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Ideología, poder y educación

La Concepción de Ideología en Althusser1


Agustín Etchegoyen

Introducción
“la condición final de la producción es la producción de las condiciones de
producción”
Louis Althusser

EL presente trabajo está inspirado en la misma preocupación que Luis Althusser


manifiesta al comienzo de su libro “Ideología y aparatos ideológicos del Estado”: En los
primeros párrafos de dicha obra el autor menciona las diferentes esferas, o sectores, de la
producción capitalista que fueran analizados por Marx en el tomo III de “El Capital”, los sectores
correspondientes a la producción de medios de producción y a la producción de medios de
consumo, y las relaciones de circulación del capital global entre estas esferas. Quedando fuera de
esta línea de análisis, el sector correspondiente a la producción de la mercancía “fuerza de
trabajo”, ¿cómo y bajo qué condiciones se produce? Y ¿cuál es su vínculo con el capital global?
(…)
Marx desarrolla en líneas muy generales las especificidades técnicas que debe tener un
trabajador medio para poder poner a funcionar su fuerza de trabajo dentro del modo de
producción capitalista, creando durante el proceso de trabajo la mayor cantidad de plusvalor
posible; esto es: la eficiencia técnica del obrero, que debe ser acorde a las exigencias del grado de
desarrollo de las fuerzas productivas y los medios de producción.
Ahora bien, el saber técnico es, sin duda, imprescindible a la hora de que el trabajador
realice su tarea, pero no es suficiente.

Propongo que salgamos por un momento de estas ideas e imaginemos un perro, un perro
grande, joven, a quien la vida le ha enseñado a defender con ferocidad su comida y a apartar a
otros perros de las perras que él pretende; este animal sin duda, reúne los requisitos técnicos
como para ser un perro de caza o un perro guardián que cuide alguna propiedad humana, pero
puesto en el campo solo buscará cazar cuando tenga hambre y puesto en una propiedad
desconocida solo atacará a quien amenace su territorio, su comida o su/s hembra/s; para que las
condiciones técnicas se conviertan en habilidades útiles, el animalito requiere de cierto
adiestramiento, el “amo” deberá enseñarle qué es bueno y justo, qué es lo que está mal, qué es lo
que debe hacerse y qué no, a la vez que lo va premiando por las buenas acciones y castigando por
las malas.(el comportamiento de los otros perros también contribuirá, sin duda, a que el can en
cuestión desarrolle el aprendizaje de su domesticación)
El ser humano, lejos de distanciarse en este punto de los animales domesticados, también
aprende, junto a los saberes técnicos, concepciones acerca de lo malo y lo bueno, lo justo y lo
injusto y lo posible y lo imposible. Incluso aprende que estas concepciones pueden ser diferentes
1
EL presente trabajo es un resumen de la monografía del mismo nombre presentada para la materia
“Las Aventuras del Marxismo Occidental III (El problema de la Ideología)”, Cátedra Grüner, Facultad de Ciencias
Sociales, UBA. (Materia con la cual el autor culmina sus estudios de Licenciado en Ciencia Política)
y hasta contradictorias según donde se encuentre, o según quien las realice, y todo esto, que
Therborns llama Ideología, se aprende en varios lados, pero fundamentalmente en dos de los que
Althusser llama Aparatos Ideológicos del Estado: La Familia y La Escuela (en todos los niveles
de enseñanza oficial, desde Jardín de infantes en adelante), en ésta ultima, menciona Tadeo Da
Silva, se aprenden junto con los contenidos programáticos, todo otro montón de cosas: a ser
disciplinados, a obedecer a la figura de autoridad, a pensar bajo determinados paradigmas y no
otros, a comportarnos correctamente, etc;. es a este conjunto de elementos de lo que se enseña y
se aprende en la escuela, a lo que se conoce como “currículum oculto”, sobre el cual T. Da Silva
se concentra.2

En un intento por acotar el campo de análisis, dejaré de lado a la familia y me concentraré


en La Escuela, como ámbito preferencial de producción de la mercancía fuerza de trabajo,
concentrándome específicamente en la formación simbólica, en el adiestramiento, en la
ideologización presente en el proceso de producción de esta mercancía por medio del currículum
oculto.
(…)
Si la ideología se manifiesta de manera similar al inconsciente, y si el educador popular, o
el intelectual orgánico a los sectores populares debe operar como un psicólogo ¿la ideología es
una enfermedad que debe y puede curarse? ¿se trata de un trauma en la niñez del capitalismo? No
creo que esto sea así, no creo que Althusser plantee tampoco esto. Si bien es cierto que en este
autor existe una excesiva rigidez en la oposición ciencia-ideología no creo que esta oposición se
derive de su argumento, sino de su necesidad de defender el materialismo histórico; sí creo que el
materialismo histórico es la herramienta para desideologizar, pero no en el sentido de eliminar
toda ideología, sino la ideología de la clase dominante en el modo de producción capitalista.
Siendo estos puntos los más conflictivos, el trabajo arrancará con una discusión sobre el
término, desde Althusser hasta Therborns, pasando, con la ayuda de Eagleton, por diferentes
nociones de Ideología e ideologías, que si bien de ninguna manera pretenden cerrar una discusión
con tantas aristas, si pretenderán tomar una posición que me permita abordar el segundo punto, el
papel desempeñado por ese aparato especial que es la escuela y la función que cumple como
sostén del modo de producción a la vez que como productora, no exclusiva aunque si sumamente
relevante, de fuerza de trabajo ideológicamente calificada.
En el cierre del trabajo me dedicaré a establecer la conexión entre poder e ideología y sus
vínculos con el sistema educativo, tratando de exponer algunas conclusiones.

¿Qué es la ideología?
El concepto “Ideología” es un concepto totalizador: al igual que uno puede afirmar, por
ejemplo, que “todo es política” o “todo es cultura”, también puede afirmar, sin temor a
equivocarse, que “todo es ideología”. Esta afirmación, que bien podría resultar útil a la hora de
discutir con quienes, desde una postura ideológica, descalifican una postura políticamente
diferente a la suya acusándola de ideológica (y que quizás también pueda resultar relativamente
útil para interesar a alguna señorita en una velada) pierde todo interés a la hora de intentar
dilucidar qué demonios es eso a lo que llamamos ideología.
Un recurso tentador para acercarnos al concepto puede ser comenzar por descartar por
oposición, es decir, ver qué no es la ideología. 3

2
DA SILVA, T. T. (1995) "Escuela, conocimiento y curriculum. Ensayos críticos". Miño y Dávila Editores, Buenos
Aires.
3
“Cualquier término que lo cubra todo pierde su filo y queda reducido a un sonido vacío. Para que un término
tenga significado, debe ser posible especificar qué sería, en circunstancias particulares, lo opuesto a él””; Eagleton,
Terry; Ideología (una introducción), pg. 27
Primeramente, y para intentar dar cierto sentido al título del presente trabajo, diré que la
ideología no es poder ni es educación, pese a que guarde un vínculo muy fuerte con ambos
conceptos Así, la ideología guarda estrecha relación con el concepto weberiano dominación
legítima (la capacidad de encontrar obediencia consentida, de aceptar sin cuestionar, por parte de
los dominados, la relación de dominio impuesta) aunque allí el lazo esté más atado a la noción de
legitimidad que a la de poder. “El término Ideología –nos dice Eagleton- parece que hiciera
referencia no solo a sistemas de creencias sino a asuntos relativos al poder. … la ideología tiene
que ver con la legitimación del poder de un grupo o clase social dominante”4
Por otro lado saber manejar la ideología, parece ser requisito para nuestro acomodamiento
dentro del cuerpo social en que nos encontramos; sus características, lejos de estar al interior de
nuestra naturaleza humana, se encuentran intrincadas en la conflictiva realidad social,
perteneciendo, al plano superestructural, y respondiendo, por tanto, a una determinada formación
social de producción y a un determinado grado de desarrollo de las fuerzas productivas. En este
sentido (en el sentido de que no es algo natural sino social) la ideología requiere ser aprendida, y
requiere de ámbitos especializados para tal aprendizaje.
La práctica ideológica comienza a aprenderse desde el mismo momento de nacer, y es el
núcleo familiar el primer ámbito especializado de reproducción ideológica; pero dado que ésta
requiere, como dije, de cierta adaptación al momento particular de las relaciones de producción
dentro de una formación social de producción, y dado, además que su función está presente en la
garantía de legitimidad de determinada relación de dominación, quienes ocupan el lugar
privilegiado dentro de ésta, es decir, la clase dominante, no puede entregarse a que la
responsabilidad de la reproducción ideológica caiga en manos de un espacio tan potencialmente
impredecible como es la familia, la cual, pese a poder estar reproduciendo perfectamente ciertos
rasgos de la ideología dominante, tiende a estar “atrasada” respecto del momento o grado de
desarrollo de las relaciones de producción. De esto podemos deducir, simplificando, que la clase
dominante requiere de un aparato especial para reproducir (y producir) cierto tipo de
ideología afín a sus intereses, y ese aparato es la escuela en todos sus “escalones” (guardería,
jardín de infantes, primaria, escuela media, educación terciaria y universitaria, postgrados, etc.)
De lo dicho hasta ahora: la ideología no es poder, aunque es garantía de ciertas relaciones
de poder; no es legitimidad, aunque da fundamento a la legitimidad, y no es educación, aunque la
requiere como soporte. Pero de lo enunciado más arriba se puede arriesgar una nueva afirmación,
la ideología no es “la ideología”, sino que hay ideologías, en plural, o, al menos, hay una
ideología propia de la Clase Dominante, porque uno puede presuponer que si la ideología, guarda
un vínculo muy estrecho con el grado de desarrollo de las fuerzas productivas y las cambiantes
relaciones de producción, añadiendo que dentro del capitalismo ha habido posicionamientos
diferentes de las distintas fracciones de la clase dominante (capital industrial, financiero,
terrateniente, trasnacional, etc.) y que la ideología dominante, si bien es la de la clase dominante,
responde lógicamente de manera más directa a la fracción de la clase dominante dentro del
bloque en el poder5, tranquilamente uno puede suponer que la ideología dominante contaría con
un “núcleo duro” (asociado directamente al modo de producción) y cierta cantidad de “anillos”
que se van reacomodando de acuerdo a cuál es la fracción dominante dentro del bloque en el
poder6
Vale aclarar que al hablar de la Ideología de la clase dominante no me refiero
necesariamente a los contenidos concretos (al curriculum material, objetivo) sino a una cierta
lógica de producción simbólica de la subjetividad. Para conservar su hegemonía, las clases
4
Eagleton, op. cit. pg.24
5
Poulantzas, Nikos: Poder Político y Clases Sociales en el Estado Capitalista (Siglo XXI, México)
6
En un recorrido rápido por los libros de lectura de la escuela primaria en diferentes épocas se puede ver reflejada
esta hipótesis, sin dejar de notar que a veces se trata de fórmulas matizadas y otras de cambios radicales, pero
también que lo que se descartó ayer puede volver pasado mañana y los valores fundamentales de hoy pueden ser
idénticos a los de hace medio siglo
dominantes necesitan incorporar temas que sean reconocidos como “verdaderos” por las clases
populares. Se trata de la sustitución de las partes por el todo.

