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4. Los sistemas terapéuticos como generadores de lenguaje y sentido «La estructura es un producto incidental de procesos in- toraccionates», Erich Jantsch (1975) El diseurso dela terapiay el sistem formado porese dis: ‘curso se circunscriben en contextos culturales; sociales, po. i Esto incluye los diversas niveles de pericia profesional pereibida (médiea/no ‘médiea, doctoral/no doctoral) y los diversos ambitos de préctica (piblico/privado, hospital/consultorio externo). ‘cuenta estor contostos y eulturas dentro de los cuales ellos y ‘sus clientes viven y-trabajam. ‘En nuestra sociedad, la terapin i sido tradicionalmente En las Ultimas déeadas a= hha ido produciendo un cambio: la-torapia 9e-usa-cada vez~ ‘Lamayoria delos terapentas y de ‘quienes disenan y administran sistemas terapsiuticos perte- nocen a un efreulo privilegiado que se caracteriza por no te- ner los mismos valores y experiencias que sus clientes. Las ‘penden de factores come las elrcunstancias rocioecemon- ‘coldgicas em bog: La voz dominante, la vos profesional do- ‘marginales—minorias sexnales, econémicas, etnicas, reli siosas, poiticas y racial ia, A veces sin ‘quererlo, a veces a sabiendas, los terapeutas suby gan 0s 110 T * crifican a sts clientes en aras de las influencias de este on- fexto mds amplio, que es primariamente patriareal, autort tario ¥ jerarquico. ‘ea cultura local de la terapia y el contexto organizacio- al también condicionan In composieién de loa sistemas Cerapeuticos. Las tradiciones y convieciones de un sistema fsistencial ~-sea publice o privado, #0 trate de un servicio de salud mental comunitario, un refagio para vietimas de \iolencia dounestion o un grupo de préctiea privada—son los pardmetros que definen eémo pienaan y trabajan los tera- peutas. Influyen, por ejemplo, sobre el puntode vista de una ferapeuta aceren de quidnes deben participar en el sistema {de tratamiento; si a terapeuta es vista como un miembro de tse sistema, y en qué posicién; la Frecuencia de las sesiones yladuraciéa de la torapia, “ELcancepta de.coproduccién de sistemas linguistions “nas humanos su participacin en ellos. Lanueva perepee~ tive sugiera una.colaboracian-entre terapeuta y-clients-que “hc jonda.a ser menos jerdruica, autoritaria y dualista, y-mis ‘horizontal, democratica ¢ jgualitaria, El-sistema terapéa- >> inde erapeniny ents colsden etna partcpe code Sonlinilany covlaccionan ln etan-dal fratamsento ‘La miama conviceiin se extiende a nuestro respeto por lis conversaciones a que da lugar el problema Faera dol con- seltorio, ‘Todas las decisiones acerea de quiénes deben participar en las sesiones, exndo, ¥ de qué hablar, oo toman colaborati- vamente sesién por sesién, conversacion por conversacion. a distintiva de mi-enfoqe. a Los sistemas sociales como sistemas de lenguaje ‘Anderson y Goolishian, - Pulliam y Winderman, 1986 jan y Winderman, 198055, TEE orgen, _ plo, «eélo *ce-expliean”-dentro-de una conversacion (Shot ter, 1995, pag. 67). Lossistemas-y-unidades sociales'se for -man-cando le gente se agrupa a propéaito de Lemas espe- -Galmente importantes “Dende este punto de vista un sistema terapéutico es up cee ter : ‘erapéulico.no esl producto dela organizacion social. Los ea ee neral definida en tdrminos de «problemass) Son producto ‘ll domino lingdtstic, y existen s6l en nuestra descrip. clones, en nuestro lenguaje. Son-narrativas que evalicio- ‘Bn cambio, Jas conceptualizaciones: de los sistomas Jiu -manos basadas.on estructuras sociales (por ejemplo, las tac- definen a las personas por - "las soctologieas parsonsianas) delo-de ta eebolla (individuos, parejas, familias, comunida- des), La conceptualizacidn de los sistemas hurnanos como sistemas de lenguaje también contrasta con los puntos de ug. vista que ven a los sistemas (por ejemplo, a las familias) 6o- ‘mo ereadores de problemas, Los problemas existen en el lenguaje La mayor parte de quienes busean torapia dicen tener un -problemay, Yo pongo la palabra problema entre comillas por varias raza nes. No quiero sugerir que privilegio al problema sobre La solucidne, palabra que también pongo entre comillae, por razones similares. No distingo entre chablar de problemas ¥ shablar de solucioness, porque no erco que wna categoria Ge conversacién sea dtily la otra inttil. Cualquier foco te indtico puede ser dialégico o monologico, ‘No me gusta ninguna de las palabras, debido a los signifi: ‘eados que han adquirido en el discurso dela torapia, Em roa me =a Be un sentido que Realidades enfrontadas alguien atribuye, una narrativa que alguien ha desarrolla. 4 Goenqunsadpeclescarcopesiiecdslamatiescns: Lon problemas.son acontecinienton. posicioneslingis- ~nicacionaly de lenguajeen-laquesurge, -ticas que suelen interpretarse y-describirse de manera con- Deere sacs | ae : -yondo las torminclogine ycatogorasaiapmosticas‘apare:,_| °K thmentoetala varacionesrslcomiraimin decreas cre i miscmentndenttablamodoeaignopara‘< |” ena inque wn freon orn ce een oe lon yasiatan Aenea ties tetera ie ge ees eee cere eevee ales el iid nila, gripe da tcabnja omsommdad. Dead it Hictors como un feotictan, Gada nandaastangecbonaes a Soom una reatiaad cufotrameats destiacahie osc z producto de doseripeiones, do una construccisn social, Loe menudo, para cuando la gente lega al consultorio del tera- pproblemas no pueden separarse de las.conceptualizaciones. peut, estes. multiples puntos de vista son tan discrepantes osu obeervador, il : Los.rasgos quo-atribuimos-a-los proble- | _que os participantes pareeen envaeltos er lo que he llama: ‘mas; por ejemplo, eldesorden depersonalidadquevemosen | ‘do realidades enfrentadaa (Andoreon, 1986; Anderson ¥ ‘Sainian, a6 Toe terpeea hat a xporana Set hee cane Sieerneees eee eee renee ae yee fa eo Deere ee tinte Encuesta att ron’ a steverncan dengan, | Ziveyhlmintsnwoltes steiane wten aad (1982) de que cualquier accion y su descripcion estan suje- | ciones compulsivas (por ejemplo, padres enviados a terapia co aeaee man | Weare eee ecemoctere “Gn obi no tants dts membre [ive teen us ochre ningun pala al pe hapentiontrmmewentcomenpobnetapinacce | benign d'getti a tiensitarnd Ota Scweproiome intuyendgtnusanndecicmrielt * | eh elnie of rwani teas veuios apse s BI | Gustine bro danvene tars eure rapes “f'n amar erat opt eee eal ‘mdhas vests piensa guelaterepia eee | ee | ‘std on terapia por algo que es un problerna para tra gente, hasta donde los atolladeros terapéuticos conciermen a una falta do ospacio para la cocxistencia de realidades taille (Anderson, 1988, Anderson y Goolishian, 1986). ‘Yo prefiero pensar y hablar sobre cualquier problema oF como evolucioné-el dilema, de qué se trata, de quién os la desde una perspectiva de realidades multiples, en lugar de ‘so puede doacubciran-qus conetate-l pesblema sender “mente, Onde suctso o experiencia del queelterapenta toma -conocimiento ea aflo un relate de une historia, wn recon sede histori, una verdad dentro de tna gama polieronndti- eadoverdaden. Bl terapeuta no se entera de la verdad inal | | terable, sino apenas de una versin del problema, en wn mo- mento jen un contexto expecifices ‘Tanto en la peicoterapia come en Ia cultura on general, ‘un disgmostico implica que el objeto y el metodo de indaga cidn se apoyan en supuestios ectables, tales come los del am Dito biomédico, El diagndstico.opora como un csdigo profe- ‘sional, cuyafuncion es recoger, analizar y ordenar datos que ‘estin a la espera de ser descubiertas. Conforme se encuen- tran similitades y redundancias, los problemas se situan en, tun sistema de clasificacién basado en défieit, por jomplo el DSM-TY. Bl supuesto es que hay un problema, que existe bajo a forma de