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¡Alaba a Dios!

“Ahora ciñe como varón tus lomos; Yo te preguntaré, y tú me contestarás.”


Job 38:3 (RVR60)

Job quería conocer los motivos de tanto sufrimiento, había cuestionado a Dios y Su
justicia y quería hablar cara a cara con Él para cuestionarlo. Ha llegado el momento
deseado para Job, un momento que tal vez había imaginado de otra manera. Dios le pide
que se prepare, pues ha llegado Su momento de hablar y comienza a lanzar una gran
cantidad de preguntas que llevan a Job a reconocer que Él es quien tiene el control de
toda Su creación y que es Todopoderoso. Dios no contesta las inquietudes de Job, por el
contrario, le hace muchas preguntas, pues Job y su sufrimiento no eran el centro. Lo
realmente importante es Dios y Su obra en nosotros: formar a Jesús en nuestras vidas. A
través de cuatro capítulos, Dios fue mostrándole a Job cuán complejo era el universo,
pregunta tras pregunta, Dios lleva a Job a reflexionar sobre Su grandeza y quién es el que
sustenta cada detalle, mostrando a Job su falta de conocimiento, en contraste con Su
Omnisciencia.
Al igual que Job, nuestra mente es muy limitada para lograr comprender la sabiduría
insondable de Dios, por lo que debemos confiar en Su conocimiento y soberanía, sin
importar las dificultades que estemos pasando, aunque Dios no nos revele Sus motivos,
aunque sintamos que no merecemos lo que sucede, simplemente alabemos al Señor,
pues la alabanza será una señal de fe y confianza en Él y el antídoto para la queja y el
desánimo.

Oración
Señor, cada día Te alabaré como un reconocimiento de Tu soberanía y majestad, pues Tú
estás por encima de cualquier circunstancia. Tú eres digno de Suprema Alabanza, aquella
que no depende de lo que sienta, vea o suceda, solo Tú eres digno de recibir la gloria, la
honra y el honor. ¡Amén!

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