Ahora bien, el concepto totalizador de ideología se complementa también con el de cultura, de


acuerdo con Grûner: “La incidencia del poder en la esfera de la cultura es el “lugar” de lo que
se suele llamar ideología” y “La cultura no es totalmente autónoma ni totalmente dependiente de
la base real” 7 tratándose de dos ilusiones complementarias y antidialécticas. Se trata, en última
instancia, del viejo problema de la relación entre estructura y superestructura; la ideología, lo
mismo que la cultura, se mueven en esta esfera, y ambos términos reclaman la total significación
para ella (se trataría de expresiones tales como que la superestructura es ideología o que la
superestructura es cultura, en lugar de afirmar que una y otra se mueven en este campo) Tanto la
total autonomía como la total dependencia de la superestructura respecto de la “base real” son
simplificaciones mentirosas en tanto expresan una parte de lo que ocurre negando la otra. La
superestructura posee una relativa autonomía a la vez que está condicionada por la base real, y
esta última también encuentra en aquella una traba para su desarrollo8. Cada nueva fase del
desarrollo del modo de producción capitalista debe lidiar con prenociones del mundo que, si bien
no le son ajenas (en tanto son capitalistas) devienen en una traba para el desarrollo de las fuerzas
productivas

Dado que lo propio, lo particular de la superestructura no puede ser lo material, solo nos
deja, por oposición, lo simbólico. El campo de la superestructura, el campo de la ideología por
tanto, es lo simbólico, y el campo de lo simbólico es el lenguaje. Las ideas no solo se expresan a
través del lenguaje sino que solo pueden construirse por medio del lenguaje, no podemos siquiera
pensar si no es por medio de una interiorización simbólica, pero el símbolo no es otra cosa que la
representación de algo material (incluso al tratarse de algo tan abstracto como un número, el 1 se
nos presenta en la cabeza con alguna simbolización material –el 1 escrito en un papel, por
ejemplo- como queriendo salirse de la materialidad, pero: 1º un número escrito en un papel es ya
una cosa material, y 2º si recordamos cómo aprendimos los números –contando y agrupando
fósforos, por ejemplo- tenemos ya la materialidad concreta de nuestro pensamiento)
La ideología, que utiliza como cadena de transmisión el lenguaje, ya que solo puede
producirse y reproducirse a través de este, no puede ser entonces otra cosa que la expresión de
una materialidad, la representación simbólica de algo que ocurre en la realidad. De lo dicho, y
desde mi particular punto de vista, siempre habrá ideología, en tanto que siempre habrá
materialidad y ésta solo puede ser entendida por medio de su simbolización.
Pero de todo lo dicho surge un problema, si la ideología es la simbolización de la
materialidad, es la representación simbólica de la materialidad, articulada de manera tal que
expresa una totalidad planteada como representación del mundo, ¿cómo pude afirmar más arriba
que existen diversas ideologías? Es más yo hable de la ideología de la clase dominante y de las
ideologías de las fracciones de ésta (que a partir de ahora prefiero llamar “anillos” de la
ideología), como un núcleo duro de ideología que remite a las representaciones simbólicas
propias del modo de producción capitalista en general (el fetichismo de la mercancía, por
ejemplo) y aquellas que responden a determinados momentos de desarrollo de éste (la neutralidad
del conocimiento Vs. La educación al servicio del pueblo; la movilidad-estabilidad de la fuerza

7
Grüner, Eduardo, la teoría marxista hoy, problemas y perspectivas
8
“la base económica está siempre atravesada por la instancia política (lucha de clases y su forma organizativa) por la
instancia jurídica (leyes y normas que regulan las formas de propiedad), por la instancia ideológica – cultural (formas
simbólicas de producción y reproducción de consenso), por la instancia subjetiva (forma en que los sujetos se
representan interiormente su posición en el mundo, sin la cual no podría haber consenso y aceptación pero tampoco
resistencia y lucha de clases) y por la instancia estética (expresión exterior de esas representaciones). Todas estas
instancias pertenecen a registros lógicos y a modos de la praxis “relativamente autónomos”, pero nunca
completamente exteriores unos de otros.” Grüner, Eduardo, la teoría marxista hoy, problemas y perspectivas
de trabajo; el Estado fuerte-débil; las diversas expresiones artísticas hegemónicas en
determinados momentos, etc.) Una explicación mecanicista respondería que la ideología refleja
una materialidad que en si misma es cambiante, el núcleo duro expresa la materialidad del
capitalismo en tanto modo de producción, los diferentes anillos expresan los diversos grados de
desarrollos de las fuerzas productivas y los posicionamientos y reposicionamientos de las
fracciones de la clase dominante dentro del bloque en el poder. Yo creo que no es tan sencillo:
ante todo una representación simbólica no es la materialidad, no es tampoco un calco ni un
reflejo, no es una foto de la materialidad; se trata, justamente, de una representación. En tanto
representación, está sujeta a distorsiones y omisiones9, es decir: se trata, en principio, de un
recorte de la realidad material, un recorte que, en tanto se eleva a representación del mundo, se
niega como recorte y se asume como totalidad. Pero ahí no acaba la cosa; en tanto representación
simbólica también está sujeta a interpretaciones contradictorias, pero siempre está expresando
algo que es, su momento de verdad es que en tanto conciencia ve parte de la realidad, la
interpreta, y pretende transformarla10
En este sentido, la ideología expresa algo que es “completamente verosímil, que responde
a las necesidades de conocimiento y explicación del mundo –la religión puede ser el opio de los
pueblos, pero el opio tiene un momento de verdad como calmante de un dolor real; el problema
es cuando confundimos la eliminación del síntoma con la curación de la enfermedad”11

La Concepción de Ideología en Althusser

En lo que sigue trabajaré fundamentalmente sobre el texto “Ideología y aparatos


ideológicos del Estado” (AIE) de Luis Althusser, un texto harto trabajado y del cual difícilmente
se puedan decir cosas que no se hayan dicho ya; pero un texto también profundamente polémico,
en torno al cual gran parte del marxismo contemporáneo mantiene posturas divididas; no solo
respecto de si está bien o mal lo que dice (la oposición ciencia – ideología) sino también en torno
a si dice o no tal o cual cosa (¿tiene una postura rígida respecto a la relación estructura-
superestructura? ¿qué quiere decir sobredeterminación? ¿y qué “en última instancia”? ¿se trata de
un estructuralista cercano al mecanicismo o, por el contrario, de alguien que rescata, en su justa
medida, el peso que las ideas, las filosofías, las concepciones del mundo, etc., tienen a la hora de
la reproducción de las condiciones y relaciones de producción, especialmente en el modo de
producción capitalista.
Para discutir las concepciones de Althusser me voy a apoyar, además de en mis propias
convicciones y dudas, en Eagleton, quien bastante tiene para decir sobre Althusser, y en el propio
Althusser, quien, en textos posteriores, intentó aclarar qué es lo que quiso decir en “Ideología
y ...”; también me apoyaré en un libro inédito de Miguel Etchegoyen , “Patoruzú, historieta e
ideología (un caso de penetración cultural)”12
9
Toda representación, en tanto es una expresión de otra cosa, no es la cosa. El problema que esto presenta es que “la
cosa” para nosotros, es siempre su representación simbólica.
10
Marx, en El Capital, dice que la diferencia entre el hombre y el resto de los animales es que éste proyecta en su
cabeza lo que quiere hacer antes de hacerlo. Podemos decir, a esta altura de la exposición, que lo que hace es
proyectar en su cabeza la transformación que considera necesaria respecto de la interpretación que hace de la porción
de realidad que se le presenta como totalidad.
11
Grûner, op. cit.
12
Este libro se imprimió por Ediciones ORBE, alrededor de 1975, como continuación de una monografía que el autor
realizara junto a la socióloga María Cristina Alonso, para el seminario “Medios de comunicación de masas y
estructura social” dictado por el profesor Jorge Shnitman, en la facultad de Filosofía y Letras de la UNBA en 1972;
la edición, sin embargo fue incinerada en casi su totalidad, como censura previa, por la propia editorial,
conservándose en la actualidad tan solo dos ejemplares, uno de los cuales está en mis manos. Es comprensible que
durante el gobierno de Isabel Perón y el preludio del golpe de Estado, una editorial decida sacar de circulación un
texto que se propone como objetivo “contribuir a la lucha ideológica anticapitalista, hacia la construcción del
Estructura y Superestructura, la metáfora del edificio.
En este libro Althusser va a atacar argumentos centrales de eminencias del marxismo
(diciendo desde que la concepción de ideología dada por Marx en la Ideología Alemana no es
marxista, hasta que la concepción de Lenin sobre el Estado en El Estado y La Revolución, no
pasa de una teoría descriptiva). Pero Althusser no parece ser una persona que ataque por atacar,
tiene argumentos y sabe usarlos, y tiene un reemplazo teórico a las teorías que cuestiona; pero
además, por si fuera poco, Luis Althusser no es un crítico ingenuo que deje librado al lector de su
libro la posibilidad de acusarlo de relativista, menchevique, contrarrevolucionario o, peor aún,
socialdemócrata. Se ocupa de dejar bien en clara su postura materialista, corriendo incluso
riesgos de ser acusado de economicista.
La metáfora del edificio es un ejemplo: Althusser necesita partir de una nada rudimentaria defensa de la imagen estructura—superestructura
como un edificio en cuya base se encuentran las relaciones de producción materiales, “la economía”, y en cuyos “pisos superiores” se halla la
ideología, la cultura, “la política”

“Representar la estructura de toda sociedad como un edificio compuesto por una base
infraestructural sobre la que se levantan los “pisos” de la superestructura constituye una
metáfora espacial. Como toda metáfora ésta hace ver alguna cosa. ¿Qué cosa? Que los pisos
superiores no podrían sostenerse por si solos si no se apoyaran precisamente sobre su base”13
Esta imagen muestra a la superestructura sostenida por la base material, cualquier cambio
(todo cambio) en los pisos inferiores repercute sobre los superiores (y no a la inversa); la
superestructura reacciona a los cambios en la estructura, la estructura no tiene por qué (en esta
metáfora y desde mi punto de vista) reaccionar a los cambios superestructurales (la planta baja de
un edificio queda intacta por más que se pinte la terraza todos los días). Pero Althusser es un poco
más molesto, el nos va a decir que no se trata de que los pisos de arriba reaccionan tan
mecánicamente a la base estructural, sino que ésta los determina “en última instancia” 14. Si
seguimos con la metáfora del edificio, podemos suponer que la base condiciona 1º la cantidad de
pisos que va a poder soportar la estructura (el grado de presión política que la base económica
puede tolerar; conflictividad social, huelgas, golpes de Estado, “revoluciones democráticas”—
todas estas cosas pueden amortiguarse, hasta cierto punto, en la base de las relaciones materiales
de producción) 2º el tamaño máximo de los departamentos en cada piso (la superestructura no
puede sobrepasar a la estructura, esto es, la reproducción política nunca puede ser más importante
que la producción de mercancías). Fuera de esto la superestructura es libre de moverse a su
antojo: es (relativamente) indistinto el tipo de gobierno que se de, cuál es la religión oficial del
Estado, cuál el contenido de los valores morales (secundarios) que se aprenden en la escuela15
“La metáfora del edificio tiene por objeto representar la determinación en última instancia, de
lo que ocurre en los pisos (de la superestructura) por lo que ocurre en la base económica. Los
pisos de la superestructura no son determinantes en última instancia sino que son determinados
por la eficacia básica”16

socialismo” y que en las conclusiones destaca que “...son la expresión más definida de la decisión del movimiento
obrero por tomar el poder junto a los demás sectores populares .Pero Patoruzú aún no es visto como expresión, en el
nivel de la ideología, de un enemigo de clase. Habrá tiempo para ello. Si con esta investigación podemos contribuir
mínimamente en esta tarea no habremos trabajado en vano. Y si así fuese ¡huija!”
13
Althusser, op. Cit. Pg. 17
14
Esto, claro está, no es un “invento” de Althusser, sino que es una frase de Engels. Althusser habla a veces de
“sobredeterminación” y a veces de que la SE, “reacciona” sobre la Estructura, pero en todo caso no se aparta, más
bien intenta aclarar, la frase de Engels.
15
Los valores primarios son los que tienen que ver con el comportamiento del sujeto estudiante en su futuro como
sujeto fuerza de trabajo, dentro de la base económica. Aprender a obedecer, a respetar la jerarquía de autoridad, a
seguir reglas y aceptar sanciones, y a entregar cuanto antes el trabajo requerido, está antes del valor moral respecto
de la familia y el aborto, sobre lo nacional y lo extranjero, sobre la solidaridad o el egoísmo, etc.
16
Althusser; op. cit. 17
Pero este libre albedrío limitado de la superestructura, en la concepción de Althusser,
afecta de alguna manera a la base “...si son determinantes a su manera lo son en tanto están
determinados por la base.” Y “Su índice de determinación, en tanto ésta se halla determinada
por la determinación en última instancia por la base, es pensado en la tradición marxista bajo
dos formas: 1) existe una “autonomía relativa” de la superestructura con respecto a la base; 2)
existe una “reacción” de la superestructura sobre la base.”
Según el autor, es el propio ejemplo del edificio el que “obliga a pensar en lo que la
tradición marxista designa con los términos conjuntos de autonomía relativa de la
superestructura y reacción de la superestructura sobre la base” Yo no creo que la metáfora
edilicia lleve a eso, no al menos más allá de la idea que “tiré” más arriba respecto de qué
condiciona (o no) una base estructural respecto de su superestructura, pero aún así considero que
es muy difícil defender estas posturas desde esta metáfora, y que el punto fuerte en Althusser no
consiste en la defensa de esta metáfora, la cual dice no rechazar en absoluto, porque ella misma
obliga a su superación; sino justamente en plantear lo que esa metáfora no permite ver, plantear el
segundo momento de una relación dialéctica entre estructura y superestructura, dándole a cada
una de ellas un momento particular dentro del análisis del modo de producción capitalista: la
estructura es la esfera de la producción de mercancías, y con ello la esfera de la producción de las
relaciones sociales de producción, pero las relaciones sociales de producción necesitan también
reproducirse, y es aquí donde opera la superestructura. La ideología, en este punto, es un
elemento inseparable de las relaciones sociales de producción capitalista, y es un elemento central
en la reproducción de las relaciones de producción; en última instancia está determinada, en tanto
que para que exista reproducción debió haber primero producción, pero sin la reproducción la
producción muere en si misma, he aquí, a mi juicio, la importancia de las tesis de Althusser: le da
a la superestructura el lugar que le corresponde, y a partir de ahí se pregunta ¿cómo funciona esta
superestructura? Si bien muchos marxistas de ésta época se preocuparon por la superestructura,
en general lo hacían descuidando la estructura, Althusser tiene la ventaja de ubicar, teóricamente,
las cosas dentro de la totalidad del modo de producción capitalista. Lastima que lo haga con la
triste metáfora del edificio.
“A partir de la reproducción resulta posible y necesario pensar en lo que caracteriza lo esencial de