una pauta tipiea asociada con alguna eate~ jgoria particular de problema. Hete-modowetectivesco= de ‘En un sentide mas amplio, = {te marea de referencia se basa en el suptesto de que el ies ‘guaje es representacional y puede deseribir con precisién ‘una realidad susceptible de ser observada, Yo he abandonado el punto de vista de que un terapeuta es.un receptor independiente, «un integracor mis bien pasi vode la informacion disponibles (Jones, 1986, pag. 42), que recoge y clasifica datos sobro un mapa dingnéstico:Awmimo~ F descubierta; no necesita cor dingnosticndo, rotulado, arre- “lado, resuelte osolucionade. Esas ideas se basan en el pun- tode vista dualista de que hay una realidad objetiva y, den- tro de ella, un problema con caracteristicas verificables, ‘También Mevan a un proceso de confirmacion conduetal, por elenal la creencia de una persona acerca de otra influye 60 bbre las conductas y crea la realidad (Gergen, 1852; Jones, 1986; Snyder, 1984). Como lo sugiere el ~Cruer-e8 ver~de ‘Yon Focrster (1984), tendemos a descubrir loque creemos ¥ 1o que buscamos. Yoagregariay »-por las-misinas-razones— _que creer escuchar. bor eonsiguiente, nucstros-mapas-de 116 Wi eR a Ege || oe-nescomunieativas identifica como tal, nto Semple, lose tico. Un hombre dice que los servicios de salud de su em pleador lo derivaron a terapia individual por au sdesorden, Shsesivo-compulsive-, y agrega: «Si no trabajo en esto, mi mujer me va a dejar Una mujer dice qua le acaban de ro- hhar'y quiore terapia para averiguar si ce maneja bien, oes demasiado codependienten ‘tes, hastlos en la toorta-o en nuestra experiencia; delos que depende. contacto co Estos supuestos \Glempre presentes, en mayor o menor medida) pueden ha- cernos ver, escuchar y encarar al cliente y al problema de tina manera que nos cierre a otras postbilidades, Por ejem= plo, seria facil excachar autodiagndsticos y problemas que requieren terapia individual. 2 Yo reo que es un error suponer que los problemas de cualquier categoria (por ejemplo pales, alcoholism, abuso sexual) Son invariables y tienen explicaciones singzulares, Como escribimos Harry Goolishian y yo (Anderson y Goolishian, 19885), : Esto es, la terapouta aleanza un dieggndsticy ba Sado en sua ct (pag. 389, las bastardillas son mia). (Creo preciso abandonar el pensamiento que enfoca los sistemas y problemas humanos referidos al individuo, la fa~ milla, las topologias grupales y las eategoriaa nosolégicas. ncjante universalteaeién modernista oxcurece Ia comple: Ssingularidad y riqueza de los acontecimientos y de la ‘nvoluerada. Suelen pregguntarme, por ejemplo: <6 mo trata el abuso infantif?», «{,Cémo trata los desordenes de Twalimentacion?.. Elaupucate implicito en estas eucstiones ‘es que cada tno de estos problemas se presenta siempre con Ins miamas enracteristicas, El cambio de pensamiento que sugiere puede resultar violente a los terapeutas que ereen, a7 * ‘que el objeto de tratamiento es tn sistema definido por la ‘teoria social Gndividu, pareja, familia, grupo), y que el tra tamiento repara un defecto (easgo palolégico} del sistema, Supraordinado. Cuando-le-terepente-aprendo-a.pansar se~ ‘insistemas alojados unos en otros, adetectar dofectos con Sosiobere ie eipal daa Kanincaan aspera RUS ete aloe tnleset cetaceans © legitimidad, confienzey predecibilidad-tanto-al profesional -como.al cliente (Gergen, Hoffman y Anderson, 1995), es de- cir, sirven a au finalidad, eocialmente constraida, Una vex ‘que alguien ha adquirido una caja de herramiontas tera- péuticas, completa y con manual de instrucciones, basada ‘Sh esta nocion jerarquien, In incertidambre y el ret a lofi mliar implicitas en un enfoque colaborative pueden ser mo- tivo de perturbacion, ‘Comparto el punto de vista de Schén (1983) sobre el pa polenttito, a menudo ignorado, deo que él llama el process de establecimiento del problema, «el proceso interactive por eleual nombramos las cosas @ las que prestaremes nuestra tencicn y acotamos el contexto dentro del eval les prestare= ‘mos atenciéns (pag. 40). Este proceso senala el camino y de- termina si podemos resolver el problema: esto os, puede convertir una situacion problematica en un problema tra- bajable o no trabajable. Un-enfoque-colaborative trate de Sistemas relacionalee miltiples, simulténeos y Superpuestos [No lon plenco como sistomas organisados en eatratos jerar- ‘quicos, es deci, come un sistema mas pequeno (por ejemplo, familia o pareja) dentro de un sistema mae grande (por {Gjemplo, servicios de proteccisn del nitio o albergue para mujeres), Algunos de estos sistemas pueden presentar rea- idades similares, otros pueden divergir, algunos pueden ser interdependientes; otros, independientes. Cada uno de estos sistemas tiene au propia agenda y aus propins expec: {ativas, a menudo diferentes entre st y de las nuestras. Co sua tgrgcenstane patielpenoy ox IIE Seem ET — oe -profasionales y-nuestras vidas personales... ‘Como trabajo con personas que quicren aprender a ser terapeutas, oa ser terapeutas con mejores resultados, suelo participa temporariamente, en diferentes faneiones, en las Terapias de otros, yellos partisipan en las mias. Tradicionsal- mente este es el papel del consultante, pero yo me veo como tuna ferapeuta visitante (Anderson y Swim, 1893, 1995).Lim Aaterapia de otro Las veteas mucus y eb cniservare. Durante un seminario con un grupo de estudio, uno de Jos participantes pidie a Harry que hieiera una entrevista de consulta con wna familia que él habia estado viendo en una ica de saltsd mental comunitaria. Mi funcicn era facili tar la discusidn entre os participantes on cl seminario. Pro- Sentaré aqui informacidn sobre la entrevista y la famili {que me parece pertinente pars el tema delos sistemas mil ne Liplos, simultsneos y superpuestos, y para cl de los terapeu ‘Pedi al terapeuta que contara a Harry, a mi ya sus co- legas eudles eran sus abjetivos para cuales, ‘.6u juicio, oran los de la familia, Tasbien le pad que nos dijera lo que a su juicio nosotros necesitabamos saber acer. cade la familia y su trabajo con ellos, El terapeuta dijo que tenia dos objetives para la entrevista: obtencr salgunes ideas frescas» acerca del easo y sobservar» nuestro trabajo clinieo. Ellterapeuta describié a la fmilia: un padre, un hijo de ieeinueve arios con diagndstico de esquizofrenico y recien- temente daclo de alta en un hospital psiquistrico, un hijo de dieciocho anos, una hija de algo mas de veinte afios y la hija do esta dltima, de tres aos. Todas extaa personas vivian en casa del padre. La terapia, declaré el terapeuta, marchaba -basicamente bien», El dnieo problema era que la fasnilia, fen particular la hermana, «se negaba a reconocer el progre se del hermano, y que la hermana era chostiley -sobreexi- fentes tanto hacia el hermano como hacia el terapeuta, Sas criticas del hermano y de la terapia eran -persistentes y es- tridentos». Hasta co habia quejado al director de la clinica [Luoge de que el terapeuta nos dija lo que a su juicio era importante que supiéramos sobre la familia y sobre su tra bajo con ellos, invite Tos coleyas del terapeuta (que partici. arfan en Ia entrevista, como yo, desde detrés del espejo lunidirvecional) a compartir sus reflexiones, Interesados por lainformacion clinica, aportaron muchos comentarios, ent cas y sugorencias para beneficio del terapenita consultante, Harry. Uno de los miembros del grupo era el director de la lines, que también era supervisor del terapeuta, El terapeuta invite a todos los miembros de fa familia a 4a consulta porque le parecié que eran indispensables para Sostener y fomontar cl progreso del hermano, El joven, sus hermanos y la hijita de la hermana Megaron para la entre