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AREQUIPA, miércoles 14 de enero de 2020

Alma Matinal

Roger Tahua Delgado


rogertahua@hotmail.com

TIRANDO BARRO CON VENTILADOR


En la década de los 90 la táctica de la mafia fujimontesinista ante los opositores no era
confrontarlos política o ideológicamente, sino atacarlos personalmente. Desvirtuarlos como
personas y tildarlos con algún adjetivo que los descalificara como gente correcta.
Así sucedió con el que fuera alcalde de Lima, Jorge del Castillo, a quien una sostenida
campaña mediática lo convirtió en poco menos que un tarado. canales de televisión
comprados tenían la misión de propalar esa imagen. Uno de los tantos programas cómicos al
servicio de Fujimori y Montesinos tenía una secuencia famosa: la última de Jorgito. Y cada
día alimentaban una ridiculez más del personaje.
La misma suerte corrió el otro alcalde limeño, el recordado Alberto Andrade, quien fue
acusado por los famosos diarios chicha y sus titulares insultándolo de manera descarada con
apelativos como chancho, asqueroso, chavón sin la menor vergüenza o rubor. Atacaban a la
persona y no a sus ideas o posiciones políticas (argumentum ad hominen se le llama).
A pesar de los años transcurridos, estos años no han sido diferentes. Tal vez no hay una
prensa chicha, pero la llamada prensa nacional es permeables con todos aquellos que
representan al fujiaprismo y sus satélites. Sus argumentos descabellados y cínicos son
repetidos muchas veces a través de periodistas, entrevistados, “constitucionalistas”, repetidos
una y otra vez en cada canal de televisión y en mucha prensa escrita.
El otro ejercicio actual es el del terruqueo que va dirigido a todo aquel que cuestione su
esencia mafiosa y delictiva que cuestione su Constitución espuria. No se les escapa nadie.
Fuerza Popular, Solidaridad Nacional, Alianza para el Progreso y todos los partidos satélites
de la corrupción no han encontrado mejor manera de atacar y descalificar a quien cuestione
su actuar que llamarlos terrorista, chavista, castrista, caviar, comunista. No hay propuestas ni
discusión política. Solo insultos e improperios.
Tildar a todos de corruptos para así librarse de sus responsabilidades es el ejercicio fujiaprista
de estos tiempos. Tirar barro con ventilador y que todos sean tan sucios e indignos como
ellos. Los corruptos llaman corruptos a todos los demás para que nadie pueda quedar limpio.
No existe gente honesta para ellos. El cinismo y la mentira son las formas que utilizan ante
una prensa complaciente que difunde sus infundios, que no cuestiona ni pregunta.
El 26 de enero votaremos y los botaremos. Que se vayan todos los corruptos. Los del
congreso anterior, los que quieren volver a serlo, los blindados, los cuellos blancos, los
hermanitos, los dizque empresarios emprendedores y todos aquellos que apoyaron a los
fujiapristas o que se pusieron de costado ante los robos y latrocinios.

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