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“...aquí está la ilusión, la adulación, la mentira y el engaño, el hablar a las espaldas de alguien, la
representación, la vida de brillo prestado, el enmascaramiento, el convencionalismo encubridor, el
teatro ante los demás y ante uno mismo, en definitiva, el ininterrumpido revoloteo sobre la llama
de la vanidad hasta el punto de ser la ley y norma, por lo que es casi inconcebible el cómo llegara a
surgir entre el ser humano un sincero y puro impulso hacia la verdad.” Nietzsche, Verdad y mentira
en sentido extra moral.
Además, como más adelante en este mismo ensayo explica (y también en un curso de
retórica inédito) ello ha sido posible en gran medida por el origen, naturaleza y desarrollo
del lenguaje en el ser humano. Nuestro autor sugiere que el lenguaje si bien nos ha
parecido útil para la expresión y elaboración de conocimiento, se originó como creación
de artistas individuales que intentaban representar una experiencia singular del mundo
mediante un sonido producido por la boca, pero a través del cuál buscarían imponer una
cierta expresión y pensamiento al resto de la comunidad, por lo que dicho sonido
quedaría fijado por su capacidad de agrado, petrificándose con el uso, dejando de
designar la experiencia particular y pasando a usarse de manera general. No obstante,
Nietzsche en más de una ocasión es asertivo: la generalidad no es otra cosa que la
simplificación de la multiplicidad del mundo, por practicidad, por limitación de nuestro
pensamiento, por flojera, simplificamos lo que en el mundo nunca es simple.
Es pues mediante la palabra y posteriormente mediante el concepto la manera en
que nuestras limitadas pero creativas mentes representan, falsean y recrean el mundo.
Pero ¡oh problema! La ciencia y la filosofía han pretendido establecer un conocimiento del
mundo a partir de una estructura lingüística, esto es, mediante, juicios y, por supuesto,
conceptos, y claro, también mediante la experiencia, la demostración y la comprobación,
pero todas estas representadas siempre en un medio lingüístico y conceptual.
Por lo anterior, nuestro autor concibe que la filosofía previa a él, en su intento por
conocer el mundo, olvida los medios artísticos por los que se vale (conceptos y lenguaje
en general), confundiendo su idealización de lo real, de lo objetivo, independiente al
hombre, con su invención pragmática de lo verdadero, con su recrear el mundo bajo
términos, conceptos, especies, géneros y jerarquías. Desde esta perspectiva el mundo no
es algo “real” a lo que podamos tener acceso mediante el conocimiento, sino una
Considerando todo esto podemos entender que la filosofía, si bien es cercana a la ciencia
por crear conocimiento, por el uso de la razón, del juicio, del concepto y de la
jerarquización categórica del mundo, también es cercana al arte porque además de que el
lenguaje tiene una naturaleza artística, la filosofía especula, da saltos intuitivos, no
siempre demostrados, pues no siempre es posible agotar exhaustivamente un problema,
crea modos de acceso al mundo, mediante el vehículo del lenguaje, que contagia cual
virus no sólo un modo de interpretación, sino que se vuelve el germen y semilla desde el
cuál nuevas consideraciones surgirán para concebir lo que llamamos real, o mundo, o
existencia, es decir nuevas interpretaciones que a la larga se multiplicarán entre pueblos y
naciones, configurando civilizaciones enteras. El filósofo no sólo observa como el
científico, sino que también contempla como el artista, no sólo habla de lo que es, sino
también de lo que podría ser, propone, especula, da saltos olímpicos en su permanente
interpretación de las cosas, en su permanente disputa de lo real y de lo valioso, habla de
lo que querría que fuera el mundo y el ser humano según los imperativos de la razón que
no cesa de imaginar las primeras causas o los mejores modos de vida, o la forma por la
que conocemos, imagina constantemente, tanto como Dalí en sus sueños más profusos o
el Bosco en sus alucinaciones más violentas. ¡Y es necesario que imagine! Porque
ciertamente es imposible que el hombre conozca absolutamente el mundo, conoce sólo la
superficie. Para suplir esa deficiencia, vive necesariamente mediante las ilusiones de su
imaginación.