vista, Desde detris del espejo, ofmos una vay referencia a ‘que el padre estaba sestacionando el automevil. No queda: ‘mos del todo seyuros de haber vido bien, purque transcurria casi una hora antes de que el padre logara. Harry no eo: ‘ments en vez alta, ni interprets para sla tardanza del pa- Are. En cambio, lo ineluyé en la conversacion dicatra y cle ‘antemente, como un cocinero que ares elaras de huevo a 120 luna mezela sin perturbarla integridad de la mezcla original nila de lng claras, Antes de que Ilegara el padre, los hermanos hablaron so- bre la madre, que habfa muerto afi antes, y de la conducta violenta quo ella solfa tener y sus efectos sobre la hija. Tait bién hablaron de otra hermana, de quien dijeron que haba tenido problomas similares a los del herinano y que habia cometide svieidio dos afios antes, arrajanclose a las vias del tren. Estos des parientes muertos eran miembros impor: tantes del actual sistema del problema. Hablaron, ademas, sobre la nicta de tres altos y sobre el papel significative que sumplia en la familia, 2Quienes eran los miembros de los sistemas relacionales| —superpuestos, cambiantes— que fbaimos encontrando, ¥ con los que participsbamos en el curso de la consulta? Bi te otros, eran los familiares que vivian juntos: los miem> bros de Ia familia y el torapoutay el terapeuta y ou supervic 0m; el director de la eliniea ls eolegas del grupo de estadio, 3 por supuesto, nosotros y el grupo de estudio. Cada siste: ‘ma enffentaba multiples problemas y agendas que le eran pertinentes. Alfinal del dia, partos do estos sistemas relacionales in- tersccantes se disolvieron. El grupo de estudio continuo st conversacidn activa pero no diacutié la familia. El terapoutt y la familia continvaron hablando juntos en varias combi ‘naciones. Las conversaciones entre el terapouta¥ el supers visor se disolvieron porque pingune sintié la nocosidad de continuar hablando sobre la familia. Mas tarde, Harry y el terapeuta se escribieron y hablaron on confarvsicins acerca dela familia. ‘Yo sé que a algunos este toma les puede parecer dema- sindo simplista y obvio, Pero muchos terapeutas y maestros {do terapoutas sblo lo reconocen eaando se meten en dificul tades. Entonces pueden empezar a condenar aun sistema a otro por estorbar sus esfuerzos. Esta condena es coherente on la explicacion de la teoria dle Ta cebolla, seguin Ia eval cl sistema supraordinado esla causa del problema, Deasracior ‘damente, cada vez mas se ha buscado en la familia tino do festos sistemas que causan el probleme, wt Le defimicia cle tr fornia wr stetarna Petactomal Ea-mi perepectiva,de famnitienoeniste, No hay una fami lia; la familia no existe dentro de un mundo social rarifica. do, Pare 1afyla familia eouna reelidad basada er-lacomuni ‘eaciém, Por consizuiente. hy tantas-lemilias-como rien oma Es to no quiere decir que no doy valor a la familia. ba ambi, como en el més a para nuestra identidad. Es elcontexto intimo.en el aue viv, mos. jiembro la La definicion de una familia segin la percibe la madre, por gjomplo, no es la misma quo la definicion del padre o de Ia terapauta. Esto no quiere decir que cuando Ia terapeuta centra en elconsultorioy've a una familia, no vea a una fami- Tia, sino qu ‘sr experience profesor panonetee ba nocon So Jos conceptos multiples de una misma familia naturalmente Tova ala pregunta de eudl es la familia que encuentra Ia te rapeuta: Ia de la madre, la del padre, la de la persona der- vante o la dela terapeuia. ‘Creo que pensar en familia puede ser tan oseurecedor y tentrampante como pensar en topologias y categorias, De- fine a prion quién debe ser vistoy por qué, sin considerar la situacion tinicay la singularidad de los individuos que se co- omaagn ntre ey oon a tarapoutaacren do un problems, ee . Bsta popularidad también ha dado Toga once eben egs ages ae rejor calificado para diagnosticar y tratar famibas, quien festa mojor ealificade para entrenar terapeutas familiaros. ‘Me parece que estas cuestiones de propiedad son vacuas, “Fevuderytorapin famaliar han vena a indica tna m0" dalidad pir tratarsina configurseidn social prrtieal 18% 122 ‘me humans y ns problemas. Este concepto puede oscuro- Ger la aplicabilidad del enfoque de los sistemas relacionales otras asociaciones humana; por ejemplo, individues, gra pos de trabajo, grupos de edad'y sistemas sociales mas ex- Hoy es casi imposible dar a la familia un signifieado vini- co, porque las familias vienen en muchos tamafis, formas, y variedades, incluyendo las que tienen relaciones de san’ gre y las que no (Goolishian y Kivell, 1981). Bl término fax Ya sea en {hsentido estrecho de una familia dada, oen una perspect ‘ya cultural mas amplia, Ia familia adopta iuchas formas idiosinerdsicas. Histsricamente, en el campo de la ealud, mental familia significaba la unidad tradicional de madre, padre y nifioo nifios, Bate era el sistema familiar al que 8 Fefertan la Investigacion psicolégiea y Ia terspia familiar Después las diseiplinas comenearon a definir familiae trad cionales modificadas — familias con un sola progenitor, fa iliae postizas, familias trigeneracionales— y en fin otras cuyos miembros no presentan relaciones por consanguin dad ni por alianza matrimonial familias de trabajo, pare jis del mismo génoro, familias de amigos — como si todas cs tas variaciones pudieran ser conocidas y definidas tambien [La idea de familia nafre fuortes cambios hasta inchiir ane, res. Desgraciadamente, las teorias psicoldgieas basadas en luna teoria social sobre organizacicn, papel y estructura no hhan considerade estos cambios niles han hecho lugar. Ade ‘mis esas definieiones se mezelan con infinidad de estereot- ‘pos, mitos, prejuieios, anatemas y valores que se imponen & clientes y terapoutas, os limitan, y en definitiva les impi dden ver én cada familia un conjunto de individuos que ven el istoma relacional llamado familia seqsin st propia defi nieioa, “tina familia, siempre trabajamos con descripeiones axplt- Por una parte, la terapeuta trabija con todas estas familias sin olvidar que el concepto guufa es en si mismo una cons truccion social. Por otra parte, sin embargo, con respecto 8 los sistemas lingufeticos relacionales, la terapeuta trabaga 12a con soree rolacionales multiples que se autodenominan tna familie. Esto vuelve a calocar al individuo en el consultori, ‘Si las estructuras sociales se desdibujan y pierden im- portancia Ins distinciones de terapin del individtio, dela pa ejay de la familia, la torapia misma se envuelve en contro versias. Surgen diferencias entre terapins modernas y pos- modernas, y entre Ins diversas terapias posmedornas. So trata de distineiones importantes en mi enfogue. ;Como son tentonees los sistomas que encontramos distingwidos en cl @ominto de la terapia? ‘Bl problema distingue al sistema Los problemas viven y respiran en el lenguaje. Elingua- Jean, el Somunicarse sobre un problema, configura un siste- ‘ma social: problemas producen sistemas." El problema de- tormina al sistoma. En algn momento Harzy Gooolishian ¥ yo ussamos las expresiones sistemas determinados por pro- blemas, sistemas orgunizadores y adisolventem de proble ‘mas, o sistemas de problemas para designar a estos conjun- tos de personas comunicativas, a estas unidades sociales (Anderson y Goolishian, 19882; Anderson, Goolishian, Pu: iam y Winderman, 1986; Goolishian ¥ Anderson, 19872, 19875). Coneeptunlionmosel-sietema del problema come-an- sistoma de accion social, orgemizado por el lingwajenr sobre “bes = too-tomar italoe qu la gents define como problemas _sstemas de problomas, igual que los problemas, aietenven ‘ehtenguaje. Los miembros de un tistema terapeutico se aiglutinan en torno de un problema. Be decir