genital.

Paralelamente a esta evolución intrapsíquica del sujeto, se va dando un proceso de socialización


en el que se configuran las relaciones con los demás. Es de suma importancia también el proceso
de identificación, que permite al sujeto incorporar las cualidades de otros en sí mismo, para la
formación de su personalidad.

El psicoanálisis en sus comienzos, e incluso en la actualidad, ha sido un doctrina que ha


despertado grandes pasiones, a favor y en contra. Entre las críticas que se han hecho a la teoría
de Sigmund Freud, la principal ha sido la falta de objetividad de la observación y la dificultad de
derivar hipótesis específicas verificables a partir de la teoría.

A pesar de la gran reprobación que suscitaron las ideas freudianas, especialmente en los círculos
médicos, su trabajo congregó a un amplio grupo de seguidores. Entre ellos se encontraban Karl
Abraham, Sandor Ferenczi, Alfred Adler, Carl Gustav Jung, Otto Rank y Ernest Jones. Algunos de
ellos, como Adler y Jung se fueron alejando de los postulados de Freud y crearon su propia
concepción psicológica.

No cabe duda de que el psicoanálisis fue una revolución para la psicología y el pensamiento de la
época y ha servido como base para el desarrollo y proliferación de una gran cantidad de teorías y
escuelas psicológicas.

Etapas Del Desarrollo Psicosexual:


Las teorías psicoanalíticas se refieren primordialmente, al desarrollo emocional del niño,
pero han puesto poca atención en los aspectos cognoscitivos, perceptibles, lingüísticos, o
del desarrollo comportamental del niño.

Freud llamó psicosexuales a sus etapas de desarrollo debido a que les asigna un papel
preponderante a los instintos sexuales el la formación y desarrollo de la sexualidad, para
él el mejor camino para entender el significado de la sexualidad, particularmente en la
infancia y en la niñez, es compararla con cualquier placer sensual.

El desarrollo de la personalidad consiste en el desenvolvimiento o despliegue de los


instintos sexuales. Al principios esos instintos están desplegados pero gradualmente se
integran y centran en el acto sexual maduro, con base en las zonas del cuerpo que se
vuelven focos de placer sexual Freud definió sus etapas: oral, anal, fálica y genital.

Entre las dos últimas etapas existe un período de latencia que no es una etapa de
desarrollo psicosexual.
El primer año y medio es la etapa oral, de los 18 meses a los tres años aproximadamente
es la etapa anal, de los tres a los cinco-seis años es la etapa fálica; de los seis a los 12
años es el período de latencia. Por ultimo, en la pubertad el niño alcanza la etapa genital
que continua hasta la edad adulta.