la existencia y la naturaleza de la superestructura. Es suficiente ubicarse en el punto de vista de la

reproducción para que se aclaren muchas cuestiones cuya existencia indicaba, sin darles respuesta

conceptual, la metáfora espacial del edificio.”17

El ARE y los AIE, la ideología y las ideologías.


Aparato Represivo y Aparatos Ideológicos
La siguiente discusión que plantea Althusser tiene que ver con el carácter del Estado, según él,
todos los marxistas anteriores trataron al Estado solo como una máquina represiva, solo como el
“aparato represivo de Estado” que permite a las clases dominantes asegurar su dominación sobre
la clase obrera para someterla a la explotación capitalista.
Dice así que: “Presentada en esta forma, la teoría marxista—leninista del Estado abarca
lo esencial: la definición de Estado como Estado de clase, existente en el aparato represivo de
Estado, aclara todos los hechos observados en los diversos ordenes de la represión. Aclara esa
17
Althusser, op. cit. pg. 18
sutil dominación cotidiana en la cual estalla (por ejemplo en las formas de democracia política)
lo que Lenin llamó, después de Marx, la dictadura de la burguesía”18
Pero decir que lo que ocurre en la Superestructura no forma parte del Estado es casi como decir que el momento de realización de la
mercancía no forma parte de la producción. La producción, la circulación y la reproducción no pueden sino ser momentos de una misma cosa,
por ende, tanto el aparato represivo de Estado, que funciona principalmente bajo la violencia física (o jurídica) directa, como los diversos
elementos concernientes a una “dominación pacífica” (no existe dominación pacífica, me refiero a la no utilización de la violencia física, o
jurídica, directa) tienen, necesariamente, que formar parte del Estado.

Incluso si el Estado es “el comité de negocios de la burguesía” podemos diferenciar


Estado de Gobierno, Estado como aquel comité de negocios, Gobierno como al personal que
dirige el conjunto de aparatos a través de los cuales el comité de negocios de la burguesía ejerce
su dominio. (y que en caso de perderlos puede recurrir a otros, lo que permite superar la
concepción instrumentalista). El objetivo de la lucha política de clase es la toma del poder del
Estado, es evitar que la clase capitalista siga ejerciendo su dominio y utilizando en su beneficio el
aparato de Estado19.
Ahora bien, puede ocurrir, como de hecho ocurrió en la Unión Soviética, que el
proletariado tome efectivamente el poder de Estado, que controle o destruya todos los viejos
aparatos represivos del Estado, y que la vieja clase dominante no tenga un miserable recoveco
desde el cual ejercer una mínima cuota de poder, y sin embargo la reproducción de las relaciones
de producción sigue intacta. Como decía el Che Guevara (y antes Trotsky) cuando estaba a cargo
del ministerio de industrias de Cuba, si no se acaba con la ley del valor todo esfuerzo será en
vano, y la ley del valor no se elimina por decreto, está presente en las prácticas cotidianas, está
presente en el fetichismo de las mercancías, y el fetichismo de las mercancías no necesita, para
reproducirse siquiera que exista un burgués. Esta es la determinación de la cual puede ser sujeto
la superestructura, la reproducción, la retroalimentación, el resucitar de un muerto.(algo de eso
ocurrió, seguramente, en la ex-URSS)
La superestructura opera, siguiendo a Althusser, a través de los AIE, los Aparatos Ideológicos de Estado

“¿Qué son los AIE?

Designamos con el nombre de AIE cierto número de realidades que se presentan al


observador inmediato bajo la forma de instituciones distintas y especializadas: AIE
religiosos; escolar; familiar; jurídico; político (el sistema político del cual forman parte
los distintos partidos); sindical; de información (prensa, radio, tv); cultural (literatura,
artes, deportes,...)”20

Una vez hechas estas distinciones entre los dos tipos diferentes de aparatos de Estado,
Althusser llama la atención respecto de que, además de la diferencia fundamental entre el ARE,
que funciona masivamente con la represión, y los AIE que funcionan masivamente con la
ideología (ya que “En realidad todo aparato de Estado “funciona” a la vez mediante la
violencia y la ideología”)21 si bien el aparato represivo de Estado es uno solo, los aparatos
ideológicos del Estado son muchos, mientras que la ideología dominante es una sola. Los
18
Althusser, Ideología...; pg. 21
19
“Los clásicos del marxismo siempre han afirmado que: 1) el Estado es el aparato represivo del Estado; 2) se debe
distinguir entre el poder de Estado y el aparato de Estado; 3) el objetivo de la lucha de clases concierne al poder de
Estado y, en consecuencia, a la utilización del aparato de Estado por las clases que tienen el poder de Estado en
función de sus objetivos de clase y 4) el proletariado debe tomar el poder de Estado para destruir el aparato
burgués existente, reemplazarlo por el aparato de Estado proletario y elaborar en las etapas posteriores un proceso
radical, el de la destrucción del Estado (fin del poder de Estado y de todo aparato de Estado).“ Althusser,
Ideología…;pg. 23
20
Althusser, Ideología, pg.25
21
Althusser, Ideología... pg. 27
aparatos ideológicos del Estado requieren de algún tipo de unidad ¿cuál es, según Althusser, ésta
unidad? “Si los AIE “funcionan” masivamente con la ideología como forma predominante, lo
que unifica su diversidad es ese mismo funcionamiento, en la medida en que la ideología con que
funciona en realidad está siempre unificada, a pesar de su diversidad y de sus contradicciones,
bajo la ideología dominante, que es la de la clase dominante”22.
Althusser complejiza el argumento al sostener que lo más común no es que la clase
dominante controle totalmente el poder del Estado, sino que este esté en manos de una alianza de
clases o fracciones de clase, la cual dispone del aparato represivo del Estado.
No considero que sea muy difícil entender como una alianza de clases se divide el aparato
represivo de Estado, tratándose de cuerpos bien delimitados y estructurados jerárquicamente (El
ejército, la gendarmería, la federal, la bonaerense...; la suprema corte, las fiscalías, los juzgados
de paz, civiles y comerciales, etc.) pero resulta que esta alianza de clases también reclama su
hegemonía en los AIE, tomando parte activa en ellos ya que “en definitiva, es la ideología
dominante la que se realiza, a través de sus contradicciones, en los AIE.”
Si quiere dominar, la clase dominante necesita de los AIE, pero debe saber que el pase de
manos en un AIE es aún mucho más complejo que en el ejército, y que si es complejo el pase de
mando en el ejército, es porque la operación ideológica en éste sobre sus miembros es muy fuerte
El ejercicio de poder en un AIE (o en alguna parte del ARE que incluya prácticas
ideológicas23) resulta complicado, la ideología deja sedimentos, cada clase dominante que ejerció
la hegemonía de y en algún AIE, conserva algo de esa hegemonía (en el sentido de la
sedimentación en el fondo del sentido común), pero no solo eso, todo AIE es un espacio de lucha,
también, entre las clases. En la escuela, fundamentalmente, se cruzan la ideología dominante (a
través de los programas, pero fundamentalmente de la lógica de este aparato ideológico) con la
representación que de la materialidad tengan docentes y estudiantes, sus tradiciones familiares,
sindicales y su más o menos organizado núcleo del buen sentido dentro del desordenado sentido
común gramsciano24 “Los aparatos ideológicos del Estado pueden no solo ser objeto sino
también lugar de la lucha de clases, y a menudo de formas encarnizadas de lucha de clases:
La clase o alianza de clases en el poder no puede imponer su ley en los AIE tan fácilmente
como en el ARE, no solo porque las antiguas clases dominantes pueden conservar en ellos
posiciones fuertes durante mucho tiempo, sino además porque la resistencia de las clases
explotadas puede encontrar el medio y la ocasión de expresarse en ellos, ya sea utilizando las
contradicciones existentes, ya sea conquistando allí posiciones de combate mediante la
lucha”.25
.

La Ideología y Las Ideologías


La vieja cuestión acerca de si existe una ideología o unas cuantas, es resuelta por Althusser
de la manera siguiente: en tanto La Ideología es la representación (por lo tanto imaginaria) que
tenemos de nuestras condiciones materiales (por lo tanto reales) de existencia, en este nivel de