que el eonilo- 2 Bn misma nen Lyn Hoffa (1990, 1999) séntowe No eal stetema oq produce a prabema; ete produce a siiema: C900, pase 51403. pas 20. a4 ‘merado de personas comunicantes que constituyen el siste- ina es determinado por una conexién mutua, el problema, "A diferencia de expecialistas en la tooria social de enton- ces, no erefamos que los individuos, Ins parejas, las familias los sistemas mas extensos produjeran los problemas. La perteneneia al siatema no viene determinada por un papel Social o por una organizacién; ol sistema de terapia puede hoestar demareado por esos limites. Por ejemplo, inelaira a ttn miembro individual de una familia, a partes de wna fa ‘milia, a toda la familia, a personas ajenias ala familia, a in. Udividuos que ee conozcan intimamente 0 que se conozcan ‘muy poco. Incluird a cualquier combinacién de personas: ‘que tengan opiniones acerea del problema y traten de recol- verlo, 209). Es decir que, por varias razones, se ha trastornado ex delicado balance, y las multiples narrativas sobre la pers ‘na osobre un acontecimiento vital ya no rinden las posibili- dades o recursos necesarios. ‘Al rechazar el dualismo de la realidad objetiva y pereibi da, la perspestiva de los sistemas de lenguaje relacionales convierte a la terapeuta en un miembro del sistema de pro- Ihlema. Si bien las teoriaa copvencionales suelen inclu al terapeuta en el sistema de terapia, lo hacen desde uns posi- cién jerdrquicamente superior y mas cepecializada que In el cliente. Bl rechazo del duatismo nos libera de la nocion, de jerarquia. La-terapeuta simplemente ocupa tn lugar er ‘el sistema, junto alos otros miambros. Naas ana experta de cafaers ‘La terapeuta se incluye en el sistema de problema cuan- do se comunica con cualquier otro miembro de ese sistema, por ejemplo cuando conversa con la persona que hace la de. Fivacion 0 con el cliente que llama para hacer tna eta-we Por ejem: plo, puede no haber participado en la decisiin de comenizar tina terapin, 0 a qué terapeuta acudir, y sin embargo ser ‘fectada por las preconcepeiones de los que si participaron, as ‘que tienen sus propias creencias, ideas y expoctativas acer- ade la terapia y la terspeuta. *Neseladesiampran Por ejemplo, un esposo, pariente o amigo puede reco. mendar que otra persona vea a tn terapeuta. Un hombre hhabla con su médico de familia sobre su preocupacion por et, ‘expos, a quien describe eomo -deprimida, «distante- y no Jade siempre». El marido piensa que su mujer deberia ver ‘un torapouta, ¥ el médice llama a une. El hombre le cuenta fa.cu esposa sii conversacion eon el médioo, y que el tera ta oata dispucsto a veria. Cuando la esposa va la cite, le dice al terapeuta que ella noleinteresa estar allty edo ha ido para apaciguar al marido, Advierte que, no importa le que haya dicho el marido, ella no ests deprimida y no nece: Sita terapia, Su version de su nueva conducta es bastante distinta a la del maride: ala no la ve como depresién, sino ‘que la relaciona con la influeneia de un grupo da accién co. smunitaria on cl que participa, Cabe imaginar que la mujer tenga expectativas acerea del terapeuta, que la conoce solamente a través de los ojos del mario y el médico de Ia Familia, ‘La ancedota ilustra la nocién de seres relacionales msl- tiples, constraidos socialmente. nhatural que esta mujer, como cualquier eliente que haya {do derivado por alguna otra persona, creyera que el ters pouta ya tiene cupuostos acarea de ella. Ela podria conelair que el terapeuta ha aceptado Ins versiones da su marido ¥ ide su médico acerea de cémo es ella y por qué ests alli. Las ‘ercencins de los clientes acerca de nuestros supuestos pre. den a la vez influir sobre la presentacion que hagan. Es im- portante, por le tante, que el terapeuta se comporte de ua manera que yo caracterizo como tncongruente con las e- pectivas de ia clients. Bi-terapeuta debers-moxtrar a la- mujer que-se-interasa cn-aprender acerew-de-ella dese el. puntode vista de ella; no desde el de-otro, 136 \ Laparticipaoiénen el sistema dela-terapia En esto enfoque colaborativa, los actoresen ol drama hu- sano de la terapia (los destinatarios del tratamienta) no so Gefinen de antomano, nial comienao de la terapia ni en aly frin otro momento de lla, sabre la base de modalidndes ted Fens, papoles sociales oestructuras come individuo, pareja, familia.o sistema extonso. Estos papeles y ortractoras 20. Gieles no acotan la red comunicacional dla terapia. Nitann- ‘son los observadores internon -objetivoss (por cjemplo [’terapeutao la persona derivante) quienes definen el sis, tema de terapia ‘mente por quienes participan anh. Laie decide sia or Somes involucra one en la terapia ee desigOAcin coma smiombro do un sistema relacional que se he eonstitutde-en tomo-de-un-problemavE] siguiente ejemplo muestra como fottas decisionor extn on matios de los participantes saBltiene que escuchar esto ahorals Una mujer me lamé con urgencia pidiendo hora para ‘una terapia «tan pronto come sea posible». Ansiceamente, agregé: -Quizd cea realmente terapia de divoreio, porque el ‘matrimonio esta terminado-. Dijo que su marido ora sun Dobsesivo de Ia computadara que se sienta frente a la pat. talla dfa ynoche. Ni siquiera reconcce mi existencla, ni qué hablar de mis necesidades», Agreyé que él nose daba cuenta de «lo mal» quo andaba el matrimonio, y que a ella le preo- ‘cupaba que, cuando se enterara, pudiera ponerse -muy ‘mals y =probablemente etuicida. Estuve de acuerdo en ver a la pareja pero me pregunté on vor alta, tentativamente, sila mujer pensaba que seria Util reuniree primero conmigo a solas, Expliqué que, puesto que Ia situacion parccfa tan delieada y critica, por las posi. bles reaceiones del maride, quiza yo dabiera conocer prime. rola situacién y las preocupaciones de ella, La mujer firme. mente dijo «now; ambos ae reunirian coninige juntos ys ‘marido ya lo habia aceptado, aunque con clerta feluctaisia “iE tiene que escuchar esto ahora! dijo, Hiice una eita para verlos a ambos, Dada la informacién Aisponible, inicialmente imagine que el sistema de terapla 127 de problema nos incluiria a mi, « la mujer y al maride. No dlisené la terapia segtin su papel social y estructural —por ‘ejemplo, terapia marital ode pareja—. Simplemente pense jque me reunia con dos personas que definian algo como tn problema. ¥ dadas las definiciones inieiales de los proble- mas presentados por la espoea, lo mae probable era que ella su marido tavieran puntos de vista distintos sobre el pro- blema, donde ubicarle y lo que debia suceder en la terapia, En ate ejemplo, los participantes del encuentro inicial ‘fueron decididos por la conversacion entre la mujer ¥ vo..No creo en un procedimiento fij, a priori, que determine quién hha de ser invitado a la primera Sesion: respete la opinion de In eeposa de que ambos debian eneontrarse con la terapeu: ta, No pensé en llamar por teléfono al marido para obtener sU opinion; acepté la palabra de la exposa de que su marido tenia que venir y vondria con ell, Amigos’ Siempre quiero saber con quién han estado hablando ais clientes. Frecuentemente, ellos han sostenido o sostie- znen conversaciones con amigor. Nuestros amigos suelen en- valverse intimamente en nuestros problemas y nuestros in- ‘tentos por resolverlos, Son nuestros compafieros de conver acid. Nos escuchan, se preocupan por nosotros, nos acon- sscjun. A veces entienclen, a veces no. ,Por qué ne aprovecha: ‘mos mas este recurso? Quiza sea porque los habitos que ‘hemos desarrollado en Ia conduccion de nuestras terapias, ‘0 las ideas profesionales sobre la confidencialidad y los mites, hacen que olvidemos 0 descartemos a los amigos de nuestros clientes ‘auienes conversian nuestros clientes y.que'son recursos tan- a.ellos 'No e# para nada inusual que invite a los amigos de mis clientes # ineorporarse a la terapia, por una ve2 0 en forms testable. La siguiente angedota ilustra tanto invitaciones planeadas como espontaneas, Incluyo aélo las partes de la historia que son pertinentes para esta discusion, 1s (pag. 118); estoes, -como clo ella intentan “colocarse”, “posicionarse” o “situarso” en relacién con quienes los 10 dean» (pag. 122). Shotter seniala que a través del lenguaje odemos desplazarnos a nuevas -posicionce: en relacion con nuestro propio contar, y asa niievas narrativas de no- otros mismos, o biografias (pig. 120). Conceptualizar los sistemas de terapia como sistemas de lengusje caya compo Sicién os fuida y se determina mutuatneata, nas que como sistemas sociales oon una composicion fia ceterminada @ priori por la teorfa del terapeuta, traslada tanto al cliente como al terapeuta a espacios menos confinades. Volvamos ahora sobre el proceso que oeurre dentro de esos espacios. 