Resumen
En este ensayo se aborda, de manera ágil y con un lenguaje sencillo y práctico, las ideas más
importantes que se han desarrollado en torno a las teoríasdel desarrollo humano.
Nuestro objetivo es dar al lector, una visión general acerca del desarrollo humano y
proporcionarle los elementos claves parapoder reflexionar sobre este ámbito
del conocimiento.
Así, dentro de esta visión general, abordamos las contribuciones de tres importantes
científicos quienes, a nuestro entender, han revolucionado los cimientos de la ciencia social
y de la psicología. En esta línea, abordamos a Sigmund Freud y su teoría centrada en el
inconsciente; a Erik Erikson y sus ideas sobre el desarrollo humano, los Estadios del
Desarrollo y del desarrollo de la identidad en etapas (el llamado Ciclo epigenético); y Jean
Piaget que da un salto sustancialmente cualitativo porque da origen al carácter dialógico,
dado por la mediación, del desarrollo cognitivo.
INTRODUCCIÓN
Cada ser humano es capaz de desarrollar y cumplir múltiples funciones, evidenciando
un comportamiento; éste depende de una serie de factores internos o endógenos y externos
o exógenos, que influyen en su manera de vida.
Entre los llamados factores endógenos o internos están la herencia y la maduración. La
primera es la transmisión de caracteres físicos de padres a hijos, desde los abuelos más
lejanos a los nietos, de generación a generación; a través de unos corpúsculos
llamados cromosomas constituidos por millares de nudillos llamados genes y que es
estudiada por la ciencia llamada genética. La segunda (maduración), es
un proceso de equilibrio entre el crecimiento físico y el desarrollo psíquico. Los cambios
estructurales y funcionales que experimenta el sujeto, sirven como indicadores de los
progresos que está consiguiendo y de la capacidad para realizar determinados
comportamientos.
Entre los factores exógenos o externos tenemos que considerar al aprendizaje y a
la socialización. El aprendizaje es un factor que aparece en todas las criaturas, desde la
más inferior hasta la criatura superior que es el hombre.
Para Wolff (1965), consiste en la adquisición o asimilación de toda experiencia, hecho o
situación; que moldea, predispone, regula o dirige la conductaefectiva de un sujeto.
El aprendizaje se logra con la experiencia, se perfecciona con la práctica y las cosas
aprendidas dejan huellas que se relacionan entre sí. El ser humano se desarrolla física,
psíquica y socialmente, dentro de un ambiente.
El ambiente es todo lo que rodea al sujeto. Existe, un ambiente natural, determinado por
el medio geográfico, fuerzas de la naturaleza, clima, fauna, flora; un ambiente social,
constituido por la familia, la escuela y la sociedad misma; un ambiente cultural,
integrado por todas las manifestaciones inventadas por el hombre.
Ahora bien, el ser humano desde su nacimiento asimila costumbres, normas, tradiciones,
formas de vida; que permiten un aprendizaje de las influencias de la familia y la sociedad,
esto, recibe el nombre de socialización.
Estas influencias o interinfluencias, estos desarrollos físicos, psíquicos y sociales del ser
humano han sido estudiados por eminentes estudiosos y científicos que han permitido
aclarar diversas dudas, quienes a través de sus teorías han sustentado las bases para
comprender los diversos problemasque sobre el ser humano se plantean.
Podríamos citar a Alfred Adler quien sostenía que la primera infancia es importante y que el
niño nace, fundamentalmente, con un poder creativo libre; a Albert Bandura quien sostenía
que se podía lograr un aprendizaje a partir de modelos humanos y que cualquier proceso
psicológico sirve como medio para crear y reforzar expectativas de eficacia personal; a Erik
Erikson, quien afirmaba que el individuo pasa por sucesivos estadios antes de adquirir su
propia identidad; a Sigmund Freud, quien estudió el inconciente y sus diversas
manifestaciones y que en el ser humano se presentan etapas de desarrollo de naturaleza
psico sexual, las que determinarán la personalidad de las personas; a Arnold Gesell
considerado padre de la psicología infantil y sostenía que el desarrollo psicológico va
paralelo al desarrollo del sistema nervioso central; a Stanley Hall y sus estudios de
