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Universidad Pedagógica Nacional

Facultad de Educación
Psicología y Pedagogía
Reseña Analítica​: Poner en tela de juicio la normalidad, no la anormalidad. Políticas y
falta de políticas en relación con las diferencias en educación. “Carlos Skliar”

Introducción

En el presente texto el autor da a conocer los diferentes interrogantes frente a los cambios
en la educación, la pregunta acerca de los argumentos por los cambios en la educación:
¿podemos afirmar que la educación cambio, que es cambio, que nos cambia a nosotros
mismos, que cambia a los otros, a los demás, es un argumento en sí mismo de cambio, para
el cambio? ¿ y que la educación es también un material hecho de cambio? ¿Un argumento
que cambia siempre de argumento? ¿Cómo diferenciar entonces entre el cambio cuyo
movimiento es perpetuo y sinuoso(argumento de la metamorfosis), de aquel cambio que
solo juega a moverse, sin salirse de su sitio, permaneciendo siempre en un mismo lugar
propio(argumento de metástasis), ¿ y que podremos decir acerca del argumento mismo del
cambio, es decir, del cambio como argumento, como razón primera y como finalidad última
de la educación? ¿La educación más, mucho más como cambio que como educación?

El autor hace una fuerte crítica a los entes gubernamentales y a quienes están promulgando
la voz de los cambios educativos de la actualidad, dado que se instala unas leyes, un
argumento de cambio pero que en realidad es precario, es conveniente solo para algunos, en
sus discursos de cambio, la política dice que las escuelas deben ser incluyentes, pero que en
la realidad se puede observar todo lo contrario por no decir algo fantasioso, alejado de la
realidad, ¿ qué pasa entonces con estos argumentos que profesa la escuela? ¿Qué finalidad
tienen y para quien son dirigidos? Pues bien en el texto escrito por Carlos Skliar habla
sobre el argumento de la completud en la educación; es decir que en el discurso educativo
la escuela es el ente donde se construye un ser que está incompleto, es decir que un niño, un
joven, que no es considerado ser capaz de formarse a sí mismo y no es el sujeto que espera
la sociedad si antes este no pasa por la instrucción, sino es sometido con las ideas y los
argumentos de otros, un ser “normal” un ser completo y educado. ¿Pero acaso no es esta
misma escuela que está creando seres incompletos cada día, reinventando cada vez la
educación, creando discursos que solo podrían impulsarnos a sentirnos cada vez más
vacíos? De ser así podría decir que un ser humano que pasa por la escuela y la “educación”
jamás será completado, lo digo porque siempre aparecen nuevas necesidades, cuando el ser
se supone alcanza su grado de completitud es decir, jardín, primaria, bachiller, pregrado etc,
aparecen nuevas especialidades, programas que obligan a la mayoría a seguir en esto. En el
discurso educativo los títulos son quién eres, es lo que te da un valor, un estatus, un trabajo
y un lugar frente a la sociedad, ¿pero quién pone esas reglas? ¿Quién dice que una persona
con muchos títulos es completa y da garantía de que está formada integralmente como ser
humano presto a servir a la sociedad? El discurso educativo es vano, ilusorio, excluyente;
pues así lo veo yo, porque mientras él dice en su argumento “la completud en la educación”
yo pienso ¿acaso los campesinos son seres incompletos?, ellos que poseen un gran
conocimiento y educación en la siembra, cultivos, cuidados de animales y de tierras;
necesitan tener un posgrado o doctorado para ser valiosos y apreciados ante la sociedad
capitalista? ¿Por qué su conocimiento es menospreciado? Ahora bien otro ejemplo, ¿Los
conocimientos ancestrales la educación que poseen las comunidades indígenas en diferentes
territorios no son nada?, ¿no tienen valor? Pienso que la educación es excluyente, en su
discurso podría decirse muchas cosas bonitas inspiradoras, pero que a la hora de la realidad
nada tienen que ver con su práctica, lo digo porque no hay respeto por el conocimiento
innato, por esa educación que es particular y única en cada comunidad, esa educación que
reciben las mujeres wayúu, esa educación que reciben los nuevos miembros de una
comunidad en el manejo y cuidado de las plantas medicinales.
Ahora pasando al argumento del futuro prometedor de la educación, la sociedad no está
dejando vivir una infancia real a los niños, ya que estos desde que empiezan a caminar y
hablar se les quiere asignar una profesión, un futuro, ¿Qué quieres ser de grande? Preguntan