5. Postura filoséfica: posicién, pericia y responsabilidad de los terapeutas oto se pueite ayudar a otro sin arriesgarse uno mismon Carl Rogers La mayoria de las teorfas terapéuticas ven a los terapeu- tas como expertos objetives, nowtrales y técnicos, conacedo de lo normal y lo patologico, yeapaces de sleer~el mundo interno do otra persona. Dingndsticos, estrategias y objeti- vos se basan en el supuesto de que los terapentas poseen wn saber especializado. Bl interés y Ia responsabilidad recae fn Ia produccién de un cambio gue se consigue por influen- fia y Sabiendo en qué consiste, Estas teorfas postalan una relacin entre un experto y alguien que no lo es, ¥ suponen que una persona puede eambiar # otra, o par lo menos in Aluirla para que cambie, Hay una desigualdad intrinscea centre cliente ¥ terapeuta. Por su parte, una terapia basada fen la ideologia posmoderna de los sisternas linguisticos cola Dorativos propone una pasicion muy diferente para el tera peuta. Cul es la diferencia? ;Cémo se posiciona un tera: outa respecto del cliente? Qué se propone el terapeuta? {Cua es st funcion, st responsabilidad? (En qué sentido es ‘un experto? En m-enfequeternpéticg; eb-interés yl intoncin de terapeuta consisten em-establocer-und oportunidad parerel “didlogosa través deldidlogoyenerenr oportunidades de ae ‘wdeterminacidn. libertad y- posibilidades sinices-para-cada cliontay-au aituacién, en cuya invencior-e perfeccionamien= ta-eldiente participa Estas transformaciones consisten en yrecultan dela ereacidn dialdgiea de una nueva narrativa En otras palabras, 136 Bate punta de vista sobre ol cambio o la transformagige ‘sequiere que adoptemos una posicidn distinta.raspecto de ‘nuestros clientes, ello me rafiero.con la expresion posture: flasdfica am santes, una manera de pensar sobre ellos-y de interactuar Gon ellag (Anderson, 1906). Ms postura flosofica refleja una. "etitud ¥ un tone quesirven da telén de fondo.a mis relacio- ‘ioe cot iae cliente ya proceso terapetice, 7 determinan ‘cha mesiiiioen una convaraneion Fis ina posicion auten- tica, natural, espontaneay sostenida, que adopta una forma Sinica en cada relacidn y discurso. Raintrodace a las perso- Jiente y del terapeuta en el consultorio. Me hage san tance pape ofan como erat ino ‘5 HH papel o fancin como terapeuta, sino _nda bien en mis relaciones con mis clientes. Pe cla aero [a posicion del terapeu- ta porque representa y-alionta una manera de observa ¥ sentir el mundo desde mi vida profesional y personal. Nue tos valores y preferencias —~muostra Flosotia de-vida— Jinfluyen en 1a posicién que-adoptamos-en relacion eon obra “qonte. Es una posicion metaférica, que transmite nuestros ‘tributos sociales y personales, y deviene -parte de nuestra construccion discursiva de historias personales, que otor fran intoligibilidad a las acciones de una persona y Ins deter ninan relativamente en tanto acciones socialese (Hermans, 1995, pag. 976). Un terapeuta se constituye en un recuse _parmynamanerade-sen {.Cuales son las caracteristicas y los aspectos priieticos doa postura? ;Como se expresa en el dominio dea terapia? {De que manera hace posible que un terapeuta participe en tuna actividad conjunta? ;De qué manera alienta un proceso {generativo y promueve una terapia earacterizada por la eo nexion, la coproduccidn y la construccidn? seen, Praber la palabra transformative, que suiere més un chal aa7 Un.enfoque colaborative 20 contra an el siatoma relacien ‘naly-en-el proceso por eleualeltente y terapeuta se asocim ‘Frativns. En este enfoque, In pericia del cliente y del tara euta se combinan y fanden, Pero eudl es el aporte decada eLarea del contenido, ‘Cuando las clientes narran sus historias, pueden sentir y rreconocer sus propias voces, su poder y su autoridad. Un te- Tapeuta ee experto en el area del proctes, en participar con el cliente en un proceso dialdgico de narrativa en primera persona. En cierto modo, los papeles de terapeuta y cliente fe invierten: Bl-eliente-se-convierte en el-macetro,? El-tere- ‘peutaradopta ln postura de -Yo estoy-aqui para aprender so Je.usted. de usteds. Como dijo una joven cliente a su tora: peuta que cometia errores, entendia mal y no sabfa: «Cuan ousted sea famosa como Freud, va.a tener que decicles que ‘yo fal su maestrar. Un terapeuta como creador y facilitador de un espacto y tuna producetin dle didlogo -peuta quiere que cada participante ene conversaciéa sien feque su-versidn ex tan importante. como lax otras, Berane _-posicidin. de muléiparetalidad, en ia eval 40 alia simulta ‘muy diferente de Ja neutralidad, donde se esfuerea por no aliarse oon nadie. Bani experiencia, la neutralidad suele hacer que los eien- tes se pregunten, cospechen, ¥ a veces se canvenzan de que ‘estamos del lade de alguien y creemes en una version mas que en otras. Cuando esto sucede, la gento puede abalan- arse a competir por la aprobacicn del terapeuta, -Lo.queun terapeute colaboratioa noes: A menudo me preguntan si el abandonar la posicién de sepertar no puede llevar a una actitud pasiva,y ei sindagar otro» es suficionce. Estas preguntas fe basan en una no- ign cientifica modernista, segtin Ia cual la busqueda de la verdad y el logro dal saber son fimeamentales, y ayudan a esclarecer lo que los terapeutas no 800, Cuando ta terapeuta es una experta en contenides una conocodora, de historias humanas y de edmo doberian ser contadas 9 ca" tructuradas, y recontadas y reestructuradas—, implicita- mente adopia el papel de experta en narrativas cuya fun ion es editar —guiar o revisar— In historia del cliente. La. ‘conshokjetivade resolver elaitema planteado'por lanarray {ivadel clientes:deea manors; exmbiertennrratia, Para lo, la terapeuta puede modificar, reordenar y dar forma a Ja historia del cliente, haciéndola mas aprovechable desde el punto de vista del terapeuta, O Ia terapeuta puede wde- construir ellenguaje de la narrativa, para reforzar solucio- nes existentes 0 permitir Ia emergoncia de nuevas solu ciones. Desde mi punto de vista, estos intentos de modificar Ja narrativa del cliente conatituyen un trabajo de edicion —revisién, correccion y embeliecimiento—. La tarea de In a9 ‘terapenta no es deconstruir, repreducir'o reconstrair la his- toria del cliente, —tenarracion. ‘La edicién de narrativas ee una cuesta resbaladiza. La posicion de editor de narrativas requiere la pericia techies {ol editor. Bato supone ciortos riceyos, Implica que el tera peuta pose mas eredibilidad, como experta en historias hu ‘manas, que el cliente. Supone que puede «leer al eliente, Convierte a los terapeutas en arquedlogos que creen en la existencia de una historia, con un significado imaginado, ‘que os preciso descubrir 0 volver