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Ícaro

Abrió los ojos y salió corriendo. Atravesó el campo, entre las flores y verdes briznas de hierba.
Escaló la montaña y, al llegar a la cima se dejó rodar hasta que sus pies tocaron el mar. Nadó
pues hasta el horizonte y, cuando la punta de sus dedos tocó el astro rey despertó. Abrió los
ojos en aquella camilla de hospital, maniatado y privado de toda la libertad de movimiento con
la que soñaba. Junto con el pitido final del respirador, murió.

Leonardo Da vinci

Abrió las alas, saltó y, mientras caía en picado y veía como sus alas de cartón se deshacían con
el viento se dio cuenta de que aquella libertad de movimiento pertenecía únicamente a los
pájaros.

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