22
Althusser, Ideología... pg. 27
23
Podemos traer acá tanto a Weber como a Lenin en sus observaciones respecto de la burocracia: La burocracia se ve
a si misma como una clase con intereses particulares diferentes del resto de las clases. Estas ideas le surgen al
burócrata a la luz de sus propias prácticas, de su rol en el proceso de producción, pero le surgen en base al rol que le
otorga el Estado, como Sujeto que lo interpela y le asigna un rol como sujeto (ver más adelante “la metáfora del
Espejo, en el Estado)
24
Estavisión corresponde mucho más a A. Gramsci que a Althüsser, quien no se ocupa especialmente de la escuela
como espacio de resistencia /más bien al contrario, como espacio de imposición) pese a enunciar la posibilidad de
contradicciones, como se señala en la cita siguiente. Por ahora alcanza con reconocer a la escuela como un AIE más,
aunque sugiero desde ahora que se trata, a mi juicio, de aquel que presenta más condiciones de ser arena de disputa
ideológica cuyo terreno puede ser más favorable a la clase trabajadora.
25
Althusser, Ideología pgs. 28; es recomendable ver la nota al pie No 11 que acompaña este párrafo en el original.
También es recomendable acercarse a las categorías de Williams. R. “Residual; Dominante; Emergente.”
abstracción, solo se trata de una ideología26; cabe decir que igualmente se trata de una
representación de segundo nivel, ya que, para Althusser no se trata de la representación de la
materialidad, sino de la representación de la relación que tenemos con las condiciones reales de
existencia. Este punto es bastante complejo de enunciar, pero se trataría de un juego con la
relación entre conciente e inconsciente (que trataré un poco más adelante) donde la ideología
ocuparía el lugar de la conciencia, la conciencia no me muestra la realidad, sino que me
representa mi relación con la realidad; el inconsciente guarda mi verdadera relación con la
realidad, pero siempre se trata de una representación. Mi Edipo se manifiesta en actos concientes
de relaciones afectivas de la adultez, en ellas está representada mi relación con la realidad, mi
Edipo, pero este Edipo no es tampoco la realidad, la materia, es la representación objetiva de la
realidad27. De ahí que la Ideología no es un velo que basta con correrlo para acceder a las
condiciones reales de existencia.: “no son sus condiciones reales de existencia lo que los
hombres se representan en la ideología, sino que lo representado es ante todo la relación que
existe entre ellos y las condiciones de existencia. Tal relación es el punto central de toda
representación ideológica, y por tanto imaginaria, del mundo real. En esta relación está
contenida la causa que debe dar cuenta de la deformación imaginaria de la representación
ideológica del mundo real. Es la naturaleza imaginaria de esa relación la que sostiene toda la
deformación imaginaria que se puede observar (si no se vive en su verdad) en toda
ideología.”28
Esto, que para Althusser es “eterno como el inconsciente”, se complejaza aún más en las
sociedades de clase: en tanto en las sociedades de clase, cada una de éstas tiene una diferente
relación con sus condiciones materiales de existencia, ya que el vínculo con la naturaleza, con los
medios de producción, y el lugar mismo en la producción, son diferentes, cada clase (y cada
fracción de clase) tendrá una representación diferente de las condiciones materiales de existencia.
Cada clase, y por añadidura, cada fracción de clase, será portadora de prácticas ideológicas
distintas (algunas operaran al nivel de la conciencia, cuando la clase o fracción persigue sus
propios objetivos, otras en el nivel del inconsciente, cuando cada clase o fracción persigue en sus
prácticas los objetivos de la clase o fracción dominante). Estas ideologías, la de cada clase, son
históricas, en el sentido que son históricas las clases (son resultados de procesos históricos y están
“destinadas” a perecer; amen que su existencia depende de la existencia de otras clases y del
vínculo dialéctico entre ellas).
Así, Althusser sostiene que en la historia del proceso de producción llega un momento en
que un sector llega a apropiarse del trabajo de otro sector; al suceder esto aparecen las clases
sociales. Cuando aparecen las clases sociales esta estructura clasista viene a sobredeterminar la
ideología produciendo “tendencias” de “la” ideología. Dice así Althusser: “Marx ha demostrado
que las ideas dominantes son las de la clase dominante. Esta simple frase nos permite
comprender que, al igual que en una sociedad de clases hay una o varias clases dominantes y
clases dominadas, existe también una ideología dominante e ideologías dominadas. En el
interior de la ideología en general se observa, pues, la existencia de tendencias ideológicas
diferentes, que expresan las representaciones` de las diferentes clases sociales”29
Lo que se conjuga en este punto es la representación de cada clase respecto de su relación
con las condiciones materiales de existencia, y la representación que cada clase tiene respecto de
la relación de las demás clases con sus condiciones reales de existencia. Si dejáramos esto acá
podríamos realizar un enunciado ingenuo, sosteniendo que el accionar de cada clase carece de
intencionalidad, más bien depende de una interpretación diferente de cómo son las cosas; si
26
“Tesis 1: La ideología representa las relaciones imaginarias de los individuos con sus condiciones reales de
existencia”; Althusser, Ideología y...; pg. 43
27
Una representación es objetiva cuando tiene existencia “por fura” de aquello que representa (una foto, por ejemplo)
y como tal es objetos de nuevas representaciones de orden más “inmaterial”
28
Althusser, Ideología y...; pg. 45
29
Althusser, La Filosofía Como Arma de la Revolución, Pág.56.
decimos eso estamos olvidando que la posición que cada clase ocupa en un modo de producción
determinado, no solo actúa sobre su “concepción del mundo” sino que, y tan fundamental es una
cosa como la otra, sobre los intereses de clase. El interés del capitalista de explotar y el interés del
trabajador de dejar de estar sometido al capital no resisten un diálogo conciliador. Marx en el
capítulo 8 del tomo uno del Capital imagino un dialogo sin prejuicios ni tabúes entre un obrero y
un capitalista respecto del valor de la jornada de trabajo y su duración. ¿la conclusión? Hay
ciertos acuerdos a los cuales no se llega razonando ni intercambiando visiones del mundo, sino
solo a través de la lucha de clases)

De acuerdo a lo expuesto, cada clase y cada fracción de clase tiene representaciones que le
son propias, y se apropia (involuntariamente) de representaciones ajenas, contribuyendo todo ello
a una totalidad contradictoria y compleja, puesto que se compone de elementos propios de
representaciones de otras clases, de una materialidad que no es vivida, pero que sí es aprehendida
en los AIE. La escuela, por ejemplo, es una arena de lucha de clases, pero es una arena particular,
sutil, la mayoría de los sujetos del AIE escuela no se percatan de esta lucha de clases, porque de
acuerdo a la ideología allí dominante, la escuela es el espacio neutral por excelencia, no existe
nada más neutro que el saber; pero esto no minimiza la lucha de clases allí presente, solo la
transforma, la recubre de una forma diferente y la plasma en prácticas más sutiles30. Esta totalidad
contradictoria y compleja es insostenible como representación del mundo, las representaciones
que coinciden con la materialidad propia se entrecruzan con las representaciones que coinciden
con la representación que de nosotros tiene la clase dominante, y ésta se cruza también con la
representación de los lugares que nos correspondería ocupar de acuerdo a la concepción del
mundo e interés particular de cada clase y fracción de clase que encuentra su “rinconcito” en la
escuela (en la lengua hablada, en la escrita, en los símbolos, en los manuales, en el nombre de la
institución, en las prácticas de docentes, estudiantes y directivos, y en cada etcétera que se nos
ocurra). La visión Althusseriana de esta disputa parecería sugerir que no es la escuela un terreno
de lucha favorable para el proletariado. “Los mecanismos que producen este resultado están
recubiertos y disimulados por una ideología de la escuela universalmente reinante: una
ideología que representa a la escuela como un medio neutro, desprovisto de ideología en el
que maestros respetuosos de la “conciencia” y la “libertad” de los niños, los encaminan hacia
la libertad, la moralidad y la responsabilidad de adultos mediante su propio ejemplo, los
conocimientos, la literatura y sus virtudes “liberadoras”.
“Pido perdón por esto a los maestros que, en condiciones espantosas intentan volver contra la
ideología, contra el sistema y contra las prácticas de que son prisioneros, las pocas armas que
pueden hallar en la historia y el saber que ellos “enseñan”. Son una especie de héroes. Pero no
abundan y la mayoría no tiene siquiera la sospecha del “trabajo” que el sistema (que los rebasa
y aplasta) les obliga a realizar, a poner todo su esfuerzo y empeño en cumplir con la última
directiva. Contribuyen con su devoción a mantener y alimentar esta representación ideológica de
la escuela, que la hace tan “natural” e indispensable.”31
Mi postura es que esto no es tan así, que la escuela, en todos sus “niveles” es uno de los
terrenos de lucha más favorables, más potencialmente favorables para el proletariado; justamente
por ser uno de los lugares donde con mayor claridad el sentido común batalla contra el núcleo del
buen sentido (donde la ideología dominante en el capitalismo batalla contra la ideología de la
clase explotada)

Me gustaría volver sobre un punto: en los párrafos citados algo más arriba del Althusser
de Ideología y aparatos ideológicos del Estado, empieza la relación entre ideología e
30
Al respecto es sumamente interesante un texto de Emilia Ferreiro sobre el uso de la “ll” y la “Y” en las escuelas del
conurbano bonaerense.: Emilia Ferreiro y Ana Teberosky; “Los Sistemas de Escritura en el Desarrollo Del Niño”;
Cap. V!!, Lectura, Diálecto e Ideología; S.XX! –se consigue online
31
Althusser; Ideología y...; pg. 38
inconsciente, que habría que vincular con la relación ideología—lenguaje, en tanto el lenguaje es
el único mecanismo que permite llegar al inconsciente desde la conciencia
En los párrafos precedentes se expresa lo que yo llamo, en la introducción,” núcleo duro
de la ideología” (lo que Althusser llama ideología en general). Me parece, de todas formas, que el
nivel de abstracción utilizado en “la ideología en general” (de Ideología y...), resulta útil a la hora
de definir cuál es el terreno sobre el cual se debe combatir (a mi entender el lenguaje, es decir, la
propia ideología), mientras que el nivel de abstracción de “núcleo duro” (que podría traducirse
como “ideología capitalista”)32 apunta más claramente a definir contra quien se debe combatir.
Si podría ser que lo que yo llamo “los círculos” de la ideología, esos elementos
ideológicos que responden a diferentes fracciones de clase o composición de alianza de clases en
diferentes momentos, se vincule más directamente al uso que Althusser le da al término
ideologías, en plural. La utilidad de ese concepto radica en identificar con mayor detalle al
enemigo, reconocer que no es un todo homogéneo y hermético, sino que está lleno de fisuras, y
que en cada fisura cabe una cuña; en cada AIE podemos dar batalla, sabiendo que muy
probablemente en cada AIE estaremos dando batalla contra un enemigo (inmediato) diferente,
aunque en todos batallaremos contra el mismo (núcleo duro), y nunca destruiremos La Ideología
(en general)

Sobre la Ideología en estado puro.


(…)