psicología evolutiva que comprendieron varias edades inclusive la vejez; a Harry Harlow,
cuyas áreas de interés y de estudio fueron la Psicología del Desarrollo y la Psicología
Infantil y sostenía que el comportamiento normal, dependía de los lazos afectivos dentro de
la familia; a Lawrence Kolhberg, cuyos estudios representan enfoques en torno a la moral y
al desarrollo socio cognitivo y que hay estadios superiores e inferiores de desarrollo moral;
a Jean Piaget, de quien dicen sus estudiosos que su obra cambió la educación, la ciencia del
desarrollo humano y lo que se conocía en cuanto a la inteligencia.
Seguramente podríamos mencionar a otros más que con sus aportes han permitido
comprender este complejo problema del desarrollo humano; sin embargo, consideramos
que con los mencionados hemos iniciado un intento de acercarnos a dilucidar aspectos
como los que vamos a proponer.
En este trabajo propondremos un enfoque de la problemática del desarrollo psicofísico,
psicosocial y congnoscitivo del ser humano basándonos, fundamentalmente, en los
enfoques que, respecto al tema, han desarrollado Erikson, Freud y Piaget, quienes a nuestro
juicio han marcado la evoluciónde las teorías del desarrollo humano.
ERIKSON Y EL PROBLEMA DE IDENTIDAD EN EL SER HUMANO
Este científico alemán, que incursionó en diferentes campos como la psicología, la filosofía,
la antropología, entre otras, estableció una construcción de la identidad a partir de ocho
etapas, en donde el yo juega un papel trascendental.
Las ocho etapas o estadios, a nuestro entender, ofrecen una caracterización que demuestran
que la identidad es un proceso continuo y que va en aumento progresivamente y que al
llegar a la adolescencia se presenta una crisis en donde el sujeto valiéndose de sus
experiencias busca solucionar.
Estas etapas son las siguientes: 1) Confianza versus desconfianza, 2) autonomía versus
vergüenza y duda, 3) iniciativa versus culpa, 4) laboriosidad versus inferioridad, 5)
identidad versus difusión de roles, 6) intimidad versus alejamiento, 7) creatividad versus
estancamiento y 8) integridad versus desesperación.
En la primera etapa se presenta la situación de relación entre la madre y el hijo generando
un clima de seguridad o inseguridad, según esta relación sea satisfactoria o insatisfactoria.
En la segunda etapa vemos a un infante que quiere actuar con autonomía
y libertad logrando un autocontrol de sus acciones; pero si se viera impedido por
la actitud coercitiva de los padres siente vergüenza y duda. La tercera etapa caracterizada
por la fantasía, en la que el infante da vida a los objetos con que juega y busca realizar
toda clase de actividades, estará en función de lo que los padres respondan a estas
actividades, desarrollando en el sujeto su iniciativa o su culpabilidad. La cuarta etapa en el
estudio de Erikson corresponde a la niñez, en donde el niño aprende a hacer y compartir y a
una búsqueda de reconocimiento por lo que hace desarrollando su deseo al trabajo; pero se
presenta la contraparte que es propia del niño, el temor frente a lo que tiene que realizar,
ocasionándole un sentimiento de inferioridad.
La quinta etapa coincide con el inicio de la pubertad y, por lo tanto, con la maduración de
la sexualidad y con ello la preocupación de lo que llamaría William Schonfeld (1973) la
"imagen corporal", además de lo que ellos sienten de sí mismos.
El problema surge cuando el sujeto, en el reconocimiento de sí mismo, se reconoce en otros
personajes a quienes admira y la orientación que deberá seguir dentro del medio social en
que vive.
La sexta etapa coincide con la adolescencia con esa búsqueda de encontrarse a sí mismo a
través de sus satisfacciones sexuales personales y la soledad que experimenta el sujeto
ocasionando su aislamiento voluntario. La sétima etapa, a la que Erikson llama de
creatividad o generatividad, frente al estancamiento o paralización; nos presenta la
posibilidad de orientar al sujeto a que se desarrolle su espíritu creativo y actuando
responsablemente frente al medio; contrariamente, si esto no se da se produce en él un
estancamiento o paralización.
La última y octava etapa se puede analizar en la búsqueda por parte del sujeto a una