a eontar. Estos terapeutes corren el riesgo de creer que hay historias humanas univer. sales, y que no hay nuevas historias para escuchar. Corren elriesgo de traducir el lenguaje y la metafora do una narra- tivaen primera persona, al lengsiaje tenico profesional, con sus supueatos acerca de la naturaleza husnana, “Eis preciso sor culdadoso, Siereemos que somos parte de_ “0si creencia, La posicion del editor de narratives, eon sus lesges concomitantes, desestima el lugar del clieite como arte dal cireulo de significado, y hace que la construccion, de significado ocurra en una esféra universal en lugar dela ‘sfera local. Excluye, por ejemplo, ala mujer negra cuyo hijo ‘amenaz6 a un eompanero de escuela con un revolver. Cuan- do ol torapouta adopta la posicién de editora de narrativas, no hay lugar para esta madre; no es su historia. Ala vez, la cexpectativa y el temor de la madre —que el terapeuta no comprenderd su situacién y no pades ayudarla— se ven va lidados. Lo que es mas importante, el papel de editor de na- rrativas es un papel dominante, que ubiea al torapouta on luna posicion jerarquiea y dualista en relacion con el cliente. El riesgo intrinseco es la marginalieacion de In historia en primera persona de la madre, y el apayo al discurso social ominante. Incluso los terapeutas que intentan combatir Cicrtos discursos sociales dominantes pueden, paraddiies- mente, marginalizar a sus elientes cuando suponen que ss contranarrativas (por ejemplo injusticia social, dosigqaaldad, ‘entre los generos, colonizacion institucional) sen mejores. “daar terapeutas.10-con tablas rasan ne pantalla om bla £0, ALigual que-muestros-alionles, low ternpenita= tambien “iraemon a la terapin nucntro saber, experiencia previer: | Pralerancins —nuesteas precomprensiones (Gadamen, 140 7 1975, 1988; Heidegger, 1962)—. Sin embargo, debemos ‘emplo, en un plan preconeebido de cémo el eliente deberia encarar Ia re- tolucion de un problema. Fn cambio, debomos eeperar que esto surja de nuestras conversaciones. see Teneoee eaten te eiiemiar eetatar seers El objetivorno esiesintesis oct coneenso, sino la multiplici aad de-versionesr “Low teraponias no son detectives que deseuoren ta verdad, "No busean ‘ealidades, intenciones osignifieados escondids. No son in Soyadores unilaterales odominantes, niexpertos en definir resolver problemas, ni autoridades sobre lo normal yl pa {oli No sn deseriptores, explicadores 0 iterpretes de las acciones. Son participants ex una convarsacicn, ang, Quiero dostacar quo no se trata de un modo mecanica, intervencionista, decidido de antemano.Giuiado por alclion (Gadamer, 1975, pag. S81); no wn timonel, sino solamente tuna parte de un sistema de influencia mutua, Por ejemplo, ‘es hacerse cargo, ni intervenir; el objetivo.es faci- logo, y a través de ol crear la oportunidad para la ‘emergencia de auevos signifesdos, narrativas, conductas y cemociones. Bterapeuta busca estimular el didlogo interno (Conversaciones sileneiooas-con tno mismo-o ur-etro imsin- mente pasiva o inocente oun enctentro dierent eliaden Paral nogciariplion in Una-«manerarde-sers-verausun-ssisteme:para hacen Cada terapenta ‘aplica esta filogofia a sus relaciones terapéuticas de una manera unica, adaptada a su personalidad y su bagaje de experiencias, y alas earacteristicns singulares de cada si ‘tuacisn terapéation: los individuos participantes, la impor. tancia de la conversacion y su contexto, En otras palabras, Este shacer lo que la ocasidn pide» r= ‘quioro clasticidad. Hey-que poder y querer exmibiar-el pom. da situacidne Lynn Holfinan (comunicacion personal, oct bbe de 1904) lollama cestar Lato para la seclons ‘es incertdumbre que resulta caando el terapeuta trata de adaptar sus palabras, accioncay pensemicntes momen toa momentos sels ser perturbadora, Porque enol mundo ‘ccidontal estamos acnstambrados a la cerisuaire de oa onduetas guidas por recetas Estamos neostumbrados ‘entificar lao estracturas de pensamento y accion de un terapeuta cuando lo vemos en aceiin, Guano ine vemos Ib que esperamos Ver dificlimaginar lo que el terapenta Ihace ova a haccr: Boros, quiets dbscrvin aun terapeuta tue taj com tn enue colaboratve acasn no pean Ee po. Sibte, sin embargo, observar a un terapeutaoa varios tora: Peston por cierto tenapo y encontrar sini y pau. Como i densest in nvastigacicn,tondomeos a abourvar ls aque ereemos ya encontrar le que buseamos Jones, 1986: Rosonhan, 1973; Searn, 1986), Bato ve aplion ala investiga. on mere, ‘Con in tio do esclarecer esta iden de a postura flosef- ca, suelo hacer que mis estudiantes yealegas que me vistan paven algin tempo con varios terapeutas cays peaetcas Sbedecen a una postura colaborstiva: Quiero que Vean quo hay diforencian entre nostres y entre una y otra ireune tancia,sunque los sapoector que infortan soteas piel cas sean ls msm. utero qe aprecen Ios recuroomooe- tifcon que requiere cada aituncion, que entiendan que pee ‘ten expresar is personalidadeay eal nt et ‘ineoositan ni deberian enular loo migsolos de otro) vive 142 pueden ser tan imaginativos y creatives como quieran, jes-pardmetros de nuestro: pensamiento y-aceién, ¥ por 12 tanto Limitamoa nuestra creativided y nusatrae opciones, 7 Jas de.otres, Una invitada Me-considere una invitada quevisite-@-lorcientes-por ‘wn breve momento, qua participa-on-una pequefie-porcien de sy vid v-que Mota dent + fuera de las eanversuciones ‘Quiero ser una invitada tolerable. La psiquiatra Sue Chance 1987) compara su relacion con sus pacientes con la situacién de tuna invitada a una cena «La idea mo es que mis idas y venidas so conviertan on el centro de la vida de mis pacientes. Soy una invitada a una, cena, Estoy allf porque me convidaron. Hay una etiqueta, ‘Quiza les ensefie modales. Quiza comparta algunas recstas, ‘Quizi traiga un plato que nunea probaron, Sin embargo, n0 vivo en el hogar de ellos. Son ellos los que viven ali, Lo mismo vale para mis amigos. Debo ser cortés. Cuan- do me despido, espero mostrar consideracién, Expere que Ssepan que agradezeo la invitacion y que he disfrutade el tiompo que pasamos juntos. Espero dejar algo de mi. Sé que sme lleve algo de ellos» (pig. 21). wropioa invitados. ¥ 96 cules no fueron sinceres. ¥ 96 exiles ieron desconsideradas, Con el tiempo, me olvidode quealguna vez estuvieron aqui. Los que fueron ‘buena companla permanecon en mi memoria; recuerdo la conversacidn, recterdo el placer de compartir mi mesa con, ‘los. A vocos miro hacia a la silla donde ne sentaron y casi ‘puedo verlos. Ciertamente puedo sentir su presencia. Re- euerdo verlos partir con cierta pona, y eaber que debian a ‘cerlow (pai, 20) 143 Ho escuchado el mismo tipo de comentarios en boca de clientes. Lars, reflexionando sobre una conversacign con Harry Goolishian, dijo: -De tanto en tanta lo veo frente ara, diciendo eso». Otra cliente, Alice, quien se encontré con Coo lishian arios después de su terapia, describi6 ast su expe rieneia con él y tis eonversaciones! (Cuando estaba en Ia escuela secundaria, nevesitaba ha blar con usted todas las semanas. Tenia tanto miedo de ira la universidad, de fracasar. No podia imaginarme 10 podia verlo max que una vez por mos ra a casa, Usted sabe lo que hice, Lo lev dentro de mi cabeza. Si cra necesario, me preguntaba: sgQue diria el doctor Goolishian?» 