Ideología e inconsciente
(…)
Recapitulando un poco lo dicho hasta el momento, la ideología, en tanto superestructura, se
apoya en la base material del modo de producción; en tanto “las ideologías” tienen un anclaje un
tanto más inmediato en las relaciones de producción de cada clase y fracción de clase, dejando
llano el camino para el disenso “dentro del sistema” (podemos discutir abiertamente sobre si tal
forma de gobierno es mejor que otra, respecto de la distribución de la riqueza, los derechos y
deberes de los ciudadanos; etc., porque partimos de ciertas ideas comunes respecto de qué es un
gobierno, qué es un ciudadano, qué es riqueza...), pero este acuerdo común, este “sentido común”
gramsciano, conflictivo y contradictorio sobre todo para el proletariado, ya que choca
directamente con la experiencia inmediata dado el lugar ocupado dentro del modo de producción,
no es un “acuerdo consciente”; como tampoco es consciente el desacuerdo radical que el
proletariado, en tanto clase, tendría a este respecto. Ya que la clase solo se constituye como tal en
la acción, y solo actúa al constituirse (la praxis revolucionaria que aúna la acción a la reflexión),
solo podría traer a conciencia su propia ideología al momento de liberarse de los tabúes propios
del presente modo de producción. Lo que nuestro inconsciente guarda y nuestro conciente ignora,
es aquello que nuestra pequeña cabeza no está en condiciones de comprender (de tolerar, de
asimilar) pero pese a ello se manifiesta de modo patológico en nuestro accionar; los tabúes se
expresan a través de la curiosidad, la morbidez e incluso lo que Freud llama perversiones, pero
también a través de la somatización. Así, el proletariado somatiza su condición de explotado en la
formación social capitalista de diferentes maneras (la violencia familiar, la búsqueda de
“pequeños placeres cotidianos”, las “tribus urbanas”, el “pasatismo”, como la búsqueda de cierta
necesaria irreflexividad, etc.) Si ni desacuerdo ni acuerdo son conscientes, entonces ¿qué es lo
consciente? Lo consciente es el todo heterogéneo que “cierra”, la explicación sencilla y llana
de los fenómenos, la naturalización de lo no-natural, no de todo lo no-natural, sino de
32
Porque este núcleo duro expresa al modo de producción dominante, a la formación social dominante, que se mueve
independientemente de la fracción hegemónica en el bloque en el poder. El concepto de “núcleo duro” pretende
incorporar prácticas y concepciones que sobrepasan el interés relativamente acotado del capitalista industrial, y
ampliarse a las practicas (ideológicas) comunes del conjunto de la clase burguesa.
aquello cuya verdadera naturaleza complejiza la armonía de la totalidad vivible. El
fetichismo de la mercancía es la naturalización de su no-naturaleza, en tanto la comprensión de la
naturaleza de la mercancía implica la comprensión de la condición de explotado, de clase
subalterna (“de segunda”) dentro del modo de producción capitalista, tal comprensión, realizada
por un “individuo” aislado, no puede menos que acarrear angustia, mientras que solo puede ser
asimilada cabalmente en el acto revolucionario33 (ya que, de acuerdo a la Tesis XI “La
transformación de la realidad es una condición para su conocimiento”) 34. La experiencia material
de la realidad de la relación social mercancía está presente siempre, su entendimiento por parte
del proletariado en una “situación normal” –dentro de la normalidad del modo de producción
capitalista- generaría una angustia paralizante, por tanto, el mecanismo de defensa “inconciente”
permite aceptar como real su fetichismo, su apariencia como relación entre cosas.
Expresada de esta manera, la ideología resulta ser un “autoengaño” inconsciente, un
mecanismo de defensa psicológico que resulta en un recorte profundo de la realidad y una
reinterpretación, necesariamente falseada (doblemente, en tanto recorte y en tanto engaño) pero
creíble (en tanto conserva elementos de verdad) y con existencia material en las practicas
ideológicas.
Para comprender mejor esto quizás ayude la idea misma de fetichismo en sentido freudiano:
el “objeto fetiche” comúnmente asociado a ropa interior, pies, zapatos, medias, senos, etc.
promueve, en quien observa (y conserva35) practicas fetichistas de esta naturaleza, sentimientos
efectivos de placer (práctica ideológica que reafirma la visión del mundo promovida por la
ideología). El mecanismo por el cual la persona ha adquirido tales fetiches suele tener que ver
con que en algún momento de su niñez, al ver por primera vez a su madre desnuda, 36 y percatarse
de la omisión en ella del aparato genital masculino (y su reemplazo por el femenino) apartó
inmediatamente la vista pretendiendo negar semejante realidad, constituyéndose lo primero que
vio después de eso, en su objeto fetiche, objeto que escondería, en última instancia, su deseo
sexual por su madre. Algo real y cercano al objeto de deseo deviene en objeto de deseo, porque el
verdadero objeto de deseo resulta inaceptable para la psiquis, para la totalidad psicológica
construida a lo largo de toda una vida; ni más ni menos que en lo expuesto respecto de la
ideología, el objeto fetiche es un autoengaño inconsciente, un mecanismo de defensa ideológico,
que resulta de un recorte profundo de una realidad falseada, etc.
Althusser, al referirse a la relación entre ideología e inconsciente, lo hace para criticar la
concepción de falsa conciencia implícita, según él, en La Ideología Alemana, dice que Marx
trata allí a la ideología como los psicólogos prefreudianos trataban a los sueños “Para estos el
sueño era el resultado, presentado bajo un orden arbitrario, imaginario de residuos diurnos,
siendo el día la única realidad plena y positiva.” 37 Pero lo que Althusser va a defender es la
materialidad de los sueños “Cuando nos referimos a los AIE y a sus prácticas, hemos dicho que
todos ellos son la realización de una ideología (ya que su unidad está asegurada por su
subordinación a la ideología dominante). En un aparato y sus prácticas existe siempre una
ideología. Tal existencia es material.”
Ahora bien, después de Freud, el sueño pasa a ser un síntoma, pero no necesariamente un
síntoma de una patología, más bien un síntoma del estado en que se encuentra el inconsciente, es
decir, un síntoma del estado en que se encuentra la relación conciente-inconsciente que se
manifiesta (en el tiempo ya-ahora) a través del sueño. Pero ¿cómo interpreto este síntoma? ¿cómo
logro entender qué es lo que mi inconsciente me manifiesta a mi consciente a través de lo que yo
33
Con este punto estaría de acuerdo Paulo Freire, quien sostiene que si la comprensión de la situación de los
oprimidos no va de la mano de una propuesta transformadora genera una angustia paralizante
34
El conocimiento de la realidad es condición para su transformación, pero solo a través de dicha transformación se
la llega a conocer.
35
En el sentido de que estas prácticas suelen iniciarse en la niñez y se mantienen
36
Se trata, claro está, de una “primera vez” significativa, asociada al desarrollo sexual del nene, y no a una “primera
vez” objetiva de un recién nacido.
37
Althusser. Ideología y...; pg.41
recuerdo que soñé. A través del único camino posible, la interpelación lingüística; así a la relación
entre ideología e inconsciente, hay que vincularla con la relación ideología-lenguaje, en tanto el
lenguaje es el único mecanismo que permite llegar al inconsciente desde la conciencia Éste
mecanismo “garantiza” que aquello que está haciendo presión para salir (y hace agua por todos
lados en forma de diferentes síntomas) sea canalizado, “trabajado”, concientemente, y apropiado
al mundo más o menos armonioso, reestructurando tal armonía, redefiniéndola si es necesario,
pero manteniendo la coherencia (siempre más o menos contradictoria) de cierta concepción del
mundo y del lugar del “paciente” en ese mundo.
Volviendo a la ideología como el inconsciente social, que tiene su existencia material (sus
síntomas) en las prácticas ideológicas, y sus perversiones (sus prácticas por fuera de la
normalidad dominante) en las acciones de lucha y de rebeldía contra un orden impuesto que no
coincide con la materialidad de las prácticas en la estructura (la lucha del buen sentido con el
sentido común); tal ideología debe ser tratada igual que el inconsciente, utilizando el lenguaje
para descubrir en ellas la concepción ideológica no manifestada (en “Freud y Lacan”, Althusser
retoma esto -apenas enunciado en “Ideología y...”. Dice: “Ya había dicho Freud que todo
dependía del lenguaje; la precisión de Lacan es que el discurso del inconsciente está
estructurado como un lenguaje”), pero no cualquier lenguaje es útil (nada más cargado de
ideología que el lenguaje) sino solo aquel lenguaje desprovisto de ideología (de acuerdo con
Althusser), la ciencia, la única ciencia que cumple tal requisito (la única con derecho a llamarse
ciencia) es el materialismo histórico. “Es necesario estar fuera de la ideología, es decir, en el
conocimiento científico, para poder decir: yo estoy en la ideología. La acusación de estar en la
ideología siempre vale para otros, nunca para sí (a menos que se sea realmente spinozista o
marxista). Esto quiere decir que la ideología no tiene afuera (para ella) pero al mismo tiempo
que no es más que afuera (para la ciencia y la realidad).”38

“…”fue justamente el lenguaje del materialismo histórico (su método aplicado por Marx)
el que desentrañó el misterio del fetichismo de la mercancía.

“Tal reconocimiento nos da solamente la “conciencia” de nuestra práctica incesante (eterna) de


reconocimiento ideológico, pero no nos da en absoluto el conocimiento (científico) del
mecanismo de este reconocimiento. Ahora bien, en este conocimiento hay que ir a parar si se
quiere, mientras se hable en la ideología y desde el seno de la ideología, esbozar un discurso que
intente romper con la ideología para atreverse a ser el comienzo de un discurso científico (sin
sujeto) sobre la ideología” 39

”comprobamos con todo este esquema que la representación ideológica de la ideología está
obligada a reconocer que todo “sujeto” dotado de una “conciencia” y que cree en las “ideas”
que su “conciencia” le inspira y acepta libremente, “debe actuar según sus ideas”, debe
traducir en los actos de su práctica material sus propias ideas de sujeto libre.
En realidad, si no hace lo que debería hacer en función de lo que cree, hace entonces otra cosa,
lo cual da a entender que tiene otras ideas que las que proclama y que actúa según estas ideas,
como hombre inconsciente.
Esa ideología habla de “actos” nosotros hablaremos de “actos insertos en prácticas”. Y
destacaremos que tales prácticas están reguladas por rituales en los cuales se inscriben, en el
seno de la existencia material de un aparato ideológico.
Diremos pues, considerando solo un sujeto, que la existencia de las ideas de su creencia es
material, en tanto esas ideas son actos materiales insertos en prácticas materiales, reguladas

38
Althusser. Ideología y...; pg. 56
39
Althusser. Ideología y...; pg. 54
por rituales materiales definidos, a su vez, por el aparato ideológico material del que proceden
las ideas de ese sujeto” 40

El problema que quizás pueda percibirse en este razonamiento tiene que ver justamente
con el carácter no ideológico que Althüsser le atribuye al materialismo histórico, abandonando
por tanto toda complejización de vínculo entre materialidad y representación. Existe, a mi juicio,
una tensión permanente en Althusser entre la comprensión de la subjetividad como una resultante,
compleja y contradictoria, de la lucha entre las representaciones de realidades materiales
distintas. La subjetividad es aquí una totalidad compleja y contradictoria organizada desde la
ideología, que le da sentido al naturalizar para el sujeto sus propias condiciones de vida en el
capitalismo. Esta concepción entra en tensión con la manera en la cual Althusser trabaja la
oposición ciencia-ideología, donde parecen enfrentarse la pura verdad a la pura falsedad, donde la
verdad de la ciencia interpela a la falsedad de la ideología y la desnuda triunfando sobre ella. No
descubre aquí el materialismo histórico los elementos de verdad que, ocultos en la ideología, le
dan sentido la hacen creíble, y le dan fuerzas; no, aquí la ciencia no desfetichiza la ideología, sino
que se le impone a fuerza de razón, parece olvidar Althusser que esa razón es también ideología.

La metáfora del espejo


Un breve cuentito para amenizar la lectura
Un grupo de jóvenes defensores de los derechos de los animales se entera de que a su pueblo está llegando un nuevo circo, con
payasos, malabaristas, trapecistas, un hombre bala y un león...

Interpelados por su condición de defensores de los animales se sienten


obligados a liberar a la bestia salvaje de las garras del animal humano y
mantenerlo en la casa de alguno hasta poder devolverlo a la India.
Tras grandes proezas consiguen abrir la jaula y, animalito manso criado
entre humanos, el León los acompañó. Ya en la casa los jóvenes se pusieron a
jugar con el felino e imitaban mutuamente sus gruñidos, hasta que a uno se
le ocurrió jugar frente al espejo. Leoncio, apenas vio a esa fiera que le
miraba desafiante, gruñendo y sacando los dientes, esos colmillos afilados
que parecían reclamar sangre y esa lengua que se relamía ante su alimento,
cayó al suelo victima de un paro cardíaco...
Claro, criado entre humanos Leoncio no había tenido nunca a una mamá que
le dijera: “nene: esa es tu imagen reflejada; sos vos ¿ves?. La de al lado es
mami, saludala...”

El ser humano requiere que alguien de autoridad suficiente le reconozca su propia