defensa de lo que ha construido y llevado a cabo en su vida y que todo lo que llevó a cabo y
realizó fueron provechosos para su vida futura; contrariamente, si no fue así, surgirá en el
sujeto desesperación y malestar por no haber sabido aprovechar su tiempo.
SIGMUND FREUD Y SU TEORÍA DEL DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD
Todos y cada uno de los integrantes de una comunidad están sujetos a las mismas
influencias ambientales, tanto naturales como sociales; sin embargo, ¿son todos iguales?,
¿todos tienen exactamente la misma manera de ser? La respuesta es NO.
Cada uno de nosotros, posee una manera diferente de responder a los estímulos del medio,
una manera única e inconfundible, que le dan a nuestras acciones un sello característico,
una manera de ser propia y es lo que constituye nuestra personalidad.
Sigmund Freud, psiquiatra y neurólogo austriaco, fundador del psicoanálisis, formuló la
primera teoría sistemática del desarrollo de la personalidad. Esta teoría todavía ejerce una
influencia decisiva en las concepciones actuales de la formación de la personalidad.
Este eminente científico, como señala Delgado (1986), que con sus teorías, descubrimientos
y deducciones suscitó inicialmente una enorme oposición y fueron tachadas de ridículas;
consideramos que fue junto a Copérnico, Darwin, Newton, Marx, uno de los grandes
revolucionarios de la ciencia moderna.
Su influencia no sólo fue en la psiquiatría, psicología, medicina, incluso también en
la literatura, arte, antropología, sociología; y propuso muchas categorías como libido,
hipnosis, ello, yo, super yo, impulso, catexia, complejo de Edipo, censura, mecanismos de
defensa, etc.
La Libido es una fuerza motivacional innata que Freud conceptualizó como un impulso
instintivo. Surge con el nacimiento, pero sus formas de expresión varían durante el curso
del desarrollo como una función de maduración y experiencia.
Los sucesivos cambios en la expresión libidinal constituyen las etapas del desarrollo
psicosexual. En cada etapa la energía de la libido es invertida en diferentes órganos del
cuerpo que se constituyen en fuentes primarias de placer durante esa etapa.
Acompañando cada cambio surge una crisis del desarrollo que debe ser resuelta para que el
sujeto pueda entrar sin problemas en la etapa posterior. Aquellos sujetos que no resuelven
la crisis en una determinada etapa quedan fijados a ella.
Esta fijación produce efectos específicos en el desarrollo de la personalidad. Una fijación a
una determinada etapa puede sobrevenir por efectos de la sobreprotección o también por
falta de gratificación de las necesidades libidinales de ese momento.
Vamos a intentar explicar brevemente cada una de las etapas del desarrollo psicosexual,
adivirtiendo, como lo señalamos cuando estudiamos a Erikson, que en cada etapa se
presenta un conflicto que si el sujeto no logra superar, en la adolescencia se manifestará en
diversas formas.
La Etapa Oral (primer año de vida) se subdivide en dos expresiones libidinales; oral –
pasivo y oral – sádico. La energía de la libido está en la boca (zona erógena que le permite al
infante relacionarse con su primer objeto gratificante).
La primera gratificación son el pecho (o biberón) y la madre. El conflicto surge a la hora
del destete. Los fijados a la expresión oral – pasivo, posteriormente se traducirán en
conductas pasivas, dependientes; así como en manifestaciones tales como fumar, morderse
las uñas o llevar a la boca otros objetos de uso diario. Los fijados a la expresión oral –
sádico posteriormente se caracterizarán por su sarcasmo, empleo de palabras mordaces.
En la Etapa Anal (alrededor de los dos años), la energía de la libido se concentra en la
región anal. Durante este periodo el infante logra controlar sus esfínteres. El conflicto lo
constituye el entrenamiento higiénico.
Los sujetos fijados a esta etapa mostrarán los esquemas: Anal – retentivo, en razón del cual
serán tacaños, desconfiados; con comportamientos obsesivos compulsivos, demasiado
escrupulosos; anal – agresivo, que se caracterizarán por atributos tales como desorden,
desaliño en la vestimenta, falta de atención a los horarios.
