Está en la página 1de 3

Funciones con varias reglas de correspondencia

Una regla de correspondencia consiste en asignar un elemento único de un cierto


conjunto a cada elemento único de otro conjunto. Este concepto es de uso frecuente
cuando se trabaja con funciones matemáticas.
Al definir una función matemática, lo que se
hace es establecer el medio a través del cual
se deben realizar las correspondencias entre
dos conjuntos. La función en sí misma, por
lo tanto, actúa como regla de
correspondencia. Dicho de otro modo, el
cálculo de una función consiste en descubrir cuál es la correspondencia general que
existe en un conjunto con respecto a otro.
Podemos distinguir entre dos grandes clases de reglas de correspondencia.
La correspondencia unívoca implica que a cada elemento del conjunto conocido
como Dominio le corresponde un único elemento de uno denominado Codominio.
La correspondencia biunívoca, por su parte, supone que la correspondencia inversa
también resulta unívoca (es decir, a cada elemento del Codominio le corresponde un
solo elemento del Dominio).
De estas primeras definiciones básicas se puede deducir que para que una
correspondencia sea biunívoca también debe ser unívoca. Por otro lado, cabe mencionar
que no siempre a cada uno de los elementos del primer conjunto le corresponde una
imagen, ni los del segundo tienen un origen.
Pensando por un momento en la teoría de los conjuntos, la representación gráfica de
todas las correspondencias posibles entre dos conjuntos (dominio y codominio) nos
devuelve otros dos: el de las correspondencias unívocas (al cual podemos llamar A) y el
de las biunívocas (B). Al observar este último en un diagrama de Venn (la forma clásica
de representar gráficamente los conjuntos, generalmente con círculos u óvalos que
encierran los elementos de cada conjunto), se evidencia claramente que B es un
subconjunto de A.
Por ejemplo: tomemos un conjunto A, que está formado por 3, 4 y 5, y un conjunto B, el
cual está compuesto por 9, 12 y 15. La correspondencia entre ambos es el triple. De este
modo, la regla de correspondencia permite vincular cada elemento
del Dominio (el conjunto A) a un elemento del Codominio (el conjunto B).
f(x) =3x
f(3) = 3×3 = 9
f(4) = 3×4 = 12
f (5) = 3×5 = 15

Dominio = {3,4,5}
Codominio = {9,12,15}

Esta regla de correspondencia también puede


graficarse. Hay que incluir cada elemento dentro de su correspondiente conjunto
(3, 4 y 5 en el conjunto A y 9, 12 y 15 en el conjunto B) y luego unir cada elemento con
una flecha de acuerdo a la regla de correspondencia.
Pero las reglas de correspondencia no se limitan a estas dos posibilidades; por ejemplo,
la no unívoca se da cuando existe como mínimo un elemento del primer conjunto para
el cual hay dos imágenes o más. El ejemplo antes mencionado no serviría para entender
esta situación, ya que a cada número sólo le corresponde un triple; pero, si hablamos de
un conjunto dominio de personas y uno codominio de países, y los relacionamos según
los países que cada persona haya visitado, es probable que algunas no hayan viajado
nunca, que otras simplemente hayan ido a uno solo y que el resto hayan conocido más
de uno.
La correspondencia unívoca, no biunívoca, por su parte, es aquélla en la cual a cada
elemento del dominio le corresponde una sola imagen, pero esto no ocurre
en sentido contrario. Si ninguna de las personas del ejemplo anterior ha viajado a más
de un país, pero sí dos o más de ellas han visitado el mismo, entonces ese país tiene dos
o más orígenes.
A la hora de establecer una regla de correspondencia, debemos tomar en cuenta
diferentes elementos y conceptos. Uno de ellos es el rango, que define el conjunto de
valores posibles para la variable dependiente, o sea, la que depende de la escogida en el
dominio.

También podría gustarte