identidad para reconocerse en ella. Sin la figura de autoridad (el Sujeto) que nos dice “ese sos
vos”, que nos reconozca nuestra identidad en el espejo, no somos capaces de reconocernos en él,
(claro está, nunca nos habíamos visto ¿por qué ese nene voy a ser yo?) 41. Somos sujetos en la
medida en que un Sujeto nos reconoce y nos reconocemos en él, y esto porque justamente no
somos “individuos” sino seres sociales. Yo soy lo que soy para mí, pero soy para mí lo que el
Sujeto me dijo que soy, y el Sujeto también es lo que es para mí, pero también es para mi la
imagen que él me dio de él; solo la experiencia material (y/o la interpelación de un nuevo Sujeto)
puede hacerme modificar la noción del mundo construida a partir de la identidad que tengo
gracias a la interpelación primera. Pero para que tal noción del mundo decaiga, primero debe
decaer la autoridad que, para mí, tiene el Sujeto primero.
40
Althusser, op. cit. pg.49 y 50
41
Con los animales pasa algo similar: ¿quién no puso alguna vez a un cachorro frente al espejo y observó como aquel
empezó a ladrarle a su imagen como si de otro perro se tratara? De todas maneras me queda la duda de cómo un
perro supera ese trauma. ¿Freud o Lacan no dicen nada al respecto?
Vemos nuestra imagen reflejada en el espejo de la ideología; como todo espejo, aún el más
pulido, representa una imagen recortada y deformada de la realidad (además de invertida).
Miramos con atención el espejo de la ideología y nos reconocemos en él, pero nos reconocemos
dentro de un entorno, el espejo no muestra una imagen de mí, muestra una imagen de mí en el
mundo, una imagen del mundo (invertida, deformada, recortada,...) dentro del cuál estoy yo; el
espejo me dice que el mundo existe, que yo existo y que yo tengo un lugar en ese mundo. Mejor
dicho, me dice cuál de todos los mundos “posibles” es el que existe, y cuál de todos los posibles
es mi lugar allí. El espejo ideológico devuelve una imagen ordenada, armónica y sobre todo
indiscutible, uno puede bailar frente al espejo, saltar, cantar, dormir, pelearse, emborracharse...
pero no puede salir del marco del espejo porque desaparece; está sujetado a los límites del marco
ideológico, no porque el espejo, pobre instrumento inerte, lo obligue, simplemente porque
correrse de los límites del espejo implica dejar de existir, y encima hacerlo concientemente.
Como si un ciudadano de la Polis griega decidiera el auto exilio.
Esta es la metáfora del espejo, nos reconocemos en el espejo al momento que tras
preguntarnos quién está ahí, alguien, de cuya autoridad no dudamos, nos dice que nosotros.
Somos ciudadanos porque el Estado nos dice que lo somos, así como somos hijos de Dios porque
la Iglesia así lo afirma. Pero la figura de autoridad, antes de responder a nuestra interpelación
acerca de nuestro reflejo en el área que le compete, debe ser una figura de autoridad en esa área.
Nuestros padres son nuestros padres antes de decirnos que la persona en el espejo soy yo, y que
no es una persona sino un reflejo; esto podría ser una imagen verdadera de una realidad falsa 42,
pero solo en tanto yo juzgo que el espejo es la imagen perfecta de lo que yo percibo, entiendo,
juzgo como real. Un daltónico viendo una foto en blanco y negro es incapaz de percibir que ésta
carece de colores, para él esa foto será una imagen real de la realidad, para quien no es daltónico,
para quien está afuera de la ideología, la imagen, en su carencia de color no representará la
realidad, y con razón podrá decir que la realidad del daltónico es falsa. El científico, colocado por
fuera de la ideología ve el reflejo real de una realidad falsa, pero es incapaz de ver aquello en lo
que es ciego: los límites de su propia ideología. Los términos en que se define la verdad son
subjetivos e ideológicos, pero en algún momento tengo que ponerle fin al relativismo, y si no
puedo decir qué cosa es la verdad (¿por qué lo que ocurre en la estructura es más real que lo que
ocurre en la superestructura?) podré al menos afirmar qué cosa no es cierta. Sé que la foto en
blanco y negro oculta cosas, sé que el espejo del laberinto de espejos deforma más que el de mi
baño y que aun el mejor espejo invierte los términos, y sé que mi identidad de ciudadano
brindada por el Estado Argentino, vale menos que mi identidad de clase brindada por el
materialismo histórico, ¿pero no está el materialismo histórico suplantando aquí la figura de
autoridad? Yo me reconozco en mi ideología (porque mi ideología me hace sujeto libre de
reconocerme en ella o adoptar alguna otra) y defiendo con los mejores argumentos que puedo
elucidar la posición de sujeto que mi ideología me otorga.
Hasta aquí la ideología aparece como identidad, y si bien me parece que toda construcción
de identidad pasa por este camino de la interpelación en términos Althusserianos, que toda
construcción de identidad requiere de un estudio sociológico; las identidades que me interesa
desarrollar, muy brevemente, en este trabajo son aquellas que más se vinculan a la identidad de
clase, a la posición que los sujetos libres sujetados, tenemos en el presente modo de producción;
en suma, aquellas identidades que más tienen que ver con la reproducción de las relaciones de
producción dominantes; me concentraré en la Religión (como resabio y resignificación de una
identidad precapitalista) el Estado, la familia y, finalmente, la escuela, para cerrar con el AIE que
más me interesa a efectos del presente trabajo, sin olvidar que desde la óptica de Althusser, óptica
que a este respecto comparto, iglesia, familia y escuela son aparatos ideológicos de Estado.

42
Frase de Althusser que aún intento comprender
El Estado
El hecho de tratar al Estado por separado remite a que la identidad que brinda el Estado
está a la par a la que brindaba la religión cristiana en el feudalismo y se coloca muy por encima
de las identidades brindadas por sus aparatos ideológicos. Mi identidad de ciudadano argentino,
brindada por el Estado nacional, está antes que la de hincha de Independiente, estudiante,
docente, comerciante...
Podemos tomar algunos párrafos del ejemplo que nos da Althusser respecto de la
ideología religiosa cristiana (pg. 59) y modificarle las referencias a la religión por referencias al
Estado:

“Si consideramos que la ideología liberal (burguesa, capitalista, etc.) se dirige


precisamente a los individuos para “transformarlos en sujetos”, interpelando al individuo
Pedro para hacer de él un sujeto libre de obedecer o desobedecer al llamado, si los
interpela de tal forma que el sujeto responde `Si, ¡soy precisamente yo!´; si obtiene el
reconocimiento de que ellos ocupan exactamente el lugar que ella les ha asignado como
suyo en el mundo, una residencia fija (`¡es verdad, estoy aquí, obrero, patrón, soldado!.´).
todo este procedimiento que pone en escena sujetos ciudadanos, está dominado por un
fenómeno extraño: tal multitud de ciudadanos posibles existe solo con la condición
absoluta de que exista otro Sujeto único absoluto a saber, El Estado”

Al momento de nacer soy ciudadano, gozo de derechos y obligaciones, pero


fundamentalmente de identidad, pero no de cualquier identidad, se trata de una identidad que me
nombra, y ese nombre ya tiene una carga: la identidad universal de ciudadano se combina con la
identidad particular de la persona nombrada, pero esa identidad particular solo es posible gracias
a la identidad universal. Y esta universalidad es mayor que la de ser miembro del aparato escolar:
en algún momento entré al jardín de infantes, en algún momento terminaré de pasar por todos los
escalones que este aparato se quiera inventar, pueden ser muchos y puedo tardar mucho en
transitarlos todos, pero sé que algún día no habrá más escalones, dejaré de ser estudiante o
docente; además, el grado de identificación provocado por cada escalón tiende a ser menor que el
anterior, a medida que nuevas identidades pelean por ser el espejo fundamental que nos otorga
nuestro lugar en el mundo; es mayor que la de ser miembro de una familia, mi familia está
compuesta de ciudadanos, es más, si “la familia es la base de la sociedad”, la sociedad (el
conjunto de ciudadanos) es más abarcativo que la familia; esta universalidad quizás no sea mayor
que la proporcionada por la iglesia: la condición de hijos del Señor parece ser incluso más
abarcativa: todos los seres humanos, desde la óptica de cualquier religión monoteísta actual,
somos hermanos, hijos de un mismo Dios, incluso quien no ha sido iluminado por mi Fé (Dios lo
tenga en la gloria por más que lo mande al infierno por pagano) Meterse en un debate religioso en
este punto sería más que infundado, pero sí quiero dejar en claro que, por más que el contenido
ideológico de las principales (mayoritarias) religiones se autoafirme como universal absoluto, las
prácticas ideológicas propias del modo de producción capitalista tienden a anteponer los valores
propios de una ideología cuyo Sujeto es el Estado. 43 Esto, dado que no tengo manera de
comprobarlo, lo dejo simplemente como hipótesis, hipótesis que mínimamente refuerzo en el
parágrafo siguiente al referirme a la disputa entre Sujetos a través del sujeto. De todas maneras
vale agregar lo siguiente: solamente hay dos Sujetos, que, al pretender reclamar para sí el núcleo
duro de la ideología, que al promover un modo de producción diferente, disputan con el Sujeto
Estado y la noción de ciudadano, uno, como ya mencioné, es la Iglesia, aparato Ideológico de
Estado principal del Feudalismo; el otro es el materialismo histórico y su sujeto el proletariado, el
43
Si el Estado, tal como dijera Lenin (El Estado y La Revolución) es el Estado capitalista, y si, como dijera
Poulantzas, es, además, la condensación material de las relaciones de fuerza bajo la égida de la fracción dominante
dentro del bloque en el poder, entonces la ideología que tiene como Sujeto al Estado es justamente aquella que yo
identifico como “el núcleo duro de la ideología”
modo de producción necesario para que el materialismo histórico devenga en núcleo duro de la
ideología es, sin más, el Comunismo. Así, desde el análisis de la ideología puede llegarse
perfectamente a la misma conclusión que realiza Lenin (y muchos otros desde Marx en adelante)
a pesar de su “Teoría descriptiva del Estado” que según Althusser (¿con qué cara?) desarrolla
Lenin en El Estado y la Revolución 44: El Estado (capitalista) debe ser destruido, el Estado obrero
(la dictadura del proletariado) se irá extinguiendo
Si bien esta segunda parte es más conflictiva, resulta satisfactorio haber llegado, por la vía
de un análisis superestructural a la misma conclusión que otros han llegado por medio de un
análisis material. Seguramente, necesariamente, los conceptos son compatibles, lo que se afirma
acá en realidad no es nada nuevo: no alcanza con destruir el aparato de Estado, no alcanza con
hacer la revolución armada. Otras armas son también necesarias, las armas de la crítica, las armas
de la ciencia, de la filosofía, del arte: las armas de la ideología, de la visión del mundo del lugar
que ocupamos en ese mundo. Dejo al último parágrafo, el destinado a la “oposición” Ideología-
Ciencia, algunos pareceres respecto de este último punto, solo adelanto que sí, que la ideología es
eterna como el inconsciente, porque forma parte de la subjetividad, y que sí, que hay una
ideología proletaria, rechazar esto equivale al rechazo de los autonomistas a la necesaria
centralidad del partido de clase en un momento revolucionario, o a la defensa de una revolución
pacifica por parte de los socialdemócratas, o al rechazo por parte de algunos pretendidos
trotskistas a la guerra de posiciones .
Tenemos (latente quizás) una ideología, un núcleo del buen sentido que debe articularse
en una contrahegemonía, y la lucha es, necesariamente, también ideológica.

La Iglesia 45
Respecto de la Iglesia no hay demasiado que decir si no se quiere repetir lo argumentado
hasta acá y calcar a Althusser. Lo que sí me parece pertinente agregar es que el aparato ideológico
del Estado Iglesia remite a lo que Weber llamaría un ethos pre-capitalista, la moral cristiana, que
bien respondió como AIE dominante durante el feudalismo y que se fue adaptando, con sus
sucesivas reformas, a las necesidades del nuevo modo de producción; hoy presenta un desfasaje
respecto del desarrollo de las fuerzas productivas. La famosa “culpa cristiana” (lo mismo que “la
culpa judía”) deviene en una traba moral, una contradicción de identidades, una lucha entre
diversos Sujetos a través del sujeto.46
Si la ideología religiosa persiste (no quiero referirme acá a las muchas sectas, como los
mormones, creadas especialmente por el capital) es porque algo de ella sigue siendo útil al núcleo
44
“La definición de Estado como Estado de clase, existente en el aparato represivo de Estado, aclara todos los
hechos observados en los diversos órdenes de la represión. Aclara esa sutil dominación cotidiana en la cual estalla
lo que Lenin llamó, después de Marx, la dictadura de la burguesía.
El Estado es ante todo el aparato de Estado. No solo el aparato especializado cuya existencia y necesidad
conocemos a partir de las exigencias de la práctica jurídica (policía, tribunales y prisiones) sino también el ejército
y, por encima de este conjunto, al jefe de Estado, al gobierno y la administración.
Presentada en esta forma la teoría marxista—leninista del Estado abarca lo esencial”
45
“Dios se define a sí mismo como el Sujeto por excelencia, aquel que es por sí y para sí.
Dios es el Sujeto, y los innumerables sujetos del pueblo de Dios, sus interlocutores interpelados, sus espejos, sus
reflejos. Dios necesita a los hombres, el gran Sujeto necesita a los sujetos tanto como los hombres necesitan a Dios,
los necesita incluso en la espantosa inversión de su imagen en ellos” (Althusser; Ideología y...; pg. 59)
46
Al respecto podrían citarse numerosos ejemplos en películas producidas dentro del marco especular de la ideología
neoliberal. Pero prefiero la parodia del capitulo de los Simpsons donde “roban” cable. Lisa expresa claramente la
moral cristiana y su culpa, moral que aquí es útil al capital en tanto evita que el ciudadano medio se exceda al
moverse entre los límites de la ideología; moral que se vuelve perversa a la hora que un capitalista “sienta” que está
explotando “demasiado” a sus trabajadores. (y que vuelve a ser necesaria cuando el trabajador se “siente culpable” de
hacer huelga –como muchos docentes o médicos, con el argumento simple y llano; Volviendo a los Simpsons:
“¡Alguien quiere pensar en los niños!”)
duro del modo de producción: “en dios confiamos” versa el dólar norteamericano, y su presidente
manda una guerra santa contra los países paganos47.
Otro elemento de supervivencia de esta ideología es la familia, cierta concepción de la
familia que fue a su vez muy útil al fordismo en su búsqueda de la estabilidad y la predicibilidad
de sus trabajadores, pero hoy esta función de la familia choca contra el momento de desarrollo de
las fuerzas productivas y las relaciones de producción.