En la Etapa Fálica (aparece a los tres años y dura hasta los cinco años), la fuente de
gratificación se transfiere al pene en el caso del varón y al clítoris en la niña (como sustituto
del pene).
En esta etapa aparecen el complejo de Edipo y el complejo de Castración en el niño y
el de Electra en la niña.
El niño desarrolla una fuerte atracción por la madre y se coloca en situación de rivalidad
con su padre; la resultante es el temor a que el padre lo castigue cortándole su pene
(complejo de castración). Pero el niño también ama a su padre por lo que mostrará un
comportamiento ambivalente que se traducirá en reprimir tanto la atracción y el deseo por
la madre, como la rivalidad con el padre.
La niña sufre un fenómeno similar al que experimenta el varón, es decir, se siente atraída y
desea a su padre (complejo de Electra). Al carecer de pene, la niña experimenta envidia del
pene y minimiza a su madre que posee la misma deficiencia y busca un acercamiento a su
padre; sus sentimientos también se tornan ambivalentes: quiere y rechaza a su madre.
Freud se ocupó más del desarrollo a partir del hombre y dijo mucho menos de
la dinámica del desarrollo de la mujer. Si los sujetos quedan fijados a esta etapa veremos en
la adolescencia una búsqueda exagerada por el sexo opuesto.
La represión de los impulsos libidinales con que finaliza el complejo de Edipo, da lugar a
la Etapa de Latencia (desde los seis años hasta el inicio de la pubertad). Aquí la
sexualidad no desaparece, sino que hay un desplazamiento de la misma; el niño dirige su
energía al medio ambiente, al juego y hacia otras actividades.
En la Etapa Genital (que aparece a partir de los doce años), la atracción sexual que estaba
dirigida a la figura parental se transfiere al par del sexo opuesto. Aquí el sujeto ya tiene
capacidad de comprensión y consideración de los sentimientos de los demás. Como
sabemos, con la pubertad se inician una serie de cambios corporales y el desarrollo de
ciertos órganos que denuncian que el sujeto ha empezado a madurar sexualmente.
JEAN PIAGET Y LAS ESTRUCTURAS COGNITIVAS EN EL DESARROLLO
HUMANO
La calidad de un conocimiento está en relación directa con lo que se elabora
o estructura con el conocimiento previo del sujeto. El conocimiento, aquello que permite
una adaptación al sujeto con su medio, o con los problemas que plantea la vida puede ser
social, físico y cognitivo.
Saber que se debe saludar a las personas mayores, es un conocimiento social; saber que el
exponerse mucho tiempo al sol es dañino, es un conocimiento físico; saber determinar la
diferencia en cantidad de un grupo de objetos con otro, estableciendo una relación mental o
racional, es un conocimiento cognitivo.
Las operaciones que realiza el niño con los objetos, a su alrededor, va a determinar
concepciones en términos mentales las que se logran no a partir de los objetos, sino a partir
del conocimiento de las acciones que realiza.
A partir de lo dicho, surge una interrogante: ¿Cómo se construyen las estructuras
operatorias mentales? Las estructuras intelectuales se desarrollan por la actividad,
comparación, ordenación y clasificación con los objetos físicos y las acciones corporales.
Por ejemplo, un niño que está ensartando cuentas está desarrollando estructuras abstractas
usando esquemas de seriación y clasificación. Esta construcción de las estructuras se lleva a
cabo de una manera compleja e imprevista. Sabemos, asimismo, que se pueden establecer
tres tipos de conocimientos elementales en el niño: el social, el físico y el cognitivo; éstos
últimos podríamos incluirlos dentro de lo que llamamos conocimiento sensorial y
conocimiento racional.
Estos conocimientos a su vez se construyen con el aporte y combinación de cuatro factores:
maduración, transmisión sexual, experiencia con objetos y equilibración.
La maduración produce el crecimiento y desarrollo orgánico, lo que permite que el sujeto,
bajo condiciones de aprendizaje alcance mayores logros; sentarse, gatear, ponerse de pie y
caminar, son conductas que exigen maduración biológica. La experiencia física, igualmente,
se refiere a la relación con los objetos del entorno (juguetes, sonajas, biberón, etc.).
La equilibración, se refiere al paso de un estadio inferior a otro superior como consecuencia