Puesto que vivir exige de nosotros actuar, suponemos miles de cosas todos los días,
pues no podemos detenernos a examinar exhaustivamente cada una, la economía del
pensamiento (por no decir flojera) implica simplificar lo que llamamos real a nuestros
presupuestos teóricos. Al subir al camión, confiamos en que éste nos ha de llevar a la FES al
darle unas monedas, lo suponemos porque nos hemos acostumbrado a ello, pero no hay
demostración de que ello sea necesario, cuando decimos que x es y, suponemos que la
estructura gramatical del juicio es idéntica a la estructura fundamental del mundo, pero a final
de cuentas es sólo una suposición. Por supuesto, es posible pretender defender nuestras
suposiciones, pero siempre hasta cierto punto, después del cual moriremos o seremos
refutados, u olvidados, para el caso da lo mismo.
Una vez mostrada la naturaleza poética del hombre en general y del filósofo en
particular, quisiera mostrar que el género dialógico es la forma menos imperfecta de
representar el pensamiento filosófico, porque es el género literario más cercano a la oralidad
viva. Para ello haré una pequeña introducción al género.
4 Por supuesto la definición de Diógenes essólo orientativa, no exhaustiva, no es posible olvidar situaciones
como la de Alcibíades ebrio narrando su lujuria por Sócrates y éste rememorando las enardecidas
enseñanzas de una amante.
haya perdido la razón confiaría algo tan valioso a algo tan débil como son las palabras,
mucho menos a su reproducción escrita. 5
Si ya de por sí el lenguaje es un medio limitado para expresar los pensamientos
más grandiosos, para expresar las verdades más elevadas, ¡Cuánto más lo será su
representación escrita! No obstante, ha sido por demás curioso cómo los diálogos
platónicos al ser retomados por la tradición, sirvieron de modelo para la enseñanza de la
filosofía en las escuelas de la antigüedad, posteriormente en el medioevo y en la
actualidad ¿pero cuál es este modelo? Al considerarse en época helenística un género
didáctico-expositivo se usaron para la impartición de clases mediante su lectura y
comentario tal como lo hemos hecho hasta la actualidad, pero dejando de lado el cultivo
refinado de la conversación oral tal como se hizo en la Atenas del período clásico. La obra
platónica es pues un arma de doble filo, pues por un lado muestra las posibilidades que
ofrece este género expresivo, pero por otro, puede volverse material para enajenarse del
diálogo mismo.
En definitiva
El diálogo al establecer una estructura dramática que incorpora caracteres,
intersubjetividad, inventiva, espontaneidad, historia, un tiempo y espacio determinado,
un lenguaje natural, vivencias, mitos, analogías, erotismo, amistad, relaciones sociales y
demás elementos poéticos resulta un medio más apropiado para acercarse a la realidad
vital del filósofo, la cuál es constante interpretación y creación de visiones de mundo para
estimular en un pueblo sano la creación de cultura, es decir de grandiosas obras de belleza
capaces de dar sentido a una comunidad y a los individuos, pero sin ser tan
monolíticamente imperturbable que esterilice la inventiva de las personas, sino que
compita constantemente con el incesante cambio de mentalidades que el ser humano ha
manifestado a lo largo de su breve historia.
Apéndice
Dejando de lado las contradicciones a las que nos pueda llevar una postura tal
como lo es afirmar que “no hay verdad, todo es interpretación” (pues desde la
perspectiva de la vida la contradicción y la mentira no son por sí mismas motivos
suficientes para anular una postura) se nos está ofreciendo aquí una visión desde la cual la
filosofía se concibe como un cierto tipo de poetizar el mundo, pero que no ha sido
consciente de esta actividad artística pues ha supuesto que las visiones de mundo que
crea desde la racionalidad y la coherencia son idénticas a una realidad independiente a él.
En definitiva, la propuesta nietzscheana sobre la naturaleza del lenguaje nos permite
concebir a su vez una naturaleza artística en la filosofía en tanto que intento creativo por
concebir un mundo a partir de la racionalidad, la coherencia y el concepto.
5 Esde suyo ilustrativo cómo, por ejemplo, siéndome imposible asistir al coloquio, este
escrito no podrá defenderme tan bien como yo mismo lo haría al momento de inquirirle y
disputarle.