La familia
Al igual que la iglesia, la familia, como institución y como aparato ideológico, persiste y
se reacomoda. En la familia es donde se aprende la primera asignación de roles, el concepto
mismo de división del trabajo. El espejo nos brinda a nuestra familia en el mundo y a nosotros en
nuestra familia. Las opiniones de nuestros padres, mediadas ellas por los innumerables AIE nos
interpelan, porque en nuestra infancia nuestros padres son los Sujetos que nos convierten en
sujeto. Althusser considera de relevancia absoluta la cantidad de años que el cachorro de humano
pasa en instituciones educacionales, pero parece olvidar por momentos la relevancia para la
psiquis de con quién, donde, y cómo se viven los primeros años. La psiquis del niño, su visión del
mundo y de su lugar en el mundo se forma en el seno familiar, he allí la raíz ideológica. Es
verdad que en “Freud y Lacan” retoma esto con mucha más fuerza, pero si allí su análisis
“psicológico” es más profundo (mucho más profundo) pierde, en parte, su vínculo con el tema de
la ideología.
De nuevo: no quiero repetir a Althusser, en Freud y Lacan pueden encontrarse todas las
etapas del desarrollo psicológico, de la subjetividad, de las primeras Interpelaciones por las que
atraviesa un cachorro humano hasta devenir en adulto (“No son grandes porque quieren, son
grandes porque el cuerpo les crece solo” –Mafalda). Mientras recordemos que estos pasos tienen
que ver con la formación ideológica, alcanza para considerar el enorme papel que juega la familia
como aparato ideológico del Estado en el modo de producción capitalista.
Pero la familia presenta un problema, reproduce sin duda lo que di en llamar el núcleo
duro de la ideología capitalista, pero conserva (y esto lo desarrolla muy bien Gramsci) elementos
precapitalistas (fundamentalmente valores religiosos) y lo que quizás sea más grave: pretende
mantener, dentro de un mismo marco especular, diferentes anillos ideológicos. “Ese sos vos y este
es tu lugar en el mundo” le dijo la escuela, la iglesia, el derecho, la radio, etc. al abuelo, a la
abuela, a los papas, a los tíos, al niño...; pero se los dijo en diferentes momentos, las ideologías
periféricas, los anillos de la ideología, tienden a irse modificando, la lucha de clases y de
fracciones de clase afecta a la superestructura, pero afecta mucho más rápidamente su contenido
explícito que sus prácticas, que su existencia material. En el seno familiar cada espejo ideológico
refleja a los demás y pretende darles su lugar en el mundo, discernir cual tiene más razón es una
tarea sumamente compleja, el Sujeto padres nos brinda, dentro de nuestra identidad de sujetos, la
libertad de buscar nuevos Sujetos (dentro de los límites del espejo familiar). Recurrimos entonces
a una autoridad mayor, a otro Sujeto, a la escuela, es la escuela la que nos ayudará a
reposicionarnos en la multiplicidad de espejos que es nuestra familia 48

La Escuela
“El AIE que ha sido colocado en posición dominante en las
formaciones capitalistas maduras, como resultado de una
violenta lucha de clases política e ideológica contra el antiguo

47
Esto fue escrito durante una de las invasiones norteamericanas a Irak, pero aunque varíen los “países destino”,
hasta ahora, desgraciadamente nunca ha dejado de tener validez.
48
Desde ya, hay familias en las cuales no existe tal multiplicidad, que a lo sumo se mueven dentro de los marcos de
las libertades de un solo espejo. Pero esto suele suceder más bien en familias con una sólida formación religiosa o
política, lo cual no representa la generalidad.
AIE dominante, es el aparato ideológico escolar”. (Althusser;
Ideología...; pg. 34)

Althusser dice que la dupla ideológica familia—iglesia ha sido reemplazada por la dupla
escuela—familia, que la escuela, el AIE “escuela”, reemplaza a la Iglesia (ni más ni menos) en su
posición de aparato ideológico de estado dominante. Esto tiene su explicación, en parte, en el
proceso de secularización que acompaña al modo de producción capitalista. La iglesia que
responde más directamente al núcleo duro de la ideología de un modo de producción feudal (en
tanto que la familia cumple roles más cercanos al carácter de “eternidad” de la ideología que
menciona Althusser: “la ideología es eterna como el inconsciente”) ha ido perdiendo funciones
asociadas fundamentalmente a la posesión y transmisión del Saber. La iglesia se adueñaba de la
filosofía, de la interpretación del mundo, de la explicación de esa interpretación: el Sujeto, Dios,
no interpela directamente a los sujetos, sino a través de la iglesia, su Papa, obispos y sacerdotes,
eruditos en la palabra divina, única palabra incuestionable en tanto pertenece al Sujeto, así, el
poder de interpretar las sagradas escrituras ubica a la iglesia en el lugar de un universal concreto,
Dios, el universal, está, existe materialmente en la tierra, sólo a través de la iglesia.
El capítulo XXIV de El Capital (Marx) nos ilustra en parte el proceso histórico que fue
corriendo a la iglesia de ese rol central ocupado por ella durante el feudalismo; La reforma
protestante y el espíritu del capitalismo (Weber) nos señala algunas de las transformaciones al
interior de este aparato ideológico en su lucha por no desaparecer, por adaptarse al nuevo modo
de producción, y, de ser posible, por seguir siendo dominante (cierto éxito ha tenido). Pero si bien
es cierto que la Iglesia no solo no ha desaparecido, sino que conserva un rol sumamente
importante dentro del sostenimiento del núcleo duro de la ideología capitalista y como garante de
las relaciones de poder internacionales, también es cierto que le han sido arrebatadas unas cuantas
funciones (y que día a día pierde terreno).
Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza; el hombre crea al Estado a imagen y
semejanza de Dios49: el proceso de la separación entre la iglesia y el Estado es llevado de la mano
por, ¡oh my god! San Agustín y Santo Tomás, hombres santos, es decir, interpretadores de las
sagradas escrituras, es decir, profesionales de la ideología, insertos en la ideología dominante y,
por si fuera poco, en el aparato ideológico de Estado dominante. Pero a no asustarse, porque
Calvino y Lutero, lo mismo que aquellos, aunque un poco “menos santos”, no hacen más que
acompañar, desde la superestructura ideológica (jurídica, política, cultural...) cambios
fundamentales que acontecen en la base material misma del modo de producción: la escisión,
violenta, entre el productor directo y los medios de producción, proceso que incluye,
necesariamente, la expropiación de bienes de la Iglesia y la quita de facultades, entre ellas la de la
exclusividad de la enseñanza. El Estado absolutista, creado a imagen y semejanza de Dios, pero
por los hombres, se alza al lado de esa iglesia como el nuevo espejo en el cual los sujetos pueden
reflejarse y verse como ciudadanos, al lado, los domingos, pueden ir a verse en el otro espejo, ese
que les dice que son siervos del Señor; pero el nuevo espejo es más grande, les da, en potencia
primero, en concreto después, la posibilidad de elegir diferentes identidades religiosas, les grita,
les susurra: “tengan el dios que quieran... su nuevo Dios es el Estado”.
Pero esa iglesia que desde las catacumbas romanas ayudó a destruir un imperio (imperio
quizás podrido por dentro, pero que aún se sostenía bastante bien) no podía ceder tan rápido,
“interpreten las escrituras como quieran, la iglesia puede sobrevivir con diferentes dogmas, pero
sepan que toda interpretación debe ser aprobada por nosotros, Dios no escucha a los paganos, a
menos que se confiesen y sometan”. El modo de producción del cual la iglesia servía de AIE
dominante había sucumbido, pero hizo falta más que la acumulación originaria para terminar con
su superestructura.

49
Parafraseando a Hobbes en “El Leviatam”
La escuela es el lugar que encuentran los liberales del S XIX y principios del S.XX para
disputar poder ideológico con la iglesia; la escuela es el lugar de la Ciencia, en oposición al lugar
de la Fe. La Fe no requiere confirmación científica (si hay que demostrar la existencia de Dios es
porque algo está fallando). La Ciencia desecha (y escupe sobre) la Fe. El científico es el poseedor
de saber: primero el científico de la Ilustración, con su diosa “La Razón”; luego el científico
positivista, cuyo saber se basa en la observación empírica y la experimentación, (no el filósofo
que se ampara en la suposición, al cual difícilmente pueda refutar argumentativamente, pero el
cual seguramente no puede hacer experiencia de su verdad ¿dónde está la caverna de Platón?
¿dónde la paz perpetua de Kant? No sé si existen o no, no me importa si son posibles mañana,
solo sé que lo que veo, siento, mido y comparo existe, del resto no se nada)50
El Profesor es un hombre de ciencia, se eleva sobre el resto en su sabiduría, sabe más del
mundo que la mayoría de los mortales, y su poder es reconocido por el Estado, es un “erudito”.
La carrera de maestro, por su parte, hace que el Estado, antes de reconocer en el portador del
título tal carácter de portador de saberes por encima del resto de los mortales, controle cuáles
saberes poseerá.51
A la Escuela lo que es de la Escuela, a Dios lo que es de Dios. A la escuela la facultad de
enseñarnos lo que tenemos que saber para movernos en este mundo, junto a sumar, restar y
escribir “bien” aprendemos roles de autoridad y subordinación, aprendemos cuándo es lícito
hablar (de qué y con quién) y cuando callar, cuando ser solidarios y cuando pisar cabezas; cuáles
próceres fueron buenos, cuáles “malos” o que todos actuaron obligados por “su tiempo” (Roca
agrandó la Patria; masacro aborígenes, o hizo lo que cualquiera hubiese hecho en su lugar y en su
contexto: “no corresponde juzgarlo”)
"Terminada la primaria una gran masa de niños caen en la producción, obreros y
pequeños campesinos. Otros continúan y terminan cubriendo puestos de pequeños o
medianos cuadros.”
“Una última parte llega a la meta, ya sea para caer en la semidesocupación intelectual,
ya para proporcionar además de los “intelectuales del trabajador colectivo” los agentes
de la explotación, de la represión y los profesionales de la ideología.”
“Cada grupo está prácticamente provisto de la ideología que conviene al rol que debe
cumplir en la sociedad de clases: agentes de la represión o de la explotación o
profesionales de la ideología que saben tratar a las conciencias, con el respeto, es decir
el desprecio, el chantaje la demagogia convenientes adaptados a los acentos de “la
moral” o “la virtud”, etc.” 52
Pero esto no termina acá. Lo precedente podría resumirse en un falso esquema mecanicista: la
estructura económica se modificó, por tanto el aparato ideológico dominante (la ideología de la
vieja clase dominante) no servía más, por lo tanto la nueva clase dominante se ampara en un
nuevo AIE desde el cuál construye su ideología gracias a la cual domina. Un análisis de estas
características sería muy equivocado: primero porque la suplantación del AIE iglesia por el AIE
escuela fue un proceso de lucha (que de hecho hoy continúa, saliendo a la superficie cada vez que
una nueva ley de educación pretende brindar, por ejemplo, educación sexual) porque como ya
adelanté en su momento, la escuela es un terreno de lucha permanente, lo que Althusser, pese a su
pesimismo,53 reconoce; es un lugar donde el antiguo AIE dominante, las fracciones de la clase
50
Ver en: Eagleton, Ideología, pg. 95, una historización de la vinculación entre la escuela y la ilustración
51
La vinculación con el modo de producción previo permanece; religiosa por una parte, en tanto el término Profesor
proviene de la palabra “Profeta”; mientras que el termino Maestro, proveniente de Magíster (presumiblemente
mago), designaba la categoría máxima de un oficio en los gremios medievales. Lo cual hace suponer que un Maestro
vale menos que un Profesor. No por nada en la universidad tenemos profesores y en la primaria maestros.
52
Althusser; Ideología y...; pg. 36 a 38
53
“Pido perdón por esto a los maestros que, en condiciones espantosas intentan volver contra la ideología, contra el
sistema y contra las prácticas de que son prisioneros, las pocas armas que pueden hallar en la historia y el saber
que ellos “enseñan”. Son una especie de héroes. Pero no abundan y la mayoría no tiene siquiera la sospecha del
“trabajo” que el sistema (que los rebasa y aplasta) les obliga a realizar, a poner todo su esfuerzo y empeño en
dominante, y las clases subalternas confrontan diariamente54 (cada acto escolar es una
materialización de esa lucha). Si bien es cierto que el punto clave señalado por Althusser, la
concepción de la neutralidad del conocimiento “transmitido”, es decir: la negación práctica de la
existencia de la lucha de clases, el mito de La Ciencia como elemento revolucionario que rompe
con la Fe y se acerca a La Verdad por encima de Las Opiniones, esta concepción no deja de estar
en el nivel de la conciencia, es lo que se ve, lo que se dice, es parte de la teoría construida
armoniosamente para que el mundo no se derrumbe. Althusser mismo deja en claro que la
practica ideológica pasa (también) por otro lado; habla ni más ni menos que de Ideologías
insertas en prácticas...; por todo esto yo considero que su pesimismo no es coherente con su
desarrollo teórico.
Dejando aclarado entonces el primer punto: no se trata de una cuestión mecánica en tanto
hablamos de un proceso histórico conflictivo y de un área que aún hoy es terreno de lucha
ideológica privilegiado, pese a que, efectivamente, tiene en él más poder la clase dominante, y
aquella fracción de ésta que por más tiempo logre controlar este AIE. Propongo pasar al segundo:
no hablo de un AIE dominante, sino de una dupla (escuela—familia); mejor dicho, creo que la
escuela no podría ser el AIE dominante en la formación social capitalista si no fuera por el lugar
que la escuela tiene dentro de la familia. No se trata solamente de los años que se pasan “adentro”
de la escuela, sino también, por lo menos al principio, pero en un principio claramente
significativo, del lugar que “el templo del saber”55 tiene dentro del AIE familia.
Retrocedamos un poco: el Estado, en tanto Sujeto en el MPC (modo de producción
capitalista) interpela a los individuos con la identidad de ciudadanos, les da la libertad de tener la
religión que quieran (incluso de educarse en su Fe), pero dentro del marco del espejo Estado, la
Ciencia se opone a la Fe, la neutralidad del saber científico disputa, y en muchos aspectos
suplanta, la Verdad que provenía anteriormente de la Fe religiosa, acusándola de “dudosa,”
demostrándole que es indemostrable (“el mundo fue creado en 7 días”, dice la iglesia; pierde la
batalla con la ciencia arqueológica y responde “es una metáfora” o “los días antes eran más
largos”, para caer finalmente en “yo no tengo por qué cuestionar la palabra de Dios” 56). Esta
Ciencia Neutral se atrinchera en el AIE Escuela. Decía más arriba (La metáfora del Espejo) que
para que la noción del mundo previa decaiga, primero debe decaer la autoridad que, para mi,
tiene el Sujeto primero (para suplantar la Fe en Dios por la fe en La Ciencia, primero debe decaer
la autoridad que para mí posee, si no dios, al menos sí la iglesia) Agrego lo siguiente: para que
adopte una nueva noción del mundo, necesito que alguna figura de autoridad señale mi imagen en
este nuevo espejo y me diga: “ése sos vos”. He perdido mi fe en la iglesia, perfecto, pero ¿por qué
voy a tener fe en la escuela.? Fácil, porque antes de reconocer al Sujeto Estado, reconozco la
figura de autoridad dentro de mi pequeño Estado familiar; la misma persona que me dijo “ése sos
vos”, me dijo, tiempo después “tenés que ir a la escuela, tenés que aprender a leer y escribir, tenés
que hacerle caso a tu maestra,...” y llegué un día a la dichosa escuela, y una señorita, vestida de
blanco, con voz maternal me dice “yo soy tu segunda Mamá” (no sé si a alguien se le habrá
ocurrido en ese momento, a mí no, pero hoy me pregunto si entonces la directora es mi segunda
abuela, o si uno viene a ser el segundo hijo; pero algún mecanismo psicológico seguro que