de los estados anteriores. A medida que el niño se desarrolla va logrando un nivel de
equilibrio superior, advirtiéndose que la equilibración necesita de la abstracción, sea ésta
simple o reflexiva.
Para Piaget, el desarrollo de la inteligencia pasa por cuatro estadios que nosotros bien
podríamos llamarlos, etapas o periodos que se suceden en un orden de nivel de
equilibración superior de uno con respecto al anterior.
Tengamos en cuenta antes de destacar los cuatro estadios algunas consideraciones
generales que encontramos en su obra Psicología de la Inteligencia: En primer lugar, Piaget
plantea que toda explicación psicológica termina tarde o temprano por apoyarse en
la biología o en la lógica. El desarrollo psíquico es una construcción continua que se inicia
en el momento de nacer y concluye en la edad adulta, caracterizándose por una marcha
continua hacia el equilibrio.
La acción es la característica más importante de la inteligencia, la cual es la forma de
equilibrio hacia la cual tienden todas las estructuras. Lapercepción, la memoria, el
pensar, el lenguaje; se apoyan en la inteligencia; constituyéndose en la adaptación mental
más avanzada, una forma superior de organización de las estructuras cognoscitivas
(conocimiento) y cuyo desarrollo necesita de la continua estimulación del medio ambiente.
Por consiguiente, tiene un sustento biológico y las características del funcionamiento
intelectual se basan en un proceso de adaptación, el cual depende, asimismo, de dos
funciones que permiten esta adaptación: la asimilación y la acomodación.
Resumiendo, podríamos señalar que, el desarrollo de la inteligencia está en función de las
siguientes variables: acción, equilibrio, adaptación, asimilación, acomodación, construcción
y presencia de subestadios.
El periodo sensoriomotriz (0 a dos años) se divide en seis subestadios. El primero, se
caracteriza por la presencia de reflejos y acciones espontáneas que resultan de los estímulos
del medio o por las necesidades internas que experimenta el infante.
El segundo, se caracteriza por la presencia de los primeros hábitos repetitivos, que
favorecen a su vez la formación de las nociones de espacio y tiempo. En el tercer subestadio
continúan los movimientos satisfactorios pero tienen un nuevo ingrediente, la
intencionalidad. En el cuarto estadio aparece a la casualidad que le permite diferenciar
entre medios y objetivos (esfuerzo para conseguir algo). El quinto subestadio se caracteriza
porque el infantemuestra una mayor curiosidad por los objetos que le rodean, así mismo
una mayor comprensión en lo que realiza. En el último subestadio aparece
elpensamiento representacional y constituye el límite entre la inteligencia sensomotor y el
pensamiento preoperacional.
El periodo preoperacional empieza aproximadamente a los dos años y dura hasta los siete
años. Abarca dos subestadios; el primero, llamado de Pensamiento Simbólico (2 – 4 años),
se caracteriza porque el infante hace que un objeto o sonido sirva como representación de
otra cosa, por ejemplo, coger un vaso y cantar haciendo de cuenta que el vaso es un
micrófono.
El segundo subestadio corresponde al de Pensamiento Intuitivo (4 – 7 años), en donde el
niño no actúa por la razón sino por la intuición, por la percepción instantánea y clara, pero
aún pre lógica. Al niño le interesa la idea general, le interesa el todo, se inclina por lo global,
esto llama Piaget "sincretismo", que significa reunión o fusión de diversos elementos.
El periodo de las operaciones concretas (7 a 12 años) se destaca por el hecho que aparece la
inteligencia operacional gracias a la reversibilidad (invertir las propias acciones a fin de
conocer el estado inicial). El niño internaliza los objetos que percibe o que ha percibido en
el mundo real o concreto; los clasifica, es decir, los agrupa en una clase y los ordena
relacionándolos en serie, como por ejemplo, es una suma, la cual puede anularse con la
resta.
En este periodo su pensamiento es interno ya que los agrupamientos se llevan a cabo en su
mente; su pensamiento es concreto ya que manipula los objetos del mundo real; su
pensamiento es descentralizado porque el niño puede concentrarse en estos dos aspectos y