0 «cue me pregunta. vin?s, y usted me contestaba. Después, cuando termine la universidad y me mudé lejos, usted se vino conmigo. Un dia me di cuenta de que ya no necesitaba Uevatlo ‘conmigo porque ya no necesitaba seguir hablando con usted. Podia hablar conmigo misma. Pero de tanto en tanto, cuando lo necesitaba, lo invitaba ami cabeza, co: ‘mo se invita a un viejo amigo a conar. Combio.en el terapenta:.risseos de la posicign de “waprendiz El terapouta que adopta exta postura filosifica y partici pa en esta tipo de proceso dialdgico también corre el riesgo de cambiar. En un proceso de snfluencia mutua donde el ‘cambio es la canseeencia natural del dislog, el terapouta ‘est tan sujeto a cambiar como el cliente. Parceeilogiea st- poner lo contrario, pensar que una puede envolverse en. un proceso transformacional y no ser transformada, Como dije ra una estudiante: -Entiendo. Sino puedo canibiar mi pen= samiento acerca de alge, Zcomo puedo esperar que el elien= to lo haga?», Bsto signifiea que podemos carnbiar nuestras ideas w opiniones acerca de un problema, wna persona ona Dién significa, y eato-on rnd sorior que nuestra élica profe “sional, uuiestr0s valores. morales inde profanddos-y- preci fereo que esto es, en parte, lo que ibera nuestea creatividad aaa ig yynos impulsa a una aventura de continuo aprendizaje y ere Cimionto personal aventura sioperacionalizamos la nocidn de sinvestigneiony -~aprendizaje-en la prictica-cotidinna’, _Investigacin s-aprendizaje an la préctica cotidianee El posmodernicme, como eritica ideolégica y como post- ra filosofiea, me exige y permite temar conciencia de lo quo sé 0 ereo que sé, cusstionarlo, reflexionar sobre ello.-Caite eso de Investigacion yaprendizaje en lar prctiea Cotati ‘que. me tranaforma come profesional y'eomo person. Tt -gue-aprendo, »-como.1o.aprendo, es ui proceso fluido-in- ‘Toractivo, y-conateuido aocinimente>Inclaye multiples von Versaciones, mutnamente reflexivas, cori misma, con clientes, colegas, estudiantes, y otros. Bstas reflexiones pasan a formar parte de un proceso generative de apren- Aizaje, que va mas alld del simple saprender la historia del Sa a Schon (1989) ofvece una valiosa perspectiva sobre el sa ber y la investigacion profesionales como parte de la pri dea cotidiana, en The reflective practitioner: How profes sionals think in action. Schén eusationa a los profestonales ‘que no reflexionan sobre su prictien —que no reflexionan, Sobre sua pensatientos y acciones. -Muchos profesionales, encerrados en una perspectiva de i ‘mismos como expertos téeniecs, nunca oneuentran oeadio: nes para reflexionar en el mundo de la practica, Han leg doa dominar en demasia las tsenieas de desatencién selec tiva, categorias de chatarra y control situacional, yas vss, para preservar la constancia de su conocimicnto-en-la Drictiea. Para ellos la incertidumbre os una amenas,y ad mnitirla, una senal de debilidads (pag. 69). Bn estas circunstancias, la téeniea adquiere precedencia sobre Ia persona, 145, ee oe ee etre tt ee aoe stay de acuerdo con Sehin on que-la buroeracin profi: sional-erdena:y refuerza el conoeimiento y la pericia toeni cos, Yel supuesto de que carla profesional es autsnotny ‘esti aislador pigs, 926-38). De ese modo se pierden-opor ‘Schan exhorta a que lox profasio hhales reconozean que sus conocimientos son parte de un contexts de sentides, y que ous acciones pueden tener cif rentes sentidos para diferentes personas (pag. 295). Como, tuna manera de superar la hegemonia de Is tecnica y la Dréetica aislada—o lo que yo llamo la pericia en «piloto ax- tomatico-—, Schon propone el «saber-en-acciGn (pag. 49) y In reflexidn-on-accién (pig. 128); neeslo debemos reflexis. dam La reflexién, y Ins reflexiones sobre as re- flexiones, conciernen al conectar, al coprodueir y al eons truir, y representan una forma posmoderna de saber. Se. fuente de: Iovorepantag (cht, 1980 pag: 299) Eta feene Geto ‘on la postura de no-saber) es lo que diferencia a los tera. peutas que no se aburren 0 agotan con su trabajo, de los que flo hacen, Bs importante mencionar aqut la extensién de la pricti- cca del equipo de reflexién (Andersen, 1995a, 1996) a la evs luacidn del trabajo clinico, que ejemplifica bellamente Is nocidn de la inveatigacisn como parte de la prdctia otic nna. Con el apoyo asesoramiento de Andersen, varios tera- ppeutas y equipos terapéuticos han invitado a sus clientes y folegas de Ia comunidad no sélo @ ayudar en Ia evalascién de sus practicas, sino tambien a participar come co-inves tigadores. Clientes y colegas participan en el diseno de Las evaluaciones, incluyende las proguntas a formular. Los te rapoutas les preguntan, por ejemplo: Qué preguntas pien: ‘sa que debemos hacerle?» y «Qué tipo de informacicn le se ia stil?» (Kjellborg, Edwardscon, Niemela y Oberg, 1995; Kyellberg et al., 1996), “Este enfoque-colaboradore inclusivehaconteibuido alas tis. Lo quees mas importante, el enfoque colaborative pone ‘los clinicos en In primera linea de la investigaetén, y plan ‘tea un desaflo a la idea tradicional de que la investigacion 146. ¥ dobe estar a cargo de académicos alejados de la préctica at ‘ion 50 convierton en oportunidader de aprendizaj, utiles. ‘ara acortes fate, Hs un proc date anita. Ho que, en las palabras de Gergen, simpulsa el dialogo hac cia adelante», y es tambidn un-procesecolaborativoque cree logue Shotter describe como.nune-eonvereneton donde be personae tienen tn sentimionto-de pertenencia™ Beescpnblied ‘La nocién de reflexionar (y en general la de compartir el ‘trabajos relaciona eon lado -hacer pablico-, Esta significa estar més dispuesta a revelar, a compartir mis didlogos ‘monélogos intornes, mia pensamientos, prejuicios, espect. aciones, interrogantes, opiniones, tomaree; 9 a aceptar realimentacion, evaluacién y erties, Por lo tanto, me exon. {go mis como persona ante mis clientes, Prefiero publico a fransparente (palabra asociada a veces con la eritica fem nista) porque no ereo quo otra persona pueda realmente svernos», 0 nosotros a ella. Mas bien, adlo podemos ver lo que el otro lige mostrar, ‘Esta postura piiblica difiere marcadamente do la priva- cidad ol secreto usualmente asociados con el papel del pro fesional. Como dice Schon (1983), el profesional acostum brado a jugar el papel de experto ahora encuentra que de tanto on tanto se espera que revele sus incertidumbres Mientras que de ordinario se espera que proteja su condi ign de experto como algo privado y misterioso, ahora se es pera que reflexione en publica sobre su saber en-le-praction G.0.y que exponga su saber especializado a la curiosidad publica: (pags. 207-9), to.como el cliente, el terapeuta puede tener muchos pense. ‘ientos —algunos compatibles, otros contradictorios — El Dsicdlogo holandes Hermans (1995), interssado en la nat raleza dialigica del s-mismo, compara esto a las voces poll. aa7 finicas de las novelas de Fedor Dostoioveli.® En sus libros, toievaki es adlo sno entre muchos personajes: len lugar ‘do sor “esclavos obodionted” al acrvicio de las intenciones de ‘Dostoievski los diversos personajes gon eapaces de ertruiree junto a su eroador, disentir con él, incluso rebelarse contra lv (pag. 377) ‘MMi reflexionar y mi mostrarme al otro me permiten —y pormitan al otro— una mayor flesibilidad para lidiar con as maltiples opiniones, a veoes conflictivas, sobre las com- plajas situaciones vividas por los clientes. Me permiten te- her o expresar una opinion fuerte y participar en situacio- nes controvertidas sin adoptar posiciones polavizadas 0 rigi- as. Todo lo que se dice es provisorio y uti ‘Desde el punto de vista posmoderno, un profesional (por | jemplo un teraponta) . ¥ que mas tarde se pregunts (refiriéndo- se a su terapeuta) «Es easada? {Que clase de relacién tiene?