Encontraron cosas en su casa (pelo, células de piel), pero él no
niega que ella hubiera estado ahí. Bueno, al principio sí lo hizo,
pero luego admitió que Megan había estado en su casa. -¿Por qué mintió? -Exacto. Admitió que ella había estado en su casa dos ve- ces, sólo para hablar. No dijo acerca de qué por lo de la confi- dencialidad entre médico y paciente. El pelo y las células de piel los encontraron en la planta baja. Nada en el dormitorio. Él jura que no estaba teniendo una aventura, pero es un mentiro- so, así que... -Scott se pasa la mano por los ojos. Su rostro pa- rece como si se hubiera replegado sobre sí mismo y tiene los hombros hundidos. Parece haberse encogido-. En su coche también encontraron un rastro de sangre. -Oh, Dios mío! -Sí, del mismo tipo que la de Megan. La policía no sabe si puede conseguir el ADN porque la muestra es muy pequeña. No dejan de decir que podría no ser nada. ¿Cómo no va a ser nada que haya un rastro de sangre en su coche? -Niega con la cabe- za-. Tenías razón. Cuantas más cosas sé sobre este tipo, más seguro estoy. -Levanta la vista hacia mí y me mira directamen- te a los ojos por primera vez desde que hemos llegado-. Se la estaba cogiendoy ella quería poner fin a la aventura, así que... él hizo algo al respecto. Es eso. Estoy seguro. Ha perdido toda esperanza, y no lo culpo. Hace más de dos semanas que ella no enciende el celular ni utiliza sus tarjetas de crédito para retirar dinero de un cajero. Nadie la ha visto. Ha desaparecido. -Él le dijo a la policía que ella quizá había huido -dice Scott. -¿El doctor Abdic? Scott asiente. -Le dijo a la policía que era infeliz conmigo y que quizá ha- bía huido. -Está intentando eludir las sospechas y que piènsen que eres tú quien le ha hecho algo a Megan. 173