es capaz de coordinar con ellos; por último, el niño de este periodo se da cuenta que aunque
cambie la forma se conserva la cantidad (recipientes de diferentes formas con igual
cantidad de líquidos) y por último, su razonamiento es inductivo.
En el periodo de las operaciones formales (12 años en adelante), el tipo de pensamiento se
caracteriza por ser hipotético – deductivo, abstracto y formal. El sujeto de este periodo
utiliza la verificación pues necesita demostrar y proporcionar pruebas de lo que dice; tiene
en cuenta el sistemacombinatorio ya que puede considerar todas las combinaciones
posibles del objeto; así mismo puede aislar y controlar variables sobre la base de que todas
las demás permanecen constantes; igualmente vincula relaciones mediante una
combinación proporcional.
CONCLUSIONES
Respecto a Erikson, su teoría nos parece interesante cuando destaca la importancia del
premio o reconocimiento de parte del medio del cual forma parte el sujeto para que logre
una identidad normal. Esta teoría del premio o reconocimiento lo encontramos también, en
los trabajos de B. F. Skinner y ha permitido superar esa enfermiza creencia de que "la letra
con sangre entra".
Asimismo, es relevante el hecho característico de que en cada uno de los estadios evolutivos
se presentan desenlaces frente a un conflicto, lo cual nos recuerda la concepción freudiana
de que en cada una de las etapas del desarrollo psicosexual del sujeto se presenta un
conflicto que repercutirá más tarde en la vida de una persona.
Respecto a Freud, debemos destacar que su trabajo está identificado claramente con
el género masculino, lo cual se evidencia notoriamente cuando asigna el nombre a la tercera
etapa del desarrollo psicosexual en la teorización por él planteada.
Estas etapas coinciden con las señaladas por la evolución del desarrollo humano. Sin
embargo, en lo que no estamos de acuerdo con Freud es cuando sostiene que la libido es
instintiva; para nosotros el instinto es una forma de comportamiento de los animales, por lo
tanto los humanos no tenemos instintos.
La contribución más importante al desarrollo y comprensión de la psicología humana viene
dada por los trabajos de Piaget, puesto que no sólo están referidos al estudio del desarrollo
de la inteligencia, sino que tienen un contenido epistemológico.
En este enfoque, las operaciones que determinan el conocimiento no son solamente el
resultado de la relación con los objetos (ya sean éstos físicos o sociales), sino que se
estructuran y se desarrollan por la acción o actividad, comparación, ordenación y
clasificación de dichos objetos.
Para Piaget es un mito la opinión clásica (a la que llama simplista) de que todos nuestros
conocimientos tienen un origen sensorial, a partir de las sensaciones y percepciones y que
no podemos desdeñar la importancia de la deducción.
En este sentido, el ser humano presenta estructuras biológicas, psicológicas, sociales y
espirituales y de ellas, las segundas, tienen su base en la inteligencia, la cual ha quedado
demostrado que se desarrolla a través de ciertos estadios, es búsqueda permanente de un
equilibrio a partir del proceso de adaptación y sus componentes que son la asimilación y la
acomodación.
Sin proponérselo, Piaget sigue la concepción gnoseológica fenomenológica de Husserl, de
que los conocimientos se construyen a partir de la relación entre el objeto (quien
ofrece datos) y lo que pone el sujeto (de su interioridad).
En realidad, el pensamiento de Piaget es sumamente complejo y de un alto rigor
epistemológico, sin embargo, el esfuerzo desplegado en este trabajo y cuyo fin
consideramos que se ha conseguido, ha radicado en construir una lectura apta para todos,
sea cual fuere la disciplina que abarquen, a fin de que no encuentren dificultades en la
comprensión de las ideas que se han desarrollado.
BIBLIOGRAFÍA
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Wolf, W. (1965). Introducción a la Psicología. México: Trillas.

Luis Bonilla Mercado,


Santiago Vásquez García
Segundo Gallardo Zamora, José Castañeda Vergara
Docentes de la Universidad Privada Antenor Orrego – Trujillo, Perú

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