cumplir con la última directiva. Contribuyen con su devoción a mantener y alimentar esta representación
ideológica de la escuela, que la hace tan “natural” e indispensable”Idem. Pg. 38
54
“Los AIE pueden no solo ser objeto sino también lugar de la lucha de clases, y a menudo de formas encarnizadas
de lucha de clases... la resistencia de las clases explotadas puede encontrar el medio y la ocasión de expresarse en
ellos, ya sea utilizando las contradicciones existentes, ya sea conquistando allí posicioines de combate mediante la
lucha”; Idem. Pg. 28
55
Manolito (de la tira Mafalda, de Quino) se pregunta si este año le pescará la vuelta a la liturgia... Otra vez la
escuela buscando su legitimación en el viejo AIE dominante
56
Resulta interesante agregar que en algunas escuelas de EE-UU se está enseñando el “creacionismo”, en
complemento a la teoría de la evolución, como una “probabilidad más” del origen de la vida en la tierra, es decir, con
status científica.
mueve, porque alguna vez me dijeron que uno nunca se olvida del nombre de su primera maestra
de primario, y yo aún lo recuerdo, no así con las maestras de jardín, y sin embargo, la
“sociabilización” fuera de casa ¿no empieza en jardín de infantes?)
Perdón por perder momentáneamente el hilo, retomando el análisis de una manera
esquemática: el niño es interpelado por su madre y se reconoce como sujeto, libre, pero con
deberes de hijo en el rol que ocupa dentro de la familia. La madre también ocupa un rol dentro de
la familia, es libre de no mandar a sus hijos a la escuela 57, es libre de enseñarles los principios del
anarquismo y de la lucha armada revolucionaria (y quizás lo haga) pero sabe que “debe” mandar
a los pibes a la escuela. El AIE escuela actúa sobre los padres diciéndoles que sus hijos no serán
ciudadanos plenos, no serán sujetos, si no atraviesan por esas aulas en las cuales una señorita,
poseedora de cualidades maternales a la vez que disciplinadoras, y portadora del saber y la
verdad, diestra en el arte de enseñar aquello que los padres quizás sepan, pero seguro que no
saben transmitir porque ¡no hicieron el Normal! ¡No hicieron el profesorado! (y aún si lo
hicieron, la distancia necesaria entre el educador y el educando no existe entre una madre y un
hijo).
Cuantos más escalones avance el niño más cerca estará de la ciudadanía plena; padres y
maestros saben que después de los primeros pasos el niño ya andará solo, que a lo sumo la
amenaza: “si no estudiás te vas ya mismo a buscar trabajo” alcanzará para disuadir al querubín
más haragán (y si no, habrá llegado hasta lo que “le da”: “porque eso de la universidad no es para
todos ¿vio doña?, es que el Cacho es medio vago”; o duro, o zonzo; o está en otra; etc., etc., etc.)
El Estado interpela a la familia, la familia “al angelito de la casa”, y éste es disfrazado de
escolar, llevado a empujones a la escuela, a la cual luego irá con resignación, reconociendo más
tarde que es un fastidio necesario, hasta que por fin, si tiene suerte, elige por sí mismo una
carrera.
SI el AIE operó como corresponde, el muchacho o la muchacha sabrá perfectamente como
comportarse en el área laboral que le toque, sabrá como comportarse como ciudadano, lo bueno
que es votar y lo libre que es de elegir entre las opciones políticas a su disposición, como
trabajador de planta, como personal administrativo, como investigador de área, como supervisor,
jefe de piso, gerente, accionista, etc...Poseerá, para ello, tanto los saberes técnicos como los
valores, costumbres y cuidados protocolares necesarios. Y sabrá, si tiene hijos, que debe
educarlos de manera tal que vayan a la escuela, no a cualquier escuela, a la escuela que
corresponde dado el status del AIE familia al que pertenecen, con la esperanza de que el AIE
escuela de sus hijos le brinde un status mayor.

Disputa (ideológica) al interior del AIE Escuela


La disputa de clase, revestida de disputa teórica (manifestada en los contenidos
programáticos de las materias) o de disputa pragmática (en las consignas y acciones del
movimiento estudiantil y los sindicatos docentes) al interior de la universidad no hace más que
graficar de un modo casi grotesco la misma disputa de clase existente en los otros niveles del
aparato educativo. El docente universitario tiende a tener mucho más en claro su lugar de clase
que el docente primario, pero esto es quizás solo una apariencia, basada en el hecho de que,
efectivamente, dado el lugar que ocupa La Ciencia en el MPC, el lugar donde se produce
“legítimamente” ciencia pasa a ser un terreno “natural” de disputa. Los intelectuales orgánicos de
uno y otro bando se atrincheran en las universidades, porque el margen de disputa es menos
estrecho a medida que se asciende; el control directo sobre los programas y métodos de
enseñanza parece infranqueable en la escuela primaria, y parece inexistente en la universidad;

57
Es cierto que en Argentina existe una ley de escolarización obligatoria, aún así, la cantidad de chicos des-
escolarizados habla de esta relativa libertad de los padres de enviar o no a los chicos a la escuela.
parece, porque la ideología existe en las prácticas, y se mueve con mayor sutileza que un
fantasma.
Los Centros de Estudiantes (universitarios, terciarios y secundarios) por una parte, y los
Sindicatos docentes por otra, son la cristalización del grado de cohesión y consenso de los
sectores populares involucrados directamente con el aparato escolar; si bien es cierto que la
mayor radicalización del movimiento tiende a estar en el estudiantado, toda mínima victoria
requiere indudablemente de cierto grado de unidad de los dos sectores, intentando lo más difícil:
superar la identidad atribuida por el AIE y reconocerse en la identidad de clase.58
Finalizo este punto con una breve reflexión: las viejas consignas “unidad obrero-
estudiantil”; u “obreros y estudiantes: ¡unidos y adelante!” no hacen más que graficar la
existencia material de todo lo dicho hasta ahora. EL obrero, ícono de la existencia material de la
clase en la base (estructura); unido al Estudiante, ícono de la existencia material de la clase en la
superestructura. La victoria del proletariado, la destrucción del Estado capitalista, requiere que se
libren como una misma dos batallas: una contra la estructura capitalista y la forma en que se
producen mercancías en el capitalismo, contra la explotación de la fuerza de trabajo; la otra
contra la reproducción de las relaciones de producción, contra la forma en que se produce fuerza
de trabajo en el capitalismo, contra el AIE dominante. No se trata de luchar contra las fábricas y
las escuelas, se trata de luchar contra la clase capitalista en las fábricas y en las escuelas, atacar su
base material y su base ideológica de reproducción en tanto clase; sin olvidar, nunca, que para
que lo viejo termine de morir lo nuevo debe terminar de nacer. La disputa ideológica no es el
infantil rechazo a los planes de educación porque sí, sino la imposición de una contrahegemonía,
de un AIE dominante propio del proletariado y necesario para el Estado de transición (durante el
estado obrero, en el cual subsisten las clases pero la clase dominante es el proletariado), después
no hay más Estado ni clases, yo creo que sigue habiendo ideología, lo que requeriría más
desarrollo, pero prefiero detenerme acá antes de entrar en contradicciones.
Porque si creo que seguirá habiendo ideología es por el carácter eterno que el propio
Althusser le asigna; y él mismo cree, y yo comparto, que solo se puede percibir una ideología por
fuera de ella (porque una ideología, para sí misma, no tiene afuera). Pero él parece sostener que,
por fuera de la ciencia burguesa, que efectivamente es ideológica, se encuentra el materialismo
histórico, que es una ciencia que se encuentra por fuera de la ideología. Esta concepción haría
necesario el desarrollo de la oposición entre ciencia e ideología en Althusser, que
desgraciadamente excede los fines del presente texto.

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El estudiante, en tanto tal, no posee identidad de clase. La identidad de clase proviene de otro lado. Lo que si puede
hacer el movimiento estudiantil, y de hecho muchas veces lo hace, es asumir como propia la posición política de la
clase obrera y ocupar “barricadas”, pero las barricadas que debe ocupar no son las mismas (como suele creer por
ejemplo el PO) que las de la clase obrera. El movimiento estudiantil ocupa un lugar específico en la lucha de clases,
como intelectuales y productores de conocimiento. Esto no implica que llegado el momento no deba también poner
el cuerpo en la lucha directa, pero de momento su obligación es poner la cabeza, que es parte del cuerpo.
Bibliografía

Althusser, Louis (1999). Ideología y aparatos ideológicos de Estado; Freud y Lacan; Ed.
Nueva visión; Bs. As.

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Etchegoyen, Miguel (2003); Educación y ciudadanía, la búsqueda del buen sentido en el


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