>, Tuego, al finalizar la sesidn, lo pregunts, (tra cliente a quien entrevisté acerea de sus experien- cias con tres terapeutas diferentes dijo: No ex eurioso que luna tenga que confiar en la terapeuta, pero no sepa nada so bro lla? Es como estar desnuda enfrente de alguien com ro- as. : ‘Gon ana don al final do wna valent gyal ota 8 quienquiera que ests presente, la oportunidad de hacermne ¥ preguntas. En una situacidn tipica le dje a un cliente: «Le he hecho un montén de preguntas, y ahora me progunto #1 hhay algo que usted me quiera preguntar a ra Me gustaria saber un poco qué hace en Texas, contests, Le dije lo que hago, ¥ de mi interes por aprender mas aacorea do personas como ély las situaciones con las que €5= taban bregando, y terminé eon un Okay? Dijo:«Biso es muy interesante «Algo mia que quisiera sabor?», pregunté. El respondio simplemente: «Creo que esta bien, Yo veo esto como una posibilidad de aprender algo més acerca de ‘mi mismo y de ver lo que oeurre a mi alrededor. Posicionarse de manera mas abierta y reflexiva en re- lacion con los elientes requiere sexpandir y profundizar la ccapacidad de reflexion-en-aceidn, para lo cual 1os profesio- nnales han de descubrir y reestructurar la teorias interper- sonales de accion que traen a su vida profesionale (Schon, 1989, pag. 353). Alo cual yo agregaria: «V que traen a au vie dda personals. Algunas teorias na permiten este tipo de re Aexion; seria una eontradiceion Intrinseca, Por ejemplo, las roflexiones en publico podrian ser consideradas no expr. cas, violadoras del principio de confideneialidad, traspasa doras de limites, antiétieas, o demasiado relativistas. Lo {que es mas importante, podrian amenazar Ia eerticambre {ol saber y por lo tanto la existencin miema de la teori. _Besponcabitidad compeartidd La responsabilidad es un valor do nucstea cultura, Quc- remos que cada tino sea responsable y dé enenta de ‘sfmismo y los domés. Sin embargo, los terapeutas no sem: pre creamos los contextos ¥las relaciones que hacen posible ¥ estimulan la responsabilidad. Estamos entzenados para participar en conversaciones desiguates, para quitarle reo ponsabilidad al cliente, para ser experts en como la gente Aebiera vivir ou vida, en las narrativas que tom buenas 6 el ‘cambio mas efieaz, “Cuando.una.terapeuta invite wun-ciente.a colaborar;et Hay quienes pisnsan que los terapeutas que trabajan colaborativamente ubdican ingenuamente de st responsabilidad; no os asi, Cuando la terapeuta usume Ia postura floséfiareflexiva, el Aualismo yin jerarquia entre terapeuta y cliente colapean, y la res Ponsabilidad se comparte. En realidad, yo encuentro que en fatas condiciones In terapeuta deviene mie responsable hhacia el cliente ‘Algunos construccionistas sociales abordan el tema de la responsabilidad moral..Shotter (1974, 1975, 1980, 19952) Plantea la necesidad de incrementar y compartir la respon abilidad. Quiere «reconstruir la pricologia como una tien ia moral de la accion (y la aecién ereadora), mas que como tuna ciencia natural de In conducta (yeu mecéniea) (1990, 'Pag. 38)” Swenguimontode-base.cs que «nuestras expec lon Sexporioncias-internas” lla que creemos.ssber! carecsn de-valar-enr-etmundo-extero-a manos que poramos hacer “AEE euontan-pare otros: 19862, pag. 985), Boor ana ons : ‘cial tiene ln responsabilidad moral de cancalar el control de loe-exporton sabre la vide-de In gente, y de devolver la responsabilidad por sus formas de vida a las personas ‘en relacién mutua, donde la tarea es identifiar los momen- tos y situaciones en que las personas pueden cotejarse ‘mutuamente como sores éticos» (citado en Shotter, 19950, ig. 387), Otros formulan el mismo cuestionamiento. El psiestogo Mark Freeman (1985) sostiene que «no hay muchos peieélo- gos para quienes el tema de la libertad y la responsabilidad sea importante; en general, los supuestos de la diseiplina no lo permitens (pag. 357). Freeman hace una distineién entre In responsabilidad moral como «responsabilidad por nucs- tras propias acciones» (pag. 358) y como «responsabilidad ‘hacia los otros, especialmente aquellos cuyos derechos han Sido eclipsados o que suffen innecesariamentes (pa. 358). ‘Algunas fildsofes ¥ psicdlogas foministas y expecialistas en, cestudios de la mujer que adhieren ala nociéa relacional del ‘si-mismo (Code, 1088; M. Gergen, 1095; Hughes, 1988) ‘tambien subrayan la nocion de responsabilidad. Mary Ger~ ‘gon (1995) advierte que -el movimiento hacia un si-miamo Felacional no erradiea el lenguaje de Ia eleccién y la accion, morales (. (sino que) sugiere Ia necesidad de revisar qué Constituye una accidn moral, a craves de la lente del plure fiemo (pag. 368). Lorraine Code (1988) pide un saber res ponsable; Judith Jordan (1991), la mutualidad de la respon- babilidad, Kenneth Gergen y la investigadora Sheila MeNamer (1994) sugieren que el ebjetive de-une-exploraciéa delares ‘ponsabilidad relacional no.es cambiar a.ina.natra persona Aefectuosa, ni resolver un conflicio, Mas bien, se trata d= ‘ampliar ol eopectro de las vacas (urealidadoe relacionalew) 1s respan- sable, y dar més cuenta de af, ea parte de lo que hace posible que un terapeuta sea mas publico, abierto y franco. Podria objetarse que los clientes esperan certidumbre: que pagan a un experto para que les dé reepuestas,y que no fceptardn tn terapeuta que adopte esta postura Gicsifiea « invite a participar. En mi experiencia, esto no es un proble ‘ma, Ho encontrado que a los clientes no les resulta difel re. Tacionarse en forma colaborativa, Como lo stigiere el sent. miento de pertonencia- de Shotter, los clientes aceptan y ‘uieren la colaboracion: incluso ruegan por ella, como lost siore el comentario de Ia madre de dos muchachas anoréxi- teas en Suecia: «Pero nosatros conocemos a nuestras hijes ‘jor que nadie. Conocemos sus reacciones y sus senti- imientos (.)sabemos, mejor que cualquier enfermera om fico, cuando se puede confiar en ellas Fe una dosgracia cuando la terapia Hega a un punto en que los clientes sienten qu los expertos ereen canccerlos jor de lo que ellos se conocen, y el saber de los expertos produce deseripciones suspicnces y tratamientoe peyorati- ves. En otos easos, los profesionales participan en la crea idn de lo que ven. Sia una persona sela eseucha y trata con ‘suspicacia, lo mas probable es que su conducta sea vista de ‘esa manera, o incluso que en efecto comience a actuar #02 pechosamente. Un terapouta que eree que tin padre abs Soxualmente de st hija y trata de verificar sus sospechas, por ejemplo, trata a ese cliente de wn modo muy diferente al fe un terapouta que quiere establecer un didlogo con el \que-ver-con nuestra. propias expectativas y-nuestre paca Ee tono quita que algunos clientes pidan: -Digame que hacer Cuando eso ocurre, respeto sus deseo 7 los tomo seriamen, te. Nodoy por supuesto, sin embargo, que sé lo que quieren, ni ignoro el pedido y espero que eonfien en mi egamente, SSS ee ann one téneLa postura no ee una teicn 6 tuna teorfa. Noes manipuladors, extratégica o artifical, oo. ‘mo podria pensarse cuando se la trata de entender eouniti- vamente. No os deliberada on el sentido de ser una actus iG; sin embargo, es intencional.” Yoenqe-el propsito do ‘aria. Blo expresaments ser de esta manera, porgue la “Bhedoptar esta postura floséfica-me permite unirme w tum cliente en-una relacion colaborativn yen tin prone din give. Porque ee-una.manerw-de serie dala livertad de ¥ (ensenanza, consulta ‘songanizaciones) os (estudiantes, ejecutivon), laaienda (aprendizaje, formacién de un equipo de trabajo) alder” (caso satascados, eonflieto entre supervisor y eupervis {Como ae pone on préctica la postura flosstiea? gComo sinve esta conceptualizacién para dar forma al proceso eal: borative dela terapia yel sistema terapeutico? {Que hace la ‘terapeuta, en tanto experto en proceso? Me ceupare primero de estos temas practicas, enfocandome en el proveso tera ppéutico; luego busearé ejemplificaciones y consejos en las voces de clientes y de personajes de flecién. 153

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