los adultos a lo que ellos mismo contestan ¿un médico, un ingeniero, un arquitecto, un
abogado? No dejan vivir el presente a los niños, estos pequeños a una temprana edad son
presionados a participar de diferentes actividades, el curso de natación, el curso de inglés,
francés, las matemáticas, etc. no se está dejando que ellos exploren, aprendan y decidan que
quieren, podría decirse se espera de que el infante sea un adulto en el cuerpo de un niño, se
está dejando perder la infancia, una etapa que bien ya se sabe jamás volverá.
Hasta este momento he cuestionado los argumentos, el discurso educativo que como bien
también lo menciona el autor en el texto en referencia con el argumento educativo ​“parece
que aquello que importa realmente es el hecho de que al argumentar se utilice con energía
el convencimiento y/o la persuasión, y que estos ocupen el lugar del argumento. Cualquier
diccionario filosófico, por más mínimo, por más abreviado que sea, nos dirá que, en ese
último caso, en el convencer y/o el persuadir, “ha de enfatizarse la importancia que tiene
el logro del asentimiento a lo argumentado”​ (Ferrater, 1970). Entonces hago énfasis en
esta parte del texto y de igual manera una invitación al lector a cuestionarse, a ver más allá
de lo que nos plantea la sociedad y el discurso educativo.
Ahora bien, pasando a mirar dentro de un establecimiento educativo si bien sabemos en la
actualidad el tema sobre la inclusión está a pedir de boca, todos hablan de ello, que los
derechos, que todos somos iguales y merecemos ser tratados con respeto sin importar las
condiciones, diferencias ideológicas, políticas, religiosas, culturales,! Inclusión, inclusión,
inclusión! ¿Pero que pasa con esta palabra realmente? ¿Qué sucede, se está verdaderamente
respetando la individualidad de cada sujeto y sus particularidades? Podría decir que existen
vacíos en la llamada Educación especial, si bien en la actualidad habla de una educación
para todos, pero que a su vez muestra lo contrario, ya que esta clasifica, separa, juzga y
etiqueta, decide qué conducta es normal y que es anormal, observa minuciosamente a cada
individuo y si este no cumple con los estándares educativos exigidos ya es catalogado como
anormal, como ese sujeto raro, deficiente, es juzgado, con esto anterior me pregunto,¿ qué
papel entonces debe cumplir la pedagogía en la educación? ¿Nos limitamos solo a etiquetar
a separar cada individuo por sus diferentes formas de entender un contenido, acaso no
debemos pensar en que cada persona tiene una diferente visión de la realidad, de cómo
aprende, de su grado de maduración mental? Al parecer no se tienen en cuenta estos
aspectos, con esto se podría decir que la educación lo que realmente pretende es formar
máquinas a las cuales llenar de contenido conveniente para ser útiles de servir a alguien, y
que si los sujetos no cumplen con el estándar educativo establecido pasa a convertirse en un
ser anormal patológico, un problema para la sociedad.
Si bien sabemos que existen leyes, decretos que suponen deberían proteger y favorecer a
todos, pero de igual manera puedo decir que estas leyes son una simple ilusión, según la
constitución los niños tienen derecho a recibir una educación digna, con todas las garantías,
en un establecimiento donde se le respete su orientación sexual, raza, religión y origen, y
digo ilusoria porque es evidente que no es así, un niño es juzgado y acosado por su
orientación sexual, tanto por sus compañeros y docentes lo ven como la persona anormal,
en las escuelas de la actualidad aún dan como materia obligatoria la religión la cual consiste
en una religión católica, así que en ningún momento se está respetando la individualidad y
las creencias de los niños porque se les está imponiendo algo que ya no debería ni existir,
no se respeta el origen y la raza, lo puedo evidenciar porque no hay respeto por su lengua
ancestral y tradicional, se obliga a que todos deben hablar muy bien el español y no deben
utilizar su lengua de origen.
Si bien el texto de Carlos Skliar nos da mucho en que pensar, cuestionar, y debatir frente a
lo que pasa con el discurso educativo, que es real y que no, que está sucediendo realmente
con la educación y que es lo que ella pretende hacer con el sujeto. Me permite pensar en mi
papel como próxima orientadora educativa y ver los desafíos a los que debo enfrentarme en
la escuela y la sociedad, porque no es una tarea fácil ir en contra del sistema.

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